Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
CASA JUILLET
Página 1
Sin título Página normal
Ufología.
Un poco decepcionante, pero un paso adelante en el develado del misterio de los platillos
voladores de 1947.
Iurchuk ya lo había dicho en los años 90, que eran posiblemente de EEUU los OVNIS, pero
yo discrepe y discrepo de esa apreciación suya, pues si EEUU tuviera a mano el hacer discos
voladores, a que iba a seguir haciendo avioncitos con alas.
Que no vuelan nunca mas rápido que los discos voladores. Sobre todo en los años 90. Y ni
aun ahora, porque los UFOs pueden parar el vuelo dentro de la longitud de un pañuelo y volar
de inmediato hacia otro lugar, cosa que para eso es necesario tener una gravedad propia, o de lo
contrario el artefacto se desintegraría- para que decir del manchon en el vidrio que seria lo que
quedo del piloto.
Mi opinión personal, por lo que valga, es más aterrizada: sabemos que los alemanes
trabajaban en Die Glocke, y que era el motor (por así llamarlo) de una nave aérea. También
Página 2
Sin título Página normal
podría ser un motor para una nave submarina (USO). Se han visto de las dos clases. Quienes
tienen esos aparatos? Obvio que los alemanes, pero no los de la socialista de la Merkel, que es
judía, socialista y va a arrodillarse a Jerusalén. No.
Son los remanentes del partido Nazi, los cuales consiguieron ocultarse hasta hoy, y por
supuesto, deben viajar en Boeing 707 y visitar Alemania como cualquier hijo de vecino.
No les entregaron el secreto a los Aliados, y se llevaron los prototipos lejos, y luego y con
mucho sacrificio, desarrollaron esos vehículos.
Para muestra un botón: en Chile un campesino vio un Disco Volador posado en un campo, y
se acerco a los dos hombres altos y de raza blanca a preguntarles si estaban en panne. Esos
hombres le respondieron en un castellano con acento extranjero, que no, y que se habían
perdido, pero que pronto se irían. Y efectivamente poco después subieron al aparato, y se fueron
lejos.
Es decir, los OVNIS no son producto de una raza de ET, lo que significa que estamos solos
en un universo que debería estar plagado de seres morfológicamente diferentes, muy diferentes,
pero que no existen o al menos la distancia hace imposible su llegada. Alcubierre y todo…
Fin
Página 3
Sin título Página normal
Hay toque de queda en todo Chile desde las 22 horas hasta las 05.30 horas. Todo debido al
virus que se espacio gracias a los miles de viajeros de avión que se dedicaron a llegar desde un
punto al oro del mundo como si tuvieran mucho que hacer en la Cochinchina. No, solo la
mayoría andaba simplemente pasándola bien lejos de casa.
Ya me parecía raro que los pasajes de avión fueran tan baratos, si salía casi como andar en un
bus!
No digo que no sea coincidencia, pero era raro. Que, acaso los aviones consumían menos
combustible, o que habían menos gabelas para pasar la Aduana? Menos impuestos, menos pago
de pistas? Nada!!
Y ya tenemos el toque de queda. No todos la respetan, al menos por donde vivo yo: pasan
grupos de a seis y mas personas conversando a las 23 horas, y más. Otros andan en
bicicleta, paseando a la una de la mañana, otros hablando solos a las 3 de la mañana y otros
tratando de robar. Toda una jauría.
Lo bueno es que no pasan camiones ni autos al por mayor. Pasan, no se como, pero pasan al
menos unos 20 vehículos durante toda la noche, y eso ya es un alivio. Comparando con los más
de 300 que pasaban antes, metiendo bulla algunos con escapes ya en calidad de chatarra.
Página 4
Sin título Página normal
Certainly there is no objective measure by which we can say that the sf of any one period was
notably superior to that of any other. Nonetheless, in conventional usage (at least
within Fandom) older readers regularly refer quite precisely to the years 1938-1946 as SF’s
Golden Age, and younger readers, though not necessarily convinced, had not yet jettisoned the
term when the first edition of this encyclopedia was published in 1979. In 1992 it is not a term
so often used, though books like The World Beyond the Hill: Science Fiction and the Quest for
Transcendence (1989) by Alexei and Cory Panshin still argue for the primacy of this period as a
peak in SF’s development.
