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 Índice 

(Una fantasía) 3
Sor Juana Inés de la Cruz

Tinta en alas de papel: Rulfo 100


“Mi Rulfo es completamente contemporáneo”:
Cristina Rivera Garza 4
Entrevista con Daniel Rodríguez Barrón
Pedro Páramo o el quejido del muerto 6
Horacio Castellanos Moya
Juan Rulfo, en algún lugar de la noche, nos describe 8
Jorge F. Hernández
Juan Rulfo 9
Christopher Domínguez Michael
Rulfo y los perros 13
Mario Bellatin
La quemazón de La Cordillera 14
Paco Ignacio Taibo II
Pedro Páramo, Génesis y naturaleza de una
obra maestra en el centenario de Juan Rulfo 15
Leopoldo Lezama
Recuerdos de Juan Rulfo 18
Alí Chumacero
Por los caminos de Juan Rulfo 21
Francisco Carrillo Martín
La complicidad en un diálogo de silencios 23
Rogelio Cuéllar

Neptuno Alegórico
Lotería 25
Ana García Bergua
Gentes profanas en la Merced 27
Bibiana Camacho
Elena Garro y los tiempos de la fabulación 30
Geney Beltrán Félix

Diversa de mí misma
De cómo Elena cambió su corona por palabras 33
Carmen B. López–Portillo Romano
Una rama dorada para Sandra Pani 36
Moramay Herrera Kuri y Daniel Rodríguez Barrón
El soneto como educación sentimental 39
Entrevista con Darío Jaramillo por Daniel Rodríguez B.
Pagando el derecho a leer: el problema
del copyright en las fuentes tipográficas 42
Irene Soria Guzmán
El libro que leía el príncipe Hamlet 44
José de la Colina
La modernidad en La puerta del infierno de Rodin 46
El arte de la fuga novelesca. Diálogo con Milan Kundera 47
Massimo Rizzante
Leonard Cohen, la verdad del anhelo 51
Arturo G. Aldama

Libros recibidos
Novedades editoriales 53 Ilustración de portada Federico
García Lorca
Quiénes somos

invndación
invndacióncastálida  |  1
castálida  | 
En este segundo número de Inundación Castálida ofrecemos jugó Alfonso Reyes durante el exilio español en México, es-
un arco muy variado de ideas e historias. Del exilio político al crito por el Dr. César Benedicto Callejas.
amor, del justo homenaje a intelectuales recientemente falle- Desde el otro lado, y en términos de igualdad en impor-
cidos a textos de creación poética y narrativa. tancia tenemos los textos de Fernando Serrano Migallón y
Tinta en alas de papel, nuestro dossier central, gira al Cuauhtémoc Cárdenas sobre el restablecimiento de las rela-
rededor del aniversario número 40 del restablecimiento de las ciones diplomáticas entre México y España.
relaciones diplomáticas entre México y España. Sin embargo, De este modo, ambos rostros configuran una tablilla votiva
no es posible entender la importancia histórica de este hecho cuyo tema comienza a borrarse en el mundo contemporáneo:
sin conocer sus motivos y antecedentes. Por ello, señalamos la certeza de que compartimos la misma historia, que los paí-
dos momentos, separados en la historia pero en el fondo in- ses no pueden vivir aislados y que nadie es extranjero, somos
comprensibles el uno sin el otro: primero el exilio español en una sola especie que vive refugiada en un mundo que no le
México y después el restablecimiento de las relaciones diplo- pertenece.
máticas. Durante la Guerra Civil española, México envió ar- En Neptuno alegórico, nos abandonamos a las artes ama-
mas y voluntarios a luchar del bando de la República Española torias y convocamos a grandes escritores y aquellos que los
contra el general Francisco Franco. Al término de la guerra y acompañaron a lo largo de la vida para que nos hablaran de
con el triunfo de Franco, México rompió relaciones diplomá- la posibilidad y la imposibilidad del amor. Somos “islas de
ticas con España. monólogos sin eco” hasta que encontramos alguien que “nos
Ahora que las políticas de Estado Unidos hacen ostentación amolda el alma perdidiza” como diría el poeta José Gorostiza.
de su ignorancia al rechazar a los refugiados políticos, a los mi- Quizá los artistas sean islas dentro de islas porque su condi-
grantes en busca de mejores o sencillamente nuevas oportuni- ción los convierte en exiliados dentro de su propia comunidad
dades de trabajo y estudio. Ahora que ser migrante es un deli- y dentro de su propia lengua, tal vez por ello nos gusta cono-
to, Invndación Castálida quiere recordarnos que, con mucha cer su vida privada y de manera especial, sus relaciones amo-
frecuencia, los refugiados llevan gratitud y conocimiento a los rosas. Creemos hallar en sus historias un eco de las nuestras,
lugares que los acogen. Los exiliados españoles crearon lugares porque acaso el amor sea nuestra única oportunidad para ha-
de estudio, como el Colegio de México, e hicieron de las facul- cer arte. En Neptuno alegórico encontraremos ejemplos de
tades en la Universidad Autónoma Nacional de México centros devoción entre José Saramago y Pilar del Río; Paulina Lavista
de la enseñanza más moderna de su época. y Salvador Elizondo; Carlos y Silvia Fuentes, entre otros.
México no sólo ha enviado migrantes al extranjero, ha abier- En Diversa de sí misma ofrecemos un mapa que recorre
to con gran generosidad las puertas a oleadas de migraciones los intereses de nuestra Universidad: desde la colaboración de
tanto de España como de Latinoamérica. Nuestro país no sería nuestros maestros, como el poeta Hernán Bravo Varela, hasta
el mismo sin los conocimientos que han aportado los recién un adelanto de los Pequeños Tratados de gran escritor francés
llegados, pero también es justo que se le reconozca, de cara Pascal Quignard que se publican por primera vez en español.
al mundo, la solidaridad que muchos otros países negaron, así Asimismo, recordamos a los escritores John Berger, Ricardo
como su compromiso histórico y público con los necesitados. Pigia, Zygmunt Bauman, y Tzvetan Todorov quienes murie-
A la muerte de Franco, México y España comenzaron a ron recientemente.
buscar el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas que Y finalmente, estrenamos una nueva sección, Ostentando
no se concretaron sino hasta el 28 de marzo de 1977. Así, los primores, que estará dedicada a los creadores que no
por un lado tenemos textos únicos como la memoria de Juan obstante su juventud comienzan a labrarse un nombre en las
Villoro sobre la maleta de uno de los muchos refugiados; un letras. En esta ocasión tenemos una entrevista con Luciano
texto de Paco Ignacio Taibo I sobre su llegada a nuestro país; Concheiro, finalista del premio Anagrama de Ensayo con su
un estudio, entre otros textos, de el papel fundamental que libro Contra el tiempo.

Rectora Diseño de portada Invndación Castálida es una


Carmen B. López-Portillo Romano Cristina Margain publicación trimestral editada por la
Universidad del Claustro de sor Juana,
Directora de Invndación Castálida Formación con domicilio en Izazaga 92, colonia
Moramay Herrera Kuri Ernesto Ramírez Centro, delegación Cuauhtémoc,
C.P. 06080, Ciudad de México,
Editores Correo electrónico México, www.elclaustro.edu.mx.
Luis Torres Acosta, Daniel Rodríguez mkuri@elclaustro.edu.mx Editor responsable: Moramay Herrera
Barrón, Ezra Alcázar ltorres@elclaustro.edu.mx Kuri. Reserva de Derechos al uso
exclusivo: en trámite, ISSN: en
Consejo editorial Queda estrictamente prohibida trámite. Impreso en Documaster, tiro:
Margo Glantz, Adolfo Castañón, la reproducción total o parcial 500 ejemplares.
Mario Bellatin, Rafael Tovar López- de los contenidos e imágenes de
Portillo, Luis Alberto Ayala Blanco, la publicación sin previa autorización Las opiniones expresadas por lo
Hernán Bravo Varela, Ana García por escrito de la Universidad del autores no necesariamente reflejan la
Bergua, Pablo Raphael Claustro de sor Juana. postura del editor de la publicación.

2  |  febrero, 2016
Rosa divina
que en gentil cultura
Rosa divina que en gentil cultura
eres con tu fragante sutileza
magisterio purpúreo en la belleza,
enseñanza nevada a la hermosura;

amago de la humana arquitectura,


ejemplo de la vana gentileza
en cuyo ser unió naturaleza
la cuna alegre y triste sepultura:

¡cuán altiva en tu pompa, presumida,


soberbia, el riesgo de morir desdeñas; 
y luego, desmayada y encogida,

de tu caduco ser das mustias señas!


¡Con qué, con docta muerte y necia vida,

viviendo engañas y muriendo enseñas!

Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695)

invndación castálida  |  3
TINTA EN ALAS DE PAPEL: ESPAÑA - MÉXICO

La maleta que escapó de Franco

el alfabeto y había sido asediado por los lobos en noches de


Juan Villoro niebla. Hablaba de vacas con el mismo sentido del detalle con
que narraba los viajes de Marco Polo. Dos cosas bastaban para
activar su plática: una copa de brandy Bobadilla 103 y que su
interlocutor tuviera orejas.
El 20 de noviembre de 2005 se cumplieron treinta años de la La maleta suscitaba las polémicas de los objetos que no sir-
muerte de Franco. En mi casa, el Generalísimo era el asesino ven para nada pero no pueden cambiarse de lugar, y la abuela
que pulverizó España y desperdigó a sus mejores mentes por juraba que la iba a tirar (estaba convencida de que contenía
el mundo. Para otras familias, era el Caudillo que combatía el regalos para una novia con la que su marido estuvo a punto
comunismo y mantenía a su país en un orden ritual de esca- de casarse). “Tiene mis cosas, mujer”, decía él, sin especificar
pulario y fiesta brava. a qué se refería ni prestar la llave para que se supiera con qué
En el ámbito republicano, imaginábamos una España equipaje pensaba repatriarse.
donde ninguna virtud superaba al blindaje textil del cuerpo. Cuando Franco al fin mostró que estaba hecho de sustan-
Tiempos de mantillas, medias color tabaco, botines de cruenta cia perecedera, el abuelo de Julián inició sus preparativos para
ortopedia, ropones destinados a convertir el deseo en atributo la partida, pero murió a los pocos días, como si su destino se
de la imaginación. Este clima moral, retratado a la perfección hubiera colmado con el fin de la espera.
en Tristana de Luis Buñuel, sugería tediosos periódicos im- Julián vivió cinco años en la España de la transición y com-
presos en tinta sepia y visillos en las ventanas que permitían probó que el país, por más que le gustara, no era el suyo. Muchas
espiar la indecencia de los vecinos. veces comentamos la frase de un amigo común, Ricardo Cayue-
Mi padre nació en Barcelona, en el seno de una familia ca- la Gally, cuyo bisabuelo fue el último presidente de la Generali-
tólica y burguesa. Ya en México, se afilió al bando de los rojos. tat antes de Franco: “Ser refugiado o descendiente de refugiados
Lejos del origen, los transterrados comían el arroz amarillo en México, no es una forma de ser español, sino una forma de
que nunca les sabía como el de casa. Unos estaban convidados ser mexicano”. El alejamiento duró demasiado; los exiliados se
a las paellas de los vencedores, otros a las de los vencidos. En transformaron en gente de un país intermedio; necesitaban estar
cuanto pudo decidir, mi padre cambió de paella y prefirió el aquí para concebir otra tierra, nunca alcanzable.
arroz de la derrota. Los hijos y nietos de españoles que conocí Julián hizo una reunión con motivo de los treinta años de
en México estudiaban en el Colegio Madrid, el Luis Vives y la muerte de Franco. Preparó en el jardín una paella que sus
otras islas republicanas. hijos describieron con piadoso afecto como “algo distinta” a
Aparentemente, el Generalísimo estaba dotado de riñón, la que sirven en Valencia.
pero el riñón no le fallaba. Lo mismo pasaba con sus otras De nuevo estábamos ahí, ante el arroz amarillo de la leja-
vísceras dictatoriales. Parecía inmune a los contagios, como nía. “Encontré la llave”, dijo Julián. Tuvo que recordarnos la
si estuviera constituido por un bloque de mármol del Valle de historia de la maleta para que supiéramos a qué se refería. La
los Caídos. llave estaba en la cartera que contenía el carnet de maestro de
Aficionado a las eternidades, Franco propuso un método su abuelo.
para desempatar partidos de futbol que consistía en lanzar ti- A treinta años de la muerte de Franco, podíamos conocer
ros de esquina hasta que uno de los equipos anotara. El siste- lo que ese hombre obcecado quería regresar a España. ¿Una
ma hubiera podido durar días enteros. Los dictadores odian bandera con el morado republicano? ¿Una foto del general
los desenlaces. Cárdenas? ¿Rebozos mexicanos para aquella novia con la que
Lo único que competía con la capacidad de Franco para a fin de cuentas no se casó?
refutar el tiempo era la obstinación de los exiliados. En casa Julián sirvió unas copas de Bobadilla 103 y nos pidió que
de un amigo que llamaré Julián, el abuelo tenía la maleta lista subiéramos al cuarto de azotea donde guardaba los codiciados
para viajar a España. La veíamos con el respeto que se prodiga álbumes de nuestra infancia, que él sí llegó a completar. Yo
a un sarcófago. Enorme, de cuero canela, atravesada por dos quería revisar su colección de estampas, pero habíamos ido a
correas. Fue la primera maleta con cerradura que conocí. hacer un extraño brindis.
El abuelo había sido maestro rural en las sierras de León. En una mesa estaba la maleta. Julián abrió la cerradura y
Sus historias tenían algo de far-west. Iba a caballo a enseñar descorrió las correas con la ceremoniosa lentitud de un mago.

4  |  febrero, 2017
Anónimo. Los niños españoles llegan al puerto de Veracruz.
(Fototeca, Archivo General de la Nación)

Vimos papeles viejos. Pensé que se trataba de documentos de manera intempestiva, se había quedado sin devolverlos. Esos
la Guerra Civil, pero luego distinguí esforzadas caligrafías, papeles eran su idea fija. Tenía que regresar para que María y
notas en rojo, comentarios al margen, los dibujos entre ge- Pedro supieran que eran sobresalientes y Fernando y Lola se
niales y locos de los niños. “Era maestro”, recordó mi amigo enteraran de que tenían que hacer mayor esfuerzo. Nada im-
y esto bastó para que en el cuarto se condensara el absurdo pediría que él entregara sus exámenes. Ese pequeño archivo
de la guerra, las décadas de exilio, el imposible regreso. Lo expresaba la monomanía de su resistencia.
único que el abuelo sacó de España fueron los exámenes de “Treinta años”, dijo Julián, y bebimos sin decir palabra.
sus alumnos. Como enseñaba en pueblos dispersos y partió de

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TINTA EN ALAS DE PAPEL: ESPAÑA - MÉXICO

Por equipaje un proyecto

Un héroe más, dentro de un libro en el que los heroicos


Paco Ignacio Taibo I abundaban mucho y en el que conquistar era una palabra llena
de resonancias y tambores.
En aquel libro habíamos vivido la historia todos los espa-
ñoles de mi edad y algo, aun cuando no lo quisiéramos, se nos
En el año 1958 abandoné a don Francisco Franco y salí para había quedado dentro.
México con toda mi familia; en España ya sólo me quedaban Un aduanero miró a don Hernán, luego me miró a mí y
amigos y dolores. le dijo:
Me pareció oportuno llevarme conmigo, también, a doña —Otro gachupín nos cae encima.
Marina. Cortés le dijo al aduanero:
Poca gente sabe que doña Marina, ya muy anciana, se fue a —Sí, hijo mío.
vivir a España oculta bajo un rebozo y el anonimato. Y salió de la Aduana con un ruido de hierros quejum-
Ella no quería volver. brosos.
—Te esperan, doña Marina, paisajes muy amados; los vol- Por entonces, hace treinta años, don Hernán aún estaba
canes. vivo. Después se fue muriendo poco a poco; lo mataron no-
No quería, no quería. ticias, más terribles que su sola presencia. Lo fuimos olvi­
Durante el viaje yo le llevaba a su camarote, todos los días, dando.
jugo de piña, plátanos dominicos, tacos de guajolote; pero ella Pero en aquellos días aparecía en las cantinas, ya muy en
no quería volver. la noche, para disgusto de los cantineros, hombres de España,
—De traidora no me bajan. que lo veían como un ser amigo, pero al que no hay que men-
—Te necesito. tar frente a gentes locales.
Cuando faltaban veinte millas marinas para llegar a tierra Hernán Cortés estaba al final de todas las discusiones de
doña Marina se convirtió en una mujer muy bella, de mirar cantina y también de algunas discusiones de periódico, siem-
agresor, de pechos nutritivos. La vestí de blanco. pre entre denuesto y malos recuerdos.
—Oh, doña Marina, toma mi mano y bajemos juntos a to- Apenas entré en conocimiento de don Hernán, tan ignora-
car tu tierra. Al fin que yo sólo soy un poco de lo que tú fuiste: do durante mis años de aprendizaje en España, pasé a traicio-
el heredero de gentes derrotadas. narlo. Los cantineros nunca me perdonaron.
Ella olvidó todas su prevenciones y subió a cubierta; el pelo De alguna manera yo fui la oveja negra de la comunidad
flotaba tras su nuca, un pelo muy negro y aceitado. La dieta hispana en la ciudad de México, porque estando en contra de
de piña, tacos y nostalgia le había convertido en un ser muy todos los invasores, no podía hacer una salvedad con uno de
distinto; en una Niña Chole. O en una María Félix. Sonaba ellos porque hubiera nacido en territorio español.
una marimba en el puerto y una luz musical ponía en las pa- Al mismo tiempo todos mis nuevos amigos con mayor o
redes blancas un destello y un eco; sonaba todo el puerto a menor cantidad de sangre azteca se sintieron defraudados y
madera que salta y el corazón se iba con el ritmo, abriéndose algunos decidieron, para poder mantener un clima de con-
asombrado bajo aquel sol tan bello. tienda en las tertulias, pasar a defender la invasión.
Doña Marina dijo: Pero yo tampoco podía enarbolar el banderín azteca; me
—Empezaré de nuevo. parecía esta tribu como un antecesor de los nazis que yo había
Y yo dije: conocido y pensaba, y pienso, que gran parte de su comporta-
—Muy bien; empezaremos. miento merece ser aborrecido.
En el enorme barracón de la Aduana, que olía a chiles y Éstas no eran, sin embargo, las únicas contradicciones que
pescados salados, me esperaba un hombre macilento, de mira- yo tendría que enfrentar al llegar a tierra mexicana.
da cerrada y barba algo crecida. Era Hernán Cortés. Los exiliados españoles habían formado ya un muy cerrado
Yo no sabía que todavía vivía, y casi no sabía que había vi- sistema de orgulloso clan y pensaban que todo exiliado nuevo
vido. Era para mí una página de un libro escolar y también un era un advenedizo que podía aprovecharse de la calidad que
grabado a colores, mal dibujado, en el que avanzaba a caballo el exilio confería a todos sus miembros. Yo era, por todo esto,
rodeado de gentes con penachos que se arrodillaban. un recién llegado al que para ser miembro del exilio le habían

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faltado años de permanencia. Aprendí, entonces, que llegar A los anarquistas la larga estancia en la España de Franco
tarde es no conseguir lugar en la banca. les hacía pensar que jamás podría llegar a ser redimido, a pe-
Por su parte la comunidad de viejos residentes españoles sar de ciertas señales que denunciaban un sentido ácrata de la
no podían mirar con buenos ojos a un personaje que venía existencia.
proclamando su absoluto desprecio por los caudillos. Yo había conseguido situarme en el centro de la tela de ara-
Mi displicente agnosticismo no me hacía apto para las co- ña, sin llegar a ser araña, y con ello me anunciaba a mí mismo
munidades religiosas y mi amistad con socialistas me colocaba un futuro cuajado de problemas.
en situación incómoda ante aquel singular grupo de comunis- Así fue como yo llegué a México y, sin embargo, fui feliz.
tas españoles que apenas conocía a los comunistas mexicanos.

Anónimo.
Niña con uniforme de miliciana saluda con el
puño en alto.
(Archivo Centro de estudios
de la Universidad)

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TINTA EN ALAS DE PAPEL: ESPAÑA - MÉXICO

De exiliados, refugiados, refugachos,


transterrados…

y los republicanos tienen que batirse con auxilio escaso del


Juan José Reyes exterior (una parte, mexicana), con brigadas de voluntarios
(en las que habrá nacionales también, como el propio Paz o
los comunistas David Alfaro Siqueiros, pintor, o José Man-
cisidor, novelista, entre otros), y desde luego con un enorme
La presencia de los exiliados españoles en México, y de sus valor sustentado en la firmeza de sus convicciones. Al adver-
descendientes y de los hijos de sus descendientes, se ha vuelto tirse el triunfo ignominioso e inevitable de las fuerzas fascistas
tan habitual en la vida del país, en los más diferentes campos, de Franco, la intervención del gobierno de Lázaro Cárdenas
que parecería que obedece al sino de la Historia, que es un pone de manifiesto fundamentalmente dos principios: el del
reparo natural de los caminos de unos pueblos que no pueden humanitarismo, la irrenunciable solidaridad con los hermanos
separarse y que por eso mismo no han tenido que concluir sus españoles, y también el de la defensa de México, si bien dis-
andaduras más que de este modo: hermanándose o, más aún, tante en términos geográficos no ajeno a la amenaza mundial
haciéndose uno, uno y nada más. Y es así, si uno mira bien las que representa el nazifascismo. Es preciso ver desde esta ópti-
cosas. Ya se sabe que todo comenzó por ambición y azar, fuen- ca la acogida mexicana a los miles de republicanos españoles,
te infaltable de todo derrotero. Y los pueblos que habitaban quienes vinieron a hallar aquí una nueva tierra suya.
estas tierras, capaces de inventar civilizaciones hacedoras de Es muy abundante ya la bibliografía disponible acerca del
prodigios sin fin y delicadezas asombrosas y de combatir y sa- exilio español en México y sobre la notabilísima obra de los
crificar de manera cruenta y cruel a otros y a los propios, fue- exiliados en beneficio del país. Quizá, en este rubro, convenga
ron sorprendidos y luego sometidos y explotados por hombres apuntar en estas líneas apretadas uno que por lo común queda
de otros pueblos lejanos, hablantes de otra lengua, dueños de debajo de los brillos de lo realizado en la academia, la indus-
teces diferentes, de un dios distinto, de costumbres y hasta tria editorial, la ciencia, la ingeniería, la arquitectura, el arte
de trato y de animales diversos. Unos han visto a la Colonia por personajes como José Gaos, Joaquín Díez-Canedo, Fé-
como una “oscura noche”, olvidando cultivos y refinamientos lix Candela, Wenceslao Roces, Arturo Souto, Vicente Rojo y
tales que en mundos como en el del arte, el pensamiento, las muchos, muchos otros de veras. Me refiero al plano de la con-
letras siguen esplendiendo, o situándolos como una suerte de vivencia, del trajín diario, de los negocios menudos del mun-
“beneficios colaterales”. do y del ocio generador de virtudes. Recuerdo, por ejemplo,
De lo que no puede dudarse en nuestro tiempo y en nues- que en el restaurante de pizzas sobre todo Sorrento, situado
tra circunstancia es que durante el virreinato brotan mara- en el pasaje Del Prado, en la calle de Balderas, había una placa
villas, como, por citar un solo ejemplo, Sor Juana Inés de la sobre el reservado de un rincón que decía más o menos así:
Cruz. Y habrá de quedar claro que la amalgama de lo español “Aquí se reunieron… el poeta León Felipe y sus amigos…
y lo indio, lo mestizo, dará frutos riquísimos y trazará una his- tantos años, sin faltar”. Aquella zona central de la ciudad se
toria poblada de contradicciones, de quebrantos, de victorias animaba con las tertulias en cafés como el Villarías, donde el
efímeras, de principios firmes y de conquistas quebradizas. mundo se arreglaba y desarreglaba cada tarde.
En el siglo xx, como recuerda Octavio Paz hacia sus me- Los exiliados, o refugiados, como mucha gente los llamó
diados, los mexicanos vienen a ser contemporáneos de todos largo tiempo, o refugachos, como alguno de ellos los nombró
los hombres. Unos años antes de la escritura de El laberinto en saludable ejercicio de humor, portaban entre sus prendas
de la soledad, había visto esto desde la más eficaz y solidaria más preciadas el asunto de la educación. Entre ellos vinie-
perspectiva el general Lázaro Cárdenas, Presidente del país ron varios maestros y pedagogos de primera línea, como el
de 1934 a 1940. Aquellos seis años corresponden a hechos ilustre Patricio Redondo o el imprescindible Santiago Her-
que marcarán la historia del siglo xx, y cuyo influjo continúa nández Ruiz. Educar y aprender es hacer vida, y nada más
corriendo. Los treinta son los años en los que sobre Europa, natural para ellos que fundar colegios, institutos y academias
y sobre todo el mundo, vuela y acomete y domina y asesina la que acogieran a sus propios pequeños y que recibieran a otros,
fuerza negra del nazismo y del fascismo. En 1936 un oscuro de cualquier parte a —necesariamente la mayoría de México.
militar gallego se levanta en contra del gobierno de la II Re- Hicieron los hoy en día muy vivos y muy reconocidos Cole-
pública Española; comienza entonces la terrible Guerra Civil. gio Madrid y el Instituto Luis Vives, a más de la Academia
El usurpador Franco cuenta con la ayuda del alemán Hitler, Hispano mexicana, menos duradera. Puede decirse que en las

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calles, los cafés y las aulas los exiliados hicieron patria, su nue- nuestro país con España. Se trataba, es claro, de un reconoci-
va tierra, esa que ellos mismos ayudarían sustancialmente a miento formal, político, formulado y expresado de un gobier-
incorporar a una modernidad siempre volátil. no a otro. El hecho despertó el natural júbilo de los mexicanos
La España que trajeron los exiliados a su nueva tierra no era y de los transterrados, aquellos nuevos y plenos mexicanos.
ya la España “de charango y pandereta, devota de Frascuelo y Hubo naturalmente excepciones, objeciones. Cómo, pregun-
de María” que lamenta Antonio Machado sino otra, auténtica, taban algunos, se establecen relaciones con una monarquía,
desde luego no lejana a sus aficiones ni a sus devociones pero contraria a la República, que es la parte vencida en la Guerra
sí del todo distante de lo pintoresco, del folklore turístico; Civil y a la que el general Cárdenas apoyó. Lo cierto es que
no era tampoco, ni por asomo, una nación altiva o desdeñosa aquel alegato partía de un olvido grave: nada menos se ponía
sino una consciente de la fraternidad que las condiciones co- entre paréntesis el hecho de que la Historia es una continua
munes ponían de manifiesto. El filósofo asturiano José Gaos, creación de novedades, no se está quieta nunca en cuestión de
que tanta influencia ha tenido en el país, se refería a su refugio sus aconteceres. Lo que es inamovible son sus principios, y los
en México como a un transtierro —para enojo, dicho sea de principios democráticos y de respeto irrestricto a la libertad
paso, de su colega y paisano Eduardo Nicol, quien hallaba quedaban a salvo y garantizados por el nuevo gobierno, poste-
en la locución sólo una fórmula para “quedar bien”. Y así los rior a Franco (muerto en 1975). El presidente López Portillo
mexicanos los conocen, los reconocen: los transterrados. atinaba al animar de nuevo una relación que nunca podrá más
Así los reconoció el presidente José López Portillo cuando que seguir siendo fraternal.
en el segundo lustro de los setenta restableció las relaciones de

Anónimo. Los “niños de Morelia”


(Fototeca, Archivo General de la Nación)

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TINTA EN ALAS DE PAPEL: ESPAÑA - MÉXICO

Ciudad de Méjico, 1946

cilidad insultante. La María que hay que decirlo no sólo no lo


Antonio Ortuño consintió sino que berreó y acometió a su defensor con una
silla plegadiza.
La llegada a Veracruz fue un alivio pero el dinero del juez
Maicón no iba a durar para siempre. Tomaron el tren porque
Esto es un cofre de joyas volcado en el lodazal. Eso pensó un sevillano, en el puerto les dijo que allí no había más que
Yago al llegar finalmente a la Ciudad de Méjico, una amalga- volverse pescadero o albañil y que probaran mejor en la capi-
ma de palacios y chabolas en donde lo glorioso, lo impúdico tal, donde todos se acomodaban de algún modo. Pero asomar-
y lo siniestro eran materia más que abundante. Madrid, la ca- se a la oficina de la Junta de Ayuda a los Republicanos Espa-
pital más provinciana del mundo, e incluso la engreída Barce- ñoles era como hacerlo a una de las asambleas comunistas en
lona quedan como simples colecciones de casas de muñecas a Madrid. Yago sospechaba, incluso que en la puerta se encon-
su lado. Méjico tenía por su parte la multitud de lo salvaje y traba la misma rubia con aparecía de matrona celta a la que
un esplendor que Yago sólo podría relacionar con el Oriente. recordaba franqueándole el paso en las reuniones de la central
También una miseria inmensa, crudelísima. roja. A la María le contó que no había querido recibirlo pero
Perduraba en sus calles un rencor vivo hacia los españoles. la realidad era que no se había atrevido a pedir ayuda porque
Miles de ellos habían llegado a la puerta porque el presidente temía que al oír su apellido (inocultable pues su único papel
Cárdenas, amigo de la República, los recibió después de la de identidad era una vieja credencial del sindicato) recordaran
guerra. Pero ni unos ni otros, americanos y peninsulares, ol- a León y el asunto del oro robado.
vidaban la naturaleza incestuosa de su amistad. Yago, durante No había vuelto a tener noticias de León o Guillermo en
las inagotables mañanas de búsqueda de empleo, escuchó una años incontables. Si los recordaba era solamente para luego
multitud de reclamos pronunciados por mestizos de bigotito murmurar alguna maldición y escupir. Los faltantes de la his-
que parecían creer con firmeza que, de no ser por él y sus toria los llegó a cubrir, sí, aunque de manera impensada.
parientes, serían ahora sumos sacerdotes en el Gran Teocalli Caminaba por la Alameda, luego de asomarse inútilmente
y sacarían corazones con una afilada obsidiana como quien va por dos imprentas (en una le ofrecieron un salario de miseria
a la oficina. y en otra se dedicaban a las publicaciones pías y no querían
Un cántabro de barbas canas y aspecto profesoral, al que se saber de rojillos) cuando sintió una mano en el hombro. Ante
topó en un café en donde paraba a desayunar, le explicó una él, del brazo de un mujerón con planta de estrella de cine,
mañana esa relación de deseo y aborrecimiento. sonreía Antonio de Val.
—Nos odian pero les gusta que hayamos venido como por- Se abrazaron. Su amigo presentó a la dama como Ada, su
dioseros. Les gusta tanto que nos ofrecen posiciones exagera- esposa, y ella, con indudable acento cubano, se deshizo en
das. Más de uno que era ganapán en Madrid aquí es catedrá- atenciones. Conocía, dijo, la historia de los Almansa de pri-
tico. Es rarísimo. Digámoslo así: los mejicanos detestan a los merísima mano. Quisieron saber de inmediato de la María y
españoles y para lo único que los quieren es para casarse con los niños pero Yago, que conocía bien a su mujer, los dejó de
sus hijas. momento en un café a la vuelta de la Alameda y se fue a casa
A Yago le dolía la pierna cada minuto de cada día y no era solo, cojeando, porque imaginaba la cara de María si aparecía
sencillo arrastrarse de oficina en oficina y de negocio en ne- con visitas en aquel cuartito. El carácter se le había vuelto
gocio, colocarse ante sus entrevistadores de tal modo que se le pura hiel en Santo Domingo.
disimularan los rotos de la ropa y pedir y pedir un trabajo de —Estás más guapa, mujer— elogio Del Val a la María cuan-
lo que fuera. La María, aún aterrada por el episodio de Santo do Yago volvió con la familia. El tenor sonreía y su bigotito
Domingo, se negaba a salir y pasar el día con los niños en el eléctrico de espadachín enmarcaba una sonrisa. Ella, sombría,
cuartito que habían alquilado con sus últimos dineros. murmuró cualquier cosa. Ya no usaba el vestido gris, que por
La escapatoria se había puesto complicada, al final, porque alguna causa inconfesable desapareció en Dominicana, sino
Yago, que sospechaba cosas horrendas desde tiempo atrás, se una blusa oscura y una falda que le venía grande. Ada les daba
enzarzó en una discusión terrible con su mujer a bordo del pedacitos de pan a los niños como quien arroja migajas a los
barco, una alegata cuyo volumen subió de tal modo que un patos. La voracidad con que sus hijos comían humillaba a la
marinero se sintió autorizado a intervenir y lo apaleó con fa- María como si le escupieran a la cara.

