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FAUNA SOCIALIZADA

Tendencias en el manejo participativo


de la fauna en América Latina
FAUNA SOCIALIZADA
Tendencias en el manejo participativo
de la fauna en América Latina

CLAUDIA CAMPOS-ROZO
ASTRID ULLOA
(Editoras)

Miguel Antúnez
Walter Ayala E.
Yara Ximena Ballesteros-Gasca
Zulema Barahona
José Maria Batista Damasceno
Richard E. Bodmer
Arsenio Calle
Claudia Campos-Rozo
Leandro Castello
Javier Castiblanco-Alarcón
María Copa
Rosa Leny Cuéllar
Augusto Fachín-Terán
Álvaro Garitano-Zavala
Humberto Gómez
Jesús Guerrero
Grupo de Cazadores de El Valle
Sandra Jimena Jaramillo-P.
Jeffrey P. Jorgenson
Sarita Kendall
Juan Carlos Lozano
Miguel Molina
Andrea Morales
Evelyn Paola Moreno-Nieto
Andrea Moure
Andrew Noss
Diana Luz Orozco
Fernando Ignacio Ortiz-Suárez
Lilian Painter
Rocío Polanco-Ochoa
Pablo E. Puertas
Wendy R. Townsend
Olga Lucía Trespalacios-González
Astrid Ulloa
João Paulo Viana
Carlos Vieira
Robert B. Wallace
Fundación Natura Adriana Yepes
MacArthur Foundation Giselle Zambrano-González
Instituto Colombiano de Antropología e Historia Galo Zapata-Ríos
FAUNA SOCIALIZADA

FAUNA SOCIALIZADA
Tendencias en el manejo participativo de la fauna en América Latina

© de esta edición:
Fundación Natura
Instituto Colombiano de Antropología e Historia
Los autores
Las editoras

Con el apoyo de MacArthur Foundation

Primera edición:
Diciembre de 2003

ISBN: 958-8181-18-6

Coordinación editorial:
Claudia Campos-Rozo y Astrid Ulloa

Corrección de estilo:
Víctor Albarracín
Claudia Campos-Rozo

Dibujo portada y páginas interiores:


Juan Francisco Castro
juanfra7@tutopia.com

Diseño portada:
La Silueta
www.lasilueta.com

Diagramación e impresión:
ARFO Editores e Impresores Ltda.
arfo@casaeditorial.com

Para citar este volumen:


Campos-Rozo, C. & A. Ulloa (Editoras). 2003. Fauna socializada. Tendencias en el manejo
participativo de la fauna en América Latina. Fundación Natura, MacArthur Foundation,
Instituto Colombiano de Antropología e Historia. Bogotá, Colombia.

Impreso y hecho en Colombia

4
Tabla de contenido
Pág.

AGRADECIMIENTOS .......................................................................................... 9

PRESENTACIÓN ................................................................................................ 13

INTRODUCCIÓN
Perspectivas y tendencias en torno al manejo de fauna participativo en América
Latina
Claudia Campos-Rozo y Astrid Ulloa ............................................................. 27

REPLANTEAMIENTOS METODOLÓGICOS

El pueblo izoceño como actor regional y nacional en el manejo comunitario de


recursos naturales en Bolivia
Walter Ayala E. ............................................................................................. 53

Grupo de cazadores de la comunidad negra de El Valle: hacia la construcción


de una estrategia local de manejo de fauna silvestre en la cuenca del río Valle,
Chocó, Colombia
Olga Lucía Trespalacios-González, Javier Castiblanco-Alarcón y Grupo de
Cazadores de El Valle ................................................................................... 63

Investigación colaborativa: experiencias en el proceso de manejo de fauna en


el norte de La Paz, Bolivia
Humberto Gómez, Robert B. Wallace, Lilian Painter, María Copa y
Andrea Morales ............................................................................................ 79

Consideraciones metodológicas para el desarrollo de planes de manejo con


comunidades rurales del nor-oriente peruano
Pablo E. Puertas, Richard E. Bodmer, Miguel Antúnez y Arsenio Calle ............ 97

5
FAUNA SOCIALIZADA

La investigación participativa y su utilidad para el manejo de la fauna silvestre


en Bolivia
Wendy R. Townsend ...................................................................................... 117

La utilización del autoregistro en los estudios de cacería de subsistencia:


el ejemplo de los shuar del suroriente de Ecuador
Galo Zapata-Ríos y Jeffrey P. Jorgenson ......................................................... 131

Preservação de quelônios aquáticos com participação comunitária na reserva


de desenvolvimento sustentável Mamirauá, Amazonas, Brasil
Augusto Fachín-Terán .................................................................................... 145

Diagnósticos de uso y manejo concertado de fauna silvestre en comunidades


indígenas y negras colombianas: comparación y recomendaciones meto-
dológicas
Rocío Polanco-Ochoa, Javier Castiblanco-Alarcón y Adriana Yepes .................. 177

Evaluación de la sostenibilidad potencial de la cacería de subsistencia en Boavita


y San Mateo, Boyacá, Colombia
Andrea Moure ............................................................................................... 199

REPLANTEAMIENTOS SOBRE LA CONSERVACIÓN

El árbol de los manatíes: caza, concertación y conservación en la amazonia


colombiana
Sarita Kendall y Diana Luz Orozco ................................................................ 215

