1.

LA VIDA PRIMERA
Mostrar a Francisco como un renovador de la Iglesia.
Para él, Francisco, “tomado por el nuevo y especial espíritu” (6) era “el nuevo soldado de
Cristo” (9), que dirigía a los “nuevos discípulos de Cristo” (34, 38), los “primeros y mejores
frutos” de la “vida escogida”, “que la mano del Señor había plantado hacía poco en este
mundo” (74). Ese “hombre de otro mundo” (82), decía hasta el fin: “Vamos a comenzar a
servir a Dios, mis hermanos, porque hasta ahora hicimos poco o nada” (103). Celano está
siempre recordando la novedad de Francisco.
b) Circunstancias
Celano fue encargado de escribir la “Leyenda” para que se conociese al nuevo santo. Al año
siguiente de la muerte de Francisco (1226), su amigo Hugolino fue electo Papa (Gregorio IX)
quien lo canonizó el día 16 de julio de 1228, en Asís.
Posiblemente en esos mismos días Gregorio IX le encomendó esta tarea. La obra fue
autorizada para su publicación por el mismo papa el 25 de febrero del año siguiente.
El autor trabajó con recuerdos personales y con testimonios de personas que juzgaba dignas
de fe.
2. LEYENDA PARA USO EN EL CORO
Se trata de un resumen de 1C hecho para que los frailes leyeran en sus celebraciones. No
da ninguna información nueva.
3. LA VIDA SEGUNDA DE CELANO
En el Capítulo general de Génova, en octubre de 1244, fue decidido que se pidiese la
colaboración de todos los frailes para complementar la biografía de san Francisco.
Presentó una obra en dos “libros”, o dos partes, distintas.
La primera, más corta (1-25) es obra personal de Celano, sigue un orden cronológico y
rehace algunos puntos de 1C.
La segunda (26-224), con la ayuda de colaboradores, pues el autor demuestra haber
mantenido contacto con los informantes, presenta una colección bastante variada de
episodios inéditos que van presentando las virtudes, las voluntades, los dichos y los hechos
del santo, proponiendo cómo los frailes debían vivir.
a) La situación de la Orden
Hay frailes que visten de paños finos y pieles (69, 130) e incluso envidian a los que tienen
cosas mejores (84). Algunos son imprudentes con las mujeres (112) al igual que con las
religiosas (207). Hay hermanos que buscan los elogios de las personas (139) y, entre ellos,
hay celos, ambiciones, disputas y odio (149), críticas (182) y muchas habladurías (162).
Hay pereza en el trabajo, en el apostolado y en la contemplación (162) y abusos hasta en
los eremitorios (179). Los superiores son muy tolerantes (162), no corrigen a los que yerran
y sólo quieren mandar (173), dejando de ayudar a los caídos y heridos (177). Hay frailes que
se olvidan de la humildad (194) en busca de la ciencia, mirando al propio provecho (195).
b) El primer libro de la Vida Segunda
Se olvida de su juventud disipada, mostrándolo como el más santo de los fundadores.
c) El segundo libro de la Vida Segunda
En la segunda parte, en 199 parágrafos, 2C deja de seguir el orden cronológico y recuerda,
con episodios inéditos, la acción del santo, con la intención evidente de componer una obra
acorde con la ética franciscana.
4. EL TRATADO DE LOS MILAGROS
Los frailes y sus superiores gustaban de conocer los hechos maravillosos realizados en la
vida de San Francisco. Es un libro importante para mostrar como el culto de Francisco estaba
extendido por toda Europa pocos años después de su muerte.

Datos de san Francisco

Fecha de nacimiento
Hablando del tiempo de la conversión de Francisco, Tomás de Celano dice en 1C 2:
“continuó perdiendo y consumiendo miserablemente su vida hasta casi los veinticinco
años de edad”. Más adelante en el n. 88 dice que Francisco murió en el año 1226,
cumplidos los veinte años de su total adhesión a Cristo. Si a 1226 le restamos 20 y luego
25, llegamos a la fecha de 1181 ó 1182 como fecha probable del nacimiento de Francisco.
El carácter de Francisco basado en las fuentes
Los defectos concretos que 1C señala son los siguientes: buscaba la vanagloria, los juegos,
las palabras jocosas y vanas, amante de vestidos suaves y cómodos, era en extremo
quisquilloso.
De las biografías del Celanense y de la Leyenda de los Tres Compañeros podemos obtener
la siguiente descripción:
Era extremadamente popular, tenía buen sentido del humor y liderazgo, gustaba de vestir
bien, dado a la vanidad, extravagante, le gustaba cantar, poseía el ideal de la caballería, no
respondía con palabras vulgares o injuriosas (por su ideal caballeresco), era despilfarrador,
de fácil trato, afable, buen negociante, quisquilloso, delicado, de carácter fino, consentido
por sus padres.
Debemos de recordar que su desprecio por los leprosos era más de lo normal (cfr. 1C 17;
TC 11), lo cual habla de una persona egoísta, incapaz de ver en los que sufren a un hermano
y con una fuerte tendencia a huir de lo que pueda causarle incomodidad o dolor. Al
respecto son muy iluminadoras las palabras del mismo Francisco en su Testamento:
“Cuando estaba en pecado me era muy amargo ver leprosos”.