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Las Virtudes Humanas

Segunda Parte: Ética y Moral. Lo Deóntico. El Hábito.

En el Bautismo se nos comunica una nueva vida: el cristiano "participa de la vida divina"
(2 P 1,4) Y es entonces como puede decir: "Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en
mi" (Ga12, 20). Para identificarse con Cristo se necesita la acción del Espíritu Santo. Esta
identificación abarca todo el ser espiritual: razón, voluntad, vida afectiva. A la acción del
Espíritu Santo el cristiano debe responder con una lucha virtuosa, ascética, continuada: esta
cooperación del hombre con el Espíritu Santo ha de ser habitual: crear hábitos en el sujeto,
que se llaman virtudes: la virtud es un hábito que facilita al hombre el buen obrar.

¿Qué es la Ética?
Se deriva de la voz griega ethos, que significa "modo acostumbrado de obrar". Actuar bien
hace florecer las cualidades propias del ser humano, o sea, "ser mejor persona". Es la
ciencia que estudia el comportamiento práctico del hombre, frente a los conceptos del bien
y del mal. Dentro de su estudio podemos saber que es el bien y el mal, sobre la virtud y el
vicio. La estructura de la acción ética, la felicidad, que es el deber (deontología), que es el
valor (axiología), etc.

¿Qué es la Moral?
Del latín moralis, derivado de mos, que significa "costumbre". Estudia el obrar del hombre
en la perspectiva de su fin último: Dios, como vocación a la santidad en el amor, y por
consiguiente las obligaciones que de ella se derivan.

Muchos autores confunden estos conceptos al darle el mismo empleo para ambos,
cuando en realidad son distintos. La distinción de su significado lo podemos percibir desde
3 puntos de vista:

1°_ Etimología: la ética es un término que proviene del griego “ethos” que en un primer
momento significo “lugar donde viven los animales”, después “lugar donde viven los
hombres” y finalmente como “costumbre arraigada”. Así por ejemplo Aristóteles señala en
su obra llamada “Poética” que es importante descubrir correctamente las obras dramáticas
del ethos (es decir el carácter de los personajes). En cambio el término Moral proviene del
latin “Mos, moris” que significa costumbre superficial.

2°_ Histórica: la ética como disciplina filosófica o racional surge en el s. IV a.C. cuando
Aristóteles escribe “Ética a Nicomaco”. En cambio la Moral surge después del s. I d.C. en
Roma cuando los cristianos se dan cuenta que el obrar de ellos no era igual al de los
paganos; esto condujo a buscar un término que distinguiera a la acción cristiana que era
realizada desde un plano desde la fe. Por ello se apropian del término Moral y le dan un
nuevo significado: “tabla de valor de orden religioso ó de fe que mide lo que es bueno y lo
que es malo, según lo que establece Dios”.

3°_Semantica: (significado real). La ética se define de 2 modos:


a) la ética es una disciplina filosófica que estudia todo lo concerniente a la acción que
califica al sujeto de bueno o malo. b) es una tabla de valor de orden racional que
mide lo que es bueno y lo que es malo.
b) La Moral: a) es una disciplina teológica que estudia la acción que califica al sujeto
de bueno o malo. b) Tabla de valor de orden de fe que mide lo que bueno y malo.

El Nivel Deóntico

El hombre, dentro de las acciones o conductas humanas, no solo puede relatar y describir lo
que ocurre en las mismas, sino que también puede valorar lo que sucede en tales conductas,
es decir, hacer un juicio de valor.
Cuando uno puede hacer algo, porque tiene en sí la posibilidad de hacerlo, se dice que el
hombre goza de un poder fáctico. En cambio, cuando sobre esto que el hombre puede
hacer, el mismo se da cuenta que no solo puede hacerlo, sino que debe de hacerlo, que
corresponda que lo haga, entonces se dice que el hombre goza de una poder que se llama
deóntico. Está palabra viene de = dei: es necesario que. Y ontos: que sea.
Por lo tanto, el ser humano:

Puede realizar algo, porque tiene la capacidad de hacerlo (factico)


Pude realizar algo, porque sabe que corresponda que lo haga (deóntico)

Ahora, el hombre que viene de Dios, tiene un camino a seguir para retornar a su Creador.
Tal camino se lo pone Dios para que regrese de una manera feliz, correctamente, haciendo
e bien. Ahora, el hombre puede seguir su camino (factico), pero debe de seguir el camino
de Dios (deóntico). Pongamos unos ejemplos para explicar estos dos poderes:

Un santiagueño había ido a Tucumán a hacer un trámite y cruzando la Plaza San Martin en
forma diagonal se encuentra con un amigo tucumano, a quien hacia añares que no veía. Se
encuentran se reconocen, y en la alegría del encuentro se abrazan. En eso el santiagueño
siente que su billetera, que estaba en el bolsillo posterior de su pantalón, se empieza a
levantar. EL santiagueño sabía que existe la ley de la gravedad y que, por la ley de la
misma, la billetera como cualquier otra cosa tiende hacia el centro de la tierra. Sin embargo
no se cae porque está sostenida por el bolsillo. Ahora, que la billetera se levante, salga para
arriba y se empiece a ir, eso es porque hay alguna fuerza que la está levantando, la fuerza
de una mano traviesa que aprovechando el abrazo hace deslizar la billetera en contra de la
ley de gravedad. En una situación tan terrible el santiagueño le dice a su amigo tucumano:
“no me puedes hacer esto”, y el tucumano le responde: ¿y como estoy pudiendo?

La maestra entra en el aula y encuentra un bullicio que no logra dominar. Por más que
ordena silencio y que cada alumno regrese a su banco, nadie le obedece. Entonces exclama
indignada: “¡esto no me puede ocurrir! Y un alumno pícaro se acerca y le dice: “Pero
señorita, ¿Qué no ve que le está ocurriendo?

En el caso de la maestra, los alumnos están pudiendo hacer lo que se le da la gana, y por
ello hacen bullicio. Tienen el poder fáctico para hacerlo. Ahora, ¿corresponde que hagan
ruido dentro del aula cuando la maestra se los pide? Claro que no. La maestra no está
haciendo uso de su poder deóntico, es decir que los alumnos deban guardar silencio, y
mucho menos lo están realizando los alumnos.
En el caso del tucumano, éste tiene la capacidad de hacer algo, de sacarle la billetera a su
amigo, y lo hace porque puede hacerlo (poder factico). Ahora, fácticamente puede el
tucumano sacarle la billetera a su amigo, pero no corresponde que lo haga (poder deóntico).
Es decir no está bien que lo haga. A veces el hombre hace lo que debe y a veces hace lo que
no debe.

Pongamos otro ejemplo: Unas personas que vivían a una cuadra de un banco, decidieron
cavar un túnel y llegar así a la bóveda del banco. Aprovecharon el fin de semana y se
robaron todo lo que había. En este caso, las personas sabían cómo hacerlo y lo hicieron,
podían robar la plata del banco. Ahora, poder se puede (porque lo robaron), pero, ¿se debe?

Los valores se encuentran en el nivel deóntico del obrar humano, de lo que se “debe de
hacer”, según este bien o mal, se corresponda o no hacer tal cosa, según lo establecido por
Dios. En cambio las virtudes, se encuentran en el plano del “hacer”, del “querer hacer”.
Ejemplo, un hombre que acepta el valor de la generosidad, es indispensable para el buen
funcionamiento de un grupo apostólico de la parroquia, pero solo cuando podemos observar
conductas como: el compartir con los demás, o desprenderse de sus objetos cuando alguien
se los pide (guitarra), o compartir sus conocimientos, entonces se puede decir que es una
persona generosa.

Hábito

La etimología de la palabra hábito procede del término latino habeo, tener. Sólo puede
tener hábitos quien se tiene a sí mismo, pues el hábito es una intensificación de esta
autoposesión. Dice St. Tomás de Aquino que el hábito es una cualidad. A esto podemos
añadir lo que dice Aristóteles el cual señala que el hábito es una cualidad difícilmente
movible.
Cuando una persona se dirige a un objeto, ésta se relaciona con el mismo, ya sea
intelectualmente o sensiblemente. Por ejemplo, una persona que estudia Teología, cuyo
objeto de estudio es Dios, se irá relacionando cada vez más, mientras todos los días lea
respecto a Dios, ya sea con respecto a la Santísima Trinidad, o Dios Creador, o a Dios
como Padre, etc. Sucede también lo mismo a nivel sensible o afectivo; por ejemplo cuando
un hijo ayuda a su mama, y luego sale a la calle y ayuda a los demás, sea en la iglesia
sirviendo como acólito, o sirviendo gratuitamente como bombero, etc. Esta persona se va
relacionando con su objeto al cual se dirige. Ahora, cuando esta relación se torna estable,
permanente, es como esa acción de la persona pasa a llamarse: hábito.
Aristóteles, en el libro V Metafísica, que el hábito es una disposición por la cual el
sujeto está bien o mal dispuesto en sí mismo, o en relación con otra cosa, al modo como es
un cierto hábito la salud.