There is little argument about when the Golden Age began. The term is nearly always used of
genre magazine SF (see Genre SF), and it is almost always seen as referring to the period
ushered in by John W Campbell Jr's assumption of the editorship of Astounding in October
1937. (By 1938 he had altered the title to Astounding Science-Fiction.) Within a few years
Campbell had managed to take over not only many of the best (and youngest) working writers
of the period, such as L Ron Hubbard, Clifford D Simak, Jack Williamson, L Sprague de Camp,
Henry Kuttner and C L Moore (the last three often in his companion magazine Unknown), but
to develop such new writers as Lester Del Rey, Eric Frank Russell (who had had a couple of
stories in Astounding before Campbell arrived), Theodore Sturgeon and especially the big three,
Página 5
Sin título Página normal
Robert A Heinlein, Isaac Asimov and A E van Vogt. These writers dominated genre SF until
their younger contemporaries Alfred Bester, James Blish, Ray Bradbury, Arthur C Clarke, C
M Kornbluth and Frederick Pohl, after sometimes protracted apprenticeships, emerged as new
forces in the late 1940s and early 1950s. But as soon as these new names are evoked, it becomes
clear that it is difficult to say in what sense the Golden Age could be said to have stopped in
1946, or anywhere in the 1940s. Certainly Campbell's Astounding was in the latter 1940s
receiving quite high-class competition from Startling Stories, and a few years later from Galaxy
Science Fiction and the Magazine of Fantasy and Science Fiction, and by the 1950s it was
coming to be seen as a force for conservatism in magazine SF rather than its spearhead. The
"end" of the Golden Age may have had more reality, then, for devotees of Astounding than for
SF readers in general.
Certainly 1938-1946 was a period of astonishing activity (among comparatively few writers),
the time when most of the themes and motifs of SF were taking their modern shape, which in
some cases proved almost definitive and in others continued to be reworked and modified, as is
the way of genres. It was also the great age of the Pulp magazines (most of which were dead or
transfigured into Digests by early in the 1950s), the period in which genre SF belonged primarily
to magazines rather than books, which gave the magazine readers something of a sense of
belonging to a kind of secret brotherhood (not a sisterhood: the Golden Age stories were by and
large written by men for young male readers.)
But, when all the caveats have been stated-including the almost undeniable counterclaim that
SF now is by and large better written than it was then – there is a residue of truth in the Golden
Age myth. For older readers, certainly, there has been nothing since then to give quite the same
adrenaline charge (not too far removed from the Sense of Wonder). It may be a matter of
context. Today we expect SF to present us with amazing concepts (as it still, sometimes, does),
but in the 1940s this stuff seemed (except for unusually sophisticated readers, which the pulps
were not aimed at anyway) to spring miraculously from nowhere at all. In the years 1938-1946
the wild and yearning imaginations of a handful of genre writers – who were mostly very young,
and conceptually very energetic indeed – laid down entire strata of SF motifs which enriched the
Página 6
Sin título Página normal
field greatly. In those years the science component of SF became spectacularly more scientific
and the fiction component more assured. It was a quantum jump in quality, perhaps the greatest
in the history of the genre, and, in gratitude to that, perhaps the term Golden Age should be
enshrined. As, indeed, it has been by the authors of many histories and commentaries on the
genre, from James E Gunn to Donald A Wollheim: the Golden Age does not lack defenders.
Mike Ashley has strongly argued in his Transformations: The Story of the Science Fiction
Magazines 1950-1970 (2005) that the true Golden Age – the one which really sparkled with a
huge diversity of talent – was 1950-1954 with its flood of new and re-emerging writers (Philip
K Dick, Philip José Farmer, Damon Knight, Frederick Pohl and C M Kornbluth,
Robert Sheckley) and a strengthening and recognition of SF as a genre. A healthy market for SF
is also a factor. Elsewhere, an editorial in the Australian magazine Aurealis opined that
Australia's Golden Age had proved to be the 1990s, chiefly because of the healthy magazine
rivalry between Aurealis and Eidolon.
