Вы находитесь на странице: 1из 5

UNIDAD III

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para


redargüir, para corregir, para instruir en justicia,
(2 Timoteo 3:16) Sesión 6
El Canon bíblico: definición y presuposiciones

En esta sesión vas aprender qué es el canon bíblico y cuáles son las
presuposiciones básicas para entender la formación del canon

9.1. Consideraciones básicas

La Biblia es la historia más antigua y más abarcante que los hombres en la


actualidad poseen. Vino directamente de la fuente de verdad eterna; y una mano
divina ha conservado su pureza a través de los siglos. Ilumina el lejano pasado,
donde en vano procura penetrar la investigación humana. Únicamente en la Palabra
de Dios contemplamos el poder que echó los fundamentos de la tierra, y extendió los
cielos. Sólo en ella hallamos un relato auténtico del origen de las naciones.
Únicamente en ella se nos da una historia de
la familia humana, no mancillada por el orgullo
o el prejuicio del hombre.
La cuestión del canon bíblico, es decir de los
libros que deben considerarse como de
autoridad divina, ha sido muy debatida en
estos últimos tiempos, donde la pregunta
¿quién decidió que libros deberían o no ser
incluidos dentro de la Biblia? ha levantado una seria de polémicas y discusiones
entre estudiosos. A la vez la aparición de algunos manuscritos antiguos, como el
caso del “evangelio de Judas”, han despertado el interés por conocer más sobre los
lineamientos y estándares empleados para seleccionar qué libros deberían o no
pertenecer al conjunto de libros inspirados, de manera que la pregunta de esta
sesión será: ¿quién decidió que libros deberían o no ser incluidos dentro de la
Biblia?

9.2. Significado de la palabra “canon”

1. Etimología. La palabra “canon” deriva del griego kanon, que significa: “una
caña” o “vara de medir”, otra acepción es: “una regla, una norma”. De aquí
que el canon de la Biblia consiste de esos libros considerados dignos de ser
incluidos en la Sagrada Escritura.

2. La historia del uso de la palabra. En la iglesia primitiva la palabra “canon” se


empleaba con referencia a los credos. Y fue desde mediados del siglo IV d.C.
cuando se la llegó a emplear en relación a la Biblia, llegando a ser: “la lista
de los libros aceptados
reconocidos como
pertenecientes a la Biblia”.
Además la canonización fue el
resultado de un desarrollo de
siglos de duración por medio del
cual los libros inspirados fueron
confirmados para jugar un papel
decisivo dentro de la vida del
lector de la Biblia. Esto quiere
decir que el canon no fue
determinado por un decreto
rabínico o por un concilio de la
iglesia. El canon es dado en mérito a la autoridad hallada dentro de cada
libro bíblico mismo. De modo que el rol jugado por la comunidad fue
solamente el reconocimiento de la autenticidad que ya el propio libro
inspirado poseía.
Para la iglesia cristiana del s. II d.C. "canon" llegó a significar la verdad
revelada, la regla de fe. Orígenes (185- 254) fue el escritor cristiano más
antiguo que aplicó el término a la colección de libros de la Biblia,
reconociéndola como regla de fe y práctica. Él dijo: "Nadie debe usar para
probar una doctrina libros no incluidos en las Escrituras canónicas". Años
más tarde, Atanasio (293?-373) confirmó a toda la colección de libros
sagrados como el "canon". De este modo, el término pasó a indicar el
catálogo o lista de libros sagrados aceptados como inspirados, normativos,
sagrados y con autoridad.

3. Aplicación. En realidad, la palabra “canon” tiene doble significación. Se


refiere a la lista de los libros inspirados por Dios, los cuales gozaban de
autoridad autenticada en sí mismos. Pero también significa que la colección
de libros canónicos constituyen la regla de nuestra vida, la Biblia.

9.3. Consideraciones en la investigación de la canonicidad


1. Auto autenticación. Es esencial recordar que la Biblia se autentica a sí
misma, puesto que sus libros fueron aspirados por Dios (2 Tim.
3:16). En otras palabras, los libros eran canónicos en el momento
que fueron escritos. No fue necesario esperar hasta que los
varios concilios pudiesen examinar los libros para determinar si
eran aceptables o no. Las personas y los concilios solamente
reconocieron y declararon lo que es verdadero por la inspiración
intrínseca de los libros tal como fueron escritos. Ningún libro de la
Biblia fue hecho canónico por la acción de algún concilio de la iglesia.
2. Las decisiones de los hombres. Sin embargo, los hombres y los concilios sí
tuvieron que confirmar cada uno de los libros que ya formaban parte del
círculo de libros inspirados por Dios. Se tuvieron que hacer algunas
decisiones y elecciones, y Dios guió a grupos de personas a hacer las
decisiones correctas (no sin algunas pautas) y a coleccionar los varios
escritos en los cánones del Antiguo y del Nuevo Testamentos.

3. Debates sobre la canonicidad. En el proceso de decidir y coleccionar, era de


esperarse que surgieran algunas disputas en cuanto a alguno de los libros.
Sin embargo, estos debates no disminuyen la autenticidad de los libros que
genuinamente canónicos, ni tampoco le conceden autoridad a aquellos que
no fueron inspirados por Dios.

