Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Los hechos
El 10 de junio de 1990, el vuelo BA5390, un BAC One-Eleven Serie 528L en vuelo hacia
Málaga, después de su despegue del aeropuerto de Birmingham (Reino Unido) estaba
ascendiendo a través de 17,300 pies cuando sorprendentemente el parabrisas izquierdo fue
absorbido hacia el exterior de la aeronave bajo los efectos de la presión de la cabina. El
comandante de la aeronave fue succionado hacia el exterior con la mitad de su cuerpo fuera de
la aeronave, pero por suerte fue aferrado por la tripulación de cabina mientras el primer oficial
trataba de efectuar un aterrizaje de emergencia seguro en el aeropuerto de Southampton. El
comandante permaneció con medio cuerpo afuera hasta el momento en que la aeronave
aterrizó. Como resultado del hecho, sufrió varias fracturas óseas en su brazo derecho y
muñeca, un pulgar izquierdo fracturado, hematomas, la congelación de parte de su cuerpo y
obviamente un shock nervioso. No hubo otras lesiones leves o graves entre la tripulación y el
pasaje en este episodio.
El parabrisas había sido cambiado justo antes del vuelo en la organización de mantenimiento
aprobada (AMO) situado en las instalaciones de la compañía en el aeropuerto de Birmingham.
Esta era una AMO bien establecida con mecánicos de mantenimiento calificados que daban
mantenimiento a una flota de 13 BAC One-Eleven antiguos, una flota de aeronaves Avro HS-
748, y una variedad de aviones pertenecientes a terceros. En la AMO se evidenciaba que tanto
la carga de trabajo como la moral eran muy altas. Existía un gran orgullo competitivo entre los
cinco (5) turnos rotativos de trabajo por la cantidad de tareas que podían ser eventualmente
adjudicadas. Era tal el entusiasmo que, en un momento, la dirección de mantenimiento había
advertido al personal, particularmente a los turnos de noche, no intentar abarcar más tareas de
lo que fuera prudente en el tiempo disponible.
Como los manuales de mantenimiento (AMM) y el catálogo de partes ilustrado (IPC) estaban a
veces desactualizados, los mecánicos tenían tendencia en confiar, en cierta medida, en su
criterio profesional para la resolución de los problemas. Veían a su trabajo con la necesidad de
responder con cierta flexibilidad a las demandas acorde a la rápida evolución de sus
habilidades. Pero esto último no significaba de ninguna manera tener la aeronave lista en
plataforma a cualquier costo. Operaban con el principio bien establecido de que ante “cualquier
duda, hay que mantener la aeronave en tierra”. El trabajo de mantenimiento conllevaba para la
mayoría de ellos “pensar con los pies sobre la tierra”, y disfrutaban particularmente de este
aspecto de su trabajo.
La investigación
La investigación reveló que 84 de los 90 tornillos que se habían colocado para asegurar el
parabrisas izquierdo del BAC One-eleven eran de diferente especificación (diámetro y/o paso).
que los requeridos en el manual de mantenimiento de la aeronave.
En forma resumida, los eventos que condujeron a este accidente fueron los que a continuación
se explicitan.
El supervisor de mantenimiento del turno de noche, con insuficiente mano de obra, decidió
por sí mismo llevar a cabo el reemplazo del parabrisas izquierdo. El mismo consultó el
manual de mantenimiento para refrescar su memoria y conocimientos y tuvo la impresión
que se trataba de una tarea sencilla de realizar.
Con la ayuda del supervisor de aviónica presente, retiró el parabrisas existente y tomó la
decisión de reemplazar todos los tornillos del parabrisas, ya que durante el
desmantelamiento pudo observar que algunos de los mismos estaban cubiertos de pintura
o estaban dañados.
