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Arquitectura bioclimática
y urbanismo sostenible (volumen I)
José Antonio Turégano Romero,
María del Carmen Velasco Callau
y Amaya Martínez Gracia (editores)
ENERGÍAS RENOVABLES
ARQUITECTURA BIOCLIMÁTICA
Y URBANISMO SOSTENIBLE
(Volumen I)
ENERGÍAS RENOVABLES
ARQUITECTURA BIOCLIMÁTICA
Y URBANISMO SOSTENIBLE
(Volumen I)
Sergio Díaz de Garaio, María Figols González, Miguel Ángel Hernández Cruz,
Daniel Jiménez Franco, Amaya Martínez Gracia, Ángel Martínez López,
Juan Carlos Pericás Gambra, Eva Roldán Saso, Daniel Sanginés Coral,
Marga Truc Gutiérrez, José Antonio Turégano Romero, Rodrigo Vásquez Torres
y María del Carmen Velasco Callau
ARQUITECTURA bioclimática y urbanismo sostenible / José Antonio Turégano
Romero, María del Carmen Velasco Callau y Amaya Martínez Gracia (editores). —
Zaragoza : Prensas Universitarias de Zaragoza, 2009
v. <1>, 357 p. ; 23 cm. — (Textos docentes ; 159. Energías renovables)
Bibliografía: p. 353-354. — ISBN 978-84-92774-23-4
1. Arquitectura y clima. 2. Urbanismo
TURÉGANO ROMERO, José Antonio
72:551.58
711.4
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puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO
(Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento
de esta obra.
© Los autores
© De la presente edición, Prensas Universitarias de Zaragoza
1.ª edición, 2009
Colabora: CIRCE
Coordinación técnica de la serie: Amaya Martínez Gracia y Eva Llera Sastresa
Prensas Universitarias de Zaragoza. Edificio de Ciencias Geológicas, c/ Pedro Cerbuna, 12, 50009
Zaragoza, España. Tel.: 976 761 330. Fax: 976 761 063
puz@unizar.es http://puz.unizar.es
Impreso en España
Imprime: Servicio de Publicaciones. Universidad de Zaragoza
D.L.: Z-2850/2009
Presentación: Las energías renovables
y tu compromiso con el futuro
La energía solar es la madre de todas las energías renovables. Todos los ciclos
naturales se mueven con ella, y ese movimiento da origen a las diferentes energías
renovables como la energía hidráulica, la eólica, o la biomasa y otras. Aunque mul-
tiplicáramos por mil los consumos humanos actuales, la energía solar disponible
no se agotaría. Es una cuestión de tecnología, economía y voluntad política. Si la
energía solar mantiene la vida en este planeta, ¿por qué no va a poder mantener a
los seres humanos también? El problema es que el ser humano ha hecho trampas
con la naturaleza en el siglo XX y ha preferido quemar los combustibles fósiles que
son energía solar acumulada durante millones de años, en vez de desarrollar tec-
nológicamente las necesidades crecientes de energía conforme se iban necesitando.
Hemos creado un monstruo social que vive de las rentas, en vez de vivir de lo que
se produce día a día. Necesitaremos quizás todo el siglo XXI para volver al Sol. Y
será esto o no tendremos futuro como especie en la Tierra. En menos de 50 años
habremos agotado todas las reservas o estas estarán en franco declive. La demanda
de energía, agua y materiales no deja de crecer, a pesar de que hoy hemos quemado
la energía fósil que ha sido necesaria para mover todo el siglo XX y la primera dé-
cada del XXI. A pesar de la certeza de que queda menos, en vez de moderar el con-
sumo, lo estamos acelerando. Como no hay agua suficiente, planteamos desalar
consumiendo más energías fósiles, y la extracción de minerales y combustibles
fósiles necesita cada vez más energía por unidad de material extraído ya que las
mejores minas y pozos se han ido agotando. Y ello solo es una parte del problema;
la otra son los cambios climáticos a los que nos estamos viendo sometidos por
esos excesos. Solo volviendo al Sol hay esperanza. Un siglo de excesos en el des-
pilfarro y la irresponsabilidad energéticas necesitará quizás más de un siglo de re-
paraciones. Y no es seguro que las reparaciones puedan surtir efecto. Algunas
pérdidas serán irreversibles.
Necesitamos el Sol para reparar el daño, y cuanto antes mejor. Es claro que el
siglo XX nos ha permitido acelerar el desarrollo tecnológico. Muchas cosas, qui-
zás las más básicas como la electricidad o el transporte motorizado, no habrían
sido posibles sin los combustibles fósiles; por ello, un punto de vista conciliador
en la visión del hombre sobre el planeta sería que hemos tomado prestadas estas
energías para acelerar el desarrollo, porque, contrariamente a lo que se cree, las
energías renovables, y por ello tradicionales, requieren una tecnología mucho más
8 Antonio Valero
avanzada que las energías convencionales. La oferta energética del Sol es varia-
ble, con la latitud, con la estación, con el día y la noche. Lo mismo pasa con el
viento, la biomasa y todas las demás. Hay que aprender a almacenarla, ya que
nuestra demanda no coincide con la oferta que el Sol directa o indirectamente nos
provee. Tenemos que aprender a integrarlas, a hacer sistemas baratos y ubicuos.
Hay que aprender a mejorar su eficacia. Ello requiere mucha investigación, toda
aquella que en el siglo XX no se ha hecho, y una fabricación masiva que la con-
vierta en económicamente alcanzable para todo el mundo. Cuanto más tarde se
den estas condiciones, más difícil será gestionar los peligros medioambientales y
sociales a los que el mundo se enfrenta en este siglo. Las guerras por los recur-
sos escasos o las catástrofes medioambientales van a ser comunes en este siglo.
Aunque parezca poco evidente hoy, invertir masivamente en energías renovables
es la mejor manera de invertir en la paz y en un futuro sostenible de la humani-
dad en el largo plazo.
Para ello, es necesario tecnología, economía y liderazgo. Si hay alguna filoso-
fía que subyace más profundamente en el espíritu de las personas que formamos
CIRCE, es la creencia de que podemos contribuir a poner nuestro grano de arena
en crear un mundo más sostenible. Investigamos para mejorar los sistemas energé-
ticos, enseñamos para que el conocimiento se difunda y se multiplique, y contri-
buimos a crear líderes justamente aprendiendo a liderar proyectos, empresas e
iniciativas sociales.
Así que esta colección de libros que tú, lector, tienes en tus manos es producto
de una idea, y es que queremos que seas una pieza clave para cambiar la sociedad
que te ha tocado vivir. Te necesitamos como líder social, como empresario y como
creador. Y estos libros te pasan el testigo.
Antonio VALERO
Director de CIRCE
Prólogo
Pocos dudan en 2009 que la lucha contra el cambio climático y sus consecuen-
cias es el reto más serio al que se enfrenta la humanidad desde las últimas glacia-
ciones. Y aunque solo las mentes más condicionadas por otros intereses mantienen
reticencias y niegan la situación con ceguera similar a la que afecta a los creacio-
nistas, la situación dista mucho de ser positiva ni siquiera controlable en sus efectos.
La razón es que estamos muy cerca del punto de no retorno en esa línea cre-
ciente de modificaciones irreversibles. Pero nadie puede asegurar realmente dónde
estamos, esto paraliza a nuestros políticos a la hora de tomar decisiones drásticas,
puesto que se traducirían en pérdida de respaldo por parte de la población.
Paradójicamente, el mayor frenazo ha sido consecuencia de otra catástrofe glo-
bal, mucho menos grave y circunstancial que la que pueda producir el cambio cli-
mático. Me refiero, como es fácil deducir, a la crisis económica de esta década,
también la mayor crisis que haya vivido la humanidad y que ha supuesto una re-
ducción brutal en el consumo de bienes y una nueva evidencia de que las crisis del
sistema las producen unos y las pagan otros.
Pero esta crisis, que no es causa sino consecuencia, tiene una cara positiva ya
que implica un paso significativo en cuanto a reducción del consumo de energía y la
consiguiente emisión de gases invernadero. Lamentablemente, este efecto no es el
resultado de una acción consciente de cambio de modelo de sociedad que es lo que
realmente se necesita para eliminar o paliar las consecuencias del cambio climático.
Y es que, mientras se mantenga la filosofía del consumo innecesario como signo de
bienestar, será imposible anular los efectos del consumo energético con solo la efi-
ciencia y el aporte de renovables, máxime si en torno al 30% de la población mundial
(China e India) consigue romper la barrera de las sociedades con notables limita-
ciones y lo mismo acaba sucediendo con el resto de países en vías de desarrollo.
Se necesita un cambio de modelo de sociedad que abandone la línea de con-
sumo per se y que incorpore una mejor organización de la economía, un mejor re-
parto del trabajo y de los beneficios. Solo de este modo, me temo, será posible
conseguir cumplir el objetivo de que el necesario descenso en el crecimiento del PIB
como vía inevitable para combatir el cambio climático no suponga una catástrofe
social por la destrucción de empleo.
Para ello necesitamos no solo la audacia de los políticos sino la colaboración
de toda la sociedad.
En este contexto, los contenidos de Arquitectura Bioclimática y Urbanismo Sos-
tenible se proponen aportar no solo conocimientos teóricos sino enfoques prácticos
y ejemplos de proyectos realizados, o en vías de realización, que inciden en un cam-
10 José Antonio Turégano
FIGURA 1.1. Asentamiento indio de Pueblo Bonito (Nuevo Méjico), en el que todas las viviendas tenían
asegurado el derecho al Sol, al no producirse sombreamiento entre ellas.
H
α HT
x
h h
1,2
1,5 R
FIGURA 1.2. Limitación de altura de un edificio para cumplir el derecho al Sol recogido en la normativa
municipal de Belo Horizonte (Brasil). Fuente: Assis E. et al., 1998.
Introducción 13
Otro de los elementos que ha adquirido mayor peso en este texto es el análisis
y práctica de la normativa vigente, consecuencia precisamente de esa fuerte evolu-
ción antes citada.
La Unión Europea, en su aspecto normativo desarrollado por la Comisión Eu-
ropea, pone en marcha ya en 1993 una directriz, mal llamada directiva en su tra-
ducción al español, sobre la eficiencia energética en la edificación y regula,
precisamente para reducir las emisiones de CO2 al reducir la demanda energética de
los edificios, el proceso de certificación. Ante la escasa aplicación de la directriz,
la Comisión retoma el objetivo de la certificación de edificios en 2002 y pone una
fecha límite, 2007, para su incorporación a la práctica de los países miembros pre-
via actualización de las correspondientes normativas.
En España se apuran los plazos, pero finalmente se acaba publicando un nuevo
Código Técnico (2006), un nuevo reglamento técnico de las instalaciones energé-
ticas, RITE (2007), y finalmente un decreto, incompleto, sobre la certificación de
viviendas. Decreto incompleto porque, correspondiendo a las autonomías su apli-
cación, se deja que parte de la normativa se regule en cada una de ellas y esta parte
se ha incumplido en la mayoría (Junio 2009).
Resulta así que un edificio, y por supuesto los bioclimáticos, debe cumplir una
normativa que aun suponiendo un claro avance sobre la previa de 1979, no tiene la
necesaria flexibilidad para estimular tanto innovaciones en las soluciones arquitec-
tónicas y en los materiales que empleen (muros cortina, cerramientos sándwich…),
cuanto en la posibilidad de incorporar soluciones constructivas frecuentes en el di-
seño constructivo como los invernaderos u otras. Esta limitación proviene no tanto
de la normativa sino de las herramientas informáticas que la acompañan, LÍDER y
CALENER, que aun suponiendo una potente programación carecen de recursos en
su arquitectura o en su base de datos para incorporar aspectos como los señalados.
Consecuentemente, si el módulo pretende proporcionar una formación prác-
tica debe combinar la formación en los conceptos con la utilización de los mismos
en propuestas que sean viables y, a la vez, cubran los objetivos de sostenibilidad que
son el fondo de cualquier actuación en los tiempos que corren.
El módulo se plantea, pues, un recorrido que responde al proceso de pensar un
edificio, inicialmente de manera general y posteriormente con criterios racionales
de optimización en la demanda:
A nalizando el contexto.
Calculando la demanda energética para unas condiciones constructivas
dadas.
Considerando qué instalaciones auxiliares son las eficientes para atender
la demanda.
Introduciendo la AB como modo alternativo de reducir dicha demanda.
14 José Antonio Turégano y María Figols
Objetivos
Sin entrar en el detalle de objetivos específicos de cada capítulo, sí conviene
señalar los diferentes puntos claves que la impartición del módulo pretende cubrir:
Un primer objetivo tiene un carácter claramente social: impulsar el desarro-
llo sostenible en el sector residencial. La consecución de este objetivo supone
desarrollar en los estudiantes no solo el interés por este objetivo, que muy pro-
bablemente comparten, sino la comprensión de las claves que potencian esta sos-
tenibilidad, claves que afectan a:
Los aspectos globales: urbanismo, de muy distinta forma: movilidad, com-
plejidad urbana, derecho al Sol, racionalidad en el diseño, minimización en
el consumo y reciclaje. De todos ellos nos centraremos en los más conec-
tados con el eje conceptual del módulo, la Arquitectura Bioclimática.
El diseño del edificio y sus instalaciones: de modo que se reduzca la de-
manda de calefacción y refrigeración y se atienda con sistemas auxiliares
de la máxima eficiencia.
El uso de materiales apropiados por su ciclo de vida y por las caracterís-
ticas naturales y/o de bajo impacto en la salud de los usuarios.
Un segundo objetivo global de carácter instrumental: Identificar y saber aplicar
los criterios del diseño bioclimático y conocer las opciones del urbanismo energético.
Finalmente, un tercer objetivo es que puedan verificar que su diseño cumple la
normativa vigente y conocer las claves que pueden proporcionar validez a su diseño
identificando las limitaciones que, hoy por hoy, presentan los programas oficiales
respecto de las actuaciones que se quieran adoptar en un determinado proyecto en
el diseño arquitectónico, en los materiales o en las soluciones constructivas.
Introducción 15
10
Población (miles de millones)
8
Norteamérica
6 América Latina y Caribe
4 Europa
Australia y Oceanía
2
África
0
1950 1960 1970 1980 1990 200 2010 2020 2030 2040 2050
16 José Antonio Turégano y María Figols
350
Millones de Ha degradadas
300
250 Eliminación de vegetación
200 Sobreexplotación
150 Incremento de pastos
100 Actividades agrícolas
50
Uso industrial
0
Mundo África Ámerica Ámerica Asia Europa Oceanía
(norte/centro) (sur)
nula
baja
media
alta
sin datos
Reservas
Carbón
Más de
100 años
Metales base
Menos de
Plomo Fuente: Kesler (1994).
Cinc 25 años
Esta energía de la primera fase del ciclo vital se completa con la energía con-
sumida en operación, es decir, a lo largo de la vida de una vivienda que, por término
medio, podemos estimar no inferior a los 60 años. Comparar ambas exige, primero,
reducirlas a un patrón comparable puesto que los porcentajes dados antes reflejan
consumos anuales de magnitudes distintas. Así la fase constructiva corresponde a
un 1% anual, aproximadamente, del parque de viviendas, mientras que el consumo
dado es el correspondiente al parque existente, el 100%. En consecuencia, si redis-
tribuimos el consumo en la primera fase entre los 60 años de vida, como valor
medio, el consumo de energía del ciclo de vida, para cada vivienda nueva, puede
distribuirse con pesos relativos como:
peso relativo
18% 22% fase operación
· 1 año c · 60 años 58% c 42%
1% 100% peso relativo
fase construcción
Se han hecho varios intentos por medir la viabilidad de este concepto. En re-
lación con el tema energético podemos señalar:
Los indicadores físicos de sustentabilidad
Los indicadores energéticos (IFIAS, 1974): Como más conocido:
Coste energético (MJ/kg), que es la cantidad total de energía consumida para
producir una unidad de producto.
Una alternativa más frecuente en los datos especializados es la Intensidad ener-
gética (MJ/$), más utilizada en círculos económicos, y que tiene un significado si-
milar al de coste energético pero con distintas unidades.
Coste ecológico (Puntí, 1982): Evalúa la velocidad de consumo de los recur-
sos en relación con el ritmo de producción de sus ciclos naturales.
Desde el contexto del módulo, y en relación con lo anterior, nos centraremos
en analizar qué características presenta el consumo de energía en una vivienda con
el objeto de precisar en qué dirección se puede trabajar para acercar el urbanismo
a alguno de los enfoques de la sustentabilidad.
Vivienda
estándar
Necesidades calefacción
Casa solar
es
Pérd solar
idas
térm anancias
icas G
FIGURA 1.3. Diagrama tridimensional de las necesidades de calefacción frente a pérdidas y aportes.
Fuente: The Future for Renewable Energy: Prospects and Directions.
140
34% 38 Diseño .
19% bioclim
120 Refrig. auxiliar
CT
KWh/m2 año
100 21
19% ct. ACS auxiliar
11,4% Cole
80 18,8% Cal. auxiliar
60 91 Solar
81% 19,2% pasiva
37,2 kWh
40 8
150 8,2
43,3%
20 Kwh 21
(CT)
FIGURA 1.4. Distribución de los consumos energéticos relativos al confort en una vivienda, en función
del tipo de actuación: con la Norma en vigor, con el futuro Código Técnico y por aplicación de criterios
bioclimáticos (elaboración propia para el clima de la ciudad de Zaragoza).
Como enfoque introductor, vamos a considerar estas ideas a través del análisis
del proyecto BEDZED, recogido en la obra Ingeniería, arquitectura y medio am-
biente, de Hawkes y Forster, editado por CISS, en septiembre de 2002.
22 José Antonio Turégano y María Figols
FIGURA 1.6. Helicon Building y Centro de formación Mont Cenis (Ingeniería, arquitectura y medio am-
biente, Dean Hawkes and Wayne Forster, Cisspraxis, 2002).
Introducción 25
que se analizarán más tarde. De forma sucinta, podemos recoger algunos de estos
elementos en el listado que sigue:
Estímulo de la sensibilidad social para que demande este tipo de vi-
viendas.
Contenidos curriculares que generen una actitud consciente de la nece-
sidad de acciones en el conjunto de elementos que conforman nuestro
modo de vida.
Acciones demostrativas que añadan la ventaja de la rentabilidad al bene-
ficio ambiental.
Formación/Información que permita un buen desarrollo de numerosos
proyectos.
De forma similar podemos demandar una actividad institucional que potencie:
Acciones demostrativas de las experiencias en marcha.
Actuación reguladora que imponga aquellas opciones que se han com-
probado positivas en todos sus enfoques: económico, de confort, de be-
neficio ambiental.
Ordenanzas en el sentido anterior que desarrollen localmente los objeti-
vos del urbanismo sostenible.
Validación y seguimiento de las experiencias que contribuyan a la segu-
ridad y confianza del usuario.
En relación con los puntos anteriores, puede definirse un conjunto de reco-
mendaciones en lo que podríamos llamar las lecciones de la experiencia. De forma
sucinta:
Evitar políticas coyunturales u oportunistas incorporando esquemas per-
manentes de actuación en la propia estructura.
Planificar las actuaciones en el proyecto urbanístico de modo coordinado
desde el inicio, incorporando en los equipos de urbanistas a técnicos en el
área energética.
Diseñar actuaciones rentables centradas en el usuario final que debe ser
beneficiario por encima de realizaciones espectaculares con escaso ren-
dimiento energético.
Incorporar sistemas de evaluación y seguimiento que permitan reflejar
los resultados de manera eficaz.
Mantener una línea de actuación que suponga una incorporación progre-
siva de actuaciones y ordenanzas que potencien el urbanismo sostenible.
Es la suma de todo este conjunto de factores lo que puede provocar un cambio
radical totalmente necesario.
Introducción 27
Soslayar
las inclemencias
atmosféricas
Aislamiento acústico
Resistir la penetración
de la humedad del terreno
ascendente por capilaridad
a través del muro
La arquitectura, como ciencia y como arte, nace de los tres hechos arquitectó-
nicos recogidos en el tratado de Vitrubio: FIRMITAS, haciendo referencia a la esta-
bilidad del edificio, las cargas estructurales y la cimentación, UTILITAS, que recoge
la funcionalidad del edificio, incluido el urbanismo que lo forma, y VENUSTAS, en
representación de la belleza como elemento estético y transmisión del lenguaje.
Se trata, por tanto, de satisfacer los tres principios antes mencionados, cum-
pliendo con las funciones propias de un edificio, que en función del objetivo gene-
ral de protección del ser humano del entorno, deberá cumplir lo siguiente:
Debe ser resistente.
Debe proporcionar un buen grado de aislamiento frente a los agentes ex-
teriores.
Debe ser seguro.
Debe estar preparado para resolver los problemas para los que ha sido di-
señado.
Cimentaciones.
Cerramientos.
Estructura y forjados.
Cubiertas.
a) Cimentaciones
Se denomina cimentación a la parte de la estructura cuya misión es transmitir
las cargas de la edificación al suelo. Debido a que la resistencia del suelo es, gene-
ralmente, menor que los pilares o muros que soportará, el área de contacto entre el
suelo y la cimentación será proporcionalmente más grande que los elementos so-
portados (excepto en suelos rocosos muy coherentes).
Tipos de cimentaciones:
Superficiales: Son aquellas que se apoyan en las capas superficiales o poco
profundas del suelo, por tener este suficiente capacidad portante o por tra-
tarse de construcciones de importancia secundaria y relativamente ligeras.
En estructuras importantes, tales como puentes o grandes obras de inge-
niería, las cimentaciones, incluso las superficiales, se apoyan a suficiente
profundidad como para garantizar que no se producirán deterioros. Las ci-
mentaciones superficiales se clasifican en:
Apoyo en puntos aislados: zapatas aisladas.
Apoyo de tipo continuo: zapatas de muros, zapatas corridas.
Apoyo superficial: losas de cimentación.
FIGURAS 1.9. y 1.10. Detalles constructivos de la ejecución de cimentaciones superficiales: zapata ais-
lada y arriostrada (figura 1.9.) y zapata corrida (figura 1.10.). Elaboración propia.
30 José Antonio Turégano y María Figols
b) Cerramientos
Se denomina cerramiento al elemento constructivo que separa el interior del
edificio del exterior, siendo éste aire, otros edificios o el propio terreno, cumpliendo
con importantes funciones de protección del espacio habitable de los agentes exter-
nos, tales como la luz, el agua, el viento, el ruido, el calor o el frío. Los cerramien-
tos pueden clasificarse, según la posición en la que se encuentren, en cerramientos
horizontales o cerramientos verticales. A su vez, pueden ser fijos, como por ejemplo
los muros y las cubiertas, o móviles como puertas, ventanas y toldos.
Los cerramientos, tanto verticales, como horizontales, son los responsables de
proteger el interior del edificio de las inclemencias climáticas o meteorológicas de
dos formas:
Introducción 31
Con barreras físicas, creando unas cámaras de aire que evitan el paso del
frío o del calor de forma excesiva, como sucede con las tiendas de cam-
paña y la ropa, o adicionando materiales para dar masa al cerramiento pu-
diendo así almacenar energía en el mismo e irradiarla al interior, como es
el caso de la cuevas.
Con energía, equilibrando las pérdidas o ganancias energéticas que se
producen por las necesidades de ventilación e iluminación.
FIGURA 1.11. Detalle constructivo de un cerramiento de fachada de doble hoja con cámara de aire
ventilada.
Nivel de
referencia
FIGURA 1.12. Detalle constructivo de ejecución de muros de albañilería. Fuente: Apuntes de cons-
trucción - Escuela Universitaria Politécnica La Almunia.
Introducción 33
c) Estructura y forjados
Las estructuras son el conjunto de elementos resistentes, convenientemente
vinculados entre sí, que accionan y reaccionan bajo efecto de las cargas. Su obje-
tivo es resistir y transmitir las cargas del edificio a los apoyos de cimentación, man-
teniendo el espacio construido, sin sufrir deformaciones o roturas, y garantizando
el equilibrio y estabilidad del edificio.
Según los tipos más frecuentes de estructuras, podemos clasificarlas en:
Estructuras con muros portantes, en las que los elementos verticales re-
sistentes son los muros, y no son necesarios pilares; es decir, que el ele-
mento que recibe las cargas estructurales es un muro (de albañilería,
mampostería, hormigón…) que posee unas características constructivas
tales, que permiten soportar la carga estructural y repartirla a través de
muros y forjados al resto de la estructura. Esta tipología de estructuras
puede estudiarse más ampliamente con las características de fábricas y
mamposterías.
Estructuras de hormigón armado, tienen un uso muy extendido en la
construcción en la actualidad y se utilizan en edificios de todo tipo. Ge-
neralmente funcionan con vigas, pilares y muros de carga.
Estas estructuras están formadas por hormigón (mezcla de cemento, grava
y arena) reforzado con barras o mallas de acero, denominadas armaduras.
También pueden armarse con fibras o combinaciones de barras de acero
con fibras.
34 José Antonio Turégano y María Figols
versas láminas, conseguimos la mejor madera del mejor árbol que se pu-
diera conseguir, con una garantía adicional que nos proporciona la unión
de las láminas.
Corteza externa
Corteza interna
Duramen
Albura
FIGURA 1.15. Detalle del corte transversal del tronco de un árbol. Fuente: Apuntes de construcción, Es-
cuela Universitaria Politécnica La Almunia.
Viguetas o nervios
Bovedilla
FIGURA 1.16. Detalle constructivo de forjado unidireccional con bovedilla cerámica <www.cevyma.es/links/
forjados.htm>.
FIGURA 1.17. Esquema de forjado unidireccional. Fuente: Apuntes de construcción, Escuela Universi-
taria Politécnica La Almunia.
Introducción 37
FIGURA 1.18. Esquema de forjado bidireccional. Fuente: Apuntes de construcción, Escuela Universita-
ria Politécnica La Almunia.
d) Cubiertas
Las cubiertas son los conjuntos de elementos situados en la parte superior y
exterior de un edificio que lo cubre y protege de las condiciones medioambienta-
les, como lluvia, viento, nieve, calor o frío.
Según su pendiente, se clasifican en INCLINADAS (tejados) y en PLANAS
(terrazas).
