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NUESTRO ENOTORNO ES NARANJA

Valledupar: ciudad región y territorio naranja

En Valledupar se viene trabajando con un equipo de desarrollo económico y una agencia de


desarrollo, ProValledupar, que cual debe avanzar en más alianzas estratégicas para
impulsar que la capital del Cesar sea el primer distrito naranja del país.
la reflexión es que debe haber un punto de encuentro entre las iniciativas de los
investigadores, grupos de la sociedad civil, empresarios y Gobierno, porque solo el trabajo
en equipo permitirá avanzas significativos en el objetivo común de impulsar la economía
creativa que involucra la creación de ideas y conocimiento.
Valledupar es la capital del Departamento del Cesar, cuenta con 204 barrios, 15
asentamientos, 25 corregimientos y 102 veredas, con una extensión de 4.192KM2 (el 18%
de la extensión del departamento) de los cuales el 40% corresponden a área de protección
forestal según la Ley 2ª de 1959. El perímetro urbano abarca 50.5KM2 y está divido en seis
comunas. Además de limitar al norte con el departamento de La Guajira, Valledupar es la
capital del Área Metropolitana del Valle del Cacique Upar, conocida actualmente como
MetropoliUpar, que agrupa en un mismo proyecto de desarrollo a los municipios de
Valledupar, La Paz (Los Robles), Manaure Balcón del Cesar, San Diego y Agustín
Codazzi. Fundada por los conquistadores españoles el 6 de enero de 1550 y dominada por
los pueblos indígenas de Aruhacos, Kogüi, Kankuamos, Wiwa y Yukpa, Valledupar cuenta
con todos los pisos térmicos, desde los picos nevados de la Sierra Nevada de Santa Marta y
las alturas de la Serranía del Perijá hasta el fértil Valle bañado principalmente por los ríos
Guatapurí, Badillo y Cesar.
Nuestra ciudad cuenta con acceso vía terrestre hacia Santa Marta y Barranquilla a través de
Bosconia, también hacia el centro y sur del departamento por el corredor minero y hacía el
norte con los municipios del sur de La Guajira con los que comparte estrechos lazos
económicos, étnicos, gastronómicos y culturales. Poseemos un terminal aéreo conocido
como aeropuerto Alfonso López, y un Terminal de Transportes terrestre que presentan alto
tráfico durante la celebración del Festival de la Leyenda Vallenata. En el 2014 se
transportaron por nuestro aeropuerto un total de 354 mil pasajeros (11 mil durante el
Festival) y un movimiento de carga equivalente a 50 toneladas. Según la Dirección de
Tránsito y Transporte de la Policía Nacional en un reporte de la CCV, 26.250 vehículos
entraron a nuestra ciudad durante el Festival en 2015. El Terminal de Transportes es de
carácter público con autonomía administrativa y transporta casi 2.4 millones de pasajeros al
año. Estos rasgos económicos de Valledupar indican que nuestra ciudad produce el 25% del
PIB del departamento del Cesar según lo señala el DANE, con un entorno regional
dominado por la explotación minera. Nuestras cuentas nacionales indican que hemos
cambiado la agricultura por la minería, al notar que el 42.7% de la producción del Cesar la
concentra la explotación de minas y canteras (esta cifra era del 35.9% hace 10 años)
mientras que la agricultura y ganadería han perdido relevancia con una participación en la
producción regional que pasó de 15% a 9.9%. Las actividades de servicios sociales que
concentra la administración pública, personal docente y de hospitales posee el segundo
renglón de producción regional, con una participación que ha permanecido relativamente
constante en la última década. Igualmente, el DANE calcula que nuestra producción por
habitante (PIB per cápita) equivale a 13 millones 600 mil pesos, lo que constituye la mitad
de lo que produce Bogotá, ocupando el puesto 12 a nivel nacional.
Actualmente la ciudad de Valledupar empieza a diversificar su economía abriendo nuevas
perspectivas distintas a la tradicional vocación agropecuaria de gran validez histórica.
Desde la creación del departamento del Cesar y la designación de la ciudad como su
capital, el desarrollo económico de la nueva ciudad creció hasta alcanzar niveles nunca más
alcanzados, que en materia agropecuaria logró consolidarse como el primer productor
nacional de algodón y la segunda cabaña bovina más grande del país después de Córdoba;
trayendo consigo nuevas inversiones y un bienestar realmente palpable. Hacia mediados de
los años 90, la ciudad al igual que el resto del país se sume en una profunda crisis
económica que a pesar de grandes dificultades y falencias administrativas se logra superar
sino completamente en gran parte. La caída del negocio del algodón, la violencia