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—Claro que habrá trabajo para ti —repuso Del Val, dán- camarada. Pero la columna la dirigía un tipo hábil, que consi-
dole golpecitos en el pecho a Yago—. Zapata. El sobrino del guió eludir a los comunistas y reagrupar a muchos de los que
andaluz. ¿Lo recuerdas? ¿No? Se fue a Londres el primer año habían peleado con Durriti y los sindicatos.
de guerra con un puesto en la embajada. Ahora está aquí y Yo estaba en Valencia para esa fecha y ya tenía y un lugar
tiene un laboratorio. Busca gente que le venda las medicinas- convenido en un barco francés. Fue dificilísimo, hubo que to-
Se quiere poner en otras ciudades, incluso, tiene dinero y lo car todas las puertas y gastarme el dinero que obtuve por las
mejor es que no es comunista ni se habla con ellos. Algo te joyas de mi madre, que tan penosamente rescaté de Madrid.
encontrará. Paga bien o le convenceré de que lo haga. Tendrás Pero en fin: tenía un jodido camarote. Un tipo del puerto, en
hasta vacaciones. ¿Pasaste por Veracruz? Ya. Pero seguro que su pesquero, eludiría a los patrulleros y cualquier nave de los
no has estado en la playa. Mira que a Zapata lo tuve anoche facciosos que atinara a pasar y nos llevaría al barco. Y de allí a
mismo en el cabaret —cruzó una mirada con su mujer—. No Casablanca, al mundo. Era el plan. Al menos de Guillermo y
te ha contado. Pusimos un negocio… mío. León, lo sabes, no dice nada. Había pasado años embo-
Ada, fascinada con el apetito de los niños, les pidió churros bado con Durruti y no era el tipo de antes.
y café con leche. Tardó en convencer a la María de responder El camino de Zaragoza era la desbandada. Por allí desfila-
con más que monosílabos a su cháchara, pero al fin consiguió ban los príncipes de la República que no habían escapado en
hacerla departir de forma más o menos articulada. avión al África o a Francia, o que pensaban hacerlo de Barce-
Mientras, Del Val invitó a Yago a la calle. Para fumar y que lona. Todos bien cargados de oro de decía. Así, en una vuel-
les bolearan los zapatos, dijo. Allí afuera, apartado, alcanzó el ta que los chicos dieron por Valencia, les propuse el asunto:
punto al que habían querido llegar desde el principio. quedarse con alguno de los tesoros que les cayera cerca de la
León y Guillermo. mano, como bandoleros, con lo que quedaba de la columna,
Ascendieron a las sillas del lustrador de calzado como un hasta que llegaran los fascistas y ardiera el mundo… León no
par de potentados. Del Val se pidió un par de hojas de perió- quiso saber nada pero Guillermo se comprometió a conven-
dico, tras las que se ocultaron. Bajó el tono de voz para que no cerlo. ¿Recuerdas que la Ana, su mujer, había perdido un em-
le prestaran atención y comenzó a narrar. barazo cuando comenzaron los bombardeos y se fue? Pues
¿Estabas allí cuando pasó lo del oro? Qué puta suerte. No sí, eso fue lo que pasó. Una americana de la Cruz Roja logró
creo que ellos lo supieran. Al menos no me dijeron nada. Se hacerla subir a un avión y acabó en Colombia. Se arrepintió
suponía que vosotros os quedaríais en Madrid. Las cosas se de haber dejado al marido pero no hizo el intento por volver.
habían puesto mal, los sabes, todo Cristo tiraba para su lado. Guillermo quería alcanzarla.
La patrulla en la que tu hermano y el primo quedaron enro- León: nadie sabía lo que pensaba tu hermano. Si abría la
lados luego del golpe contra los anarquistas en Aragón había boca era para reñir o burlarse de alguien. De quien fuera, del
sufrido deserciones y purgas. Vaya incluso un par de chicos Borbón, del impotente Franquito o de Azaña. Para él eran
fueron pasados por las armas por violentar a la sobrina de un todos pillos menos Durruti, que ya estaba muerto. No volví a

invndación castálida  |  11
hablar del asunto pero Guillermo me mandó un mensaje a los Lo abracé y me dio un par de palmadas en la espalda. Nun-
pocos días confirmando que aceptaban. ca antes hizo algo así. ¿Lo imaginas abrazando? Era un árbol.
Mi parte era simple, te soy sincero. Conseguí otro camarote Con Guillermo sólo cruzó un gesto. Tu primo nunca se creyó
en el barco, oro de por medio, y me dediqué a frecuentar el del todo el asunto del sindicato, qué le vamos a hacer. Quizá
puerto y a beber con los capitanes de guardia y los centinelas era más sensato.
para indagar rutinas y ablandar conciencias en caso necesario. Ya te contaré la travesía hasta Casablanca, que no estuvo
Una madrugada regresé a la pensión y los encontré allí. exenta de aventuras. Allí nos separamos, porque yo no tenía
Sudorosos, apestando a alcohol, con las camisas rasgadas. intenciones de embarcarme a Colombia. Terminé en Cuba y
Guillermo estaba eufórico; León miraba sus botas. allí encontré a mi chica… Luego, hace un par de años, cuando
—Abajo, en el callejón, está el oro. supuse que el asunto del oro estaría ya olvidado, decidimos
—¿Oro? venir a Méjico. Espero que el negocio nos dé un buen dinero.
—El puto oro. Un camión. Oro, joyas. El tesoro. Se lo Algún día nos iremos a California. Con mi voz y la pinta de
quitamos a los comunistas. Ada, lo mismo terminamos de estrellas de cine.
—Coño. León, sí. No volví a saber nada por años. Ni siquiera de Gui-
Era verdad. Un camión pequeño con dos asientos y unas llermo supe más, me quedé con que se marchó a Colombia.
cajas de madera casi inamovibles. Comencé a preocuparme Conociéndolo, imagino que llegó con bien. Vendimos
por la estabilidad del pesquero. Esperamos a que cayera la todo el Casablanca y aunque los compradores franceses eran
noche y acudimos al puerto. El piquete de soldados estaba unos vivos y unos hijos de la mala madre y nos dieron menos
formado por tíos con los que había bebido por días. No nos de la mitad de lo que hubiera valido la mercancía en París, fue
molestaron, ni siquiera nos pidieron el permiso por escrito suficiente para vivir con holgura.
que estaban obligados a solicitar. Les dimos unos paquetes de Pero la vida no es tan puta, querido. ¿Sabes qué tengo aquí?
cigarrillos franceses y se quedaron encantados. Mira, déjame que saque la cartera. Aquí está. Es una revista, el
Tardamos una buena hora en dar con el barquito y luego pedazo de una revista, de agosto del cuarenta y cuatro. Está en
en despertar al capitán, que se asombró al vernos y gruñó por francés, la vi por casualidad en la barbería. Hace menos de dos
el peso excesivo de las cajas. Le dijimos que eran botellas y no años que salió. ¿Ves esto? Es París. Los aliados en París, luego
volvió a preguntar. Resultaron ser cincuenta: pesaban como de echar a los putos nazis. Y ésta de aquí es la bandera de la
trescientas. El barco, por suerte, resistió. Al final de cuentas, República, la del tanque, sí. Son los nuestros, coño, entrando
el pescado pesa tanto como el oro. a saco a París. ¿Y éste? La puta madre de Cristo si no es León
Allí fue León, tu jodido hermano, se negó a subir a bordo. el de allí, con el rifle al hombro. Míralo, míralo. Está de pie.
Dijo que tomaría el camión y volvería al frente. No es que no
hubiera discusión. Luego de años de penurias no voy a con- A Del Val se le había apagado la voz. Yago le devolvió el
tarte nada. Guillermo ni siquiera trató de convencerlo. Dijo, recorte y él lo guardó en una cartera y ésta en la solapa.
muy seguro, pues me voy a Colombia, y León aceptó. Me Se miraron en silencio, los ojos arrasados.
quedo aquí y a la mierda, dijo. Eligió una caja, la más pequeña Méjico, alrededor, rugía.
que vio, y tuvimos que suplicarle que la cambiara porque den-
tro sólo había cucharas.

Antonio Ortuño, Méjico, Océano, México, 2015

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TINTA EN ALAS DE PAPEL: ESPAÑA - MÉXICO

Alfonso Reyes
y el exilio republicano español

técnico Nacional, el Colegio de México, nacido como la Casa


César Callejas de España y algunas universidades estatales como la de Nuevo
León, Hidalgo o Guanajuato. La presencia de los académi-
cos españoles renovó la forma de enseñanza y el contenido de
los estudios en áreas tan disímbolas como las ingenierías y la
El 1º de abril de 1939, la radio española dio a conocer un medicina, pero se sintió con particular énfasis en las humani-
documento firmado por Francisco Franco, en el Palacio de la dades y las ciencias sociales; ahí, crearon institutos de inves-
Isla, en Burgos. El documento informaba sobre el final de la tigación y seminarios al interior de las facultades, cambiaron
guerra y daba inicio a la etapa de la dictadura en España: las metodologías y educaron a muchos de los profesionistas e
intelectuales que darían vida y sentido al desarrollo de México
En el día de hoy, cautivo y desarmado, el Ejército Rojo, han en tiempos de la segunda postguerra mundial.
alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos milita- La historia del exilio republicano español en México co-
res. La guerra ha terminado. El Generalísimo, Franco.1 mienza antes de la Revolución Mexicana, esto es, cuando los
primeros lazos de comunicación se tendieron entre los maes-
Esta escueta comunicación fue la culminación de un muy lar- tros españoles y sus discípulos americanos congregados en el
go, sangriento y doloroso proceso no sólo de exterminio de la Ateneo de la Juventud; posteriormente, cuando la violencia
República Española como forma de Estado y de gobierno en revolucionaria expulsó del país a muchos de ellos, inhabilita-
la España democrática que transcurrió de 1931 a 1939; sino dos por sus ideas —como Martín Luis Guzmán— o por sus
también de supresión de las formas no tradicionales del pen- relaciones con el antiguo régimen —como Alfonso Reyes—,
samiento español y de todas las formas de organización demo- encontraron la amistad y el refugio de muchos que, andando
crática en lo político y en lo social. La España que entonces el tiempo y las jugarretas de la diosa Fortuna, se acogerían
iniciaba iba a discurrir en una larga noche de atraso, particu- a esa amistad largamente cultivada por décadas y que, como
larmente en la vida cultural y en el desarrollo de la vida co- todas, atravesó claroscuros y no fue siempre gozosa.
lectiva, y enmarañarse en una tenue y al mismo tiempo férrea A diferencia de la llegada de los exiliados españoles, cobi-
red de mando y represión en la que la figura omnipresente y jados por el gobierno del General Lázaro Cárdenas y en un
omnisciente del Caudillo, permearía toda manifestación de la ambiente que, de muchos modos, les esperaba y tendía a ser
existencia pública y privada. Las amenazas contra la vida, la favorable aunque no sin resistencias, los mexicanos que tuvie-
libertad, los bienes y la familia de quienes se habían manifes- ron que cruzar el Atlántico lo hacían por sus propios medios,
tado a favor del régimen republicano, en la guerra y aún antes, solos o en pequeños grupos y siempre distantes de la com-
cobraron víctimas por centenares; muchos ciudadanos com- prensión de los españoles que, por lo general desconocían las
prometidos con actividades que, por sí mismas, podían repre- condiciones de vida que el conflicto armado estaba generando
sentar aspectos peligrosos o críticos para el régimen, como en México. Algunos como Reyes, habían llegado en calidad de
la judicatura, la academia o el arte. Desde el estallido de la diplomáticos que muy pronto se vieron cesantes, tanto por el
sublevación y hasta la derrota de la República, fueron muchos estallido de la Gran Guerra, como por los vaivenes imprede-
los que, amenazados o imposibilitados administrativa y jurídi- cibles de los mandos que, conforme evolucionaba la Revolu-
camente para desarrollar su actividad, no digamos en libertad, ción, iban ocupando los puestos de mando.
sino simplemente en un ámbito de aceptable seguridad. Sin embargo, los académicos españoles no eran del todo
Fueron muchos los españoles que, en calidad de asilados desconocidos para los entonces jóvenes intelectuales mexica-
políticos y luego de ciudadanos mexicanos, se insertaron en nos. El Ateneo de la Juventud había contado con ellos como
la vida de México enriqueciendo la plástica, la música, el tea- inspiración y también como mentores en la primera década
tro, el cine y en general la cultura; de entre los beneficiarios del Siglo XX. No puede olvidarse que para 1910 se abría la
principales del éxodo de españoles a nuestro país estuvieron la nueva etapa de la Universidad mexicana con la unificación de
Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Poli- las distintas escuelas de estudios superiores en la nueva Uni-
versidad Nacional de México bajo la manus de Justo Sierra;
1  http://www.abc.es/cultura/20140330/abci-ultimo-parte-gue- en enero de ese año, el Ateneo dedicó sus conferencias a la
rra-201403292118.html presencia de Rafael Altamira.

invndación castálida  |  13
De este modo, sin saberlo, muchos de quienes luego debe- no hubiera fracasado conjuntamente con el sistema político
rían abandonar su tierra habían abierto las puertas de hogares que podría haberlo garantizado.
e instituciones que les harían más llevadera la vida errante del Si ese esfuerzo de reconstrucción nacional había fracasa-
exiliado. En algunos casos, la colaboración entre españoles y do en la vida política —tanto por su falta de unidad frente
mexicanos servía de puente con otras culturas y también como al enemigo como por la conjura fascista internacional en su
carta de presentación de quienes hacían sus primeras armas en contra— debía encontrar su refugio en el lugar natural de su
la vida literaria y académica de su país; dicha colaboración se origen: la universidad y la vida académica en general. Hom-
afianzó a lo largo de los años y, con el tiempo, antes de que los bres como Cosío Villegas, Reyes, Luis I. Rodríguez y Gilber-
españoles se volvieran también mexicanos o se tendiera entre to Bosques, entre otros incluido el propio general Cárdenas,
ellos el duro nexo del refugio, se había convertido en santo y sabían que el refugio concedido a los universitarios españoles
seña de un grupo de intelectuales en lengua española que com- prestaba un servicio humanitario a sus beneficiarios, pero que
partían preocupaciones y respuestas comunes en temas que también las instituciones mexicanas recibían un enorme be-
igual atañían a la inteligencia de ambas riveras del Océano. neficio después de la sangría y destrucción que había repre-
Y fue ese tema principal, el de la resurrección del pensa- sentado la etapa armada de la Revolución Mexicana; que el
miento español luego de la derrota en la guerra intestina, el concurso de españoles y mexicanos no podría sino representar
que se transformará en el injerto de la rama hispánica en el una renovación integral de la cultura universitaria en México
tronco cultural americano y se traducirá en un renacimiento y un experimento cultural que enriquecería la identidad na-
del que la propia España se beneficiaría a la vuelta de la de- cional y que, también, presentaba al mundo una imagen de ci-
mocracia. No era pues un secreto para nadie que la larguísima vilización y desarrollo apocada en su momento por la imagen
decadencia del pensamiento español había hecho crisis en la del pueblo bárbaro cultivada por la prensa y la literatura desde
dictadura de Primo de Rivera y que había tenido un fallido entonces hacía ya más de veinticinco años. De nuevo, Alfonso
intento de reconstitución en el corto periodo republicano; a Reyes da cuenta de la colaboración añeja y madura de quienes
nadie podía escapar el hecho fundamental de que era ese mis- lo habían recibido en España y que luego serían sus huéspe-
mo esfuerzo el que acompañaba a los intelectuales que habían des en el Colegio de México y en la Capilla Alfonsina; en su
logrado salvar la vida y la libertad y que se disponían a trabajar diagnóstico sobre la situación universitaria en vísperas de la
en México, Argentina, Estados Unidos o Chile para tratar de proclamación de la República Española, el mexicano encuen-
conseguir que el esfuerzo de liberalización y modernización tra entre los paladines de la reforma a muchos que después

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contribuirían a la maduración de la universidad porfiriana re- neo, garantizaba la seguridad de que su atracción a la órbita
convertida en la universidad de la revolución; entre ellos con intelectual mexicana rendiría buenos frutos. En gran parte, si
Altamira, figuran otros como Ignacio Bolívar que, en el área para Reyes, Altamira y Crevea representaba una especie de
de ciencias contribuiría a un nuevo florecimiento del conoci- mentor, de hermano mayor o maestro, otros como Medina
miento en México: Echavarría o José Gaos, se constituían como auténticos cole-
gas y compañeros de diálogo.
La decadencia de la universidad española ¿comienza acaso Son muchos los frutos que produjo el diálogo entre espa-
desde el mismo siglo xvi como sus historiadores pretenden? ñoles y mexicanos en este entorno, muchos cuyas raíces no son
¡Oh, cuánto, cuánto se ha escrito para fijar el momento de evidentes pero que quedan a la vista mirando con atención el
arranque de la tan traída y llevada “decadencia española”! intercambio de ideas, ejemplos, afectos y partes de sus vidas.
Vea el lector las páginas que al tema dedica Ramón y Cajal, Por ejemplo, en 1932, sobre el ejemplo de Alcalá Zamora,
las que le dedica “Azorín”… No; sin remontarnos a otros poco después ya asilado en México o de Valle Inclán, habitual
siglos, sin inventar teorías sociológicas al caso, aceptemos desde hacía mucho en la cultura mexicana y de Unamuno,
el hecho: la Universidad española viene viviendo lejos de viejo amigo de Reyes y a quien el propio don Alfonso imaginó
la ciencia española. Ha tenido, a veces, grandes maestros. como presidente de la República Española; el regiomontano
He nombrado ya a Menéndez y Pelayo, a Ramón y Cajal, universal hablaba de los que podría ser el antecedente de lo
y puedo añadir nombres sin esfuerzo: Hinojosa, Dorado que muchos años después y hasta la fecha se considera una
Montero, Ignacio Bolívar, Altamira, Menéndez Pidal, Or- de las colecciones fonográficas más importantes de la vida
tega y Gasset y algunos otros. Ninguno de ellos, os lo ase- cultural de nuestro país; “Voz viva de México”, que comenzó
guro, ha hecho nunca del recinto universitario el verdade- a coleccionarse en 1959 con la grabación de Alfonso Reyes,
ro refugio de sus enseñanzas. ¿Por qué? La Universidad se leyendo “Visión de Anáhuac” e Ifigenia Cruel, la grabación se
había convertido en una máquina burocrática, de conferir realizó en el último año de vida de don Alfonso:
títulos profesionales, a través de un ergotismo reglamenta-
rio que apenas dejaba espacio para un minúsculo esfuerzo Nota de 1932: entre tanto, al paso que vamos, será oh gra-
de cultura; los alumnos acudían a la Universidad de mala mófono, y no la máquina de escribir, el instrumento llama-
gana, bostezando, buscando los medios de aprobar cuanto do a estas conquistas. Ya, en el archivo de la palabra conser-
antes la asignatura…2 vada en el Centro de Estudios Históricos, de Madrid, tene-
mos en discos la voz do Juan Ramón Jiménez, de “Azorín”,
Al momento de la llegada de los intelectuales españoles, parti- de Pío Baroja, de Ramón Menéndez Pidal, de Ramón y
cularmente en el área de las ciencias sociales y de la conducta Cajal, de Unamuno, de Alcalá Zamora, de Cossío, de Va-
—como ahora les llamamos— nuestro país vivía un periodo de lle- Inclán, de los hermanos Alvarez Quintero…3
férreo nacionalismo que no excluía cierta dosis de xenofobia y
aislamiento; Cárdenas, uno de los principales promotores del Hijo de la Escuela Nacional de Jurisprudencia y con el valioso
nacionalismo revolucionario, fue al mismo tiempo uno de los antecedente de haber sido esa casa la cuna del Ateneo de la Ju-
más importantes generadores del cambio hacia el universalis- ventud; a Reyes le preocupaba mucho el desarrollo intelectual
mo y al cosmopolitismo que sería la pauta de la post guerra en de la que entonces, como ahora, era la principal institución de
México y que hizo posible a escritores como Carlos Fuentes, enseñanza jurídica en México. Más allá de los aspectos mera-
José Emilio Pacheco o Sergio Pitol, todos ellos alumnos de mente jurídicos y de la especialidad de la materia, la relación
los exiliados republicanos, Carlos Fuentes dentro de la Facul- con los maestros del exilio español servía a don Alfonso para
tad de Derecho de la unam; que permitieron la presencia de establecer nuevos criterios de pensamiento y nuevos modelos
diplomáticos como García Robles, también discípulo de los vitales en los que la cultura ocupara un lugar preponderante
transterrados o artistas plásticos como José Luis Cuevas. Esta en la vida del abogado mexicano; su preocupación porque los
aparente contradicción en el pensamiento y régimen carde- estudiantes de derecho contaran con promotores culturales de
nista, encuentra una explicación en dos factores fundamen- la más alta categoría lo llevó a impulsar la vocación literaria de
tales; primero, el nacionalismo de los españoles que estaba muchos de sus estudiantes —Carlos Fuentes entre ellos— que
construido en la conciencia de la multiculturalidad de España, además eran alumnos de sus amigos republicanos. Asimismo,
que había dado, durante la República, derechos a las regiones lo hizo apoyar el trabajo de los exiliados fuera de sus especia-
y a las lenguas y que, en tal sentido no era incompatible con lidades propiamente jurídicas —no es nuevo decir que tuvo
el nacionalismo revolucionario pero que lo complementaba y una influencia considerable al momento de revalidar estudios
lo acrecentaba notablemente; por otra parte, el agotamiento y títulos para que los juristas exiliados pudieran ejercer libe-
del modelo violento y excluyente que parecía representar la ralmente su profesión—-, pero sobre todo a partir de la exhi-
vieja tradición revolucionaria y que devenía inoperante para la bición de su trabajo y reflexión en materias aparentemente le-
lucha contra el fascismo y el establecimiento del nuevo orden janas del quehacer cotidiano del abogado. Así, recurría a Gaos
mundial que siguió a la derrota de las naciones del Eje. de manera frecuente para la reflexión en torno al lenguaje:
Cárdenas y sus diplomáticos e intelectuales no actuaban
a ciegas, al contrario, la calidad del diálogo establecida entre Me incomodaba que, entre nosotros —y aun en ambien-
mexicanos y españoles desde los tiempos legendarios del Ate- tes más cultivados— quien quiere escribir sobre la poesía

2  Alfonso Reyes, Crisis de la Universidad española. Obras comple- 3  Alfonso Reyes, 1919, Máquinas. Obras completas, Tomo VIII,
tas, Tomo III, p. 351. p. 398.

invndación castálida  |  15
se considere obligado a hacerlo en tono poético (¡ya con humano y amistoso de Reyes; confirmó en el mexicano uni-
esa Musa hemos cumplido caballerosamente a su tiempo versal la idea de hispanidad como una enorme nacionalidad,
y lugar!), y se figure que el tono científico o discursivo es, como un espacio cultural y una vocación en el ámbito de lo
en el caso, una vejación. “Yo sospecho —me decía José humano; al recoger el día, Reyes sitúa a Gaos como una de las
Gaos— que lo mismo les pasaba a los místicos cuando los inteligencias más potentes que le fue dado conocer. Gaos mu-
teólogos comenzaron a establecer la ciencia de Dios.” Pero rió doce años después del deceso de Alfonso Reyes. En el año
una cosa es orar, y otra filosofar sobre el sentido y alcance de la muerte de Gaos, se publicó un volumen misceláneo en
de la plegaria; una comer, y otra escribir sobre dietética. homenaje al regiomontano. La voz del español, da una mues-
Si entre nosotros se usaran las prácticas de los liceos a la tra tanto del afecto como de la dimensión que para el pensa-
francesa, los niños mismos sabrían que se pueden examinar miento español significó el auxilio de Reyes a la República así
los textos poéticos mediante procedimientos intelectuales, como representa el punto del encuentro en que para ambos,
sin que ello sea un desacato ni tampoco una impertinencia. como para muchos otros, la mexicanidad o la hispanidad se
En cambio, muchos, por acá y por allá, no sólo esperan el convirtieron en meros adjetivos, en facetas de un sólo y enor-
piquete del estro antes de emprender una labor puramente me fenómeno, el de la inteligencia y la expresión:
metódica, sino que, además, se desabrochan el cuello, se
despeinan y hasta entornan los ojos…4 Los años de la primera huelga general revolucionaria en
España y del “desastre de Anual”, germen de al dictadu-
El diálogo llegó a tal grado entre Gaos y Reyes, que el ra de Primo de Rivera con todas las demás consecuencias.
mexicano se permite incluir al español como una interpola- Los años del final de “la guerra europea”, y de los prime-
ción dentro de sus ficciones, convirtiéndolo así también en ros de la post guerra. Años en los que tenía yo a Alfonso
personaje de su pluma, hecho que Gaos festejaba y solía ci- Reyes por un español, miembro “del Centro de Estudios
tar en cada ocasión propicia; en “La mano del Comandante Históricos”, lo que le daba toda la autoridad que ya tenía
Aranda”, Reyes cita un inexistente trabajo de Gaos como una éste. El tenerlo por español debió durar hasta que en la
de las razones metafísicas de la vuelta a la vida de la mano cer- Revista de Occidente, recién fundada, apareció en el número
cenada del militar revolucionario en el que no es nada difícil de noviembre de 1923 “El silencio por Mallarmé”, don-
identificar a Álvaro Obregón: de Ortega decía: “Probablemente sólo los pueblos jóvenes
(mejicano) y Chacón (cubano) —piensan ahora en Mallar-
Pero, una noche, la mano empujó la puerta de la biblioteca mé…” Pero también debí de olvidarlo, porque recuerdo
y se engolfó en la lectura. Y dio con un cuento de Maupas- que quince años después, al venir a México, y durante mu-
sant sobre una mano cortada que acaba por estrangular al chos años más, de la estancia aquí, tuve la impresión de no
enemigo. Y dio con una hermosa fantasía de Nerval, donde haber sabido hasta entonces la verdadera nacionalidad de
una mano encantada recorre el mundo, haciendo primores quien iba a presidir La Casa de España en México. Qué
y maleficios. Y dio con unos apuntes del filósofo Gaos so- importa: ¿qué no será Alfonso Reyes el más español de los
bre la fenomenología de la mano… ¡Cielos! ¿Cuál será el mexicanos, incluyendo en la cuenta al gran Juan del Siglo
resultado de esta temerosa incursión en el alfabeto?5 de Oro? Alguna vez le conté todo esto y lo comentó con
cara animadísima de complacencia.6
Al final de su vida, la presencia de los exiliados españoles se
había consolidado como parte fundamental del patrimonio

4  Alfonso Reyes, Al Yunque. Obras completas, Tomo XXI, p. 249.


5  Alfonso Reyes, La mano del comandante Aranda. Obras comple- 6  José Gaos, Evocación de Alfonso Reyes, en Presencia de Alfonso
tas, Tomo XXIII, p. 241. Reyes, 1969.

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TINTA EN ALAS DE PAPEL: ESPAÑA - MÉXICO

La patria en vilo

tón y expresivo de nuestros padres y maestros, y la discreción


Ana García Bergua llena de sobreentendidos del capitalino medio. En realidad,
México terminaba al cruzar el umbral de la casa. Y esta geo-
grafía parchada, de costumbres, de olores y sonoridades recias
se extendía, en mi caso, al colegio Madrid, al Luis Vives, a la
Yo nací teniendo ya enemigo: el general Franco, el tal caudillo primaria del profesor Costa Jou o a las casas de los amigos
que se había puesto la gracia de Dios como una casaca robada, hijos de refugiados, donde el acento y la memoria de esta pa-
era el causante de una larga historia de huidas, separaciones tria casera se repetía y conservaba a fuerza de terquedad. Con
y desgracias familiares, que culminaban, en su parte más trá- los años y con las casas y familias propias, el país del que los
gica, con la muerte por paludismo de mi abuelo Emilio en el padres y los abuelos habían tenido que escapar, y al que debían
mundo tropical y para él tan ajeno de la República Dominica- regresar algún día, se convirtió en una entelequia inubicable.
na, y en su parte más contradictoria para mí, en el encuentro A la larga, lo que me dio esta pugna que siguió ahí mucho
entre nuestros padres aquí en México, en la Juventud Socia- tiempo sin resolverse, entre la patria real y aquella patria inte-
lista Unida, y su matrimonio. Digo contradictoria, porque así rior, de alguna manera espiritual, fue la sensación de vivir en
como el general Franco era el causante de tantas desgracias un territorio intermedio, desde el que miraba a México como
en la familia, a la vez debíamos a su irrupción sangrienta el en vitrina, con fascinación: las calles que olían a provincia,
haber nacido: yo, mis hermanos, mis primos y tantos otros. las cúpulas amarillas de las iglesias, la discreción, la formali-
En efecto, era más probable que papá y mamá se conocieran dad, vestirse de domingo, ir a la panadería y decir albures, la
aquí, en los coros koljosianos de la JSU, que en algún cruce de malicia y la inocencia, un mundo que de alguna manera me
caminos entre Cataluña y Aragón. No era fácil vivir con eso. tenía que ganar para poder acceder a él con la misma oriunda
De cualquier manera nosotros, los hijos de estos exiliados, displicencia con que habitábamos la patria mítica de los exilia-
éramos ya mexicanos, y era difícil decir que proveníamos de dos republicanos. Este linde irresoluble de la no pertenencia
España, de una raíz terrestre que estuviera aún ahí. México, me hizo acogerme, en mi caso, a un territorio personal y más
vivir en México, haber nacido en México, era el resultado aza- universal, que es de alguna manera el de quienes observan: la
roso de una especie de saga que convergía con las de otros literatura. Todo lo que pudo y no pudo haber sido, la cualidad
muchos en un colegio y unas casas donde se ceceaba, se solía tan azarosa de nuestros nacimientos, de nuestra historia, per-
ser de izquierda y se deseaba la muerte de Franco cada fin de mitía la posibilidad de que tantas otras cosas hubieran ocurri-
año como un ritual. El brindis con que terminaba el himno do en el trasiego aterrado de los exiliados que huían en tren,
del colegio Madrid resultaba ser, en la primaria, una espe- en barco, en lo que fuera hacia cualquier lugar que los hubiera
cie de privilegio guerrero que no cesaba de recordarnos aquel acogido: pudimos haber nacido en la Unión Soviética, en la
bombardeo primigenio del que procedíamos, y el himno de Dominicana o incluso en Francia.
Riego insistía en el timbre de gloria que representaba el nacer Nuestra historia pudo ser tantas historias, y a la vez to-
y sentirse español. das las historias del exilio republicano eran de alguna manera
Según mi corta edad lo podía entender, nuestro lugar de nuestras. Entre todos llevamos un poco de esa huída, y ese
origen era en realidad una tragedia ocurrida en el tiempo, de cruce de caminos, esa maraña de destinos truncados o des-
la que, para colmo, estábamos desterrados: se trataba de una viados de su cauce original de una manera tan trágica, y a fin
patria truncada, sostenida en vilo en medio del paso indiferen- de cuentas tan misteriosa, nos daba una identidad. Quizás la
te y ciego de la historia. Entrar a casa y cecear, salir y silbar sensación de provenir no de un lugar, sino de una historia, me
con la ese del Distrito Federal: los tacos y las alubias con cho- destinó a la narración.
rizo, las radionovelas de Kalimán y la zarzuela, el nervio gri-

invndación castálida  |  17
TINTA EN ALAS DE PAPEL: ESPAÑA - MÉXICO

México y España cuarenta años


de un reencuentro

enérgicamente la ejecución de seis opositores a la dictadura,


Mario Ojeda Revah canceló los intercambios económicos y comerciales, inte-
rrumpió las comunicaciones aéreas, marítimas, telefónicas y
telegráficas y llegó al extremo de exigir la expulsión de Es-
paña de la onu. En los estertores de su agonía el moribundo
Hace cuarenta años, el 28 de marzo de 1977, los gobiernos de régimen franquista respondió de manera igualmente airada, al
México y España acordaron establecer relaciones después de convocar una manifestación masiva en la Plaza de Oriente de
otros “cuarenta” sin tenerlas formalmente.1 En efecto, el últi- Madrid, mientras evocaba el “obscuro” papel desempeñado
mo embajador de México en España, Adalberto Tejeda había por el presidente mexicano en los aciagos sucesos del 2 de
dejado territorio español en algún momento el 8 y el 10 de octubre de 1968, como Secretario de Gobernación.2
marzo de 1939, poco después de que el Presidente de la Repú- En marzo de 1977, la transición española a la democracia
blica Española, Manuel Azaña renunciase al cargo. Cuando el estaba todavía en marcha, pues no se había siquiera legalizado
general Francisco Franco proclamó su victoria el 1 de abril, el a todos los partidos, ni mucho menos celebrado elecciones.
gobierno de Lázaro Cárdenas se negó a reconocer al régimen No obstante, el gobierno de López Portillo apresuró el acer-
castrense emanado de la Guerra Civil. camiento y estableció relaciones con un gobierno todavía he-
En 1945, su sucesor en la Presidencia, Manuel Ávila Ca- redero de la dictadura. No fue una reanudación de relaciones
macho, estableció relaciones diplomáticas formales con el go- en sentido estricto, sino el establecimiento de relaciones entre
bierno de la República en el exilio, formado en agosto de ese el Reino de España y los Estados Unidos Mexicanos.
mismo año y encabezó una vigorosa campaña para impedir De este modo, el 28 de marzo de 1977, los cancilleres de
que la España franquista fuese admitida en el seno de la recién España y México, Marcelino Oreja y Santiago Roel respecti-
creada Organización de Naciones Unidas (onu), causa en la vamente, se encontraron, de modo todavía furtivo, en París,
que su gestión diplomática tendría éxito. concretamente en el célebre Hotel Georges V, donde inter-
Una década más tarde, no obstante, el ingreso de España cambiaron notas verbales frente a un reducido número de
a la onu, México mantuvo el reconocimiento a la República periodistas, en las que expresaron su voluntad de establecer
Española en el exilio como el gobierno legítimo de España y vínculos diplomáticos, España de manera lacónica y México
persistió en su renuencia a establecer vínculos diplomáticos de forma más entusiasta.3
con el régimen franquista. Pese a constantes presiones y ru- Aunque se especuló que México habría de designar un em-
mores en sentido opuesto, siete presidentes mexicanos perse- bajador de muy alto nivel, rumoreándose incluso, el nombre
verarían en dicha enemistad. del escritor jalisciense Agustín Yáñez para ocupar dicho cargo,
Con todo, las relaciones entre ambos países, comerciales, López Portillo nombró como embajador ante Madrid al ex
económicas y culturales habrían de discurrir e intensificarse en presidente Gustavo Díaz Ordaz, nombramiento que se hizo
las décadas sucesivas por canales no oficiales. Así, el garbanzo público el 4 de abril de 1977, que escandalizó de inmediato a
sinaloense seguiría siendo exportado a la Península, mientras la izquierda mexicana, que vio en la designación una afrenta
que el aceite de oliva y el vino español seguirían afluyendo y provocó la renuncia de Carlos Fuentes como embajador en
de modo ininterrumpido hacia México. Los toreros de am- Francia.4 Su misión, no obstante sería efímera. El 2 de agosto,
bos lados del Atlántico continuarían participando en festejos a escasos once días de su presentación oficial como embajador,
taurinos; tanto como los artistas de ambas orillas continua- Díaz Ordaz tomó abruptamente el primer avión y regresó a
rían sus giras y presentaciones en los dos países. Piénsese, si México. ¡Me voy porque se me da la gana! ¡Y no regresaré,
no, en Agustín Lara, Jorge Negrete, Cantinflas, el trío de los
Panchos, o, inversamente, Sarita Montiel, Los Churumbeles,
2  “Las ejecuciones una vileza. Cancela México todo trato con
Serrat, Raphael y tantos otros. España. Pide a la onu su expulsión”, en, Excélsior, 29 de septiembre
Todavía en octubre de 1975, a un mes y medio escaso de de 1975.
la muerte de Franco, el gobierno de Luis Echeverría condenó 3  “México y España reanudan las relaciones diplomáticas”, en
El País, Madrid 29 de marzo de 1977.
1  En realidad, fueron 38, desde marzo de 1939 hasta marzo de 4  José López Portillo, Mis tiempos: biografía y testimonio político,
1977, pero a través de los años el dicho se tornó en conseja. Volumen 1, México, Fernández Editores, 1988, pp. 564 y 572.

18  |  febrero, 2017


no me despediré de nadie, ni del rey!”. Díaz Ordaz cumplió mexicano, dan testimonio de una influencia española renova-
su palabra, y dejó la nueva relación al garete, ya que muchos da en nuestro país. Todo ello, por no hablar del impacto de
españoles consideraron la actitud del embajador como una las editoriales, revistas literarias y culturales y prensa española
afrenta a España.5 sobre la vida cultural de México, rubro, que merecería por
Con todo, la crisis sería superada, con el nombramiento de sí solo un artículo aparte. O bien, los intercambios crecien-
un nuevo embajador. Meses más tarde la relación comenzó tes entre universidades y centros de investigación españoles
a dotarse de contenido mediante la suscripción de una serie y mexicanos, y la movilidad estudiantil y académica que han
de acuerdos que incluyeron un tratado de extradición y un generado.
Convenio Básico de Cooperación Científica y Técnica.6 Poco El “milagro económico español” –que le permitió a ese
después se signaron nuevos convenios que culminarían en una país un par de décadas de crecimiento sostenido, e incluso
asociación estratégica creciente entre ambos países. convertirse por breve tiempo en la octava economía del mun-
Desde entonces la relación bilateral no dejó de crecer. Así, do, habría de traducirse en lo que los años noventa se dio en
después de la visita de Suárez, López Portillo visitó España llamar la “Reconquista de América Latina” por compañías es-
y los Reyes, México. Todos los ulteriores mandatarios mexi- pañoles tales como los bancos BBVA, y Banco Santander, la
canos habrían de visitar España, siendo correspondidos por empresa Telefónica, etc.
sus pares españoles, que hicieron de México una parada visita Después de la crisis de la deuda soberana iniciada en 2008,
obligada de sus periplos por el exterior. Las cumbres ibero- la economía española entró en recesión lo que llevó al des-
americanas, inauguradas en Guadalajara en el año de 1991 y empleo a 5.5 millones de españoles. Fue entonces que se dio
celebradas bianualmente son reflejo de la asociación estratégi- una nueva emigración española hacia América Latina en ge-
ca que se estableció entre ambos países y del papel que ambos neral y hacia México en particular.8 Así se calcula que entre
se arrogaron como promotores y animadores de una comuni- 2008 y 2014 se registraron 4,335 emigraciones de españoles
dad iberoamericana de naciones con sustento; iniciativa que, a México.9 Se trataba en su mayoría de jóvenes profesionistas
tristemente no ha terminado de cuajar.7 de ambos sexos con una alta formación.
De modo inverso, España ha jugado un papel crucial estos En el ámbito económico, las tornas parecieron cambiar
años como puente entre Europa y México que derivaría a la también y se habló incluso de la “Conquista de España” por
postre en la exitosa firma de un Acuerdo de Asociación Eco- México después del desembarco de varias empresas mexicanas
nómica, Concertación Política y Cooperación, La transición en la Península, aprovechando.10 De ése modo inversionistas
a la democracia se convirtió para muchos en un paradigma de mexicanos incursionaron en la adquisición de empresas es-
cambio político pacífico digno de ser emulado. Desgraciada- pañolas en el rubro alimentario: Sigma en Campofrío11; de
mente, el proceso análogo en México se fue retrasando, em- salas de exhibición cinematográfica, mediante la adquisición
pantanando, e incluso retrocediendo, tal y como fue patente de 400 cines de la cadena Yelmoplex12, o ado, la empresa de
para muchos, sobre todo después de las elecciones de julio de transporte que a mediados de 2013 adquirió cerca de 2,000
1988 y del 2006. autobuses de la empresa española Avanza13, por mencionar
La efervescencia cultual suscitada por el tránsito a la de- tan sólo algunos ejemplos.
mocracia en España tuvo sin duda repercusiones muy grandes Resulta evidente que la relación bilateral ofrece todavía un
en nuestro país. La llamada movida madrileña, las nuevas ex- potencial enorme, especialmente ahora que nuestro país en-
presiones de un cine español renovado, que van desde un Car- frenta la urgente necesidad de diversificar sus vínculos con el
los Saura a Pedro Almodóvar, o la música de Radio Futura, exterior, más allá de la asfixiante dependencia que ha desarro-
Mecano y tantos otros y su proyección sobre el rock en español llado con los Estados Unidos en el último cuarto de siglo.

