Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Túmbame la pajita
Rodolfo Popelnik, Ph.D.
Catedrático UPR
Escuela de Comunicación
El “túmbame la pajita”, ese reto infantil que todos conocemos, parece ser el norte de un
conflicto que no termina en la UPR. Aún admitiendo excesos inaceptables de unos pocos
estudiantes, tenemos que reconocer que lo que tiene a la universidad en jaque es la
incapacidad de una mayoría de la Junta de Síndicos para cumplir con su deber
ministerial. Se habla de la Middle States. Mucho cuidado, que la licencia y acreditación
primaria la otorga el Consejo de Educación Superior. Sí, ese que se ha intentado
desmantelar por el gobierno de turno, pero que aún opera con gente muy comprometida
con lo que debe ser una institución de educación superior. Sin esa licencia, la Middle
States está incapacitada de evaluar y acreditar. Contrario a lo expresado por el
gobernador Fortuño, si la universidad se pierde, es por la formidable incompetencia de la
Junta y de gran parte del equipo gerencial que dirige la Institución.
Confrontados con su propia ineptitud, improvisan con imponer una cuota que no satisface
el requisito de la Middle States que para el 1 de marzo próximo requiere un plan de
suficiencia económica de 5 años. No hubo estudio; tampoco consulta con los peritos que
tiene el propio sistema universitario. La mal llamada cuota de estabilización fiscal no
garantiza tope o extensión de tiempo, lo que la convierte en una “píldora venenosa” que
acabaría con el proyecto universitario público. Con la cuota se promueve un modelo
educativo que hoy, en un mundo cada vez más empobrecido, eliminaría—por asfixie—el
único espacio educativo comprometido con el país, el único que es capaz de aumentar la
productividad nacional en todos los ámbitos. Noventa y ocho porciento (98%) de la
investigación en Puerto Rico sucede en la UPR. De ahí sale gran parte de nuestra clase
profesional, incluyendo los profesores que enseñan en el sistema universitario privado.
Dejemos las excusas, los epítetos y las mentiras del discurso oficial. Hay soluciones. Lo
que falta es voluntad. La educación pública es la mejor inversión que un país hace en su
futuro. Las protestas a nivel mundial, desde California a Roma, hablan por si solas.
Puerto Rico no puede ser la excepción.
Aquellos que recuerden el “túmbame la pajita” de la escuela elemental, saben que lo que
comienza como un amague, termina muy mal. La Junta de Síndicos no quiere eliminar la
cuota porque sus planes son otros. Que le hablen claro al País al que la Universidad
pertenece. Y si no quieren hablar, que hagan un referéndum. El que calla otorga.
Vayamos a un debate público la Junta de Síndicos y los académicos. Estoy seguro que si
de argumentos—y no de fuerza bruta—se trata, esa la ganamos los universitarios.