Biomasa y

biocombustibles

Tema 3. Introducción a las

operaciones y tratamientos de
transformación de la biomasa
Biomasa y biocombustibles
Tema 3. Introducción a las operaciones y tratamientos de
transformación de la biomasa

Las posibilidades que nos ofrecen las tecnologías actuales para transformar y adaptar
el recurso biomásico a una aplicación concreta son muchas y se denominan operaciones
o tratamientos de transformación de la biomasa.

A continuación, vamos a describir el conjunto de los tratamientos que más desarrollo

tienen actualmente, entrando con algo más de profundidad a describir aquellas
operaciones que no van a ser ampliadas en las siguientes unidades.

Tratamientos físicos

Secado

Reducimos el contenido en humedad de la biomasa aplicando calor o ventilación para

evaporar el agua. Se aplica a biomasas que tenga un contenido en humedad que
queramos reducir (para aumentar su poder calorífico por unidad de masa o reducir la
biodegradabilidad). Puede realizarse de dos formas:

• Natural: En la mayoría de los climas la biomasa se puede extender en una

superficie de terreno y conseguir mediante evaporación una importante
reducción del contenido en humedad. La evaporación se produce por dos
fenómenos, el contacto de la biomasa con aire con una humedad relativa baja
y/o el calentamiento de la biomasa por efecto de la radiación solar.

• Forzada: Consiste en emplear un combustible para una corriente de aire (que

al calentarse reduce su humedad relativa) y conseguir así la evaporación
acelerada del agua contenida. Requiere de una inversión en instalaciones
(secaderos) y combustible que aumentará el precio de la biomasa, ya que deberá
repercutirse en este.

Los secadores más utilizados para la biomasa son tipo trommel. Consisten en
cilindros rotatorios inclinados en los que se va introduciendo la biomasa húmeda
y a contracorriente gases calientes con baja humedad relativa. Los gases salen
con un mayor contenido en agua a costa de la que pierde la biomasa.

La cantidad de calor que debemos aportar es, debido a ineficiencias del proceso,
mayor al calor latente de evaporación del agua (539 kcal/kg) siendo valores
habituales en el entorno a 1000 kcal/kg.

Los gases calientes pueden a su vez producirse mediante la combustión de

biomasa o de combustibles fósiles como el gas natural.

Selección de fracciones

Este proceso consiste en separar las distintas fracciones que forman el recurso
biomásico. Por ejemplo, las piedras de los restos de poda, o los metales, plásticos,
biomasa e inertes de los residuos sólidos urbanos. Se aplica a cualquier tipo de biomasa
que esté compuesta por fracciones heterogéneas y que queramos separar.

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Los equipos que se emplean para separar las fracciones son muy específicos en relación
con qué se pretende separar. Los más habituales son:

• Equipos de separación de metales férricos. Mediante electroimanes se separa

la fracción metálica de la no metálica.

• Equipos de separación de metales no férricos. Mediante equipos de corrientes

de Foucault se separan metales no férricos (el equipo genera un campo
magnético que “repele” materiales como el aluminio).

• Separación por densidad. Estos equipos separan fracciones que tienen distinta
densidad, esto es los “pesados” de los “ligeros”. Los más habituales son las
mesas densimétricas y los separadores balísticos. Ambos equipos se basan en
que la energía cinética que adquieren dos cuerpos de igual tamaño pero distinta
masa que son lanzados a la misma velocidad es diferente (es mucho mayor la
que adquiere el cuerpo de mayor masa).

• Separación por tamaño. Separan fracciones de diferente tamaño, por ejemplo

los restos plásticos de los residuos sólidos urbanos (voluminosos) de la materia
orgánica. Los más empleados son las cribas rotativas.