8  Véase, por ejemplo, “México atrae a españoles desemplea-


dos”, en, Expansión, miércoles, 24 de abril de 2013.
9  María Jara Rodríguez-Fariñas, et al. “Los exiliados econó-
micos. La nueva emigración española a México (2008-2014)”, en,
Script Nova, Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales Uni-
versidad de Barcelona, vol. XX, núm. 531, marzo de 2016, p. 3.
5  Sobre el bochornoso episodio, véase “Diplomacia efímera”, 10  “México, a la conquista de España” en El Mundo, Madrid,
en, Proceso, México, 5 de agosto de 1977. 14 de septiembre de 2015.
6  “Decreto de promulgación del Convenio Básico de Coopera- 11  “Campofrío se queda solo en manos mexicanas: Sigma con-
ción Científica y Técnica entre el Gobierno de los Estados Unidos trola el 100%. La compañía china Shuanghui vende su porcentaje
Mexicanos y el Gobierno del Reino de España, suscrito en la ciudad de la cárnica a su socia de México, en El País, Madrid, 4 de junio
de Madrid el día catorce de octubre de 1977, en Diario Oficial de la de 2015.
Federación, 8 de marzo de 1978.” 12  “El grupo mexicano Cinépolis compra la cadena española
7  Agustín Sánchez Andrés y Pedro Pérez Herrero, Historia de Yelmo Cines”, en El País, Madrid, 13 de julio de 2015.
las relaciones entre España y México, 1821-2014, Madrid, Marcial Pons 13  “España, ¿la nueva frontera de las empresas mexicanas?”, en
Editores, 2016, p. 228. Expansión, 5 de agosto de 2015.

invndación castálida  |  19
TINTA EN ALAS DE PAPEL: ESPAÑA - MÉXICO

40 años de reconocimiento oficial


México y España, identidad
y alianza más allá de la diplomacia

Durante los tres violentos años que duró la Guerra Civil


Mariana González Reyes española hubo tal implicación entre los mexicanos que la so-
ciedad se dividió tomando partido por uno y otro bando, este
evento impactó a la sociedad mexicana como ninguno más allá
de nuestra frontera. El gobierno Republicano español fue de-
El 20 de noviembre de 1975 murió Francisco Franco, quien fendido a ultranza por el gobierno cardenista por su afinidad
había gobernado de manera dictatorial España por cerca de ideológica con el gobierno revolucionario. Esta decisión po-
cuatro décadas; su muerte no sólo permitió que España avan- lítica alcanzaría tal trascendencia en la imagen del país que se
zara hacia la democracia, bajo el liderazgo del entonces joven convertirá finalmente, en una política de Estado.2
Rey Juan Carlos I y del Primer Ministro Adolfo Suárez. Pese a A pesar de la ausencia de reconocimiento diplomático por
la pena que este acontecimiento significó para los partidarios parte de los gobiernos de México al gobierno del general
del franquismo, en México la noticia fue recibida con júbilo, Franco las relaciones informales entre ambos países, fueron
especialmente por los exiliados y por el gobierno de México. muy intensas. Las relaciones comerciales y culturales, nunca
En pocas palabras “muerto el perro se acababa la rabia”; junto cesaron, hubo acuerdos en comunicaciones y transportes que
con Franco desaparecía la causa que había llevado al aleja- permitieron el constante trasiego de uno y otro lado del At-
miento oficial entre ambos países. El fin de la dictadura en lántico. La migración española no se limitó al exilio, al ser la
España abría paso a la democracia y el gobierno mexicano ya emigración económica desde España a México una constante
no tendría motivos para desconocer a este gobierno. a lo largo de estos casi 40 años.
El apoyo abierto por parte del gobierno del presidente Lá- A México llegaron empresarios, comerciantes, profesionis-
zaro Cárdenas a la República Española en la Guerra Civil que tas, representantes de la iglesia; es justamente en este periodo
asoló ese país entre 1936 y 1939, no se limitó a la ayuda militar cuando se consolida el Opus Dei. Además de toreros, produc-
y material que le brindó, pese a las dificultades económicas, y tores de cine y actores. La identidad cultural entre ambos paí-
a una parte de la opinión pública, sino que se continuó tras la ses se reflejó sobre todo en el cine, la música y los espectáculos
derrota republicana primero, mediante la acogida de miles de en general. Figuras como Sarita Montiel, Carmen Sevilla, Jo-
exiliados y más tarde con el establecimiento del gobierno de selito, así como, Agustín Lara, Jorge Negrete, El Trío Cala-
la República en suelo mexicano. En agosto de 1945, el Presi- veras y muchos más que serían asimilados como propios por
dente Manuel Ávila Camacho autorizó la extraterritorialidad ambos países.
de las Cortes españolas para que se sesionaran en el Salón de En la década de los cincuenta, durante los sexenios de Mi-
Cabildos del Ayuntamiento de la Ciudad de México.1 guel Alemán Velasco y de Adolfo Ruíz Cortines, se crearon
De manera que, la cancillería mexicana anunció su acuer- expectativas acerca de una posible reconciliación con el fran-
do de continuar sus relaciones diplomáticas con la República quismo, pero estas negociaciones nunca fructificaron.3 En
Española en el exilio, desconociendo al gobierno de Franco, al contraste a estos acercamientos, hubo momentos mucho más
argumentar la ilegalidad de este gobierno que habría llegado al espinosos entre México y España, como ocurrió casi al inicio
poder con la ayuda de la Alemania nazi y de la Italia fascista. de esta ruptura diplomática, en el año de 1945 cuando el go-
Esta decisión política tomada por el gobierno cardenista bierno de México solicitó que se bloqueara el ingreso de Es-
habría de trascender por 38 años, es decir siete sexenios. A paña en la recién creada Organización de las Naciones Unidas
lo largo de la historia del México independiente, la intensa
relación hispano-mexicana dio un giro durante y después de
2  Mario Ojeda Revah, México ante la República Española
la Guerra Civil española. La imagen de España se tornó más
¿Una política de Estado? en Política y Sociedad en exilio español, Mari
cercana, y paradójicamente, la hispanofobia avivada durante la
Carmen Serra Puche, José Francisco Mejía Flores y Carlos Sola
Revolución mexicana se revirtió con la alianza de los gobier- Ayape (coord.), Centro de Investigaciones sobre América Latina
nos herederos de la Revolución y la República Española. y el Caribe, México, Universidad Nacional Autónoma de México,
2015, pp. 33-46.
1  El gobierno republicano en el exilio estaba representado 3  Clara E. Lida, et al., México y el primer franquismo, 1939-1950.
interinamente por Diego Martínez Barrios, quien designaría a José Rupturas formales, relaciones oficiosas, México, El Colegio de México,
Giral como jefe del gobierno republicano. 285 pp.

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Anónimo, el Presidente de México, Lázaro Cárdenas, con los niños españoles.

mientras subsistiera el régimen de Franco, pese a la Doctrina En el año de 1975 cerca del ocaso del régimen franquista el
Estrada que normaba la política exterior del país. La diploma- Presidente mexicano Luis Echeverría, organizó una campaña
cia mexicana de la época argumentaba que dicha doctrina no de condena contra el régimen franquista como consecuencia
podía aplicarse al caso español toda vez que se tratara de un ré- de la ejecución de varios activistas en contra de la dictadura. Su
gimen impuesto por la intervención nazi. Esta propuesta tuvo gobierno no sólo solicitó al Secretario General de la onu, Kurt
éxito cuando la Asamblea General de la onu aprobó una serie Waldheim, la expulsión de España de dicho organismo interna-
de disposiciones contra España por las que se le excluyó de los cional sino que en un acto de abierta confrontación suspendió
organismos internacionales y se recomendó a los países miem- las comunicaciones y los intercambios económicos y culturales
bros a retirar sus representantes diplomáticos en Madrid.4 con dicho país. Esta condena fue interpretada como un artifi-
Dichas medidas en principio tenían la finalidad de aislar cio para recuperar la legitimidad perdida por la represión en
internacionalmente a España y de alguna manera precipitar contra de estudiantes en 1968, cuando Echeverría era Secreta-
el fin de la dictadura de Franco. Todo dio un giro con el ini- rio de Gobernación, y granjearse el apoyo de los grupos de la
cio de la Guerra Fría en 1947. Al dividirse Naciones Unidas izquierda mexicana. La respuesta del gobierno español fue en
en dos bloques, España comenzó a ser considerada como un este mismo sentido y se le acusó de incongruente.6
potencial aliado en contra del bloque comunista, por lo que La muerte del Caudillo Francisco Franco meses después
en 1950 fue revocada la resolución que recomendaba la retira- aceleró las negociaciones para la reanudación de relaciones
da de representantes diplomáticos de España y finalmente en diplomáticas. En un acto sorpresivo José López Portillo
1955 este país será admitido ante la onu.5 anunciaría la intención de su gobierno de reanudar las rela-
ciones diplomáticas entre ambos países. Las negociaciones se
4  Agustín Sánchez Andrés y Pedro Pérez Herrero, Historia de habían cabildeado entre el Comité Ejecutivo de pri, por en-
las relaciones entre México y España 1821-2014, Madrid, Marcial Pons,
2015, p. 177. 6  Luisa Treviño y Daniel de la Pedraja, México y España. Transi-
5  Agustín Sánchez Andrés y Pedro Pérez Herrero, op. cit., p. 179. ción y cambio, México, Joaquín Mortiz, 1983, pp. 111-119.

invndación castálida  |  21
cargo de Jesús Reyes Heroles con opositores antifranquistas la reconciliación entre México y España. A partir de 1977,
pertenecientes la Junta Democrática de España.7 El tema para España ha tenido un proceso de democratización indiscuti-
el gobierno mexicano sería qué hacer con los representantes ble, antes hubiera sido impensable que se abriera un proceso
de la República que habían mantenido un gobierno extrate- penal en contra de un miembro de la realeza. Por otro lado,
rritorial en México; resultaba imposible reconocer a la nueva la participación política de la sociedad española aumentó de
Monarquía española sin antes cancelar sus relaciones con la manera sobresaliente, como fue el caso del Movimiento de los
República en el exilio. De ese modo López Portillo se vio en Indignados formado a partir de la manifestación espontánea
la necesidad de romper con la República en el exilio, pese a de la sociedad española el 15 de mayo de 2011, tras los recor-
la oposición de algunos sectores de la izquierda mexicana que tes presupuestales y la crisis económica que inició en el 2008.
vieron en esta decisión una premura innecesaria. Resulta evidente que las relaciones entre ambos países
En marzo de 1977 el gobierno mexicano pactó secretamen- nunca han dejado de ser intensas; sin el reconocimiento diplo-
te con las autoridades del exilio, el Presidente José Maldona- mático, la presencia cultural de México en España y viceversa
do y su Primer Ministro, Fernando Varela, que se trasladaron nunca cesó. Pero después del reconocimiento diplomático la
desde París a México una cancelación conjunta de vínculos importancia de estas relaciones van muchísimo más allá de lo
por ambas partes.8 La inviabilidad ante la transición democrá- cultural. España es el segundo socio comercial e inversor en
tica en España haría que pocos meses después la República en México después de los Estados Unidos. La balanza de fuerzas
el exilio se auto-disolviera. entre ambos países ha cambiado tras el ingreso de España en
Diez días después, el 28 de marzo, en la ciudad de París se la Comunidad Europea. La inversión española en México se
reunieron funcionarios de los gobiernos de Adolfo Suárez y puede ver en todos lados, bancos, empresas energéticas, ho-
José López Portillo para reanudar las relaciones oficiales en- teles y desarrolladoras de infraestructura. Del lado mexicano,
tre ambos países. las inversiones más poderosas han sido en bienes raíces, ali-
Después de la reanudación como un acto de corresponden- mentos y minería. Sin duda la relación de identidad y alianza
cia entre México y España los presidentes respectivos viajaron han beneficiado a los dos países.
a México y a España a hacer una la visita oficial, así como, un En cuanto al pueblo mexicano y al español nunca ha dejado
año más tarde México recibiría por primera vez en su historia de sentirse cercanos, antes de Franco, con Franco y después de
la visita de los reyes de España. Franco. Los estrechos lazos que nos unen son fraternales,
La Transición española y su resultado ganó el reconoci- de respeto, de identidad y admiración recíproca, que van mu-
miento de todos los países y fue sin duda fundamental para cho más allá de la diplomacia.

7  La Junta Democrática española fue un organismo formado por


la coalición fuerzas políticas sindicales y sociales de oposición a la dic-
tadura franquista, Partido Comunista, Comisiones Obreras, Alianza
Socialista, Partido del Trabajo de España y el Partido Carlista.
8  Agustín Sánchez Andrés y Pedro Pérez Herrero, op. cit., p. 195.

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TINTA EN ALAS DE PAPEL: ESPAÑA - MÉXICO

Los descendientes del exilio


en México y el retorno a España

de transmisión de la nacionalidad española ha excluido a miles


Guiomar Acevedo López de nietos de españoles desplazados cuyos hijos nacieron en el
exilio.2
Revisando esta cuestión a profundidad, observamos que el
Código Civil español hace una clara distinción entre las perso-
Para los descendientes del exilio republicano, la noción del re- nas con derecho a optar a la nacionalidad española basándose
torno parece siempre haber oscilado entre anhelo y enfrenta- en el lugar de nacimiento de dichas personas y sus ancestros.
miento con la realidad; enfrentamiento a la realidad, tanto en Esta distinción entre los españoles nacidos en España y los na-
las contradicciones de las memorias heredadas con el presente cidos fuera, ha tenido importantes repercusiones sociales, pues
español, como en los obstáculos legales y sociales a los que es- limita el derecho de transmisión de la nacionalidad española.3
tos individuos se han enfrentado para adquirir la nacionalidad Desde su redacción original en 1889, la legislación espa-
española antes y después de la entrada en vigor de la Ley de ñola sobre nacionalidad no ha visto muchos cambios: al Real
Memoria Histórica. Decreto del 24 de julio de 1889 lo siguieron algunas leyes y
En el caso del exilio republicano español en México, los reformas en 1954, 1975, 1982, 1990, 1993, 1995, 2002.4 En lo
llamados descendientes del exilio son producto, no sólo de que respecta al regreso a España de los exiliados republicanos
una ruptura, sino también de la simbiosis de dos imaginarios: españoles y su descendientes, las modificaciones al Código Ci-
el mexicano y el español de la primera mitad del siglo xx, que vil hechas en 1995 (Ley 29/1995, BOE no. 264 de 04/11/1995)
se complementan, empero ciertas dificultades. En muchos ca- y en 2002 (Ley 36/2002, BOE n. 242 de 09/10/2002) resulta-
sos, estos individuos han heredado la necesidad de recuperar ron determinantes.
aquello que fue arrebatado, por lo que han heredado la noción La Ley 29/1995 modificaba el Código Civil en materia de
de que el regreso al espacio perdido reivindicará su identidad. recuperación de la nacionalidad española, planteando la supre-
Pero la idea de España que ha sido transmitida a estas genera- sión del requisito de ser residente legal en España para que el
ciones, es anacrónica, pues en México sobrevivió la España de interesado pudiera recuperar la nacionalidad española cuando
los años treinta, la de la República, muy diferente a la realidad la pérdida de la nacionalidad hubiese tenido lugar como parte
de la España actual. Por esta razón, el retorno implica una del fenómeno emigratorio. Es decir, para los emigrantes espa-
confrontación difícil de paliar para unos sujetos tan profunda- ñoles o hijos de emigrantes dicho requisito se suspendía.
mente mexicanos y con una visión tan nostálgica del pasado Esto permitió a muchos exiliados e hijos de exiliados, naci-
y de España.1 dos fuera de España debido al exilio de sus padres, recuperar
A esta confrontación interna hay que sumarle otra: la con- la nacionalidad española en 1996 y 1997. Los hijos de exi-
frontación con las leyes de adquisición y transmisión de la liados que recuperaron en ese momento la nacionalidad es-
nacionalidad española que, las más de las veces, han obstacu- pañola pudieron también transmitir dicha nacionalidad a sus
lizado su regreso a España. propios hijos, siempre y cuando éstos aún estuvieran bajo su
Para comprender las implicaciones que tiene el anhelo del patria potestad, es decir, siempre y cuando fueran menores
retorno a España para los descendientes del exilio republi- de edad; lo cual dio como resultado absurdas situaciones en
cano, hay que revisar los diversos obstáculos formales a los las que, en una misma familia, los padres eran españoles, sus
que éstos se enfrentan para volver, vis-à-vis la confrontación hijos menores de edad eran españoles también, pero sus hijos
interna que supone el sentimiento de estar ‘fuera de lugar’. En
este sentido, concretamente la legislación española sobre na-
2  Cf. Pilar Marcos y Jorge A. Rodríguez, “El derecho a volver a
cionalidad y los obstáculos que ésta ha representado para que
ser español”, El País, 27/05/2002. Disponible en línea: http://elpais.
los hijos y nietos de españoles desplazados accedieran a la na-
com/diario/2002/05/27/ultima/1022450401_850215.html
cionalidad española han condicionado el regreso a España de 3  Cf. J. M. Espinar Vicente, La nacionalidad y la extranjería en el
los descendientes del exilio republicano: el requisito de tener sistema jurídico español, Civitas, Madrid, 1994, pp. 102-103.
al menos un padre nacido en España para acceder al derecho 4  Cf. M. T. Echezarreta Ferrer, “Recent Modifications in the
Regulation of Spanish Nationality” en Spanish Yearbook of Internatio-
1  Cf. Acevedo López, Guiomar, Entre memoria y olvido: ochenta nal Law, vol. VIII (2001-2002), Martinus Nijhoff Publishers, Países
años del pasado contemporáneo español, Limusa-Morados, México. Bajos, 2005, p. 2.

invndación castálida  |  23
mayores de edad continuaban siendo extranjeros a los ojos del De cara a que la reforma del 2002 volvía a excluir a los
Estado Español. nietos de los exiliados y emigrantes españoles, en noviembre
Dado el carácter discriminatorio de esta reforma, a prin- de 2002, Alvar Acevedo López, coordinador general de Mo-
cipios de la década de los años 2000, varios descendientes de rados, hizo una solicitud formal al Defensor del Pueblo, Enri-
exiliados y emigrantes españoles dispersos a lo largo y ancho que Múgica, para que éste apelara en la Corte Constitucional
del planeta, decidieron unir fuerzas para demandar justicia la reforma de la ley en vigor que negaba el pasaporte español
con respecto a su derecho de sangre al acceso a la nacionali- a los hijos de ciudadanos españoles nacidos fuera de España
dad española. Gracias a las posibilidades de organización que como consecuencia del exilio o emigración de sus padres; así
proporcionaba el Internet, en 2001 surgió Morados, un grupo mismo, reclamaban una política integral de asistencia finan-
incluyente que incorporaba a cualquier español en el mundo ciera para personas exiliadas aún con vida y el derecho al voto
afín al objetivo de que España reconociera su derecho de ad- para los hijos y nietos de los exiliados.
quirir la nacionalidad española. Tanto para los descendientes del exilio republicano, como
El 14 de abril del 2001, día del 70 aniversario de la procla- para los descendientes de emigrantes españoles en general, el
mación de la Segunda República Española, Morados inició problema se resumía así: “si en teoría el Código Civil Espa-
una serie de campañas para cumplir ese objetivo. Su primer ñol está fundamentado en el principio del “ius sanguinis”, el
acción fue presentar una solicitud de consideración para la tratamiento que se le está dando al tema de Nacionalidad en
modificación del Código Civil vigente, en materia de nacio- este momento es insuficiente, dado que no está considerando
nalidad, al rey Juan Carlos de Borbón, con copia al enton- a los que habiendo heredado sangre española, por causas no
ces Presidente de Gobierno, José María Aznar, al Senado y al deseadas por nadie, nacieron en un país huésped, producto de
Congreso de los Diputados. Se buscaba obtener el reconoci- las cuantiosas emigraciones que han hecho españoles por el
miento oficial al derecho a acceder a la nacionalidad española mundo.”8
a todos los hijos y nietos de españoles de origen, sin limitación El Defensor del Pueblo desestimó estos reclamos, argumen-
de edad o lugar de nacimiento.5 tando que la Constitución otorga a la Legislatura los poderes
Esta campaña tuvo una respuesta favorable por parte de para decidir quién tiene derecho a la nacionalidad española, y
la Casa Real, la Presidencia Española, el Senado Español, el que la reforma aceptada por el Congreso estableciendo que
Congreso de los Diputados y el Ministerio de Justicia, seña- sólo los hijos de Españoles de origen (es decir, nacidos en Es-
lando la tramitación parlamentaria de nuevas modificaciones paña) podían adquirir la nacionalidad española, no contradecía
al Código Civil en materia de nacionalidad y haciendo mani- a la Constitución. Sin embargo, a partir de la petición original,
fiesta su intención de “favorecer al colectivo de los descen- en 2003 el psoe formuló una nueva propuesta de reforma que
dientes de emigrantes españoles” como uno de los objetivos buscaba remediar esta discriminación en el derecho a transmi-
fundamentales de estas nuevas reformas.6 tir la nacionalidad española, eliminando el requisito de que al
Así, en 2002 con la Ley 36/2002, el Código Civil volvió menos uno de los dos padres hubiera nacido en España.9
a ser modificado en materia de nacionalidad. Sin embargo, No fue hasta 2007, con la entrada en vigor de la Ley de
dichas modificaciones resultaban insuficientes al no satisfacer Memoria Histórica que se volvió a revisar el Código Civil en
plenamente las necesidades de justicia histórica de los des- materia de acceso a la nacionalidad española, recuperación de
cendientes de exiliados españoles: con esta nueva reforma se la misma y derecho a su transmisión. Así, la Ley 52/2007 del
introducía en el artículo 20 la posibilidad de optar por la na- 27 de diciembre de 2007, reconocía y extendía los derechos
cionalidad española sin límite de edad, pero únicamente para de aquellas personas que hubieran sido sujetas a persecución
las personas cuyo padre o madre hubiera sido originariamente política o violencia durante la Guerra Civil y la dictadura
español/a y hubiera nacido en España.7 franquista:
Es decir, las modificaciones hechas al Código Civil en 2002
mantenían una clara distinción entre las personas de origen La presente ley amplía la posibilidad de adquisición de la
español (nacidas en España) y las de ascendencia española. Esta nacionalidad española a los descendientes hasta el primer
distinción afectaba directamente a los nietos de los exiliados: grado de quienes hubiesen sido originariamente españoles.
sus padres, hijos nacidos fuera de España de españoles de ori- Con ello se satisface una legítima pretensión de la emigra-
gen, accedían a la nacionalidad ya que sus propios padres ha- ción española, que incluye singularmente a los descendien-
bían nacido en España, por lo que no se planteaba un límite tes de quienes perdieron la nacionalidad española por el
de tiempo o edad para optar por la nacionalidad española; sin exilio a consecuencia de la Guerra Civil o la Dictadura.10
embargo, sus propios hijos, es decir, los nietos de los exiliados
con condición de “españoles de origen”, no podían acceder a Sin embargo, los tardíos reconocimientos que hace la Ley
la nacionalidad española ya que, para que un padre o madre de Memoria Histórica en materia de adquisición o readquisi-
pueda transmitir a sus hijos la nacionalidad española sin límite ción de la nacionalidad española estaban gravemente limita-
de tiempo o edad no es suficiente que éste sea “español/a”, dos a un brevísimo periodo de tiempo de dos años.11
debe ser “español/a de origen” y haber nacido en España.
8  Cf. http://www.morados.net/documentos/solicitudenmien-
5  Cf. http://www.morados.net das.htm
6  http://www.morados.net/documentos/cartas/ministrojusti- 9  Cf. M. T. Echezarreta Ferrer, op. cit., p. 9.
cia.jpg 10  BOE no. 310, 27/12/07, p. 53411. Disponible en línea:
7  Cf. BOE n. 242 de 09/10/2002. Disponible en línea: http:// http://www.boe.es/boe/dias/2007/12/27/pdfs/A53410-53416.pdf
www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2002-19484 11 Cf. BOE no. 310, 27/12/07, p. 53415. Disponible en línea:

24  |  febrero, 2017


de adquisición o transmisión de la nacionalidad española. Sin
embargo, en la medida en la que España teóricamente rige
sus leyes de nacionalidad con el principio del ius sanguinis o
derecho de sangre, estas situaciones de discriminación dan
como resultado que las leyes españolas de adquisición de la
nacionalidad española, con sus tres categorías (de origen, por
residencia y por opción), entren en polémica con el derecho de
repatriación, el cual confiere a cualquier persona el derecho
de regresar a su país de origen y se vincula al principio del ius
sanguinis (para el otorgamiento de nacionalidad para los hijos
nacidos fuera de su país) para facilitar el regreso de las diáspo-
ras a sus países de origen.13
La concatenación de todos estos obstáculos internos y ex-
ternos, genera que, para los descendientes del exilio, el anhelo
del retorno, implique, no sólo la confrontación identitaria con
las contradicciones de la memoria heredada, sino también la
confrontación con un marco legal que, en muchos casos, los
ha obligado a convertirse en extranjeros en un país que recla-
man como suyo; sin embargo, desde la aparición de Morados
y subsiguientes organizaciones como la Asociación de Des-
cendientes del Exilio Español, se han cosechado importantes
victorias en la lucha por la conservación y reivindicación de la
memoria del exilio, estrechando las relaciones de la comuni-
dad de descendientes del exilio republicano con España.

Colegio Madrid.

Por otra parte, el reconocimiento al derecho a optar por


la nacionalidad española de los nietos de exiliados, dependía
de la definición misma del término exiliado: “a los efectos del
ejercicio de los derechos de opción reconocidos en la Dis-
posición Adicional Séptima de la Ley 52/2007, se presumirá
la condición de exiliado [únicamente] respecto de todos los
españoles que salieron de España entre el 18 de julio de 1936
y el 1 de diciembre de 1955”.12
Así pues, si bien las reformas en materia de adquisición y
transmisión de la nacionalidad española han remediado algu-
nos de los problemas a los que se enfrentaban los descendien-
tes del exilio republicano español, el regreso a España conti-
núa siendo una carrera de obstáculos, pues se han creado mar-
cadas divisiones discriminantes en muchas familias, ya que sus
miembros no necesariamente gozan de los mismos derechos

http://www.boe.es/boe/dias/2007/12/27/pdfs/A53410-53416.pdf
12  Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación: “Prue-
ba de la condición de exiliado del abuelo o la abuela”, maec, Gobier-
no de España. Disponible en línea: www.maec.es/es/MenuPpal/
Consulares/SolicitudNacionalidad/Paginas/Pregunta3.aspx. Fecha
de acceso: 4 de diciembre, 2008. Confróntese también: Jefatura del 13  El derecho a la repatriación se estipula en el artículo 13 (2)
Estado, “Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Todos tie-
y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes pade- nen derechos a salir de cualquier país, incluyendo el suyo, y regresar
cieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la dictadu- a él”. Disponible en línea: http://www.un.org/es/documents/udhr/
ra”, Disposición Adicional Séptima: Adquisición de la nacionalidad Confróntese también: acnur, La situación de los refugiados en el
española, (BOE número 310 de 27/12/2007), p. 53415. mundo. En busca de la solidaridad, Madrid, 2012.

invndación castálida  |  25
TINTA EN ALAS DE PAPEL: ESPAÑA - MÉXICO

Encuentro 25 años: España y México

favorecen la convivencia social del pueblo español. Por pri-


mera vez desde la caída de la República en 1939, y el fin de la
Cuauhtémoc Cárdenas dictadura franquista en 1975, se presenta y discute en España,
con amplia divulgación hacia la opinión pública, lo que fue
el exilio republicano: los 20 a 30 mil españoles que pudieron
atravesar el Atlántico para encontrar un nuevo hogar y nueva
Hace un cuarto de siglo, el 18 de marzo de 1977, al regresar vida en la hospitalidad solidaria de los mexicanos y, en menor
de un recorrido en el que acompañé al presidente de Méxi- escala, en otros pueblos de este continente; y las visisitudes y
co, el licenciado José López Portillo, por la tierra caliente de sacrificios por los que tuvieron que pasar los españoles que
Guerrero, en las últimas horas de la tarde muchos mexicanos buscaron asilo en Francia que se estiman de 300 a 500 mil,
escuchamos el mensaje del último presidente de la República pudiendo agregarse también el gran marco del exilio repu-
Española, Don José Maldonado, anunciando la cancelación blicano, la vida de los derrotados militar y políticamente en
de las relaciones diplomáticas entre su gobierno y el nuestro. España de la dictadura.
“En esos momentos, casi tenía las lágrimas en los ojos”, de- Para los mexicanos, el exilio republicano español desde que
claró, entonces, el presidente de México; yo puedo agregar llegó fue parte de su vida, la integración por el país y con
que, así como él, estábamos muchos mexicanos, para quienes su gente se dio desde los primeros momentos, así se empezó
la causa de la República Española formaba, y sigue formando, a conocer al trabajador de la ciudad o del campo que era el
parte de nuestros sentimientos, convicciones, afectos y moti- nuevo compañero o el nuevo vecino, así comenzaron a darse
vaciones políticas y sociales. las muy diversas aportaciones a la cultura, a la enseñanza, las
En aquellos días escribí: “para los republicanos españoles artes, la actividad empresarial y financiera. Los que llegaron,
que con lealtad han mantenido viva la llama de su ideal, pri- sin perder sus raíces y amor a su patria que habían dejado,
mero luchando contra la intervención nazi-fascista en España se volvieron también mexicanos, haciendo crecer familias y
y más tarde reuniendo en México a las cortes y constituyendo profundizando en su trabajo. El país supo y ha sabido en todo
aquí su gobierno en el exilio; y para los mexicanos que com- momento de ellos, de sus logros, de sus anhelos de ideales.
partimos su ideal, la cancelación de las relaciones nos repre- Pero en la península, la dictadura no quiso oír ni hablar del
senta un paso doloroso. La situación política en España en los exilio republicano, y creyó que su silencio iba a significar ol-
últimos meses, dije entonces, se ha venido transformando; po- vido para todos. Quienes quedaron allá, las familias rotas, las
demos pensar que la monarquía instaurada tendrá que abrir el amistades truncadas durante los años del oscurantismo, guar-
paso ante la decisión de organización popular a una vida más daron la dignidad y el recuerdo de los que habían partido, y
democrática para el pueblo español. Al mismo tiempo, parece la represión y el temor hicieron que el tema permaneciera
anunciarse (seguía diciendo en mi escrito) que las relaciones en el silencio, sin transmitir los dolores y las angustias de la
diplomáticas entre los gobiernos de ambos países se restable- ausencia y la separación a las generaciones jóvenes para no
cerán a muy corto plazo y serán sólo las relaciones diplomá- exponerlas a los múltiples riesgos de la represión.
ticas las que se reanuden, pues las culturales y económicas y, Hubo, por otro lado, decenas de miles de españoles que a
sobre todo, las afectivas e ideológicas las han mantenido sin la derrota de la causa republicana cruzaron la frontera, espe-
interrupción los distintos sectores de los pueblos españoles y raban una acogida fraterna y lo que encontraron fueron los
mexicanos”. campos de concentración en los que los internaron las auto-
Me parece que no me equivoqué en lo que hace 25 años ridades francesas; fueron campos de sufrimiento y privacio-
expresé, las relaciones diplomáticas entre los dos gobiernos nes muy duros por parte de una Francia que pronto caería
se restablecieron muy poco tiempo después. Por otro lado, también sojuzgada por el nazismo, y de quienes ahí fueron
España ha avanzado desde entonces con solidez por los ca- internados cómo se les trató, tampoco se habló en la España
minos de la edificación democrática. En este caminar fueron franquista. Menos, se permitió que el español común y co-
quedando algunos pendientes, y en relación a uno de ellos es rriente tuviera conocimiento de que en España misma existían
que me encuentro una nueva presencia de México en Espa- 104 campos de concentración para los combatientes derrota-
ña que muestra una vez más la estrecha cercanía de ambos dos y los desafectos políticos, y que a esos campos se entraba
pueblos y que de modo particular, abren nuevos causes que sólo para salir a pararse frente al pelotón de fusilamiento, para

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realizar trabajos forzados o, en el mejor de los casos, para el a poner las cosas en su lugar y el pasado en el pasado, y el pre-
exilio confinado dentro del país mismo. Tampoco se supo de sente en el presente, y a cada quien en el sitio que se ganó en
niños arrebatados a sus padres republicanos, y de los miles de vida y que le corresponde en la historia. A conocer, entonces,
desaparecidos, ni que concluida la guerra civil todavía murie- sin distorsiones ni ocultamientos el devenir de su país y de
ron un millón más de españoles, ni de las innumerables fosas su gente, y con todo ello asentar bases para que nunca más
comunes que en estos días se están abriendo para recuperar se den condiciones que permitan se vuelvan a vivir épocas de
los restos de seres queridos; ni se dijo de que a cualquiera que tiranía, represión, dolor y muerte como las que se revelan de
se identificara como republicano se le negaba el trabajo e in- este tiempo pasado.
cluso el acceso a sus hijos a la escuela. Recuperar la memoria, lograr con ello una toma de cons-
En fin, todos estos horrores se ocultaron principalmente a ciencia colectiva respecto a cuál es la verdad histórica tiene
los españoles, y no es sino hasta ahora, 27 años después de que ondas repercusiones para el presente y abre insospechadas
desapareciera el dictador, cuando se empiezan a tratar abierta posibilidades para reparar injusticias, rectificar equívocos y
y públicamente los temas del exilio republicano y empiezan corregir rumbos como empieza a suceder en España al divul-
las generaciones de hoy a conocer de la suerte de los exiliados garse los conocimientos sobre el exilio.
en México y otros países de Latinoamérica, la dureza con que Hace apenas unos días, tuve la extraordinaria oportunidad
fueron tratados a los que tuvieron como destino los campos de de ver directamente el impacto emocional y las repercusiones
concentración de Francia, y lo que sucedió en España misma positivas en la convivencia social que está causando esta recu-
a los derrotados de la guerra civil. peración de la memoria histórica en España.
Hace apenas unos meses, los españoles empezaron a en- Finalmente, quiero compartir con ustedes una reflexión
terarse del horror y la tragedia que la muerte y los desgarra- que se despertó en mí al vivir esta experiencia con exiliados
mientos no habían terminado con el fin de la guerra civil, sino y con familiares, muchos de los cuales no imaginaban lo que
que se había prolongado por muchos años más, aunque casi había sucedido a pesar del parentesco cercano; después de
nada se había dejado traslucir de todo esto. Han sido dos vi- cambiar reflexiones también con quienes han sido promoto-
deos exhibidos recientemente por la televisión pública y una res principales para esta recuperación de memoria histórica
exposición montada con fotografías y documentos de la época del pueblo español. De las lecciones del pueblo hermano,
los que han sacudido las consciencias y conmovido los senti- podemos deducir la importancia que tendría que todos los
mientos en quienes nunca imaginaron que en lo que ellos ex- mexicanos, cada quién según sus posibilidades y conocimien-
ponen pudiera haber sucedido alguna vez en España. Se vive tos, podamos contribuir para que hechos de nuestra historia,
allá en estos momentos un fenómeno social impresionante y que intencionalmente se ocultan del saber colectivo y que son
de profunda trascendencia. El pueblo recupera su memoria motivo de heridas abiertas en nuestro cuerpo social, de con-
histórica que las víctimas de aquellos tiempos y su gente cer- frontaciones y divisiones como los del 68 y el 71, puedan es-
cana, con dolor y con nostalgia, creían perdida para siempre; clarecerse con plenitud para borrar diferencias, cerrar heridas
de una memoria que trae la verdad a la luz, que no sólo llena y crear las condiciones que permita conjuntar con esfuerzos
huecos en el conocimiento de la historia, sino que contribuye para construir un futuro de sólida fraternidad.

