Вы находитесь на странице: 1из 3

MANDAMIENTO, PROMESA Y RHEMA:

1. “si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre
todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.” (V. 5)
En este verso Dios está condicionando una promesa SI cumplen sus mandamientos. Dios
nos llama a la obediencia a su palabra, a estar atentos a sus instrucciones y cumplirlas. Y
como consecuencia Él nos llama “su especial tesoro”, nos hace propiedad suya. Cuando
pasamos a ser propiedad del Eterno, Él se encarga de absolutamente todo en nuestras
vidas, nada nos tocará porque es Él quien peleará por nosotros y nos defenderá; y si nos
toca salir a la batalla pues saldremos equipados porque Él nos capacitará para vencer.
2. “Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes y gente santa” (v. 6)

La función sacerdotal implica ser un puente, un mediador, un intermediario entre Dios y los
hombres. El sacerdote representa a Dios ante las personas y representa a las personas ante
Dios. YHVH había sacado a los israelitas de la esclavitud con un propósito. Dios llama a su
pueblo a santificarse, a guardar sus mandamientos, a consagrarse para él, a ser testimonio
y marcar la diferencia porque es a través de su pueblo que los demás conocerán y se
acercarán a Dios. Dios está llamando a su pueblo a establecer el reino de los cielos en la
Tierra.
3. En la obediencia a Dios atraemos la bendición. Cuando somos obedientes a la voz de
YHVH ni siquiera tendremos que salir a buscar las bendiciones porque ellas nos alcanzarán
como está escrito en Deuteronomio 28:2: “Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te
alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.”

1. El mes primero es Nisán. Se le llama “la cabeza de los meses” porque


es el primero del calendario judío, a partir del cual todos los otros
meses se cuentan; fue el primer mes en ser santificado en la historia
del pueblo judío y es el mes de la redención. En Nisán el pueblo fue
redimido de Egipto y en Nisán lo volverá a ser.
2. Sinaí: fue la montaña donde se aplicó la ley, también se le llama monte
Horeb. Sinaí representa una revelación confiada al pueblo desde lo alto.

3. “Vosotros visteis lo que hice a los egipcios” (v. 4). Dios le dio un mensaje a Israel a través
de Moisés, un mensaje en cuanto a su propósito y destino para Israel. Este destino estaba
basado en lo que Dios ya había hecho por ellos con la liberación de Egipto.

4. “Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he
traído a mí.” (v. 4)
Los nidos de las águilas se encuentran en lugares muy altos, cuando llega el tiempo de que
los polluelos aprendan a volar, el águila empuja a sus crías hasta hacerlas caer del nido y
cuando caen se apresura a ampararlas sobre sus alas extendidas y después los devuelve al
nido. Esto lo repite varias veces con el fin de hacerle perder a sus crías el miedo y despertar
en ellas la capacidad de volar, ya que el miedo a estrellarse les hace reaccionar. Otra forma
es que la mamá águila sube a sus crías sobre su espalda, salta del nido y vuela en aire libre.
De repente, ella cae en picada dejando a sus crías en el aire; ellos tienen que intentar volar.
Cuando ella ve que están por caer al suelo, vuela por debajo de ellos y los recoge en su
espalda de nuevo, para que se tranquilicen y descansen.
“Como el águila que excita su nidada, revolotea sobre sus pollos, extiende sus alas, los toma,
los lleva sobre sus plumas” (Dt 32:11)
Esto es lo que Dios hace con su pueblo, hay ocasiones en que parece que Dios nos ha dejado
solos, que estamos cayendo al vacío y que nos vamos a estrellar, pero así como el águila
está Dios a nuestro cuidado. Puede estar en silencio pero aun estar obrando. Quizá no lo
vemos, pero Él está pendiente y cuando nos sacude y nos lleva a un límite es para despertar
la capacidad que ya ha puesto en nosotros. Y así como el águila que recoge a sus polluelos
cuando están a punto de caer para regresarlos a su nido, así hace Papá con cada uno de
nosotros. No nos vamos a estrellar porque Dios nunca nos pondrá más de lo que podamos
soportar.

5. “Ustedes serán mis sacerdotes ante todo el mundo, y se apartarán de todo para servirme
sólo a mí” (v. 6 TLA)
El pueblo estaba llamado a apartarse únicamente para Dios, a dedicarse a Dios, a
santificarse para Dios. En el NT lo vemos en 1 Pedro 2:9-10: “Mas vosotros sois linaje
escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las
virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro
tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais
alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.”
6. y 7. “Entonces Jehová dijo a Moisés: He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa, para que
el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y también para que te crean para siempre .” (v. 9)
El señor descendería a los ojos de todo el pueblo al tercer día (v. 11). El Señor está dando
una pista para el tiempo de la redención final, de cómo renovar otra vez el pacto; les dice
que dos días se santifiquen, se congreguen porque en el tercer día se manifestaría con los
mandamientos. Esos dos días en que debía ser santificado el pueblo significan dos milenios,
justamente el tiempo que ha transcurrido desde Yeshúa hasta ahora y dice que estén
preparados para el día tercero, es decir, para el tercer milenio y ya estamos en el tercer
milenio, lo que quiere decir que en cualquier momento viene Yeshúa.

“y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.”
(Mt 24:30, Mr 13:26, Lc 21:27)

8. y 10. El pueblo de Israel debía mantenerse a distancia y procurar no pasar el límite porque
de hacerlo le costaría la vida. Si pasaba el límite, sea animal o un hombre, se tenía como
impuro y como no podían tocarle entonces lo apedrearían o asaetearían. Algo básico que
hay sobre la naturaleza humana, es la necesidad de límites. Al poner estos límites y al traer
la pena de muerte al quebrantarlos, Dios le mostró al pueblo que la obediencia es más
importante que sus sentimientos. Querer acercarse al monte puede parecer inofensivo,
pero Dios había dado una orden y debía cumplirse. Así mismo a nosotros Dios nos ha puesto
leyes e incluso límites que debemos cumplir, no se trata de hacer lo que a nosotros nos
parezca bien sino lo que Dios ordene hacer.
 “Admiración es una cosa; la sumisión de la voluntad es otra”. Israel tenía mucha
admiración, pero poca sumisión de su voluntad.

9. “Al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y relámpagos, y una densa nube sobre el
monte, y un poderoso resonar de la trompeta; y todo el pueblo que estaba en el
campamento se echó a temblar.” (v. 16)

 Yeshúa dijo que Él se va a manifestar como el trueno, como el relámpago, que se ve la


luz de lejos y se puede observar. “Como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta
el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.” (Mt 24:27)

Вам также может понравиться