Trituración

La trituración puede tener diferentes objetivos. Hacer la biomasa más manejable para
las operaciones de transporte, almacenamiento, transformación o uso, o para
aumentar la densidad (por ejemplo, un acopio de ramas inmanejables se transforma
en astillas fácilmente manipulables y con mayor densidad aparente). Las trituradoras
se clasifican en dos tipos:

• Trituradoras o molinos de cuchillas. La ruptura de la biomasa se realiza

mediante un dispositivo que tiene arista o filo, que por tanto “corta” la biomasa.
El problema de estos equipos es que las cuchillas se desafilan por el uso y debido
a que habitualmente compuestos extraños de alta dureza pueden entrar junto
con la biomasa (como piedras).

• Trituradoras o molinos de martillos. La ruptura de la biomasa se realiza

mediante un martillo que no dispone de arista o filo, sino que empuja a la
biomasa a pasar por unos orificios o reja de barrotes metálicos. La ruptura se
produce por la elevada energía mecánica que tiene el martillo, que, por tanto,
“parte” la biomasa.

Compactación

El objetivo es aumentar la densidad aparente y la manejabilidad del recurso ejerciendo

presión. Normalmente no se busca aumentar la densidad real del producto, sino solo
modificar la aparente, ya que energéticamente reducir el número y tamaño de
espacios vacíos entre partículas es mucho menos demandante que aumentar la
densidad del propio material.

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En función del sistema de compactación, se clasifican en:

• Empacado. (Por ejemplo, en balas de la paja que emplean plantas de

generación eléctrica). Es un sistema económico, pero, como las presiones
ejercidas no son habitualmente muy altas, no conseguimos una elevada
compactación y, además, habitualmente las pacas son de unas dimensiones
importantes (mayores al metro cúbico), lo que genera problemas para
determinadas aplicaciones (como una caldera de calefacción). Estos equipos
suelen funcionar con sistemas hidráulicos que accionan un pistón que compacta
la biomasa.

• Briquetado. La biomasa, habitualmente madera, es compactada en cilindros de

unas dimensiones similares a un tronco (3 a 20 cm de diámetro y 15 a 50 cm de
longitud). El proceso se puede realizar de forma similar al empacado, pero las
briquetas tienen un menor tamaño y el grado de compactación es mucho mayor.
Debido a las mayores presiones que se necesitan, el consumo energético
también es mayor.

• Peletizado. La biomasa, madera también normalmente, es compactada en

cilindros de pequeñas dimensiones (diámetro de unos 7 mm y longitud menor a
40 mm). El proceso de peletizado consiste en triturar la madera hasta
convertirla en astillas o virutas de tamaño muy reducido (inferior al del diámetro
del pellet) y hacerla pasar por unos huecos cilíndricos de pequeño tamaño
realizados en una pieza metálica denominada “matriz,” que son el componente
fundamental de las peletizadoras. El proceso tiene dos efectos sobre las virutas
de madera:

o Aumenta la densidad por la elevada presión.

o La temperatura del pellet se eleva por la presión y por el rozamiento con el

exterior del hueco cilíndrico, haciendo que se liberen o modifiquen algunos
compuestos químicos de la madera (como resinas) que funcionan como
aglutinante. Esto hace que el pellet, una vez producido, tenga bastante
resistencia a desintegrarse (durabilidad). En algunos casos se añaden
compuestos orgánicos para favorecer la aglomeración de la madera.

Tratamientos químicos

Extracción

Consiste en extraer de un determinado recurso biomásico una determinada fracción

(de una biomasa que no está compuesta a priori de varias fracciones). Se refiere
habitualmente a la extracción de líquidos embebidos en una biomasa sólida (por
ejemplo, la extracción del aceite de las habas trituradas de la soja).

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El procedimiento de extracción más ampliamente utilizado consiste en secar y triturar
la biomasa lipídica y posteriormente hacerla entrar en contacto con un disolvente
(hexano) que arrastra el aceite separándolo del resto de materiales. Finalmente, se
separa el disolvente (que se reutiliza en el proceso) del aceite.