El festival de la migración: un proceso de educación ambiental y participación


local dirigido a la conservación de las viajeras sin maleta. Zona norte del
pacífico chocoano, Colombia
Evelyn Paola Moreno-Nieto ........................................................................... 239

MANEJO HACIA LO PRODUCTIVO

Primeros resultados de la cría experimental de Nothoprocta ornata (Aves:


Tinamidae) en dos comunidades rurales del altiplano boliviano
Álvaro Garitano-Zavala, Juan Carlos Lozano y Miguel Molina ....................... 259

6
Contenido

El uso comercial de recursos naturales mediante el manejo comunitario: la


experiencia del pueblo izoceño en Bolivia
Andrew Noss, Jesús Guerrero, Rosa Leny Cuéllar y Zulema Barahona ............ 287

Hacia el aprovechamiento sostenible de la producción melífera silvestre por


colonos campesinos en áreas de influencia del río Caguán, Caquetá, Colombia
Giselle Zambrano-González, Fernando Ignacio Ortiz-Suárez y
Yara Ximena Ballesteros-Gasca ...................................................................... 315

Desarrollo del manejo pesquero comunitario en la reserva de Mamirauá,


Amazonas, Brasil
João Paulo Viana, José María Batista Damasceno y Leandro Castello ............ 335

Hacia la apropiación local del cultivo de moluscos bivalvos como alternativa


productiva y alimentaria en la costa norte chocoana colombiana
Sandra Jimena Jaramillo-P. y Carlos Vieira ................................................... 353

7
AGRADECIMIENTOS

La edición de este libro contó con la colaboración de muchas personas,


y es difícil nombrar a todas ellas. Sin embargo, queremos agradecer
a los evaluadores, por la lectura cuidadosa de los artículos,
los comentarios y las sugerencias que hicieron.
Queremos agradecer de manera especial a Juan Francisco Castro
quien espontánea y generosamente creó y compartió su obra artística
para este volumen. Finalmente, agradecemos a los autores
quienes confiaron sus textos en nuestras manos.
PRESENTACIÓN
12
FAUNA SOCIALIZADA

Dibujos de arriba hacia abajo:


Círculo vital, Primer anillo de poder, Mana-tíos, Trans-pez. Técnica: tinta. Juan Francisco Castro, 2003.
Fauna socializada es fruto de la inquietud de intercambiar experiencias de
manejo de fauna en las que el papel de los pobladores locales es activo y se
relaciona de manera fundamental con el actuar de diversos actores involucrados
en los procesos y en el manejo comunitario de fauna: profesionales, organiza-
ciones gubernamentales y no gubernamentales, entre otros. Nace de igual
manera, del convencimiento de que las soluciones a los problemas ambienta-
les y de conservación de los recursos naturales no deben ser exclusividad de
la academia sino que requieren de los saberes, las percepciones y las expe-
riencias de los pobladores locales, quienes se relacionan directamente con
estos recursos.

Este convencimiento es el que nos ha animado a realizar dos seminarios-taller


sobre el tema a escala latinoamericana, en los que se han reunido profesionales,
académicos, pobladores locales e instituciones gubernamentales y no guberna-
mentales, con el ánimo de aprender y conocer las experiencias de cada uno de
ellos. El primer seminario-taller se desarrolló en Iguaque (Colombia) en el año
de 1996. Como un producto de este evento se publicó un libro que compila las
experiencias allí presentadas (Manejo de fauna con comunidades rurales, 1996).
El segundo, se desarrolló en el V Congreso Internacional de Manejo de Fauna
Silvestre en Amazonia y Latinoamérica (Cartagena, Colombia 2001). Cabe ano-
tar, que los dos seminarios-taller hacen parte de las líneas y de las temáticas de
investigación de la Fundación Natura (Programa Fauna Colombiana) y el Institu-
to Colombiano de Antropología e Historia, ICANH (línea de investigación Cultu-
ra y Medio Ambiente y la temática que aborda las relaciones entre los humanos
y la fauna), en las que se vienen realizando procesos de investigación sobre el
enfoque expuesto.

El presente libro pretendía ser la recopilación de las experiencias presentadas en


el segundo evento pero decidimos ampliar la cobertura e incluir otras. De esta
manera, se lanzó una invitación a las personas que en Latinoamérica están traba-
jando con el enfoque de manejo de fauna participativo. La respuesta fue amplia y
con base en los artículos recibidos, se realizó una selección que son los que
conforman este libro.

13
FAUNA SOCIALIZADA

Acerca del libro

Este volumen reúne 17 textos, 16 de los cuales presentan experiencias desarro-


lladas en cinco países (Bolivia, Ecuador, Perú, Colombia y Brasil) por comunida-
des (indígenas, negras y campesinas), científicos y demás actores. De los proce-
sos desarrollados en Brasil, mantuvimos una en su idioma original, tanto por
sugerencia del autor como por nuestra intención de poder llegar a un público
más amplio. Estas experiencias aportan y proponen opciones metodológicas,
conservacionistas y productivas al manejo de fauna que vienen incrementándose
en América Latina desde hace algunos años. Como premisa común, los autores
en general consideran que los procesos sociales y culturales son una base funda-
mental para poder hacer un manejo efectivo de la fauna.