Tomando como muestra uno de los tornillos removidos – un tornillo de especificación 7D –
el supervisor buscó en uno de los cajones del carrusel bajo normas de control y comparó
(por medio visual y táctil) el tornillo removido con el contenido de los cajones de las
estanterías. Pero en el cajón, había solamente 4 ó 5 tornillos restantes y él requería más de
80 tornillos para fijar nuevamente el parabrisas.
El supervisor informó a la persona responsable del almacén de repuestos el hecho que el
contenido de cajón de la estantería controlada era inferior al stock mínimo requerido de 50
tornillos. El responsable del almacén le respondió (correctamente) que para esta tarea eran
necesario tornillos de especificación 8D, pero no insistió sobre este tema (tampoco había
suficientes tornillos de especificación 8D, aunque ninguno de los dos efectuó una búsqueda
para confirmarlo).
Entonces el supervisor de turno decidió que, ya que los tornillos de especificación 7D
habían sido removidos del parabrisas anterior, los reemplazaría con los mismos tornillos
7D.
El supervisor decidió ir a la terminal internacional donde se encontraba su oficina,
manejando unos dos kilómetros aproximadamente. Su intención era obtener el número
requerido de tornillos de especificación 7D, además de seis tornillos más largos para aplicar
al parabrisas las tiras estáticas en las esquinas exteriores del parabrisas.
El supervisor de turno utilizó un destornillador de puntas intercambiables con alojamiento bi-
hexagonal de un cuarto de pulgada (1/4 in.). Pero este alojamiento no retenía la punta del
destornillador, por lo que el supervisor tenía que sostenerlo con la mano para que no se
caiga. Sin embargo, durante el transcurso de la instalación del parabrisas, la punta del
destornillador cayó varias veces al suelo y por ello tuvo que bajar de la plataforma de
seguridad al suelo para recuperarla. Además, el supervisor tenía que trabajar inclinado
sobre la nariz del avión y con su mano izquierda mantener la punta del destornillador en la
toma hexagonal, impidiendo además su visión directa de la cabeza de los tornillos.
La plataforma de seguridad extensible no estaba correctamente arrimada a la aeronave.
Esto significaba que el supervisor tenía que inclinarse fuera del pasamanos de seguridad
para alcanzar el lugar preciso donde se desarrollaba la tarea de reemplazo. Debido a esta
posición incómoda y su mano izquierda impidiendo su visión sobre la cabeza de los tornillos,
el supervisor no pudo observar directamente la forma como el tornillo se deslizaba en la
cavidad del tornillo y la lectura correcta del torque mientras seguía girando el mango del
destornillador. El supervisor siempre percibió la acción del destornillador como adecuada, a
pesar de que la posición de sus manos limitaba su visión de la evidente discrepancia en la
profundidad de la cabeza.
Por último, la licencia y las habilitaciones que poseía el supervisor de turno, su función
asignada de supervisión, la política explicita de auto-certificación y las autorizaciones
concedidas por la Autoridad de Aviación Civil (AAC) a la AMO le permitían al supervisor de
turno liberar la aeronave sin que fuese necesario una doble verificación de la tarea
realizada.
Sólo se requería una breve declaración:
o Parabrisas reemplazado
o Informe de seguridad operacional cumplido
o Verificación funcional del sistema de calefacción de parabrisas
satisfactorio
o Todo esto en una declaración pre-impresa certificando la liberación de la
aeronave en servicio, firmada por el mismo supervisor de turno, quien
además daba así por cumplido todo el papeleo necesario para la tarea
asignada y realizada.
no estaba
El supervisor de servicio del turno de noche era la única persona en ese turno cuyo trabajo
sujeto a la revisión o aprobación de un gerente o directivo de mantenimiento.
--------------
EJERCICIO 02-B/06
Actividad del grupo
Tarea solicitada
Modelo de Reason
Procesos organizacionales
Actividades sobre las cuales cualquier organización mantiene un grado razonable de control directo
1. 1.
2. 2.
3. 3.
2. 2.
3. 3.
2. 2.
3. 3.
---------------