FIGURA 1.23. Croquis de los principales elementos de una cubierta inclinada. Elaboración propia.
40 José Antonio Turégano y María Figols
Cubierta fría
Entre las cubiertas planas, podemos encontrar una variedad de tipologías cons-
tructivas según la disposición de sus elementos básicos. La pendiente se puede eje-
cutar en la capa del aislamiento o con el material estructural. De la misma manera,
se puede tratar de una cubierta fría con ventilación por encima de la capa del aisla-
miento, que sirve para evitar el paso de calor y la condensación de la humedad, o
una cubierta plana de tipo caliente, en la que no existe esta ventilación adicional de
sus componentes básicos.
Otra tipología sería la de la cubierta invertida, que es aquella de composición
invertida a la cubierta convencional; el aislante térmico queda por encima de la
capa impermeabilizante, la capa impermeabilizante de esta manera tiene una tem-
peratura más constante, sin cambios bruscos, lo que aumenta su duración. El aisla-
miento térmico quedando por encima de la impermeabilización debe protegerse de
la radiación solar y de las cargas y esfuerzos del viento, además de ser un material
resistente a la degradación producida por el agua. Si la cubierta no es transitable una
solución sería utilizar grava para cubrir el aislamiento térmico. Si es transitable, el
propio pavimento protege el material aislante.
Las cubiertas ajardinadas son una tipología de cubierta, que es posible ejecu-
tarla tanto en pendientes superiores al 15% (inclinada), como en pendientes infe-
riores al 5% (planas), siendo esta última la tipología más frecuente en los sistemas
constructivos convencionales.
Introducción 43
La temperatura de la tierra
alrededor de una casa cubierta
de tierra va por detrás entre 15
y 24 semanas respecto a la del
aire exterior. El calor del punto
medio del verano llega al techo
subterráneo a mediados o a
Temperatura de la tierra finales del otoño, y al suelo
en el invierno. El aire frío de
invierno hace que ascienda.
Temperatura del aire interior
Este efecto permite que se
Temperatura media exterior
mantenga una temperatura
interior cómoda.
Invierno Primavera Verano Otoño
4. Capa de drenaje
5. Capa de protección
6. Membrana antirraíces
7. Capa de separación
8. Aislamiento térmico
9. Soporte estructural: hormigón armado, madera laminada, madera maciza,
acero laminado…
Materiales conglomerantes
Los materiales conglomerantes son los que tienen la propiedad de adherirse a
otros, empleándose en construcción para unir o enlazar los materiales, generalmente
pétreos, recubrirlos con enlucidos y revoques o formar pastas más o menos plásti-
cas, llamadas mortero y hormigones, que permiten ser extendidas y moldeadas con-
venientemente, adquiriendo, después de endurecidas, el estado sólido.
Introducción 45
Materiales cerámicos
Los materiales cerámicos como ladrillos, bloques, baldosas, etc., provienen de
la cocción de las materias primas de la tierra, principalmente de la arcilla. Los ma-
teriales cerámicos se fabrican empleando diferentes técnicas de producción que
incluyen:
Selección cuidadosa de las materias primas durante la extracción de arci-
llas. La calidad final del material dependerá, en gran medida, de esta pri-
mera selección.
Mezclado de materias primas mediante pesadas electrónicas en continuo
y formulación informatizada.
46 José Antonio Turégano y María Figols
Materiales pétreos
Las piedras naturales se hallan en la naturaleza formando masas considera-
bles, denominadas rocas, las cuales están formadas por asociación de minerales
o cuerpos de la misma composición química y forma cristalina. Las más utiliza-
das en la construcción se componen de minerales tales como el cuarzo, el feldes-
pato y la mica.
Las rocas pueden ser simples o compuestas, según estén constituidas por mi-
nerales iguales o distintos. Pueden clasificarse, según su origen geológico, en:
Rocas eruptivas: Las rocas eruptivas son uno de los tipos pétreos natura-
les. Se han formado al enfriarse el magma fundido, habiéndose consoli-
dado en el interior de la corteza terrestre.
Rocas sedimentarias: cuarcitas y areniscas
Rocas metamórficas: pizarras cristalinas.
Materiales aislantes
Se denominan materiales aislantes a aquellos productos que por sus propieda-
des pueden servir para proteger del frío o calor, del sonido, del agua o del fuego.
Introducción 47
FIGURA 1.29. Detalle constructivo de muro de dos hojas con aislamiento térmico entre ambos.
Introducción 49
32Kg/m3—. Con este proceso conseguimos que tenga un gran volumen, poco peso
y baja conductividad térmica y acústica.
La vermiculita es un término genérico para los minerales procedentes de la
mica, compuestos básicamente por silicatos de aluminio, magnesio y hierro. Su
forma natural es la de una mica de color pardo y estructura laminar, conteniendo
agua ínter laminada.
Su característica principal es que, al calentarla a una temperatura determinada,
su capacidad de expansión o exfoliación produce que aumente de ocho a veinte
veces su volumen original, debido a la presencia de agua en el material crudo.
Cuando se calienta a temperaturas superiores a los 870ºC, a medida que el agua se
evapora se va transformando cada partícula laminar del mineral en un fuelle y crea
un gran número de pequeñas láminas con reflejos metálicos, de color pardo, con
baja densidad aparente y elevada porosidad. Da lugar a un material ligero, apto
como aislamiento térmico, acústico y contra el fuego —el punto de fusión de la
vermiculita es 1.270ºC y la temperatura de reblandecimiento es 1.250ºC—. Es
químicamente muy estable a altas temperaturas lo que le convierte en un material
idóneo para la protección contra el fuego.
Aislante térmico
Silicona Hoja
Cerco
Barrera
Alféizar impermeable
Tapajuntas
Goterón
Precerco
Ladrillo
caravista
Ladrillo hueco
Enfoscado sencillo
Cámara
de aire Enlucido
Aislante
térmico
Barrera
Ladrillo impermeable
caravista
Enfoscado
Silicona
Cámara
de aire
Aislante
Cerco
Ladrillo
hueco
Precerco
Enlucido Elemento
separador Hoja
Tapajuntas
Aislamiento
térmico
Caja de persiana
Dintel
Guardaaguas o delantal
y capa impermeable
de plancha plegable
de metal no ferroso
Agujeros de drenaje
mediante llagas
a hueso cada 900 mm
mín.
150
25%
15%
Contaminación
20% Pérdidas de energía
Despilfarro
30-40%
10%
Clima árido: Se produce en lugares donde, por diversas causas, las preci-
pitaciones no llegan a producirse a lo largo del año.
Clima intertropical: Las temperaturas son altas y con escasas variaciones
a lo largo del año.
Clima de alta montaña: La altitud provoca que las temperaturas sean bajas.
Clima mediterráneo: Distingue de manera clara las estaciones del año, te-
niendo lugar veranos secos con altas temperaturas, a la par que inviernos
húmedos y templados.
Clima continental: Se produce en regiones interiores (a mucha distancia
de grandes extensiones de agua). Las variaciones estacionales de tempe-
raturas son altas.
Clima oceánico: Característico de las regiones de temperaturas templa-
das (entre los trópicos y los círculos polares) cercanas al mar. Se caracte-
riza por abundantes precipitaciones y escasas variaciones de temperatura
a lo largo del año.
Clima polar: Las temperaturas raramente superan los 0 °C, y las precipi-
taciones son escasas.
Seguidamente se muestra una descripción más detallada de las características
de estos climas y de las tipologías arquitectónicas que mejor se adaptan a ellas.
Además, el entramado viario utiliza la estrechez de las calles para arrojar som-
bra sobre viario y fachadas, y se utilizan cubiertas de colores claros para reflejar el
máximo de radiación solar.
Las puertas y ventanas deben abrirse por la noche para refrescar la propia masa
del edificio, utilizando de este modo la inercia comentada.
También existen dos estructuras típicas: La vivienda enterrada o semienterrada
(mayor inercia y menor dependencia cíclica del clima) y los patios húmedos inte-
riores propios de la arquitectura árabe.
Clima intertropical
En esta zona, centrada en el Ecuador, el ciclo anual apenas se percibe, exis-
tiendo temperaturas más o menos uniformes a lo largo de todo el año.
Una característica vital de estos climas es la presencia constante de una gran hu-
medad, incluyendo imponentes lluvias estacionales que se pueden prolongar en el
tiempo varias semanas (caso de los monzones).
La humedad citada provoca grandes necesidades de ventilación en las vivien-
das, lo cual es la característica más destacable, junto con los bloqueos de la radia-
ción solar.
La ventilación se soluciona mediante mayores distancias entre edificios, am-
plios ventanales, cerramientos de cañas u otros elementos dispuestos a modo de ce-
losía e incluso levantando el edificio del suelo para permitir el flujo de aire también
por su parte inferior.
En el caso de la radiación, es bloqueada en la parte superior por elementos
que aportan la capacidad de desviar las abundantes lluvias, existiendo una gran
variedad de soluciones. También conviene la presencia de aleros para protegerse
de la radiación.
En lo que respecta a la distribución geográfica, este clima se produce en las
zonas ecuatoriales de América, África y Asia (Indonesia).
en el cual la casa alcance una temperatura agradable, los ocupantes ya deban aban-
donarla).
Al igual que en el caso opuesto (climas áridos), la minimización del factor de
forma es clave para evitar pérdidas, con la particularidad que en este caso los teja-
dos deben tener una cierta inclinación, suficiente para evacuar las cargas provoca-
das por la nieve.
En cuanto a las ganancias solares, deben ser aprovechadas de forma correcta,
es decir, en fachadas con suficiente acceso al Sol, minimizando en lo posible las
aberturas en fachadas sin dicha posibilidad.
Este clima se da en zonas de alta montaña de todos los continentes (Alpes, Hi-
malaya, Montañas Rocosas, etc.).
Clima mediterráneo
En este clima existen estaciones cálidas y frías, claramente marcadas. Este
acentuado carácter cíclico provoca dificultades en el diseño de los edificios, puesto
que se presentan factores como exposiciones a viento y a radiación solar que son po-
sitivos o negativos en función de la estación del año en que se encuentre.
Si bien a priori no existen extremos térmicos (salvo momentos puntuales), se
deben realizar diseños preparados para protegerse de ambas contingencias.
En el caso del Sol, resulta ideal situar buenos elementos de captación pasiva (in-
vernaderos, muros Trombe, etc.), para aprovechar las ganancias solares en invierno
que, a su vez, dispongan de bloqueos solares adecuados (aleros u otros) y presen-
ten un alto grado de practicabilidad4, es decir, que permitan su apertura preferente-
mente completa en verano.
El mismo efecto se obtiene de forma natural mediante la colocación de árbo-
les de hoja caduca frente a las fachadas a solear, para que la sombra que arrojen en
verano, momento en el que han recuperado su follaje, no tenga lugar en invierno,
mientras están desnudos.
Referente al viento, conviene un cierto nivel de protección invernal, en espe-
cial en zonas con predominio de vientos fuertes (como en el Valle del Ebro), si bien
es importante que las tipologías edificatorias permitan el flujo de aire en lo que se
conoce como ventilación cruzada, para lo cual se requieren edificios lineales, con
viviendas en fachadas opuestas y un fondo no superior a los 12 metros.
En general, cualquier medida tomada en el resto de climas puede ser estudiada
para su inserción en tipologías de este clima, debido a la variedad de situaciones que
pueden presentarse.
4. Capacidad de apertura.
Clima, microclima y confort 59
Evidentemente, un ejemplo de este clima se produce en las riberas del mar Me-
diterráneo, si bien también se produce en otros lugares como California y ciertas
zonas de Australia y el sur de África.
Clima continental
Al igual que en el caso anterior, existen variaciones climáticas estacionales y
diurnas acentuadas, aunque en general se trata de lugares fuera de las zonas inter-
tropicales y que carecen de efectos oceánicos sobre su clima. Estos efectos pueden
desaparecer por distancia a las masas de agua o bien por regímenes de vientos que
minimizan la cercanía a las mismas.
Existen muchos tipos de subclimas que pueden identificarse (mediterráneo con-
tinentalizado, continental siberiano, monzónico, árido o húmedo), y que pueden pre-
sentar una serie de características globales comunes a varios de los climas anteriores.
Además de las características ya citadas, se puede afirmar que, pese a la cali-
dez de las épocas estivales, estas zonas presentan temperaturas bajo cero en in-
vierno, por lo que requieren un buen nivel de aislamiento.
En general, las precipitaciones no son muy abundantes, debido a la mencio-
nada desconexión climática con el océano.
El diseño bioclimático debe tener en cuenta pues, las variaciones climáticas cí-
clicas ya citadas y requiere una visión global de las situaciones que se pueden pro-
ducir, por lo que exigirá multitud de acciones de diferente signo.
En general, este clima se produce en las zonas interiores de los continentes
del hemisferio Norte, en sus tres continentes principales, si bien puede tener lugar
también en ciertas zonas interiores (subcontinente) de América del Sur (Argentina
y Chile).
Clima oceánico
En las zonas con clima oceánico, existen fuertes dependencias de las grandes
masas de agua, lo que suaviza los picos de temperaturas y proporciona altos nive-
les de humedad y precipitaciones regularmente distribuidas a lo largo del año (li-
geramente mayores en invierno).
De este modo, la diferencia de temperaturas medias entre verano e invierno ra-
ramente supera los 10 ºC, si bien el nivel en el que sitúan las temperaturas puede
oscilar en gran medida en función de la latitud, puesto que este tipo de clima pre-
senta subgrupos entre el sub-ártico y el de las costas noroccidentales de la Penín-
sula ibérica.
Por ello, en cada zona se debe diseñar en función del rango de temperaturas
que presenta, haciendo hincapié en aspectos como la protección frente a las abun-
dantes lluvias.
60 Ángel Martínez
El hecho de que los veranos sean bastante frescos y los inviernos de dureza
moderada permite llegar a la conclusión de que, mediante un correcto diseño del
edificio, las demandas energéticas de climatización pueden ser reducidas e in-
cluso anuladas.
Clima polar
Al igual que el denominado «árido», se trata de un clima extremo, en este caso
debido a las bajas temperaturas (medias inferiores a 0 ºC) y la escasa radiación.
Las precipitaciones son escasas y en forma de nieve, que suele cubrir el suelo,
dando lugar a una superficie que se conoce como «permafrost». Además, suelen
existir fuertes vientos que incrementan la hostilidad de este ambiente, haciendo casi
imposible la permanencia en el exterior.
Las construcciones deben minimizar las aberturas y el factor de forma, por lo
que el mejor ejemplo de construcción tradicional es el iglú, cuya forma semiesfé-
rica es el mejor ejemplo de minimización de factor de forma que puede realizarse
sobre el suelo. Además, las paredes de hielo actúan como aislante, permitiendo una
temperatura interior constante y soportable (con buen abrigo).
Este clima tiene lugar en el interior de los círculos polares, a grandes latitudes,
así como en las cimas de las principales cumbres de nuestro Planeta.
Influencia de la altitud
En el apartado anterior se citó la variación que se produce en la temperatura a
medida que se aumenta la altitud, cifrando dicha disminución en 1 ºC por cada 180
metros.
De este modo, entre puntos cercanos pero en diferentes puntos de altitud debido
a la presencia de ondulaciones de terreno se perciben diferencias de temperatura,
con efectos distintos en función de la época del año.
Clima, microclima y confort 61
Además, los puntos elevados suelen presentar una mayor exposición al viento,
y existen incluso diferencias en la radiación incidente, que se pueden situar de
forma general en torno al 1% por cada 100 metros, siendo evidentemente mayor
la magnitud medida a mayor altitud, donde la radiación solar debe atravesar una
capa de aire menor.
En puntos montañosos, las precipitaciones en forma de nieve refuerzan este
aumento de radiación, puesto que la diferencia de altitud se une a un aumento del
albedo (reflexión del entorno que se comenta a posteriori).
Influencia de la topografía
Dejando a un lado las diferencias de altitud que se producen (ya comentadas),
el relieve del terreno incide básicamente sobre los vientos de la zona, puesto que
generalmente estos recorren los valles, que actúan encajonando y dirigiendo los
movimientos de aire.
62 Ángel Martínez
FIGURA 2.1. Distancias entre edificios en ladera Norte y ladera Sur. Fuente: GEE (MAM).
desde la composición del aire (industrias y otros procesos de combustión) hasta las
masas vegetales (paulatina desaparición de bosques para realizar actividades agrí-
colas o ganaderas).
Las ciudades también presentan microclimas especiales debido, por un lado, a
su influencia sobre el viento (al que frenan y/o canalizan) y, por otro, al fenómeno
conocido como «isla de calor», que aumenta la temperatura en la ciudad entre 1 y
2 ºC debido a factores como el consumo energético, la comentada reducción del
viento y la presencia de materiales de alta densidad principalmente en la superficie
(asfaltos y hormigones).
La influencia de los edificios como elementos sombreantes puede ser anali-
zada desde un punto de vista equivalente al de la construcción en laderas Sur o
Norte del apartado anterior.
FIGURA 2.2. Irradiancia media anual (W/m2). Fuente: Marcus T.M. y otros, 1980.
Los factores influyentes en la radiación global sobre una superficie (por unidad
de área) se resumen en los siguientes:
Inclinación de la superficie. Es el ángulo que forma la superficie de inci-
dencia (supuesta plana) respecto de la horizontal.
Orientación de la superficie. Se trata del ángulo formado por la proyec-
ción horizontal de la normal a la superficie respecto de la dirección Sur.
Se conoce como azimut de la superficie. En este curso se tomará la di-
rección Sur como un azimut de valor cero, tomando valores negativos en
el Este y positivos en el Oeste.
Clima, microclima y confort 65
Cénit
Sol
O2
h Altura
Norte
i Inclinación A Azimut
Sur
γ Orientación
Plano horizontal
Altitud. A mayor altitud, los rayos del Sol deben atravesar una menor dis-
tancia dentro de la atmósfera, por lo que se reduce su reflexión, aumen-
tando el valor de la radiación directa.
66 Ángel Martínez
Efecto invernadero
El fenómeno del efecto invernadero (también aprovechado en energía solar
térmica), se basa en las variaciones de los coeficientes de transmisión en los ma-
teriales en función de las longitudes de onda de los rayos que los atraviesan.
Todos los cuerpos poseen tres coeficientes básicos en relación con su compor-
tamiento frente a la incidencia de rayos solares (o de otro tipo) sobre su superficie.
Estos coeficientes, cuya suma es obviamente uno (100%), son:
Reflexión. Fracción de la radiación que rebota sobre la superficie del
cuerpo, siendo reenviada en una dirección dependiente del ángulo con el
que incide.
Absorción. Fracción de la radiación que permanece en el cuerpo, incre-
mentando su energía interna.
Transmitancia. Fracción de la radiación que atraviesa el cuerpo, de modo
que continúa su camino.
El coeficiente de transmisión varía en función de la longitud de onda de los
rayos que atraviesan el cuerpo, propiedad en la que se basa el principio del efecto
invernadero.
Así, el simple hecho de cerrar un espacio mediante un vidrio expuesto a la ra-
diación solar, permite crear dicho efecto mediante el siguiente proceso:
El Sol, con una temperatura superficial cercana a los 6.000 K, emite radiación
de entre 4 y 70 mm de longitud de onda. Para esas longitudes de onda, el vidrio es
prácticamente transparente, presentando coeficientes de transmisión muy altos, de
modo que la radiación penetra en el espacio cerrado. Este espacio se calienta gra-
cias a este aporte de energía, pero su emisión se sitúa alrededor de la banda infra-
rroja, entre 0,25 y 2,5 mm.
El vidrio no permite el paso de esta radiación, puesto que su transmisividad es
muy baja para dichas longitudes de onda, por lo que el recinto no pierde energía por
radiación, si bien debe asegurarse un cierto aislamiento para que las pérdidas no se
produzcan por conducción.
Debe asegurarse además la presencia de objetos oscuros (alto coeficiente de ab-
sortividad) en el punto de incidencia de la radiación, de modo que capten la mayor
cantidad de la energía que incide sobre ellos.
Clima, microclima y confort 67
FIGURA 2.4. Diagrama cilíndrico para 40º N. Fuente: elaboración propia, GEE.
FIGURA 2.5. Diagrama cilíndrico con horizonte. Fuente: elaboración propia, GEE.
Diagrama estereográfico
Por su parte, el diagrama estereográfico es una proyección horizontal de la bó-
veda celeste (y de las trayectorias solares), lo que implica que el hemisferio celeste
es reducido a un círculo en el plano.
En las siguientes figuras, se muestra una plantilla de ejemplo. La segunda fi-
gura incluye las trayectorias solares sobre el horizonte, correspondiendo a latitudes
cercanas a los trópicos (23º).
La figura 2.6 muestra cómo la altura de cada trayectoria crece a medida que
se aproxima al centro, es decir, a medida que se aproxima al cénit en una pers-
pectiva tridimensional, y es cero en la circunferencia exterior, que corresponde al
horizonte.
70 Ángel Martínez
De nuevo, crear el diagrama consiste en colocar puntos de acuerdo con dos va-
riables, altura y azimut solares (el mismo proceso llevado a cabo en el caso del dia-
grama cilíndrico).
A continuación, se muestra un diagrama estereográfico que contiene todos los
datos que puede mostrar (trayectorias solares y representaciones del horizonte). Esta
serie comienza con la representación de una pareja de edificios y algunos árboles, con
una ligera pendiente en el Sur. Las otras dos figuras muestran la traslación sobre el
diagrama de los ángulos de altitud subtendidos para los distintos puntos significati-
vos y cómo interfieren estos con las trayectorias solares a lo largo del año.
Clima, microclima y confort 71
Como regla general, la distancia será entre 2 y 2,5 veces la altura de los edifi-
cios. Colocar los edificios a dicha distancia asegura un 0% de sombreamiento en el
momento reseñado, aunque existirán sombreamientos antes y después de medio-
día, debido al ascenso y bajada del Sol.
En resumen, los criterios de distancia entre edificios son función de la latitud,
tanto para exposición como bloqueo de la radiación solar.
2.1.2.2. Temperatura
La temperatura es un factor fundamental en el diseño bioclimático, puesto
que es la diferencia de temperaturas entre la vivienda y su entorno la que origina
las transferencias de calor y las consiguientes demandas energéticas para clima-
tización.
A la hora de evaluar unas condiciones concretas, se distingue entre temperatura
de bulbo seco y temperatura de bulbo húmedo. De forma sencilla, se puede afirmar
que la temperatura de bulbo seco es la que refleja un termómetro común de mer-
curio, siendo directamente la temperatura del aire.
Los datos climáticos y demás referencias utilizan este concepto en sus tablas6.
Por su parte, la temperatura de bulbo húmedo o temperatura húmeda se mide
con un termómetro similar, pero cuyo bulbo (depósito de mercurio) se encuentra en-
vuelto en un paño húmedo y bajo la corriente de aire provocada por un ventilador.
El agua evaporada absorbe calor y disminuye la temperatura reflejada por el ter-
mómetro. Este efecto es mayor cuanto menor sea la humedad relativa.
Existe una tercera temperatura registrable denominada «temperatura ra-
diante», medida mediante un termómetro de bulbo negro (aproximando al cuerpo
negro) y expuesto al Sol, de forma que la radiación incidente aumenta la tempe-
ratura.
Tanto la temperatura radiante como la de bulbo húmedo permiten evaluar la
sensación térmica. Puesto que en el interior de las viviendas, la radiación es in-
existente de forma general, la sensación térmica, y por ende el confort se relacio-
nan con la temperatura seca y la humedad relativa, como se detalla en el apartado
correspondiente de este texto.
Q u U ! A ! (Tint i Text)
A modo de ejemplo, se muestra una rosa de los vientos realizada a partir de me-
diciones del Aeropuerto de Zaragoza (mes de enero):
FIGURA 2.9. Rosa de los vientos para el Aeropuerto de Zaragoza en el mes de enero. Fuente: AEMET.
En este caso, las frecuencias en cada uno de los sectores muestran la proce-
dencia del viento (viento proveniente del Noroeste). Existen otras fuentes donde se
muestra los datos al revés, es decir, frecuencia de direcciones hacia donde se dirige
el viento.
Por su parte, la velocidad se muestra en sencillas gráficas de agrupación de fre-
cuencia de rangos de velocidades, incluyendo la calma (velocidad cero). El viento
mostrado en la figura 2.9 quedaría en este caso representado por la figura 2.10.
Estos análisis son importantes tanto a modo descriptivo general, afirmando las
características del microclima de una cierta zona, como a nivel puntual, de modo
que se puede llegar a analizar, a modo de ejemplo, si existe una cierta brisa en las
horas más calurosas (a media tarde) del verano en una determinada dirección y para
una cierta localidad, de manera que puedan implementarse técnicas de humecta-
ción en edificios diseñados adecuadamente.
78 Ángel Martínez
28,1
18,8
17,8
16,3
12,8
3,6
2,2
0,2 0,1
Calma 01-06 06-10 11-15 16-20 21-25 26-30 31-35 36-40 41-45 46-50 >50
FIGURA 2.10. Diagrama de velocidades de viento para el Aeropuerto de Zaragoza en el mes de enero.
Fuente: AEMET.
2.1.2.5. Albedo
Por «albedo» se entiende la porción, bien en tanto por uno o en porcentaje,
de la radiación que incide sobre una superficie y es reflejada por la misma.
Este término influye de forma importante sobre la radiación difusa presente en
una zona, dado que es función de ciertos aspectos del entorno como colores, textu-
ras o materiales.
El mayor valor de albedo que se encuentra en la naturaleza pertenece a la nieve
recién caída. Este material posee un valor de albedo de 0,9, es decir, refleja el 90%
de la radiación reflejada. Es por esta razón por la que conviene una adecuada pro-
tección visual en este entorno.
Por su parte, los valores menores pertenecen a la superficie oceánica (0,05) y
a los bosques (inferior a 0,1).
En un entorno urbano, se suele tomar 0,2 (20%) como valor general en si-
mulaciones energéticas. En la realidad, se puede variar el valor del albedo de una
zona mediante la disposición de láminas de agua o zonas lisas de acabados cla-
ros. De esta manera se aumentará la captación en las fachadas situadas directa-
mente al Sur.