Fragmento del texto leído en la inauguración de las


jornadas Humanismo a la experiencia de la reflexión
en la Universidad del Claustro de Sor Juana
en la conmemoración de los 25 años de la renovación de las
relaciones diplomáticas entre México y España.

invndación castálida  |  27
TINTA EN ALAS DE PAPEL: ESPAÑA - MÉXICO

La política mexicana
y la República Española
(Fragmento)

sus efectos sí se oponían a las pretensiones mexicanas por con-


siderarlas una extensión de los hechos sucedidos en España.
Fernando Serrano Migallón Aproximadamente ocho meses después de que había co-
menzado la guerra, llegó a Ginebra Isidro Fabela, donde de-
fendió con pasión la causa de la República española, conven-
cido de que, aunque “… el destino fuera transitoriamente ad-
Los promotores del asilo republicano en México pertenecie- verso a la causa del verdadero pueblo español, que con tanto
ron fundamentalmente, a dos generaciones claramente defini- denuedo y fe defendemos, todavía entonces y siempre, estaría
das dentro de la historia de la cultura en México, la del Ateneo convencido de que defendimos con el más puro desinterés un
de la Juventud y la de Los siete sabios; a la primera perte- ideal que forzosamente triunfará en España”.
necieron ente otros los Caso y Alfonso Reyes, a la segunda, México se oponía a que se sacara de la jurisdicción de la
Cosío Villegas y los hermanos Martínez Báez. Liga el problema español, y a que se aislara al gobierno de la
Es decir, la presencia mexicana en España, y el diálogo de República. Isidro Fabela fincó su posición en el pacto suscrito
sus intelectuales con sus pares españoles siguió, aún en la ge- por México, aunque ya casi olvidado: “La convención sobre
neración siguiente; en correspondencia personal, Jaime To- derechos y deberes de los Estados; para el caso de las guerras
rres Bodet da la siguiente noticia a Alfonso Reyes, fechada en civiles, suscrita en la VI Conferencia Panamericana”, celebra-
Madrid en abril 30, 1930: “Mathilde Pomés, nuestra Mathil- da en La Habana en 1928.
de, estuvo hace unos días en España. Vino también a Madrid, España, que no suscribió esa convención, no podía pedir
en donde le ofrecimos una comida Salinas, Marichalar, Ber- sus beneficios, pero las demás naciones americanas, incluyen-
gamín, Fernández Almagro, Rafael Alberdi, León Sánchez, do a los Estados Unidos, si hubieran actuado congruente-
Cuesta y yo”. mente con su firma en dicho tratado, debían haber secundado
Tanto el Gobierno mexicano como el republicano español la posición mexicana. Pero los regímenes que gobernaban el
descubrieron que la exportación al mundo de su lenguaje co- continente no lo hicieron así, sino que aprobaron la creación
mún, denotaba unas relaciones entre ambos países un poco del Comité de No-intervención.
más cálidas que la simple cordialidad y permitía la creación de El representante español terminó por aceptar el proyecto
una idea de universalidad en la ideología y en los motivos de del Comité de No-intervención, cometiendo así una falta de
la lucha y prefiguraba, en cierta manera, un discurso político técnica y política de buena fe que constituyó una falla de al-
cercano al que tendrían los aliados frente a las potencias del cances irreparables.
eje durante la Segunda Guerra Mundial. La mayoría de los La Delegación mexicana se encontró en el dilema de: votar
autores, por no decir todos, como Hugh Thomas, han insis- a favor del comité, lo que sería transigir en los principios jurí-
tido en la idea de que la Guerra Civil fue el laboratorio de los dicos; votar en contra, contradiciendo los deseos del gobierno
fascistas en vistas a una gran conflagración; puede decirse que que se trataba de ayudar, o abstenerse no asistiendo, lo que
el contacto diplomático entre la República española y México, no se podría entender como debilidad. Se consultó telegráfi-
encarnaba también un laboratorio ideológico en la expresión camente al general Cárdenas, quien estuvo de acuerdo en la
de los ideales revolucionarios y la defensa democrática. solución propuesta: se votó a favor, pero con reservas sobre el
Las relaciones exteriores de México debieron enfrentar, en significado del voto mexicano.
más de una ocasión, oposiciones diversas. No puede decirse Fabela le escribió con posteridad: “Es seguro que la presión
que, frente a la postura mexicana existiera una política delibe- de Inglaterra y Francia sobre el gobierno republicano debió
rada que se opusiera a sus postulados, más bien, se debieron haber sido tremenda para obligarlo a aceptar semejantes re-
a los efectos, por un lado de la errónea política de No Inter- sultados; es posible, aunque las maniobras ejercidas contra las
vención de la Sociedad de las Naciones que derivaba inmedia- autoridades legítimas hayan llegado hasta, las amenazas para
tamente en favor de la rebelión franquista, y a corto plazo de conseguir su objeto”.
las naciones del Eje. La conformación, al menos aparente, de El mes de septiembre de 1937, Fabela pronunció en Gine-
una política multilateral en pro de las posturas revolucionarias bra dos vibrantes discursos, señalando la posición de México,
y liberales latinoamericanas, no entraba en el juego de las na- defendiendo a España, condenando la intervención extranje-
ciones de Europa que comenzaban a batirse en España, pero ra en la guerra y acusando a los miembros de la Liga de su

28  |  febrero, 2017


cobardía para afrontar los problemas y aplicar el pacto. Esas Unidas, desde ese momento se prepararon para lo que nunca
intervenciones hicieron que el general Cárdenas le dirigiera antes habían pensado, vivir el resto de su vida en México; y
una carta abierta publicada por las agencias internacionales, una final a partir de 1975, de la segunda derrota, para los po-
en la que expresa su “…simpatía por su actitud en la Asam- cos que habiendo luchado en la guerra pudieron ver la recons-
blea de Ginebra, que refleja fielmente el pensamiento del go- trucción de la democracia en España, proceso en el que se
bierno y pueblo mexicanos, manifestando constantemente lo contó con todas las tendencias y grupos, menos con ellos. En
mismo en los congresos interamericanos que en el pacto de la esta evolución, cuando vieron que tal caída llevaría muchos
Liga”. años, su ánimo cambió por un deseo, no siempre forzado, de
Al derrumbarse el frente republicano a principios de 1939, arraigarse en México. A partir de la lectura de las obras litera-
el éxodo de españoles hacia territorio francés se hace intermi- rias, hemerográficas y de las memorias de los transterrados, se
nable. Fabela telegrafía el 6 de febrero a la Secretaría de Re- puede deducir que en cada una de las etapas de este proceso,
laciones pidiendo autorización para ir con carácter particular siempre existió un sentimiento de gratitud.
a Perpignan, “pues deseo recoger personalmente dos niños de La política mexicana que pretendía asumir el liderazgo
cuya educación encargarme y llevar víveres y ropa a los refu- latinoamericano en momentos previos a la Segunda Guerra
giados, que se hallan en situación deplorable”. Mundial, frente a la Guerra Civil española que fue considera-
El asilo político concedido en favor de los republicanos da, desde época muy temprana y mantenida por el Gobierno
españoles al final de la década del 1930 significó un esfuer- de Ávila Camacho, sucesor de Cárdenas. Por lo tanto, ese im-
zo diplomático de trascendencia continental. Una primera pulso de política exterior se desplegó durante todo el conflicto
aproximación nos daría la sensación de que fue un mecanis- armado y hasta los primeros años de la postguerra.
mo establecido ente mexicanos y españoles, si se ve a fondo Para cada uno de los gobiernos mexicanos que se suce-
se prueba que no sólo fue así, pues involucró al gobierno de dieron desde 1936 hasta 1978, el reconocimiento y defensa
México, al republicano español, francés de Vichy y al alemán e del gobierno republicano en el exilio, era no sólo parte de un
italiano; sin embargo, el fenómeno histórico del asilo republi- discurso político coherente en el contexto internacional, sino
cano español representó mucho más para México pues fue la también parte de su concepción de las relaciones internacio-
primera oportunidad de ejercitar sus relaciones internaciona- nales y un acto simbólico relacionado con las mejores tradi-
les, de modo activo desde el cese de la revolución armada. En ciones y valores de la Revolución mexicana, de ahí el largo
realidad, la situación del asilo incluyó la celebración de pactos mantenimiento de las relaciones del gobierno mexicano con
con más de un país iberoamericano, la delicada realización las autoridades civiles y políticas de la República.
de redes de información y de acuerdos diplomáticos. Parte El exilio español en México, fue todo un triunfo histórico.
de la historia tras bambalinas de estos hechos se desenvuel- Echó raíces y para la tercera generación de descendientes del
ve también dentro de la óptica de manejo de la Secretaría de exilio México es su hogar y su patria. Por todo cuanto legaron
Relaciones Exteriores de México, sus embajadas y legaciones a mi país: una nueva visión de España que llevaron consigo,
como instrumentos de la política; del discurso de izquierda y lejana de la tradicional visión colonial y que encarnaba la li-
de la imagen de México como país internacionalmente com- bertad, y los mejores valores de occidente; un espíritu repu-
prometido. blicano siempre valeroso; un humanismo laico que transfor-
El ánimo y el espíritu de los refugiados fue evolucionando: maría el pensamiento mexicano de su tiempo, una conciencia
en una primera época que se podría enmarcar entre 1939 y de lo que es la democracia y de lo que significa perderla; una
1945 fue de lucha, se seguían sintiendo como militantes beli- moral colectiva arraigada en la dignidad, en el honor que se
gerantes en el combate mundial; la segunda etapa, que se pue- manifestaba en el principio de que un republicano español no
de circunscribir entre 1945 y 1952, podeos calificarla como de podía volver a su patria mientras estuviera todavía sometida al
la esperanza, pues con el triunfo aliado se consideraba inmi- yugo de la dictadura. Pero la mayor de las lecciones del exi-
nente la caída del Gobierno del General Franco y su regreso lio ha sido y será el profundo amor que experimentaron por
a España; la tercera, a partir de 1952, año del ingreso del Go- México y que enseñaron a sus descendientes.
bierno territorial español a la Organización de las Naciones

invndación castálida  |  29
NEPTUNO ALEGÓRICO: DEL AMOR

Ophelinha

No sé lo que quiere que le devuelva, cartas u otras cosas.


Yo preferiría no devolverle nada, y conservar sus cartitas como
Fernando Pessoa memoria viva de un pasado muerto, como todos los pasados;
como algo conmovedor en una vida, como la mía en la que el
progreso de los años corre parejo al progreso de la desdicha
y la desilusión.
29 de noviembre de 1920 Pido que no haga como la gente vulgar, que es siempre
grosera, que no me vuelva la cara cuando pase a su lado, ni
Agradezco su carta. Me trajo pena y alivio al mismo tiempo. me guarde rencor. Quedemos, el uno ante el otro como dos
Pena, porque estas cosas siempre causan pena; alivio, porque, conocidos de la infancia, que se amaron un poco siendo niños
en verdad, la única solución es esa: no dilatar más una situa- y, aunque en la vida adulta sigan otros afectos por otros cami-
ción que ya no encuentra la justificación del amor, ni de una nos, siempre guardan un rincón del alma la memoria profun-
parte ni de otra. De la mía, al menos, queda una estima pro- da de su amor antiguo e inútil.
funda, una amistad inalterable. No me negará Ophelinha otro Que esto de «otros afectos» y «otros caminos» va con us-
tanto, ¿verdad? ted, Ophelinha, y no conmigo. Mi destino pertenece a otra
Ni Ophelinha ni yo tenemos culpa de esto. Sólo el Destino Ley, cuya existencia Ophelinha desconoce, y está cada vez más
tendrá la culpa, si el Destino fuese una persona a quien se le subordinado a la obediencia a Maestros que no consienten ni
pueda atribuir la culpa. perdonan.
El tiempo, que envejece las caras y el cabello, también en- No es necesario que comprenda esto. Alcanza q me guar-
vejece, pero aún más de prisa, las pasiones. La mayoría de la de con cariño en su memoria, como yo, inalterablemente la
gente, porque es estúpida, consigue no darse cuenta de ello, y guardaré en la mía.
piensa que ama todavía porque ha contraído el hábito de sen- Fernando
tirse amado. De no ser así, no habría gente feliz en el mundo.
Las criaturas superiores, sin embargo, están privadas de la po-
sibilidad de esa ilusión, porque no pueden creer que el amor
dure; cuando lo sienten acabado, no se engañan interpretando
como amor la estima o la gratitud que él ha dejado.
Estas cosas hacen sufrir, pero el sufrimiento pasa. Si la vida,
que es todo, pasa ¿por qué no ha de pasar el amor y el dolor, y
todas las demás cosas, que no son más que partes de la vida?
En su carta es injusta conmigo, pero la comprendo y la dis-
culpo; la escribió con sincera irritación, acaso con amargura,
pero la mayoría de la gente —hombres y mujeres— escribiría,
es esa situación, en un tono aún más acerbo y con términos
más injustos. Pero Ophelinha tiene buen carácter e incluso su
irritación prescinde de la maldad. Cuando se case, si no tiene
la felicidad que se merece, seguro que la culpa no será suya.

En cuanto a mí…

El amor ha pasado. Pero conservo un afecto inalterable, y no


olvidaré nunca —nunca, créame— ni su figura graciosa, ni sus
modos de jovencita, ni su ternura, ni su afecto, ni su índole
adorable. Puede ser que me engañe, y que estas cualidades
que le atribuyo sean una ilusión mía, pero no lo creo, de ser Fernando Pessoa, Cartas a Ophélia, Libros del Zorro Rojo,
así sería una indelicadeza atribuírselas. Ilustración de Antonio Seguí, Barcelona, 2010

30  |  febrero, 2017


NEPTUNO ALEGÓRICO: DEL AMOR

Silvia

ella, la mujer, la que revela la especificidad e inclusividad del


Carlos Fuentes amor. Es ella, Silvia, la que corona mi intento vital de pres-
tar atención, sexual, erótica, política, literaria, fraternalmente.
Pon atención o no tendrás derecho a que yo te quiera y tú
me quieras. Tomás Eloy Martínez, nuestro entrañable amigo
La primera y la última, dice el maravilloso poema de Gérard argentino, perdió a su bella mujer Susana Rotcker y escribió
de Nerval a Artemisa… «Et c’ést toujours la seule —ou c’ést le un réquiem vivo y adolorido que termina diciendo: «Habría
seul moment»—… Si todas las mujeres que he querido se resu- dado todo lo que soy y lo que tengo por estar en su lugar. Me
men en una sola, la única mujer que he querido para siempre habría gustado verla envejecer. Habría querido que ella me
las resume a todas las demás. Ellas son las estrellas. Silvia es viera morir».
la galaxia misma. Ella lo contiene todo. La belleza. El placer Una pareja no sabe quién sobrevivirá al otro o si ambos
erótico pero también el simple placer de estar juntos, sentar- morirán juntos. Pero el que sobrevive será siempre, no un do-
nos a comer, dormir y despertar, caminar, viajar juntos, com- liente, sino un delegado de la muerte. El amor que se delega
partir amigos, discutir dudas, hacer planes, entender defectos, en la muerte se llama eros. Después de las noches, los días, los
aceptar errores, amarnos incluso por lo que podría irritarnos años de la carne contigua, su ausencia sólo se suple mediante
o disgustamos en nuestras personalidades y conductas. La ale- la imaginación erótica. «El erotismo es la aprobación de la
gría de tener hijos. La pena de perderlos. La comunión de la vida hasta en la muerte», dice Georges Bataille de la novela de
memoria. El respeto de los tiempos. Los diferentes gustos. Emily Bronte, Cumbres borrascosas. La sexualidad compro-
La complementariedad de profesiones, intelectos, emociones: mete a la muerte porque reproducirse significa desaparecer.
somos distintos y cada cual le da al otro lo que ya no le falta Entender esto es entender la vida erótica después de la des-
porque lo mío fluye hacia ella como lo de ella fluye hacia mí. aparición de la pareja. Entender esto es intensificar al máximo
La urdimbre de genealogías, amistades, ciudades preferidas, la relación sexual en el presente y desbordarla, eróticamente, a
la minucia esplendorosa de comidas, restoranes, nuestra co- todas y cada una de las horas que, físicamente, no regresarán.
mún afición por el cine, el teatro, la ópera. Todo lo que nos Pues, ¿no debe haber, aun en el amor más pleno, un antici-
une, incluso lo que podría separamos, convertido en punto de po de pérdida que intensifica la presencia actual?
encuentro, interrogación y al cabo alianza. Somos muy dis- A veces, mirando dormir a Silvia, quisiera robarle el nom-
tintos físicamente. Ella es delicada, dueña chica, rubia y con bre, la apariencia, la experiencia y ser el dueño absoluto de
unos ojos sensuales que cambian del azul al verde y al gris con su existencia, el guardián celoso de sus secretos. Sin ella, sólo
las horas. Su aspecto es europeo, pero su piel es mate, con un concibo el amor ante un espejo azogado por la memoria. Vuel-
bello fulgor oriental. Su gusto por la ropa es extremo y me vo apresurado, inquieto y hambriento, a su proximidad. Trato
deleita. La quiero porque yo soy el hombre más puntual de su cuerpo como si fuese el mío. Aprendo con Silvia a ser, al
la tierra y ella, puntualmente, siempre llega tarde. Es parte de mismo tiempo, apasionado y respetuoso del cuerpo femenino
su encanto. Hacerse esperar. Los europeos del siglo xvii es- unido al mío. Sólo la alabo en nombre de la perfección que le
peraban que la muerte les llegase de España, para que llegara otorgo, aunque no la tenga, y que ella me ofrece, aunque no
tarde. No, a ella y a mí nos llegó temprano cuando perdimos a la vea.
Carlos. Unidos desde siempre, llegó una muerte que nos unió Todas las noches dejo una nota invisible sobre su almohada
más que nunca. Ella sabe mantener la presencia de Carlos a que dice «Me gustas».
toda ahora. Yo, menos sensible o más cobarde, he aprendi- Las mujeres son pasajeras del alba. Cada una es portadora
do a convocar a mi hijo, con una fuerza que a mí mismo me de un destino diferente. Mi destino fue encontrar a Silvia y
sorprende, a la hora de escribir. Es cuando él está a mi lado, convertir el mío en el suyo.
sintiendo que en mi esfuerzo cotidiano de trabajo él cumple,
de alguna manera, su destino trunco. Sucede así que todo se
prolonga y vuelve a encarnar en la unión de una pareja. Dijo
Apollinaire que hay quienes mueren para ser amados. En
nuestro caso, mi hijo está vivo porque el amor que nos unió
(a Silvia, a Carlos, a mí) está vivo en nuestras vidas. Pero es Tomado de En esto creo, Carlos Fuentes, Alfaguara, 2008.

invndación castálida  |  31
NEPTUNO ALEGÓRICO: DEL AMOR

Para ti

Silvia Lemus

me llega tu memoria
puedo olfatear tus letras

mirarlas nuevas redondas


rondando
hablando
diciendo
riendo
ni tristes ni grises
son del color de tu mente
intensa brillante
pirotecnia incalculable
velocidad del destello
pensamientos ciertos
irreales verdaderos

caligráficos
de orilla a orilla

geográficos
de oeste a oeste

históricos invocan
verdades de lo incierto

derecha tu palabra como tu espalda

garabatos de la edad
si no entiendo intuyo
a veces soy tan tuya
que con tu tinta pienso

me lo has prestado todo


¿o me lo has dado?

32  |  febrero, 2017


NEPTUNO ALEGÓRICO: DEL AMOR

Fragmento del diario


de Salvador Elizondo

9 de septiembre de 1972
Paulina es siempre lo mejor de un día.
Un poema autobiográfico.
En condición de amor preconcebido; intacto a la delicia de aquel pulso, desvanecía auroras
graves, y arreboles de Guardi, ese instante.

invndación castálida  |  33
10 de septiembre de 1972
Me quedaré toda la vida con Paulina porque Paulina me da la libertad de hacer lo que yo quiera.
¿Por qué? Porque Paulina sabe que es a ella a quien yo quiero.

34  |  febrero, 2017


NEPTUNO ALEGÓRICO: DEL AMOR

Salvador por Paulina

Se casó con Michèle Albán al poco tiempo y siguió asistien-


Paulina Lavista do a mi casa, ahora con ella. Fueron a mis quince años (1960),
donde el Negro Ojeda profanó el piano de cola de mi padre y
a ritmo de rumba amenizó mi fiesta, a la que asistieron 300
invitados (de ésta conservo una película en 16  mm). Luego
Fui mujer de Salvador Elizondo durante 37 años, tres meses y fue mi maestro cuando asistí al cuec (Centro Universitario de
29 días. Supe de él desde que tenía yo ocho años de edad (1953), Estudios Cinematográficos de la unam). Para entonces ya se
esto porque era amigo de mis padres, quienes admiraban al joven había divorciado de Michèle y lo acompañaba a dar sus clases
Elizondo por su brillante inteligencia y vivacidad. Solía asistir a una bellísima mujer, que era su amante, llamada María Rodrí-
las tertulias musicales que los domingos se organizaban en mi guez, dedicataria de su segunda novela, El hipogeo secreto.
casa donde mi padre, el músico Raúl Lavista, compartía su dis- Curiosamente mi primer cliente, la primera persona que
coteca con sus amigos para oír música en serio. Era un ritual, se me contrató para que le hiciera yo fotografías, fue Salvador.
oía desde Mozart, Beethoven, Chopin, Wagner, Verdi, Debus- No tenía yo, entonces, cámara propia y mi compañero, el fi-
sy, Ravel, Puccini, Stravinski hasta lo más moderno entonces, nado Alberto Bojórquez, me prestó la suya con la condición
como Schönberg, Alban Berg, Messiaen, Pierre Boulez, John de acompañarme a la sesión fotográfica. Afortunadamente
Cage, etc. Siempre obras completas sin interrupción, previa ex- todo salió bien y así publiqué por primera vez mis fotografías
plicación de mi padre. Así conocí a muchos personajes de la vida en la segunda edición de Farabeuf, texto que ya había yo leído,
cultural de México que recuerdo desde mi infancia, como a Juan naturalmente, pero el cual apenas comprendí.
Rulfo, Pedro y Rafael Coronel, Ruth Rivera, Rosario Castella- El joven Elizondo había cambiado. Era ahora un hombre
nos, Ricardo Guerra, Martín Luis Guzmán, Dolores del Río, igualmente atractivo pero atormentado, bebía cervezas, se
Miroslava Stern, Guillermo Arriaga, Ernesto de la Peña, Luis movía nervioso, le preocupaban sus hijas, hablaba chino y lo
Buñuel, Claudio Arrau, George Sandor, entre muchos otros. obsesionaba James Joyce.
Además mi padre colaboraba con su padre, el productor de cine Me uní a su vida cuando yo tenía 23 años y él 36, a partir
don Salvador Elizondo Pani, y musicalizó muchas de las pelícu- del 17 de diciembre de 1968. Fui su novia durante un año al
las que produjo mi suegro, hoy joyas de la época de oro del cine cabo del cual literalmente me robó de mi casa para llevarme
nacional como Distinto amanecer, San Felipe de Jesús, El monje a vivir con él a un modesto departamento frente al Parque
blanco, Rosenda, El rápido de las 9:15, etcétera. México, con la advertencia de mis padres y sus amigos de que
En 1957, a su regreso de Europa, visitó a mis padres el jo- Salvador me iba a practicar tormentos chinos como los de su
ven Elizondo (entonces ya se me permitía asistir a las reunio- novela Farabeuf…
nes musicales). Fue cuando realmente lo conocí. Tenía yo 12 Me convertí pues en la mujer del escritor, mi admiración y
años y él 25, debo admitir que me causó una gran impresión amor profundo por él me llevaron a reflexionar sobre muchas
que hasta hoy persiste en mi memoria. Ataviado con un saco cosas. Me preguntaba yo cómo debía ser la mujer de un escri-
de tweed, pantalón de paño gris Oxford, zapatos ingleses, cor- tor, cómo procurarle paz y aislamiento, indispensables para la
bata del regiment, tal vez chaleco a cuadros, con un corte de creación de su obra, en realidad de dos obras, la de él y la mía
pelo particular, moreno, de finas facciones, cejón, menudo, propia porque yo debía ser una artista digna de él. Recordaba
vivaz, simpático, ingenioso, aguerrido en sus discusiones con- yo los regaños de mi madre cuando le hacíamos ruido a mi
tra los otros asistentes, hablando un lenguaje profundo con padre: “Silencio, niños, su padre está componiendo su música
ideas estrafalarias… pues me pareció fascinante y creo que y no debemos interrumpirlo, porque se le va la idea, váyanse
desde entonces me enamoré de él… Pero ¿cómo…? Yo, con a jugar a otro lado…”
12 años de edad, adolescente y bruta, se me planteaba como Salvador me animaba mucho en mi trabajo de fotógrafa y
un amor imposible; él sabía todo y yo nada, apenas empezaba en cuanto podíamos estar solos nos poníamos a trabajar, yo
yo a gustar de la música y a leer Tom Sawyer o a bailar rock íní en mi cuarto oscuro y él con su escritura… De pronto nos
roll cuando él venía de Europa pleno de ideas nuevas e incom- comunicábamos entusiasmados con los logros obtenidos y así
prensibles para mí. Una vez me ayudó en una tarea de inglés yo me convertí en su primera lectora y él en mi primer espec-
cuando cursaba yo el sexto grado de primaria y me saqué diez tador y crítico.
absoluto y mención honorífica, claro, gracias a él… Vivir con él era completamente diferente que ser su novia.

invndación castálida  |  35
36  |  febrero, 2017
Yo no había vivido antes con nadie más que con mis padres y y Pasado anterior, entre otros—, de más de cien cuadernos de
la aventura se planteaba asaz difícil, pero fascinante. Estaba diarios, escritura y dibujo que abarcan del año 1945 al 26 de
yo deslumbrada, no, no había tormentos chinos, había una marzo de 2006, tres días antes de morir, de manera que murió
gran disciplina. Salvador era ordenado y responsable, lleva- como un soldado con su fusil, en su caso, pluma en mano.
ba un orden casi militar, no se le podía mover nada de lugar Cuando regresé a casa después de las ceremonias fúnebres,
porque montaba en cólera, era romántico, celoso, iracundo, con mi pena a cuestas, decidí empezar de inmediato a leer sus
nervioso, tímido en cosas prácticas, simpático, risueño, sen- diarios a los que por primera vez me enfrentaba yo. Los leí to-
timental, ocurrente, puntual, flojo a veces, otras borracho, dos en un término de tres meses. Mi pena se apaciguó porque
difícil, exigente, crítico agudo, obsesivo, macho mexicano, le sus cuadernos me ofrecían el privilegio que pocas mujeres de
gustaban irresistiblemente las mujeres, amaba a los animales mi edad tienen, el de revivir mi vida por medio de su escritura,
y a las plantas, el paisaje de México, comía chile chipotle, ta- de transportarme a tiempos de juventud, madurez y vejez, y
cos de carnitas, chapulines, sopa de fideos y fumaba —a ve- sobre todo de maravillarme por las ideas, proyectos, dibujos,
ces, mariguana—, usaba paliacates, zapatos ingleses y tweed pensamientos, poemas que escribió en ellos. Mi curiosidad se
irlandés (“el Harris tweed es la base, mamacita, de un buen centró, naturalmente, en empezar por los escritos de nues-
saco”, me decía), lloraba con la poesía y sobre todo era un tros primeros años juntos. Me llevé, debo admitir, sorpresas
escritor… siempre acudía a sus cuadernos, siempre escribía en por ciertas infidelidades con mujeres, que hoy miro más con
sus diarios, en ellos vertía todas sus ideas y proyectos, aunque objetividad que con resentimiento, pues entiendo que le eran
éstos fueran banales, y escribía y escribía que escribía, cuan- irresistibles y que es mejor enterarme ahora que entonces,
do no lo hacía se sentía frustrado. “Hoy no pude escribir en pues yo andaba tomando fotografías por el mundo y nunca
mi diario”, se lamentaba. También era un lector voraz: si no me enteré de nada. La verdad sea dicha, nunca faltó una sola
estaba leyendo, estaba escribiendo. Cuando me uní a él, sus noche a casa.
diarios, antes esporádicos, se convirtieron en eso: en verda- Los escribió obviamente para ser publicados, ¿si no qué
deros diarios, era para él casi una obligación escribir aunque otro destino tendrían los diarios en el caso de un escritor?
fuera unas líneas cada día. Eran días duros económicamente, Salvador era ordenado y en cada cuaderno o libreta dejó un
no había becas ni nada que nos ayudara que no fuera el pro- índice de lo que él considera notable, y cada uno lo numeró
ducto de nuestro propio trabajo, el cual era generalmente mal y fechó, inclusive cada página; él sabía que gran parte de su
pagado y a destiempo; nos costaba pagar la renta y hubo días obra eran sus cuadernos. Escribió aproximadamente treinta
en que para comer vendía yo los cascos viejos de las cervezas mil páginas de 1945 a 2006.
que consumía. Éstos fueron los inicios de mi cercanía con sus Alguna vez declaró en los periódicos que sus diarios debe-
diarios, los cuales nunca, antes de su muerte, leí, porque así rían publicarse veinte años después de su muerte, esto por-
lo determinamos, “… nunca leer diarios ajenos, nunca abrir la que vierte opiniones sobre algunas personas que podrían salir
correspondencia del otro”, consignas que nos hicimos porque afectadas; sin embargo, antes de morir cambió de parecer y
pretendimos establecer códigos de ética y respeto mutuo, no tuvo intención de publicar, al menos, los últimos; inclusive
cabalmente cumplido, debo admitir. habló al respecto con su yerno Gonzalo García Barcha, pues
Es imposible narrar al paciente lector toda mi vida con Sal- quería publicar de manera facsimilar sus noctuarios, una serie
vador Elizondo. A mis 69 años la vejez acecha y amenaza con de cuadernos que solía escribir a altas horas de la noche o en
la pérdida de lo que para mí es lo más preciado de los hom- la madrugada hacia 1995, cuando la escritura ya era una ob-
bres, la memoria. Ante esto he decidido dedicar el resto de lo sesión y una constante. También le encomendó a una amiga
que el destino me depare de vida a cuidar, clasificar y difundir suya capturar uno de ellos en su totalidad.
la obra de mi esposo, lo que considero es mi obligación. De Decidí publicar de manera cronológica algunas páginas de
ninguna manera me atrevería yo a emitir juicios críticos de estos Diarios en Letras Libres, que generosamente las acogió
su literatura, soy simplemente la esposa de un gran escritor, durante todo 2008 con el fin de compartirlas con sus lectores
compartí con él prácticamente toda mi vida y naturalmente y darles una idea de su contenido.
llegué a conocer muchos detalles de su biografía: su origen, Han pasado nueve años desde que Salvador murió y lo que
sus dudas, sus cualidades y defectos, sus logros y fracasos… en más extraño es no poder conversar con él, me había yo acos-
fin, soy la persona que más años pasó a su lado. tumbrado a su constante presencia, a las tardes en la verandah
Al morir el 29 de marzo de 2006 dejó un legado, además con whisky y tabaco hablando de las conversaciones del Dr.
de sus libros —Farabeuf, El hipogeo secreto, Narda o el verano, Johnson, de Joyce, de Melville, de Conrad y de tantas cosas
El retrato de Zoe, Cuaderno de escritura, El grafógrafo, Miscast, más…
Camera lucida, Contextos, Estanquillo, Teoría del infierno, Elsinore

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NEPTUNO ALEGÓRICO: DEL AMOR

El gran acontecimiento de mi vida

vez por causa de Fernando Pessoa. Nos sentamos en el claus-


José Saramago tro conversando y en todo esto debimos de emplear, qué, dos
horas, dos horas y media o algo así… Al final intercambiamos
direcciones, teléfonos, todo eso, y así quedó la cosa.
Me gustó haberla conocido y tuve el presentimiento de que
Un día de junio de 1986 me llamó a mi casa en Lisboa, donde aquello iba a ser algo más completo, más serio. Y creo que ella
entonces vivía, una señora que dijo llamarse Pilar del Río, de debe haber tenido… Creo no, sé que ella tuvo la misma sensa-
profesión periodista, que era mi lectora y que quería, puesto ción: yo había encontrado a esta mujer y ella había encontrado
que iba a viajar a Lisboa, si yo tuviera tiempo, conocerme. Y le a este hombre. Pero ni yo le conté nada de mi vida ni ella me
dije que sin problema. No era la primera vez que un periodista, contó nada de su vida. Esto sucedió en junio, el 14 de junio, y
por una razón u otra, quería hablar conmigo. Por supuesto, no la historia de la que hemos hablado a veces de que los relojes
sabía quién era la señora, pero concertamos un encuentro en que tenemos en casa que no funcionan están parados a las cua-
el Hotel Mundial, donde ella iba a hospedarse al día siguiente tro de la tarde es porque justo a esa hora nos conocimos. Ella,
o dos días después… Y así fue, nos citamos a las cuatro de la durante el verano, me mandó, si no me equivoco, dos o tres
tarde del 14 de junio. Fui al hotel, a la recepción, pregunté por críticas que habían salido en España. Yo también le escribí , en
la señora Pilar del Río, de cuya cara, de cuya figura no tenía la fin, de una manera no quiero decir muy formal, pero no había
menor idea. De recepción avisaron y yo me senté allí, esperan- motivo para ningún tipo de intimidad epistolar –es decir, eran
do a ver qué aparecía. Y apareció la persona que, en fin, voso- cartas escritas por una persona a la que se conoce, a quien se
tros conocéis. Esto era en el 86, exactamente. Fue para mí una ha conocido, y con lo que se presupone que podría haber una
sorpresa muy agradable, se trataba de una mujer muy bonita, relación—. Sucedió que, con el paso del tiempo y con estas
como sigue siéndolo. Y, claro, hablamos un poco de libros, se cartas, el interés y la curiosidad fueron aumentando por mi
presentó, yo me presenté, y entonces le propuse dar una vuelta parte, y a finales de octubre o primeros de noviembre de ese
por la ciudad, principalmente porque habíamos hablado mu- mismo año tenía dos conferencias, una en Barcelona y otra en
cho de Fernando Pessoa y de Ricardo Reis. Granada, y decidí ponerlo todo sobre la mesa y le escribí una
Hicimos un recorrido muy poco romántico, como ir al ce- carta que era un modelo de diplomacia sentimental, o por lo
menterio dos Prazeres, donde el cuerpo de Fernando Pessoa menos pre-sentimental, en la que le decía lo siguiente: “Si las
ya no estaba, porque había sido trasladado al monasterio de los circunstancias de tu vida , me gustaría, puesto que voy a Bar-
Jerónimos, donde se encuentra ahora. De todos modos que- celona y a Granada, acercarme a Sevilla para encontrarnos”.
ría mostrarle el lugar en que había estado durante una buena Porque no sabía si ella estaba casada, si tenía novio, si no tenía
cantidad de años, en la tumba de la familia, y reparé en un novio, no sabía nada, y por esto esta precaución oratoria –“si
hecho curioso, del que nadie hablaba: que la cruz que estaba las circunstancias de tu vida lo permiten”—. Y ella me respon-
sobre el túmulo (no sé si ya la habrán reconstruido) la habían dió que sí, que las circunstancias de su vida lo permitían, y fue
arrancado, es decir, la partieron y se la llevaron, no sé si por así, fue así. Viajé a Barcelona, a Granada, llegué a Sevilla, nos
esas cuestiones extrañísimas de orden iniciático, esotérico… reencontramos y a partir de ahí comenzó todo hasta hoy.
Allí pasamos un tiempo conversando. Íbamos hablando so-
bre cosas varias, sobre España, sobre esto, sobre aquello, y en 
cierto momento ella me dijo, no sé a propósito de qué, pero
me dijo que había sido monja, cosa que me pareció rarísima, Yo creo que nació vehemente, no se puede hacer nada contra
no es que dudara, pero la verdad es que una mujer tan elegan- eso. Ni hay ningún interés en hacer algo contra eso, ella es
te, tan bonita como ella era y como sigue siendo, repito, y con como es. Tiene una fuerza interior realmente extraordinaria
ese tono de pasión y entusiasmo en todo lo que dice y todo y que se expresa a través de esa vehemencia, ese entusiasmo:
lo que hace, no encajaba en nada con mi idea de una monja… cuando se ocupa de algo es como si fuese la cosa más impor-
Y yo, en fin, puesto que ella me lo decía, tenía que creerla,
claro. Además, si no la hubiera creído me habría tenido que
preguntar en nombre de qué no la iba a creer. No sabía nada Miguel Goncalves Mendes, José y Pilar, conversaciones inéditas,
de su vida. De allí fuimos al monasterio de los Jerónimos, otra Alfaguara, España, 2013.