4. La conclusión del canon. Desde el año 397 a. C., la iglesia ha considerado


que el canon de la Biblia está completo y, si está completo y por ende
cerrado. Por lo tanto, no podemos esperar que se descubran o se escriban
algunos otros libros que
abrirían el canon de nuevo
para sumarse a los sesenta y
seis libros. Aun si se
descubriera una carta de
Pablo, ésta no sería
canónica. Después de todo,
Pablo debió de haber escrito
muchas cartas durante su
vida además de las que se
hallan dentro del Nuevo
Testamento; aun así, la iglesia no las incluyó en el canon. No todo lo que
escribía un apóstol era inspirado, porque no era el escritor el inspirado sino
sus escritos.
Los libros más recientes que las sectas ponen a la par de la Biblia no son
inspirados ni tiene razón alguna de ser parte del canon de la Escritura. Por
cierto, las supuestas declaraciones proféticas o visiones que algunos alegan
que provienen de Dios hoy en día, no pueden ser inspiradas y consideradas
como parte de la revelación de Dios investidas de alguna autoridad como la
tienen los libros canónicos.

9.4. Presuposiciones
Hay diversas definiciones e interpretaciones
relacionadas al canon entre los teólogos y eruditos
bíblicos. La mayor de las razones para que existan
diferentes definiciones e interpretaciones son las
presuposiciones. La crucial presuposición a
considerar es, el origen de los libros de la Biblia. Para
clarificar esta discusión, consideraremos dos
principales definiciones de canonicidad que surgen
de estas posiciones.

1. El Canon comunitario. Esta definición ve al canon como “alguna literatura a


quien se le impone autoridad oficialmente”. Aquí el canon es definido como un
conjunto de escritos seleccionados por la comunidad de fe como un estándar.
Según esta definición el canon puede ser visto como una imposición sobre los
escritos, ya que algunos escritos no necesariamente ameritan canonicidad, la
autoridad recae sobre en la comunidad de fe, quien selecciona los escritos que
deben ser incluidos en el canon.

2. El canon intrínseco. Según esta definición, el canon fue determinado por Dios
y reconocido por la humanidad. Aquí los libros de la Biblia son intrínsecamente
canónicos debido a su origen divino; ésta inherente canonicidad radica en su
origen divino conferido por la autoridad divina, independientemente del
reconocimiento humano. Solo su origen divino da autoridad a los libros de la
Biblia.

Las dos definiciones tienen diferencias cruciales, ya que si alguien declara


que la comunidad de fe, es quien determina la canonicidad, entonces el foco se
ubica sobre la historia ya que podría haber la posibilidad de hacer cambios en el
canon. Pero por otro lado si creemos que Dios es quien determina el canon,
entonces surge la pregunta, ¿cómo la comunidad puede reconocer el ámbito del
canon?
El mismo texto bíblico empuja a reconocer y adoptar a la definición del
canon intrínseco y por lo tanto debemos enfocarnos sobre la correcta comprensión
de los libros que los identifica que fueron revelados divinamente.

9.5. Criterios que nos llevan al reconocimiento del canon intrínseco

1. Autorizado, comisionado divinamente. Esto significa que el autor tiene


autoridad divina para transmitir revelación como un comisionado oficial, esto
es visto en la obra de los profetas y apóstoles a través del Antiguo y Nuevo
Testamentos. Por otro lado se requiere que los libros hayan sido escritos
durante el tiempo en que vivieron los profetas y los apóstoles.

2. Consistencia con los otros libros revelados divinamente. Este segundo


criterio requiere que el contenido de los libros que forman el canon, no deben
ser contradictorios, sino que deben estar de acuerdo con toda la revelación
pasada (Dt 13:1-3; Mal 3:6; Is 8:20; Mt 5:17,18; 24:35).
3. Autentificación del propósito divino. Este criterio es el más importante, pero
también el más difícil de ser identificado objetivamente. Esto significa que el
mérito del canon verdadero está basado en la revelación, inspiración y
preservación de los libros.

Hoy reconocemos y estamos satisfechos que los 39 libros del Antiguo


Testamento y los 27 libros del Nuevo Testamento, reúnen los criterios de
canonicidad y son dignos de ser aceptados como la palabra de Dios, autoritativos en
asuntos de fe y práctica, por eso debemos reconocer a los 66 libros de la Biblia
como la revelación de Dios.
La revelación contenida tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, contiene
toda la revelación necesaria de la actividad de Dios en la historia de la salvación. El
canon fue definitivamente cerrado por los escritores del Nuevo Testamento. Los
libros canónicos tienen un propósito e información seleccionada que tiene su
cumplimiento total en la persona de Jesucristo. El Nuevo Testamento enseña que
Jesucristo es el cumplimiento completo de la revelación de Dios (Mt 5:17) y por su
parte Jesucristo prometió que el Espíritu Santo guiaría a los apóstoles dentro de
toda verdad (Jn 16:13).
El canon de las Sagradas Escrituras está compuesta por libros que fueron revelados
divinamente, designados por Dios para servir como norma autoritativa de fe y
práctica.

ACTIVIDADES_________________________________________________
______
 Si el día de mañana se encontrase una carta de Pablo, evidenciada que data del
siglo I d. C. ¿esta carta sería canónica? ¿debería ser considerada como un libro
más dentro de los 27 libros? ¿Cuál debería ser nuestra posición frente a este
hallazgo? Presenta argumentos basados en lo estudiado en clase.

Вам также может понравиться