Clima, microclima y confort 79
diarios, o datos a horas tipo (por ejemplo: 00, 07, 13, 18). Estas cuatro horas son
consideradas como los cuatro datos diarios más representativos, ya que suponen
una síntesis de la evolución de una determinada variable a lo largo de un día.
Comunidades Autónomas
Actualmente algunas comunidades autónomas y provincias españolas también
disponen de servicios meteorológicos propios, donde se disponen de datos clima-
tológicos de mayor número de estaciones que en la página de la Agencia Estatal de
Meteorología. En alguna de ellas, se pueden hasta descargar archivos horarios de un
determinado periodo.
Algunas de ellas son:
Aragón: En la página <http://gee.unizar.es> del Grupo de Energía y Edi-
ficación de la Universidad de Zaragoza.
Cataluña: En Cataluña está la web del Servei Meteorologic de Catalunya
<www.meteocat.com>.
Castilla La Mancha: Servicio Integral de asesoramiento al regante
<http://crea.uclm.es/siar>.
Galicia: El Centro de Investigación e Información de Galicia
<www.meteogalicia.es> o a través del Sistema de Información Ambien-
tal de Galicia <www.siam-cma.org/meteoroloxia/datosestacions.htm>.
La Rioja: A través del Servicio de Meteorología del Gobierno de la Rioja
<http://ias1.larioja.org/estaciones/estaciones/mapa/portada/index.jsp>.
Navarra: A través de la página del Gobierno de Navarra, directamente o
a través de <http://meteo.navarra.es>.
País Vasco: <http://www.euskalmet.euskadi.net> de la Euskal Meteoro-
logia Agentzia.
Valencia: Servicio de Tecnología de Riego de la Consellería de Agricul-
tura, Pesca y Alimentación <http://estaciones.ivia.es/estacion>.
Libros de referencia
Además de las páginas web, se puede encontrar información en publicaciones
realizadas por distintas entidades, donde pueden encontrarse distintos tipos de me-
dias mensuales y anuales.
A nivel nacional, cabe resaltar las publicaciones de Atecyr. Es una organización
no lucrativa cuyos fines fundamentales están orientados a la creación, recopilación,
y divulgación de la información técnica y científica, relacionada con las tecnologías
de la calefacción, acondicionamiento del aire, refrigeración y ventilación, y ener-
gía y medio ambiente. Tienen publicados varios libros con datos meteorológicos
destinados al dimensionamiento de instalaciones.
En cuanto a la radiación se refiere, se han publicado varios atlas a lo largo de
estos años. A nivel estatal la única referencia es el Atlas de radiacion solar de Es-
paña (Font, 1984), realizado por el Instituto Nacional de Meteorología y que, hasta la
fecha, no ha sido actualizado. Este trabajo presenta mapas de isolíneas de valores me-
dios, anuales y mensuales, de la irradiación solar global y de duración de la insolación
directa (horas de Sol). Los datos considerados corresponden al periodo 1955-1980.
En las distintas comunidades autónomas has sido publicados: Atlas de radia-
ción solar a la Comunitat Valenciana (Generalitat Valenciana, 1987), Atlas de ra-
diación solar del País Vasco (EVE, 1992), Atlas de radiacio solar a Catalunya
(Baldasano et al., 1992, 1996 y 2001) y Atlas de radiación solar de Aragón (1995
y 2008), recopilados en el GEE.
Realizó dos variaciones constructivas del edificio inicial, obteniendo tres re-
sultados distintos de consumo energético con los cuales demostraba la validez de la
construcción del TRY a partir de datos medios mensuales cuando se carece de datos
horarios.
En cualquier caso, Bahadori M. N. también pone de manifiesto la existencia
de resultados no aproximados cuando se analizan periodos diarios, debido a que
los días pertenecientes al TRY sintético no dejan de ser equivalentes a un día
medio del mes.
De modo similar, Cannistraro G. et al. (1995), realizaron un estudio compara-
tivo extendiéndolo a 29 poblaciones europeas, simulando un modelo de referencia
con la aplicación de cálculo horario SUNCODE, empleando los TRY de las pobla-
ciones y otro sintético desarrollado por Erbs D. et al. (1983) y referenciado por Can-
nistraro G.
Los resultados obtenidos por Cannistraro G. vuelven a revelar la validez de los
datos sintéticos en el análisis energético de edificios. Tomando como referencia el
consumo proporcionado por SUNCODE con los ficheros TRY para todas las po-
blaciones, la mayor desviación respecto a los ficheros sintéticos era inferior a un 5%,
disminuyendo este valor al aumentar la latitud de la población (correspondiente a
climas más fríos).
En la figura 2.11 se representan los valores de consumo obtenidos por los TRY
reales y por los sintéticos, verificándose la escasa dispersión de resultados.
120
100
Consumo con TRY (GJ)
80
60
40
20
20 40 60 80 100 120
Consumo con TRY sintético (GJ)
FIGURA 2.11. Representación del consumo con ficheros TRY y con TRY sintéticos para el edificio de
referencia localizado en 29 poblaciones europeas. Fuente: Cannistraro G. y otros, 1995.
Clima, microclima y confort 85
Temperatura
Para el día medio de cada mes, la temperatura horaria exterior T(h) se obten-
drá con la ecuación:
1
T(h) u T’ c ! At ! cos (15!(h i 15))
2
ºC
30
25
20
15
10
0 Julio
Enero
i5
1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23 Hora
FIGURA 2.12. Temperatura horaria para día medio de enero y julio en Soria, partiendo de los datos me-
dios del INM aplicando el método propuesto por Bahadori M. N. et al. (1986).
86 Ángel Martínez
Radiación
Para obtener la radiación difusa (HDHh) y la global horaria (HGHh) sobre una su-
perficie horizontal, datos que conformarán el fichero TRY, se debe partir de los
datos de radiación difusa diaria sobre horizontal (HDH) y global diaria sobre hori-
zontal (HGH).
Si solo disponemos de datos de radiación global diaria, podemos obtener los
datos de radiación difusa diaria, a través del coeficiente de nubosidad KT:
HdH
u 0,91138 i 0,96225 ! KT
HGH
KT : Índice de nubosidad.
HGH : Radiación global diaria para cielo cubierto sobre superficie hori-
zontal (Wh/m2 día ).
HG0H : Radiación global extraterrestre sobre superficie horizontal (Wh/m2 día),
su cálculo debe evaluarse para el día del mes enunciado en la tabla 1
(Mitjà A. et al., 1982).
24
HG0H u
!1353! 1c 0,033!cos ( 360!N
360 )
!
2
cos (L)!cos (δ)!sen (ws)c !ws!sen (L)!sen (δ)
360
TABLA 2.1. Días para los que debe evaluarse el cálculo de la radiación global diaria sobre superficie ho-
rizontal para día claro (Mitjà A. et al.,1982.).
Para determinar la radiación global horaria media mensual para superficie ho-
rizontal (HGHh) se puede utilizar la ecuación deducida analíticamente por Collares-
Pereira M. (1979):
HGHh cos w i cos ws
u ! (ac b!cos w) !
HGH 24 2!!ws!cos ws
sen ws i
360
HGHh :
Radiación global horaria para cielo cubierto sobre superficie horizontal.
HGH :
Radiación global para cielo cubierto sobre superficie horizontal.
ws :
Ángulo horario (º) estimado para la hora de salida del Sol.
w :
Ángulo horario (º) estimado para la hora en cuestión, viene referido
al punto medio de la hora considerada.
minutos
w u 15 ! (hora i 12) c
4
a, b : Coeficientes obtenidos mediante las expresiones:
a u 0,409 c 0,5016 ! sen (ws i 60)
b u 0,6609 i 0,4767 ! sen (ws i 60)
El valor medio mensual horario de radiación difusa sobre superficie horizon-
tal (HdHh) se puede calcular a partir del valor de la radiación difusa media mensual
diaria (HdH) según Collares-Pereira M. (1979):
HdHh cos w i cos ws
u !
HGH 24 2!!ws!cos ws
sen ws i
360
88 Ángel Martínez
HdHh : Radiación difusa horaria para cielo cubierto sobre superficie horizontal.
HGH : Radiación global para cielo cubierto sobre superficie horizontal.
HdH : Radiación difusa para cielo cubierto sobre superficie horizontal. Para
determinar esta se pueden aplicar diferentes modelos en función de
los datos climáticos conocidos de la localización (KT, σ [factor inso-
lación]). Los siguientes modelos de Gopinathan K.K. et al. (1995)
son aplicables a amplios rangos de latitud (36ºN a 61ºN), siendo más
precisa la segunda ecuación.
HdH
u 0,91138 i 0,96225 ! KT
HGH
HdH
u 0,87813 i 0,3328 ! KT i 0,53039 ! σ
HGH
En algunos casos, en la población analizada se facilitan las horas de insolación
media mensual pero no se suministra el dato de la radiación global sobre horizon-
tal (HG). Para obtenerlo, se puede recurrir a la expresión [C.14] de Dogniaux R. et
al. (1983) basada en el factor de insolación y en la latitud (L [º]) del lugar.
HGH
u 0,37022 c (0,00506 ! σ i 0,00313) ! L c 0,32029 ! σ
HG0H
1.200
1.000
800
W/m^2
600
Global julio
400
Global enero
200 Difusa julio
Difusa enero
0
1 4 7 10 13 16 19 22 Hora
FIGURA 2.13. Radiación global y difusa horaria sobre horizontal para un día medio de enero y julio de
Zaragoza, partiendo de los datos medios, Turégano J. (1994).
Clima, microclima y confort 89
7206,7
(72,55 i 7,1385!Ln (T)c4,04!10i6!Ti2)
T
e
Psat (T) u (atm)
1000
Para obtener la humedad relativa horaria, se deben seguir los siguientes pasos:
Determinar la temperatura media diaria (Tm).
Obtener la presión de saturación media (Psat [Tm]).
Calcular la presión de vapor media diaria a partir de la humedad relativa
media diaria.
Psat (Tm) ! Hm
P_vapor_media u (atm)
100
P_vapor_media ! 100
Hu (%)
Psat (T)
Viento
El otro parámetro necesario es la velocidad del viento. En la mayoría de los
casos se puede suponer la velocidad media constante para todo el día.
90 Ángel Martínez
0 Para x < x1
Sn (x) u
1
k i 0,5
n
Para x < xn
{ Para xk < x < xk c 1
n
1
FS u
n
! ∑ sS m (xi) i Sa, m (xi)s
iu1
WS u ∑ wj ! FSj
ju1
TABLA 2.2. Pesos aplicados en la selección de meses para la creación del fichero climático TRY, según
diversos autores (Argiriou A. y otros 1999).
N
(xkl i xml)2
RMSD u ∑ N
(kWh/m2h)
lu1
xkl : Radiación global sobre horizontal media mensual horaria del año k
y correspondiente a la hora l (kWh/m2).
xml : Radiación global sobre horizotal media horaria para el mes analizado,
obtenida a partir de los datos climáticos horarios de los años dispo-
nibles de dicho mes (kWh/m2).
N : Número de horas del día en el que la radiación solar no es nula para
el mes analizado (h).
De los cinco meses, se eligen como candidatos aquellos que tienen los
menores valores de desviación cuadrática media, y están comprendidos
dentro del rango de 0,0055 kWh/m2h.
Si entre los dos valores menores hay una diferencia superior al rango an-
terior, el mes seleccionado será el correspondiente al valor inferior.
Cuando hay varios meses que pertenecen al rango, entonces la selección
se realiza mediante los coeficientes estáticos de la radiación global sobre
horizontal y de la temperatura media.
Clima, microclima y confort 93
x (y,m,d) i µx (m,d)
X (y,m,d) u
σx (m,d)
94 Ángel Martínez
z (y,m,d) i µz (m,d)
Z (y,m,d) u
σz (m,d)
1
Mx (y,m) u
nd (m)
∑ X (y,m,d)
d
1
M M (m) u
x
ny
∑ M (y,m) x
y
1
Sx (y,m) u
nd (m)
! ∑ [X (y,m,d) i M (y,m)] x
2
1
S M (m) u
x
ny
! ∑ [M (y,m) i M x Mx (y)]2
y
darizados.
Sx (y,m) : Desviación mensual estándar.
S M (m) : Promedio mensual para la serie de años de la desviación estándar.
x
plo es el propuesto por A. de Miguel y J. Bilbao et al, (2004), con datos de tempe-
ratura, humedad relativa y viento real, y datos de radiación simulados.
Este es un método que se ajusta a la situación de la mayoría de las localida-
des españolas, ya que cuentan con estos datos, pero no con datos de radiación con
horarios medidos.
Metabolismo
Convección
Conducción
Evaporación
Evapotranspiración
Radiación
FIGURA 2.14. Transferencias térmicas en el cuerpo humano. Fuente: Markus y Morris, Building, climate
and energy, 1980.
98 Ángel Martínez
n R n C i E c M u ΔU(T)
Radiación, R
Definimos radiación como la transferencia de calor sin que para ello exista ni
soporte material ni un contacto con otro objeto. Todos los materiales emiten ener-
gía en forma de radiación electromagnética, cuya intensidad depende de la tempe-
ratura a la que se encuentre dicho material. La radiación infrarroja provoca una
sensación de calor inmediata.
Debido a que todos los cuerpos intercambian energía por medio de la radia-
ción, este elemento puede ser una ganancia o una pérdida en el balance.
Tendremos en cuenta que el intercambio con el entorno próximo se produce
con una longitud de onda larga, que es la energía emitida por los objetos cercanos
que tengamos alrededor y que la ganancia con el entorno lejano se produce con una
longitud de onda corta, la recibida por el Sol, sea por radiación directa, difusa o re-
flejada.
Por otro lado, la pérdida de calor por radiación en el cuerpo humano se produce
con longitud de onda larga.
Convección-conducción, C
La transmisión de calor por convección se produce cuando un material fluido,
ya sea en estado líquido o gaseoso, entra en contacto con otro material; entonces
puede haber una transferencia de calor por el propio movimiento del fluido.
Si el movimiento del fluido se produce de forma natural, por la diferencia de
temperaturas (aire caliente sube, aire frío baja), la convección es natural, y si el
movimiento lo produce algún otro fenómeno (ventilador, viento), la convección
es forzada.
La transmisión de calor por medio de la conducción implica un soporte mate-
rial. El calor se transmite a través de la masa del propio cuerpo. La mayor o menor
facilidad con que el calor se transmite a través de un material lo define como con-
ductor o como aislante térmico.
Ejemplos de buenos conductores son los metales, y de buenos aislantes, los
plásticos, maderas, aire, etc. El coeficiente de conductividad térmica de un material
es una medida de su capacidad para conducir el calor.
Clima, microclima y confort 99
Evaporación, E
Calor de vaporización: Cuando un cuerpo pasa de estado líquido a gaseoso, ne-
cesita absorber una cantidad de calor que se denomina calor de vaporización. Por
ello, cuando el agua se evapora necesita una cantidad de calor que adquiere de su
entorno inmediato, enfriándolo. Por eso los lugares donde hay agua están más fres-
cos, o donde tenemos plantas, ya que estas están continuamente transpirando.
Por ejemplo, cuando un gramo de agua, a 1 bar de presión, se evapora, toma
del ambiente cercano una cantidad de calor igual a 2,42 kJ.
La evaporación en el cuerpo humano puede ser de dos tipos:
Evaporación pulmonar: se produce cuando respiramos, por lo que la res-
piración en sí misma es una pérdida de calor.
Evaporación cutánea: también llamada evapotranspiración, toma calor
del propio cuerpo si el ritmo de exudación acumula sudor en la piel o en
la ropa. La tasa de evaporación depende de la cantidad de ropa que lle-
vemos, de la velocidad del aire, que permite un movimiento de la masa
de aire cercana a la piel y, por último, de la presión de vapor ya que la
sudoración depende de la humedad relativa que haya en el ambiente de
tal forma que cuanto mayor sea la humedad relativa menor será la eva-
poración del sudor que se produzca.
El metabolismo, M
El metabolismo es la transformación de energía realizada por el propio cuerpo
en función de la actividad que esté desarrollando y de la persona en cuestión, ya
que cada persona tiene su propio metabolismo y necesita sus propios ritmos para
evacuar calor.
Actividad Potencia producida
Metabolismo basal 60 - 70 kcal/h 70 - 80 W
Actividad sedentaria 100- 120 kcal/h 115 - 140 W
Trabajo ligero 150 - 300 kcal/h 175 - 350 W
Caminar (7 km/h) 300 - 400 kcal/h 350 - 465 W
Trabajo moderado 300 - 480 kcal/h 350 - 560 W
Trabajo duro 450 - 600 kcal/h 520 - 700 W
Trabajo muy duro 600 - 750 kcal/h 700 - 870 W
TABLA 2.3. Energía liberada por el metabolismo en función de la actividad.. Fuente: elaboración propia, GEE.
100 Ángel Martínez
2) Ropas de abrigo
La ropa de abrigo mantiene una capa de aire entre la superficie de nuestro
cuerpo y el tejido que nos aísla térmicamente. Aunque la ropa de abrigo provoca una
Clima, microclima y confort 101
sensación de calentamiento del organismo, en realidad lo que hace es reducir las pér-
didas de calor. Como no consume, es el mecanismo más barato energéticamente
hablando para regular la temperatura del cuerpo.
La cantidad de ropa que lleva un individuo afecta directamente a las caracte-
rísticas que deberá tener el ambiente para que el individuo sienta confort térmico.
En la figura 2.15, «Índice relacionado con la vestimenta», podemos observar los
diferentes grados de ropa que puede llevar un individuo y el valor adjudicado a cada
uno de ellos.
FIGURA 2.15. Factor relacionado con las ropas. Fuente: Markus y Morris, Building, climate and energy, 1980.
102 Ángel Martínez
4) Temperatura radiante
Es un factor desconocido, pero tan importante como el anterior y está relacio-
nado con el calor que recibimos por radiación. Podemos estar confortables con una
temperatura del aire muy baja si la temperatura de radiación es alta; por ejemplo,
un día moderadamente frío de invierno, en el campo, puede ser agradable si esta-
mos recibiendo el calor del Sol de mediodía; o puede ser agradable una casa en la
cual la temperatura del aire no sea muy alta (15 ºC), pero las paredes están calien-
tes (22 ºC).
Los resultados de una experiencia efectuada por el Instituto Tecnológico de
Massachusetts (MIT) pueden ser muy ilustrativos para entender la importancia de
este factor. Para realizar el experimento, se utilizó una habitación donde las pare-
des podían ser enfriadas, pero a su vez, en esa misma habitación se podía introdu-
cir aire caliente.
La primera parte del experimento consistió en subir la temperatura del aire in-
terior hasta los 48 ºC, y no obstante los ocupantes tenían frío ya que las paredes se
mantenían frías, así, el aporte de calor proveniente de una calefacción por convec-
ción a una temperatura muy superior a la de los cuerpos humanos, no fue suficiente
para compensar las pérdidas debidas a la radiación de los cuerpos ocupantes hacia
las paredes.
Se realizó a continuación la experiencia contraria, se calentaron las paredes y
se bajó la temperatura de aire inyectado hasta los 10 ºC. Esta vez los ocupantes sen-
tían excesivo calor debido a que la refrigeración por convección del aire no era su-
ficiente para compensar el aporte de calor por la radiación de las paredes hacia los
cuerpos.
Esta experiencia muestra el gran papel que juega la pared en la sensación de
confort, que se puede sentir en el interior de un edificio.
Uno de los elementos importantes para lograr el confort, es conseguir un equi-
librio entre la temperatura ambiente y la temperatura radiante de las paredes, en-
tendiendo que esto puede crear una sensación de confort agradable, incluso cuando
la temperatura del aire es baja.
Desde el punto de vista sanitario, será necesario contar como mínimo con
una frecuencia de renovaciones de aire entre 15 y 30 m3/h y persona, aun-
que en verano y en climas húmedos estos valores pueden llegar a ser muy
superiores.
Colores e iluminación.Finalmente, se deben tener en cuenta dos factores
más a la hora de predecir la sensación de confort en el interior de un es-
pacio, como son los colores del entorno y la iluminación.
Los colores presentes en el interior de un ambiente tienen influen-
cia sobre el estado de ánimo de sus habitantes. Habrá colores que
favorezcan estados de ansiedad y excitación (colores fríos) y otros,
por el contrario, tienen un efecto relajante (colores cálidos).
El tipo de iluminación que recibe el ambiente también tendrá no-
toria influencia sobre la sensación de confort interior. Si el nivel
resulta insuficiente, habrá ciertas actividades que no se puedan
desarrollar, incluso puede provocar cansancio excesivo o dolores
de cabeza. Si el nivel, por el contrario, es excesivo, el deslumbra-
miento que se produce puede impedir que se distingan detalles al
existir un contraste excesivo entre el fondo y la figura, aunque en
este caso el nivel de iluminación puede llegar a regularse con cierta
facilidad para adecuarlo a los niveles óptimos.
Siempre será mejor contar con iluminación natural durante las horas del
día, debido no solo a la mejora en el consumo energético para iluminación
artificial sino también al beneficio que, desde el punto de vista psicológico
y sanitario, se obtiene.
Por otro lado, la reproducción cromática resulta óptima bajo la inciden-
cia de luz natural.
Dos han sido los caminos elegidos por los investigadores para la consecución
de este objetivo. Por un lado, la definición de un índice térmico y, por otro lado, las
cartas bioclimáticas. A continuación vamos a enumerar los diferentes estudios rea-
lizados y las principales características de los mismos.
Índices térmicos:
Temperatura efectiva, TE. Temperatura efectiva fue introducida por
ASHRAE. Es función de la temperatura y la humedad relativa del
ambiente y de la velocidad del viento.
R u 22 ! (Trad i Tp)
para convección:
máxima evaporación:
FIGURA 2.16. Relación del grado de insatisfacción. Fuente: Normativa UNE_EN 7730.
108 Ángel Martínez
Los valores de dicha escala son: Frío (i3), Fresco (i2), Poco Fresco (i1), Neu-
tro (0), Poco Caluroso (c1), Caluroso (c2) y Calor (c3).
La expresión es función de: la velocidad del aire, la temperatura media radiante,
la temperatura ambiente, la temperatura superficial de la ropa y el cuerpo y de la hu-
medad (presión parcial de vapor).
Con:
hc u 12,1 ! V0,5 si V > u 0,1 m/s
O bien,
Ejemplo
Consideremos que tenemos una habitación con las características que se re-
flejan en el diagrama anterior, es decir, 35 ºC y 40% de humedad relativa. Vemos
que ese punto corresponde a un contenido de agua de unos 14 gramos por cada
kilo de aire seco.
Si calentamos el aire de la habitación hasta 40,3 ºC, veremos que en ese punto
se cruza la línea correspondiente al 30% de humedad relativa, entonces el aire que
sigue manteniendo los 14 gramos de agua se encontrará con dicha humedad rela-
tiva del 30%.
Si enfriamos este aire hasta 19,5 ºC veremos que el punto correspondiente se
cruza con la línea curva del 100% de humedad relativa, entonces, el aire que sigue
manteniendo los 14 gramos de agua se encontrará con dicha humedad relativa del
100%. En este punto, también llamado punto de rocío, se inicia la condensación
del agua.
110 Ángel Martínez
Con este simple ejemplo podemos ver que, si disponemos de una habitación
con las condiciones antes mencionadas y una de sus paredes, ventanas o cualquier
otro objeto se encuentra a una temperatura de 19,5 ºC, se formará condensación de
agua sobre dicha zona fría.
100%
Humedad relativa 80%
60%
Zona de confort
50%
Temperaturas
medias mensuales 40%
Zona de variación:
30%
Temperaturas máx. Sep. Ago.
y mín. mensuales Oct.
Jul.
Nov. Jun. 20%
May.
Dic.
Abr.
Ene. Feb. Mar.
10%
i5 0 5 10 15 20 25 30
Temperatura en ºC
FIGURA 2.18. Diagrama psicrométrico con zona de confort y condiciones climáticas de la zona en es-
tudio. Fuente: elaboración propia, GEE.
Clima, microclima y confort 111
Así en zonas donde la temperatura es elevada será necesario proponer una ade-
cuada protección solar para evitar sobrecalentamientos por ganancias debidas a la
radiación solar; contrariamente a lo que sucede en climas fríos, donde un adecuado
soleamiento durante la mayor parte del día será bienvenido.
En zonas con incidencia del viento se deberá diferenciar lo que sucede en ve-
rano o en invierno, puesto que una velocidad de viento que en verano produce una
sensación de refrescamiento, en invierno, y con temperaturas cercanas al límite in-
ferior de confort, provoca sensación de frío.
Favorecer la ventilación cruzada, o diseñar espacios protegidos será entonces
función de las características zonales derivadas del estudio de las condiciones de
viento dominante.
Grandes amplitudes térmicas indicarán la necesidad de contar con elementos
de gran masa térmica que permitan acumular energía en los momentos de mayor
temperatura para luego restituirla al ambiente cuando esta descienda.
Por el contrario, con alta temperatura a lo largo del día, los edificios constitui-
dos por elementos de poca masa térmica serán preferibles, pues evitarán que se acu-
mule energía en la envolvente, que de acumularse, se restituiría al ambiente
(provocando el incremento de la temperatura en algún grado centígrado) cuando la
temperatura todavía resultase confortable.
Temperaturas bajas
En climas con estas características resulta difícil la utilización de espacios ex-
teriores, debido a las bajas temperaturas y a la posible combinación con vientos
fuertes. Las edificaciones compactas y continuas favorecerán, por un lado, la dis-
minución de pérdidas de energía al exterior, al mismo tiempo, permitirán la pro-
tección frente a los vientos dominantes.
En estos casos, es importante la ganancia solar a través de ventanas e inverna-
deros orientados hacia el ecuador9, pues es lo que permitirá elevar la temperatura
interior del recinto.
Hay que tener en cuenta también que estos sistemas pueden elevar muy sig-
nificativamente la temperatura máxima interior, debiéndose, por tanto, mante-
nerlos controlados mediante elementos de elevada capacidad térmica en los
lugares asoleados de la vivienda, para evitar sobrecalentamientos incluso en la
época de invierno.