Transesterificación

La transesterificación es una reacción química que en esencia consiste en transformar

un aceite vegetal (viscoso) y compuesto de moléculas de elevado peso molecular en
otras moléculas de menor tamaño similares al gasóleo de automoción y que, por tanto,
pueden sustituir a este combustible fósil.

Tratamientos termoquímicos

Pirolisis

Literalmente es la rotura (lisis) por temperatura (piro). Consiste en someter a un

recurso biomásico, habitualmente sólido, a altas temperaturas en ausencia de oxígeno
consiguiendo transformar el recurso en gases y/o líquidos y un sólido con elevado
contenido en carbono, todos ellos combustibles. El principal problema de esta
operación es que debemos emplear una importante cantidad de energía para realizar
este proceso.

La pirolisis fue una de las primeras operaciones de transformación de los

biocombustibles. En tiempos prehistóricos ya se descubrió que los fragmentos de
madera que quedaban en las hogueras, carbón vegetal, son un combustible con unas
propiedades muy superiores a las de la madera que lo origina.

La madera pirolizada tiene un mayor poder calorífico, menor contenido de agua, mayor
densidad energética (J/m3) y no sufre la putrefacción (aparte de haber sido el material
fundamental de las pinturas rupestres).

Pero ¿cómo puede producirse la pirolisis en una hoguera cuando la atmósfera es rica
en oxígeno, en concreto en un 19 %? Esto es debido a que un fragmento de madera
interior de un tronco situado en una hoguera no entra en contacto con oxígeno debido
a que todo este gas es consumido en el exterior. El proceso que sufre la madera se
conoce como pirolisis y consiste en la desecación y la volatilización de gran parte del
oxígeno e hidrógeno contenido en la misma. Los gases combustibles producidos por la
pirolisis se queman al llegar a la zona exterior rica en oxígeno produciendo la llama.

Este proceso de fabricación de carbón vegetal, aun en sus versiones mejoradas, tiene
un importante consumo energético (en forma de madera que es totalmente
combustionada). El carbón mineral, recurso fósil abundante y barato, sustituyó al
carbón vegetal en gran parte de las aplicaciones a partir de la revolución industrial,
quedando este relegado a algunos nichos marginales.

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Gasificación

Consiste en someter a la biomasa a elevadas temperaturas en presencia de oxígeno

(del aire o agua) pero en cantidades de este compuesto sensiblemente inferiores a las
que se necesitarían para la combustión completa, es decir, por debajo del oxígeno que
estequiométricamente sería necesario para desarrollar la reacción de combustión. El
proceso genera un gas combustible rico en hidrógeno y monóxido de carbono conocido
como “gas de síntesis” que se puede emplear en motores de combustión o en turbinas
de gas.

Hidrogenación

La hidrogenación es un proceso termoquímico que consiste en introducir átomos de

hidrógeno en un compuesto orgánico y que conlleva habitualmente para aplicaciones
energéticas la ruptura del compuesto orgánico en otros de menor tamaño. Se emplea
para transformar aceites (viscosos y de elevado peso molecular) en compuestos
similares a los que forman el gasóleo (de menor peso molecular). El producto obtenido
se denomina hidrobiodiésel.

Tratamientos biológicos:

Fermentación alcohólica

Es realizado por microorganismos (habitualmente levaduras) que se alimentan de

biomasa glucídica produciendo, como uno de los subproductos, un alcohol de cadena
denominado bioetanol. El bioetanol puede ser empleado como sustituto de la gasolina
o mezclado con la gasolina, así como en la fabricación de aditivos oxigenados.

Biometanización

Este proceso, complejo, es realizado por diversas especies y géneros de

microorganismos que forman un ecosistema complejo “alimentándose” de la biomasa.
El proceso, que solo se produce en ausencia de oxígeno, libera un gas compuesto
principalmente de metano y monóxido de carbono denominado biogás que tiene
propiedades combustibles.

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