En los últimos años se han incrementado las experiencias de manejo en que la


participación de la gente local es cada vez mayor. Los resultados de las mismas se
dirigen a discutir aspectos que ayuden a solucionar problemáticas sociales con
relación a la fauna o a otras necesidades de los pobladores como demandas
territoriales o económicas. Así mismo, se ha iniciado de manera sistemática la
consideración e inclusión de diversos tipos de conflictos (económicos, políticos,
por cultivos de ilícitos, la violencia, entre otros), lo cual plantea nuevas dimen-
siones ante los escenarios de toma de decisiones sobre el manejo de fauna.

Estos cambios y tendencias los analizan Claudia Campos-Rozo y Astrid Ulloa en


su texto introductorio “Perspectivas y tendencias en torno al manejo de fauna
participativo en América Latina”; artículo en el que se realiza un balance sobre
los principales enfoques en el manejo de fauna. Así mismo, se analizan las
limitantes (políticas, disciplinarias, sociales, culturales y económicas) a las que
se ven avocados los diferentes procesos de manejo de fauna con participación
local en América Latina. En esta introducción se presenta un panorama general
que contextualiza el escenario en el que el manejo de fauna participativo se
desarrolla.

Los artículos recopilados en este libro, básicamente se centran en experiencias


relacionadas con especies de cacería, tema que ha predominado desde que empe-
zó el manejo participativo, pero también da cabida a experiencias de manejo con
otras especies como es el caso de los peces, las abejas, las aves, las tortugas, los
bivalvos y el manatí, entre otros. Cabe destacar que la mayoría de trabajos pre-
sentados son fruto de años de investigación y representan experiencias consoli-

14
Presentación

dadas y validadas por los pobladores locales. De igual manera, queremos resaltar
la diversidad de estilos, desde literarios hasta técnicos, que reflejan los diferen-
tes enfoques en el manejo, pero todos parten de la rigurosidad científica.

Hemos reunido los artículos bajo tres temáticas generales: replanteamientos


metodológicos, replanteamientos sobre la conservación, y manejo hacia lo pro-
ductivo. Temáticas que articulan una serie de textos que presentan las actuales
tendencias, perspectivas y enfoques para abordar la participación de los pobla-
dores locales en procesos de manejo de fauna. La mayoría de los artículos de este
volumen plantean un manejo con participación de manera integral. A pesar de
esto hemos decidido separarlos para resaltar algunos aspectos que consideramos
son un aporte importante a las actuales discusiones sobre el manejo de fauna,
pero estamos conscientes que esta separación es artificial y varios de los textos
podrían estar en las tres secciones.

Replanteamientos metodológicos

La primera sección reúne propuestas que muestran diferentes formas de partici-


pación local. Cobijar experiencias que enfatizan la metodología de manejo de
fauna con participación local, no ha implicado necesariamente acuerdos sobre la
forma en que esta participación se ha considerado. Estos artículos igualmente
reflejan los diferentes términos en que el manejo de fauna con comunidades es
denominado. En general, los textos destacan el papel de la autonomía local, la
descentralización estatal y de los mecanismos internos de toma de decisiones.

En esta primera sección se agrupan nueve experiencias desarrolladas en Bolivia,


Ecuador, Brasil y Colombia, en donde las reflexiones metodológicas son centra-
les a los procesos. Se plantean varios interrogantes y propuestas que los autores
enfatizan de manera diferente.

Las experiencias de Walter Ayala, y Olga Lucía Trespalacios-González, Javier


Castiblanco-Alarcón & Grupo de Cazadores de El Valle (Chocó, Colombia) aportan
una reflexión construida desde la percepción local en las cuales los pobladores
forman parte de la elaboración misma del texto. Estas propuestas redimensionan
el papel de los pobladores en el manejo de la fauna. De igual manera, hacen énfa-
sis en los procesos organizativos y las dinámicas políticas (izoceña y de la comuni-
dad negra) como aspectos básico para la toma de decisiones.

15
FAUNA SOCIALIZADA

En su texto “El pueblo izoceño como actor regional y nacional en el manejo comuni-
tario de recursos naturales en Bolivia”, Ayala, desde su perspectiva indígena, plan-
tea y destaca el papel que ha tenido la Capitanía del Alto y Bajo Izozog (CABI)
en el manejo de los recursos en general, incluida la fauna. Organización que es
reconocida como un actor importante en los distintos escenarios nacionales e
internacionales, por el trabajo que realiza en coordinación con las instituciones
gubernamentales y no gubernamentales, contribuyendo en el alcance de logros
que benefician tanto a la organización como al pueblo indígena a través de la
conservación de recursos naturales.

Trespalacios-González, Castiblanco-Alarcón y el Grupo de Cazadores de El Valle,


presentan en su texto “Grupo de cazadores de El Valle: hacia la construcción de una
estrategia local de manejo de fauna silvestre en la cuenca del río Valle, Chocó, Colom-
bia” el proceso de pre-selección de estrategias de manejo por parte de la comuni-
dad de la cuenca del río Valle. Ellos han generado un esquema de trabajo par-
ticipativo basado en la adopción de más y mejores espacios de interacción comu-
nitaria en torno a la construcción de un modelo de manejo de fauna de cacería en
la región. Los autores reflexionan sobre cómo las dinámicas de participación
dependen de elementos culturales, sociales y económicos propios. En este caso,
el eje que sustenta la participación activa en el proceso se centra en las motiva-
ciones y experiencias de los mismos cazadores, pero principalmente en la con-
fianza que tiene cada uno de ellos en su capacidad para reconocer que su conoci-
miento es esencial para implementar cualquier modelo de ordenamiento de la
cacería.