En lo que respecta al edificio se deberán minimizar las pérdidas hacia el exte-
rior a través de la envolvente con la incorporación de un buen aislamiento, venta-
nas de doble vidrio y elementos móviles de aislamiento en ventanas (persianas).
En lugares con estas características climáticas será deseable contar con zonas
soleadas y resguardadas como los invernaderos. En estas zonas con grandes super-
ficies acristaladas debe tenerse en cuenta que, por la noche, pueden sufrir grandes
pérdidas térmicas; debido a ello será necesario contar con elementos de cierre que
los separen del resto del espacio habitable.
9. Es decir, hacia el Sur en el hemisferio norte y hacia el Norte en el hemisferio sur, siempre
fuera de zonas intertropicales.
114 Ángel Martínez
FIGURA 2.19. Carta bioclimática de Givoni para unas condiciones dadas. Fuente: elaboración propia, GEE.
Clima, microclima y confort 115
Algunas de estas acciones solo pueden llevarse a cabo con carácter auxiliar.
En la figura 2.21, «Actuaciones para alcanzar el confort», vemos cuáles son
estas actuaciones dependiendo de los parámetros iniciales en los que nos encon-
tremos.
Todas las acciones se deben considerar, junto con los elementos ya mencio-
nados, en relación con el confort humano. Como ya se ha visto con anterioridad,
el confort depende de diversas variables, principalmente la humedad relativa
(muy relacionada con fenómenos evaporativos) y la temperatura ambiente (prin-
cipalmente la de bulbo seco con el efecto extra correspondiente al equilibrio ra-
diativo).
De este modo, el confort no se relaciona con un punto individual en el dia-
grama, sino con una zona más o menos ancha. Esto es lo que se ha dado en llamar
«zonas de confort», que dependen de tres variables: la actividad, la vestimenta y la
velocidad del aire.
116 Ángel Martínez
Temperaturas máximas
Indica el valor promedio de todas las temperaturas máximas mensuales regis-
tradas en las mediciones realizadas. Representa un valor típico que se obtiene alre-
dedor de las dos del mediodía.
Temperaturas mínimas
Indica el valor promedio de todas las temperaturas mínimas mensuales regis-
tradas en las mediciones realizadas. Representa un valor típico que se obtiene antes
de la salida del Sol.
Temperaturas medias
Es el valor promedio de todas las mediciones realizadas para el mes.
Humedad relativa
Es la cantidad de vapor de agua que contiene el aire con respecto a la máxima
cantidad de vapor (saturación) que puede contener en las mismas condiciones de
temperatura y presión.
Precipitaciones
Representa la cantidad de agua caída en los diferentes estados (lluvia, nieve o
granizo). Es un dato importante para determinar las condiciones de crecimiento de
plantas (menos de 500 mm anuales resulta insuficiente para el crecimiento natural)
y para el diseño morfológico (no estructural) de las cubiertas y desagües.
Dirección de viento
Indica la frecuencia de la dirección desde la cual sopla el viento expresado
como proporción sobre 1.000 mediciones. Se pueden establecer dos datos de im-
portancia: La dirección principal (la de mayor proporción) y la dirección secunda-
ria (la segunda en importancia). Estos datos son relevantes en el momento de
establecer protecciones de viento o aprovechamiento de brisas.
Velocidad de viento
Indicado en km/h o m/s (en el caso de aeropuertos suele aparecer en nudos,
siendo un nudo u 1.852 km/h), como promedio de las mediciones realizadas.
Otros datos
Otros datos de importancia a obtener son los relacionados con la ubicación ge-
ográfica: latitud, longitud y altitud. Los dos primeros se relacionan con la trayecto-
ria relativa del Sol a lo largo del día y la variación de la altura solar a lo largo del año,
en cambio el último tiene gran influencia sobre las temperaturas, que disminuyen
con la altura, y la intensidad de la radiación solar que aumenta cuando nos elevamos.
120 Ángel Martínez
En las figuras siguientes se aprecia una típica forma de recoger datos proce-
dentes de aeropuertos. Estos suelen ofrecer una buena cantidad de información cli-
mática que completa o sustituye la ofrecida en las instituciones nacionales a cargo
de las predicciones climáticas. Se ofrecen también las explicaciones acerca de los
datos (leyenda del primer cuadro).
Mes T TM Tm R H DR DN DT DF DH DD I
Enero 6,4 10,3 2,4 22 75 4 1 0 7 8 5 133
Febrero 8,4 13,3 3,5 20 68 4 0 0 3 5 5 165
Marzo 10,9 16,6 5,2 20 60 4 0 0 1 2 7 210
Abril 13,0 18,7 7,4 35 58 5 0 1 1 0 5 221
Mayo 17,2 23,2 11,2 44 56 6 0 4 0 0 4 263
Junio 21,3 27,7 14,8 31 52 4 0 4 0 0 8 295
Julio 24,5 31,5 17,6 18 49 3 0 4 0 0 14 337
Agosto 24,4 31,0 17,8 17 53 2 0 4 0 0 11 311
Septiembre 20,7 26,7 14,7 27 59 3 0 3 1 0 7 231
Octubre 15,5 20,7 10,3 30 69 5 0 1 2 0 5 192
Noviembre 10,0 14,3 5,8 30 74 5 0 0 5 2 4 146
Diciembre 7,1 10,7 3,5 23 77 5 0 0 8 6 4 116
Año 15,0 20,4 9,5 318 62 50 1 21 28 25 80 2.614
Leyenda:
T Temperatura media mensual/anual (°C).
TM Media mensual/anual de las temperaturas máximas diarias (°C).
Tm Media mensual/anual de las temperaturas mínimas diarias (°C).
R Precipitación mensual/anual media (mm).
H Humedad relativa media (%).
DR Número medio mensual/anual de días de precipitación superior o igual a 1 mm.
DN Número medio mensual/anual de días de nieve.
DT Número medio mensual/anual de días de tormenta.
DF Número medio mensual/anual de días de niebla.
DH Número medio mensual/anual de días de helada.
DD Número medio mensual/anual de días despejados.
I Número medio mensual/anual de horas de Sol.
unos 10 metros de altura y sin obstáculos para que la rugosidad del terreno no
afecte a la medida.
Por ejemplo, deberemos tener en cuenta que la temperatura baja con la altitud
del lugar a razón de 1ºC por cada 180 metros en verano y por cada 220 metros en
invierno, por lo que deberemos conocer los datos geográficos de la estación y por
supuesto de nuestro emplazamiento.
Además, la temperatura aumentará si proyectamos construir nuestro edificio
en un casco urbano ya que, como hemos dicho, probablemente los datos se hayan
tomado a las afueras de la ciudad, donde la temperatura siempre será menor que
la del centro.
La humedad relativa también puede variar en relación con la medida en la es-
tación meteorológica. Si los datos tomados son cercanos al mar o a una gran masa
de agua, la humedad relativa irá disminuyendo conforme nos alejemos de esta gran
masa de agua y viceversa.
En cuanto a la velocidad de viento, deberemos considerar la posición relativa
de nuestro edificio en relación a los obstáculos cercanos. Considerando que la ve-
locidad de viento será menor cuanto mayor sea el índice de rugosidad del terreno,
es decir, cuanto mayor sea el número de obstáculos.
FIGURA 2.22. Diagrama de Givoni para las variables climáticas mensuales de Madrid (España). Fuente: GEE.
Clima, microclima y confort 123
Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.
Frecuencia de velocidades del viento para las direcciones 230-240-250 (verano, 18 horas)
35
30
Frecuencias (%)
25
20
15
10
5
0
>35 31 a 35 26 a 30 21 a 25 16 a 20 11 a 15 6 a 10 1a5
Velocidades (km/h)
FIGURA 2.24. Velocidad de viento de componente Noroeste en las tardes de verano para el Prat de Llo-
bregat. Fuente: GEE.
11. Nuevamente estas técnicas van orientadas a una zona templada, por lo que en cada clima se
escogerán las apropiadas o bien se utilizarán otras que dicte el buen hacer del diseñador.
Clima, microclima y confort 125
Desprendimiento Conducción
de radiación calorífica
Co
nve
cci
ind solar ión
ón
c
cta
dia
ire
Ra
a
ect
Radiación
dir
Respiración Radiación
Radiación
ar
Evaporación térmica
sol
incandescente
n
ció
Transpiración
dia
Ventilación
Ra
Evaporación Calor
e infiltración
del agua metabólico
proceso dinámico. Las ganancias de calor que ocurren durante una hora
a menudo influyen en el edificio varias horas después. En consecuencia,
es importante considerar de manera exacta la transferencia de calor que se
produce en el edificio a lo largo del día.
El dimensionado de las instalaciones de calefacción y refrigeración.
Deben tenerse en cuenta las características de los equipos de calefacción
y refrigeración. La potencia de los equipos es directamente proporcional
a la superficie que se desea calentar (o enfriar). En el diseño se debe rea-
lizar un dimensionado aceptable para no tener excesos de calefacción o re-
frigeración que producen altas demandas de energía.
L1
Exterior
Interior
L2
R
L1 L3
Suelo
1 ii1 i ic1 n
qi
Nodo
Volumen
dx de control
Una vez conocidas las pérdidas de energía en el edificio y las ganancias inter-
nas en el mismo, se calculan las necesidades de calefacción como la diferencia entre
las pérdidas, Qcerramientos, y las ganancias internas, Qinternas.
Donde:
Nst
Nsuperficies
m˙ inf Cp (T∞ i Tz) : Transferencia de calor debido a la infiltración del aire exterior.
Nzonas
∑ m˙ C i p (Tzi i Tz) : Transferencia de calor por la mezcla del aire interior (aire
iu1 interno y aire acondicionado).
Simulación energética de edificios 133
Los equipos de aire proveen frío o calor produciendo una carga térmica de ca-
lentamiento o de enfriamiento. La energía aportada al sistema Qsis puede ser for-
mulada como la diferencia entre la entalpía del aire suministrado y la entalpía del
aire que sale de la zona que estamos estudiando, como se muestra en la siguiente
ecuación:
Esta ecuación se puede escribir como una serie en el tiempo. La solución más
sencilla de la ecuación en serie del tiempo que relaciona el flujo de calor que pasa
a través de un material con la temperatura, se muestra en la ecuación (3.6).
∞ ∞
nz nz nq
nz nz nq
Donde:
q’’ : q/A
Xj : Coeficiente CTF exterior, ju0,1,...,nz.
Yj : Coeficiente CTF intermedio, ju0,1,...,nz.
Zj : Coeficiente CTF interior, ju0,1,...,nz.
Фj : Coeficiente CTF de flujo, ju0,1,...,nq.
Ti : Temperatura interior de la superficie.
Simulación energética de edificios 135
1,2
1,0
Valor multiplier
0,8
0,6
0,4
0,2
0,0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 Hora
12. El GEE, en colaboración con el Dpto. de Industria y Energía y el Centro Meteorológico Re-
gional, ha publicado recientemente el libro Energía solar y datos climáticos de Aragón.
136 Sergio Díaz, Ángel Martínez y Daniel Sanginés
No Complejidad
¿Resulta aceptable cierta (diponibilidad de tiempo
complejidad de cálculo? y presupuesto)
Sí
No
¿Se precisa el cálculo dinámico Tipos de resultados
de variables energéticas? esperados
Sí
Por otro lado, si se desean obtener datos de consumo final de energía o se re-
quiere realizar una comparación de consumo energético entre diferentes diseños del
edificio, el sistema mensual será suficientemente válido. En cambio, si necesitamos
conocer la evolución de las temperaturas en una zona determinada, consumos ins-
tantáneos o consumos en refrigeración, tendríamos que utilizar el sistema horario.
Al evaluar los datos iníciales tanto climáticos como constructivos, y los resul-
tados que se esperan obtener, se podrá seleccionar el método de cálculo apropiado.
En el siguiente diagrama podemos ver las principales circunstancias que nos harán
seleccionar uno u otro método.
Metodología de análisis
Prediseño
del edificio Arquitecto o ingeniero
Optimización
Simulación de un modelo
Evaluación que represente con precisión
energética las características térmicas
del edificio
Diseño final
Definición del diseño definitivo
y dimensionamiento
de las instalaciones
auxiliares.
Cálculo de instalaciones
auxiliares
Zona
Sur
Zona
Oeste
Zona
Sur
1
2
Otros elementos necesarios son las válvulas de corte y equilibrado, vasos de ex-
pansión, purgadores, bombas circuladoras, sondas de temperatura y termostatos,
manómetros, termómetros y sistemas de regulación electrónica.
La caldera es, sin duda, el elemento estrella de la instalación. Puede ser de leña
o biomasa (astillas, pellets, hueso, mixtas), carbón, gasóleo, gas natural o gas li-
cuado de petróleo (propano, butano).
Las calderas de biomasa son apropiadas cuando se dispone de leña o residuo
agroforestal a bajo precio, caso típico en núcleos rurales de economía agraria. Pero
también tienen su potencial en entornos urbanos, a condición de reservar espacio su-
ficiente para el silo de combustible y prever acceso de camión al lugar de descarga.
Sus principales ventajas son: economía de funcionamiento, autosuficiencia
energética, emisión nula de CO2; los modelos clásicos de bajo coste presentan sin
embargo el inconveniente de su regulación manual, reducido rendimiento y elevada
inercia, manteniendo el rescoldo una potencia apreciable mucho tiempo después de
haberse apagado la llama.
También resulta crítico el ensuciamiento del intercambiador humos/agua, que
exige un mantenimiento regular, lo que en las calderas de más calidad se soluciona con
sistemas de limpieza automática mecánicos (turbuladores-rascadores) o neumáticos.
La alimentación automática propia de las calderas más modernas de biomasa
granulada o astillada permite una regulación mucho más precisa y fiable, utilizando
para ello diversas técnicas y dispositivos que se han ido introduciendo en el mercado.
No obstante la gran mayoría de las instalaciones funcionan con gasóleo y
gas, siendo el gas natural la opción preferida en la mayor parte de los casos por su co-
modidad y limpieza, allá donde exista red de distribución procedente de gasoducto.
La Unión Europea establece el rendimiento mínimo de las calderas de com-
bustibles líquidos y gaseosos mediante la directiva 92/42/CEE, traspuesta a la
legislación española mediante Real Decreto 275/1995 de 24 de febrero (BOE
27/3/1995), identificando tres tipos fundamentales de calderas:
Estándar: Cuya temperatura media de funcionamiento puede limitarse a
partir de su diseño.
De baja temperatura: Aquellas que pueden funcionar continuamente con
temperaturas de retorno de 35 a 40°C y que en determinadas circunstan-
cias pueden producir condensación.
Instalaciones térmicas en edificios 145
Calderas estándar
Son aquellas que no están diseñadas para soportar la condensación del vapor
contenido en los humos y que, por lo tanto, deben trabajar con temperaturas de re-
torno por encima de las de rocío, ya que de lo contrario se produciría una rápida de-
gradación del acero por oxidación y corrosión.
Dentro de esta categoría se suelen encontrar rendimientos bajos para las cal-
deras que trabajan con temperaturas de humos hasta 240°C, o bien algo más altos
en aquellas que mediante mejoras tecnológicas adecuadas permiten trabajar con
temperaturas de humos más bajas, incluso inferiores a 140°C, sin peligro de con-
densaciones.
diante tubos de humos más largos y menos conductores, para que la temperatura en
el lado de humos se mantenga por encima del punto de rocío.
Su principal aplicación es en instalaciones donde se pueda trabajar un número
elevado de horas a temperaturas bajas, de este modo las temperaturas de la envol-
vente de caldera y de humos son inferiores, aumentando el rendimiento estacional
(medio anual) un 10-20% respecto del grueso de las calderas estándar.
Calderas de condensación
Están fabricadas con materiales que soportan las condensaciones sin peligro
de deterioro. En ellas se busca provocar la condensación con el fin de aprovechar
el calor latente de vaporización del agua producida en la combustión, y de este
modo aumentar el rendimiento hasta conseguir mejoras en torno al 20-40% como
media estacional respecto de algunas calderas estándar.
Rendimiento estacional
con aprovechamiento del calor
de condensación (106%)
Marcado energético
En la directiva se establecían también los requisitos de rendimiento para con-
seguir el marcado CE de una, dos, tres o cuatro estrellas (clasificación actualmente
derogada), según lo indicado en la siguiente tabla:
Rendimiento Rendimiento
Marca a potencia nominal a carga parcial
(Tmedia 70°C) (0,3•Pn)(Tmedia650°C)
* 684c2•log Pn 680c3•log Pn
** 687c2•log Pn 683c3•log Pn
*** 690c2•log Pn 686c3•log Pn
**** 693c2•log Pn 689c3•log Pn
TABLA 4.2. Rendimiento mínimo de calderas según Directiva 92/427CEE. Clasificación por estrellas
actualmente derogada.
102%
100%
98%
96%
94% Condens. 30%
92% Condens. 100%
Baja temp. 100%
90%
Baja temp. 30%
88%
Estándar 100%
86%
Estándar 30%
84%
0 100 200 300 400 500
Potencia (kW)
100%
98%
96% 4 Estrellas 30%
4 Estrellas 100%
94%
3 Estrellas 100%
92% 3 Estrellas 30%
90% 2 Estrellas 100%
2 Estrellas 30%
88%
1 Estrella 100%
86% 1 Estrella 30%
84%
0 100 200 300 400 500
Potencia (kW)
FIGURA 4.3. Rendimientos correspondientes a potencia nominal y carga parcial hasta 400 kW.
Sin embargo, en una instalación diseñada para trabajar a medias o bajas tem-
peraturas de calefacción, bien sea mediante radiadores sobredimensionados, venti-
loconvectores o suelo radiante, las calderas de condensación obtienen mejoras
sustanciales de rendimiento medio o estacional.
Esto es debido principalmente al gran número de horas que las instalaciones tra-
bajan a carga parcial, resultando un factor de carga medio estacional por debajo del
40% en la mayoría de los casos.
En estas condiciones y asumiendo una regulación efectiva de la temperatura de
agua enviada a los emisores o unidades terminales, en función de la temperatura ex-
terior, el ahorro energético resulta significativo.
Instalaciones térmicas en edificios 149
Otros elementos
El resto de elementos que completan la instalación son tuberías, accesorios,
emisores y sistema de regulación.
Los emisores típicos en edificios residenciales son los radiadores, que pueden
ser de hierro fundido, aluminio o chapa de acero. Su función es emitir el calor re-
cibido del sistema de distribución, generalmente tuberías de acero negro, plástico
o cobre que transportan el agua caliente proveniente de la caldera.
La posición óptima de los radiadores es en la pared más fría de cada habitación,
generalmente bajo una ventana, generándose así las corrientes de convección apro-
piadas para calefactar la estancia de forma homogénea. Su colocación en elemen-
tos decorativos reduce ligeramente la potencia nominal.
Otros elementos imprescindibles de toda instalación de calefacción son las
bombas circuladoras, purgadores, vasos de expansión y tuberías de distribución con
sus accesorios.
Las bombas circuladoras impulsan el agua a través de los circuitos hidráuli-
cos. Con un diseño adecuado el consumo eléctrico asociado al bombeo suele ser in-
ferior al 2% del correspondiente a combustible, pero en instalaciones complejas
mal diseñadas podría alcanzar hasta el 5%.
Un diseño prudente de la sección de tuberías y accesorios, así como la co-
rrecta elección de las bombas según su punto de trabajo y rendimiento, son facto-
res básicos para reducir el consumo eléctrico relativo a bombeo. También resulta
conveniente el diseño de circuitos a caudal variable según demanda instantánea
de la instalación, controlando la velocidad de las bombas mediante variadores de
frecuencia.
Los purgadores se encargan de eliminar el aire de los circuitos hidráulicos para
evitar problemas de circulación por bolsas de aire y limitar la acción corrosiva del
oxígeno en las tuberías. Los vasos de expansión absorben las sobrepresiones debi-
das al calentamiento y consiguiente dilatación del fluido caloportador. Las válvu-
las de seguridad permiten la evacuación del fluido en el caso de imprevistos que den
lugar a elevaciones excesivas de presión.
La distribución interior en viviendas del agua caliente de calefacción puede se-
guir dos diseños básicos: mototubular y bitubular. Un anillo monotubular consta de
una sola tubería de ida que alimenta consecutivamente a todos los radiadores del
anillo, a través de válvulas monotubulares. Estas válvulas permiten tomar parte del
caudal de agua caliente que circula por la tubería de ida, dejando pasar el resto por
un atajo o «by-pass» hacia el siguiente radiador.
El agua que acaba de atravesar el radiador, menos caliente, se mezcla a la sa-
lida con el caudal de atajo, por lo que la temperatura del agua va disminuyendo a
medida que nos acercamos al final del anillo, lo que obliga a calcular el número de
150 Juan Carlos Pericás
El suelo radiante trabaja con menor temperatura de agua que los radiadores, ha-
bitualmente 40/30ºC (ida/retorno), pero con mucha mayor superficie de emisión,
transfiriendo el calor mayoritariamente por radiación (aprox. 80%). La baja tem-
peratura del fluido caloportador favorece el rendimiento de las calderas de con-
densación y además reduce las pérdidas térmicas en redes de distribución.
Con este sistema se logra un confort superior al resto de sistemas, manteniendo
caliente la parte baja de las habitaciones, al mismo tiempo que se evita la estratifi-
cación y consiguiente acumulación de aire caliente en la parte superior cercana al
techo, lo que reduce las pérdidas por transmisión.
Se comprueba experimentalmente que con 18ºC de temperatura seca medida
en termómetro a 1,5 metros del suelo, la sensación de comodidad térmica es equi-
valente a la del sistema de emisión convectivo con una temperatura ambiente de
22ºC. Pies calientes, cabeza fresca.
Como ventaja adicional, el sistema radiante permite un cierto apoyo de ener-
gía solar a calefacción en invierno, en el caso de instalar suficiente superficie de co-
lectores solares, lo que resulta generalmente inviable en el sistema clásico de
radiadores diseñados para trabajar a 80/60ºC.
Además el suelo radiante puede utilizarse para refrescar las habitaciones en
verano, haciendo circular agua enfriada a unos 15-20ºC, mejorando notablemente
el rendimiento de las enfriadoras (bombas de calor) aire/agua/suelo debido a un
apreciable aumento de la temperatura de evaporación respecto de los sistemas típi-
cos aire/aire o aire/agua trabajando a 7/12ºC de agua enfriada.
Sin embargo, en las plantas bajas del edificio con separación a garajes o a ex-
terior así como en separación con cubierta, el forjado es de bovedilla de poliestireno
expandido con tacón aislado, cumpliendo la exigencia legal de elevado aislamiento
en estos forjados.
Las galerías acristaladas en las viviendas ocupan el 60% del frente de fachada
Sur. La superficie de huecos Sur representa un 40% de la superficie de fachada. En
fachadas Norte el porcentaje medio de acristalamiento está en torno al 15%.
En la fachada Sur (c38° Sudoeste) las galerías tienen poco más de 1 m de pro-
fundidad, lo que garantiza un sombreamiento óptimo en verano.
La instalación térmica se ha diseñado para proporcionar los servicios de cale-
facción, agua caliente sanitaria y refrigeración (preinstalación).
Instalaciones térmicas en edificios 159
Instalación
térmica
Redes de distribución
Calderas
Se proyectan dos equipos en cascada ajustando su funcionamiento a la de-
manda. A medida que esta aumenta, la primera caldera —de condensación— au-
menta su producción de calor hasta llegar a su nivel máximo. En ese momento, para
poder seguir suministrando la energía demandada, debe entrar en funcionamiento
el segundo equipo generador, siendo este de baja temperatura y dos etapas de po-
tencia (todo/medio/nada).
Se pretende que la caldera de condensación sea la encargada de modular po-
tencia (desde el 20%), trabajando a carga parcial, minimizando los ciclos mar-
cha/paro de la segunda caldera de baja temperatura.
160 Juan Carlos Pericás
El conjunto está controlado por una centralita de regulación exterior que co-
manda su funcionamiento según la demanda instantánea. Para optimizar el rendi-
miento y el confort, las calderas trabajan a temperatura de impulsión variable en
función de la temperatura exterior, salvo cuando el depósito de ACS precisa recu-
perar temperatura, ya que entonces la temperatura de impulsión subirá a 75°C hasta
calentar el depósito de servicio.
Enfriadora Enfriadora
por absorción por gas Colectores
de tubo
de vacío
Intercambiador Dep.
de calor de ACS de
inercia
Calefacción ACS
Instalaciones térmicas en edificios 165
Colectores solares
El plan parcial de Valdespartera, de obligado cumplimiento en el emplaza-
miento, exige una cobertura solar mínima del 30% sobre el consumo energético
asociado a la producción de ACS, recomendando el 50%.
Enfriadoras
Por limitaciones de coste no se instala completamente el sistema de refrigera-
ción, pero el esquema de principio y la distribución interior de la sala de máquinas
son compatibles con la posterior instalación de enfriadoras de agua.
En el momento que se pongan de acuerdo un mínimo de, aproximadamente, 20
vecinos de las 96 unidades de convivencia que habitarán el inmueble, se podrá ins-
talar la primera enfriadora, estando todos los elementos pre-configurados y calcu-
lados para facilitar la ampliación.
Se analiza la posible instalación de una máquina de absorción de llama directa
a gas natural, junto con otra máquina con generador de agua caliente que aprove-
chará el calor gratuito procedente de los colectores solares en verano, pudiendo am-
pliarse la superficie colectora tanto con captadores de placa plana como de tubo de
vacío en serie con los anteriores, para cubrir en conjunto y aproximadamente el
50% de la demanda energética anual de refrigeración.
En el momento de ampliar la instalación será necesario reprogramar la centra-
lita de regulación para controlar el arranque de la(s) enfriadora(s) y de la(s) bomba(s)
de circuito primario, en función de la temperatura de consigna fijada en el colec-
tor de agua enfriada, que estará ubicado en el interior de la sala de máquinas en es-
pacio reservado para ello.
Distribución
El fluido térmico se reparte a cada una de las viviendas desde una red común.
Esta red se inicia en la sala de máquinas situada en cubierta de uno de los bloques,
continuando por un patinillo vertical hasta alcanzar el sótano del edificio.
Una vez en el sótano la red se dirige a la base de cada uno de los patinillos de
los portales, confiando el equilibrado hidráulico a un conjunto de reguladores au-
tomáticos de caudal, uno por vivienda.
