3.1.

SOCIEDAD Y ORGANIZACIÓN
SOCIAL.
Señala Piarpaolo Donati que la sociedad pertenece al ámbito de la cultura,
mientras que la familia es la emancipación social de los requisitos naturales sin los
que no podrían existir la sociedad ni el género humano. En una sociedad que se
hace más compleja y global, se dice que la familia camina hacia formas más
plurales y fragmentarias, con un rol progresivamente más débil y marginal en la
organización social.

En su análisis, Donati observa cómo cambia la familia, al tiempo que permanece.

Asegura que hacer familia significa participar en un fenómeno social específico
(sui generis) que expresa instancias y dinámicas peculiares que se relacionan con
el resto de las dimensiones y esferas de la sociedad. La familia es un fenómeno
original, originario primordial, que se mantiene como tal en la sociedad
posmoderna. Donati explica la familia como hecho emergente que se distingue del
resto de las relaciones sociales por poseer las connotaciones siguientes:

a) La familia es una relación original, peculiar en cuanto que sigue criterios de

diferenciación propios. No es, como sostienen algunos, una relación
primaria que pueda asimilarse a otras (aunque presenten ciertas
semejanzas). Es una relación de género propio, que corresponde a
exigencias funcionales y supra funcionales no sustituibles por otras
relaciones sociales. A diferencia de otros grupos primarios, la familia está
caracterizada por una forma específica de vivir la diferencia de género (que
implica la sexualidad) y las obligaciones entre las generaciones (que implica
el parentesco). Estas son las dos dimensiones a partir de las cuales la
familia sigue criterios de diferenciación propios, que la distinguen de otros
grupos primarios (por ejemplo, formas de convivencia basada en la
amistad). El que actualmente la distinción familia/no familia pierda sus
contornos implica, por una parte, el desgaste de ciertos valores y, por otra,
la emergencia de otros criterios de distinción.

b) La familia es una relación originaria, auto producida, el cuanto que se

constituye a partir de factores sociológicos autónomos y no puede
entenderse sólo como el resultado de factores individuales (motivos
psicológicos) o colectivos (motivos económicos, políticos o incluso
religiosos), o de su combinación. Los factores originarios son relacionales.
La familia existe socialmente en la medida en que estos factores adquieren
consistencia auto normativa y como tales genera una dinámica propia.
Dicho en otros términos, la familia surge por impulsos internos, que no
pueden reducirse a fuerzas externas o a motivos propios de otras esferas
de relación (como los sentimientos, la utilidad, la autoridad, o el poder, la
 búsqueda del sentido último de la vida), aunque estas fuerzas y causas
externas se combinan con los motivos que la original. Estos motivos están
ligados a la lógica del intercambio simbólico, o bien al don en un preciso
contexto, concretamente en el contexto de la relación de reciprocidad plena
entre géneros y generaciones.

c) La familia es una relación primordial, que existe desde el inicio, tanto en el

sentido filogenético (en cuanto que la familia está en el origen de la especie
humana) como en sentido ontogenético (en cuanto que, en cualquier tiempo
y lugar, el individuo se introduce en la sociedad y madura su participación,
de forma más humana, cuanto mejor está apoyado por la mediación de una
familia).

d) Como cualquier otra relación social, la familia es una entidad invisible para
el observador inmediato (in-mediato, no reflexivo).

De la familia como grupo social nace la familia como institución social, cuya
importancia reside en hacer explícitas y reguladas las mediciones funcionales y
supra funcionales entre el individuo y las esferas extra familiares, entre los
elementos naturales y los culturales, entre las dimensiones privadas y las públicas
de la vida social.

En la actualidad asistimos a un debate sobre el "declive" de la familia. No es

una novedad, ya que se trata de un tema que ha estado presente en todas las
sociedades desde el principio de la historia humana. Sin embargo, el desafío se
advierte hoy día más crucial y dramático que en el pasado. El motivo es que
parecen tambalearse los "fundamentos" de la familia, es decir, las bases que
deberían ser sus funciones insustituibles (como el cuidado-educación de los hijos
y el apoyo afectivo entre adultos unidos por vínculos afectivos).

Dicho en otros términos, ¿es cierto que en las últimas décadas la familia ha
perdido relevancia y peso social, hasta el punto de convertirse en un residuo
histórico, en una simple memoria del pasado, dejando su lugar a una pluralidad de
formas de vida en las que, a pesar del aplicárseles el adjetivo familiar, el concepto
de familia carece de referencia sustancial (institucional)?. Por una parte, hay quien
niega la tesis del declinar de la familia y tiende a minusvalorar cualquier discurso
sobre la crisis de esta: en general, lo hacen quienes quieren justificar la
desmembración de la familia en diferentes formas de convivencia (grupos
domésticos en grupos primarios llamado formaciones sociales), a las que intentan
atribuir la connotación de familia a partir de la presencia de relaciones afectiva y
de ayuda recíproca. Por otra parte, hay quien sostienen que la familia se ha
debilitado, tanto en términos absolutos como relativos, que está en crisis, hasta el
punto de no ser ya la institución-eje de la sociedad; se ponen de relieve las
consecuencias dramáticas sobre los miembros más débiles de la familia: en
concreto, los hijos, aunque también los ancianos, que se ven privados de un
punto de referencia seguro.
 Donati sostiene "que asistimos a un declive de la familia, pero, al mismo
tiempo, también se advierte una regeneración de la familia, de tal forma que es
razonable pensar que la familia puede encontrar nuevos procesos que revitalicen
su sentido y sus funciones". La familia es y permanece como una relación social
plena, aunque las formas y los contenidos de tal relación se modifican a partir de
una continua e inevitable metamorgenesis social.