Los procesos que describen Humberto Gómez, Robert B. Wallace, Lilian Painter,
María Copa & Andrea Morales; y Pablo E. Puertas, Richard E. Bodmer, Arsenio
Calle & Miguel Antúnez, se centran en la reflexión sobre la articulación de las
metodologías de manejo de fauna a los mecanismos sociales y culturales de las
comunidades locales. De esta manera, desarrollan las experiencias de manejo
basados en metodologías integrales.

Gómez, Wallace, Painter, Copa y Morales en su artículo “Investigación colaborativa:


experiencias en el proceso de manejo de fauna en el norte de La Paz, Bolivia” presen-
tan una experiencia que busca el desarrollo de “paisajes sostenibles”, en los cua-
les las necesidades de los pobladores locales y de la vida silvestre puedan ser
satisfechas. Ellos consideran que esta perspectiva no puede alcanzarse sin que la
comunidad tenga un cierto nivel de organización, comunicación y reflexión. Los
autores plantean que la investigación es el punto de partida que conduce hacia

16
Presentación

una reflexión sobre las posibilidades y alternativas de manejo para conservar el


entorno local, y de ahí al paisaje completo. Esto es lo que los autores denominan
investigación colaborativa y en el artículo exponen los procesos con sus críticas,
alcances y perspectivas de dos experiencias referidas a la cría de abejas nativas
(Meliponidae) y al control de daños a cultivos de maíz producidos por vida sil-
vestre en el norte de La Paz (Bolivia).

Puertas, Bodmer, Antúnez y Calle, en su documento “Consideraciones metodológicas


para el desarrollo de planes de manejo con comunidades rurales del nor-oriente pe-
ruano” describen el proceso seguido por más de nueve años, durante los que se
desarrollaron dos metodologías participativas para la formulación de planes de
manejo de fauna silvestre: una con comunidades rurales de la Reserva Comunal
Tamshiyacu-Tahuayo (RCTT), y la otra con comunidades indígenas de la etnia
cocama cocamilla, habitantes en la Reserva Nacional Pacaya Samiria (RNPS), en
el nor-oriente del Perú. Describen las particularidades de trabajo para cada una
de estas áreas y sugieren los pasos a seguir para el desarrollo de un plan de
manejo de la fauna que garantice una efectiva coparticipación de los actores di-
recta e indirectamente comprometidos con el recurso a manejar.

Un aspecto importante en el ámbito metodológico son los métodos y su aplica-


ción; sobre este aspecto Wendy R. Townsend, y Galo Zapata-Ríos & Jeffrey P.
Jorgenson reflexionan al destacar el papel de los métodos y cómo estos deben
reformularse desde la ciencia para adaptarlos a la lógica de los pobladores loca-
les. Estas reflexiones replantean los indicadores y criterios científicos, y dan la
opción de establecer un diálogo entre los métodos científicos y los métodos
locales. Así mismo, se observa la adecuación de las herramientas a partir de los
sistemas de percepción y comunicación local, que aportan a la creación colectiva
de herramientas para un manejo intercultural.

Townsend en el artículo “La investigación participativa y su utilidad para el manejo


comunitario de la fauna silvestre en Bolivia”, plantea que es de vital importancia
una participación activa no solo de los cazadores, sino de la comunidad entera,
que juega un papel importante en el desarrollo de reglas internas y sanciones. La
autora sostiene que la participación depende tanto del interés de las comunida-
des en el tema como de la decisión de los profesionales de compartir la informa-
ción, más que extraerla, y de su deseo de entender la situación de la comunidad.
En su análisis presenta algunas experiencias sobre la investigación participativa
sobre los recursos naturales, que han realizado investigadores indígenas en coor-
dinación con investigadores académicos en las tierras bajas de Bolivia de varios

17
FAUNA SOCIALIZADA

pueblos indígenas asociados con CIDOB (Confederación de Pueblos Indígenas


de Bolivia). Dentro de estas experiencias se destaca el uso de diversos métodos
de investigación: el auto-monitoreo de la cosecha, la zonificación, las evaluacio-
nes de poblaciones, los estudios en cautiverio y de disponibilidad de recursos, lo
que contribuye a un manejo adaptativo.

Zapata-Ríos y Jorgenson en su trabajo “La utilización del autoregistro en los estu-


dios de cacería de subsistencia: el ejemplo de los shuar del suroriente de Ecuador”,
analizan el autoregistro y sus ventajas y desventajas, como una estrategia
intercultural para generar información en la que los indígenas toman sus propios
registros de caza (en formatos gráficos y bilingües); o lo que algunos autores han
denominado el automonitoreo. Este apoya los procesos de autogestión y la par-
ticipación directa de los pobladores en la toma de datos.

La reflexión metodológica se enriquece cuando, además de los datos biológicos


que se obtienen, se desarrollan análisis sistemáticos de los aspectos positivos y
negativos que ha tenido la participación de la gente local. Este es el caso de
Augusto Fachín-Terán, cuya contribución radica tanto en el aporte biológico a la
conservación como en el balance que realiza sobre el proceso desarrollado en el
cuidado de playas para la protección de quelonios y sobre la importancia de la
participación en este tipo de procesos. El autor, en su texto “Preservação de
quelônios aquáticos com participação comunitária na reserva de desenvolvimento
sustentável Mamirauá, Amazonas, Brasil/Preservación de quelonios acuáticos con
participación comunitaria en la reserva de desarrollo sustentable Mamirauá, Ama-
zonas, Brasil”, presenta la experiencia de protección de playas para el desove de
quelonios, realizada con participación activa de los comunitarios. La gente de la
región ha participado en la selección de las playas, en el cuidado de las mismas y
en la planificación conjunta de estrategias.

Un aporte interesante en el ámbito metodológico lo traen Rocío Polanco-Ochoa,


Javier Castiblanco-Alarcón y Adriana Yepes, al realizar una comparación entre
dos procesos de manejo de fauna en áreas geográficas de Colombia con culturas
diferentes. Este artículo lleva a la reflexión sobre las implicaciones de la replicación
de metodologías y sobre la importancia de los contextos culturales como ele-
mento básico para generar metodologías y procesos de manejo a partir de lo
local.

Los autores en su texto “Diagnósticos de uso y manejo concertado de fauna silvestre


en comunidades indígenas y negras colombianas: comparación y recomendaciones

18
Presentación

metodológicas” comparan metodológicamente dos trabajos realizados en un mis-


mo período de tiempo, entre la comunidad indígena miraña de la amazonia co-
lombiana y una comunidad negra del norte del Chocó en la zona del Pacífico. En
el texto se analizan similitudes y diferencias fundamentales tanto en la metodo-
logía, como en los resultados más relevantes relacionados con el diagnóstico y
con las propuestas de manejo de fauna generadas con base en éste. De igual
manera, se resaltan aspectos claves para desarrollar procesos de manejo
participativo de fauna y se plantea que existe una creciente necesidad de caracte-
rizar los sistemas tradicionales de uso de fauna silvestre, con el fin de proponer
alternativas de manejo y establecer formas claras de evaluar su sostenibilidad.

Finalmente, Andrea Moure propone un enfoque metodológico para evaluar la


demanda y oferta potenciales de fauna silvestre. La autora presenta en el traba-
jo “Evaluación de la sostenibilidad potencial de la cacería de subsistencia en Boavita
y San Mateo, Boyacá, Colombia”, el proceso en el que se aplicó dicha propuesta
metodológica con campesinos. Evalúa la sostenibilidad potencial de la cacería
de subsistencia haciendo relaciones entre la demanda y oferta potenciales de
fauna silvestre. Como aspecto novedoso, la autora incluye indicadores de as-
pectos sociales para la evaluación de la demanda de fauna, como son la necesi-
dad alimenticia y el arraigo cultural por el consumo de carne de animales sil-
vestres.

Replanteamientos sobre la conservación

En esta sección se destacan estrategias no formales de manejo, que son el eje de


acción o se transforman en procesos de conservación de la fauna con manejo
participativo. Es así como festivales, adopción de una especie o generación de
una planificación colectiva, entran a jugar un papel importante en el manejo
participativo de la fauna. Si bien estas experiencias son cada vez más comunes,
solo contamos con dos de ellas desarrolladas en Colombia, las cuales queremos
destacar de manera especial pues sus enfoques replantean las prioridades de la
conservación misma y cuestiona las determinantes netamente biológicas, para
introducir procesos lúdicos, de planificación, de difusión y de sensibilización
social que tienen mayor impacto y alcances.

Kendall y Orozco en su texto “El árbol de los manatíes: caza, concertación y conser-
vación en la amazonia colombiana” exponen su experiencia en una comunidad
ticuna, que inicia con la adopción de un manatí bebé capturado por un pescador
de la comunidad. El proceso de la crianza y cuidado para devolver el manatí al

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FAUNA SOCIALIZADA

río, se convirtió en la pieza central de las campañas de conservación con los


pescadores, los niños y toda la gente de la zona. De igual manera, generó una
experiencia de monitoreo e investigación realizada por pescadores de la zona y
una herramienta de sensibilización a escala regional y transnacional (incluyendo
regiones del Perú), que han llevado a un mayor interés por la conservación de la
especie. Este se ha reflejado en la disminución de capturas del manatí y en el
control social que ejercen las comunidades sobre los pescadores que las realizan.

Por su parte, Moreno-Nieto, describe en su texto “El festival de la migración: un


proceso de educación ambiental y participación local dirigido a la conservación de
las viajeras sin maleta. Zona norte del pacífico chocoano, Colombia”, el inicio de
una estrategia de educación ambiental a través del festival relacionado con espe-
cies migratorias de la región, como son las aves playeras (Numenius phaeopus,
Charadius sp., Sterna sp., entre otros), ballenas jorobadas (Megaptera no-
vaeangliae) y tortugas marinas (Lepidochelis olivacea). La autora describe la meto-
dología del Festival –basada en la lúdica, el constructivismo y la Investigación
Acción Participativa–, y las actividades que lo conformaron, y que se basaron en
elementos culturales propios de la región. Este festival, que inicia como una
propuesta institucional, a través de sus tres años de realización, gradualmente se
ha convertido en una actividad local en la que los pobladores se han vinculado
como asistentes, coordinadores y planificadores de un proceso que asimilaron,
construyeron y al final adoptaron como propio.

Manejo hacia lo productivo

El aspecto económico como un nuevo eje para responder a las necesidades de los
pobladores locales, se empieza a vislumbrar como una reciente tendencia en el
manejo de fauna. El manejo propuesto en este contexto, plantea un balance
entre el interés por la conservación y los intereses de los pobladores que inclu-
yen otras expectativas y necesidades. Es así como la base central de estos proce-
sos de manejo es el desarrollo de actividades que puedan constituir alternativas
económicas para los pobladores y que puedan brindarles opciones de vida a
largo plazo.

En esta sección se encuentran cinco trabajos desarrollados en Bolivia, Brasil y


Colombia que tienen en común el planteamiento de iniciativas productivas desa-
rrolladas acorde con las particularidades sociales, culturales y económicas de los
pobladores locales con los que se realizan las experiencias.

20
Presentación

Garitano-Zavala, Lozano y Molina presentan en su texto “Primeros resultados de la


cría experimental de Nothoprocta ornata (Aves: Tinamidae) en dos comunidades
rurales del altiplano boliviano”, la evaluación científica de la posibilidad de criar
en cautiverio esta especie para comercializar su carne y huevos, lo cual represen-
ta una alternativa económica para las comunidades rurales del altiplano, utili-
zando alimentos accesibles e infraestructura de cría de bajo costo. Los poblado-
res han participado en la cría del ave con su conocimiento sobre la especie, en la
toma de decisiones en lo referente a la construcción de jaulas y en el cuidado de
las aves. Los autores plantean que es una excelente experiencia de trabajo con-
junto atestiguada por el buen avance del proyecto y supervivencia de las aves,
pero que queda por lograr que las aves se reproduzcan intensivamente en condi-
ciones de confinamiento. Este último aspecto define la posibilidad de hacer ex-
tensivo el sistema de crianza a todas las comunidades rurales del altiplano boli-
viano, que puedan estar interesadas en esta alternativa productiva.

Noss, Guerrero, Cuéllar y Barahona, evalúan en su artículo “El uso comercial de


recursos naturales mediante el manejo comunitario: la experiencia del pueblo izoceño
en Bolivia” experiencias en las que con la comercialización de animales (tres es-
pecies de loras) o sus derivados (cueros de peni y taitetú, harina de pescado y
miel de abejas), se busca compaginar la conservación con el desarrollo sosteni-
ble. Los autores presentan cómo con base en las investigaciones y evaluaciones,
han realizado un proceso de discusión y planificación para establecer planes de
conservación y de manejo de las especies cosechadas. Para cada caso describen el
marco legal e institucional, los antecedentes, el proceso y la participación del
pueblo izoceño, y los elementos más importantes del manejo comunitario. La
descripción de los casos resalta las dificultades para integrar el desarrollo socio-
económico con la conservación de la biodiversidad.

Zambrano-González, Ortiz-Suárez y Ballesteros-Gasca, en su texto “Hacia el apro-


vechamiento sostenible de la producción melífera silvestre en áreas de influencia del
río Caguán, Caquetá, Colombia” responden a una necesidad planteada por la co-
munidad de la región de los llanos del Yarí en búsqueda de alternativas económi-
cas y de manejo de fauna que contribuyan al proceso de paz y a su propio progre-
so económico. Evidencian las potencialidades del uso sostenible de las abejas de
manera consecuente con la conservación de la biodiversidad en la amazonia, con
el fin de incrementar la productividad de los sistemas de producción campesina,
mejorar la calidad de vida de los pequeños productores y prevenir los cultivos
ilícitos en algunas localidades del departamento del Caquetá. La propuesta par-

21
FAUNA SOCIALIZADA

tió de las prácticas locales de la extracción de miel, de las que se hizo un diagnós-
tico sobre manejo, uso, producción y deterioro del recurso, a partir de encuestas
y observaciones directas, y de un inventario de especies de plantas y abejas com-
prometidas en la producción de miel. Basado en la información y acorde a las
necesidades y demandas de los campesinos, se realizaron capacitaciones y de-
mostraciones de metodologías compartidas con la comunidad, en la generación
de conocimientos biológicos que permitan la posterior elaboración de proyectos
productivos centrados en el manejo de las abejas melíferas.

Viana, Batista Damasceno y Castello exponen en su texto “Desarrollo del mane-


jo pesquero comunitario en la reserva de Mamirauá, Amazonas, Brasil” las princi-
pales actividades y resultados de experiencias orientadas al uso sostenible de
recursos pesqueros (el pirarucú y el tambaqui), y sus implicaciones para el
ordenamiento de la pesca en la RDS Mamirauá. Las propuestas de gestión que
se desarrollan en esta reserva, incorporan a los pobladores locales en el proce-
so de toma de decisiones para buscar garantizar la conservación de la
biodiversidad y la permanencia de las poblaciones que allí viven. Con base en
la problemática de uso de los recursos pesqueros, los autores narran el proceso
del Programa de Comercialización de Pesca, en el que los pobladores y técnicos
conjuntamente han desarrollado y ajustado propuestas para la extracción y
comercialización de los productos pesqueros. Estas propuestas han incluido
aspectos organizativos, capacitación, sistemas y cuotas de extracción, monitoreo
de las especies y comercialización, entre otros. El artículo analiza los resulta-
dos económicos, sociales y ecológicos de sus experiencias, que sirven como
base para implementar programas de manejo comunitario con características
simples y apropiadas a la realidad local y que esperan implementar con otras
comunidades.

Finalmente, Jaramillo y Vieira en su artículo “Hacia la apropiación local del culti-


vo de moluscos bivalvos como alternativa productiva y alimentaria en la costa norte
chocoana colombiana” presentan el desarrollo de un proceso investigativo alrede-
dor de la evaluación de la factibilidad de implementación de un cultivo marino
en esta zona. Este proceso cuenta con información recopilada a nivel biológico,
técnico, social y económico, que da luces sobre el potencial de desarrollo de esta
actividad. Hasta el momento se han identificado cuatro especies de moluscos
bivalvos con potencial para el cultivo: “madre perla” (Pteria sterna), “ostra
perlífera” (Pinctada mazatlanica), “hacha” (Pinna rugosa) y “ostión” o “vieira”
(Argopecten circularis). La metodología y técnica básica para el cultivo ha sido

22
Presentación

evaluada y adaptada a las condiciones biológico-ambientales y sociales, y el re-


sultado es que se ha podido llegar a una aproximación bastante precisa sobre
cómo y dónde implementar esta actividad en la zona con miras a su
comercialización.

Fauna socializada en síntesis, abre un espacio de reflexión sobre las diversas ma-
neras de hacer manejo participativo, las lecciones de este manejo, y facilita la
difusión de los esfuerzos de mucha gente que comparten el mismo principio: las
acciones de conservación son un derecho y una responsabilidad que debe ser
compartida entre los diferentes sectores de la sociedad, siendo los pobladores
locales fundamentales en el desarrollo de ellas; de igual manera, en estas accio-
nes la ciencia está al servicio de las necesidades y decisiones de los pobladores
locales.

LAS EDITORAS

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INTRODUCCIÓN
FAUNA SOCIALIZADA

26
Perspectivas y tendencias en torno al manejo
de fauna participativo en América Latina
Claudia Campos-Rozo* y Astrid Ulloa** 1

Introducción

La perspectiva conceptual de manejo de fauna ha variado a través del tiempo


desde un manejo sin participación humana hasta el que incluye las prácticas
culturales de los pobladores locales. Algunos autores señalan el origen del mane-
jo de fauna con culturas ancestrales, las cuales a través de diversas acciones,
basadas en prácticas, creencias y concepciones filosóficas, establecen una serie
de relaciones y manejo de la fauna para propiciar su continuidad y estabilidad. El
manejo de los recursos naturales en general, y de la fauna en particular, ha res-
pondido a diversos intereses (económicos, políticos, sociales y culturales, entre
otros) y ha variado de acuerdo a circunstancias históricas particulares. Sin em-
bargo, la perspectiva científica es la que ha imperado por más de un siglo, dado
que se ha considerado como la “mejor opción” para resolver la crisis ambiental y
los procesos de extinción de los animales. Este texto presenta de manera general
el surgimiento del manejo científico de la naturaleza, para luego ubicar la rela-
ción de dicha perspectiva con el manejo de fauna con participación local y reali-
zar un análisis de las principales limitaciones y problemas de esta temática en
América Latina.

*
Bióloga. Maestría en biología de la conservación. Fundación Natura, Colombia. ccampos@natura.org.co
**
Antropóloga. Doctorado en antropología. Instituto Colombiano de Antropología e Historia-ICANH.
aulloa@mincultura.gov.co
1
Agradecemos de manera especial los comentarios, sugerencias y aportes de Rocío Polanco-Ochoa.

27
FAUNA SOCIALIZADA
Introducción

El manejo científico de la naturaleza

Ante la inquietud de la disminución de los recursos naturales, el aumento de la


industrialización y el deseo de destinar áreas para la contemplación de la natu-
raleza, entre otras razones, fueron desarrolladas estrategias preservacionistas
y conservacionistas en diferentes países occidentales. El establecimiento de
restricciones de uso de los recursos naturales y la creación de parques naturales
a finales del siglo XIX, fueron algunas de estas estrategias, que implicaron nue-
vas formas de uso y manejo de recursos como el agua, los bosques y los anima-
les silvestres, bajo la lógica de los principios de la conservación científica. Los
científicos compartían la idea de que los poderes del conocimiento experto
podían reversar el impacto ambiental de la deforestación a través de las cose-
chas sostenibles de bosques, pescaderías y animales silvestres; siendo así los
pioneros de un movimiento científico con consecuencias globales (véase Grove,
1995; Guha, 2000; Ulloa, 2002b).