La circulación se realiza mediante dos bombas en paralelo de funcionamiento
alternado, con caudal y presión variables en función de la demanda instantánea de
la instalación.
La variabilidad del caudal se obtiene mediante la instalación de un variador de
frecuencia que modulará la velocidad del rotor para mantener en todo momento la
presión diferencial necesaria, garantizando así el caudal instantáneo demandado
por la instalación, independientemente de la posición relativa de las válvulas de re-
gulación de las viviendas.
170 Juan Carlos Pericás
Edificio
Sala
norte
de máquinas
Edificio
sur
Con el fin de limitar las pérdidas térmicas en las tuberías, estas se dotan de un
aislamiento adecuado. Dada la escasa repercusión en el coste, se elige un espesor
ligeramente superior al mínimo reglamentario, incluyendo barrera de vapor para
prevenir formación de condensaciones cuando circule agua enfriada.
La red de ACS sigue el mismo esquema que la red de distribución de calefac-
ción, con una red de recirculación para asegurar que cualquier vivienda del edifi-
cio reciba agua caliente en el menor tiempo posible, así como para mantener una
temperatura mínima en toda la red que impida la proliferación de bacterias.
Emisión
Se proyecta un sistema de emisión por aire a base de ventiloconvectores o fan-
coils instalados en el techo de los rellanos previos a las viviendas. Se dimensionan
para la potencia nominal de calefacción a una temperatura de 60/50°C, de manera
que el mismo equipo proporcione aproximadamente la potencia calculada de refri-
geración trabajando en este caso a 7/12°C de agua fría, que resulta aproximada-
mente la mitad de la de calefacción gracias a las características bioclimáticas de
estas viviendas.
Instalaciones térmicas en edificios 171
FIGURA 4.24. Montaje del fancoil en el rellano de escalera y de conductos en falso techo de vivienda.
172 Juan Carlos Pericás
i
Qdemanda i
(QcalefaccióncQACS
i
) i
Qrefrigeración
Qconsumo u ∑ ηi
u ∑ i
ηcalderas
c ∑ i
ηenfriadoras
(4.1)
i i i
Calderas
Pérdidas en
generación
Calefacción Gas
Pérdidas en
distribución Aporte
auxiliar
ACS
Radiación
solar
ACS
Pérdidas en
distribución
Aporte
Depósitos solar ACS Colectores solares
5.000
4.000
3.000
Kwh/año
2.000
1.000
0
Calefacción Refrigeración ACS Energía eléctrica
FIGURA 4.29. Demanda anual estimada de calefacción, ACS, refrigeración y energía eléctrica (des-
contada refrigeración) de una vivienda tipo, indicando márgenes de error aproximados.
Instalaciones térmicas en edificios 177
40 1.600
35 Enero 1.400
Calefacción (MW)
30 1.200
40 1.600
35 Abril 1.400
Calefacción (MW)
30 1.200
30 1.200
ACS a 45ºC (I)
25 1.000
20 800
15 600
10 400
5 200
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24
Tiempo (h)
FIGURA 4.30. Demanda horaria de calefacción, ACS y refrigeración durante un día representativo de
3 meses del año; resultados obtenidos mediante simulación energética.
178 Juan Carlos Pericás
Conocer con precisión cuánta energía suministran las calderas para producción
de ACS exige elaborar el modelo del subsistema de la instalación destinada a su
producción y acumulación.
TSer TSol
QPdSer QPdSol
TSer MSol TSol QSol
VSer VSer
T1 TRed
A
MSer
TRec
Depósito de servicio Depósito solar
MSol
TRec MACSiMSol
Válvula
mezcladora 1 TRed
TD1
MACS
MACSiMSolcMSer MSeriMSol
Red
TRec MReciMSercMSol
Válvula
mezcladora 2 TRec
TD2
MACScMRec MRec
Distribución
Recirculación
QPDis QPRec
Consumo ACS
TACS
MACS
100
90 Tamb u 25ºC
Rendimiento de colectores (%)
Incógnitas
Temperatura media del depósito de servicio (TSer), ya que se ha despre-
ciado su estratificación. Pérdidas térmicas en el depósito de servicio
(QPdSer).
Temperatura media del depósito solar (TSol), que coincide con la tempe-
ratura media del sistema de colectores solares. Pérdidas térmicas en el de-
pósito solar (QPdSol).
Temperatura del caudal de entrada en el depósito de servicio (T1), que
será resultado de una mezcla de los caudales provenientes del depósito
solar y de la recirculación.
Caudal de servicio (mSer), es la parte del caudal que se va a distribuir que
ha tenido un aporte energético.
Caudal solar (mSol), es parte de la demanda de ACS que alimenta el de-
pósito solar, adquiriendo energía procedente del sistema de colectores.
Flujo de energía desde calderas (QCal), es el calor auxiliar necesario
cuando no existe suficiente aporte solar para que la temperatura del de-
Instalaciones térmicas en edificios 181
Ecuaciones
Se aplican balances de energía y masa en aquellos puntos donde existan mez-
clas de caudal, expresando las magnitudes físicas mediante sus ecuaciones carac-
terísticas.
Balance de energía en el depósito de servicio.
i
QCal c QTS
i
i QPdSer
i
c cemSer
i
(T1i i TSer
i
) u cemSer
i
(T1i i TSer
i
) (4.2)
Q i
PdSer u SSer (4.3)
RSer
i
QSol i QTS
i
i QPdSol
i
c cemSol
i i
(TSol i TRed
i
) u ceVSol (T1i i TSer
ii1
) (4.4)
i
TSol i TSC
i
Q i
PdSol u SSol (4.5)
RSol
182 Juan Carlos Pericás
{ i Tamb i Tamb
}
i i i i
(TSol ) (TSol )2
i
QSol u SColQRad
i
ηmáx i к1 i
i к2 (4.6)
i
QRad QRad
i
mSol i
TSol c (mSer
i
i mSol
i i
)TRec u mSer
i
T1i (4.7)
miSerTSer
i
c (mACS
i
i mSol
i i
)TRed u (mACS
i
i mSol
i
c mSer
i i
)TD1 (4.8)
i
Si mACS u 0 r TD1
i
u TSer
i (4.9)
i
(mACSimSol
i
cmSer
i i
)TD1c(mRecimSer
i
cmSol
i i
)TRecu(mACS
i
cmRed)TD2
i
(4.10)
i
QPDis u ∑ Uj (TACS i Tji ) j o Tramos en red de distribución. (4.12)
j
Instalaciones térmicas en edificios 183
i
QPRec
T u TACS i
i
Rec (4.13)
CemRec
i
QPRec u ∑ Uj (TACS i Tji ) j o Tramos en red de distribución. (4.14)
j
Resolución
El intervalo de cálculo se fija en una hora, por estimarse suficientemente pe-
queño para reflejar los cambios en principio lentos que se producen en las variables
que intervienen en el modelo y, al mismo tiempo, lo suficientemente grande para no
incrementar excesivamente el costo computacional. Además, este intervalo es com-
patible con la naturaleza de los datos climáticos y de demanda que se tienen de par-
tida, que son también horarios.
Se obtiene un sistema de 13 ecuaciones con 13 incógnitas para cada uno de los
588 instantes de tiempo (24 horas por 12 días representativos de los meses del
año). El sistema resultante es no lineal, sin solución analítica. Se recurre a una
hoja de cálculo utilizando subrutinas de programación, por su facilidad de manejo
y operatividad en la presentación de resultados.
Generación de calor
En una caldera, el rendimiento expresa el cociente entre la energía neta o útil ob-
tenida de su funcionamiento y la energía total consumida en forma de combustible.
Este rendimiento depende de la tecnología del generador de calor, la tempera-
tura de trabajo y el factor de carga (Φ), es decir, el cociente entre la potencia soli-
citada a la caldera en un instante dado y su potencia máxima o nominal.
Tradicionalmente en España se vienen utilizando calderas de chapa de acero
con quemador presurizado de una, dos o tres marchas, o bien calderas de hierro
fundido, generalmente dotadas de quemador atmosférico todo-nada o todo-medio-
nada. También resultan habituales las calderas modulares atmosféricas, o la com-
binación de varias calderas en cascada para permitir una adaptación progresiva a la
demanda real de la instalación. En la última década se han introducido en el mer-
cado español las calderas de condensación, con varios años de retraso en relación
a otros países europeos.
184 Juan Carlos Pericás
QDemanda-año ∑ i
QDemanda
u
i
ηu (4.15)
QConsumida-año ∑ i
QConsumida
i
Instalaciones térmicas en edificios 185
120
100
Rendimiento instantáneo (%)
80
60
40
Condensación
Baja temperatura
20
Estándar
0
0 25 50 75 100
Factor de carga (%)
FIGURA 4.33. Rendimientos instantáneos frente a factores de carga de la instalación en el mes de enero.
Generación de frío
Se analiza el funcionamiento de 3 tecnologías diferentes de producción de
agua enfriada: Una enfriadora de agua eléctrica de tipo convencional, una enfria-
dora con compresor accionado mediante motor endotérmico de gas natural, y una
máquina de absorción de simple etapa BrLi/agua accionada mediante agua caliente
solar, apoyada por otra de llama directa de gas natural, ambas disipando en una
torre de refrigeración.
El rendimiento de una enfriadora de compresión de vapor con motor endotér-
mico a gas natural es menor, en términos de energía final, que una convencional
eléctrica, ya que incorpora el rendimiento propio del motor (30-40%), aunque en tér-
minos de energía primaria y emisiones de CO2 el balance es favorable a la máquina
de gas, teniendo en cuenta el rendimiento medio de generación y transporte de
electricidad en España. Desde el punto de vista económico, la enfriadora a gas exige
mayor inversión inicial y coste de mantenimiento, pero con un coste de energía
186 Juan Carlos Pericás
TTampón
TColectores
VTampón
Protección de calor
para ACS
La producción de frío por absorción mediante energía solar supone que aque-
lla energía excedente en el suministro de ACS se almacenará en un depósito tam-
pón a la espera de la puesta en marcha de la máquina enfriadora, de acuerdo con el
esquema representado a continuación.
Durante el período programado de funcionamiento de la refrigeración, el calor
solar almacenado en el depósito de inercia se transfiere al generador de la enfria-
dora de absorción, produciendo por tanto energía útil con un rendimiento aproxi-
mado del 60%. Esto mientras la temperatura de dicho depósito permanezca por
encima de 80ºC gracias al aporte solar. Para optimizar costes, el resto de la de-
manda de frío se proporcionará con otra enfriadora adicional.
Se muestran, a continuación, los resultados del cálculo:
1.000 100
900 81,6% 84,0% 97,4% 96,8% 90
Cobertura(%)/Rendimiento(%)
826 77,6%
800 75,3% 80
69,2% 69,5%
700 70
Energía (MWh)
594 588
600 543 60
528 527 501 487
500 49,5% 50
392 391 420 423
358
400 345 343 344 40
298 286 289
300 30
198 169 198 199
200 156 144 133 134 20
100 10
0 0
ES600 --- ES300 ES300 -- ES200 ES200 ES150 ES150 ES50 ES100 ES300 ES150 CD600 --- CD300 CD300 -- CD300 BT300 --
ES200 - ES150 ES150 ES150 ES300 ES100 ES50
Consumo de combustible Consumo calefacción Consumo ACS Rend. estacional anual
FIGURA 4.35. Consumo de gas total (blanco), con indicación de la parte correspondiente a calefacción
(en gris oscuro) y ACS (gris claro). Dependencia con el número y tipología de calderas en cascada. Se
aprecia una fuerte variabilidad dependiendo de la combinación de caleras.
1.000 100
Cobertura(%)/Rendimiento(%)
900 97,8% 90
94,0%
800 87,7% 80
80,8%
Energía (MWh)
700 73,6% 70
600 568
60
500 519 50 Consumo de combustible
432 447 480
400 33% 34% 34% 35% 35% 40 Consumo calefacción
327 387
300 30 Consumo ACS
301 306 310 232
192 Rend. estacional anual
200 162
20
131 141
100 10 Cobertura solar útil
0 0
6 5 4 3 2
Histéresis (ºC)
FIGURA 4.36. Consumo de gas total (blanco), con indicación de la parte correspondiente a calefacción
(en gris oscuro) y ACS (gris claro). Dependencia con la histéresis del termostato del depósito de servi-
cio para un parque generador de 2 calderas 300 kW, una de condensación y otra de baja temperatura.
Se aprecia el incremento de consumo, conforme disminuye la histéresis programada en el depósito de
servicio, debido al mayor número de arranques de caldera y la consiguiente reducción del factor de carga.
188 Juan Carlos Pericás
750 125
Cobertura(%)/Rendimiento(%)
675
97% 100% 101% 100%
600 555 88% 100
Energía (MWh)
FIGURA 4.37. Consumo de gas total (blanco), con indicación de la parte correspondiente a calefacción
(en gris oscuro) y ACS (gris claro). Dependencia del volumen del depósito de servicio para un parque
generador de 2 calderas 300 kW, una de condensación y otra de baja temperatura. El resultado es si-
milar al caso anterior, mejorando el rendimiento para capacidades mayores del depósito.
120 120
100 100
95
Cobertura(%)/Rendimiento(%)
83
80 80
Potencia (kW)
56
61
58
60 60
54
48
40
40 40
33
28 31 29
20 16 16 20
13 13 12
8 8 9 9 8 11 10 8 10 8 9 10 8 8
7 7 6 5 7 7
5 54 56 45 46 4 4 5 656 56 5 55 53 5
3 2
0 0
Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.
FIGURA 4.38. Balance energético mensual con 3.000 litros de acumulación de servicio, 6.000 de acu-
mulación solar, 28 colectores solares de placa plana y 6ºC de histéresis, para un parque generador de
2 calderas de 300 kW, una de condensación y otra BT. Consumo total de gas en blanco; parte calefac-
ción en gris oscuro, pérdidas en distribución de calefacción en gris oscuro con degradado; parte de ACS
en gris claro, pérdidas distribución ACS en gris claro con degradado; aportación solar en gris (barras en
MWh/año, curvas en %). La curva negra representa el rendimiento medio mensual de las calderas.
Instalaciones térmicas en edificios 189
750 125
Cobertura(%)/Rendimiento(%)
675 98% 98% 98% 98% 97% 97%
600 100
Energía (MWh)
525
450 431 434 432 434 435 437 75
375 Consumo de combustible
302 300 300 301 303 303 Consumo calefacción
300 50
225 Consumo ACS
33% 33% 33% 33% 33% 32%
150 25 Rend. estacional anual
129 133 131 133 132 134
75 Cobertura solar útil
0 0
D3.000 D4.000 D5.000 D6.000 D7.000 D8.000
Volumen depósito solar (l)
FIGURA 4.39. Consumo de gas total (blanco), con indicación de la parte correspondiente a calefacción
(gris oscuro) y ACS (gris claro). Dependencia del volumen del depósito solar con 28 colectores solares
de placa plana. Se comprueba que dicho volumen no tiene efecto sobre el resultado, en parte, debido a
que el método de cálculo es sintético (un día representativo por mes, sin cambios en la radiación solar).
500 100
450 90
400 80
350 70
Energía (MWh)
Cobertura(%)
300 60
250 50
200 40
150 30
100 20
50 10
0 0
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
N.º colectores (ud)
FIGURA 4.40. Simulación de un número variable de captadores solares de placa plana. Consumo de gas
natural en línea de puntos (MWh/año), cobertura solar de ACS en línea discontinua gris oscuro (%),
aportación solar total en negro (MWh/año), aportación solar de ACS en gris oscuro (MWh/año), cober-
tura solar del frío por absorción en línea discontinua gris claro (%), aportación solar a la refrigeración
por absorción en gris claro (MWh/año).
190 Juan Carlos Pericás
100 100
88
Cobertura(%)/Rendimiento(%)
80 77 80
Energía (MWh)
56
58
60 55 60
49
40 40
40 40
33
28 27 28
20 16 16 20
13 13 12 12 12 12
7 7 9 9 11 9 10 10 10 8 10 10 11
5 6 7
5 6 7 7 64 57 5 7 58 7
56
5 5 2 4 4 4 3 4
00 2 0 00 0 00 00
00
0 0
Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.
Consumo de gas para calor Pérdidas calefacción Pérdidas ACS Cobertura solar útil de ACS
Demanda calefacción Demanda ACS Aportación solar ACS Rendimiento grupo calderas
120 60
100 50
Energía (MWh)
41
80 40
31 31
60 25 30
40 15 14 15 20
12
20 5 10
000 0 000 0 000 0 000 0 000 0 23 35 2 22 000 0 000 0 000 0
0 0
Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.
Consumo de gas para frío Pérdidas refrigeración Cobertura solar útil absorción
Demanda refrigeración Frío obtenido por absorción Rendimiento grupo enfriadoras
Cobertura(%)/Rendimiento(%)
44 45
40
60 33 35
30
40 21 21 25
18 18 16 17 20
15 14
12 12 1312 11 10 10 10 1310 14 11 15
20 7 9 9 10 10 9 8 6 10
6 3
00 00 00 00 00 00 00 5
00 0
0
Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.
Radiación solar incidente Apotación solar ACS Apotación solar absorción Cobertura solar útil absorción
Demanda bruta ACS Demanda bruta refrigeración Cobertura solar útil ACS Rendimiento útil colectores solares
Rendimiento real colectores solares
FIGURA 4.41. Balance energético mensual con 100 colectores solares de placa plana y 6ºC de histé-
resis para un parque generador de 2 calderas de 300 kW, una de condensación y otra BT, más una en-
friadora de absorción de 100 kW y una enfriadora convencional a gas.
Instalaciones térmicas en edificios 191
81
Cobertura(%)/Rendimiento(%)
80 80
56
Energía (MWh)
58 59
60 60
52
47
40
40 40
33
30
28 28
20 18 20
16 15 15 15 15 16
13 13 13 14 12
9 11 10 11 10 10 10 11
7 6 7
9 7 8 10 10
7 5 7
5 5 5 6
5 4 7 4 5 7
4 5 64 4 57 5 5
00 00 00 00 00
0 0
Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.
Consumo de gas para calor Pérdidas calefacción Pérdidas ACS Cobertura solar útil de ACS
Demanda calefacción Demanda ACS Aportación solar ACS Rendimiento grupo calderas
100 50
41
80 40
Energía (MWh)
31
60 30
23
20 18
40 17 20
1414 13 12
20 7 6 10
000 0 000 0 000 0 000 0 000 0 2 3 2 2 000 0 000 0 000 0
0 0
Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.
Consumo de gas para frío Pérdidas refrigeración Cobertura solar útil absorción
Demanda refrigeración Frío obtenido por absorción Rendimiento grupo enfriadoras
55
50
80 44 45
40
Energía (MWh)
60 34 33 35
28 30
40 21 21 25
18 18 18 17 20
16 15 15 16 14 15 15 15
13 14 14 1210 10 15
11 11 11 10 10 10 10 11
20 10
5
00 00 00 00 00 00 00 00
0 0
Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.
Radiación solar incidente Apotación solar ACS Apotación solar absorción Cobertura solar útil absorción
Demanda bruta ACS Demanda bruta refrigeración Cobertura solar útil ACS Rendimiento útil colectores solares
FIGURA 4.42. Balance energético mensual con 100 colectores solares de tubo de vacío y 6ºC de his-
téresis para un parque generador de 2 calderas de 300 kW, una de condensación y otra BT, más una
enfriadora de absorción de 100 kW y una enfriadora convencional a gas.
192 Juan Carlos Pericás
600
495,9
500
460,3
443
423,2
412,9 406,6 402,7 398,5
400 392,3
Energía (MWh)
300
200
101
100 83 78 64 65
54 57 47 51 42 47 39 45 36 39
42 34 32
0
i10 i5 c0 c5 c10 c15 c20 c25 c30
FIGURA 4.43. Consumo total de gas natural de la instalación (claro) y pérdidas térmicas producidas en
las redes de distribución de calefacción (oscuro) y ACS (medio) para diferentes espesores de aisla-
miento; variaciones respecto del mínimo reglamentario.
Conclusiones
La histéresis del depósito de servicio desempeña un papel significativo en el
modelo del sistema de acumulación y producción de ACS. El rendimiento mejora
notablemente con valores altos de histéresis, sin que esta medida conlleve ningún
sobrecoste, ya que es un parámetro de la regulación.
Disminuir el volumen de servicio dirige el comportamiento de la instalación
hacia un sistema de producción instantánea, lo que implica mayor número de ciclos
de arranque de las calderas a menor factor de carga, es decir, con peores rendi-
mientos.
Teniendo en cuenta las tarifas vigentes de gas natural para consumo centrali-
zado (a partir de 100 MWh/año), la instalación de colectores solares presenta un pe-
ríodo de amortización en torno a 15 años. Solo en un escenario de costes energéticos
crecientes, mayor sensibilidad ambiental y menores costes de instalación, la inver-
sión en energía solar térmica resultará más competitiva.
Utilizando colectores solares de placa plana exclusivamente para producción
de ACS, la cobertura solar tiene un comportamiento asintótico conforme aumenta
la superficie de captación, saturándose en torno al 70%, lo que corresponde apro-
ximadamente con un área neta de captación de 2,3 m2/vivienda.
Instalaciones térmicas en edificios 193
240
220 41
200 40
Energía (MWh)
180
31
160 30
140
120
100 17
20
80 14 14
12
60 9 8 10
40
20 2 3 2 2
000 0 000 0 000 0 000 0 000 0 0 0 0 0 000 0 000 0 000 0
0 0
Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.
Consumo eléctrico para frío Pérdidas refrigeración Cobertura solar útil absorción
Demanda refrigeración Frío obtenido por absorción Rendimiento grupo enfriadoras
240 43 41
220
200 40
35
Energía (MWh)
180
31
160 30
140
120 22
20
100 20
80 14
12
60 10
40
20 2 3 2 2
000 0 000 0 000 0 000 0 000 0 0 0 0 0 000 0 000 0 000 0
0 0
Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.
Consumo gas para frío Pérdidas refrigeración Cobertura solar útil absorción
Demanda refrigeración Frío obtenido por absorción Rendimiento grupo enfriadoras
240
220 41
200 40
Energía (MWh)
180
29 31
160 30
140
120 22
100 20
80 13 14 12 12 12 12
60 10
40 7 6
20 2 3 2 2
000 0 000 0 000 0 000 0 000 0 000 0 000 0 000 0
0 0
Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.
Consumo gas para frío Pérdidas refrigeración Cobertura solar útil absorción
Demanda refrigeración Frío obtenido por absorción Rendimiento grupo enfriadoras
Los resultados muestran que es posible conseguir satisfacer al menos una parte
de la demanda de refrigeración mediante la combinación de captadores solares so-
bredimensionados con máquinas de absorción de simple etapa, reduciendo el con-
sumo eléctrico y de gas natural a su mínima expresión.
La inversión correspondiente a la instalación solar térmica en el caso de la re-
frigeración por absorción es muy elevada (representa un 62% del total).
Pero, por el momento, con las tarifas energéticas vigentes, la fuerte inversión
asociada en captadores solares no es rentable, además de presentar problemas po-
tenciales de seguridad en épocas intermedias (primavera, otoño), cuando no exis-
ten demandas de calor ni de frío apreciables. Todos estos factores explican la escasa
proliferación de este tipo de instalaciones.
Por último, aumentar el espesor de aislamiento de las redes de distribución
10mm por encima del mínimo normativo conduce a un ahorro del 7%, con un pe-
riodo de amortización de aproximadamente 5-10 años.
En resumen, los resultados permiten adelantar la importancia de un diseño cui-
dadoso de las instalaciones térmicas en edificios de viviendas.
Otras tipologías edificatorias destinadas a sector terciario presentan caracte-
rísticas peculiares, con un elevado peso del consumo eléctrico asociado a la clima-
tización, por lo que requieren un tratamiento específico.
5. Certificación energética de edificios
5.1. Introducción
En 1994 el Real Decreto 124/1994 transponía la directiva europea 92/75/CEE
con objeto de informar al usuario de la eficiencia energética de los electrodomésti-
cos, estableciendo una metodología de certificación y el formato de la etiqueta ener-
gética. A partir de aquel momento el gran público comenzó a habituarse a que todos
los electrodomésticos fueran acompañados de una letra. Una letra que, en función de
una escala, mostraba el nivel comparativo de la eficiencia energética del electrodo-
méstico. Aprendimos que algunos de nuestros frigoríficos antiguos podían ser una
«F» o una «G», destacados en colores calientes (naranja y rojo, respectivamente).
Aprendimos además que el mercado nos ofrecía ahora frigoríficos «A». Una «A»
destacada en un color frío, el verde. Eran frigoríficos mejor aislados, más estancos
y con compresores más eficientes que podían reducir el consumo de energía hasta la
mitad (dependiendo siempre de los criterios de uso). Años después la demanda del
mercado ha impuesto que la escala se extienda en sentido ascendente. No basta con
la A, ahora los fabricantes se afanan en conseguir frigoríficos A+ o A++.
El año pasado el Real Decreto 47/2007 transponía parcialmente la directiva
europea 2002/92 estableciendo una etiqueta energética, muy similar a la de los fri-
goríficos, que a partir de ahora caracterizará la eficiencia energética de los edificios.
Dicha etiqueta nos da cuenta tanto de la demanda energética del edificio como de
las emisiones de CO2 que genera por m2 de superficie útil a lo largo de un año. El
objetivo es informar al usuario tanto del diseño bioclimático de la vivienda, como
de la eficiencia de sus instalaciones.
No cabe duda que parangonar el mercado de los frigoríficos al de las viviendas
es una simplificación demasiado grosera. El clima, la disponibilidad de Sol en la par-
cela, el equilibrio entre la piel del edificio (aislamiento, inercia térmica, sistemas de
sombreamiento, calidad de huecos…) y la adecuación de las instalaciones (eficien-
cia nominal, curvas de comportamiento de los sistemas, rendimiento medio estacio-
nal, emisiones derivadas del tipo de energía primaria…) complican en gran medida
el proceso de certificación. Además, la propia estructura del sector hace que extra-
polar la evolución del mercado de electrodomésticos al inmobiliario no sea posible.