38  |  febrero, 2017


tante. Es decir, se coloca toda ella, por poner un ejemplo, en traba y ella estaba allí en la pantalla. Es un recuerdo grato ése,
una relación de amistad o en un trabajo o en una decisión. yo iba a verla y ya la tenía allí aunque no hubiera llegado, aun-
Vosotros sois prácticamente testigos presenciales de lo que ha que me faltaran cuatro o cinco horas para poder estar con ella.
significado la construcción de la biblioteca, que si la biblioteca Luego venía el autobús que me llevaba a Sevilla.
está de pie se debe a ella. Evidentemente no es aquitecta ni es Da la sensación de que lo que cuento es algo de hace tres
constructora, pero si no fuese por su voluntad probablemente siglos, porque el autobús era viejo, las carreteras no eran lo
todavía estaríamos como estábamos, con los libros por toda la que son hoy, no eran autovías, eran carreteras estrechísimas,
casa, libros por todas partes. No fue sólo construir un edificio, el autobús entraba en todos los pueblos que había a un lado y
porque eso lo hacen los carpinteros y los albañiles, es ponerle otro, y se subía gente con gallinas y con cestos de hortalizas
alma dentro. Y vosotros, que conocéis la biblioteca, sabéis que sobre la cabeza… Atravesar Sierra Morena llevaba tres horas.
existe una enorme diferencia entre cuatro paredes desnudas Yo salía de casa a las seis de la mañana, el autobús salía de Lis-
y todo lo que está allí, aparte de los libros, de los cuadros, boa sobre las siete, y llegaba a Sevilla a las tres da la tarde. Era
de los papeles, de todo eso… No tiene todavía ni un año de un viaje interminable. Ella de vez en cuando también hacía
vida y es como si estuviese allí desde hace una eternidad. Lo ese viaje a la inversa, hasta que tuvimos que tomar una de-
mismo sucede con nuestra casa: vivimos aquí desde el 93, y cisión. Lo que teníamos nos parecía lo bastante sólido como
sin embargo parece una casa por donde hubieran pasado tres para que ella se viniese a vivir a Lisboa, como efectivamente
o cuatro generaciones, por la densidad de las vivencias, la at- ocurrió en el 88. Nos casamos en el 88, si no me equivoco el
mósfera cálida. día 29 de octubre, y a partir de ahí es la vida de una pareja que
Y así fue. Después del encuentro regresé a Lisboa, eran los está bien, que hace bien lo que tiene que hacer, una vida en
días en que atravesaba un proceso de separación, estaba prác- común, una vida sólida, una vida feliz, y ya está, nada más. En
ticamente separado. Ella, Pilar, no tuvo ninguna responsabili- el fondo es una historia que no es vulgar. No es vulgar que te
dad en esa separción porque ya me estaba separando antes. Lo aparezca una persona que haya sido monja, ¿no?
único que se puede decir es que ella apareción cuando me era
necesaria a mí. Y como no tengo coche, no sé conducir, nunca 
conduje en mi vida, entonces, si quería verla iba a Sevilla, iba
en un autobús hasta la frontera, hasta Rosal de la Frontera, Yo creo que sí, y creo que es público y manifiesto. Lo que
donde tomaba otro autobús. Mientras esperaba a que llegase quiero decir es que todo el mundo quiere que se hable del
el autobús que me llevaría a Sevilla, ella estaba en televisión amor, probablemente con la esperanza de que suceda un mi-
como presentadora de un programa entonces entraba en un lagro y un día alguien sea capaz de decir qué es exactamente
restaurante que había allí al lado y recibía esta sorpresa, en- eso. Pero no se puede, no se sabe qué es. Hay un soneto de

invndación castálida  |  39
Camões precisamente sobre el amor que comienza “Amor es tienen que significar, que es el querer a la persona y por tanto
fuego que arde sin verse” y sigue diciendo, intentando decir, lo manifestarlo de esa forma. Ahora, si hay otros sentimientos
que es el amor y concluye afirmando que no se sabe. El amor como devoción o gratitud o algo parecido, tal vez, no hay nin-
es sentimiento, evidentemente, y la gente dice: “Pero los sen- guna incompatibilidad. Un sentimiento no tiene por qué ser
timientos que pueden ser explicados, analizados, expresados único. Gratitud, sí, pero mejor amor, sin más. Tengo muchas
con palabras”… Sí, pero siempre hay algo que escapa, y lo que razones para pensar que el gran acontecimiento de mi vida fue
escapa, lo que es indecible, lo que pertenece a la categoría de haberla conocido.
lo inefable, lo que no se puede expresar con palabras, es ahí
donde está el amor. El resto es la vivencia cotidiana de dos 
personas que viven juntas y que saben que no todo son rosas.
Y que, porque se quieren, porque se aman, están ahí firmes y Hoy tengo ochenta y cuatro años, entonces tenía sesenta y
se acabó. Otras veces no. Yo me divorcié una vez, me separé tres. Ésa es la diferencia. Ahora, lo que le pregunto, y me pre-
otra, y si me preguntara: “¿Quería a las personas con quienes gunto aunque no tenga respuesta, es qué persona de ochenta
vivió?”, respondería: “Claro que sí, claro que las quería”. y cuatro años sería si no la hubiera conocido. El problema
¿Gustar, amar, querer? Sí, son cosas que duran, a veces du- está ahí y es lo que quise decir con “Si yo hubiese muerto
ran mucho, pero no se olvide de la copla que tenemos en la antes de conocer a Pilar, moriría mucho más viejo de lo que
patria: “Dicen que la vida es breve, / mentira, que es bien seré cuando eso tenga que suceder”. Porque, además, estos
larga. / Cabe en ella el amor eterno / y todavía sobra vida”. Y veinte años no han pasado en vano, no son veinte años vividos
qué bien, porque si tenemos la noción de que podemos vivir simplemente uno tras otro, son veinte años llenos de una ri-
intensamente el amor, sólo una vez en la vida, sino dos veces, queza, de una fuerza, de una intensidad… Imagina que no la
o tres, o cuantas tengan que ser, pues mejor que mejor. hubiera conocido, entonces me dirías: “Ah, habría conocido
a otras mujeres”. Con certeza, pero no es de eso de lo que se
 trata, no es una cuestión cuantitativa, saber que conocería a
otras mujeres o que no conocería a ninguna, no es eso. Es,
Las dedicatorias me salen con toda naturalidad, no me pre- simplemente, que la conocí a ella, nada más. Eso cambió mi
gunto a mí mismo qué significan, a no ser lo que obviamente vida por completo.

Miguel Goncalves Mendes, José y Pilar, conversaciones inéditas,


Alfaguara, España, 2013.

40  |  febrero, 2017


NEPTUNO ALEGÓRICO: DEL AMOR

Creo que se vive de amor

Cuando se enamoró de José, ¿pensaba que era su alma gemela, o


Pilar del Río era algo totalmente diferente?

Nunca en mi vida se me ocurriría pensar que es mi alma ge-


mela, por favor, tenía un alma que me gustaba, simplemente.
Si se pudiese morir de amor conozco algunas personas que ya Era una persona que me gustaba y encontré, según iba cono-
habrían muerto de amor miles de veces. No. Se puede morir ciendo al ser humano, que era la persona que estaba en los
de desgarro, se puede morir de despecho… De perversión. libros y que había una verdad, una autenticidad humana en los
De la perversión de los sentimientos, que pueden ir consu- libros y esa autenticidad también la encontré en el ser huma-
miendo. Pero el amor es expansivo, lo llena todo, no se puede no. Porque hay escritores que se vacían tanto en los libros que
morir de amor, creo que se vive de amor. luego son ellos unos monigotes. En el caso de Saramago, no.
El ser humano corresponde con la obra, la obra corresponde
 al ser humano. Y, bueno, eso me iba maravillando, aunque lo
que más me sorprendía es que yo le gustara a él… Pero en fin,
Leí por casualidad un libro de José Saramago llamado Memo- ésa es su responsabilidad y no puedo hablar por él. A mí él me
rial del convento, y me gustó, me gustó tanto que se lo regalé a gustaba, y la sorpresa, que todavía tendrá que explicarla, es
todas mis amigas y lo recomendé en televisión, donde entonces por qué le gustaba yo…
tenía un programa diario. Lo comenté varias veces. Fui a bus-
car otros libros de ese autor y me sorprendió que sólo hubiera ¿Concibió la relación para siempre, como en las películas?
uno más, El año de la muerte de Ricardo Reis, que me pareció
aún más fabuloso que el primero y me obligó a ir a Lisboa. Y ¿Como en las películas? ¿Qué pasa en las películas? No sabe-
ahí pensé que tenía que agradecerle al autor el placer inmenso mos lo que pasa al día siguiente de que acaba la película. Sí, es
de haberme hecho más inteligente leyendo ese libro. Y como así… Yo, cuando conocí al hombre con el que me iba a casar,
para una periodista localizar a un autor, a cualquier persona, con el que iba a establecer una relación, supe que eso iba a ser
no es difícil, pues lo localicé, se lo agradecí y adiós muy bue- para siempre. Por mi parte. Pero nadie está libre de que ma-
nas. Intercambiamos nuestras direcciones por aquello de que ñana, o esta tarde, de regreso a casa, diga: adiós, me voy. Por
me iba a recomendar libros de autores portugueses y también mi parte, yo sabía que era para siempre. Tengo la intuición de
me quedé con su dirección por si había alguna crítica o para que también por la suya, pero no hablo por él.
enviarle una entrevista que iba a aparecer. Y así intercambia-
mos unas cuantas cartas, hasta que recibí una que decía que ¿Quién es la persona que más ha amado en toda su vida?
si las circunstancias de mi vida me lo permitían, porque no
sabíamos nada de la vida el uno del otro, ya que habíamos Por Dios, por supuesto que a mi marido, por supuesto a José,
intercambiado opiniones, había habido sólo una conversación pero, ay, cómo voy a decir eso…
profesional, de lectora a autor, pero casi profesional… que si
las circunstancias de mi vida me lo permitían le gustaría venir
a verme, me decía. Y como las circunstancias de mi vida me lo
permitían vino a verme y bueno… hace veinte años.

Miguel Goncalves Mendes, José y Pilar, conversaciones inéditas,


Alfaguara, España, 2013.

invndación castálida  |  41
NEPTUNO ALEGÓRICO: DEL AMOR

El eterno viajero

y hasta lo hice partícipe de tu vida (cosa que detestas), expli-


Cristina Pacheco cándole que te ibas a una ciudad que estaba a 40 bajo cero. Se
estremeció como si fuera él quien iba a padecer un clima tan
adverso.
Me da vergüenza confesártelo, pero odié a ese hombre sólo
Para suplir nuestras interminables conversaciones, siempre porque cumplía con su deber. Traté de ablandarlo llamándo-
que te ibas de viaje nos llamábamos y nos escribíamos cartas. lo oficial, pero fue inútil. Me resigné a renunciar a nuestra des-
Las hojas de papel nunca bastaban para que nos dijéramos lo pedida y al invariable intercambio de recomendaciones y pro-
que nos sucedía, a ti en un ambiente nuevo y a mí en el que mesas:  Júrame que no te quedas triste.  Procura dormir en el
conoces de sobra porque lo hicimos juntos. Por más cuidado- camino. Cierra muy bien la puerta. Te llamo en cuanto llegue.
sos que fuéramos siempre se nos olvidaba registrar algo. Debo haber tenido una cara terrible, porque el guardia al
Para evitar esos huecos se te ocurrió que lleváramos cada fin me permitió pasar. Entré en el andén en el momento en
uno un diario a partir de nuestra despedida en el aeropuerto o que subías la escalerilla con la cabeza vuelta hacia la entrada.
en la estación. Ese registro siempre me ha hecho imaginar que Sé que me viste, oí que me gritaste algo que no alcancé a en-
no te has ido, por eso de una vez comienzo mis anotaciones en tender. Supongo que repetías la promesa habitual: Te llamo
este cuadernito y no en una libreta, como siempre. en cuanto llegue.
Los arreglos para tu viaje fueron muy complicados. De- Sentí desesperación, necesidad de abrigarte el cuello y co-
cidir qué ibas a meter en la maleta nos tomó horas, aunque rrí pegada a las vías, pero no alcancé el tren y mucho menos a
mucho menos que ordenar en fólders los textos que pensabas la altura del vagón en que ibas. Te imaginé quitándote el abri-
corregir una vez más. No dispuse de un minuto libre para ir a go y metiendo al maletero la mochila con el libro que quisiste
la papelería, así que estoy usando el cuadernito que nos man- llevarte, los fólders, una colección de bolígrafos bic de punto
dó Almudena Grandes: El lector de Julio Verne. grueso y al fondo de todo la Mont Blanc de la edición Schiller
Me encanta, porque tiene aspecto de útil escolar, lástima que que te regalé para tu cumpleaños.
sea tan delgado. Mañana compraré una libreta gruesa (donde Te fascinó desde que la viste anunciada en una revista y
copiaré lo que escriba hoy) y luego otra y otra, porque tu viaje decidí comprártela en secreto. De otro modo me lo habrías
esta vez será muy largo. Por favor, tú también escribe el diario, prohibido, bajo el argumento de que: es demasiado cara. No
pero no en papelitos sueltos, sin fecha, que luego tengo que gastes en mí. Por hacerte un obsequio recibí otro maravilloso:
ordenar como si fueran partes de un rompecabezas. tu expresión de felicidad cuando probaste la pluma en una
servilleta de papel.
 Mejor no recordar tanto. Vuelvo a lo de esta mañana.
Cuando el tren desapareció en la curva me eché tu bufanda
Parto de lo que vivimos apenas esta mañana. Por tomarnos sobre los hombros. Sentí la misma tranquilidad que cuando
un último café, se nos hizo tarde para ir a la estación. Pese a estás de viaje y me pongo tus calcetines o tu suéter que siem-
ser domingo, nos topamos con cuatro manifestaciones y un pre huele a esa loción barata que prefieres.
tráfico endemoniado. Estuvo en peligro tu mayor orgullo:
jamás haber perdido un avión o un tren. Para colmo surgió 
otro inconveniente: todos los estacionamientos llenos. Coin-
cidimos en que te fueras caminando a la estación para regis- Al salir de la estación no pude recordar en dónde había es-
trarte mientras yo me estacionaba. Tardé mucho en lograrlo. tacionado el coche. Durante el tiempo que caminé para en-
Cuando bajé del coche me di cuenta de que habías olvidado tu contrarlo se me olvidó que te habías ido y llamé a la casa para
bufanda. La tomé y corrí tan rápido como me lo permitieron decírtelo. Claro que no obtuve respuesta. Imaginé los cuartos
los zapatos de tacón alto. vacíos, silenciosos y sentí apremio de llenarlos con el rumor
Si me hubiera puesto botas quizás habría llegado a la esta- de mis pasos. A pesar de mi urgencia me detuve en una libre-
ción antes de que te pasaran al área destinada a los viajeros.
Intenté convencer a un guardia de que me permitiera pasar
hasta allí para entregarte tu bufanda. Se negó. Le supliqué Cristina Pacheco, El eterno viajero, Océano, México, 2016.

42  |  febrero, 2017


ría. Recorrí todos los pasillos, miré cada anaquel, me asomé a En cuanto abrí la puerta te grité el saludo de siempre, ya sabes
las mesas de novedades. cuál. Subí a tu cuarto rápido, como si estuvieras esperándo-
Mi comportamiento despertó las sospechas de los em- me. No estabas, pero encontré la ropa que dejaste tirada, el
pleados y de una mujer-policía multicolor: cabello granate, encendedor que diste por perdido y la cachucha con que te
párpados azules, mejillas cobrizas, labios fucsia y uñas verdes. protegías de la luz artificial para ahorrar vista, según tus pro-
Adiviné sus dudas para elegir esa paleta y el tiempo que le pias palabras.
habría tomado maquillarse. Acabé por admirarla y le sonreí, Luego hice lo de siempre al mediodía: bajé a la cocina para
pero ella siguió observándome desconfiada, lista para actuar hacer café. Aunque no lo creas resulta muy difícil y requiere
en caso necesario. de cierto valor preparar una sola porción de lo que sea cuando
La situación habría sido menos incómoda si le hubiera di- siempre has hecho dos. Con la taza en la mano salí al patio y
cho a la mujer-policía que si iba de un lado a otro se debía a puse a funcionar la fuente para que subiera el rumor del agua
que estaba haciendo comparaciones entre los libros para lle- que te recuerda el mar.
varme el más grueso, el que me aloje y me acompañe durante Ya casi llené el cuadernito de Almudena. Le pondré la fe-
el primer techo de tu ausencia. Después de consultar índices y cha de hoy: 26 de enero. Mañana escribiré en la primera li-
hacer sumas me decidí por Los Thibault. Sus seis tomos alcan- breta de las muchas que tendré que llenar contándote mi vida
zan mil 830 páginas con letra pequeña. Tomando en cuenta hasta el día en que vuelvas. Ya sé que esta vez no será pronto.
que mi trabajo me deja poco tiempo libre, calculo que leer En cierta forma es mejor: me darás tiempo de cumplir con
esta novela me tomará muchos meses, aunque menos de los todos tus encargos, entre ellos encontrar la pluma negra con
que tardarás en regresar. la que tenías mejor letra. Esto me recuerda otro de mis pen-
Si estuvieras aquí y te mostrara mi primera compra desde dientes: descifrar lo que escribiste en hojas sueltas las noches
que te fuiste dirías: Este libro lo tenemos. ¿Para qué trajiste anteriores a tu viaje.
otro? Pues para no ver tus anotaciones en los márgenes, las Hice una pausa. Me levanté del escritorio porque reapa-
marcas que dejaste, la ceniza de tu cigarro que cayó entre las reció frente a tu ventana el colibrí que tanto te gustaba. Si él
hojas. En las circunstancias actuales, encontrarme con esas regresó, es imposible que no regreses tú.
huellas me lastimaría.

Fotografía: archivo famila Pacheco

invndación castálida  |  43
OSTENTANDO LOS PRIMORES

Una temporalidad distinta:


Luciano Concheiro

búsqueda de acelerar el rol de capital, es decir, una búsqueda


por obtener ganancias mayores y cada vez más rápida. En esta
Entrevista con Ezra Alcázar rueda de hámster, los capitalistas que hoy somos casi todos,
vivimos en esta inmovilidad frenética.

En estos acontecimientos que no se vuelven experiencias reales o


Contra el tiempo. Filosofía práctica del instante (Finalista del 44º situaciones realmente densas, hablas de cómo ha tocado también a
Premio Anagrama de Ensayo) es el más reciente libro del jo- las relaciones humanas.
ven escritor Luciano Concheiro, un libro que hace un análisis
sobre el mundo súper acelerado del capitalismo. La velocidad El fenómeno de la aceleración afecta todo: la economía, la
engulle, según Concheiro, la política, la economía e incluso política, pero también las subjetividades, y eso es muy impor-
las relaciones humanas, dejando a las personas en un scroll in- tante porque muestra es que el capitalismo ya no sólo es un
finito que incapacita la profundidad de temas y situaciones. sistema político y económico, sino es una racionalidad, una
Este ensayo no es un manual para combatir la velocidad del lógica de producción de subjetividades. En esa producción de
mundo, sino una gota de agua —como diría Agamben— que subjetividades lo que genera es personas, digamos, no sola-
promueve el análisis y la reflexión para que el lector busque su mente estresadas, ansiosas y con prisas, sino con el principio
propia forma de alcanzar al instante. del consumo en todas las esferas de su vida. Así como alguien
consume siempre la nueva chaqueta o el nuevo iPhone, con-
¿A qué te refieres cuando hablas de la inmovilidad frenética? sumes al otro o a la otra como un nuevo objeto, siempre de-
seoso de tener lo más reciente, lo más firme, lo más nuevo.
Es una imagen que trato de construir para explicar cómo Esto lo ha analizado Massimo Recalcati, un psicoanalista ita-
funciona el ordenamiento temporal, o la temporalidad con- liano brutal, y él hace un elogio del perdón como el mecanis-
temporánea. Para mí sus rasgos esenciales son la aceleración mo que permite generar unas relaciones de larga duración en
continua que lo que hace es no solamente que todas la cosas y una época en la que desechamos todo, incluyendo las parejas,
esferas de la visa humana vayan cada vez más rápido, sino que como si se tratara de un objeto más.
poco a poco vayamos perdiendo la capacidad de dotarles de
un sentido o coherencia narrativa. Nosotros percibimos que ¿Por qué en el mundo acelerado, la desaceleración o la lentitud no es
los eventos se suceden unos a otros con una velocidad cada vez una solución?
mayor, pero que acaba no pasando nada. También le llamo “la
rueda de hámster” o “el tiempo del scroll infinito”. Es como las La desaceleración si bien tiene un aspecto positivo que es que
páginas web o aplicaciones como Facebook o Instagram, que señala el problema o se da cuenta de que la aceleración es uno
tú vas viendo una infinidad de imágenes, noticias, videos, de de los graves problemas del mundo contemporáneo —y de
textos, transcurriendo a una velocidad increíble en la que no esto se ha dado cuenta gente como el Papa que en su encíclica,
acabas de generar una relación de intimidad, o no se acaban Laudato Si’, dice que hay que desacelerarse porque esto no va
volviendo una experiencia o una situación realmente densa, por buen camino, y eso a mí me agrada porque significa que
sino que nada más están sucediendo y acaba no pasando nada. cada vez más gente se da cuenta de que esta vida que se nos está
Como el hámster que gira y gira en la rueda y no va a ningún siendo impuesta es una vida productivista que no es una buena
lado aunque hay mucho movimiento. Este tiempo no es un vida—, sin embargo la solución no es la precisa. Desacelerar
tiempo natural ni un tiempo que siempre ha existido, surge de significa solamente un paliativo que acaba siendo erosionado
una lógica precisa, que es la lógica del capitalismo. El capita- por la lógica misma de la aceleración. La aceleración es como
lismo emana de un principio bastante básico que es la búsque- una bola de nieve que acaba engullendo dentro de sí a esos
da por obtener una ganancia, pero es una búsqueda eterna. movimientos de la desaceleración. En el libro cito el caso de
Un buen capitalista nunca va a decir “ya estoy, con esto tengo Carl Honore que tiene un best seller que se llama Elogio de la
suficiente”, sino que siempre va a reinvertir el dinero. El ca- lentitud, y él en un TED Talk, paradójicamente de unos tres
pital es dinero en movimiento, por eso jamás se pone bajo un minutos, dice que el gran problema de haber escrito un libro
colchón. La historia del capitalismo puede ser leída como una con tal éxito es que ahora vive de país en país aceleradamente.

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Fotografía:
Moramay Herrera

Lo que está sucediendo es que se vuelve una mercancía más sentimos que literalmente el tiempo no transcurre, se muestra
que entra a este ciclo de rotación. Ese es el problema. Tene- el instante como algo accesible para todos. Es una resistencia
mos que construir una temporalidad distinta a la del capitalis- tangencial, que no es una resistencia que busque transformar
mo acelerado, no solamente que sea un paliativo que te haga ir el sistema que produce la aceleración, sino simplemente esca-
un poquito para atrás, sino que sea radicalmente distinta. par tangencialmente de él. Pude ser una manera —a la mano
de todos— para escapar de esta aceleración.
En todo esto, ¿cómo defines el instante?
En tu diatriba contra la lentitud, hablabas de ella como un
Es lo radicalmente distinto. Hay que ir por otro camino, ese paliativo porque no mira al otro ni soluciona nada. El instante
otro camino es el del instante. Una temporalidad distinta. En- como fuga tangencial ¿no es también un paliativo que no da
tiendo el instante no como una breve porción de tiempo sino solución?
más bien como un tiempo suspendido, un no tiempo: un para
siempre que no tiene que ver con la eternidad sino más bien Eso es muy importante. Este es un libro profundamente pe-
con el sentir que las horas y los minutos no transcurren. Es simista y —también de una manera— profundamente inútil,
una sensación o una experiencia, más bien, que todos hemos porque no cambia nada. No es un libro que diga “aquí está la
percibido: es el tiempo del encuentro amoroso, el tiempo de la solución”, es un libro bastante desesperanzado en el sentido
cascarita, el tiempo de la borrachera o la sobremesa, el tiempo de que el instante no transforma nada, es un escape además
del baile, el tiempo de la revuelta violenta, pero también el momentáneo, que no deja rastros tras de sí, es una especie
tiempo de la poesía. Entendido así, esos momentos en los que de éxtasis. Pero eso para mí, de todos modos, puede ser muy

invndación castálida  |  45
subversivo. Termino el libro con un epílogo intentando en- absorber bajo su lógica muchos tipos de resistencia, nada más
tender qué tipo de subversión puede generar, que es la de la se hacen visibles y los mercantiliza y los traga dentro de sí.
potencialidad. Esta es una alabanza al instante no por lo que
es, sino por lo que puede ser. ¿Qué es aquello que puede ser? ¿Y este tipo de resistencia tangencial, de escapa, no es también
No lo sé. Pero lo que sí creo es que puede abrir un resquicio alcanzado o devorado en algún momento?
o intersticio que permita entrever la otra vida posible, porque
en el momento en que vivimos en el instante, no solamente el Son provisionales, no son totales. Son potencialidad pura. Lo
tiempo no transcurre, también generamos otra relación con el que permiten entrever es otro tipo de vida. Eso es lo que tiene
entorno, con el otro como en el caso del encuentro amoroso. de pesimista el libro, no es una solución final. Con el libro no
El instante es para mí como estar ahogándote y de repente intento decir “esta es la meta”, sino que es un mientras tanto.
salir a respirar, y en ese momento de respiro quizás nos demos Es un libro, digamos, de corte mesiánico pensando en la re-
cuenta que otra vida es posible. Lo cual no me parece poca sistencia, porque se puede emprender en el presente, no está
cosa en el mundo en que vivimos, en donde la crisis de la ima- pensando en 100 años, está pensando en el hoy.
ginación crítica es absoluta.
¿Crees que haya un momento en que esta resistencia pase a ser una
Pensar en el instante como ese punto donde se reúne un “para forma de vida, que ganemos la batalla al mundo acelerado?
siempre” ¿no sería una súper aceleración?
Yo creo que sí, pero se necesitará más que el instante. El ins-
No. Cuando escribí el libro fue una de mis preocupaciones en tante es una chispa que puede ayudar a imaginar nuevas cosas.
términos teóricos y también en la construcción argumentati- Por eso insisto durante todo el libro en la creatividad, no que-
va, diferenciar eso. El instante no dura nada, pero dura siglos. darte en un manual para escapar del tiempo, más bien estar
Construye otro tiempo y otras relaciones. No es el “YOLO” siempre buscando, ser creativo al momento de resistir contra
capitalista, en una parte del ensayo intento entender ese es- esta aceleración, ir buscando distintas formas de acceder al
píritu que han impuesto los raperos como Drake de “You only instante. Será muy distinta la resistencia que se haga en Hong
live once”, sólo se vive una vez, disfruta, gástate el dinero, vive Kong o en Sao Paulo o Nueva York, cada uno tendrá su forma
al límite; que podría parecer un instante, un carpe diem, viven de llegar al instante. Pienso también en los grandes literatos
el aquí y el ahora. El instante no es un “aquí y ahora”, es un que van quebrando poco a poco la idea de que la vida debe de
momento de sublimación, un momento en el que además ge- ser como es, de que no hay salida, ellos van resquebrajando la
neras otra manera de estar en el mundo, que es otra vida. Yo le temporalidad y la forma de vivir el tiempo.
llamo una cronopolítica a lo que estoy planteando porque es
una visión política del tiempo que, según yo, eventualmente Yo pensaba en tu libro como el instante en sí, un detonante para el
lo que construye es otro tipo de vida; porque el tiempo —y pensamiento y la reflexión.
aquí está la raíz heideggeriana y agambeniana del libro— aca-
ba construyendo otra manera de vivir: de pensar la política, la Yo espero que sea así. Me interesaba desde cómo está cons-
economía, pero también otra manera de pensar las relaciones truido que fuera una interpelación constante al lector, un libro
con los otros, con uno mismo y el entorno. El instante trasto- que no está finalizado desde la prosa aforística y fragmentaria
ca todo en su propia temporalidad. hasta las fotografías que lo acompañan, que son de Gabriel
Orozco y que para mí funcionan no como una ilustración o
¿Cómo se incrusta el instante en la resistencia tangencial? reliquias de un instante, sino más bien como maneras de llegar
al instante. Yo los llamo kōanes visuales, los monjes zen saben
El instante es dentro de la resistencia tangencial una cons- que las palabras no alcanzan para transmitir sus enseñanzas, si
trucción conceptual mayor en el sentido que contrario a la ellos explicaran lo que es la iluminación ya no estarías dentro
filosofía política moderna que busca transformar aquello que de ella, entonces lo que hacen son pequeños cuentos o na-
está diferente, es decir la política y las revoluciones rusa o rraciones paradójicas que te hacen experimentarlo tú mismo.
francesa, lo que quiere es escapar, dar la espalda y huir. Ese Para mí así funcionan las fotografías de Gabriel Orozco, son
es el principio del taoísmo, que busca prevenir el combate. kōanes visuales porque lo que hacen es empujarte a vivir tú
Este tipo de resistencias son hoy en día muy importantes, en mismo el instante.
un mundo como el actual donde el capitalismo es capaz de

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DIVERSA DE MÍ MISMA

The Last Words of my English Grandmother


Las últimas palabras de mi abuela inglesa
William Carlos Williams

Traducción Hernán Bravo Varela

There were some dirty plates Había platos sucios


and a glass of milk con un vaso de leche
beside her on a small table al lado de ella sobre una mesita
near the rank, disheveled bed— junto a la cama hedionda, destendida.

Wrinkled and nearly blind Arrugada, prácticamente ciega


she lay and snored se recostó y roncó
rousing with anger in her tones antes de despertar con voz furiosa
to cry for food, para pedir comida,

Gimme something to eat— dame algo de comer;


They’re starving me— me están matando de hambre;
I’m all right I won’t go estoy bien no me iré
to the hospital. No, no, no al hospital. Que no, que no, que no

Give me something to eat Dame algo de comer


Let me take you permíteme llevarte
to the hospital, I said al hospital, le dije
and after you are well y cuando estés mejor

you can do as you please. harás lo que tú quieras.


She smiled, Yes Ella sonrió, Ajá
you do what you please first primero haz lo que te venga en gana
then I can do what I please— y ya después haré lo que yo quiera.

Oh, oh, oh! she cried ¡Ay, ay, ay! se quejaba


as the ambulance men lifted mientras los hombres de la ambulancia la
her to the stretcher— subían a la camilla.
Is this what you call ¿Es esto lo que llamas

making me comfortable? hacerme sentir cómoda?


By now her mind was clear— Para entonces su mente estaba lúcida.
Oh you think you’re smart Cómo se creen astutos
you young people, ustedes, jovencitos,

she said, but I’ll tell you dijo ella, pero escúchame
you don’t know anything. no saben absolutamente nada.
Then we started. Nos pusimos en marcha.
On the way En el camino

we passed a long row pasamos frente una larga hilera


of elms. She looked at them  de olmos. Los miró
awhile out of por un rato detrás
the ambulance window and said, de la ventana de la ambulancia y dijo,

What are all those ¿Qué son todas


fuzzy-looking things out there? esas cosas peludas de allá afuera?
Trees? Well, I’m tired ¿Son árboles? Pues ya
of them and rolled her head away. me tienen harta, y volteó la cabeza.

invndación castálida  |  47
The Story of the Father / La historia del padre
Tony Hoagland

Traducción Hernán Bravo Varela

This is another story that I often think about:  Esta es otra historia en la que pienso a veces:
the story of the father en la historia del padre

after the funeral of his son the suicide,  después del funeral de su hijo, el suicida,
going home and burning all the photographs of that dead boy; que llega a casa para quemar las fotos del muchacho ya muerto;

standing next to the backyard barbecue,  que se coloca junto al asador del patio
feeding the pictures to the fire; watching the pale smoke y arroja las imágenes al fuego; que mira levantarse
rise and disappear into the humid Mississippi sky; y desaparecer el humo pálido al interior del bochornoso cielo de
Mississippi;
aware that he is standing at the edge of some great border,
ignorant that he is hogging all the pain. consciente de que está parado al borde de una inmensa frontera,
sin saber que acapara el dolor por completo.
How quiet the suburbs are in the middle of an afternoon
when a man is destroying evidence, Qué tranquilos se encuentran los suburbios en medio de una
breathing in the chemistry of burning Polaroids, tarde
en la que un hombre está destruyendo evidencias,
watching the trees over the rickety fence aspirando la química de Polaroids quemadas,
seem to lift and nod in recognition.
observando los árboles a través de la cerca
Later, he will be surprised desvencijada, cómo parecen levantarse y asentir en señal de
by the anger of his family:  reconocimiento.

the wife hiding her face in her hands, Poco después, lo habrá de sorprender
the daughter calling him names, la ira de los suyos:

—but for now, he is certain of his act; now la esposa que se cubre el rostro con las manos
y la hija insultándolo,
he is like a man destroying a religion,
or hacking at the root of a tree. pero él, por ahora, está seguro de lo que hace; ahora

Over and over I have arrived here just in time parece como un hombre que destruyera alguna religión
to watch the father use a rusty piece of wire o hachara las raíces de algún árbol.

to nudge the last photo of the boy  Sin parar, he llegado justo a tiempo
into the orange part of the flame: para verlo tomar un alambre oxidado

the face going brown, the memory undeveloping. y, con él, empujar la última foto
del muchacho a la parte naranja de la llama:
It is not the misbegotten logic of the father;
it is not the pity of the snuffed-out youth; el rostro que se tiñe de café, el recuerdo que acaba en negativo.

it is the old intelligence of pain  No la bastarda lógica del padre,


that I admire: no la piedad por una juventud truncada,

how it moves around inside of him like smoke; sino la inteligencia antigua del dolor,
es eso lo que admiro:
how it knows exactly what to do with human beings
to stay inside of them forever. cómo se mueve en torno y dentro suyo, como el humo;

cómo sabe qué hacer exactamente con los seres humanos


y así permanecer en ellos para siempre.

Adelanto de la plaquette Ectoplasmas. Cuatro elegías estadounidenses, cuya selección, nota y versiones al español fueron realizadas por Hernán
Bravo Varela, y que será publicada en 2017 por Parentalia Ediciones.

