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La mayoría de latinoamericanos
culminan la secundaria sin saber
leer bien
Un estudio del Instituto de Estadística de la Unesco revela que los niños y
adolescentes escolarizados en América Latina carecen de competencias básicas
de comprensión lectora.
Lea: “Si queremos gente educada, hay que fortalecer los jardines infantiles”
Según el estudio, 36% de los niños y adolescentes de la región no cuentan con los
niveles de lectura adecuados. El balance es un poco mejor cuando se toma en
cuenta solo a los niños en edad para cursar la educación primaria: 26% no
alcanzan la suficiencia. Los resultados no son más favorables cuando son
evaluados en matemáticas. 52% de los niños y jóvenes de América Latina y el
Caribe no alcanzan las competencias básicas. La situación es peor en secundaria
(62%) que en primaria (46%).
Nuevo analfabetismo
Silvia Montoya, directora del Instituto de Estadísticas de la Unesco, considera que
los problemas que tienen los jóvenes en comprensión lectora plantean una
situación "dramática". "Que haya niños que no tengan las competencias básicas
cuando se trata de leer párrafos muy sencillos y extraer información de los mismos
yo lo consideraría como una nueva definición de analfabetismo. En el mundo de
hoy tener un nivel mínimo de alfabetización ya no es poder leer tu nombre y poder
escribir algún hecho de la vida cotidiana", dijo Montoya en una conversación con
BBC Mundo.
"El leer para aprender es algo indispensable porque a partir de allí puedes desde
ser autodidacta hasta insertarte en el sistema. Sin esa competencia, creo que
estamos generando muchos niños y adolescentes que van derecho a muchas
frustraciones personales y de integración social y laboral. Sin leer ni entender
textos es muy difícil progresar en ningún área", señaló.
Por qué no se logra dar a los estudiantes la formación adecuada obedecen, según
explicó, a una combinación de factores. Entre estos menciona la falta de
capacitación de los maestros para ocuparse de niños con determinadas
características, problemas de infraestructura, pérdidas de días de clase por paros
u otras causas, así como elementos relacionados con los propia situación
socioeconómica de los estudiantes, "que pueden venir de hogares con menores
ingresos o contar con un menor apoyo familiar. Hay una combinación de factores
que pueden variar en cada lugar, pero evidentemente hay una falta de políticas
específicas para ocuparse de esta problemática", indicó Montoya.
Agregó que hace falta mirar los currículos educativos, la formación de los
docentes para asegurarse de que sean capaces de trabajar con niños que vienen
de contextos sociales complicados, contar con un ambiente y una infraestructura
adecuada, así como políticas sociales que adecuadas. "No hay manera de
resolverlo si no hay una visión integral del sistema educativo", aseguró.