Sin embargo, tanto la crisis energética como la crisis medioambiental y el tra-
tado de Kyoto hacen que un sector como el de la edificación, responsable de al
menos el 35% de consumo de energía primaria española, sea clave en la reducción
del consumo energético aquiriendo un papel relevante en las directrices que debe se-
guir la política energética.
198 Sergio Díaz y Marga Truc
Escala
Indicadores
y datos identificativos
Certificación Certificación
del proyecto del edificio
Calificación
(metodología)
Opción general
Opción
Procedimiento Procedimientos simplificada
de referencia alternativos
Cumplimiento
Demanda de Programa Programas
de la opción
calefacción y alternativos
LIDER simplificada
refrigeración a LIDER
del CTE-HE1
Requisitos Rendimiento Cumplimiento Cumplimiento Cumplimiento
mínimos de instalaciones de requisitos de requisitos de requisitos
térmicas de CTE-HE2 de CTE-HE2 de CTE-HE2
Cumplimiento Cumplimiento Cumplimiento
Contribución
de porcentajes de porcentajes de porcentajes
solar mínima
previstos previstos previstos
de ACS
en CTE-HE4 en CTE-HE4 en CTE-HE4
Programas Asignación
Programa
Calificación energética alternativos directa de Clase de
CALENER
a CALENER eficiencia D o E
Viviendas unifamiliares
Tabla 1.- Opciones de obtención de clase D para viviendas unifamiliares en las zonas A3, A4, B4, C3 y C4.
Tabla 2.- Opciones de obtención de clase D para viviendas unifamiliares en las zonas B3 y D3.
Tabla 3.- Opciones de obtención de clase D para viviendas unifamiliares en las zonas D1 y E1.
Tabla 4.- Opciones de obtención de clase D para viviendas unifamiliares en la zona D2.
Tabla 5.- Opciones de obtención de clase D para viviendas unifamiliares en la zona C1.
Tabla 6.- Opciones de obtención de clase D para viviendas unifamiliares en la zona C2.
Bloques de viviendas
Tabla 7.- Opciones de obtención de clase D para bloques de viviendas en las zonas A4, B3, B4, C3 y C4.
Tabla 8.- Opciones de obtención de clase D para bloques de viviendas en la zona A3.
Tabla 9.- Opciones de obtención de clase D para bloques de viviendas en la zona C2.
Tabla 10.- Opciones de obtención de clase D para bloques de viviendas en las zonas D2 y D3.
Tabla 11.- Opciones de obtención de clase D para bloques de viviendas en las zonas D1 y E1.
Tabla 12.- Opciones de obtención de clase D para bloques de viviendas en la zona C1.
TABLA 5.2. Índice de tablas del documento reconocido «Opción simplificada para la calificación de efi-
ciencia energética de edificios de viviendas».
c u V/S [m]
Notas:
En caso de que los parámetros característicos del edificio no permitan su inclusión en alguna de las opciones propuestas,
el edificio obtendrá la clase de eficiencia E.
Cuando alguno de estos parámetros quede reflejado en cualquiera de las tablas mediante el símbolo «-», el edifio obtendrá
la clase de eficiencia E.
TABLA 5.3. Tabla 2 del documento «Opción simplificada para la calificación de eficiencia energética de
edificios de viviendas».
FIGURA 5.7. Página Web del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, <http://www.mityc.es/
Desarrollo/Seccion/EficienciaEnergetica/CertificacionEnergetica/Reconocidos/CalenerVYP>.
FIGURA 5.8. Formulario de descripción del edificio. Selección del tipo de edificio para una vivienda uni-
familiar.
FIGURA 5.9. Formulario de descripción del edificio. Selección del tipo de edificio y definición de las car-
gas internas para un edificio terciario.
FIGURA 5.10. Visualización 3D del edificio. Selección de un espacio para la edición de sus propieda-
des para un edificio terciario.
210 Sergio Díaz y Marga Truc
FIGURA 5.11. Edición de las propiedades de un espacio y definición de los sistemas de iluminación del
espacio para un edificio terciario.
Definición de sistema
Para definir un sistema de climatización y/o ACS en CALENER VYP hay que
definir previamente 4 elementos: demanda de ACS, equipos de generación de calor
y/o frío, unidades terminales y zonas climatizadas, tal como muestra la figura 5.13.
Sistema
Demanda Unidades
Equipos Zonas
ACS terminales
Factores de corrección
Los factores de corrección que se incluyen en la base de datos de CALENER
VYP son los que se utilizan en los equipos y unidades terminales que se importan
en cada proyecto.
Estos factores, utilizados para la simulación de los equipos, se basan en el uso
de un conjunto de funciones matemáticas que indican el comportamiento del equipo
dependiendo de determinadas variables exteriores al mismo.
Los factores de corrección son tablas y curvas de comportamiento de los
equipos incorporados en la base de datos (p. ej.: rendimiento de una caldera a
carga parcial, etc.). El programa incluye valores promedios genéricos de los dis-
tintos fabricantes del mercado, que en cualquier caso pueden ser modificados
utilizando las curvas y tablas del fabricante del equipo concreto que se va a ins-
talar en el edificio.
Certificación energética de edificios 217
Ejemplos de sistemas
A continuación se presentan los sistemas energéticos más representativos que
se pueden encontrar en edificios de viviendas y pequeños terciarios, indicando para
cada caso el modo de definir cada sistema en CALENER VYP.
Unidad interior
Unidad exterior
Sistema:
Climatización unizona
Equipo:
Espacio:
Autónomo aire-aire
Acondicionado
Solo frío
FIGURA 5.16. Sistema split-aire acondicionado para refrigeración de una sola zona del edificio.
Sistema:
Climatización unizona
Equipo:
Espacio:
Autónomo aire-aire
Acondicionado
Bomba de calor
FIGURA 5.17. Sistema split-bomba de calor para climatización de una sola zona del edificio.
Unidad Unidad
interior 1 interior 2
Unidad
exterior
central
Sistema: Equipo:
Multizona expansión directa Unidad exterior de
autónomo aire-aire
FIGURA 5.19. Sistema multi-split - bomba de calor para climatización de varias zonas del edificio.
220 Sergio Díaz y Marga Truc
Zona 6
Zona 5
Zona 1
Zona 2
Zona 4
Zona 3
Sistema: Equipo:
Multizona conductos Autónomo aire-aire
Bomba de calor
FIGURA 5.21. Sistema de bomba de calor para climatización por conductos de aire de varias zonas del
edificio.
solar se conecta ahora con la entrada de agua del depósito secundario, de tal forma
que si no se alcanza la temperatura de consigna en dicho acumulador, entra en fun-
cionamiento el equipo de apoyo transmitiendo su energía calorífica a este acumu-
lador secundario.
Subsistema
Regulador auxiliar
Subsistema de Consumo
distribución ACS
Colector
Subsistema de
Inter- Acumulador almacenamiento
cambiador
Fluido
Caloportador
Agua fría de red
Bomba Bomba
Circuito primario Circuito secundario
Regulador
Subsistema de Consumo
distribución ACS
Acumulador Subsistema
Subsistema
Colector secundario auxiliar
Inter- de alma-
Acumu- cenamiento
cambiador
lador
Fluido
Caloportador
Agua fría de red
Bomba Bomba
Circuito primario Circuito secundario
FIGURA 5.22. Sistemas de agua caliente sanitaria con energía solar térmica y apoyo instantáneo en
serie (arriba) y apoyo en depósito secundario (abajo).
Certificación energética de edificios 223
Sistema:
ACS
Equipo:
Caldera eléctrica Demanda ACS
o de combustible
En la tabla 5.5 se indica la contribución solar mínima anual exigida (a una tem-
peratura de referencia de 60 ºC) para cada zona climática y para distintos niveles de
demanda de agua caliente sanitaria.
TABLA 5.5. Aporte solar mínimo en % para calentamiento de apoyo por efecto Joule.
224 Sergio Díaz y Marga Truc
A Coruña Santander
Lugo
Oviedo
I Bilbao
Vitoria
San Sebastián
Pontevedra Orense
León II Burgos
Pamplona
Logroño
V Alicante
Córdoba Murcia
IV
Huelva
Sevilla
V Jaén
Granada
IV
Málaga Almeria
Cádiz
Sta. Cruz V
de Tenerife
Las Palmas Ceuta V
Melilla V
Diálogo
con LIDER
Cálculo
calificación
Definición
sistemas
Como se puede comprobar, todos los menús comentados hasta ahora son exac-
tamente los mismos que aparecen en la aplicación LÍDER. Los siguientes menús son
ya específicos de CALENER VYP.
Desde el menú «Sistema» se accede a dos pestañas. La primera pestaña «Base
de Datos» contiene la base de datos de equipos, unidades terminales y factores de
corrección.
Base de datos
con todos los elementos
que integran un sistema
Una vez definidos los sistemas, se puede proceder con la simulación del edifi-
cio a través del menú «C.Calif», que proporcionará la calificación energética del edi-
ficio y presentará, en forma de tabla, los principales resultados obtenidos en el
proceso de simulación. Finalizado este proceso, es posible acceder al menú de «Re-
sultados» para visualizar nuevamente la calificación energética obtenida y los prin-
cipales resultados de la simulación.
Para el caso de viviendas, al tratarse de una escala de calificación absoluta, en
la etiqueta aparece el valor de los distintos indicadores tanto para el edificio objeto
analizado como para el edificio de referencia con el que se efectúa la comparación.
Entre los indicadores que aparecen hay que destacar el indicador principal de emi-
siones totales de CO2 por m2 y año, junto con otros indicadores secundarios como
son la demanda de calefacción y refrigeración en kWh por m2 y año, y el desglose
de emisiones de CO2 por m2 y año asociadas a los sistemas de calefacción, refrige-
ración y ACS del edificio.
Para el caso de edificios terciarios, al tratarse de una escala de calificación re-
lativa (donde el edificio de referencia se utiliza para calcular el indicador del edi-
ficio objeto analizado), solo se muestran los valores de los indicadores para el
edificio objeto. Entre los indicadores secundarios cabe destacar las emisiones de
CO2 por m2 y año asociadas a los sistemas de iluminación del edificio, no consi-
deradas en viviendas.
FIGURA 5.28. Etiqueta de calificación energética para un edificio de viviendas (izqda.) y para un edifi-
cio terciario (dcha.).
Certificación energética de edificios 229
La tabla 5.6 muestra la descripción de cada uno de los espacios en los que se
divide el edificio, así como sus principales características geométricas.
Planta Espacio Descripción Tipo Uso Área (m2) Altura (m) Volumen (m3)
P01 P01_E01 Sótano No Habitable Estanqueidad 3 56,92 2,4 136,61
P02_E01 Pasillo-Escalera Habitable Residencial 9,68 3,0 29,05
P02_E02 Aseo Habitable Residencial 3,38 3,0 10,13
P02
P02_E03 Cocina Habitable Residencial 13,19 3,0 39,58
P02_E04 Salón Habitable Residencial 24,44 3,0 73,31
P03_E01 Dormitorio 1 Habitable Residencial 14,55 3,0 43,64
P03_E02 Pasillo-Escalera Habitable Residencial 7,45 3,0 22,34
P03_E03 Dormitorio 2 Habitable Residencial 8,68 3,0 26,03
P03
P03_E04 Dormitorio 3 Habitable Residencial 7,89 3,0 23,68
P03_E05 Dormitorio 4 Habitable Residencial 12,54 3,0 37,62
P03_E06 Baño Habitable Residencial 5,82 3,0 17,46
P04 P04_E01 Entretecho No Habitable Estanqueidad 2 56,92 0,75 42,69
TABLA 5.7. Composición del muro exterior de la vivienda (de exterior a interior).
TABLA 5.10. Composición del forjado en contacto con el terreno de la vivienda (de arriba a abajo).
Certificación energética de edificios 233
TABLA 5.11. Composición del forjado interno de la vivienda (de arriba a abajo).
Calefacción:
Caldera gas natural
estándar 20 kW
Rendimiento: 0,92
Sistema: Sistema:
Mixto ACC Instalación calefacción
Cobertura solar: 70% T.ª impulsión: 80ºC
Equipo:
Caldera calefacción
Equipo: Demanda ACS:
Gas natural
Caldera ACS ACS Vivienda
20 kW
Gas natural 90 l/día
Rendimiento: 0,92
15 kW
Rendimiento: 0,90
Unidad Terminal: Espacio:
Radiador salón: 4 kW P2_E04: Salón
FIGURA 5.33. Definición de los sistemas de ACS, calefacción y refrigeración de la vivienda en CALENER VYP.
Certificación energética de edificios 235
Para introducir los sistemas anteriores en CALENER VYP, hay que entrar en
el menú «Sistema» y seleccionar la pestaña «Proyecto». A continuación, se crearán
los sistemas de ACS, refrigeración y calefacción del edificio.
Para crear el sistema de ACS hay que seguir los siguientes pasos:
En la carpeta «Demandas ACS», hacer clic en el botón derecho del ratón para
«Añadir Demanda ACS». Ponerle como nombre «DEM_ACS» (por ejemplo) y
modificar el área habitable cubierta hasta que el producto de dicho valor por el
consumo total diario de 0,9 l/(m2día) sea igual a la demanda de ACS prevista. En
este caso, como la demanda es de 90 l/día, hay que poner un área habitable cu-
bierta de 100m2. Pulsar el botón «Aceptar» para que los valores modificados y/o
añadidos sean guardados.
En la carpeta «Equipos», hacer clic en el botón derecho del ratón para «Importar
Equipo»>«Caldera eléctrica o de combustible»>«EQ_Caldera-ACS-Convencional-
Defecto». En ese momento se crea el equipo y se importan los factores de correc-
ción desde la base de datos. Seleccionar el nuevo equipo creado y ponerle como
nombre «CALDERA_ACS» (por ejemplo), introducir 15 kW como capacidad
total, rendimiento nominal de 0,9 y tipo de energía «Gas Natural» y pulsar el botón
«Aceptar».
En la carpeta «Sistemas», hacer clic en el botón derecho del ratón para «Añadir
Sistema»>«Sistema de agua caliente sanitaria». Ponerle como nombre
«SIS_ACS» (por ejemplo) e introducir un 70% de porcentaje de energía solar,
dejar la contribución solar mínima al 70%, seleccionar «ninguno» como equipo
acumulador (se recuerda que el depósito solar no debe definirse) y como multi-
plicador se deja 1, ya que tan solo existe un sistema de ACS en el edificio. A con-
tinuación, pinchar en la pestaña «Equipos», seleccionar «CALDERA_ACS» en la
lista desplegable y pulsar el botón «Agregar». Finalmente, pinchar en la pestaña
«Demandas de ACS», seleccionar «DEM_ACS» en la lista desplegable, y pulsar
los botones «Agregar» y «Aceptar».
Para crear el sistema de refrigeración hay que seguir los siguientes pasos:
En la carpeta «Equipos», hacer clic en el botón derecho del ratón para «Importar
Equipo»>«Expansión directa aire-aire solo frío»> «EQ_ED_AireAire_SF-Defecto».
En ese momento se crea el equipo y se importan los factores de corrección desde la
base de datos. Seleccionar el nuevo equipo creado y ponerle como nombre
«SPLIT_AC_P2_E04» (por ejemplo), e introducir los siguientes datos: capacidad
total de refrigeración nominal de 3,5 kW, capacidad sensible de refrigeración no-
minal de 2,65 kW, consumo de refrigeración nominal de 2 kW (calculado como el
cociente entre la capacidad total de refrigeración nominal y el EERu3,5/2,5u2),
caudal de impulsión de aire de 800 m3/h. Finalmente pulsar el botón «Aceptar».
236 Sergio Díaz y Marga Truc
5.5.2. CALENER GT
En este capítulo se hace una presentación general de la herramienta CALENER
GT para la certificación de edificios del sector terciario. En los siguientes aparta-
dos se explica el alcance y estructura general de la aplicación, sus principales pres-
taciones, y los pasos a seguir para la definición de los distintos componentes del
edificio para poder realizar la calificación energética.
Menú principal
Barra de herramientas
Barra de navegación
Árbol de objetos
Panel de revisión
Barra de estado
Por otra parte, una vez efectuada la calificación es posible acceder a la herra-
mienta de resultados, cuya finalidad es informar al técnico calificador sobre las
contribuciones al nivel de emisiones de CO2 de los diversos usos finales de ener-
gía del edificio, de tal forma que se puedan analizar y evaluar posibles mejoras de
diseño del edificio y sus sistemas energéticos con vistas a obtener una mejor cali-
ficación energética.
Hay que destacar que la herramienta de resultados puede trabajar indepen-
dientemente de la aplicación CALENER GT, permitiendo comparar distintas so-
luciones constructivas y de climatización para distintos edificios terciarios,
analizando aquellas que pueden resultar más eficientes.
244 Sergio Díaz y Marga Truc
Tipos de edificios
La herramienta CALENER GT puede aplicarse a cualquier tipo de edificio del
sector terciario, no pudiéndose utilizar para la calificación de viviendas. No obs-
tante, lo recomendable es que para los edificios terciarios de tamaño pequeño o me-
diano, que por lo general dispondrán de sistemas de climatización relativamente
simples, la calificación energética se haga a través de CALENER VYP, que en ge-
neral resulta más sencilla y rápida de utilizar. Para ello, la única condición que deben
cumplir dichos edificios es que sus sistemas de climatización se encuentren dentro
de base de datos de CALENER VYP.
En general, los tipos de edificios que se pueden calificar con CALENER GT
son aquellos edificios sugeridos en el anexo de Directiva Europea relativa a la Efi-
ciencia Energética de los Edificios (2002/90/CE):
Oficinas: Proyecto cuyo uso principal es el de oficinas.
Destinado a la enseñanza: Colegios, Institutos de enseñanza secundaria,
Universidades, academias y todo proyecto destinado principalmente a una
finalidad docente.
Hospitales, clínicas y ambulatorios: Proyecto destinado principalmente
al uso sanitario.
Hoteles y restaurantes: Hoteles, moteles, albergues, pensiones, restau-
rantes, bares, etc.
Comercio: Proyecto destinado al uso comercial al por mayor y al detall,
tales como grandes centros comerciales, supermercados, pequeños co-
mercios, etc.
Otros: Proyecto no clasificable como ninguno de los tipos anteriores.
Por último, hay que recordar que en ningún caso se puede utilizar la opción
simplificada para calificar energéticamente un edificio terciario, ya que para este
tipo de edificios, a día de hoy, no existe dicha opción.
Tipos de energía
Para cada uno de los equipos principales de consumo (calderas, plantas en-
friadoras, etc.) que sean susceptibles de utilizar diferentes tipos de energía se deberá
especificar el tipo de energía utilizada, que podrá ser: carbón, GLP (gases licuados
del petróleo, como el butano o el propano), gasóleo, fuel-oil, gas natural, biomasa
o electricidad.
A diferencia de CALENER VYP, en CALENER GT la superficie útil de co-
lectores solares térmicos para la producción de agua caliente sanitaria debe defi-
Certificación energética de edificios 245
nirse conjuntamente con el sistema de apoyo que se instale dentro del formulario co-
rrespondiente al Generador de ACS.
Otra de las novedades de CALENER GT es la posibilidad de modelar siste-
mas de producción de energía eléctrica para el edificio, que pueden ser de dos
tipos:
Sistemas de cogeneración de calor y electricidad mediante el consumo de
un combustible: Este sistema debe definirse en la carpeta «Equipos de
Cogeneración» dentro del menú «Subsistemas Primarios», donde habrá
que indicar el tipo de energía de entre las anteriormente mencionadas que
consume el equipo, la potencia del equipo, su rendimiento nominal, etc.
Conviene destacar que CALENER GT solo puede modelar sistemas de
cogeneración que funcionen con motor de combustión interna.
Sistemas de generación de electricidad renovable: Si el edificio cuenta
con algún sistema de este tipo, como paneles fotovoltaicos o aerogenera-
dores de pequeña potencia, el usuario deberá especificar qué porcentaje de
la energía eléctrica que consume el edificio es autogenerada de esta forma.
Este valor se debe especificar en el apartado de «Datos generales» del
proyecto dentro del menú «Componentes» en la solapa «Energía eléc-
trica». En el caso de las instalaciones fotovoltaicas hay que indicar tam-
bién el porcentaje de potencia fotovoltaica mínimo a instalar según
establece el CTE-DB-HE5. Conviene señalar que, en CALENER GT, a la
energía producida mediante este tipo de sistemas no se le asocian emi-
siones de CO2.
habrá que subsanar convenientemente. Entre estas limitaciones cabe destacar que
un polígono no puede tener más de 30 vértices, el nombre de los espacios no puede
sobrepasar un determinado número de caracteres, etc.
La otra alternativa sería definir el edificio utilizando directamente la herra-
mienta gráfica incorporada en CALENER GT. En este caso hay que definir polí-
gonos, a partir de los cuales de definen, a su vez, las plantas y espacios del
edificio. Por tanto, se puede definir cualquier forma edificatoria cuya envolvente
exterior pueda ser aproximada por un conjunto de polígonos. A partir de los es-
pacios creados se definen los cerramientos del edificio, que pueden ser interiores,
exteriores o en contacto con el terreno. Finalmente en los cerramientos exteriores
se crean los huecos, que pueden ser puertas y ventanas. La figura 5.38 muestra de
forma esquemática el proceso de definición geométrica y constructiva del edifi-
cio en CALENER GT.
Planta
Espacio
Ventanas Puertas
FIGURA 5.38. Esquema a seguir para la definición de la envolvente del edificio en CALENER GT.
Aire de retorno
Subsistema
Baterías secundario u
Local climatizado
Lado del aire
Aire Caja de Aire de impulsión
exterior mezcla
Filtro Ventilador
Subsistemas primarios
Los subsistemas primarios son todos aquellos equipos y dispositivos en-
cargados de la generación de la energía térmica, calorífica y frigorífica, así
como de su transporte y distribución desde los equipos generadores hasta los
consumidores.
El objeto fundamental del árbol de objetos dentro del menú «Subsistemas Pri-
marios» es el circuito hidráulico, ya que es el objeto que relaciona mediante refe-
rencias cruzadas a los demás objetos de este árbol. Dichas relaciones por referencia
se muestran en la figura 5.41.
250 Sergio Díaz y Marga Truc
Aquellos equipos que no emplean el agua como fluido caloportador, como por
ejemplo, los equipos autónomos, no requieren la definición de ningún circuito hi-
dráulico y se definen directamente en el menú de «Subsistemas Secundarios».
A continuación, se enumera el tipo de objetos que se pueden definir desde el
menú «Subsistemas Primarios»:
1. Circuitos hidráulicos: Conectan los sistemas de producción de calor/
frío con las bombas, con los subsistemas secundarios y con las zonas
climatizadas. CALENER GT puede modelar los siguientes tipos de cir-
cuitos:
Circuito de agua fría.
Circuito de agua caliente.
Circuito a dos tubos. Por este circuito puede circular agua caliente
o agua fría, pero nunca puede dar servicio simultáneo de frío y
calor.
Circuito de condensación.
Circuito de agua bruta.
Circuito de bomba de calor en circuito cerrado.
Circuito de agua caliente sanitaria.
Certificación energética de edificios 251
Subsistemas secundarios
Se entiende por subsistemas secundarios a todos aquellos equipos y disposi-
tivos encargados del tratamiento y la distribución de aire a las zonas climatizadas.
Los subsistemas secundarios más representativos son las Unidades de Tratamiento
de Aire (UTA), constituidas por una sección de baterías (frío y/o calor), una sec-
ción de humidificación y una sección de ventiladores. Además dentro de los sub-
sistemas secundarios se incluyen las zonas térmicas, los termostatos, las unidades
terminales, etc.
Los subsistemas secundarios se denominan a veces «sistemas de aire», equipos
del «lado del aire» o simplemente, «sistemas».
Tal como muestra la figura 5.43, el «lado del aire» puede dividirse en dos ni-
veles:
Se denomina «nivel de sistema» o «nivel de UTA» al conjunto de equi-
pos y dispositivos en los que se trata al aire antes de distribuirlo a las
zonas.
Se denomina «nivel de zona» al conjunto de equipos y dispositivos que,
formando parte del sistema de climatización, se ubican en las diferentes
zonas climatizadas que constituyen el edificio.
Vent. retorno
Zona
Unidad de
tratamiento de aire
Localización
Tipos de sistema Producción de frío
del tratamiento de aire
Autónomo caudal constante Autónomo Central
Solo ventilación Solo ventilación Central
Autónomo caudal variable Autónomo Central
Autónomo caudal variable temperatura variable Autónomo Central
Autónomo mediante unidades terminales Autónomo Zonal
Autónomo bomba de calor agua/aire circuito cerrado Autónomo Zonal
Todo aire caudal constante unizona Agua fría Central
Todo aire caudal variable Agua fría Central
Todo aire caudal constante Agua fría Central
Todo aire doble conducto Agua fría Central
Ventiloconvectores (Fan-coil) Agua fría Zonal
Termoventilación Solo calefacción Zonal
Solo calefacción por efecto Joule Solo calefacción Zonal
Enfriamiento evaporativo Enfriamiento evaporativo Central
Climatizadora de aire primario Agua fría Central
Solo calefacción por agua Solo calefacción Zonal
FIGURA 5.44. Proceso de simulación (izq.) para la obtención de la calificación energética (dcha.).
256 Sergio Díaz y Marga Truc
Tal como muestra la figura 5.45, los principales indicadores energéticos que
aparecen en el documento administrativo son los siguientes:
Demanda anual de Calefacción (kWh/m2): Cantidad de energía a aportar
al edificio para mantener todos los espacios a una temperatura constante
durante todas las horas del año.
Demanda anual de Refrigeración (kWh/m2): Cantidad de energía a ex-
traer del edificio para mantener todos los espacios a una temperatura cons-
tante durante todas las horas del año.
Consumo anual de Climatización (kWh/m2): Consumo de los equipos de
calefacción y refrigeración instalados.
Consumo anual de Agua Caliente Sanitaria (kWh/m2): Consumo de los
equipos de preparación de la misma.
Consumo anual de Iluminación (kWh/m2): Consumo procedente de la ilu-
minación del edificio.
Emisiones totales anuales de CO2 (kg CO2/m2): Emisiones totales del edi-
ficio, es la variable elegida para la calificación global del edificio.