“Los hábitos son actos repetidos que realiza el hombre, y que casi de manera
inconsciente determinan el actuar de una persona” (Pieper). Por ejemplo, cuando una
persona prepara la mesa para el almuerzo, y así lo hace todos los días, este acto repetitivo
que realiza la misma, se convierte en un hábito en la persona.
Estos actos son acciones constantes, que se repiten y a la vez pueden aumentar (poner la
mesa no solo en mi casa, sino en el restauran donde trabajo como mozo), disminuir (poner
la mesa para cinco familiares, y luego cuando tres se van de vacaciones poner solo para
dos), nacer (cuando desde chico me enseñan a poner la mesa para ayudar en las tareas de la
casa) y desaparecer (por comenzar a trabajar y llegar a las hs. 14:00 a mi casa, entonces ya
no podré poner la mesa como cuando lo hacía cuando no trabajaba. Entonces comienza a
desaparecer ese hábito).

Ahora, dentro de los hábitos, (suponiendo la distinción que se hace entre hábitos
operativos y entitativos), los hay en 3 tipos:
1_ La rutina: es un hábito monótono en la vida del hombre que se mantiene por lo general
invariable, por ejemplo el horario de almuerzo, el afeitarse todos los días, el colocarse los
zapatos al despertarse, etc.
2_ La virtud: el termino proviene del latín "vis, vir = fuerza" que significa al habito que
inclina a la persona a obrar más fácilmente hacia el bien. Por ejemplo, un hijo que se le
enseña a colocar las cosas en su lugar desde pequeño, irá haciendo el habito mientras repita
todos los días tal acción. Luego, esa repetición del acto, porque es algo bueno para la
persona, se convertirá en una virtud, y así el hijo será un virtuoso en el orden.
3 _ El vicio: hábito que inclina a la persona a obrar más fácilmente hacia el mal.

Se entiende entonces como los hábitos, es decir, esa tendencia que tiene uno a repetir una
acción, pueden convertirse en virtudes o en vicios.
También hay que remarcar que el hábito no se adquiere de hoy para mañana. Requiere la
repetición, la constancia, la permanencia de la acción. Ahora, cuando uno ha adquirido un
hábito puede empezar con otro. Por ejemplo, el que ya es ordenado, puede intentar ser más
diligente o más simpático o más audaz, o generoso, o laborioso, etc. Como señala
Fernández Aguado, «Proponer valores es bueno, asumir hábitos es más exigente y eficaz».

Diferencias entre habilidad, valor y virtud

Las Habilidades.
Hoy en día se admira a las personas que ganan mucho dinero, a las grandes estrellas de la
televisión o de la música, a los grandes deportistas. Todas estas personas realizan actos
buenos. Pero esos actos buenos que hace tal deportista, porque tiene la habilidad desde su
nacimiento para hacerlo, no hacen crecer a tal deportista como persona; no la hace ser
madura, o íntegra, sino que la hace ser mejor deportista. No podemos asegurar que un
jugador de futbol de fama mundial sea mejor persona que nosotros, únicamente porque él
sabe hacer goles en los partidos y nosotros no. Piénsese en los numeroso caso de deportistas
que brillaron por su fama (que la obtenían por la habilidad que tenían) pero que en su vida
personal y diaria se encontraban llenos de problemas, ya sea con la droga, con el alcohol, el
dinero, etc. Lo que se trata de decir es que las habilidades físicas, deportivas o intelectuales,
ciertamente son dones (dado por Dios) que hay que desarrollar con esfuerzo (y para el
crecimiento de la persona, y su futuro servicio a los demás), pero que por sí mismas, no nos
convierten en personas mejores, sino únicamente en mejores pianistas, deportistas o
matemáticos. Las habilidades están orientadas a "hacer bien" algo específico. Nos hacen ser
mejores en algo, pero no mejores como personas.

Los valores humanos.


La palabra valor viene del latín valere = ser fuerte. Un valor es un bien que una persona
(con su inteligencia) puede apreciar, estimar. Por ejemplo, la persona descubre con su
inteligencia el valor de la belleza, de la verdad, de la justicia, de la familia, de la vida, etc.,
siendo este último el valor supremo. En el valor de la familia, el mismo hijo ya puede ir
descubriendo el valor de la misma porque sabe que es un bien para él, y por ello lo aprecia,
lo cuida, porque sabe que en la familia se siente seguro, querido, escuchado.
Ahora, estos valores en sí mismos son neutros, es decir son buenos, pero no nos hacen
buenos con el solo hecho de contemplarlos. Únicamente nos harán buenos cuando los
pongamos en práctica. Recién ahí, los valores nos harán crecer como personas. Por
ejemplo, su una persona descubre el valor de la verdad, se dará cuenta que es un bien para
ella. Ahora, cuando empiece a poner en práctica tal valor, es decir en cuanto comience a
decir siempre la verdad, es entonces cuando comenzará a crecer como una persona veraz, es
decir en la virtud de la veracidad. Y cuando descubra a Jesucristo, quien es la Verdad (con
mayúscula) entonces crecerá no solo humanamente, sino también espiritualmente.
Las virtudes
Dice el Catecismo de la Iglesia Católica que "La virtud es una disposición habitual (hábito
bueno) y firme a hacer el bien. Permite a la persona no sólo realizar actos buenos, sino dar
lo mejor de sí misma. Con todas sus fuerzas sensibles y espirituales, la persona virtuosa
tiende hacia el bien, lo busca y lo elige a través de acciones concretas" (C.I.C. 1803).
Las virtudes son esas acciones que nos llevan a la perfección, a ser santos como Dios es
Santo, a estar en armonía con el plan de Dios. Las virtudes están orientadas a cumplir el
plan de Dios. Su fin es hacer siempre el bien, independientemente de las circunstancias.
Nos hacen crecer como personas, nos perfeccionan, nos santifican. Pongamos un ejemplo
para percibir la virtud del servicio, a la vez que la distinguimos del valor del servicio.