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DIVERSA DE MÍ MISMA

Tratado sobre Cordesse

vuelven íntegra nuestra humanidad no divinizada sino misteriosa y


Pascal Quignard ambigua, pues sobrevivir, dice, “es siempre vergonzoso”.
Cuando uno lee a Quignard está corriendo un peligro porque su
lectura es una forma de perder el equilibrio, de escuchar verdades
poco agradables, de llevar a un lector a perderse en el terror de la
Pascal Quignard (violonchelista, editor y escritor francés nacido en noche y lo desconocido. Sabe que contar algo, no es simplemente para
1948) sabe, como Mallarmé, que “si los dioses no hacen nada in- pasar el tiempo —aunque asegura que el relato es una invención
conveniente, significa que han dejado de ser dioses”. Sus Pequeños para concebir un tiempo humano, no el tiempo eterno de los dioses,
tratados, “un género inventado por Pierre Nicole en oposición a sino la “temporalidad que no puede hacerse humana si no se articula
los Pensamientos de Pascal”, en palabras del propio autor, son en- de una manera narrativa”— sino un ejercicio vital, en el más estric-
sayos súbitos, investigaciones fragmentarias de diversos temas, una to sentido de la palabra: sus textos, así sea momentáneamente, nos
búsqueda violenta y efervescente de verdades incómodas. Ofrecemos separan de la muerte y la “rabia de estar sometido al aburrimiento,
un adelanto, gracias a la editorial Sexto Piso, de estos tratados de al sexo”, y otorgan sentido a lo que nunca puede tenerlo, porque,
demonología, esa rama de la teología dedicada a valorar y sopesar como asegura “estamos destinados a los fantasmas”, a vivir perma-
la naturaleza de nuestros daimones, de nuestros terrores: el sexo, el nentemente desamparados.
conocimiento, el dolor, y desde luego la muerte. ¿Cuál es la finalidad de la vida?, nos pregunta a quemarropa.
Por ejemplo, Quignard ve el sexo en su aspecto destructivo y dio- “El hambre, el sueño y el espasmo”, contesta. “Nacer es un placer
nisíaco, no como el ejercicio de salud física y mental que quieren que muere”, y no hay otra terapéutica que el relato, porque el relato
vendernos las revistas de moda, sino como un acto fundamentalmen- dice “es el deseo indestructible. El deseo sin goce, el apetito sin hastío,
te trágico donde lo sagrado nos eleva, pero también, Quignard nos la vida sin muerte”. Quien lee a Quignard debe saber que está ha-
recuerda que el sexo es un acto prehumano, que nació antes de que ciendo algo clandestino, se convierte un mirón perdido en un templo
existiera la especie humana, es una placa tectónica que nos destruye en cuyas salas se escenifican la tortura y el placer, la más ardorosa
cuando quiere. Asimismo, Quignard se plantea el dilema del cono- fidelidad al conocimiento mezclada con unas ganas de “franquear lo
cimiento en términos negativos, explorando lo que llama “el criterio antes posible, las puertas de la muerte”.
de lo sórdido”, es decir sólo los temas más viles, las cosas más bajas
que por obra del arte se convierten en las más conmovedoras, nos de- DRB

Todas las mañanas del mundo carecen de retorno. Y los ami- Lo conocí en la calle Montorgueil, en casa de Gisèle Celan,
gos. Tácito dice que no hay más que una tumba: el corazón frente a una larga mesa marrón. Había nacido el 14 de agosto
del amigo. Dice que la memoria no es un sepulcro sino una de 1938 en Marsella. Se llamaba Louis Cordesse. Pintaba o
detención en el pretérito indefinido. Esta detención vela; ace- dibujaba. Murió de repente el jueves 9 de junio de 1988. Un
cha y prohíbe el retorno. Dice que la morada en la que residen cáncer, del que quizá no percibió más que la incomprensible
aquellos a quienes se ha amado no es el infierno; que el dolor fatiga, y una hemorragia acabaron con él. Tenía cuarenta y
en el que se anonada el alma que ama no es una morada sino nueve años.
una rabia; que sobre la imagen de cera no se han inscrito más *
que una edad y una expresión. Sólo el amigo –escribía anta- La noción de posteridad no se diferencia de una vendetta que
ño Cornelius Tacitus en su villa de Interamna–, herido por se encarniza. El pasado es una «parte de nuestra vida que está
el abandono pero en absoluto deshecho por el sufrimiento, como consagrada». Pars nostri temporis sacra et dedicata. Estas
puede conservar la huella del sonido y del flujo en el que se diversas regiones del tiempo que se ha vivido están curiosa-
distribuía la voz. Tiene la suficiente distancia para permane- mente más dedicadas a letras de nombres que a partes del
cer fiel a la memoria de la intención que animaba los actos y cuerpo.
es capaz de perpetuar la energía que habitaba las formas de la *
obra en la que, una y otra vez, la potencia que manaba de su Había una puerta acristalada que daba a un pequeño patio ne-
fuente cristaliza y se espesa hasta el punto de apagarse en ella. gro. A través de los cristales que guarnecían el bastidor se veía

invndación castálida  |  49
un abedul que poseía seis hojas y cuyo tronco tenía el grosor copiaba su formato. Estos libros aparecieron bajo nombres de
de un dedo de niño. Tampoco puedo imaginar que este árbol autores diversos: M. de Rosny, M. de Recourt, de Bétincour,
siga todavía con vida. Sobre la mesa redonda había embutidos Mobrigny, el señor de Chanteresne… La lista de pseudóni-
que provenían de Colmar. Era a finales de los años setenta. mos de Nicole es tan larga como la que desplegó Marie-Henri
Éramos cinco: Françoise, Mifa, Jean-Pascal Léger, Louis y yo. Beyle, grenoblense. Una de las fobias que sufría Nicole y que
Siempre era de noche. El apartamento estaba situado en un se contaban entre las más raras: nunca se acercaba a las casas
entresuelo de la calle Madagascar. Yo miraba cómo se ahogaba cubiertas de tejas. Por más fanática que fuera su creencia, vivía
en la sombra la silueta de un abedul. en el terror de que una de las tejas se desprendiera del tejado
Era como un pez que muere. Se podían acariciar las pocas y lo hiriera. Una repugnancia mucho más corriente: se nega-
escamas blancas de su piel. Existen en Tokio templos antiguos ba a atravesar los puentes con los ojos abiertos. Vi el mismo
en los que la naturaleza es el centro, el valor, el cuidado, el espanto en Jacques Réda, a pie o sobre dos ruedas. Uno y otro
santuario y el dios, y cuyo jardín tiene el tamaño de una caja. de estos escritores podían recitar entero su Virgilio, cincuenta
Un día en el que la tormenta tronaba, los rayos arrojaban años después, pero les costaba horas decidirse a franquear un
una luz brusca sobre los cristales y las diminutas hojas del ár- pequeño puente de piedra sobre un riachuelo. Nicole tuvo la
bol, me fui de la calle Madagascar con el rostro cubierto de idea de hacer un Traité des péchés mortels inconnus [Tratado de
sudor. Huí presa del pánico. Tenía una propensión a las crisis los pecados mortales desconocidos], con el fin de aterrar a los
fóbicas dignas de las que sufría Pierre Nicole en 1650. Estaba hombres y obstaculizar sus acciones con un apuro más cons-
a merced de las tormentas del mismo modo que un tapón de tante, en tanto que más incierto. Quizá atravesar los puentes
corcho es juguete de las olas que pliegan el agua o la revuel- era un pecado mortal. Despreciaba por su estilo los escritos
ven. De niño, en verano, cerca de la frontera con Bélgica, a que Pascal había dejado y le sorprendía el caso que se les ha-
la orilla del Mosa, cuando se acercaba la tormenta y todas las cía. El estilo de Nicole era de los más limpios que hayan exis-
cosas, las hojas y los gatos, los manojos de zanahorias e incluso tido. Murió a los setenta años, que pasó en París, en una casa
las avispas se inmovilizaban esperando, yo me precipitaba al situada cerca de la plaza Puits-L’Hermite, detrás de la Pitié,
emparrado del jardín para arrancarle a la viña un minúsculo rodeado por las tejas de Philippe de Champaigne y por una
grano de uva; si lograba que no me estallara en la boca mien- bella biblioteca que debía a M. Arnauld. Describió su muerte
tras lo tragaba, podría dormir en paz; entonces la angustia en estas líneas:
soltaba un poco su presa en mi garganta. Debía creer que el «Imagino una habitación amplia pero oscura; un hombre
dios del rayo y del trueno estaba sometido al grano. Parece trabaja toda la vida llenándola de víboras y serpientes; cada
probable que creyera que, tragando un grano de tormenta que día trae una cantidad mayor. Tan pronto como esas serpientes
no reventaba, estaba sustrayendo mi vida a su cólera y mi ca- están en esta habitación se adormecen, amontonándose unas
beza a su rayo. Pero se me partió el corazón. sobre las otras, de modo que incluso permiten a este hombre
* acostarse sobre ellas sin morderle ni hacerle ningún daño; esta
Como lo que el viento se lleva en su huida, las mujeres en sus situación dura bastante tiempo, este hombre se acostumbra a
aguas, las nieves en los mares. estar allí y no teme nada de este montón de serpientes; pero
* cuando menos se lo espera, abriéndose de pronto las ventanas
No sé si fue Louis o fui yo quien tuvo la idea de una serie de que dejan entrar la luz del día, todas esas serpientes despier-
ocho tomos de pequeños tratados. Me gustaba Pierre Nicole. tan de repente y se arrojan sobre ese miserable; lo desgarran
Acababa de descubrirlo. Escribió unos ensayos que tienen la con sus mordiscos y no hay ninguna que no le haga sentir su
misma precisión que los prefacios que compuso Racine. Se veneno.
amaban. Había sido su profesor de latín. La historia no ha »Por terrible que sea esta imagen, no es más que un débil
retenido su nombre pero la memoria añade, en los vivos, el apunte de lo que ordinariamente hacen los hombres y de lo
odio y el miedo; en los directores de colegio, la holgazanería que les sucede el día de su muerte».
y la pérdida de la cultura; en los ministros de la policía, de la *
religión, de la guerra, añade prohibición, censura, hoguera y Había hecho deprisa un pequeño patrón con la ayuda de un
trofeos de victorias. sobre de papel kraft amarillo que me había caído en las manos.
* Le di el patrón a Jean-Pascal Léger, que se lo pasó a Louis
Nicole decía: «Somos como pájaros que están en el aire, pero Barnier y que me lo devolvió. En otra ocasión se lo di a Mau-
que no pueden permanecer en él sin movimiento, porque su rice Olender, que tenía la intención de crear una colección en
apoyo no es sólido». Y lo comentaba de este modo: «El pa- la librería Hachette y que lo conservó.
sado es un abismo sin fondo que se traga todas las cosas pa- —¿Puede usted utilizarlo? —me preguntó.
sajeras; y el porvenir es otro abismo que nos es impenetrable. —Yo no puedo utilizar nada. ¿Para qué sirvo? Ni siquiera
Uno de estos abismos desaparece continuamente en el otro. sé para qué sirvo yo. No puedo utilizar ni mis miembros, ni
Sentimos la desaparición del porvenir en el pasado, y es lo mi corazón, ni mi cabeza, ni siquiera lo visible. Ni mi lengua
que constituye el presente, como el presente constituye toda ni el sol me calientan ni me iluminan.
nuestra vida». *
* El taller servía de almacén para unas cajas llenas de peces fósi-
Durante el reinado de Luis XIV aparecieron trece volúmenes les. Estos peces de colores rojos y azules y amarillos se remon-
con el título de Essais de morale. Me gusta abrirlos y leerlos. Lo taban a antes de los senos, de los hombres, de las respiracio-
que para Pierre Nicole tenía los rasgos del porvenir y que ocu- nes. A antes de que emergiera la tierra, el tiempo, las colas de
pa para nosotros el lugar del pasado quedó ahí a su muerte. Yo caballo, las lenguas. Con un martillo, Louis partía esas piedras

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en dos partes cálidas que yo sostenía sobre mis rodillas. Ha- prohibida cualquier tirada y en la cual todos los recuerdos y
bían nadado y amado en el Panthalassa y millones de años los todos los acontecimientos del día y del pasado confluyen. Me
habían mineralizado. Louis había nacido en un puerto. Hasta gustan los choques de las olas de la tempestad que regresan de
los diez años yo viví en un puerto. El mar nos obsesionaba. modo infatigable sobre las rocas negras que las desgarran. Es
Cada año, en verano, partía en barco, costeaba las orillas del una oscuridad que brilla.
Mediterráneo, remontaba las ciudades, hasta Pisa, desarbola- *
ba sus mástiles bajo los puentes. Odiaba los puertos. Yo es lo Me gustan las colusiones de los antiguos escaldos. Se le quita
único que amo. Lo descubrí todo en el viento, en un puerto al caballero su caballo, se le quita al mar su barco, a la espada
bombardeado, en medio de los escombros y de fragmentos de la sangre, al recuerdo las lágrimas, a la noche lo negro.
piedra o de muros, entre las ratas que corrían y una llovizna *
continua que azotaba el rostro. Eran mi Roma y mi fórum. Se me perdonarán estos fragmentos, estos espasmos que suel-
Sus nombres eran Havre de Grâce [Ensenada de Gracia] y do. La ola que rompe toma prestada del sol una parte preci-
Sainte-Adresse [Santa Dirección]. Doy fe de que los nombres pitada de su claridad. Esta brusquedad es como un sueño de
eran mentirosos. ladrón. También la muerte quita deprisa y no restituye nada.
Por la mañana, iba a un instituto que era un barracón de *
madera; en el centro había una estufa que echaba humo y El taller de la calle Charonne era largo como un refectorio
desprendía un hollín oscuro: tan denso como los dibujos que de convento. Me gustaba hasta el punto de sustraérselo. Lo
hacía Louis. De entre todas las telas, acuarelas, grabados que introduje en una novela e hice vivir allí a un gigante asceta y
realizó Cordesse, su obra maestra me parece que fue el primer doloroso que tenía por nombre Pierre Moerentorf. Lo puse
grabado del tomo II: estatua monumental de una diosa de pie, de rodillas, no frente a un abedul, sino frente a árboles más
más oscura que cualquier forma nocturna, sobre una página pequeños en macetas de tierra pintada o escudillas cubiertas
estrecha y corta. por un viejo esmalte. Louis detestaba ese taller. Allí se cortó el
Tenía el ojo más vasto en su contorno y en su mirada, el pulgar derecho con una sierra eléctrica. No conocí ni Génol-
más sombrío y el más ansioso en su centro. Dibujaba con ra- hac ni Aniana, ni la Toscana, ni la tierra que poseía en Canadá
pidez. Había más trazos en su dibujo que pelos en su bigote. y en la que había osos.
Louis Cordesse era de esos hombres capaces de abandonar el *
arte por unas ideas y así es como se extravió. Pertenecía a una Nos gustaba demasiado lo negro. Éramos hombres que se da-
familia patricia perdida en la política. Le gustaba llevar los ban banquetes con las flores que brotan de las ortigas. Unos
Borsalino de los gánsteres. Se parecía a Rembrandt van Rijn atracones, él de bosquejos, yo de garabatos, para poner dis-
y sus grabados se parecen a los que los holandeses componían tancia entre el miedo y uno mismo. A la chita callando. Era
a mediados del siglo xvii. Cuando venía a cenar a mi casa, no preciso que enredara la mirada algo como rostros tomados y
le quitaba la vista a un grabado de una obra que provenía del devueltos a las ramas, y que la bestia de la angustia nos olvi-
taller de Rembrandt que un artesano había estampado en el de cuando merodea. El vacío nos arrebataba, sin embargo. Si
siglo xviii, muy oscura, situado junto a una chimenea. Íbamos morimos, es que algo como la muerte está en nosotros.
donde el grabador al buril. Para el tomo i, fueron puntas se- *
cas. Para el tomo ii, aguatintas. Yo recogía los copos de cobre Después estuvo el taller de la calle Avron. Él había conocido
de la superficie de la mesa. a Françoise en 1973 a través de un amigo oboísta. Fundó la
* revista Raisons. No participé en ella. Me negué. Marqué mis
La amistad —más o menos como el odio— es una imantación distancias haciéndoselo saber brutalmente. Le dolió. Nunca
irresistible que atrae hacia lo que se ignora. Por ella, se tiene he mortificado a nadie más que a mí mismo, con ocasión de
la impresión de que uno va a ser introducido en un mundo algunos Port- Royal interiores y repentinos. Esta brutalidad
que escapa a este que pateamos. Este mundo nos llena más de no se atempera. Hay algo en mí que está en estado bruto.
excitación que de miedo. Estos sentimientos, al prolongarse, Bruta animalia: bestias que son brutas. Bruta fulmina: rayos
llenan de pasión todo cuanto vivimos. Es por ello que puede que caen al azar. Hay una brutalidad obstinada en mi modo de
decirse: existe la orientación en el mundo sublunar. En los expresarme que el tiempo, el disgusto ante numerosos seres y
tiempos de Pierre Nicole se decía: es el Monomotapa. Existen numerosos pensamientos, el estudio incesante, la repugnancia
pedazos de hierro que agrupan y amontonan a su alrededor ante el lenguaje que sólo es lenguaje, la asiduidad de la angus-
las limaduras que se esparcen en su proximidad. Este hombre tia y lo súbito de sus asaltos, la esperanza de emparentarlos
era uno de esos pedazos de hierro. Copos de cobre caían de su con los del deseo, la impaciencia que lo llena todo de rabia, el
mano alrededor de la plancha y atraían la luz a medida que se miedo a morir y no haber servido para nada acrecientan cada
desplegaban o se enrollaban sobre sí mismos. El grabado era día. Brotan cada día en el oratorio o la ruina interiores; trepan
esta limalla blanca que se volvía tan oscura y tan desordenada por su muro desnudo, o por la piedra desellada. Son esos an-
sobre la página. tiguos vestidos de sarga gris que olían, a fuerza de humedad
El amor, la amistad, las obras que se componen: de pronto, y de servicio. ¿Para qué sirvo? No sé para qué sirvo. M. de
un fragmento de acero imanta mil fragmentos de todo lo que Champaigne los pintaba modestamente, tristemente, y mal.
nos rodea y que está disperso. Es el ajuste extraño del coito, *
es la cristalización de los cristales, o de los peces que se mi- Un día unos hilos que estaban disjuntos habían formado un
neralizan, el cielo, el tiempo: todo se polariza y forma relato nudo. Los grabados, los tratados, las rapsodias de fragmentos,
de repente. La pasión no es más que una inmensa novela cu- las comidas nacen. El hilo se gastó, se rompió: Jean-Pascal
chicheada entre dos, de una exclusividad feroz, de la que está Léger prefirió lo visible a lo invisible. Prefirió la pintura y los

invndación castálida  |  51
beneficios que se obtienen de ella a los libros y su belleza más tres primeros tomos, publicados por una galería de pintura,
imperceptible y de un recurso más desigual. sin difusión, se agotaron de milagro. Nadie quiso saber más y
Louis prefirió la política y la razón. Pierre Nicole llamaba cinco tomos quedaron en el cajón. ¿Qué editor se interesaría
raisonnaillerie a los argumentos lógicos que se plantean para por esta suite barroca esperada por el bosque, quizá, un ciego
esconderse uno mismo la verdad, y el pensamiento le parecía y un lobo? Nadie.
demasiado pasional para ser de gran utilidad. Al fantasma de Dejé correr un asunto en el que había puesto tan poca
una librería, a la tristeza de una galería, yo prefería el taller, y voluntad y ningún honor. Existe a veces un parecido entre
luego mi habitación. los movimientos secretos del corazón y aquellos a los que el
* pensamiento se aplica del que se puede tener vergüenza, del
A finales del año 1980 los ocho tomos estaban redactados. que se puede apreciar que es sucio y apasionante, y continuar
Aparecieron tres y sólo dos con grabados, Louis y yo llenos dejándose llevar con intransigencia y continuar sintiendo
de furor. vergüenza por dejarse llevar. Ocurrió que Alain Veinstein leía
* y que una amistad, aun más antigua, nos ligaba. Guardó el
Publico sin echar una mirada atrás, es decir, con la urgencia recuerdo de que habían existido esos tomos. Es cierto que ha
pánica que sentía un vagabundo del tiempo de Meroveo per- ocurrido que la necesidad y la pereza hayan dado lugar a re-
seguido por un lobo. Detrás del rostro de un hombre que ha putaciones que son falsas. En los tiempos en los que Pierre
sido un amigo, lo que percibo es una terrible negrura que se Nicole tenía miedo de las tejas y de los pequeños puentes, no
condensa en el vacío como un agujero de negrura. Una negru- habrían sido suficientes diez años para convencer al editor de
ra más concentrada que una noche. Más concentrada que uno que los publicara y estos pequeños tratados no hubieran visto
de sus grabados. Más efervescente. El hollín mismo. la luz en absoluto. No creo que la vanidad tenga una visión
La chimenea de Cenicienta. suficiente sobre los siglos pasados como para ver incluso las
Me gustan los bosquecillos desde mi infancia, los zarzales sombras y distinguirlas de los reflejos y de los fantasmas. Ho-
donde se recogen las moras levantando los brazos, los inextri- racio dice que si la noche nos ha sorprendido, nuestra vista no
cables árboles de boj. Poco a poco unas formas se dejan ver. es la única que tiene la culpa.
Formas de mujeres oscuras en el enredo de las ramas o de *
las cuerdas que las esconden, las atan, de las que se liberan, y Nunca he tenido otra dirección ni más camino que la pasión
finalmente surgen. Recuerdo las palabras de un vikingo, Tho- que no se agota en mí y que no se retira de mi vientre, de los
rolf el Altivo; que había que mirar siempre con cuidado en bajos de mi vientre, de mis pulmones, de mis manos, de mi
los matorrales, sobre las laderas, entre los árboles, sobre los cabeza y que, a cada instante en que tengo la convicción de
taludes, entre las hojas: quizá un arma brilla. que está a punto de abandonarme, regresa sin cesar como una
* resaca. Pasión que es sonar en silencio. Escribir. Resonar con
Se llama furor ese instante en el que los hombres se vuelven una especie de estruendo en el silencio del cuerpo. Resonar
perros ávidos de sangre, o lobos que aúllan de hambre. Hay más allá del agua negra, resonar en algo que es como la noche
hombres que están casi todo el tiempo furiosos, y poco a poco del mundo antiguo. Pueden usarse las palabras que se quieran.
me voy contando entre ellos. Es el animal tótem de la vieja Es lo que dio lugar a que Jerónimo caracterizase el silencio
Roma, que imponía a sus hijos esa metamorfosis en la bestia de Asella como un «silencio parlante». Un silentium loquens.
peluda y sombría de cuya ubre habían mamado. Nos hemos Toda obra escrita, verdaderamente escrita, es un silencio que
mirado como lobos. habla. Es golpear un tambor de seda para llamar a una mujer
Yo escribía estos tratados con esa alegría furiosa que se sus- que se niega; y hacer que la pena por esta negativa acabe ma-
trae a lo que esconde porque prefiere saltar y porque quiere tando. Corro; acelero el paso hacia unas hojas muy pequeñas
lanzarse. Estos textos no estaban sujetos a ningún orden gene- y los flancos fantasmas de los abedules. Su corteza es agrietada
ral. No debían someterse a nada, ni siquiera al contraste entre y blanca como una ola de tempestad. He visto a los finlandeses
ellos. Ni siquiera tenían que dirigirse de modo ameno hacia emplear sus hojas a modo de té y sumergirlas en cacerolas
la mirada de quienes leen, ni con el deseo de complacer aun- negras. Acelero el paso para inmovilizarme aún más. Toco la
que fuera un poco, ni tampoco buscando encontrar un solo página. Me alelo en el silencio. Me avengo a cuanto esta ne-
sabor ni un solo ser. Ni siquiera ambicionaba hacer pequeñas cesidad ordena, sin saber adónde pretende conducir. Nunca
obras de arte. Éste era el juego que proponían estas páginas le hago preguntas al silencio. No se interroga con palabras a
del tamaño de hojas de abedul: no subordinarse a nada. Las lo otro del lenguaje. Me arrebata más obedecer con los ojos
forzó una pasión, sin saber adónde conduce. La edición de los cerrados a mi propia noche.

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DIVERSA DE MÍ MISMA

De sangre y de sol

en recuerdo suyo, Lawrence escribiría el texto jocoso «See


Sergio González Rodríguez Mexico after, By Luis Q.».
El clima del altiplano debió empeorar la tuberculosis de
Lawrence. Se mostraba irritable, su temperamento cambiaba
en un instante y los accesos de tos eran imprevistos y devas-
En la Ciudad de México que conoció D. H. Lawrence en tadores. Vivía colérico y terco: se negó a aceptar la invitación
marzo de 1923, flotaba el aire de otra revolución por el reto a hospedarse en casa de Zelia Nuttall —la Mrs. Morris de
de los católicos que agitaban al pueblo y desafiaban al gobier- La serpiente emplumada—, la arqueóloga estadounidense que
no triunfante. Lawrence venía de Taos, Nuevo México, con su vivía entonces en Coyoacán. Años después, León Trotsky se
mujer Frieda: viajaba por el mundo desde 1919 y tenía trein- refugiaría en una casa del vecindario, donde Jacques Mornard
ta y ocho años. En aquellas fechas, escribía a sus amigos que (Ramón Mercader) le habría de asesinar en 1940.
los últimos cuatro años había padecido un peregrinaje fiero, Para escribir La serpiente emplumada, Lawrence leería Fun-
y confiaba en que los muertos los cuidarían y ayudarían. Este damental Principles of Old and New World de Zelia Nuttall, así
diálogo era un ramo de adviento. como pudo inspirarse en otras obras: Conquest of Mexico de
En la capital mexicana, Lawrence despreció los hoteles William Prescot, las crónicas de Bernal Díaz del Castillo (His-
para estadounidenses, y eligió el pequeño hostal italiano en toria verdadera de la conquista de la Nueva España), o The Gods of
la calle de Uruguay, el Monte Carlo. Había allí una alcoba Mexico de Lewis Spence.
sencilla, más aún, pobre, adecuada a la austeridad y al cuerpo Lawrence discutía con Frieda una y otra vez. Su trato era
delgado del viajero, que llamaba la atención de los mexicanos mordaz y desafiante. El escritor lo justificaba como el resul-
por su crespo cabello rojizo. Desde la azotea, se podían ver los tado de las oposiciones complementarias de los dos. Se agre-
volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl. dían y luego se tomaban de la mano, amorosos. La tarde que
El escritor escocés estaba fascinado: proliferaba en Méxi- acudió a una corrida de toros en compañía de Frieda, Witter
co una tensión sacrificial y aguerrida, como decían las pintas Bynner y William Johnson se convirtió en un episodio en el
provocadoras en las paredes: «¡Viva Cristo Rey!». Una tarde límite de su tolerancia: no sólo aborreció la violencia gratuita
llegó a visitarle el presidente del pen Club local, Genaro Es- del espectáculo, sino la conducta del público, un pandemónium
trada, quien le comentó que su barba era «cristiana». Lo que de indios y mestizos que desfogaban agresividad entre ellos
quiso ser una cortesía mestiza cayó como una mala broma en y odio a los extranjeros. Luego apuntaría en el explosivo ca-
los oídos de Lawrence, quien odiaba la figura de Cristo, al que pítulo inicial de La serpiente emplumada, uno de cuyos temas
prefería oponer el culto solar de Quetzalcóatl —es curioso que es la resurrección del culto a Quetzalcóatl: «hay varias clases
un defensor del hitlerismo esotérico, Miguel Serrano, haya de complejos de inferioridad, pero el mexicano de la ciudad
apuntado al pie de una reproducción del ex libris grabado en atesora uno que le hace más agresivo cuando se siente provo-
madera que dibujó el propio Adolf Hitler en 1929, lo siguien- cado». Se refería al miedo y la violencia soterrados.
te: «ya se presiente ahí el Águila Azteca de Quetzalcóatl». Lawrence se sentía mejor en los pueblos, Xochimilco, Pue-
Aquella sola palabra en náhuatl era más que un talismán: bla, Orizaba. O en Teotihuacán: ahí cuajó la novela, ante las
resonaba como el título definitivo de la novela en cuyo bo- monumentales serpientes emplumadas de la época precor-
rrador trabajó tres meses de 1923 y a lo largo del invierno tesiana, su atracción ante Quetzalcóatl (el preservador de la
oaxaqueño de 1924 y 1925 para corregirlo —hizo tres viajes semilla del Quinto Sol —la era actual—, héroe histórico y
a México en total. El editor se obstinó, al publicarla en 1926, deidad civilizadora, amo del calendario, la escritura, la astro-
en que se tradujera al inglés el significado de esa palabra que, logía). México le cautivaba y le repugnaba al mismo tiempo.
para Lawrence, encerraba el estigma de una tierra de monoli- Y sus solemnidades institucionales le ponían fuera de quicio.
tos crueles, piedras en espiral como excrementos antediluvia- Una cita pospuesta con el secretario de Educación José Vas-
nos, que emitían la misma magia de los cactus gigantescos y concelos, impulsor de una cruzada cultural en favor del libro
los magueyes eternos. Estrada pudo convencer al escocés de y la lectura y el patrocinio a los pintores muralistas, le enfu-
acudir a una cena en su honor, en la que conversó con el poeta reció y le condujo después a cancelar el encuentro. Décadas,
mexicano Luis Quintanilla de veintitrés años, que había co- más tarde, Vasconcelos —ya proscrito de la política mexicana,
nocido —alardeaba— al poeta Apollinaire en París —luego, entre otras causas, por su fervor nazi— escribiría que D. H.

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Lawrence se comportó entonces como un «idiota de segunda mo antes que los políticos pensaran en ella», y luego añadió
categoría». un juicio desmesurado: «la filosofía lawrenciana de la sangre
Para Lawrence, la tierra mexicana de pronto lucía superior conduciría a Auschwitz». Para creer aquello al pie de la letra,
a sus pobladores, sus modales eran al parecer superficiales, tendría que soslayarse la responsabilidad de muchas buenas
ocultaban un trasfondo salvaje, tímido y despectivo. En cam- conciencias, cómplices humanistas del ascenso del nacional-
bio, apuntó en Mañanitas mexicanas: «El sol brilla, brilla como socialismo en Europa.
de costumbre, como brilla durante todo el invierno. Es una La de David Herbert Lawrence era una aventura espiritual
delicia sentarse al aire libre y escribir». El correlato de esta que compartía con otros escritores europeos de su genera-
admiración telúrica implicaba su intuición de una violencia ción. En esta nostalgia de lo absoluto, abrevó en los libros de
subterránea que, en cualquier instante, solía despertar el rito Helena Petrovna Blavatsky, Annie Besant, James Pryse, Sri
del sol y de la sangre en esos hombres volcánicos que, a su Aurobindo, y en algunas ideas del misticismo hindú. Por esa
mirada, creían que no hay placer sensual que igualase la vo- proclividad, Lawrence escribió en alguna página que México
luptuosidad de clavar el cuchillo y ver brotar la sangre de la tenía cierto enigma de belleza, como si los dioses estuvieran
herida. Un festejo atávico que le estremecía. todavía aquí. Era una visión que volteaba a la realidad para
Su hechizo por la sangre le ganó muchas animadversiones refrendar un mundo imaginario, una vocación en torno al se-
entre sus contemporáneos, como Bertrand Russell, que es- creto primigenio.
cribiría que: «Lawrence desarrolló toda la filosofía del fascis-

Sergio González Rodrígez, De sangre y de sol,


Sexto Piso, México, 2006

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DIVERSA DE MÍ MISMA

¿Existe una forma correcta de vivir?


Entrevista sobre los espejos con Andrés Ibáñez

los jamás podríamos imaginar. En cuanto a los espejos... los


Daniel Rodríguez Barrón espejos son objetos físicos, son más difíciles de olvidar o de
malinterpretar que los demonios. Son lo que nos permite ver-
nos a nosotros mismos. Todavía no se ha inventado nada más
asombroso.
A través del espejo (Atalanta, Barcelona 2016) es una antología
de relatos —incluyendo un par de poemas, una crónica y un Escribir es ya un modo de jugar al reflejo. En su texto
ensayo— que recorre el interés por ese objeto de uso común de introducción habla del poder de los espejos en varias
y a la vez siempre mágico: el espejo. Andrés Ibáñez (Madrid, culturas, la egipcia, la azteca, la grecorromana, pero parece
1961), escritor y pianista de jazz, no sólo nos ofrece lo más como si hasta la llegada de la escritura y la lectura como
conocido sobre el tema —Borges, Hoffmann, el mito de Nar- bienes de uso corriente el espejo se convirtió en fuente de muchos
ciso, la Blancanieves de los hermanos Grimm— además hace terrores. ¿Es el espejo y su mitología un terror intelectual en
verdaderos descubrimientos como los textos de Danilo Kis y contraposición a miedos más básicos como el miedo a la noche,
Goran Petrovic. Y por si fuera poco, escribe una introducción a la oscuridad?
donde recorre la historia del espejo, desde Egipto y el mundo
grecolatino, hasta los mexicas y los doppelgänger del Roman- ¡No sé si puede existir un terror intelectual! Sí, hay culturas
ticismo. Ese texto termina por integrarse tan perfectamente donde los espejos parecen especialmente importantes. Una de
a la antología que en modo alguno parece sólo un ensayo in- ellas es la mexicana, quiero decir, las distintas culturas mexi-
troducctorio, sino una pieza que ostenta la misma obsesión de canas, porque tanta importancia tenían los espejos entre los
Borges o Poe con la ganas de Fray Bernardino Sahagún por mayas como entre los teotihuacanos o los aztecas. He estudia-
entender una cultura extanjera y la serena inteligencia de un do estás dos últimas con más detenimiento en mi prólogo, la
Otto Rank. Entonces, ¿quién mejor que Ibáñez para hablar- maravillosa historia del doble espejo, el de Tezcatlipoca y el de
nos del libro y los espejos? Quetzcalcóatl, por ejemplo. Uno da vida, el de Quetzcalcóatl,
mientras que el otro, el del señor de la guerra y la discordia,
El espejo es una superstición que ha sobrevivido a lo largo de los siglos. es un espejo de humo, un espejo velado... Pero ¿por qué es
Las brujas, los demonios parecen estar a la baja en favor de otros velado? ¿Por que es oscuro, como la mayoría de los espejos
miedos, pero el prestigio de los espejos permanece intacto, ¿por qué? antiguos? La verdad es que cuando Quetzalcóatl se mira en
ese espejo se ve como un hombre viejo y enfermo. Es un dios
Encuentro que siempre las preguntas que me hacen sobre este (o un gran rey) que se ve a sí mismo como un pobre hombre
tema (y sobre mis otros libros en general) tienen que ver con sujeto a la miseria del cuerpo. Pero ese es precisamente el
la diferencia entre el pasado y el presente. Solemos creer que engaño de Tezcatlipoca: hacer que nos veamos sólo como un
la época moderna es sustancialmente diferente de las épocas cuerpo sujeto al decaimiento.
anteriores, que estaban llenas de supersticiones, fantasías, apa- Pero, repito, no creo que pueda haber terrores “intelec-
riciones, etc. Pero en realidad no es así. Desde el punto de vis- tuales”, y si lo hay, el espejo no es uno de ellos. Cada vez que
ta del arte, esa diferencia de tiempo no existe. El ser humano nos aproximamos a un espejo, incluso en esta época en la que
es igual siempre. La naturaleza, madre de todo lo simbólico, hay espejos por todas partes, sentimos un latido de alarma o
es la misma, nuestra fisiología es la misma y el funcionamien- de maravilla. Los espejos siempre nos parecen mágicos, inclu-
to de nuestro mundo interior es el mismo. Las brujas nunca so en esta época llena de maravillas tecnológicas. Vi una vez
han existido, fueron una creación de la mente “moderna” para un programa cómico televisivo en el que habían creado unos
reprimir el elemento femenino, pero en cuanto a los demo- servicios públicos que eran en realidad dos habitaciones simé-
nios, ¿de verdad crees que ya no los tememos? Los demonios tricas e idénticas, en la que una joven se maquillaba en uno de
invaden nuestro mundo desde el principio, simplemente cam- los lavabos frente a otra joven que imitaba sus movimientos.
bian de forma y de denominación. Los demonios son los seres Parecía que había un gran espejo, pero en realidad el espejo
intermedios entre lo físico y lo espiritual. Son esas fuerzas que no existía. Las personas que iban entrando, comprobaban con
nos mueven, y que parecen obligarnos a hacer cosas contra espanto que no se reflejaban en el supuesto espejo. Supongo
nuestra voluntad, o que nos inspiran cosas que nosotros so- que este es uno de los temores básicos del espejo: no verse re-

invndación castálida  |  55
flejado en él. Otro terror básico, que yo he experimentado en Una de las cosas más asombrosas de los espejos es que existían
sueños, es ver reflejado un rostro plano, sin rasgos. También desde antes que fuera posible fabricarlos. Porque los espejos
he soñado que me miraba en un espejo y veía a otra persona. antiguos, elaborados con piedra pulida, con bronce, con obsi-
La sensación de terror era insoportable. diana, apenas reflejaban nada. Hay espejos etruscos que están
llenos de preciosos dibujos: ¿en qué sentido es un instrumento
El Romanticismo nos enseñó que acaso todos tenemos un doble; y el así un “espejo”? El que motivó mi investigación es un viejo
psicoanálisis nos descubrió ese yo dentro de nosotros que tiene deseos espejo azteca que se encuentra en el Museo de Ciencias Na-
inconvenientes. ¿Hemos interiorizado las lecciones de los espejos? turales de Madrid. Su superficie de obsidiana apenas refleja
sombras. Pero con el tiempo, los hombres aprendieron a ha-
Creo que una de las grandes tragedias de nuestra cultura es cer espejos cada vez más perfectos y más grandes. En nuestra
ese empeño por no comprender el romanticismo. Creo que el época, los espejos lo dominan todo. Estamos llenos, inunda-
negarse obstinadamente a entender lo que es el romanticismo dos de imágenes. Todos los actos y gestos de nuestra vida se
ha conducido a una modernidad fallida, obsesionada con lo convierten en imágenes. Todo el mundo lleva en el bolsillo,
instrumental y con un materialismo fanático y ciego. Siem- o más corrientemente en la mano, un objeto de cristal que
pre me resulta curioso que el romanticismo sea objeto de las refleja el mundo y guarda esos reflejos y los transmite y multi-
más severas críticas por parte de la izquierda, que lo ve como plica. Somos una civilización de copias y reproducciones que
“irracional”, origen del fascismo (a causa de unos pocos textos corre el peligro de perderse en ese laberinto de reflejos que,
de Fichte), reaccionario, ultrareligioso, etc., pero también sea finalmente, ya no reflejan nada.
odiado por la derecha, que lo ve como revolucionario, obse-
sionado con los derechos individuales y con la originalidad, Nada bueno parece venir desde detrás de los espejo: un doble, un
destructor del orden plácido y feliz anterior a la Revolución demonio, nuestros deseos terribles, el mundo al revés, la tentación
francesa. Es curioso, pero es la visión de la derecha la que está de la vanidad... pero al final de su texto introductorio, descubre que
más cerca de lo que es en verdad el romanticismo: el movi- por fin, después de muchos años, comienza a ver su propio rostro.
miento que crea el mundo moderno, la democracia moderna ¿Existe un modo de superar nuestro temor a los espejos?
y el moderno concepto de obra de arte. Otra cosa que no se le
perdona al romanticismo es que creyera en el lenguaje del arte ¿Existe una forma correcta de vivir? Esa es la pregunta, la gran
como método empírico, que creyera que a través del lenguaje pregunta. Es la pregunta que se le hace a un maestro, cuando
del arte se podían investigar los grandes enigmas humanos. uno encuentra a uno, en el caso de que uno se encuentre a
El tema del doble es típicamente romántico porque es una uno. Superar el temor al espejo quiere decir superar el temor
manera de simbolizar todo aquello que hay de desconocido a ver lo que uno realmente es, el temor de ser uno mismo, el
en mí mismo. miedo a vivir, el miedo a morir, pero también el miedo a vivir
en vano por cobardía, por falta de arrojo... Rimbaud fue el que
En el mundo de las selfies, de las redes sociales, ¿los espejos han escribió “yo soy otro”. Y luego, dejó de escribir, y su única
desaparecido o se han multiplicado? Ya sea una u otra la respuesta, obra, realmente lo único que volvió a “crear” fueron un par de
¿qué nos dice del mundo contemporáneo la desaparición o la fotografías: autorretratos. ¿Había llegado, también, a aceptar
multiplicación de los espejos? su propio rostro?

El espejo es un arquetipo, como la espada, la copa, la rosa,


el mar, la montaña, el sol... Es consustancial a lo humano.

56  |  febrero, 2017


DIVERSA DE MÍ MISMA

Dos imágenes en un estanque (1907)

que era solamente una imagen fijada en el estanque para la


Giovanni Papini eternidad.
Fue por eso por lo que corrí enseguida al jardín apenas
llegué a la pequeña capital. Habían pasado muchos años, pero
la ciudad se mantenía igual. Por las mismas calles estrechas
¿Sólo para volver a ver mi rostro en un estanque muer- pasaban las mismas mujeres enanas y amarillentas con sus co-
to, lleno de hojas muertas, en un jardín estéril, me detuve fias ajadas, y los guerreros de terracota, inútiles y ridículos, se
después de tanto tiempo en la pequeña capital? Cuando me apoyaban en la empuñadura de sus espadas sobre las fuentes
aproximaba a ella no pensaba en otro motivo que éste. de siempre.
Regresando del mar y de las grandes ciudades de la costa, Y también el jardín estaba tal como yo lo había dejado,
sentía el deseo de las cosas ocultas, de las calles estrechas, de también el estanque estaba como yo lo vi por última vez, antes
los muros silenciosos y un poco ennegrecidos por las lluvias. de regresar a mi patria. Alguna mata de más en los canteros,
Estaba seguro de que hallaría todo eso en la pequeña capital, alguna hoja más en el estanque, y todo el resto como antaño.
en la ciudad donde había estudiado durante cinco años, con Quise entonces volver a ver mi cara en el agua y me di cuenta
maestros de clásicas barbas blancas, las ciencias más germáni- de que era diferente, muy diferente de aquella que con tan-
cas y más fantásticas. ta claridad recordaba. El encanto de ese estanque, de aquel
Recordaba a menudo la querida ciudad, tan sola en medio lugar, volvió a apoderarse de mí. Me senté sobre una de las
de la llanura, como una exiliada (siempre he pensado que existen rocas artificiales y con la mano removí las hojas muertas para
también ciudades desterradas de su propia patria), sin río, sin formar un espejo más grande a mi rostro palidecido y trans-
torres ni campanarios, casi sin árboles, totalmente quieta y figurado. Permanecí algunos minutos mirando mi imagen y
resignada en torno al gran palacio rococó, en el que charla y pensando en las leyes del tiempo cuando vi dibujarse en el
duerme la corte. En las calles, a cada cien pasos, hay un pozo y agua otra imagen junto a la mía. Me volví bruscamente: un
junto al pozo una fuente y sobre cada fuente un guerrero de hombre se había sentado a mi lado y se reflejaba junto a mí
terracota, pintado de azul y rojo pálido. en el estanque. Lo miré sorprendido. Volví a mirarlo y me
Recordaba también la casa donde viví durante los años de mi pareció que se me asemejaba un poco. Dirigí de nuevo los ojos
aprendizaje científico. Mis ventanas no se abrían sobre la plaza al estanque y contemplé su imagen reflejada en el fondo som-
sino sobre un gran jardín, cercado por casas, donde había, en brío. Al instante comprendí la verdad: ¡su imagen se parecía
un rincón, un estanque circuido por rocas artificiales. A nadie mucho a la que yo reflejaba siete años antes!
le importaba el jardín: el viejo señor había muerto y la hija, En otro tiempo, quizá, aquello me hubiera espantado y se-
aburrida y devota, consideraba que los árboles eran herejes y guramente habría gritado como quien se ve preso en el círculo
las flores, vanidosas. También el estanque había muerto por su de alguna invencible obsesión. Pero ahora sabía que sólo lo
culpa. Ningún chorro brotaba ya de su seno. El agua parecía tan imposible se vuelve real algunas veces y por lo tanto no sentí
cansada e inmóvil como si fuese la misma desde hacía quién sabe el menor atisbo de terror. Le tendí la mano al hombre, que me
cuántos años. Por lo demás, las hojas de los árboles la cubrían la estrechó, y le dije:
casi enteramente e incluso parecían haber caído allí en otoños —Sé que tú eres yo, un yo que pasó hace mucho, un yo
de siglos lejanos. que creía muerto pero que vuelvo a ver aquí, tal como lo dejé,
Este jardín fue el sitio de mis alegrías mientras viví en la sin ningún cambio aparente. Y no sé, oh mi antiguo yo, qué
pequeña capital. Tenía la libertad de poder visitarlo a cualquier deseas de mi yo presente, pero sea lo que fuere no sabré ne-
hora y cuando los maestros no me llamaban me sentaba con gártelo.
algún libro junto al estanque, y cuando estaba cansado de leer El hombre me contempló con cierto estupor, como si me
o la luz menguaba, intentaba mirar el reflejo de mis ojos en el viera por primera vez, y respondió después de unos instantes
agua o contaba las viejas hojas y seguía con estática ansiedad de vacilación:
su lento viaje bajo el hálito desigual del viento. Alguna vez las —Quisiera estar un poco contigo. Cuando tú creíste partir
hojas se apartaban o se reunían todas en el fondo y entonces para siempre, yo permanecí aquí, en esta ciudad donde no pasa
veía en el agua mi rostro y lo contemplaba tan largamente que el tiempo, sin moverme, sin hacer nada, esperándote. Sabía que
me parecía no existir más por mí mismo, con mi cuerpo, sino regresarías. Habías dejado la parte más sutil de tu alma en el

invndación castálida  |  57
agua de este estanque y de esta alma yo he vivido hasta hoy. y ennegrecidas no se dignaban a mirar las alamedas infinitas, y
Pero ahora quisiera unirme de nuevo a ti, permanecer junto a se aventuraron hasta el Liliensee, una charca mal excavada que
ti, viviendo contigo, escuchando el relato de tus vidas de todos por decreto de los viejos príncipes había llegado a obtener el
estos años. Yo soy como tú eras y no conozco de ti más que lo nombre de lago. ¡No puedo recordar aquellos días de paseos
que tú conocías entonces. Comprende mi deseo de saber y y de confidencias sin que por un instante se me encoja el co-
escuchar. Hazme de nuevo tu compañero hasta que partas una razón! Pero tras las primeras horas de efusión, después de los
vez más de esta ciudad exiliada del mundo y del tiempo. primeros días de evocaciones, comencé a sentir un tedio ine-
Asentí con la cabeza y salimos del jardín cogidos de la narrable al escuchar a mi compañero. Ciertas ingenuidades,
mano, como dos hermanos. ciertas brutalidades, ciertos modosgrotescos que continuamen-
Comenzó entonces para mí uno de los períodos más sin- te exhibía me desagradaban. Me percaté, además, al hablar
gulares de mi vida, esta vida mía tan diferente ya a la de otros extensamente con él, de que estaba lleno de ideas ridículas,
hombres. Viví conmigo mismo —con mi yo transcurrido— de teorías ya muertas, de un entusiasmo provinciano hacia co-
algunos días de imprevista alegría. Mis dos yos caminaban por sas y seres que yo ya ni siquiera recordaba. Confiaba en ciertas
las calles mal empedradas, en medio del silencio que reinaba palabras, se conmovía con ciertos versos, se exaltaba ante cier-
desde hacía tanto tiempo en la pequeña capital —¡un silencio tos espectáculos que a mí, en cambio, me inspiraban muecas o
que databa del siglo xviii!—, y conversaban sin cesar tratando sonrisas. Tenía la cabeza llena todavía de ese romanticismo ge-
de recordar todo lo que vieron, a los hombres que conocieron, nérico, desproporcionado, hecho de cabelleras desmelenadas,
los sentimientos que los agitaron, los sueños que dejaron un de montañas malditas, de bosques tenebrosos, de tempestades
amargo sabor en sus espíritus. Las dos almas —la antigua y la y de batallas con redoblar de truenos y tambores, y el corazón se
nueva— buscaron juntas la Universidad, silenciosa y sepulcral le deshacía en aquel pathos germánico (flores azules, luna entre
como un monasterio d e montaña; recorrieron el jardín a la nubes, tumbas de castas novias, cabalgatas nocturnas, etc.), del
francesa, detrás del palacio rococó, donde las estatuas mutiladas que vivían los esmirriados petimetres melancólicos y las ro-

58  |  febrero, 2017


bustas señoritas rubias. cuando me adelanté para irme sentí su brazo aferrarme con
Su ingenuo orgullo, su inexperiencia del mundo, su pro- violencia y escuché de nuevo su voz, que me decía sollozando:
funda ignorancia de los secretos de la vida, que al principio me —No, tú no partirás. ¡No te dejaré! Soy tan feliz aho-
divertían, terminaron por cansarme, por suscitar en mí una ra de poder hablar con alguien que me comprende, alguien
especie de compasión despreciativa que poco a poco llegó a que todavía tiene un corazón ardiente, que viene de las ciu-
la repugnancia. dades de los vivos, que puede escuchar todos mis lamentos
Durante algunos días aún supe resistir el deseo de insultarlo y acoger mis confesiones. ¡No, no partirás, no podrás irte!
o de huir, pero una mañana, luego de que hubo declamado ¡No lo permitiré!
con gran énfasis un lied estúpidamente conmovedor, sentí que Tampoco esta vez respondí y todo el día permanecí con él sin
mi desprecio se transformaba en odio. hablar. Él me miraba en silencio y me seguía siempre.
«Y sin embargo», pensé, «yo mismo he sido en otra época Al día siguiente me preparé para irme, pero él se plantó
este hombre del que me burlo, este joven ridículo e ignorante. ante la puerta y no me dejó salir hasta que no le hube prome-
Él es todavía, de alguna manera, yo mismo. Durante estos tido que me quedaría con él durante toda la jornada.
largos años he vivido, he visto, he adivinado, he pensado y él Así pasaron cuatro días. Yo intentaba eludirlo, pero él me
ha permanecido aquí, en la soledad, intacto, igual a ese que era perseguía a cada momento, aburriéndome con sus lamentos
yo el día en que abandoné estos lugares. Ahora mi yo presente e impidiéndome, aun por la fuerza, abandonar la ciudad. Mi
desprecia a mi yo pasado, y sin embargo en ese tiempo yo odio, mi desesperación crecían de hora en hora. Finalmente,
creía, más que hoy todavía, ser el hombre superior, el ser alto y al quinto día, viendo que no podía liberarme de su celosa vi-
noble, el sabio universal, el genio expectante. Y recuerdo que gilancia, pensé que sólo me quedaba un medio y salí resuelta-
entonces despreciaba a mi yo pasado, a mi pequeño yo de niño mente de casa seguido de su lamentable sombra.
ignorante y sin refinamiento todavía. Ahora desprecio a aquel También aquel día anduvimos por el estéril jardín donde
que despreciaba. Y todos estos menospreciadores y menospre- tantas horas había pasado yo con su alma, y nos aproxima-
ciados han tenido el mismo nombre, han habitado el mismo mos, también aquel día, al estanque muerto cubierto de hojas
cuerpo, se presentaron ante los hombres como un solo ser muertas. También aquel día nos sentamos sobre las falsas ro-
vivo. Después de mi yo presente, se formará otro que juzgará cas y separamos con la mano las hojas para contemplar nues-
mi alma de hoy tal como yo juzgo la de ayer. ¿Quién tendrá tras imágenes. Cuando nuestros dos rostros aparecieron sobre
piedad de mí si yo no la tengo de mí mismo?» el espejo sombrío del agua, me volví rápidamente, aferré a mi
Mientras pensaba esto, mi yo antiguo me hablaba y de- yo pasado por los hombros y lo arrojé de cara al agua, justo
clamaba. Yo no tenía ya nada que decirle y callaba; él no te- donde aparecía su imagen. Empujé su cabeza bajo la superficie
nía nada más que decirme, pero, en vez de callar, construía y la sostuve quieta con toda la energía de mi odio exasperado.
frases y recitaba poesías horriblemente extensas. ¿Qué tenía- Él intentó resistirse; sus piernas se agitaron con violencia pero
mos ahora en común? Habiendo agotado los recuerdos del su cabeza permaneció bajo el remolino trémulo del estanque.
pasado lejano, no podía hablar con él del pasado próximo, de Después de algunos instantes sentí que su cuerpo se aflojaba
todo mi mundo reciente de bellezas descubiertas, de los cora- y debilitaba. Entonces lo solté y se hundió aún más, hacia el
zones amados y destrozados, de las paradojas improvisadas en fondo del agua. Mi odioso yo pasado, mi ridículo y estúpido
torno a la mesilla de té, y mucho menos del doloroso sueño yo de otros años había muerto para siempre. Abandoné con
que ocupa ahora mi alma. Era inútil contarle todo eso; no calma el jardín y la ciudad. Nadie me molestó jamás por este
me comprendía. El sonido de ciertas palabras que me sugería hecho. Y vivo ahora todavía en el mundo, en las grandes ciu-
toda una escena, las asociaciones de ideas que en mí suscitaba dades de la costa, y me parece que me falta algo cuyo preciso
un perfume, un nombre, un rumor nada le decían a su alma. recuerdo no poseo. Cuando me asalta la alegría con sus tontas
Me rogaba que le hablara, y si consentía, me escuchaba con risas pienso que soy el único hombre que se ha matado a sí
curiosidad pero sin sentir, sin comprender, sin revivir conmigo mismo y sigue viviendo todavía. Pero eso no es suficiente para
lo que yo le narraba. Su mirada se perdía en el vacío y apenas yo que permanezca serio.
enmudecía recomenzaba sus declamaciones y sus melosidades
sentimentales.
Llegó, pues, un día en que el odio contra ese pasado yo
mío no supo ya contenerse. Le dije entonces, con mucha
firmeza, que no podía vivir más con él y que debía rehuir su
compañía para acabar con mi disgusto. Mis palabras lo sor-
prendieron y lo entristecieron profundamente. Me miró con
ojos suplicantes. Su mano me estrechó con más fuerza.
—¿Por qué quieres dejarme? —dijo con su odiosa voz de
teatral apasionamiento—; ¿por qué quieres dejarme una vez
más tan solo? ¡Te he estado esperando durante tanto tiem-
po en silencio, durante tantos años he contado las horas que
me acercaban a estos momentos! Y ahora que estás conmigo,
ahora que te amo, que hablamos del amor y de la belleza del
mundo, de los pesares de sus criaturas, ¿quieres dejarme solo Este cuento forma parte del libro
en esta ciudad tan triste, tan lentamente triste? A través del espejo, Atalanta, Barcelona, 2016.
No respondí a sus palabras sino con un gesto de rabia. Pero Traducción: Horacio Armani

invndación castálida  |  59
DIVERSA DE MÍ MISMA

El cuerpo, metáfora del tiempo

Historia de la creación de la fotografía:


Yamina del Real
Apagando el fuego con lágrimas

No hay nada de lo humano que no esté atravesado por el Todos los días, mi cuerpo iba haciéndose más pequeño sin
cuerpo. Y no hay nada en el cuerpo que no tenga un límite: que yo pudiera hacer nada para evitarlo. Desayunaba, comía
intervención; la nostalgia del ser; el anhelo de lo perdido. El y cenaba como una sola tarea, casi sin intervalos de tiempo
cuerpo no es la metáfora de la humanidad, es la metáfora del entre una y otra comida. Mi cuerpo se consumía, aparecían los
tiempo. Donde la contradicción hace nido. No hay ficción huesos. Evitaba mirarme al espejo, pero cada mañana según el
más profunda que el cuerpo. El pensamiento más complejo es hueco de mi vientre calculaba cuantos gramos había perdido.
primero hambre, miedo, sexo, deseo, supervivencia. Al principio, sólo era una mano extendida lo que se hundía a
El cuerpo nunca aparece despojado de significado. Es un partir de los huesos de la cadera, luego fueron las dos, luego el
cuerpo socializado, ideologizado, simbolizado. Vestido o des- puño cerrado, y un día mi vientre resguardó el pájaro muerto
nudo. Enmarcado en un entorno o aislado. Quieto o en mo- que me esperaba en el congelador. Durante esos días recordé
vimiento. los relatos de las niñas y adolescentes anoréxicas y bulímicas
que traté en terapia junto a sus madres. Los relatos que desde
Sobre todo en la ausencia, el cuerpo femenino la superficialidad de la imagen profundizaban y sintetizaban
la historia de las mujeres: reducirse para caber. Reducir sus
Sabemos que una cosa no puede observarse a sí misma, es in- cuerpos, sus ideas, sus pensamientos, sus deseos. Uno de los
animada, es para el que la posee o la mira. Cuando la cosa se rituales de las chicas con anorexia y bulimia, es pesarse, me-
mira, en este caso, el cuerpo femenino, se vuelve discurso y dirse y sacarse fotos diariamente para comprobar los cambios,
recurso. Apropiación. este ritual no es una acto íntimo. Es un acto que debe hacer-
No hay tarea más compleja que el conocimiento de sí mis- se público, compartirse con la idea de convertirse en el ideal
mo. A las mujeres, a través de los siglos, ni siquiera les fue de otras chicas. Hay blogs dedicados exclusivamente a esto:
permitido este conocimiento. Nacían con la escritura sobre intercambiar información, tips, contar la vida propia como el
su cuerpo: de lo que les decían que eran. Animales sin alma, hecho más trascendental. Socializan sus cuerpos, desde la so-
como la iglesia y la filosofía las concibió por mucho tiempo. ledad de sus habitaciones. Todos los días yo pensaba en esto.
Mi trabajo parte de la necesidad de hacer visibles la relación Para mí, adelgazar era la diferencia entre vivir o morir. Sin
del cuerpo con el entorno. Poner en evidencia, cuestionar y cuerpo dejaba de ser yo, de ser persona. Perdía la capacidad
reflexionar sobre la alienación, la identidad, la cotidianidad, de ser y estar en el mundo. De intervenir. El registro de mi
la intimidad, el amor, el deseo, la sexualidad, la violencia, la cuerpo, no era una cuestión narcisista, porque no me intere-
vulnerabilidad, el poder, la mentira, la política. saba hablar de mí sino desde mí. No era yo en la enfermedad.
No es arrogancia usar mi cuerpo como objeto de mi obra, Era el cuerpo como objeto, como idea, des-erotizarlo desde la
es la incapacidad, quizás debido a mi extrema timidez, para poética de la imagen. Un día mientras medía la profundidad
tomar el cuerpo de los otros, como objeto de mi discurso. del hueco de mi vientre apareció la imagen, mi cuerpo era
Haberme asumido como mi propio sujeto/objeto discursivo el nido del pájaro muerto. El vientre vacío, habitado por la
conlleva riesgos y límites. No sólo por la confrontación hacia muerte. Las alas quietas y los ojos del pájaro en negro.
afuera. Sino por las limitaciones técnicas a la hora de la reali-
zación. Porque no sólo soy mi objeto, soy la que construye la
escena, la que dispara, la que mira y es mirada.

invndación castálida  |  61
DIVERSA DE MÍ MISMA

Berger, Bauman y Todorov:


La solidaridad, la esperanza y la utopía

John Berger
Daniel Rodríguez Barrón
John Berger (1926-2017) escribió novelas, teatro y poesía,
pero fue reconocido como pintor y sobre todo como crítico
de arte. Es muy infrecuente que un crítico de arte se convierta
Para Víctor Salomón, in memoriam en un intelectual, es decir en una voz pública, regularmente
porque escriben para un corte de entendidos; pero en sus es-
Ante la muerte nos hacemos las viejas preguntas. Es necesario critos, Berger va en sentido contrario, parte de la obra para
recapitular para comenzar de nuevo. John Berger, Zygmunt conseguir una meditación moral sobre la condición humana.
Bauman y Tzvetan Todorov han muerto, los dos primeros en Operaba de este modo: primero se enfrentaba a la obra
enero y Todorov en la primera semana de febrero. Y con ellos, desnudo, es decir, la miraba de tú a tú, con todo lo que sabía
ha muerto una forma de hombre público, aquellos a los que y todo lo que era; luego, poco a poco ajustaba su visión con
llamamos intelectuales, quienes ejercen como la conciencia de respecto a lo que conocía de la vida del artista, y por último,
la humanidad. entraba a escena la época y la sociedad que le había tocado
Julien Benda los definió para siempre: “son aquellos cuya vivir al artista (no hay que olvidar que Berger se decía marxis-
actividad no está esencialmente guiada por objetivos prácticos, ta, es decir veía al arte y a los artistas como resultados de su
todos aquellos que ponen su gozo en la práctica de un arte, una época), y a partir de allí enseñaba un modo de ver. Pero ese
ciencia o la especulación metafísica, o dicho más brevemente, modo de ver las artes plásticas estaba claramente relacionado
en la posesión de ventajas no materiales, y consiguientemente con el modo de actuar en la vida pública.
parecen decirnos: ‘mi reino no es de este mundo’”. Para Berger, ver era entender: “cuando miramos el arte
Pero no nos confundamos. Aunque su reino no sea de este de pasado podemos situarnos en la historia”, es decir com-
mundo, los intelectuales no viven encerrados en su torre de prendemos no sólo nuestro lugar en el mundo —la brevedad
marfil, ni en su doctorado en un campus extranjero, están vi- de nuestra vida, la insuficiencia de nuestros actos— sino tam-
vamente interesados por la justicia y la verdad, denuncian la bién el de los demás; el arte se interesó no sólo por el retrato
corrupción, se oponen a la autoridad cuando es opresiva y se de dioses, diosas, reyes y cortesanos, sino también lavanderas,
colocan del lado del débil, del despojado, del exiliado; y sólo planchadoras, bailarinas que acaso sólo llegaron a formar par-
bajo estas condiciones puede decirse que su reino no es de te del cuerpo de baile, mendigos, y otros seres que desde allá
este mundo. nos preguntan, ¿tú quién eres?, ¿cuál crees que sea tu lugar en
Los tres intelectuales recientemente fallecidos, Berger, el mundo?
Bauman y Todorov encarnaron y articularon un mensaje de Ver como Berger era destacar a los excluidos, a los des-
manera pública pero no popular, de hecho, un intelectual no heradados del sistema, campesinos, obreros, inmigrantes,
busca contentar a un público en específico y con frecuencia animales no humanos como los perros por los que sintió una
su trabajo y sus dichos resultan más bien incómodos; pero enorme compasión, Berger hizo en su crítica de arte una crí-
cuidado, tampoco es el gamberro profesional, su objetivo es tica de nuestra sociedad y una revalorización de la solidaridad
la emancipación intelectual, social, cultural, no insulto o el como política personal —sus regalías se iban lo mismo a la
regaño de quien se cree por encima de los hombres, sino la lucha contra el sida que a los Black Panters. Para Berger, el
solidaridad crítica de quien sabe que no hay grupos intocables arte era una experiencia y no se podía entender sin experien-
ni divinos, sino realidades alimentadas y construidas, con ob- cia propia, ganada a pulso: había que salir, ver, hablar con la
jetivos y agendas, porque como subraya Edward W. Said, “in- gente, comer con ellos, escucharlos, sólo entonces “sostenidos
cluso entre los oprimidos también hay vencedores y perdedo- por lo que heredamos del pasado y por lo que testimoniamos,
res”. El mayor riesgo que corre un intelectual es cegarse con tendremos el coraje para resistir y continuar resistiendo en
actitudes vindicativas y no ver el mal que comente su propia circunstancias aún inimaginables. Aprenderemos a esperar en
comunidad, es un exiliado siempre y en todo momento: “Es la solidaridad”.
un principio moral no hacer de uno mismo su propia casa”,
señaló Theodor Adorno.

62  |  febrero, 2017


Zygmunt Bauman ¿Por qué es necesario revisar las ideas de la Ilustración en la
sociedad contemporánea?
En sus notas póstumas recientemente publicadas, Umberto
Eco señala al filósofo Zygmunt Bauman (Polonia 1925-Reino Hay que introducir cierto nivel de modestia. Los pensadores
Unido 2017), muerto el pasado nueve de enero, como la única de la Ilustración, no todos, pero muchos de ellos, pensaron
inteligencia que pudo describir e interpretar el mundo en el que la buena voluntad y el esfuerzo bastaban para conseguir
que vivimos. No es poca cosa. Vivimos un estado de crisis que cualquier meta. Yo creo que es muy peligroso empezar desde
Bauman bautizó como “líquido”, es decir un mundo que “sólo allí, porque implica que si pruebas que eres lo suficientemente
admite una única certeza —la de que mañana no puede ser, no activo, puedes intentar lo que sea sin tomar en cuenta ningún
debe ser y no será como es hoy— supone un ensayo diario de presupuesto ni social ni natural, y puedes ir por todo. Esto es
desaparición, disipación, borrado y muerte, lo que indirecta- lo que pensaba el proyecto comunista al querer construir una
mente significa también un ensayo del carácter no definitivo” sociedad nueva desde cero, sin ningún respeto por los senti-
(el subrayado es mío). mientos de las personas y sus condiciones sociales anteriores.
Para Bauman, vivimos un tiempo en el que todas las formas Así que ésta es la modificación más importante que debe hacer
de convivencia humana, del amor a la política, de la sociedad el pensamiento ilustrado: no seas demasiado optimista.
a la vida privada, se han vuelto inestables, líquidas; y cada una
es amenazada por el miedo. “Miedo es el nombre que damos Pero entonces, ¿cómo buscar un cambio?
a nuestra incertidumbre: a nuestra ignorancia con respecto a
la amenaza y a lo que hay que hacer —a lo que se puede y no Debemos aceptar nuestros límites, debemos estar al tanto de
puede hacerse— para detenerla en seco, o para combatirla, si nuestros límites, esto no significa que abandonemos el pro-
pararla es algo que está ya más allá de nuestro alcance”. greso hacia una sociedad mejor, hacia unas mejores condicio-
Bauman veía tres clases de miedos contemporáneos, los nes de vida, pero el sueño de perfección no es el sueño de la
que amenazan “el cuerpo y las propiedades de la persona”; los democracia, es el sueño de la utopía y la utopía termina mal
que “amenazan la duración y la fiabilidad del orden social”; y para la población.
los que atañen directamente a la sobrevivencia, como el cam-
bio climático por ejemplo. Sin embargo, pese a encontrar un Tiene un ensayo donde equipará a las vanguardias artísticas con
mundo en franca disolución —ya sea para extinguirse, o para los totalitarismos, artistas como Marinetti empezaron buscando
convertirse en otra cosa— Bauman aseguraba que una de las cambiar el mundo y terminaron del lado del fascismo.
exigencias del intelectual es “el deber de la esperanza”, creía
que entendiendo el mundo y la manera en la que vivimos po- Usualmente los artistas no son conscientes de las consecuen-
dría llegarse, en algún momento, a una solución. A Bauman le cias políticas de sus proyectos, y de hecho hay una interacción
tocó hacer el diagnóstico de nuestro mundo, a otros les tocará real entre las vanguardias y la ideología, entre los proyectos
proponer las soluciones. utópicos y los totalitarios, ambos implican esta posibilidad de
Umberto Eco lo explicaba de este modo: “¿Hay algún construir desde lo nuevo ya sea el arte o la sociedad. Mantie-
modo de sobrevivir a la liquidez? Lo hay, y consiste justamen- nen una influencia recíproca, y estaban convencidos de que
te en ser conscientes de que vivimos en una sociedad líquida buscaban la misma meta. Poco a poco, descubrieron que esto
que, para ser entendida y tal vez superada, exige nuevos ins- no era verdad, los artistas fueron castigados por los dictado-
trumentos. El problema es que la política y en gran parte la res y tuvieron que ser eliminados, porque pensaban que ellos
intelligentsia todavía no han comprendido el alcance del fenó- sabían la verdad de la misma manera que los dictadores, que
meno. Bauman continúa siendo por ahora una vox clamantis su ideología era similar, pero en la práctica no era posible que
in deserto.” continuaran de la misma manera. Así que en la Unión So-
viética, las vanguardias fueron reprimidas sólo cinco o diez
Tzvetan Todorov años después de que el régimen se estableció. Y lo mismo en
Italia.
Nacido en Sofía, Bulgaria, en 1939 y radicado en París desde
1963, Tzvetan Todorov fue una de las conciencias más claras ¿Esto significa que en el arte hay un filo de maldad?
del mundo contemporáneo. Su crítica contra los totalitaris-
mos fue muy bien recibida por diversos públicos, tanto polí- No el arte sino el proyecto de las vanguardias, el resto tiene
ticos como académicos, sin embargo sus críticas a las demo- muchas otras puntos de vista, y frecuentemente expresa opi-
cracias, a las exageradas ilusiones del arte y los conceptos de niones más sutiles que las que puede expresar la ideología. La
la Ilustración, se convirtieron en propuestas incómodas para literatura es una escuela de la tolerancia en muchos sentidos,
muchos. Murió el pasado 7 de febrero. porque nos introduce a la mente de otras personas y podemos
Estuvo en México en el 2014 para participar en el homenaje verlas desde dentro, cosa que nunca podemos hacer con las
nacional a Octavio Paz, y tuve la oportunidad de hacerle unas personas reales. Es una ocasión única para entender a otras
preguntas. Lo recuerdo sumamente amable pero impaciente personas desde dentro y volverse más tolerantes y con una
si el reportero no conocía su obra, se daba cuenta de inmedia- orientación más compleja que sin la ayuda de la literatura.
to. Al término de la entrevista, le pregunté que si se hacía una
foto conmigo. Le pareció una extravagancia, no era un actor ¿Entonces los artistas como los políticos deben aprender de sus
ni una estrella de rock; sin embargo, para mí era como tomar- propios límites y no querer cambiar el mundo?
me una foto, no con un hombre sino con una época.

invndación castálida  |  63
Los artistas no tienen el mismo problema porque sus accio- ¿Ya no hay lugar para la utopía?
nes, usualmente, como pintar un cuadro, escribir un libro,
componer una pieza musical no amenazan a la población. Hay un lugar para la utopía, pero la utopía debería ser un ins-
Pueden aburrirlos, eventualmente, o alegrarlos, pero no es un trumento de la mente y no un instrumento para los políticos.
peligro para ellos. Así que los artistas pueden ir tan lejos como Debería invitarnos a buscar mejores maneras de concebir lo
puedan en su arte para mostrar los más altos grados de invo- que es la humanidad, la vida humana, el individuo o la so-
lucramiento en lo que hacen. Sólo el arte más intenso puede ciedad, y no tratar de aplicar insensiblemente las reglas de la
tocar nuestro corazón. Sin embargo, los políticos deben to- utopía a la vida diaria, porque la población no está hecha de
mar en cuenta que ir demasiado lejos en la misma dirección se ángeles sino de individuos imperfectos.
convierte en lo que los griegos llamaban hybris, más allá de la
justa medida, el exceso y el exceso no es bueno. Lo demasiado
bueno no es bueno, dice un viejo refrán.