B 0,15nC1<0,50 B 0,40nC<0,65
C 0,50nC1<1,00 C 0,65nC<1,00
D 1,00nC1<1,75 D 1,00nC<1,30
E C1>1,75 y C2<1,0 E 1,30nC<1,60
F C1>1,75 y 1,0nC2<1,5 F 1,60nC<2,00
G C1>1,75 y 1,5nC2 G 2,00nC
( )
Io
R’ i1
Índices de calificación
Is
C2 u c 0,5
2 (R’ i 1)
Io
Cu
Ir
( )
Io
Ir
R i1
c 0,6
C1 u
2 (R i 1)
Siendo:
C1 : Índice de calificación de eficiencia energética en edificios nuevos des-
tinados a vivienda (sector residencial).
C2 : Índice de calificación de eficiencia energética en edificios ya existen-
tes destinados a vivienda (sector residencial).
Certificación energética de edificios 259
Emisiones específicas anuales (kg de CO2/año Emisiones específicas anuales (kg de CO2/año
y m2 útil) derivadas del consumo energético para y m2 útil) derivadas del consumo energético para
calefacción, refrigeración y ACS. calefacción, refrigeración, ACS e iluminación.
de la escala de comparación
0,30
0,25
% Superficie útil
0,20
0,15
0,10
0,05
0
0 10 20 30 40 50 60 70
Emisiones totales CO2 (kg/m2)
1,0
0,9
% N.º de casos acumulados
0,8
0,7
0,6
0,5
0,4
0,3
0,2
0,1
0
0 10 20 30 40 50 60 70
Emisiones totales CO2 (kg/m2)
FIGURA 5.46. Distribución de frecuencias totales y acumuladas respectivamente de las emisiones pre-
sentadas por una muestra de 14.849 edificios unifamiliares «virtuales» en Madrid.
Tal y como recoge la tabla 5.16, en vivienda se establece como indicador princi-
pal las emisiones derivadas de los consumos energéticos en calefacción, refrigera-
ción y ACS. El escenario de comparación es un parque edificatorio virtual conformado
Certificación energética de edificios 261
por una muestra de edificios representativa de acuerdo con las estadísticas del INE
(Censos de Población y Viviendas 2001. Resultados Detallados Definitivos. ©INE
2004) sobre construcción de edificios de nueva planta. Recogida una selección de
las tipologías constructivas más habituales (11 viviendas en bloque y 14 unifami-
liares), se procedió al estudio de su demanda energética mediante la herramienta
LÍDER, simulando dichos edificios con diferentes calidades de cerramientos ciegos,
huecos, sistemas de climatización y ACS, estableciendo siempre 4 orientaciones
posibles de la fachada principal. Como resultado se obtiene para cada clima repre-
sentado una distribución en frecuencias de las emisiones totales de CO2 por m2.
Esta distribución puede así mismo representarse de forma acumulada, tal y como
muestra la figura 5.46, ajustándose la muestra obtenida mediante una distribución
de Weibull.
A partir de esta curva, en cada uno de los climas representados es posible, fi-
jando una serie de criterios, establecer los anchos de las clases energéticas estable-
ciendo unos valores absolutos que distingan una letra de otra:
A B C D E
1,0
0,95 5% 35% 55% 5%
0,90
0,85
0,80
0,75
0,70
0,65
% Superficie útil
0,60 IEEB/C
u 0,7
0,55 IEEC/D
0,50
0,45
0,40
0,35
0,30
0,25 IEEA/B
0,20 u 0,7
0,15 IEEB/C
0,10
0,05
0
0 20 40 60 80 100
2
Demanda de calefacción (kWh/m )
FIGURA 5.47. Anchos de banda establecidos para la demanda de calefacción en función de la distri-
bución acumulada de frecuencias de unifamiliares en Madrid. Fuente: Escala calificación energética
edificios nueva construcción, <www.mityc.es>.
262 Sergio Díaz y Marga Truc
1,0
0,9 Iobjeto
0,8 IEE u
Ireglamentación
% Superficie útil
0,7
0,6 Madrid
0,5 Cádiz
0,4 Sevilla
0,3 Granada
0,2 Zamora
0,1 Burgos
0
0 20 40 60 80 100 120 140 160 180
Demanda de calefacción (kWh/m ) 2
1,0
0,9
0,8
% Superficie útil
0,7
0,6 Madrid
0,5 Cádiz
0,4 Sevilla
0,3 Granada
0,2 Zamora
0,1 Burgos
0
0 0,5 1 1,5 2 2,5
Índice de eficiencia energética para demanda de calefacción
1,0
A B C D E
0,9
Madrid
0,8 Cádiz
% Superficie útil
Sevilla
0,7 Granada
0,6 Zamora IEE · R50/10 i 1
Burgos C1 u c 0,6
0,5 Bilbao 2 (R50/10 i 1)
Barcelona
0,4 Almería
0,3 Vitoria
Valencia
0,2 Toledo
0,1 weibull
0
0,15 0,5 1,0 1,75
Índice de calificación rnergética para demanda de calefacción
FIGURA 5.48. Normalización de la escala. Fuente: Escala calificación energética edificios nueva cons-
trucción, <www.mityc.es>.
Certificación energética de edificios 263
TABLA 5.17. Coeficientes de paso de energía final a energía primaria y emisiones producidas.
266 Sergio Díaz y Marga Truc
Por último, señalar que para conseguir una buena letra en la calificación, debe
evitarse el uso de la opción simplificada que, a día de hoy, lo máximo que permite
es obtener una letra «D». Por ello, la opción simplificada debe verse únicamente
como una solución a corto plazo, hasta que se adquiera una cierta destreza en el
manejo de la aplicación CALENER VYP.
5.8.1. Termografía
La termografía infrarroja es una técnica que permite medir la temperatura su-
perficial de objetos a distancia, representando una imagen térmica de los mismos en
tiempo real y sin contacto.
FIGURA 5.50. Ejemplo de termografía en vivienda unifamiliar. Fuente: documentación Flir Systems.
268 Sergio Díaz y Marga Truc
Restauración de edificios
La termografía también ofrece una valiosa información durante la restauración
de edificios y monumentos. Los entramados de las contrucciones que se encuentren
ocultos son revelados claramente en la imagen infrarroja y se puede decidir, por
ejemplo, si tiene sentido levantar el revoque. También pueden detectarse con anti-
cipación desprendimientos de revoque en las paredes y tomar así las medidas opor-
tunas para su conservación.
Detección de goteras
La evaluación de filtraciones de agua en tejados de cubierta plana es otra apli-
cación muy común. El agua retiene el calor durante más tiempo que el resto de
materiales del tejado, pudiéndose detectar con la cámara, una vez puesto el Sol y
que el tejado ha empezado a enfriarse. Se pueden reducir ampliamente los costes
de reparación identificando las zonas húmedas con problemas en vez de reempla-
zar por completo el tejado.
270 Sergio Díaz y Marga Truc
5.8.2. BlowerDoor
Infiltración de aire
El paso del aire a través de ranuras de ventanas y puertas, agujeros en las pa-
redes, techos, etc. se conoce como infiltración de aire. El viento aumenta este efecto,
al ejercer presión o succión sobre las aberturas.
Se debe evitar, por tanto, toda abertura sobre una fachada en la que prevalezca
el viento, pero si es necesario tener aberturas en estas fachadas, deberán tener un se-
llado que garantice la estanqueidad.
BlowerDoor
El BlowerDoor es un equipo diseñado para medir el hermetismo de los edifi-
cios y localizar las zonas donde se producen estas infiltraciones de aire.
Permite:
Estimar la estanqueidad del edificio.
Estimar la tasa de infiltración natural en las casas.
Comprobar la eficacia de los sistemas de sellado.
Medir las fugas en los conductos de ventilación forzada.
El sistema consta de tres componentes:
Un ventilador calibrado.
Un panel de tela ajustable para la puerta.
Un dispositivo que mide el caudal de aire del ventilador y la presión en el
edificio.
FIGURA 5.52. Ventilador, puerta ajustable y medidor de presión y caudal de aire. Fuente:
<www.blowerdoor.de>.
272 Sergio Díaz y Marga Truc
Test de estanqueidad
El objetivo de esta prueba es obtener la tasa de infiltraciones que presenta la vi-
vienda a diferentes presiones, es decir, las veces que el volumen de aire interior se
renueva a la hora debido a la entrada de aire exterior para distintos valores de pre-
sión entre interior y exterior.
Para realizar el ensayo, el ventilador debe instalarse de forma hermética en la
puerta de entrada al edificio, vivienda o espacio a medir, colocando el panel de
tela ajustable, con todas las ventanas y puertas exteriores cerradas. El ventilador
succiona aire del interior del recinto generando una diferencia de presión entre in-
terior y exterior. Esta despresurización fuerza al aire a infiltrarse a través de los
agujeros, grietas o penetraciones presentes en la envolvente, como se muestra en
la figura siguiente.
Así, con las medidas conjuntas de presión interior y flujo de aire extraído por
el ventilador se puede determinar la hermeticidad de la construcción, ya que el cau-
dal de aire que es necesario succionar para mantener constante la despresurización
corresponde exactamente con el volumen de aire que se introduce por las fugas
existentes en la envolvente del edificio.
Resultados
El BlowerDoor permite obtener varias medidas:
v50 (m3/h): flujo de aire necesario para crear una despresurización de 50 Pa
en el interior del edificio (es una de las medidas más usadas para el her-
metismo).
n50 (1/h) u (v50/volumen del edificio): nº de veces por hora que el volu-
men total del recinto se cambia cuando el recinto se somete a una dife-
rencia de presión de 50 Pascal. Normaliza el ratio de pérdidas con el
volumen del edificio, lo cual permite comparar el hermetismo entre edi-
ficios de diferente tamaño.
w50 (m3/m2h) u v50/superficie de suelo.
q50 (m3/m2h) u v50/superficie de la envolvente.
EqLA (cm2) u área equivalente de pérdidas (orificio por el que se per-
dería la misma cantidad de aire que en el edificio sometido a 10 Pa).
Curva de infiltraciones:
Q u C • ΔPn
Test BlowerDoor
Hay dos modos de realizar las medidas con el BlowerDoor:
One-point test: con este modo se mide el caudal (m3/h) para un valor de
presión constante de 50 Pa.
Multi-Point test: con este modo se mide el caudal de aire infiltrado (m3/h)
para un intervalo de presiones (por ejemplo desde 80 a 25 Pa). Este modo
de medida múltiple da una mayor precisión en los resultados.
274 Sergio Díaz y Marga Truc
FIGURA 5.54. Ejemplo de test de fugas en un edificio (modo Multi-point). Fuente: GEE.
Certificación energética de edificios 275
Detección de fugas
No solo es necesario saber si hay o no fugas en la envolvente del edificio y
cuantificarlas, sino que además es necesario saber dónde se localizan para poder-
las subsanar. Mediante una prueba de humo se detectan los puntos permeables de
manera eficaz. Para ello se utiliza un generador de humo que combinado con el test
del BlowerDoor permite localizar las fugas por el movimiento del humo.
FIGURA 5.57. Monitorización del comportamiento térmico de las viviendas de Barrio Goya (Zaragoza).
6.1. Introducción
Desde el principio de la evolución de nuestra especie, la humanidad ha basado
su desarrollo en el uso de materias primas y fuentes de energía accesibles y cono-
cidas en cada época. Actualmente, el desarrollo tecnológico hace que esta demanda
alcance cotas insostenibles, con consecuencias alarmantes.
Dentro de este contexto, la vivienda ocupa un lugar clave debido a la masiva
concentración de población en los núcleos urbanos. Por ejemplo, el 80% de los ciu-
dadanos europeos vivimos en las ciudades y necesitamos consumir el 40% de la
energía primaria para mantener las condiciones de confort en nuestras viviendas. El
sector urbano pasa a ser el primer consumidor de energía y el primer responsable
de la emisión de gases de efecto invernadero, por encima de sectores tan señalados
como el de la industria o el transporte.
P. Transmisión
G. Solares
P. Renovación
G. Interna
P. Transmisión
Invernadero
P. Transmisión
FIGURA 6.1. Balance energético de un edificio. Ganancias (G.) y pérdidas (P.). Fuente: GEE.
280 María del Carmen Velasco, Ángel Martínez y Daniel Sanginés
2) Variables de habitabilidad
Para realizar un adecuado análisis del balance energético es importante consi-
derar la relación de los ocupantes con el edificio. El cuerpo humano es a su vez, un
sistema termodinámico y como tal emite calor.
La ganancia de calor producida por las personas puede variar dependiendo de
la actividad que desempeñen. Generalmente el nivel de actividad de una persona en
reposo está entre los 100-150 W y este valor cambia en función de la actividad fí-
sica que se realice. En la tabla 6.1 se muestra la carga térmica que genera el cuerpo
humano al realizar algunas actividades:
Tipo de actividad Nivel de actividad [W/persona]
Descanso
Dormir 72
Estar sentado 108
Estar parado 126
Caminar
3,2 km/h 207
4,3 km/h 270
6,4 km/h 396
Trabajo oficina
Escribir 108
Trabajo con ordenador 117
Presentación frente a grupo 144
Varios
Limpiar el piso 207-360
Bailar 252-459
Jugar al baloncesto 738-909
Por otra parte, las instalaciones que se utilizan para obtener confort y bienes-
tar también modifican el comportamiento térmico del edificio. Tanto los sistemas
de calefacción como los de refrigeración influyen en gran manera en la carga tér-
mica del edificio, al igual que los sistemas de iluminación, los aparatos electrodo-
mésticos, etc.
282 María del Carmen Velasco, Ángel Martínez y Daniel Sanginés
Orientación
La correcta orientación de la edificación repercute significativamente en un
edificio.
Es importante tener datos de radiación, tanto para superficie horizontal como
para superficies con distinta inclinación, lo que nos permitirá valorar las zonas de
mayor aprovechamiento en las distintas épocas del año, así como las superficies
con mayor riesgo de sobrecalentamiento o de pérdidas energéticas.
Como ejemplo de este tipo de análisis, habría que tener en cuenta la propor-
ción de la envolvente del edificio orientada a cada punto cardinal y la radiación
que recibe (teniendo siempre en cuenta sus sombreamientos). El Sol tiene distin-
tas trayectorias a lo largo del año, por tanto, la radiación que recibe una superfi-
cie es distinta dependiendo del día y la hora en que nos encontremos. En latitudes
medias la orientación Sur (Sur n30º) es la que mayor aporte solar recibe en in-
vierno (en el hemisferio Norte), dado que recibe radiación directa la mayoría de
las horas del día.
Arquitectura bioclimática 283
10 a.m.
Julio
10 a.m. Sep.
Julio
Nov.
Septiembre
E S O
Noviembre
Sur
Este
Oeste
Norte
FIGURA 6.2. Trayectorias solares en diferentes momentos del año. Fuente: GEE.
Ubicación
La ubicación nos dirá las condiciones climáticas concretas de la zona y, en par-
ticular, la relación del edificio con su entorno inmediato, de forma que habrá que ver
si interesa permitir el máximo de captación solar en una zona fría en invierno, o
poner impedimentos a la misma en verano, en particular en una zona calurosa.
La vegetación permite reducir la penetración de calor hacia el interior de la
edificación y dispersar el calor acumulado durante el día. Este tipo de protección
sirve para evitar que durante el día la acción de los rayos solares llegue directa-
mente a la estructura. Cuando no es posible sombrear los cerramientos con vegeta-
ción se pueden utilizar elementos de protección solar separados de la pared para
permitir el movimiento del aire que facilite la transferencia de calor por convec-
ción y la consiguiente evacuación, evitando en este caso, estratificaciones.
Asimismo deben analizarse las rosas de los vientos, tanto direccionales como
de velocidades, para aprovechar o evitar las corrientes naturales. En el caso de vien-
tos fríos en invierno se deberán evitar las pérdidas convectivas que producen y evi-
tar las infiltraciones.
Compacidad
La compacidad es la relación entre el volumen interior y la superficie total de
la envolvente.
La compacidad está relacionada con los intercambios térmicos, pues el flujo de
calor que entra y sale del edificio será proporcional a la superficie de sus paredes o
cerramientos. A mayor cantidad de superficie para el mismo volumen calefactado
la energía perdida es mayor. A la hora de elegir, es preferible optar por edificios
con alta compacidad.
Pérdidas
Volumen interior
Compacidad u
Superficie envolvente
Compacidad
Nota: La «compacidad» es el parámetro contemplado en CTE-HE en sustitución al «factor forma» presente en el an-
tiguo NBE-CT79. 1
Compacidad u
factor forma
Superficies acristaladas
El tamaño, posición y orientación de las ventanas afecta también a la penetra-
ción de los rayos solares.
Las ganancias por radiación serán mayores en superficies translúcidas que en
otras opacas como muros, por lo tanto, la mejor forma de reducirlas será moderando
290 María del Carmen Velasco, Ángel Martínez y Daniel Sanginés
del empleo de ventanas o su tamaño. Sin embargo, una reducción elevada del
áreael empleo de ventanas o su tamaño. Sin embargo, una reducción elevada del
área de las ventanas puede disminuir drásticamente los niveles de iluminación na-
tural, debiéndose tener en cuenta que su dimensión también es importante para efec-
tos de ventilación natural.
Los vidrios pueden absorber o reflejar calor. Las cualidades de los vidrios son
muy variadas actualmente, pudiendo usarse para resolver una situación desfavora-
ble, reduciendo la transmisión de calor, o utilizándolos para trampas de calor, como
son los invernaderos o muros Trombe.
Una solución, acorde con el concepto de ahorro de energía en la edificación, es
colocar en los vidrios recubrimientos de materiales selectivos a la radiación, lo que
se conoce como «filtros solares». Es necesario que los filtros solares impidan el
paso de la radiación solar cuyas longitudes de onda están dentro del intervalo del
infrarrojo cercano, y lo permitan para el caso de la radiación visible.
También se lleva a cabo la instalación de ventanas con doble vidrio para so-
lucionar el problema de la falta de confort en el interior de los edificios por las
inadecuadas propiedades ópticas y térmicas de las ventanas. En este caso, se hace
vacío en el espacio entre ambos vidrios de la ventana o se rellena de aire o algún
gas de baja conductividad térmica.
Los huecos acristalados tienen mayor coeficiente de transmisión térmica que
los muros, pero existen ventanas de bajo coeficiente de transmisión que reducen
notablemente las pérdidas a través de este tipo de superficies. Cristales selectivos
o las ya comunes ventanas de doble cristal (o incluso triple, para zonas con climas
más extremos) son soluciones constructivas muy habituales. Los materiales de las
carpinterías también juegan un papel importante tanto por el material propio del
que están construidas como por la existencia de rotura de puente térmico, evitando
que la carpintería actúe como elemento de pérdida energética.
Como ya se ha mencionado anteriormente no necesariamente los requisitos
deben ser iguales para toda la edificación, sino que pueden disponerse distintas so-
luciones dependiendo de la ubicación en la que se encuentre.
La velocidad y dirección del viento también deberán ser tenidas en cuenta, ya
que pueden producir pérdidas considerables debido a las infiltraciones. Estas pér-
didas por infiltraciones pueden llegar a suponer hasta el 50% de las necesidades
de calefacción en el periodo invernal. Para reducirlas se debe incrementar la ca-
lidad de las ventanas en las superficies coincidentes con las direcciones del viento
dominante.
Color
La calidad de la superficie de los cerramientos así como el color de la superfi-
cie exterior es importante para controlar la incidencia solar.
Arquitectura bioclimática 291
Espacios tampón
Los espacios tampón son espacios cerrados no calefactados adosados a espa-
cios calefactados. Se ubican normalmente en las zonas más frías, la masa de aire
contenida en los mismos actúa como capa aislante.
Ganancias solares
Un correcto diseño bioclimático de los edificios, debe centrarse en la capaci-
dad de los mismos para captar radiación solar y convertirla en una ganancia apro-
vechable en forma de energía útil en el edificio.
Dicha ganancia energética se traducirá en un incremento de la temperatura in-
terior, es decir, un incremento de la energía almacenada en las masas interiores del
edificio.
Estas masas acumuladoras de energía térmica son principalmente los forjados
(separaciones entre pisos), puesto que son los elementos más pesados de las cons-
trucciones, si bien también puede existir acumulación en elementos verticales.
La condición para que dicha masa sea aprovechable para acumular energía es
que se encuentre dentro de la envolvente de aislante del edificio. A modo de ejem-
plo, los ladrillos «caravista» de los edificios no aportan capacidad de acumulación,
dado que se encuentran en la cara externa del aislamiento.
El total de la masa encuadrada en el interior de la capa aislante se conoce
como masa de inercia del edificio y es uno de los factores a tener en cuenta en su
diseño, en especial si dicho diseño se realiza en función de su entorno (arquitec-
tura bioclimática).
La temperatura alcanzada por estas partes pesadas descritas es la que provoca
que el aire interior adquiera unas determinadas condiciones térmicas, que son las
que definirán si es necesaria o no una climatización adicional en ese espacio.
Por tanto, si la radiación solar produce una ganancia energética, podremos, en
consecuencia, reducir los consumos energéticos para calefacción de los edificios.
Resulta evidente que, en el caso de la época estival, dichas ganancias son con-
traproducentes puesto que obligarán a aumentar el consumo de refrigeración. El di-
seño debe tener en cuenta esta doble circunstancia.
En este capítulo, los diseños a estudiar se centrarán en obtener ganancias sola-
res en invierno, de manera que minimicemos los consumos de calefacción, sin ol-
vidar, además, la necesidad de bloquear la radiación en verano.
a) b)
Vidrio Invernadero
5 39
8
Vidrio Vidrio Vidrio
claro absorbente reflectante
100
12,5
76
66
11,5
10
1,0
0,9
0,8
0,7
Transmitancia
0,6
0,5
0,4
0,3
0,2
0,1
0
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90
Ángulo incidencia
Existen otras estrategias encaminadas en este caso, además, a evitar que la pre-
sencia de huecos produzca captación solar en verano, precisamente en el momento
en el que esta no es deseable debido a los sobrecalentamientos y aumentos de ne-
cesidades de refrigeración que produce.
Las soluciones más empleadas para evitar estos problemas son la presencia de
vegetación de hoja caduca y la colocación de protecciones solares del tipo de ale-
ros y similares. Ambas se muestran a continuación:
300 María del Carmen Velasco, Ángel Martínez y Daniel Sanginés
Relación
Temperatura hueco/estancia
Entre 5 y 7ºC 0,10 - 0,12
Entre 2 y 5ºC 0,18 - 0,22
Entre 0 y 2ºC 0,22 - 0,26
Entre i2 y 0ºC 0,27 - 0,35
Entre i5 y i2ºC 0,35 - 0,45
TABLA 6.3. Valores óptimos de área de hueco para cada rango de temperaturas.
Para una optimización del área de huecos se pueden emplear programas de di-
seño energético de edificios. La siguiente figura muestra los resultados obtenidos
con el software METEO del Grupo de Energía y Edificación de la Universidad de
Zaragoza, al medir el consumo de calefacción de una determinada zona en función
de su porcentaje de área acristalada en una fachada Sur:
FIGURA 6.17. Optimización de área acristalada obtenida con METEO. Fuente: GEE.
FIGURA 6.20. Ejemplo de muro Trombe (Edificio Proyecto hombre). Fuente: GEE.
Funcionamiento de un invernadero
Un invernadero consiste en una galería acristalada, separada de las estancias in-
teriores por un muro másico de color oscuro. La radiación recibida incrementa la
temperatura en esta galería, acumulándose en el muro másico y penetrando en los
espacios interiores con el retraso correspondiente.
Las temperaturas de trabajo (en invierno) son de aproximadamente 30ºC du-
rante el día y entre 5 y 16ºC durante la noche. En verano se pueden alcanzar tem-
peraturas altísimas, por lo que se deben colocar protecciones solares.
Los criterios de diseño de este elemento se ven a continuación:
Se colocarán entre 0,1 y 0,5 m2 de acristalamiento por cada m2 de super-
ficie a calefactar, habiendo además entre 0,6 y 1,6 m2 de superficie acris-
talada por cada m2 de suelo del invernadero.
La superficie del muro másico presenta un color oscuro y una textura ru-
gosa para facilitar la captación de la radiación solar.
El muro másico presenta un espesor entre 20 y 25 cm (por ejemplo, de ter-
moarcilla).
Se debe diseñar las protecciones solares, del mismo modo que en el caso
del muro Trombe.
En el caso de galerías acristaladas incomunicadas con la vivienda, el di-
seño de orificios será:
—Área total de orificios hacia vivienda: 1/6 de la superficie de in-
vernadero (suelo); la abertura superior 1/3 más grande.
Arquitectura bioclimática 305
FIGURA 6.24. Invernaderos en Parque Goya (viviendas unifamiliares). Fuente: GEE, Proyecto P. Goya.
Arquitectura bioclimática 307
FIGURA 6.25. Detalle de invernaderos anteriores en un bloque de viviendas Proyecto Parque Goya.
Fuente: GEE.
35
30
25
20
15
10
T.ª sala 1.º D
5 T.ª hab. 1.º D
T.ª exterior
0
06/11/00 07/11/00 08/11/00 09/11/00 10/11/00 11/11/00 12/11/00
FIGURA 6.26. Medidas de temperaturas en la vivienda con fachada principal al Norte. Fuente: GEE, Pro-
yecto P. Goya.
14. A mayor escala, este mismo procedimiento se está realizando también en el barrio de Valdes-
partera, gracias al proyecto europeo Renaissance, <http://renaissance.unizar.es>.
308 María del Carmen Velasco, Ángel Martínez y Daniel Sanginés
40
35
30
25
20
15
10
0
06/11/00 07/11/00 08/11/00 09/11/00 10/11/00 11/11/00 12/11/00
T.ª salón (Sur) T.ª habitación (patio Norte) T.ª invernadero (Sur)
T.ª exterior T.ª cara interior muro (enlucido) T.ª cara exterior muro
FIGURA 6.27. Medidas de temperaturas en la vivienda con fachada principal al Sur. Fuente: GEE, Pro-
yecto P. Goya.
30
T.ª invierno (Sur)
25
T.ª salón Norte T.ª salón Sur
20
15 11 h
9h
44 kWh
45 kWh T.ª amb.