- una persona que cuida a su tía enferma porque quiere su herencia.


- una persona que cuida a su tía enferma porque ésta le cae muy bien.
- una persona que siempre está dispuesta a cuidar a cualquier enfermo, aún sin conocerlo,
por amor a Dios y a los hombres.

En estos tres casos, aunque la acción es la misma (cuidar a alguien), solamente la tercera es
una virtud, por ser una acción habitual y permanente que hace un bien. En los otros dos
casos, la persona percibe el valor del servicio, en cambio en el tercero caso, la persona
tiene la virtud del servicio.
En los dos primeros casos, la persona percibe el valor del servicio y hasta lo realiza pero
de una manera circunstancial (otra sobrina le gana la herencia y entonces dejaría de
cuidarla; o le cae bien un día y al otro día ya no). Un valor cambia de acuerdo con las
circunstancias que lo rodean.

Veamos con un último gráfico, como el valor me lleva a la virtud. Si tomamos la


escena evangélica de los Reyes Magos que fueron a adorar al niño Dios, podemos
percibir que los mismos se dirigieron y llegaron al establo (pesebre) donde se encontraba
el niño Jesús, solo porque siguieron la estrella que se les apareció y los guió a buen fin.
En este caso, la estrella representa el valor (que es un fin bueno = llegar a donde
estaba su salvación), mientras que la virtud podríamos representarla con los camellos
que son el medio para llegar al Bien (Dios hecho hombre).
En primer lugar se necesita, hemos dicho, de la inteligencia del hombre que descubre un
bien, que es el valor. Esta fue la tarea de los reyes magos. Luego, el valor (estrella) mueve y
atrae a los reyes magos. Finalmente, parta llegar al fin bueno, los reyes magos se valieron
de los camellos, que fueron los que realizaron el trabajo duro, difícil, esforzado, para
alcanzar la estrella (valor).

Valor Virtud Bien


La estrella, Camello El niño Dios
que los llevará que hará el trabajo que será la recompensa
a buen fin. por el trabajo

La Costumbre
La estabilidad extrínseca de los hábitos da lugar a lo que llamamos costumbre, mientras
que la estabilidad intrínseca es lo que caracteriza al hábito operativo más auténtico y
humano, que es la virtud. La costumbre, pues, se parece a la virtud en ser ambas
disposiciones estables que inclinan a obrar de una manera determinada. Pero mientras la
costumbre nace de las convenciones sociales y la repetición de actos, la virtud puede surgir
al margen o incluso en contra de tales convenciones, y crecer no sólo por repetición de
actos sino por otros factores (experiencias de amor o fe, o por influjo de la gracia). Por
ejemplo, es costumbre aplaudir a una persona después que termina de dar un discurso. En
cambio es virtud aplaudir al Papa que dijo una verdad (no a la guerra) ante un grupo de
terroristas, y que por ello no lo aplaudieron.
Pongamos otro ejemplo. Quien evita el comportamiento deshonesto por pura costumbre
familiar o social, es probable que cuando sobrevengan circunstancias adversas no tenga
energía para superar la adversidad. En cambio quien cultiva en serio la virtud, estará
preparado para vencer en cualquier eventualidad.

Bibliografía:

 JULIO RAÚL MENDEZ, Teología Moral Fundamental, apuntes de clase, 2008.


 DR. ELIO DAVID ALVARENGA AMADOR Ph. D., Ética, UNIVERSIDAD
CATOLICA DE HONDURAS.
 P. JUAN MARÍA GALLARDO, Extracto del Manual de Moral Fundamental, de
Jorge A. Palma.
 ARISTÓTELES, Ética a Nicomaco, México 1961.
 ARISTÓTELES, Metafísica.
 ABEL HURTADO, Introducción a la Problemática Filosófica, apuntes de clase.
2003
 ADRIÁN AGUIRRE MUÑOZ, Cultura Conservacionista, primera aproximación.
Región Noroeste de la CONANP, Marzo 2003.

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