generalizada y el arribo a la ciudad de un gran número de desplazados forzaron que la
ciudad empezara a abrir nuevos horizontes en materia de sustento no sin gran dificultad.
En cuanto al desarrollo económico. • Las necesidades determinadas por la reproducción de
la fuerza de trabajo son mayores cada día, lo mismo que las necesidades determinadas por
la utilización del territorio, por parte del capital en aras de asegurar altas tasas de
acumulación. Es decir, que existe un superávit de fuerza de trabajo (desempleo, con una
gran demanda de empleo, en su mayoría no calificado) y una utilización menor de espacios
productores (están acumulados en territorio y funciones para mayor la sostenibilidad del
desarrollo humano
. Este enfoque dentro del concepto del ordenamiento del territorio tiene como eje principal
el hábitat, es decir, la nueva educación, soportada por los servicios de salud preventiva y la
vivienda. Tipo de infraestructura sobre la cual debe reposar sin lugar a duda el desarrollo
socioeconómico del municipio y sobre la construcción del nuevo ser valduparense. Esta
línea de acción contiene singulares efectos en la Estructura Territorial, entre ellos se
enuncian:
• Nueva estructura urbana y nuevo hábitat.
• Ampliación y redistribución del área de infraestructura educativa, de vivienda y de salud.
• Normalización de áreas de protección y de recreación.
En Valledupar hay logros interesantes en educación primaria, aunque con altibajos en el
mejoramiento del ISCE municipal. Lo importante es que durante los tres años de su
medición se ha superado la meta que le ha impuesto el Ministerio al municipio, y siempre
ha estado por encima de la meta país. Valledupar en 2016 superó el promedio nacional y en
2017 estuvo muy cerca del mismo. Parte del éxito se atribuye por algunos educadores al
acompañamiento que realizó el programa Todos a Aprender a los colegios del municipio.
En resumen, tenemos buenos estudiantes de primaria en el comparativo nacional.
En educación media la situación es diferente en términos de calidad. Si bien hemos
mejorado, sólo en uno de los tres años logró el Municipio superar la meta que le impuso el
Ministerio y en ninguno de los tres años, superó la meta nacional, ni se acercó al promedio
de los colegios nacionales. Nuestra educación media, en particular en los colegios públicos
cómo veremos más adelante necesita mucho refuerzo.
La educación superior es un pilar en la generación de fuerza laboral calificada de la cual
dependen gran parte de los sectores que generan valor agregado. Valledupar vive un
momento esencial en su historia en tanto existe un renacer cultural y educativo desde
diferentes actores de la sociedad civil, que, para aprovecharlo debe ser respaldado por un
conjunto de políticas públicas y de apoyo local. En esta dirección, la oferta de educación
superior debe estar a la altura. Sin embargo, según el Consejo Nacional de Acreditación, no
existe Institución de Educación Superior (IES) en Valledupar, que cumpla con los
requisitos para estar acreditada.
En cuanto a las pruebas Saber Pro que miden la calidad de los egresados universitarios, las
IES presentan rezagos respecto de las demás IES del país. Llama la atención que la
diferencia entre hombres y mujeres es muy elevada, en particular, en razonamiento
cuantitativo. Por el lado de la relación entre IES públicas y privadas, se encuentra más bien
un equilibrio entre los dos tipos de instituciones, ambas mal clasificadas a nivel nacional.

En cuanto a lo ambiental, Ya se ha inaugurado en Valledupar el primer ‘muro vivo’ de la


ciudad, que, junto a otros dos proyectos pintados en las ciudades de Cúcuta y Pasto,
constituyen los primeros 630m2 de muros purificadores de aire que tiene Colombia.
Se trata de un proyecto englobado por el Plan Fronteras para la Prosperidad de la
Cancillería que tiene como objetivo impulsar el desarrollo social de las poblaciones en las
fronteras mediante la generación de oportunidades económicas y de inclusión social.
‘Muros vivos’ es un concepto que une la cultura, el arte y el medioambiente a través de
murales intervenidos con pinturas foto catalíticas, que tienen la capacidad de descontaminar
el aire de la misma manera que lo hace un árbol adulto.
El mural de Valledupar fue intervenido por artistas locales que trabajaron en el concepto
artístico del proyecto inspirándose en temáticas relacionadas con su región. Además, contó
con la participación de vecinos de la zona, que plasmaron en el muro testimonios propios
con mensajes que promueven el cuidado del medioambiente y del entorno.

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