10 3h
15 kWh
5
cal. N
cal. S
0
25 feb. 12 a.m. 26 feb. 12 a.m. 27 feb. 12 a.m. 28 feb. 12 a.m. 29 feb.
cal.: Calefacción
FIGURA 6.28. Comparativa de temperaturas y consumos de calefacción. Fuente: GEE, Proyecto P. Goya.
100 Aislamiento
90 81,0 Tipo A (Ku1,1)
80 con doble vidrio (Ku3,3)
70
KWh/m2 año
67,6 Aislamiento
60 52,0
50 Tipo B (Ku0,55)
40 33,9 con doble vidrio (Ku3,3)
30 Aislamiento
20 Tipo C (Ku0,29) con doble
22,2
10 vidrio especial (Ku2,4)
0
Coef. K en W/m2 ºC
i180º i150º i120º i90º i60º i30º 0º 30º 60º 90º 120º 150º 180º Temp. int.u20 ºC
0,5 renovaciones/hora
Acristalamiento mínimo y homogéneo
30% de acristalamiento en fachada principal
60% de acristalamiento en fachada principal
N NE S NO N
E O
SE N SO
O E
S
15. Se trata de la tabla E.10 de la Exigencia Básica HE1. Su presencia en el CTE se debe a cálcu-
los de absortividad para marcos de ventanas.
312 María del Carmen Velasco, Ángel Martínez y Daniel Sanginés
Inercia térmica
Persiana
Columna de agua
Vidrio
Balsa de agua
Ventilación Distribución
Espacio
bajo presión negativa
Aire
Absorvedor solar
Hoja protectora viento
6.3.2. Refrigeración
La tendencia de los últimos quince años muestra un aumento continuado de
los sistemas de aire acondicionado. El crecimiento medio ha sido de aproximada-
mente un 25% al año que asciende a un 40% si consideramos los últimos cinco
años. Esto significa que el consumo de energía debido al aire acondicionado se
duplica cada dos años. Pasa de representar un 0,1% del consumo familiar en 1995
a una cifra de dos dígitos en pocos años. Un incremento alarmante, especialmente
si consideramos la baja eficiencia de estos aparatos. No es pues de extrañar que los
picos de consumo en los últimos años han coincidido con los días más calurosos
de verano.
Es necesario incorporar soluciones para satisfacer las condiciones de confort
durante el verano y, a la vez, reducir la demanda energética, lo cual supone la uti-
lización de sistemas activos y pasivos trabajando coordinadamente y que además
impliquen que los aportes de energía, en caso necesario, se hagan a partir de ener-
gías renovables. Los sistemas pasivos reducirán la demanda de energía mientras
que los sistemas activos garantizarán las condiciones de confort higroscópico con
bajo consumo energético.
Combinar ambos efectos: reducción de la demanda y actuación apoyada en el
uso de renovables es una alternativa que empieza construyéndose en la fase de di-
seño urbanístico, creando y, posteriormente, gestionando el microclima y se com-
pleta incorporando al edificio elementos específicos ya sean activos o pasivos.
Arquitectura bioclimática 319
Objetivo central
Conseguir condiciones de confort en el edificio sin necesidad de acondiciona-
miento de aire mediante sistemas mecánicos.
Para posibilitar esta opción podemos considerar algunos criterios básicos:
Criterios de partida
Para reducir o anular la necesidad de refrigeración mecánica podemos consi-
derar algunas medidas básicas como:
Ampliar la zona de confort hacia T más altas.
Reducir al máximo la ganancia solar directa y difusa sobre aberturas.
Reducir la transferencia de calor por cerramientos opacos.
Reducir/eliminar infiltraciones de aire cuando Text > Tint.
Favorecer la ventilación cuando Text < Tint.
Comentaremos brevemente los distintos puntos:
Disconfort
80%
60%
50%
10%
5%
4%
FIGURA 6.37. Población y nivel de disconfort (en abscisas se recoge el nivel de sensación de frío o calor
según Fanger).
320 María del Carmen Velasco, Ángel Martínez y Daniel Sanginés
4
Zona de confort
para el 70% de la población
Confort
1 20
2
0,5
Disconfort
i0,5 1
i1 1
0,5
Índice
i0,5 de Fanger
i1
0
i5 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45
Temperatura (ºC)
Velocidad
aire Actividad
Clo (met)
(m/s)
0,6 0,1 1
0,6 0,5 1
0,9 0,1 1
0,9 0,5 1
Presión
de vapor
100 0,030
Calma (0 en la escala Beaufort): hasta 0,45 m/s 5
Aire calmo (1 en la escala Beaufort): v u 0,45 a 1,34 m/s 30 ºC 0,95 0,028
Brisa ligera (2 en la escala Beaufort): v u 1,7 a 3 m/s
0,026
80
0,90 0,024
) do
ºC e
n ( úm
ió o h 0,6 0,5 1 0,018
3
rac ulb
0,016
20 ºC
atu e b
0,9 0,5 1
es ad
0,014
o d atur
30 0,012
r
pe
0,6 0,1 1 2
m
0,010
Te
20 10 ºC
0,008
0,9 0,1 1
Rangos de confort 0,006
para el 80% de la población 1
0,004
0,80
0,002
i10 ºC
0,000
i10 0 10 20 30 40 50
Temperatura de bulbo seco (ºC)
30
En el mes de julio
solo un 3% de temperaturas
25 superó los 28 ºC
20
(ºC)
15
10
5 Frecuencia de temperaturas
(valores medios horarios
del mes de julio-01)
0
0 50 100 150 200 250 (h)
FIGURA 6.40. Temperaturas registradas en una vivienda de Parque Goya en condiciones de uso sin re-
frigeración mecánica. Fuente: GEE, Proyecto P. Goya.
Arquitectura bioclimática 323
Si sobre este muro se aplica una pintura de color claro (véase Tabla 1 de este
tema), el valor de su coeficiente de absorción α disminuirá hasta 0,20, y el valor de
la Tsa también disminuirá:
obteniendo una disminución de casi 17°C solo por cambiar el color superficial,
con lo que la transferencia al interior a través del cerramiento se reducirá a casi la
tercera parte si la T interior es 25ºC (ΔT = 9,8ºC frente a los 25,4ºC previo).
Es evidente que sobre fachadas oscuras debe provocarse un sombreamiento
mediante aleros aunque su importancia sea menor que en el caso de vidrios.
El fenómeno señalado se agrava para una cubierta por dos factores, en primer
lugar, en verano la radiación solar incidente sobre superficies horizontales o con
pequeña inclinación es superior a la incidente sobre plano vertical (en Zaragoza,
un día medio de verano supone doble radiación). Por otro lado, el color de estas su-
perficies (y su inercia térmica) presenta también propiedades muy negativas, pu-
diendo llegar la Tsa a valores hasta de 70 °C sobre todo en superficies protegidas
por muretes que reduzcan la aireación superficial.
Al efecto negativo de transferencia térmica, que se puede paliar con cámara
ventilada sobre forjado aislado, se añade el deterioro de los materiales constructi-
vos, en particular telas asfálticas y similares.
Reducir/eliminar infiltraciones si Text > Tint y favorecer la ventilación si Text < Tint
En los meses calurosos las infiltraciones y ventilación cuando Text > Tint tienen
un efecto negativo casi simétrico al que tienen en invierno. En verano los aportes
producen la necesidad de refrigerar el aire ingresado y son proporcionales a la di-
ferencia TextiTint, mientras que en invierno hay que calefactar con una energía pro-
porcional a la diferencia TintiText.
La nueva normativa sobre calidad del aire hace inviable la anulación de la en-
trada de aire exterior por lo que conseguir que este no alcance temperaturas exce-
sivas es un primer objetivo que puede alcanzarse, en cierta medida, por actuaciones
sobre el microclima como se comentará en la siguiente sección.
La renovación citada es beneficiosa en verano cuando el aire exterior tiene una
T inferior a la T interior, lo que suele ocurrir en el periodo nocturno. Cuando es así
procede ventilar con generosidad lo que se consigue mejor en una vivienda con
doble fachada que facilite la ventilación cruzada. Si el diseño del edificio no acom-
paña o para las situaciones de bochorno con calma total, es interesante recurrir a la
ventilación forzada. Este apoyo puede ser también necesario cuando el ruido noc-
turno supere los niveles de confort auditivo.
Arquitectura bioclimática 325
El microclima exterior
Aspectos fundamentales a considerar en el microclima exterior son: vegetación,
humedad, albedo y radiación difusa, entre otros. Los efectos de la vegetación, de la
densidad edificatoria, asfaltos y otros quedan patentes en los ejemplos siguientes:
Santamouris y Asimakopoulos presentan en Passive Cooling of Buildings (ed.
James and James,1997), diversos efectos en el microclima consecuencia de las ca-
racterísticas del urbanismo de la zona. Nos parece muy interesante la correlación
que se puede obtener del análisis de datos que muestran la dispersión de los valo-
res de Tzs -Tzu (Temperatura en zonas suburbanas de Atenas - Temperatura en la
zona urbana) frente a Tzu, aunque sea solo válida para la situación analizada, ya que
muestra de modo dramático la importancia del entorno físico para la temperatura del
aire exterior. Ya se ha visto que si reducimos la T del aire exterior actuamos positi-
vamente sobre las transferencias térmicas al interior y sobre las opciones de venti-
lación. Para la nube de puntos extraída de los datos originales para 12 áreas
suburbanas de Atenas, se obtiene una correlación grosera del tipo:
que implica que para 40ºC y más, en el centro urbano de Atenas, se obtienen hasta
15ºC menos en las áreas suburbanas. Así, en condiciones idóneas de vegetación, hu-
medad y albedo la T del aire exterior puede ser muy adecuada para facilitar el con-
fort siempre que no haya aportes solares directos sobre la vivienda.
326 María del Carmen Velasco, Ángel Martínez y Daniel Sanginés
El edificio
Un primer aspecto es considerar la inercia térmica del edificio que puede con-
siderarse proporcional a la capacidad calorífica media de los cerramientos que es,
a su vez, para materiales constructivos típicos (hormigones, cerámica y similar)
Arquitectura bioclimática 327
25
Temperatura (ºC)
3-3,5 ºC
20
Tm: 19 ºC
15
Baja inercia
Alta inercia
10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24
Hora
Text
TSol-aire Difusa
(DirectacDifusa)
Enero
31
29 Cocina Sur
27 Cocina Norte
25 Salón
(Cocina Sur)
23
Salón
21 (Cocina Norte)
19 El sobrecalentamiento
en la cocina afecta
17 también en las
15 estancias contiguas.
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24
Agosto
40
38
36
34
32 Cocina Sur
30 Cocina Norte
28
Salón
26 (Cocina Sur)
24
Salón
22 (Cocina Norte)
20
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24
a)
b)
FIGURA 6.44. a) Sobrecalentamiento en cocina orientada al Sur sin protección solar. b) Paneles de
opacidad variable dispuestos en la galería para paliar la situación anterior. Edificio en Valdespartera, Pro-
yecto Renaissance. Fuente: GEE.
330 María del Carmen Velasco, Ángel Martínez y Daniel Sanginés
La ventilación
Teniendo en cuenta las consideraciones hechas en la sección interior, un obje-
tivo importante es facilitar la ventilación nocturna del edificio y la ventilación de
los espacios captadores de radiación directa como galerías e invernaderos. Para todo
ello consideraremos los puntos Forma del edificio y Caracterización de las aber-
turas, dejando para la siguiente sección un análisis más pormenorizado.
Doble fachada
para ventilación
cruzada
FIGURA 6.45. Doble fachada y elementos practicables en galería. Fuente: GEE, Proyecto Renais-
sance.
Arquitectura bioclimática 331
a) Ventilación
La ventilación de una estancia proporciona refrigeración a través del recambio
de aire. Para ello es necesario que la temperatura del aire exterior sea menor que la
del aire interior, de otra manera el exceso de ventilación tendría consecuencias ne-
gativas en el confort de los ocupantes.
La ventilación puede asimismo ser necesaria para bajar el contenido de hume-
dad durante el día en climas húmedos. En países mediterráneos la ventilación se uti-
liza principalmente en el periodo nocturno. Las temperaturas nocturnas son menores
de forma que es posible una disipación de calor más efectiva. A este método se le de-
nomina ventilación nocturna. Esta técnica combinada con una alta inercia térmica del
edificio puede permitir mantener frescas las temperaturas internas durante las horas
de máxima radiación diarias. Algunos autores calculan en aproximadamente el 20%
el ahorro en necesidades de refrigeración que se pueden alcanzar.
Para tener un efecto significativo en la reducción de la carga de refrigeración,
la diferencia entre la temperatura nocturna y el interior del edificio debe ser mayor
que 6 ºC mientras que el número de renovaciones de aire debe ser mayor de 2 ó 3.
En este punto debemos subrayar que la normativa americana ASHRAE no reco-
mienda valores de renovación mayores de 0,75-1 para la refrigeración por ventila-
ción en el sector doméstico y oficinas debido al disconfort que la velocidad del aire
pueda causar (a partir de 0,5 m/s la llama de una vela oscila y a partir de 1,5 m/s una
hoja apoyada sobre una mesa puede desprenderse). Algunos edificios públicos con
gran ocupación pueden requerir renovaciones de aire superiores a 40 ó 60 1/h. En
este caso la ventilación será nocturna si la ocupación del edificio es diurna, requi-
riendo sistemas activos para garantizar el movimiento de aire.
Es obvio que cuanto mayores sean las renovaciones de aire del edificio mejo-
res resultados de refrigeración obtendremos, pero ¿qué hace que el aire se mueva?
El aire se mueve debido a una diferencia de presión. Este gradiente de presión puede
estar causado por un fenómeno natural (viento, gradiente de densidad debido a di-
ferencia de temperatura) o sistemas mecánicos, constituyendo en este caso un mé-
todo activo de ventilación.
En este capítulo se estudiarán diferentes posibilidades para proporcionar ventilación:
Ventilación
A
Debido al viento:
V
Q u 0,025 AV
donde A es la superficie abiera y V es la velocidad del viento.
ε u A1 /A2, A u A1 cA2
A2
donde Cd es el coeficiente de descarga.
A ΔTgH2
Q u Cd H2
3 T
FIGURA 6.46. Fórmulas de ventilación con única abertura. Fuente: M. Santamouris et al., 1997, Passive
Cooling of Buildings, pág. 237.
a.2)Ventilación cruzada
La ventilación cruzada es un tipo de ventilación que se ayuda del viento para
generar las renovaciones de aire. Se basa en alinear la entrada y la salida del aire con
la dirección del viento dominante en la zona creando una corriente de aire en el in-
terior de la casa (edificios de doble fachada).
Debido únicamente al viento: V
Qw u Cd Aw V MΔCp A1 A3
1 1 1
u c Ti
Aw2 (A1cA2)2 (A3cA4)2 Cp1 Cp2
1 1 1
u c Te Ti H1
Ab2 (A1cA3)2 (A2cA4)2
T u 0,5 (TecTi)
Debido conjuntamente a viento y diferencias de temperatura: V
Q u Qb
Te
en el caso de V / (ΔT)0,5 < 0,26 (Ab / Aw)0,5 (H1 / ΔCp)0,5
Q u Qw Cp1 Ti Cp2
en el caso de V / (ΔT)0,5 > 0,26 (Ab / Aw)0,5 (H1 / ΔCp)0,5
ΔT u Ti i Te
FIGURA 6.47. Fórmulas de ventilación cruzada. Fuente: M. Santamouris et al., 1997, Passive Cooling
of Buildings, pág. 238.
334 María del Carmen Velasco, Ángel Martínez y Daniel Sanginés
a) b)
c) d)
Este flujo de aire puede ser requerido durante las horas diurnas en climas hú-
medos. En ese caso, la chimenea solar es metálica. La radiación solar incide sobre
la superficie metálica calentando el aire del interior. Este efecto crea un «ventilador
pasivo» en las horas más calientes del día.
En los climas mediterráneos, este calor se puede acumular para crear ventila-
ción nocturna. Estas chimeneas suelen estar compuestas por muros de alta inercia
térmica, que retienen el calor transferido durante las horas de mayor radiación.
Cuando la temperatura exterior vuelve a bajar, la chimenea comienza a funcionar.
FIGURA 6.49. Chimenea solar experimental de alta inercia en LECE (Almería). Fuente: J. Martí et al.,
2004, Simulación térmica de una chimenea solar con módulos fotovoltaicos (FV).
b) Refrigeración evaporativa
La evaporación es un proceso físico natural por el cual átomos o moléculas en
estado líquido pasan a estado gaseoso, por haber tomado energía suficiente para ven-
cer la tensión superficial. Este fenómeno aplicado al agua ocurrirá siempre que ten-
gamos agua líquida en contacto con el aire y la presión parcial de vapor del agua en
el atmósfera adyacente sea menor que la presión de saturación para esa temperatura
y presión dadas (por ejemplo, en las inmediaciones de un chorro de agua de una
fuente o un paño húmedo de agua al viento). El cambio de fase está acompañado
por la absorción del calor latente necesario, calor que es sustraído del aire cercano a
la superficie de contacto disminuyendo su temperatura. La evaporación, pues, causa
un incremento de la humedad relativa y un descenso de la temperatura del aire.
336 María del Carmen Velasco, Ángel Martínez y Daniel Sanginés
Aire 21 ºC
Aire 37 ºC
Ventilador
puede tener un efecto significativo en las condiciones de confort de una estancia re-
duciendo su temperatura en 8 ó 10ºC. También es importante señalar que el aire ex-
terior debe tener una humedad relativa considerablemente baja.
Con respecto a los sistemas pasivos indirectos podemos encontrar muchas apli-
caciones. Una posibilidad es rociar el tejado. Si establecemos un sistema para man-
tener húmeda la cara externa del tejado, conseguiremos refrescar el edificio
mediante la evaporación del agua. Este concepto puede ser fácilmente aplicado a las
cubiertas verdes. Otra posibilidad es impermeabilizar el tejado creando una espe-
cie de laguna convenientemente sombreada.
18. Como se ha señalado en una nota anterior, estos programas son proporcionados por GEE de
modo gratuito.
338 María del Carmen Velasco, Ángel Martínez y Daniel Sanginés
Evolución de la temperatura
Profundidad (m)
6 Enero
Abril
8 Julio
Octubre
10 Las líneas sólidas y discontinuas corresponden
a la simulación por ordenador.
Los puntos son valores medidos en los meses
12 listados arriba.
Text
Tint Text
100
90
80
70
60
φint(%)
50 Zona de confort
40
30
Valores ambiente de T y HR
20
Con chimenea
10 Sin chimenea
0
10 15 20 25 30 35 40
Tint(ºC)
ejemplo de esto es situar una lámina de agua que pueda ser drenada por la mañana,
dejando el agua dentro del edificio durante el día.
Verano Invierno
FIGURA 6.55. Sistema de laguna en tejado. Fuente: M. Santamouris et al., 1997, Passive Cooling of Buil-
dings, pág. 47.
Los altos niveles de presión requeridos para evacuar esta energía se obtienen
convencionalmente mediante un compresor mientras que el descenso brusco de pre-
sión y temperatura se logra mediante una válvula de expansión.
QC Generador QG
Ciclo de absorción del amoniaco
NH3 vap. P2 Sol. NH3
5 IV (rica)
4
Condensador a III
Diagrama T-S
P2
T Intercambiador
de calor
P1 II
a P2
5 4 WB
III IV (Gen.) Sol. NH3 b
(pobre) B
Evaporador
II P1 3 I
I 1
2 1 2 Sol. NH3
B 3 QF (rica)
S
QC F Absorbedor
Litio Condensador
Agua destilada
65% 70 mm Hg
concentrador ·
100 ºC Q (vapor)
80 ºC 60% Evaporador
Agua de la cámara
5 mm Hg de refrigeración 12 ºC
3 ºC
Agua a la cámara
Intercambiador
62%
60%
Vapor
}
62% BrLi en H O
2
47 ºC
Agua fría
40 ºC 40 ºC
Agua de refrig.
57 ºC Bomba H2O líquida
Agua de torre de refrig.
tor tor
lec lec
Co Co
Explicación Explicación
En presencia del calor Conforme la temperatura
Condensador
solar, el vapor del metanol desciende, el carbón acti-
abandona el lecho de car- vado reclama hacia sí el
bón activado y pasa al con- metanol que perdió du-
densador. Así, al contacto Recinto frío Recinto frío rante el día. Esto fuerza la
con el agua o con el aire a evaporación del metanol
temperatura ambiente, con- acumulado en el evapora-
vierte el vapor de metanol dor, con la consiguiente
en metanol líquido, que va extracción de calor del re-
cayendo y acumulándose Evaporador Flujo de calor Evaporador cinto frío y de todo lo que
en el evaporador. contiene.
Flujo de metanol
Condensador Evaporador
Gen.
Acumulador
Válvula Absorbedor
Bomba 3 vías Intercambiador
FIGURA 6.60. Sistema de aire acondicionado compuesto por un ciclo de absorción y paneles solares.
Ciclo de calefacción
4 Calor
Condensación
Evaporación
Exterior
Interior
Calor 2
1. Compresor.
2. Intercambiador (condensador
1 o evaporador según ciclo).
3. Válvula de expansión.
5 4. Intercambiador (condensador
o evaporador según ciclo).
Ciclo de refrigeración 3. Válvula de 4 vías.
3
Calor 4
Evaporación
Condensación
Interior
Exterior
2 Calor
Compresión
Evaporación Condensación
Expansión
Profundidad
30 a 100 m
Los ciclos de refrigeración para hacer frente a estas demandas son muy dife-
rentes energéticamente hablando. El cambio de signo en el salto térmico llevará a
un ahorro importante de energía en el caso de la bomba geotérmica. Este ahorro de
energía puede ser de aproximadamente un 50%, presentando los siguientes ratios de
conversión de energía:
Refrigeración: 1kWelec - 4.5 kW.
Calefacción: 1kWelec - 4 kW.
Sistemas abiertos
En los sistemas abiertos se requieren pozos de agua. En la mayoría de los casos,
dos: uno para la extracción del agua subterránea y otro para su deposición. Este sis-
tema simplifica la instalación considerablemente y, por lo tanto, los costes. Sin em-
bargo, es únicamente aplicable en lugares con un nivel freático poco profundo, una
roca suficientemente porosa que facilite la extracción y un pH adecuado del agua
que no corroa los conductos de agua.
Nivel freático
producción
Inyección
Pozo de
Pozo de
Bomba
Sistemas cerrados
Estos son los sistemas más comunes. Consisten en un conjunto de serpentines
instalados bajo tierra o sumergidos en un estanque o lago. El serpentín funciona
como un intercambiador de calor con el líquido que circula en su interior portando o
sustrayendo el calor procedente de la casa. El serpentín se compone de un material
350 María del Carmen Velasco, Ángel Martínez y Daniel Sanginés
duradero pero con la suficiente conductividad como para permitir el paso de calor
a su través de forma eficiente. Este hecho influye decisivamente en la eficiencia
del intercambiador. Los fabricantes suelen apostar por polietileno de alta densidad
u otras tipologías de plástico resistente debido a su mayor durabilidad.
Dentro de los sistemas cerrados encontramos dos tipologías de geo-intercam-
biadores dependiendo de su morfología:
Conexión en paralelo
Conexión en serie
Colector interior
o en el edificio
Dimensionado
1) Deberá conocerse el calor extraído y cedido al suelo: Necesidades si-
multáneas máximas tanto en invierno como en verano. Energía necesaria
a lo largo de toda la estación, y que vendrá impuesta por el perfil horario
de uso del edificio.
2) La temperatura del suelo:Dependerá de la profundidad a la que se en-
cuentre el captador, del tipo de suelo, y de la temperatura exterior.
3) La temperatura del fluido: A mayor salto térmico entre el fluido y el suelo
mayor capacidad de trasferencia energética, pero a su vez menor rendi-
miento de la bomba de calor, por lo que hay que llegar a soluciones de
compromiso (uso de agua glicolada).
4) La resistencia térmica del terreno: En España hay 17 tipos de suelos re-
gistrados, cada uno de ellos con unas características térmicas determina-
das, estos suelos están distribuidos por regiones. Esta resistencia térmica
vendrá muy influenciada por la cantidad de agua del terreno.
Esta opción se refuerza con un tipo de colectores que, en verano, permitan la elimi-
nación de parte o de toda la cubierta aislante de vidrio de modo que el enfriamiento
nocturno incluya las pérdidas radiativas, más importantes que la simple convección.
Datos experimentales señalan que, con cielo claro, puede conseguirse disipar
hasta 4 MJ por noche y m2 de captador expuesto al aire ambiente, lo que equivale
a una potencia continua de refrigeración de 3,5 kW para un espacio captador de
unos 90 m2, dimensión razonable si pretendemos producir calefacción por suelo ra-
diante en invierno para un espacio de unos 300 m2. Este procedimiento de enfria-
miento radiativo es eficaz con cielos claros y secos y, lógicamente, precisa de un
sistema de colectores cuya cubierta pueda retirarse estacionalmente.
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Normativa
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Diseños pasivos en climas tropicales, <http://arch.hku.hk/research/BEER/passcool/cool.html>.
EnergyPlus, <http://www.eere.energy.gov/buildings/energyplus>.
Índice
Volumen I
Presentación ...................................................................................................... 7
Prólogo .............................................................................................................. 9
1. INTRODUCCIÓN ........................................................................................ 11
1.1. Antecedentes y objetivos ........................................................................ 11
1.2. Sobre sostenibilidad, urbanismo y arquitectura sostenibles .................. 15
1.2.1. Por qué ahora ............................................................................... 15
1.2.2. Sostenibilidad, urbanismo y arquitectura .................................... 18
1.3. Nociones básicas de construcción de edificios.
Soluciones constructivas habituales ...................................................... 27
1.3.1. Introducción ................................................................................. 27
1.3.2. Sistemas constructivos ................................................................. 28
1.3.3. Materiales de construcción........................................................... 44
1.3.4. Puntos singulares ......................................................................... 50
1.3.5. Pérdidas energéticas en un edificio convencional........................ 53
Volumen II
7. URBANISMO SOSTENIBLE.
ANEXOS: