Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Como se ha señalado anteriormente, los artículos 483 y 483 letra a) del Código
del Trabajo, exigen que respecto de la materia de derecho objeto del juicio
existieren distintas interpretaciones sostenidas en uno o más fallos firmes
emanados de Tribunales Superiores de Justicia. En la especie, la materia de
derecho objeto de la sentencia de la Ilma. Corte de Apelaciones de Santiago
que se recurre, actualmente ha sido interpretada uniformemente de manera
diversa por la Excma. Corte Suprema, siendo necesario que ese máximo
Tribunal fije y ratifique la correcta interpretación de la misma.
Esta sentencia dice relación con la situación de un trabajador municipal que por
varios años prestó servicios para la I. Municipalidad de Santiago en virtud de
diversos contratos “a honorarios”, de forma continua e ininterrumpida por 4 años y
en actividades habituales al giro de la corporación demandada. El régimen
existente entre trabajador y Municipalidad tenía las características de una relación
laboral en cuanto a la subordinación y dependencia, deducida de hechos como la
imposición de horarios, órdenes recibidas por sus jefaturas, entre otras. Así el
conflicto ocurrió cuando el trabajador fue separado de sus funciones sin
indemnización alguna pues formalmente no tenía la calidad de trabajador. En este
escenario, el demandante solicitó que el juez de la instancia declare que la
relación que lo unió con la I. Municipalidad de Santiago era, en los hechos, de
carácter laboral, a fin que se declare que entre las partes existió relación de
naturaleza laboral, se considere indebido su despido, además de nulo por mora
previsional, en consecuencia, se condene a la demandada a pagar las cantidades
que indica por concepto de indemnización sustitutiva del aviso previo y años de
servicio, esta última con el recargo legal correspondiente, compensación del
feriado legal, cotizaciones previsionales por todo el periodo de tiempo trabajado y,
remuneraciones y demás prestaciones que se devenguen desde la fecha del
despido hasta la de convalidación, más reajuste, intereses y costas de la causa.
Esta interpretación es la que rechazó el juez de instancia, dictando sentencia que
fue impugnada mediante de recurso de nulidad laboral, igualmente rechazado por
la Ilma. Corte de Apelaciones de Santiago, que finalmente fuera acogido por fallo
de recurso de unificación de jurisprudencia individualizado precedentemente. La
Excma. Corte Suprema se basa en los siguientes argumentos para acoger el
recurso de unificación de jurisprudencia y en definitiva, declarar la naturaleza
laboral de la relación. “Séptimo: Que, para los efectos de la uniformidad sometida
a esta Corte, las divergencias surgen en tanto el demandante entiende que,
concurriendo los elementos propios de una vinculación de naturaleza laboral, lo
ampara la legislación del ramo y, por ende, le asisten los derechos inherentes a
esa clase de relación. En cambio, la Municipalidad demandada se asila en el
marco jurídico que rige a los funcionarios de esa entidad –Ley N° 18.883- para
sostener que la contratación del actor no pudo realizarse conforme a la normativa
del Código del Trabajo, por impedírselo el estatuto respectivo y la reglamentación
a la que debe someter sus actuaciones como órgano de la Administración del
Estado, subsumiendo la vinculación que la unió con el actor en la disposición del
artículo 4° de la Ley N° 18.883, de modo que carece, en su concepto, de los
derechos que el Código del Trabajo le reconoce en caso de término de la
vinculación. Octavo: Que, en el reproducido artículo 1° del Código del Trabajo, se
consignan, además de la ya referida premisa general, una excepción y una
contraexcepción. En efecto, la excepción a la aplicación del Código del Trabajo la
constituyen los funcionarios de la Administración del Estado, centralizada y
descentralizada, del Congreso Nacional y del Poder Judicial, los trabajadores de
las empresas o instituciones del Estado o de aquéllas en que tenga aportes,
participación o representación, pero esta situación excepcional tiene cabida
únicamente en el evento que dichos funcionarios o trabajadores se encuentren
sometidos por ley a un estatuto especial. Por su parte, la contraexcepción se
formula abarcando a todos los trabajadores de las entidades señaladas, a quienes
se vuelve a la regencia del Código del Trabajo, sólo en los aspectos o materias no
regulados en sus respectivos estatutos, siempre que ellas no fueren contrarias a
estos últimos. En otros términos, se someten al Código del Trabajo y leyes
complementarias los funcionarios de la Administración del Estado que no se
encuentren sometidos por ley a un estatuto especial y, aun contando con dicho
estatuto, si éste no regula el aspecto o materia de que se trate; en este último
caso, en el evento que no se oponga a su marco jurídico. Noveno: Que, por
consiguiente, si se trata de una persona natural que no se encuentra sometida a
estatuto especial, sea porque no ingresó a prestar servicios en la forma que dicha
normativa especial prevé, o porque tampoco lo hizo en las condiciones que esa
normativa establece –planta, contrata, suplente-, lo que en la especie acontece,
inconcuso resulta que la disyuntiva se orienta hacia la aplicación del Código del
Trabajo o del Código Civil, conclusión que deriva de que en el caso se invoca el
artículo 4° de la Ley N° 18.883, norma que, sustrayéndose del marco jurídico
estatutario que establece para los funcionarios que regula, permite contratar sobre
la base de honorarios en las condiciones que allí se describen y que se
consignaron en el fundamento quinto, las que, en general, se asimilan al
arrendamiento de servicios personales regulado en el Código Civil y que,
ausentes, excluyen de su ámbito las vinculaciones pertinentes, correspondiendo
subsumirlas en la normativa del Código del Trabajo, en el evento que se
presenten los rasgos característicos de este tipo de relaciones –prestación de
servicios personales, bajo subordinación y dependencia y a cambio de una
remuneración, según ya se dijo-, no sólo porque la vigencia del Código del
Trabajo constituye la regla general en el campo de las relaciones personales, sino
porque no es dable admitir la informalidad laboral y suponer 18 que por tratarse de
un órgano del Estado, que debe someterse al principio de la juridicidad, recogido
en los artículos 6 y 7 de la Constitución Política de la República, puede invocar
esa legalidad para propiciar dicha precariedad e informalidad laboral, la que por lo
demás se encuentra proscrita en un Estado de Derecho. Décimo: Que, en
consecuencia, la acertada interpretación del artículo 1° del Código del Trabajo, en
relación, en este caso, con el artículo 4° de la Ley N° 18.883, está dada por la
vigencia de dicho Código del Trabajo para las personas naturales contratadas por
la Administración del Estado, en la especie una Municipalidad, que aun habiendo
suscrito sucesivos contratos de prestación de servicios a honorarios, por
permitírselo el estatuto especial que regula a la entidad contratante, prestan
servicios en las condiciones previstas por el Código del ramo. En otros términos,
se uniforma la jurisprudencia, en el sentido que corresponde calificar como
vinculaciones laborales, sometidas al Código del Trabajo, a las relaciones habidas
entre una persona natural y un órgano de la Administración del Estado, en la
especie, una Municipalidad, en la medida que dichas vinculaciones se desarrollen
fuera del marco legal que establece –para el caso- el artículo 4° de la Ley N°
18.883, que autoriza la contratación sobre la base de honorarios ajustada a las
condiciones que dicha norma describe, en la medida que las relaciones se
conformen a las exigencias establecidas por el legislador laboral para los efectos
de entenderlas reguladas por la codificación correspondiente. Por estas
consideraciones y, visto, además, lo dispuesto en los artículos 483 y siguientes
del Código del ramo, se acoge, el recurso de unificación de jurisprudencia
interpuesto por el demandante, contra la sentencia de veinticuatro de abril de dos
mil catorce, dictada por la Corte de Apelaciones de Santiago, por la que se
rechazó el recurso de nulidad interpuesto por el mismo actor en contra del fallo
pronunciado por el Primer Juzgado de Letras del Trabajo de esta ciudad, con
fecha siete de septiembre de dos mil trece, rectificado el día nueve del mismo mes
y año, en los autos RIT O-1801-2013, caratulados “Vial con Municipalidad de
Santiago”, decisión que queda sin efecto”.
Por su parte, la sentencia de reemplazo declaró la existencia de una relación
laboral por cuanto, en su parte pertinente:
“Quinto: Que, asimismo, los elementos de convicción incorporados, en su
conjunto y cada uno por separado, permiten inferir la subordinación y dependencia
que impregnaba la relación habida entre las partes, ya que cada una de las
convenciones adjuntas precisan la labor a desempeñar y la obligación del actor de
rendir cuentas de su gestión, sin que se advierta en las labores a desempeñar
algún matiz de especialización que escape a la subordinación y que conduzca a
concluir la inexistencia de la dependencia, propia y característica del vínculo
laboral sometido al Código del ramo. Por consiguiente, como hecho de la causa
ha de tenerse la existencia de dicha subordinación y dependencia, aunque no
aparezca el cumplimiento de horario específico; también se ha demostrado el
pago de remuneración mensualmente contra el recibo firmado por el trabajador,
en contraprestación a los servicios cumplidos; por último, la realización íntegra de
la labor para la que fuera contratado y que se mantuvo por más de 4 años de
manera ininterrumpida. Estos son los hechos probados en este proceso y a los
que corresponde calificar jurídicamente, sin perjuicio de la denominación que las
partes hayan dado a la relación que las unía e, incluso, no obstante esa
denominación y las cláusulas pactadas en los respectivos instrumentos suscritos
por ellas”. En definitiva, en esta sentencia se aprecia que la materia de derecho es
muy similar al de esta Litis, pues en ambos casos se trata de trabajadores a
honorarios que prestan servicios para un órgano de la administración del Estado
en virtud de un contrato “a honorarios”, sin perjuicio de que de los hechos del
juicio se desprende que tal relación tenía componentes de subordinación y
dependencia. Por otra parte en ambas sentencias llama la atención la cantidad de
años en que los trabajadores prestaron servicios ininterrumpidamente y en virtud
de sucesivos contratos a honorarios, cuestión que por sí sola pone en contracción
en carácter transitorio y específico del contrato “a honorarios” regulado por el
artículo 4º de la Ley 18.883.
Tercero: “...agregando que “la habitualidad con que se realiza el aseo y ornato en
la comuna, no obsta a que se pueda disponer de cometidos específicos”…, de
manera “que a pesar de que se puedan dar circunstancias fácticas similares a los
indicios que la doctrina y la jurisprudencia ha señalado como demostrativos de
subordinación y dependencia, no hacen que exista un contrato de trabajo entre las
partes, y que ha sido una disposición legal especial la que ha establecido una
forma de contratación civil cuando se trate, entre otros, de cometidos específicos”,
concluyendo rechazar la demanda porque la contratación del actor está
expresamente autorizada por la ley para someterse a las reglas del mismo
contrato sin sujeción a la normativa laboral.” Para luego establecer en el
considerando Cuarto: “Que, por lo tanto, concurren dos interpretaciones sobre una
idéntica materia de derecho, presupuesto necesario del recurso de unificación de
jurisprudencia, por lo que se debe establecer cuál es la correcta, lo que se traduce
en determinar qué estatuto jurídico regula la vinculación que se genera entre una
persona natural que se desempeña en una entidad perteneciente a la
Administración del Estado, en este caso, una municipalidad, y ésta última, cuando
su desempeño, no se encuadra en los términos de la normativa conforme a la cual
se incorporó a la dotación del ente municipal.” En efecto, lo que hace la Cuarta
Sala al apreciar la causa citada, es considerar la contradicción en la que cae la
Iltma.C.A. de Talca al pronunciar su fallo, pues rechazan la demanda porque la
contratación del actor, está expresamente autorizada por la Ley para ser de
carácter a honorarios.
Para luego en el considerando cuarto, señalar que el raciocinio que se debió
aplicar, es qué estatuto jurídico regula la vinculación de una persona natural que
se desempeña en una entidad perteneciente al Estado, cuando su desempeño no
se encuadra en los términos que establece la normativa que en el caso es, la
normativa para contratar a honorarios.
Luego en el considerando Octavo los Excelentísimos jueces señalan: “Que, en
consecuencia, para resolver la Litis se debe establecer si el demandante en el
ejercicio de las funciones que le fueron cometidas desplegó un quehacer
específico y acotado en el tiempo – como lo ordena el citado art 4 de la Ley N°
18.883, o si, por el contrario, desarrolló una labor permanente bajo las condiciones
de subordinación y dependencia de su empleador...”
En el citado considerando, el raciocinio lógico que ocupa la Cuarta Sala para
resolver la Litis en cuestión, es apreciar si el actor en el ejercicio de sus funciones,
dicho ejercicio lo desplegó dentro de lo que estipula el artículo 4 de la Ley 18.883,
o si, por el contrario desarrolló una labor bajo las condiciones de subordinación y
dependencia. Esa es la pregunta que lógicamente señalan los jueces como la
trascendente para resolver la demanda.
Siguiendo esa lógica, los Excelentísimos Ministros establecen:
Noveno: “Que, de los supuestos fácticos descritos precedentemente, se evidencia
que la demandante desarrolló la labor encomendada bajo vínculo de
subordinación y dependencia, entendido en su noción material, esto es, que las
llevó a cabo en dependencias de la demandada, en horarios y bajo las
instrucciones que ella dispuso, por lo que, corresponde encuadrar la situación de
la actora en la normativa que contiene el Código del Trabajo, y atendido que los
servicios prestados por la demandante, como se especificó, se desarrollaron
conforme a los requisitos que, al efecto, contempla el artículo 7° del citado texto
legal, consecuentemente, no se insertan en la normativa especial del artículo 4 de
la Ley N°18.883, razón por la cual, el vínculo contractual se rige por el texto
normativo antes indicado.” Del citado considerando la Cuarta Sala tomó en
consideración supuestos fácticos apreciables en la realidad como lo son: que la
demandante cumplió un horario y seguir órdenes de la demandada, para
lógicamente concluir que los cometidos prestados por la actora se desarrollaron
conforme a los requisitos establecidos en el artículo 7º del Código del Trabajo, que
bien como sabrá SS., dicho artículo constituye una consagración normativa del
Principio de la Primacía de la Realidad. A su vez, los Excelentísimos Ministros
lógicamente concluyen que las labores ejecutadas por la actora, no se insertaron
en la normativa especial que prevé el artículo 4 de la Ley 18.883. Finalmente en el
considerando Décimo se señala: “Que, en estas condiciones, yerran los
sentenciadores de la Corte de Apelaciones de Talca al calificar que la relación
contractual de los litigantes se enmarcó dentro del régimen especial del Estatuto
Administrativo que rige a los funcionarios municipales y, estimando,
consecuentemente inaplicable el Código del Trabajo, porque la conducta
desplegada por la actora en el ejercicio de su labor no cumple los requisitos que la
norma especial exige...”
En consideración a lo establecido, la Cuarta Sala termina ratificando la aplicación
de lo que en la realidad entre las partes existió, sin considerar los documentos que
mediaron entre la actora y la demandada, y la normativa que emanó de dichos
documentos como lo establece el artículo 4 de la Ley 18.883, puesto que, en la
práctica las prestaciones de servicios efectuadas por la actora cumplían con todos
los requisitos para poder ser considerada como una relación laboral en los
términos que impone el artículo 7º en relación con el artículo 8º, ambos del Código
del Trabajo.
De lo anteriormente expuesto, se desprende que el razonamiento lógico que tuvo
la Excelentísima Corte Suprema de Justicia, para pronunciar el fallo sobre el
Recurso de Unificación de Jurisprudencia interpuesto por la actora, fue el de
hacer primar la realidad por sobre la mera normativa y los documentos físicos que
mediaron entre las partes para acoger el citado recurso. Sin embargo, en los
presentes autos bajo la misma causa de pedir, y acompañando prueba suficiente
para demostrar las mismas circunstancias, el sentenciador de primera instancia y
a su vez, la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Santiago concluyeron lo contrario,
rechazando la demanda por sólo considerar y establecer como un hecho de la
causa, que las partes estuvieron unidas por una contratación a honorarios,
teniendo en consideración la sola normativa y los contratos firmados, sin
considerar parte alguna de la relación que efectivamente existía.
2) SEGUNDA INTERPRETACIÓN:
La segunda interpretación respecto de la materia de derecho objeto del juicio y
que este recurrente considera equivocada, ya que se aparta de la directriz
jurisprudencial unificada por la Excma. Corte Suprema, ya expuesta anteriormente
y sostenida en una serie de fallos firmes del máximo Tribunal, algunos de los
cuales en copia se acompañan al presente recurso, es la sostenida en la
sentencia que por este acto se recurre de unificación de jurisprudencia, dictada
por la Ilma. Corte de Apelaciones de Santiago, con fecha 23 de mayo pasado, la
cual rechaza el recurso de nulidad deducido por esta parte demandante en contra
de la sentencia de 31 de octubre de 2017, del 2°Juzgado de Letras del Trabajo de
Santiago, dictada en autos RIT Nº O-4113-2017, declarando que en consecuencia
la misma es nula.
La Ilma. Corte de apelaciones de Santiago, para rechazar el recurso de nulidad
interpuesto por el actor, fundó su decisión, al igual que el sentenciador del grado,
en la circunstancia de que queda establecido que el vínculo entre las partes, se
desarrolló en el contexto de una contratación de servicios a honorarios para
cometidos específicos, en el marco de una relación convencional porque tuvieron
por objeto una labor precisa y determinada y se trata de un programa
financiado por el ministerio del interior y que no corresponde a funciones
inherentes y naturales del municipio demandado ( pese que aun dicho
programa sigue ejecutándose y con fondos municipales)
Los considerandos respectivos del fallo de la duodécima Sala de la Ilma. Corte de
Apelaciones de Santiago, en los que funda su decisión de rechazo del recurso de
nulidad deducido por el demandante en contra de la sentencia del grado, son los
que a continuación se transcriben.
Quinto Que el fallo recurrido en su fundamento quinto, concluye que la
contratación del demandante se ajustó a la normativa antes indicada y en esas
condiciones se aplicó correctamente el artículo 4 inciso segundo de la ley 18.883 y
se ajustó a la facultad que tiene la municipalidad al respecto y en definitiva no
existió y no fue acreditada la relación laboral invocada por el actor, como
consecuencia de lo cual se rechazará la demanda en todas sus partes”. Lo
anterior, después de analizar latamente la referida disposición legal,
particularmente en cuanto los requisitos específicos requeridos en esta
contratación a honorarios, concluyendo que “conforme lo asentado en autos la
contratación del demandante se llevó a cabo para que prestara sus servicios
como procurador y/o asesor jurídico para un programa determinado, en este caso
mediación vecinal, y por lo tanto a juicio de este tribunal y de acuerdo a los
informes que rindió en cuanto a sus servicios el demandante, en cuanto solución
de conflictos y mediación entre vecinos, estos son susceptibles de ser
encuadrados en la forma de cometido específico… porque tuvieron por objeto el
desarrollo de una labor precisa y determinada. Y se trata del desarrollo de un
programa concreto financiado por el Ministerio del Interior y que no corresponde a
funciones inherentes y naturales del municipio demandado. Termina refiriendo que
respecto al “horario y necesidad de rendir cuenta de la labor ejecutada”, que ello
se refiere a la rendición de los resultados de un cometido específico que se
encarga a un contratado a honorarios en el caso concreto. Todo lo anterior
conforme a los hechos establecidos en el fundamento cuarto del fallo, de acuerdo
a la prueba rendida. SEXTO: Que de lo relacionado precedentemente, se
concluye que el sentenciador calificó los hechos establecidos, conforme la prueba
rendida en autos, de acuerdo a dispuesto en el artículo 4 de la ley 18.883 y por
ello, rechazó la demanda en todas sus partes, toda vez que, en ella, se negaba la
existencia de un contrato a honorarios como afirmó la demandada, y se reclamaba
que se trataba de un contrato laboral y con ello se pedía se declarase su despido
(del actor) como injustificado y la nulidad del mismo, con los efectos
remuneracionales respectivos, a lo que no se accedió por no haberse comprobado
esa relación laboral por el tribunal. SEPTIMO: Que en consecuencia, al no
haberse acreditado la infracción legal invocada por la recurrente para anular el
fallo del tribunal del trabajo, no podrá ser acogido su recurso de nulidad. Y VISTO,
además, lo dispuesto en los artículos 477, 478 y 482 del Código del Trabajo, se
RECHAZA el recurso de nulidad deducido
Razonamiento que escapa de toda aplicación al principio de la Primacía de la
Realidad, estableciendo y ponderando fundamentalmente las contrataciones
establecidas en los documentos allegados al juicio, excluyendo por tanto las
demás pruebas, aun cuando se reconocen expresamente los elementos que
determinan la relación laboral, circunstancia que se aleja absolutamente de lo
permitido por el respectivo Estatuto Administrativo.