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Nombre Completo: Marta C. Gómez Fuentes

Bosquejo: el Espíritu Santo y la Iglesia

Introducción

Identificación eclesial e introducción a la teología, La revelación confiada a toda la

Iglesia donde se presenta la analogía del pueblo de Dios, en el Antiguo Testamento,

con la Iglesia, en el Nuevo Testamento. La verdad y la gracia hacen parte de que

es la comunidad eclesial. Tengamos la ventaja de que su espíritu santo, nos sea

dado. El espíritu santo un elemento importante en la comunidad, Elementos

importantes en nuestra comunidad Cristiana, como bases básicas de los que es la

doctrina Cristiana y principales componente mencionados.

El Consolador: El Espíritu santo de Dios es su poder en acción al mirar (Miqueas 3:8;

Lucas 1:35). En la doctrina de la justificación desde que los reformadores, en primer

lugar, hicieron cuidadosamente una distinción entre ser declarado justo y ser hecho

justo, la comparación y el contraste entre justificación y santificación han sido

considerados elementos claves para que el evangelio se exprese fielmente.

De acuerdo a la soteriología el Padre promete otorgar un pueblo elegido nosotros

su iglesia a su amado Hijo, el cual entrega y muere por su iglesia y es allí que el

Espíritu Santo aplica y sella la obra de redención en la vida del hombre.


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El Espíritu Santo en Efesios 1:13, hace efectiva la muerte de Cristo al traer a los

escogidos mediante el llamado del evangelio, sellándolos para el día de la redención.

Cuando mencionamos el rol del Espíritu santo en su iglesia, tiene la

responsabilidad de aplicar y sellar la obra de redención en la vida del hombre, sin

embargo, en ésta primera parte de la “Soteriología” sabemos que es el accionar

general del Espíritu Santo, de allí que el Espíritu Santo no lo podemos considerar

en ningún momento alguien separado de la obra de Cristo, de tal modo, que es un

poco complejo hablar de las operaciones del Espíritu Santo sin hacer referencia a

Cristo, ya que en todo momento, el Espíritu Santo nos señala y glorifica a Cristo lo

podemos ver en (Jn 16:14). De allí la importancia en su iglesia y del hecho mismo

que habita en nosotros el cual somos su templo y el cual es declarado como el

consolador de nuestra comunidad quien nos guía a toda verdad.

La promesa a su iglesia: A nivel eclesiológico sabemos que La Iglesia se forma

entorno a la Presencia de Cristo, para decirle en términos de algunas muy generales.

Esta Presencia adquiere modalidades muy variadas que están unificadas como en

una sola estructura, y en su fuente en la especial forma de presencia propia de

comunión. También podemos decir que el Espíritu Santo es quien se encarga en mi

compresión teológica y eclesial de seguir perfeccionando a los santos para toda

buena obra. Por lo tanto vemos que eclesialmente estamos en Cristo

compuestos por gentiles como por judíos, con las misma promesas en nuestras
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vidas, con derecho adquirido y dando como promesa por medio de Jesús, que no

nos dejaría huérfanos.

La vida cristiana tiene altibajos, sufrimos experiencias que son negativas pero

también positivas. Experimentamos tiempos de gozo como de dificultad y a veces

estamos en las alturas y luego bajamos a la realidad pero con esperanza.

Experimentamos momentos tristes y felices. Porque así es la vida. La vida de Jesús no

fue diferente a la nuestra, él tuvo sus pruebas. Pues el también sufrió experiencias

negativas y positivas. En el evangelio de Mateo podemos leer que cuando Jesús fue

bautizado, el Espíritu de Dios descendió sobre él en forma de paloma y se escuchó

una voz de Dios cuando dijo:

(Mateo 3:17) “este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia.” un momento

glorioso en la vida del Señor. Después de este evento glorioso inmediatamente, el

mismo Espíritu, lo llevo al desierto para ser tentado por el diablo, cuarenta días y

cuarenta noches. ¡Un momento muy difícil! Sin embargo, el Señor Jesús venció la

tentación y volvió victorioso del desierto. Cuando analizamos a nivel eclesial vemos

como El Espíritu Santo esta sobre Jesús y ahora en nosotros.

Es muy hermoso ver como Jesús prometió a sus apóstoles que cuando descendiera

el Espíritu Santo recibirían PODER para ser testigos (Hch.1:2, 5,7). Este poder trajo la

unción y los dones espirituales, cumpliendo su promesa en las fiestas de Pentecostés.

(Hch.2:4), es como la iglesia hoy en día es fortalecida y consolada por medio de


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esta promesa su espíritu Santo, no dejadnos huérfanos, si no en consuelo en

medio de nuestras dificultades.

Se entiende así que entonces que no es posible la edificación de una iglesia sin estar

fundada sobre la base del poder de Dios y sus dones espirituales. Los dones del

Espíritu Santo prometidos (Dt.28:1-14; Is.28:11; Jl.2:28), confirmados por las promesas

de Cristo (Mr.16:17; Jn.14:12; Hch.1:8), e impartidos por el Espíritu Santo en el

Pentecostés (1Co.12:11). Esta es la conexión más hermosa que a mi parecer

encuentro la obra del cumplimiento de la obra perfecta de Jesús en la

humanidad.

Cada miembro del Cuerpo de Cristo es indispensable para el crecimiento del

conjunto: “los miembros del cuerpo que parecen más débiles son los más

necesarios” el mismo hecho de comparar los dedos de nuestra mano. Hay un

dedo más frágil u pequeño , pero que importante al miembro estabilidad en su

armonía, al tomar un objeto o ser apoyo a el conjunto de lo que es su acción,

como mano.

Bibliografía.

Justo L. Gonzales y Zaida Maldonado Pérez, Introducción a la teología cristiana,

(Nashville: Abingdon press, 2003), 120.

Howard A. Snyder, La comunidad del Rey, 2da edición. (Buenos Aires: Kairos

Ediciones, 2005), 284.

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