64  |  febrero, 2017


DIVERSA DE MÍ MISMA

Zona erógena

abstracto fue superar eso). El arte más cercano a la pintura es


John Berger la danza. Ambos se derivan del cuerpo, ambos evocan el cuer-
po y ambos son físicos en el sentido original de la palabra. La
diferencia principal es que la danza, al igual que la narrativa y
el teatro, tiene un principio y un fin y por lo tanto existe en el
El último periodo de la vida pictórica de Picasso estuvo domi- tiempo, mientras que la pintura es instantánea. (Debido a que
nado por el tema de la sexualidad. Al ver esos trabajos tardíos, es más claramente estática que la pintura, a menudo carece
pienso una vez más en W. B. Yeats, que escribió en su vejez: de color, generalmente va sin marco y es por lo tanto menos
Te perece horrible cómo lujuria y rabia íntima, la escultura ocupa una categoría por sí misma, la cual
Mi ancianidad van escoltando. exige otro ensayo).
Cuando fui joven una plaga no eran. La pintura ofrece entonces una presencia palpable, instantá-
¿Tengo otra cosa que a cantar me hostigue? nea, firme, continua y física. Es la más inmediata y sensual de
Sin embargo, ¿por qué semejante obsesión le sienta tan todas las artes. Cuerpo a cuerpo. Uno de ellos es el del especta-
bien a la pintura? ¿Por qué la pintura la hace tan elocuente? dor. Esto no equivale a decir que el propósito de toda pintura
Antes de intentar una respuesta, aclaremos un poco el pa- sea sensual; el propósito de muchas pinturas ha sido ascético.
norama. Ofrezca lo que ofrezca en otras circunstancias, el Los mejores derivados de la sensualidad cambian de siglo en
análisis freudiano no resulta aquí de gran ayuda porque se siglo, de acuerdo con la ideología. Cambia del mismo modo el
preocupa fundamentalmente por el simbolismo y el incons- papel del género. Las pinturas, por ejemplo, pueden presentar
ciente. Mientras que la pregunta que hago se dirige a lo inme- a las mujeres como un objeto sexual pasivo, como una activa
diatamente físico y a lo evidentemente consciente. pareja sexual, como alguien a quien temer, como una diosa o
Tampoco pienso que los filósofos de lo obsceno —como como un ser humano amado. Sin embargo, como quiera que se
el eminente Bataille— sirvan de mucho; una vez más, pero use el arte pictórico, su empleo comienza con una profunda
de manera diferente, tienden a ser demasiado literarios y psi- carga sensual que luego se transmite en una u otra dirección.
cológicos. Tenemos que pensar simple y sencillamente en el Piense en un cráneo pintado, un lirio pintado, un tapete, una
pigmento y el aspecto de los cuerpos. cortina roja, un cadáver, y sea cual sea la conclusión, en todos
Las primeras imágenes pintadas mostraban los cuerpos de los casos el comienzo (si la pintura está viva) es un impacto
animales. Desde entonces la mayor parte de las pinturas en el sensual.
mundo han mostrado cuerpos de una u otra especie. Esto no Quien dice “sensual” —en lo que respecta al cuerpo y la
es para menospreciar el paisaje u otros géneros más tardíos, imaginación humanos— también dice “sexual”. Y es aquí
tampoco para establecer jerarquías. Sin embargo, si uno re- donde la pintura empieza a volverse más misteriosa. Lo visual
cuerda que el propósito primario y básico de la pintura es con- representa un papel importante en la vida sexual de muchos
jurar la presencia de algo que no está allí, no es de sorprender animales o insectos. El color, la forma, y la expresión visual
que lo que generalmente se conjure sean cuerpos. En nuestra alertan y atraen al sexo opuesto. Para los seres humanos, el
soledad colectiva o individual su presencia es lo que necesita- papel de lo visual es incluso más importante porque las señales
mos para darnos consuelo, fortaleza, valor o inspiración. Las se dirigen no sólo a los reflejos sino también a la imaginación.
pinturas hacen compañía a nuestros ojos. Y la compañía gene- (Lo visual puede representar un papel más importante en la
ralmente implica cuerpos. sexualidad de los hombres que en la de las mujeres, pero esto
Consideremos ahora —a riesgo de una simplificación co- es difícil de valorar dada la extensión de las tradiciones sexistas
losal— las otras artes. Las narraciones implican acción: tienen en la producción moderna de imágenes).
un principio y un final en el tiempo. La poesía se dirige al El seno, el pezón, el pubis y el vientre son centros naturales
corazón, a la herida, a los muertos, a todo lo que tiene su ser de atención óptica del deseo, y su pigmentación natural des-
dentro del dominio de nuestras intersubjetividades. La música taca su poder de atracción. Si esto a menudo no se dice con
versa sobre lo que está detrás de lo que nos es dado: sobre lo la suficiente sencillez —si se deja el ámbito del grafitti espon-
innominado, lo invisible, lo ilimitado. El teatro re-presenta táneo en las paredes públicas— se debe al peso de la morali-
el pasado. La pintura versa sobre lo físico, lo palpable y lo zación puritana. La verdad es que todos estamos hechos así.
inmediato. (El problema irremontable que enfrentó el arte Otras culturas en otros tiempos han subrayado el magnetismo

invndación castálida  |  65
Venus Anadyomene,
Tiziano Vecellio

y la importancia de esas partes mediante el uso de los cosmé- de cabello suelto en el hueco de la nuca, el muro o la corti-
ticos, cosméticos que agregan más color a la pigmentación na color carne que hay atrás y, por doquier, ese juego entre
natural del cuerpo. verdes y rosas tan entrañable para los venecianos. Con todos
Dado que la pintura es el arte apropiado para el cuerpo y esos elementos la mujer pintada nos seduce con los recursos
dado que éste emplea signos visuales y estímulos de atracción visuales de la mujer verdadera. Las dos son cómplices de la
sexual para llevar a cabo la función básica de la reproducción, misma coquetería visual.
empezamos a entender por qué la pintura nunca está muy ale- A Tintoretto lo llamaban así porque su padre era tintorero.
jada de lo erógeno. Tintoretto pintó un lienzo, Mujer con senos Aunque el hijo estaba un grado más allá de esa condición, y
desnudos, que hoy está en el Prado. Esa imagen de la mujer por lo tanto dentro del ámbito acústico, como todo pintor
descubriéndose el seno de manera que pueda ser visto es asi- “daba color” a los cuerpos, la piel, los miembros…
mismo una representación del don, del talento de la propia Imagine ese Tintoretto al lado de Una anciana, de Giorgio-
pintura. En el nivel más simple (con todo su arte) está imi- ne, hecha medio siglo antes. Las dos pinturas juntas muestran
tando a la naturaleza (con toda su astucia) al atraer la tensión que la relación íntima y única que existe entre el pigmento y la
hacia el pezón y si areola. Dos tipos muy deferentes de “pig- carne no por fuerza significa provocación sexual. Al contrario,
mentación” empleados para el mismo propósito. el tema de Giorgione es la pérdida del poder de provocación.
Sin embargo, así como el pezón es sólo parte del cuerpo, su Quizás las palabras nunca podrían expresar como lo hace
revelación es asimismo sólo parte de la pintura. Ésta es tam- esta pintura la tristeza de la carne de una anciana, cuya mano
bién la expresión distante de la mujer, el gesto nada distante derecha hace un gesto tan similar y, sin embargo, tan dife-
de las manos, la ropa diáfana, las perlas, el peinado, el mechón rente del de la mujer de Tintoretto. ¿Por qué? ¿Porque el

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pigmento se ha convertido en esa carne? Casi es verdad, pero como Picasso, pintó, hacia el final de su vida El desollamiento
no del todo. Más bien porque el pigmento se ha convertido en de Marsias y La Piedad que está en Venecia, dos extraordina-
la comunicación de esa carne, en su lamento. rias pinturas postreras en las que la pintura que representa a
Por último, pienso en La vanidad del mundo, de Tiziano, la carne se vuelve fría. Tanto en Rembrandt como en Tiziano
que se encuentra en Múnich. En esa pintura, una mujer ha es muy marcado el contraste entre sus últimas obras y su tra-
renunciado a todas sus joyas (salvo el anillo de bodas) y a todo bajo anterior. Sin embargo, también existe una continuidad
ornamento. Las fruslerías que ha desechado como vanidades cuyo fundamento es difícil de definir con brevedad. Una con-
se reflejan en el oscuro espejo que sostiene. Sin embargo, aun tinuidad del lenguaje pictórico, de la referencia cultural, de la
aquí, en este contexto por demás inadecuado, la cabeza y los religión y del papel del arte en la vida social. Esa continuidad
hombros pintados gritan que son deseables. Y el pigmento es definió y reconcilió —hasta cierto punto— la desesperanza de
el grito. Tal es el pacto misterioso y antiguo entre el pigmento los viejos pintores; la desolación que sentían se convirtió en
y la carne. Ese pacto permite que las grandes pinturas de la triste sabiduría o en súplica.
Virgen y el Niño ofrezcan seguridad y deleite profundos y Con Picasso no sucedió eso, quizá porque, debido a mu-
sensuales, del mismo modo que confiere a las grandes Pie- chas razones, no había tal continuidad. En lo que se refiere al
dades todo el peso de su duelo, el peso terrible del deseo sin arte, él mismo había hecho mucho para destruirla. No porque
esperanza de que la carne vuelva a cobrar vida. La pintura fuera un iconoclasta ni porque se sintiera impaciente con el
pertenece al cuerpo. pasado, sino porque odiaba las verdades a medias, heredadas
La materia de los colores posee una carga sexual. Cuando por las cases cultas. Hizo el rompimiento en nombre de la
Manet pinta El almuerzo en la hierba (un cuadro que Picasso verdad, pero lo que rompió no tuvo tiempo de ser reintegra-
copió muchas veces durante su última época), la flagrante pa- do a la tradición antes de su muerte. Que haya copiado en
lidez de la pintura no sólo imita sino que se convierte en la su última época a viejos maestros como Velázquez, Poussin o
flagrante palidez de la pintura no sólo imita sino que se con- Delacroix fue un intento de hallar compañía, de re-establecer
vierte en la flagrante desnudez de las mujeres en la hierba. Lo una continuidad rota. Y ellos le permitieron unírseles, pero
que muestra la pintura es el cuerpo que se muestra. no podían unirse a él.
La estrecha relación (la convergencia) entre la pintura y Y así se quedó solo, como siempre lo están los viejos. Pero
el deseo físico, relación que tenemos que desentrañar en las estaba irremediablemente solo porque, como ser histórico, se
iglesias y los museos, en las academias y los tribunales, tie- encontraba aislado de la continuidad de la tradición pictórica.
ne poco que ver con la textura mimética particular del óleo, Nada resonaba en él, nada lo constreñía, y de ese modo su
como sostengo en mi libro Modos de ver. La relación comienza obsesión se convirtió en un frenesí: lo opuesto a la sabiduría.
con el acto de pintar, no con el material pictórico. La conver- El frenesí de un viejo por la belleza de lo que ya no puede
gencia puede darse también en la pintura al fresco o en la hacer. Una farsa, una furia. ¿Y cómo se manifiesta el frenesí?
acuarela. Lo que cuenta no es la ilusoria materialidad de los (Si Picasso no hubiera tenido la posibilidad de dibujar o pintar
cuerpos pintados, sino sus signos visuales, los cuales están en todos los días, se habría muerto o vuelto loco; necesitaba el
tan asombrosa complicidad con los de los cuerpos reales. ademán del pintor para probarse a sí mismo que era todavía
Quizás ahora podemos entender un poco mejor lo que hizo un hombre con vida). El frenesí se manifiesta retornando di-
Picasso durante los últimos veinte años de su vida, lo que se rectamente al vínculo misterioso entre el pigmento y la carne
vio impelido a hacer y que —como podría esperarse de él— y a los signos que éstos comparten. Es el frenesí de la pintu-
nadie había hecho antes del todo. ra como una zona erógena ilimitada. Sin embargo, los signos
Estaba haciéndose viejo, se sentía tan orgulloso como compartidos, en lugar de indicar mutuo deseo, ahora exhiben
siempre, amaba a las mujeres tanto como siempre lo había el mecanismo sexual. Crudamente, con rabia, con blasfemias.
hecho y enfrentaba el absurdo de su relativa impotencia. Uno Es la pintura que maldice su propio poder y a su propia ma-
de los motivos de risa más antiguos del mundo se convirtió dre; la pintura que insulta lo que alguna vez había celebrado
en su aflicción y su obsesión, así como en un desafío para su como sagrado. Nadie antes imaginó cómo la pintura podía ser
enorme orgullo. obscena respecto a su propio origen, que no es lo mismo que
Al mismo tiempo, vivía en un desusado aislamiento, como ilustrar obscenidades. Picasso descubrió cómo.
señalo en mi libro, que no había elegido por completo él mis- ¿Cómo juzgar esos trabajos postreros? Quienes pretenden
mo sino que era la consecuencia de su monstruosa fama. La que son la cima del arte de Picasso son tan absurdos como
soledad de ese aislamiento no brindó ningún alivio a su obse- han sido siempre sus hagiógrafos. Quienes los descartan como
sión; al contrario, lo alejó más y más de cualquier alternativa recurrentes desvaríos de un viejo no entienden nada del amor
en cuanto a intereses y preocupaciones. Estaba condenado a ni del predicamento humano.
un solo tema del que no había escapatoria, una especie de ma- Los españoles están proverbialmente orgullosos de la ma-
nía que tomó forma de monólogo. Un monólogo dirigido al nera en que pueden maldecir. Admiran el ingenio de sus blas-
oficio pictórico y a todos los pintores muertos del pasado que femias y saben que maldecir puede ser un atributo, incluso
él admiraba o amaba o de quienes sentía celos. El monólogo una prueba de dignidad.
era sobre sexo. Se estado de ánimo cambiaba de obra en obra Nadie había maldecido con la pintura antes de que Picasso
pero no su tema. pintara esos lienzos.
Las últimas pinturas de Rembrandt —y particularmente
los autorretratos— son proverbiales por su cuestionamiento
de todo lo que el artista había hecho o pintado con anteriori- John Berger, Cumplir con una cita, Universidad del Claustro
dad. Todo es visto bajo otra luz. Tiziano, que vivió casi tanto de Sor Juana/ERA, México, 2017.

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DIVERSA DE MÍ MISMA

Violeta, tan frágil como un segundo


1917-1967

refinada pero sí apasionada, a veces hasta salvaje y en muchas


ocasiones arriesgada, hasta experimental, como en aquella im-
Alfredo Sánchez Gutiérrez presionante canción llamada El Gavilán. O jocosa como en la
esdrújula Mazúrquica modérnica.

Me han preguntádico varias persónicas / si peligrósicas para las


Para olvidarme de ti / voy a cultivar la tierra. / En ella espero másicas / son las canciónicas agitadóricas: / ¡ay, qué pregúntica más
encontrar / remedio para mi pena / Aquí plantaré el rosal / de las infantílica! / Solo un piñúflico la formulárica, / pa’ mis adéntricos
espinas más gruesas. / Tendré lista la corona /para cuando en mí te yo comentárica.
mueras.
A Violeta, izquierdista declarada, comunista confesa, no le to-
Este febrero se cumplen cincuenta años de la muerte de Vio- caron algunas tragedias que la habrían lastimado, como el gol-
leta. Y el próximo octubre, cien de que nació. Aún tenía cua- pe militar en Chile, pero sí las cotidianas que sufría la gente,
renta y nueve aquel día 5 del segundo mes cuando se quitó muchas veces a manos de los poderosos, dueños del dinero o de
la vida con un balazo implacable de revolver. Qué lejos de la religión. A estos últimos les dedicó varios sonoros versos:
los ciento dos que lleva en este mundo su hermano, el an-
tipoeta Nicanor, longevo como pocos. Era pues, una mujer Miren cómo nos hablan del paraíso / cuando nos llueven penas
joven, aunque si la juzgáramos por su biografía, pensaríamos como granizo. / Miren el entusiasmo con la sentencia / sabiendo
que era mucho mayor. ¡Qué no hizo Violeta Parra en menos que mataban a la inocencia. / ¿Qué dirá el Santo Padre que vive
de cincuenta años!, artista múltiple a quien se le conoce por en Roma, / que le están degollando a sus palomas?
sus enormes composiciones musicales pero cuyo talento iba
mucho más lejos: hizo pintura, cerámica, bordados, escultu- Por supuesto que algo genético habría en los Parra, tan llenos
ras; viajó por todos los rincones de Chile recopilando miles de de talentos artísticos que no se terminan con la generación
cantos, versos, tonadas; antes de los cuarenta ya había ganado de Violeta y sus muchos hermanos —Hilda, Lalo, Lautaro,
algún premio como folclorista y fue directora de un museo; Nicanor, Roberto, Óscar— sino que han continuado con sus
trabajó en la radio, tuvo tres hijas y un hijo, se casó y se des- propios hijos: Ángel e Isabel, músicos ambos que padecieron
casó dos veces, se enamoró apasionadamente de Gilbert, gra- el exilio de la época pinochetista; y sus nietos: otro Ángel,
bó para la disquera Le Chant du Monde, recorrió Europa, se miembro éste del grupo Los Tres, y Javiera y Tita, quienes
instaló en París, expuso sus tapices en el Museo de Louvre, desarrollan sus propias carreras solistas; su sobrina, también
inspiró la Nueva Canción Chilena. cantautora, Colombina Parra y otra sobrina, Catalina, quien
es artista visual.
¡Yo no sé por qué mi Dios / le regala con largueza / sombrero con Así sucede a veces, aunque no con mucha frecuencia, me
tanta cinta / a quien no tiene cabeza! temo, en las familias. Si quisiera pensar en otra, me remitiría
sin duda a los mexicanos Revueltas, tan llenos de explosivos
Es difícil elegir canciones de su repertorio: hay tantas y tan talentos artísticos como los Parra: José, Silvestre, Rosaura,
buenas. Un vistazo a alguna de las páginas disponibles con su Fermín y algunos de sus descendientes.
cancionero, intimida por su extensión, tanto de temas propios
como de los muchos que recopiló: cuecas, zambas, décimas, ¿Qué he sacado con la luna que los dos miramos juntos? / ¿Qué he
tonadas. Pero vale la pena el esfuerzo de arrimarse a todas sacado con los nombres estampados en el muro? Como cambia el
esas maravillas. Sus composiciones abrevan de la raíz musi- calendario, cambia todo en este mundo.
cal folclórica que tan bien investigó y asimiló, pero tienen sin
duda un sello personal que se expresa sobre todo a través de El caso es que Violeta, frágil de salud como fue en su infancia,
las letras. En sus canciones hay amor y desamor, por supuesto, iracunda e intratable en su madurez, según narran algunos, vi-
pero también gritos, maldiciones, humor, guiños, indignación vió con intensidad sus pocos años y lo hizo comprometida con
y dolor, todo expresado de manera honda y poética, cosa in- su arte y con sus causas: miró de cerca la injusticia, la miseria,
frecuente en la canción popular. No era una cantante muy el hambre y se rebeló contra todo ello. No se resignó a una

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vida doméstica, de ama de casa convencional, sino que salió Maldigo la primavera / con sus jardines en flor, / y del otoño el
a conocer mundo aunque ello le valiera reproches, rupturas, color / yo lo maldigo de veras. / A la nube pasajera / la maldigo
alejamientos, dolor. Su propia hija Rosa Clara murió muy pe- tanto y tanto, / porque me asiste un quebranto. / Maldigo el
queña cuando ella estaba lejos y esa fue una pena imposible invierno entero / con el verano embustero. / Maldigo profano y
de aliviar. Ella quería que su mundo fuera ancho, y aunque santo / ¡Cuánto será mi dolor!
conoció a detalle la geografía de su país, también quiso mirar
más allá. Tuvo reconocimientos, sí, pero también sufrió in- La actriz Francisca Gavilán encarna de modo impresionante a
comprensión en su propia tierra. Murió por mano propia en la artista en la película de Andrés Wood “Violeta de fue a los
su carpa de la Comuna de la Reina, donde se había empeñado cielos”, de 2001. Una buena forma de iniciarse en el conoci-
en construir un centro de cultura folclórica que fue desdeñado miento de Violeta es a través de esa cinta, basada en el libro
por sus compatriotas. Ese y otros factores contribuyeron, se- del mismo nombre escrito por Ángel, su hijo, que la muestra
guramente, a su decisión final: dar por terminada así una vida como seguramente fue: irónica, irascible, apasionada, incon-
a la que apenas un año antes acababa de dar gracias emociona- forme. Artista y ser humano a quien, con todas sus virtudes y
das. Esa era Violeta: contradictoria, impredecible, agradecida defectos, con todas sus contradicciones hoy, a cincuenta años
y meledicente: de su muerte y cien de su nacimiento, habremos de celebrar,
escuchándola.
Gracias a la vida que me ha dado tanto. / Me dio el corazón
que agita su marco / cuando miro el fruto del cerebro humano, /
cuando miro el bueno tan lejos del malo, / cuando miro el fondo de
tus ojos claros.

invndación castálida  |  69
DIVERSA DE MÍ MISMA

In the mood
Notas para un recuerdo de Ricardo Piglia

Era el 11 de octubre de 2007, como lo testimonia la letra


inconfundible de la dedicatoria que aparece en la portadilla
Fabrizio Cossalter de mi ejemplar de Formas breves: «Para Fabrizio, un recuerdo
cordial de una conversación sobre literatura en Madrid».
Incapaz de seguir con mi académico quehacer, decidí reco-
rrer las pocas cuadras que separaban mi departamento de La-
Acerca de la obra de un autor tan fundamental han aparecido, y vapiés de la biblioteca de la Casa Encendida, donde Ricardo
seguirán apareciendo, muchos textos críticos de excelente factura (me Piglia iba a encontrar a sus lectores, según decía la invitación.
limito a citar, por ejemplo, El lugar de Piglia. Crítica sin ficción,
edición de Jorge Carrión, Barcelona, Candaya, 2008). Así que estos III
breves apuntes no son sino el testimonio personal, inevitablemente
idiosincrásico, de una amistad esporádica pero muy importante para La charla reveló en seguida — ça va sans dire — la forma, una
la experiencia de quien escribe. Al fin y al cabo, se trató del sor- de las múltiples formas de la obra: «lo fantástico de biblio-
prendente ritual de iniciación a la literatura iberoamericana de un teca», definido por Michel Foucault como un nuevo género
individuo de más de treinta años. literario, se encarnaba, ocasionándome una suerte de feliz ex-
trañamiento, en el estilo de pensamiento del «último lector»,
I en la inteligencia del estilo de uno de los últimos grandes
maestros.
Quizá fuera una especie de Bildungsroman, antes leído y luego Ese hombre de pelo rizado y mirada perspicaz e irónica,
vivido. Al llegar a Madrid, hace casi tres lustros, me topé, en la el mismo que parece mirarme ahora desde las fotografías que
librería del Círculo de Bellas Artes, con los libros de un escri- otorgan, después de tantos años, algo de verosimilitud a mis
tor argentino, Ricardo Emilio Piglia Renzi, cuya obra toda- recuerdos caducos, hubiera podido decir, como Rimbaud,
vía desconocía por completo. Al evento inaugural sucedieron «j’ai lu tous les livres»; en cambio, nos entregaba el precioso
— no podía ser de otra manera — unas «escenas de lectura» mood de una forma de leer que era, a la vez, una forma de es-
que acabaron provocando un pequeño sismo intelectual en mi cribir y — lo entendí después — de vivir.
interior. Raramente la biología y la historia permiten que la biografía
Me acuerdo del largo viaje en tren, de Madrid a Vitoria, y el carácter coincidan con el arte y la fisonomía. Abandona-
dedicado a Formas breves; de la tarde de un día muy caluroso dos por los dioses, difícilmente podemos creer en la idea pura
de primavera — era un domingo de finales de mayo, si no me de una armonía entre vida y poesía, que nuestro endémico
equivoco —, que pasé tumbado en el prado del Parque del desencanto se encarga de estropear con sospechosa puntua-
Retiro leyendo Respiración artificial; y de la inacabable noche lidad. Por esta razón, los encuentros fortuitos y los hallazgos
de marcha que finalmente concluyó a las diez de la mañana en inesperados adquieren para mí una extraordinaria relevancia,
la terraza del Café Barbieri, mientras ojeaba, entre la resaca y como si lograran, de vez en cuando, derribar las postreras de-
el asombro, Crítica y ficción. fensas de mi escepticismo. Confieso que esa noche me ocurrió
Todo lo demás lo olvidé, pero nunca desapareció la sensa- algo parecido.
ción de que algo decisivo había ocurrido en la textura misma
de mi indescifrable y siempre frustrada relación con los anhe- IV
los y los afanes de la imaginación literaria.
Si bien recuerdo, estaba fumando un cigarrillo en la puerta de
II la Casa Encendida cuando salió Piglia, quien en principio me
estrechó la mano para despedirse. Hablamos un rato, luego
Unos años después, el historiador renegado y un poco pedan- me preguntó si conocía un buen restaurante en los alrededo-
te que yo era entonces — tal vez lo siga siendo, pese a todo — res y me invitó a acompañarlo. Comenzó así una conversación
se estaba aburriendo mortalmente mientras intentaba escribir destinada a durar algunos años y a reanudarse con naturali-
un ensayo que nunca llegó a publicarse y cuyo argumento se dad, tras cada interrupción, en ocasión de su siguiente viaje
ha borrado, por fortuna, de su memoria. a España.

70  |  febrero, 2017


Podría comentar su inteligencia fulmínea, su humour irre- logía de la memoria de unas existencias posibles me desvelaba
sistible y discreto a un tiempo, su curiosidad empática e in- otra vez el aleteo misterioso y frágil de la poesía.
quieta; pero prefiero tratar de alumbrar lo que para mí fue el Recuerdo nuestras conversaciones acerca de la historia ita-
mood de Ricardo, como decía antes recuperando una expresión liana (estaba escribiendo Blanco nocturno, y se interesaba por
de mis queridos Glenn Miller y Goffredo Parise: me refiero a el reclutamiento, durante la Primera Guerra Mundial, de los
la profunda humanidad, libertad y belleza de su literatura. italianos emigrados a América Latina); los libros que le regalé
Si «el estilo tiene herederos — escribió Parise —, el arte es (Beppe Fenoglio, Piergiorgio Bellocchio y Carlo Ginzburg,
como una mariposa, sin herederos y caprichosa, se posa donde entre otros); el viaje que planeó con Beba Eguía y que nunca
y cuando ella quiere»… hicimos (a Piamonte, en busca de las huellas de su abuelo).
Recuerdo el semblante apacible de un extraordinario es-
V critor que se concentra, en una tarde de abril, sentado en un
banco del madrileño Paseo de Recoletos, antes de impartir
En las últimas semanas, releyendo los primeros dos tomos de una magnífica conferencia magistral en la Casa de América.
Los diarios de Emilio Renzi, experimenté el mismo entusiasmo ¿El título? «¿Qué será la literatura? Tres historias de in-
que había experimentado en compañía de su autor. La arqueo- fancia».

Conociendo a Ricardo Piglia

existió ese proyecto, ¡es algo que imaginó Piglia! Un escritor


como él, que debería estar cansado de recibir pedidos de pró-
Mónica Maristain logos, me ofrece escribir un prólogo para un libro mío… Esto
fue una gran caricia a mi alma en ese momento”. Un recuerdo
íntimo, personal.
Creo que eso era lo que determinaba su ser. Lo que hace
Conocí a Ricardo Piglia más por voluntad de él que de la mía. que ahora nos sintamos más solos, mucho más perdidos en
Sé que suena un tanto presumido, pero con él las cosas eran un mundo que deja de tener escritores así, tan cercanos, tan
absurdas, demenciales. No quise yo conocerlo por conocido, disponibles.
es decir, cuando vino a México para mí ya era un escritor muy “Creo que me lee un grupo de amigos”, me dijo en una en-
transitado, muy visto por ser yo argentina y haber comenzado trevista y fue tan revelador para mí, me miraba como a alguien
a leer de muy chica. familiar, para confesarme ese secreto que lo hacía tan popular
Así que cuando él llegó a México y tuvimos oportunidad de en el mundo. ¿Quién faltaría en algún país que no tuviera una
vernos, yo ya había escrito la entrevista a Bolaño, y ya empe- anécdota con Piglia?
zaba a diseñar la biografía por medio de testimonios de cer- Aquí, los chicos de Hermosillo, me invitaron a participar
canos, así que fue él quien quiso conocerme. Y cuando nos en “Pez Banana”, una edición en su homenaje y presentamos
encontrábamos en alguna conferencia de prensa, me sentía el número en la fil y se me ocurrió decir algo como qué im-
cerca de él y a veces discutíamos algunos temas, para sorpresa portaba el Nobel si ya teníamos un Premio Banana para él,
de los presentes. una manera de protestar contra las autoridades de Guadalaja-
La periodista Silvina Friera, me escribe: “Para mí lo de ra que siempre se las ingenian para dar los galardones a gente
Piglia fue tremendo… yo lo quería muchísimo. Él siempre muy lejana, como en este: Norman Manea, el rumano.
tuvo gestos de una generosidad infinita conmigo y yo estaré Bueno, no sé, la literatura tiene geografías diferentes, pero
eternamente agradecida. Hace un rato me puse a leer un mail ¿por qué no darle a Piglia, tan admirado, tan de aquí?
que me mandó, antes de la maldita ela, en el que me “incita” Y leí una crónica de su adiós de parte de Leila Guerriero,
a publicar un libro con mis entrevistas y que él escribiría el tan íntimo que quedaba como una ceremonia realizada entre
prólogo. Esto por su cuenta, sin que yo le pidiera nada, nunca ella y él y con ellos, todos nosotros. Un escritor Luis Guzmán

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dijo: “adiós al amigo” y el recuerdo de una amiga: “El 9 de No tenía como suelen tener los escritores argentinos esa
abril de 2015 le había escrito a Piglia para contarle que, al fin, manera de mirarte por encima del hombro y quedarse por lo
estaba empezando a trabajar en algo complejo, algo en lo que mismo siempre aislado de todos, incomprendido (de hecho,
él me había alentado mucho. Me respondió tres días después. Hernán Ronsino parece ser un hombre destinado a heredarlo,
La última línea de su mensaje decía: Ojalá mi entusiasmo te en el medio puros autores argentinos…), Piglia tenía algo de
ayude en los días difíciles”. unidad y de ver a la literatura como un todo, era raro, porque
Ojalá mi entusiasmo te ayude en los días difíciles. Qué a la hora de ejemplificar sus impresiones siempre hacía refe-
pensar si no pensar en ese navegar siempre para adelante, aun rencia a la literatura argentina, pero tal vez por lo mismo sus
cuando la enfermedad y la muerte estuvieran rondando con pareceres tenían alcance mundial.
sus manos leprosas: escribir y escribir, ese era su sino. Es como Borges, por ejemplo. Cuando le tocó conducir los
De Roberto Bolaño a Álvaro Enrigue, siempre estaba me- programas para la televisión estatal sobre él, todo era tan bo-
tido Ricardo Piglia. De hecho, en el libro El hijo de Mister naerense, tan propio de Borges, que el unitario podría haber
Playa incluí una deliciosa discusión entre Roberto y Ricardo sido transmitido en Rusia e igual nos parecería adecuado.
destinada entre otras cosas a saber de qué parte estaban los Veo la foto de Daniel Mordzinski en una playa. Supon-
escritores latinoamericanos, si todavía podíamos pensar en go que es Cartagena de Indias, en 2014, ¿ya estaba enfermo?
escritores latinoamericanos. Yo nunca lo vi enfermo. La última vez que lo vi fue en una
Cuándo Álvaro escribió Decencia, una novela que me tocó Feria del Libro de Oaxaca y al año siguiente me enteré que
presentar, fue una novela tan pigliana, tan borgiana, ¡tan ar- padecía esclerosis lateral amiotrófica (ela); alguna vez leí que
gentina! Ricardo venía de escribir Blanco nocturno y las dos lamentaba mucho su enfermedad. “Bueno, la experiencia de la
historias me pareció que tenían tantas similitudes. enfermedad es la de la injusticia en estado puro: “¿Por qué a
No lo he hablado con él, sólo en una conferencia de prensa mí?”, se pregunta uno y cualquier explicación es ridícula y no
en Barcelona, donde algo del tema se dejó vislumbrar, pero tiene sentido. La sensación de injusticia llama a la rebelión y a
algo me hacía estar cerca suyo cuando yo pensaba en una nue- la lucha, entonces uno no se queja y eso es un alivio.”
va literatura latinoamericana, una literatura que no tuviera Para acordarme de él, aunque no tengo nada que deter-
que ver con Mario Vargas Llosa, con Gabriel García Már- minar para acordarme siempre de él, elegiré una acepción de
quez, con Carlos Fuentes y pensaba no sólo en Bolaño, en Luis Chitarroni, quien lo nombra “un mítico sobrio”.
Piglia, sino también en Juan José Saer, en Juan Carlos Onetti Me gusta pensar en él como en alguien sobrio más allá de su
(a quién estuvo dedicado su último libro), en Antonio DiBe- mito, porque esa condición lo convierte en un hombre bueno.
nedetto, en Mario Levrero, en Héctor Tizón…y al mismo Y es de ese hombre bueno que tan triste me puso su partida.
tiempo me parecía que él iba a poder ser, por propia naturale-
za, un elemento de unión de todos esos polos.

72  |  febrero, 2017


LIBROS RECIBIDOS

Novedades editoriales

Leopold von Sacher-Masoch


David Foster Wallace Ford Madox Ford La venus de las pieles
Portátil. Relatos, ensayos y materiales El buen soldado Sexto Piso Ilustrado, España 2016
inéditos Narrativa Sexto Piso, España 2016
Literatura Random House,
Ahora que está de moda el soft porno
México, 2016
Si algo le debemos a la editorial Sexto masoquista donde el macho carga (otra
Piso es su rescate, con nueva traducción vez) el fuete y el poder llevándolo hasta
Una selección con los mejores ensayos y de por medio, de clásicos de la literatu- la inopia en todos los tonos de grises,
relatos (algunos inéditos hasta ahora en ra universal. Reeditarlos no es sólo una vuelve La Venus de la pieles de Sacher-
español) de David Foster Wallace acaso apuesta, hay que tener muy buen olfato Masoch para mostrarnos que en toda
el último mito de las letras estadouni- para saber qué puede necesitar un lec- relación hay un ejercicio de poder y que
denses. Además, este oráculo portátil se tor, qué pistas, que ecos le pueden servir nunca se puede estar seguro de quién
hace acompañar de textos de espléndi- para entender el mundo de hoy. El buen lleva la voz cantante. Los personajes,
dos escritores hispanoamericanos como soldado de Ford Madox Ford es un buen Severin y Wanda, nos muestran que en
Leila Guerrero, Alberto Fuguet, Rodri- ejemplo; la historia es un presagio del cuestiones de sexo no hay fondo de se-
go Fresán, entre otros, como el músico derrumbe occidental inmediatamente guro y siempre se puede caer un poco
Andrés Calamaro quienes desgranan anterior a la Primera Guerra Mundial, más bajo, y que el amor, como diría
su pasión por Wallace. Se trata de una un derrumbe protagonizado por dos nuestro José Gorostiza, “tiene feroces
compilación ideal tanto para quien ya parejas los Dowell y los Ashburnham, galgos morados” hechos de servilismo y
es admirador de la obra de Wallace, los primeros estadounidenses pero crueldad, de devoción y penitencia. Las
(no querrá perderse los textos inéditos), “más tradicionales de lo que los veci- ilustraciones de Manuel Marsol hacen
como para quien se acerque por prime- nos de Inglaterra pueden llegar a ser”, guiños a clásicos de la pintura occiden-
ra vez a él: la antología es una selfie de y los Ashburnham ingleses, ambas pa- tal, tanto como a películas —Buñuel y
cuerpo entero, aquí están su sentido del rejas de familias respetables, ambas de Polanski— y a Warhol y The Velvet Un-
humor y su capacidad para jugar con educación y de maneras exquisitas, y al derground, con lo cual consiguió ponerle
el lenguaje y la estructura narrativa, su mismo tiempo un cuarteto de granujas, soundtrack a la novela: Shiny, shiny, shiny
impresionante verborrea que termina vividores de alta sociedad que entre la boots of leather/ Whiplash girlchild in the
por convertirse en una suerte de mantra hora del té y las cenas en los balnearios dark/ Comes in bells, your servant, don’t
que lo mismo hipnotiza que adormece, más famosos de Europa, se dan tiempo forsake him/ Strike, dear mistress, and cure
fascina y molesta por igual, pero que sin para traicionarse mutuamente. his heart…
duda es una voz personalísma y recono-
cible, algo que muy pocos autores con-
siguen a lo largo de su vida creativa.

invndación castálida  |  73
Los viajes de Gulliver
Jonathan Swift
Virginie Despentes
La Jaula Abierta y Fondo de Cultura
Vernon Subutex 1
Económica, 2016 42m2
Literatura Random House,
Fabrizio Mejía Madrid
México, 2016
Los viajes de Gulliver fue publicado en Literatura Ra ndom House, 2016
1726 y desde entonces contó con un
Durante años se creyó que el realis- éxito rotundo, en palabras de John “Nunca tuvimos una casa. Siempre en
mo sucio era un coto masculino: de Gray, amigo de Swift, “se leía en todos departamentos; unos con pasillos, otros
Bukowski a Carver pasando por el cu- lados, desde el consejo de ministros acomodados en centímetros cuadrados”,
bano Pedro Juan Gutiérrez y el mexi- hasta la guardería”. El libro entró en el es la frase inicial de 42m2, el nuevo libro
cano Guillermo Fadanelli. La francesa folclore popular, estaba en boca de to- de Fabrizio Mejía Madrid, donde el au-
Virginie Despentes viene a romper esa dos, consiguiendo el efecto que tienen tor de Hombre al agua regresa a escribir
regla y nos muestra que la literatura no hoy en día algunas de las más exitosas ficción pura después de haberse aden-
es asunto de género de sino de calidad. series de televisión. Sin embargo en los trado a revisar durante varios años a los
Vernon Subutex es un cincuentón al que últimos años se ha estigmatizado, sin personajes más oscuros de la vida mexi-
le han dejado sin trabajo, sin dinero y a mucho sentido, como un libro infantil. cana de los últimos años. En esta nue-
una edad en la que no se puede empe- Pero en realidad fue escrito por Swift va novela también hay oscuridad, pero
zar de cero; esto le permite a Despentes como una parodia de los libros de viaje. la oscuridad de los pasillos por donde
despotricar contra la sociedad parisina Aquí es importante señalar, para evitar camina el personaje. Oscuridad, literal-
(y desde luego, la clase media de cual- cualquier encasillamiento, que Los viajes mente en el departamento de 42m2, o
quier país) para señalar de la desigualdad de Gulliver no es estrictamente un libro en su propia memoria, pues en un de-
económica y de la falta de solidaridad de viajes, sino que los viajes funcionan partamento tan pequeño cada objeto se
que se hacen pasar por meritocracia y como un armazón externo para una va convirtiendo en un recuerdo, en una
buen gusto, pero que en realidad son la profunda exploración satírica de la cria- herida distinta. La novela revisa, a tra-
cara de la desesperación y el fracaso so- tura humana. Este intento de recuperar vés de los espacios de un departamento,
cial. De manera brutal, pero divertida, al libro como un texto distópico digno la memoria del personaje principal y va
vemos a este nuevo pícaro arreglárselas de análisis más serios, es lo que trae esta mezclando al mismo tiempo la historia
para sobrevivir en un mundo de verdad nueva edición realizada por La Jaula de algunos de los beats que vinieron a
salvaje. Se trata de la primera parte, de Abierta y el Fondo de Cultura Econó- México, para descubrir qué es lo que los
una trilogía que prometer ser una nueva mica, que con un texto introductorio de hizo venir, qué tenía México que ofre-
Comedia humana. Claude Rawson, traducción de Agustí cer a personajes tan excéntricos y genia-
Bartra, notas de Ian Higgins, y epílogo les como Burroughs, Breton, Traven,
de Roger Bartra; traen Los viajes de Gu- Bowles, Humboldt, Lowry. ¿Cuántos
lliver a las librerías como un texto que recuerdos caben en un departamento de
debería ser revisado en todas las univer- 42m2, cuántos beats caben en México?
sidades, y la casa de cualquier lector.

74  |  febrero, 2016

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