Hay pocos argumentos sobre cuándo comenzó la Edad de Oro. El término se usa casi siempre
en la revista de género S.f. (ver el género SF), y casi siempre se lo refiere al período en el que
John W Campbell jr. asumió la dirección editorial de Astounding en octubre de 1937. (En 1938
Página 7
Sin título Página normal
había cambiado). el título de Astounding Science-Fiction.) En unos pocos años Campbell había
logrado hacerse cargo no solo de muchos de los mejores (y más jóvenes) escritores que
trabajaban en el período, como L Ron Hubbard, Clifford D Simak, Jack Williamson, L Sprague
de Camp, Henry Kuttner y CL Moore (los últimos tres a menudo en su revista compañera
Desconocido), pero para desarrollar nuevos escritores como Lester del Rey, Eric Frank Russell
(que había tenido un par de historias en Astounding antes de que Campbell llegara), Theodore
Sturgeon y especialmente los tres grandes, Robert A Heinlein, Isaac Asimov y AE van Vogt.
Estos escritores dominaron el género hasta que sus contemporáneos más jóvenes Alfred Bester,
James Blish, Ray Bradbury, Arthur C Clarke, C M Kornbluth y Frederik Pohl, después de largos
períodos de aprendizaje, surgieron como nuevas fuerzas a fines de la década de 1940 y principios
de la de 1950. Pero tan pronto como estos nuevos nombres son evocados, queda claro que es
difícil decir en qué sentido podría decirse que la Edad de Oro se detuvo en 1946, o en cualquier
lugar en la década de 1940. Ciertamente, Astounding de Campbell fue en los últimos años de la
década de 1940 cuando recibió la competencia de primera clase de Startling Stories, y unos años
más tarde de Galaxy Science Fiction y la Revista de Fantasía y Ciencia Ficción, y en la década
de 1950 se convirtió en una fuerza para conservadurismo en la revista S.f. en lugar de su punta
de lanza. El "final" de la Edad de Oro puede haber tenido más realidad, entonces, para los
devotos de Astounding que para los lectores de S.f. en general.
Segunda Guerra Mundial marcó un punto alto en el SF que nunca se volvió a alcanzar. De
hecho, en la década de 1980, los "clásicos" de la era de oro de SF, que hasta entonces habían
sido reimpresos constantemente, comenzaron a desviarse silenciosamente del mercado, ya que
resultaron cada vez menos accesibles para las generaciones futuras de lectores.
Es interesante recurrir a una de las antologías del período de la Edad de Oro, quizás
Adventures in Time and Space (anth 1946) editada por Raymond J Healy y Francis McComas, o
las secciones relevantes de The Astounding-Analog Reader (anth 1973 2vols) editado por Harry
Harrison y Brian W Aldiss, o The Science Fiction Hall of Fame (anth 1970) editado por Robert
Silverberg, y vea cuán banal es la escritura y retrospectivamente chirriante de los argumentos de
la trama, incluso de los supuestos clásicos a menudo parecen. "Nightfall" de Isaac Asimov
(Astounding de septiembre de 1941) retiene la potencia de su idea original, pero el ejercicio es
difícil; "Helen O'Loy" de Lester del Rey (Astounding de diciembre de 1938) es sentimental y
condescendientemente sexista. Las ideas vertiginosas de Golden Age sf estaban demasiado a
Página 8
Sin título Página normal
nador de un mercado masivo. No estaría de más recordar, también, que la Edad de Oro fue un
fenómeno casi puramente estadounidense, restringido al poco lector de un puñado de revistas
efímeras.
Otros lectores, otros países, otras veces pueden identificar diferentes edades de oro. Incluso
en la esfera del sf anglófono, Mike Ashley ha argumentado enérgicamente en sus
Transformations: The Story ofthe Science Fiction Magazines 1950-1970 (2005) que la verdadera
Edad de Oro -la que realmente brilló con una gran diversidad de talentos- fue 1950 -1954 con su
flujo de escritores nuevos y reemergentes (Philip K Dick, Philip José Farmer, Damon Knight,
Frederik Pohl y CM Kornbluth, Robert Sheckley) y un fortalecimiento y reconocimiento de sf
como género. Un mercado saludable para sf también es un factor.
Alfredo Francisco
Página 9
Sin título Página normal
Página 10