Este proceso permitió la consolidación de nuevas disciplinas y trabajos de exper-


tos (ingenieros de riegos, conservacionistas de la tierra, manejadores de la vida
silvestre, entre otros) para poder manejar los recursos inicialmente en las colo-
nias europeas en Asia y África y, posteriormente, en cada país. El objetivo era
ordenar la naturaleza a través de controles y reglas especiales dictadas por los
expertos. Bajo esta mirada la conservación era un problema de planeación, co-
rrecto uso y eficiencia del desarrollo; lo que implicaba un desconocimiento y una
exclusión, e inclusive el desplazamiento, de los pobladores locales dentro del
manejo realizado bajo esta planificación científica (Guha, 2000; Ghimire &
Pimbert, 2000).

Al mismo tiempo, estas políticas implicaron nuevas maneras de organizar el tiem-


po y el espacio de los humanos y el acceso a los recursos naturales. Estos fueron
clasificados en áreas específicas (áreas de caza, intocables, de cuotas forestales)
sobre las que se impusieron nuevas formas de control, que reafirmaban los pode-
res ya fuera sobre colonias o de una élite sobre el resto de la sociedad, y que
generaron nuevas formas de propiedad o títulos sobre los recursos.

Consecuentemente, se establecieron de manera “racional” los tiempos para rea-


lizar la cacería y la pesca, y para usar las áreas naturales. La naturaleza se
convirtió en un ente que podía ser ordenada en espacios determinados a través
de los cálculos instrumentales, la eficiencia técnica y el conocimiento experto.
Así mismo, las formas de gobernabilidad implicaban procesos de control y do-

28
Perspectivas y tendencias en torno al manejo de fauna participativo...
CLAUDIA CAMPOS-ROZO, ASTRID ULLOA

minio para transformar la naturaleza en una categoría de conocimiento bajo la


mirada de los expertos.

Paralelo al proceso de conservación científica, se desarrolló la idea de lo silves-


tre como lugar de protección de una naturaleza prístina y, en algunos casos,
con valores espirituales2. Esta idea se basó en la preservación y protección de
las especies silvestres y sus hábitats; noción que también tuvo orígenes en las
imágenes sobre sitios sagrados, tales como cuevas o lugares en el bosque, don-
de habitan deidades y espíritus de culturas no cristianas. La idea de lo silvestre
se consolidó con la creación de los parques naturales. Por otro lado, los cotos
de caza (como espacios para las especies), que desde la época feudal han sido
destinadas para el placer y deleite de una élite, se consolidaron con perspecti-
vas como la de Gifford Pinchot, que consideraba que los recursos naturales
debían usarse para beneficio de los seres humanos. Aldo Leopold pensaba que
la principal meta de la conservación debía ser mantener la salud de los
ecosistemas naturales y los procesos ecológicos pero a diferencia de la posición
de Pinchot, consideraba que los seres humanos formaban parte de la comuni-
dad ecológica (véase Primack, 1998).

Estas concepciones, acciones y prácticas conformaron los primeros procesos de


manejo de recursos. Temas que dejaron de ser de interés central durante más
de la primera mitad del siglo XX por las condiciones históricas, políticas y eco-
nómicas globales, y solo se retomaron en la década de los setenta debido a la
crisis ambiental global. La visión científica del manejo de los recursos sigue
prevaleciendo en algunos de los enfoques actuales.

Específicamente, el manejo de vida silvestre surge como una ciencia hacia 1930
y hasta la década del 60 del mismo siglo, se enfocó principalmente en manejo
de especies de cacería, en lo referente a regulaciones de aves y mamíferos caza-
dos como deporte. Después de este período surgieron nuevas perspectivas,
debido, entre otros factores, a una actitud de mayor respeto hacia la naturaleza
que surge como producto de los movimientos propios de las décadas de los 60
y 70 del siglo XX. Es así como la ciencia de manejo de vida silvestre empieza a
interesarse por especies animales que no son cazadas pero que se encuentran
en potencial peligro de extinguirse, y también en especies explotadas con otros
fines comerciales y de recreación (Bolen & Robinson, 1995).

2
Es el caso de Ralph Waldo Emerson, Henry David Thoreau y John Muir (citados en Primack, 1998).

29
FAUNA SOCIALIZADA
Introducción

El manejo de fauna participativo

El manejo de fauna desde sus inicios, como estrategia de conservación, ha estado


marcado por la perspectiva científica y ha englobado aspectos técnicos principal-
mente. Sin embargo, actualmente el panorama mundial con relación al ambiente y
principalmente a la biodiversidad3, comienza a transformarse hacia una visión en
la que a pesar de que los seres humanos siguen siendo considerados la principal
fuente de degradación de los mismos, también empiezan a incorporarse al manejo
de los recursos con roles diferentes: como compradores de biodiversidad, produc-
tores de servicios ambientales, protectores y mantenedores de dicha biodiversidad,
entre otros. Esta nueva situación ha llevado a la tendencia de empezar a incluir a
los pobladores locales dentro del manejo de los recursos.

Paralelamente, las acciones políticas de los movimientos de pobladores locales y


ambientalistas han exigido y generado programas de manejo que incluyan su par-
ticipación de acuerdo con sus procesos sociales y culturales particulares. Esto ha
conducido a un replanteamiento de las estrategias de manejo al incorporar conoci-
mientos y prácticas locales como bases para las mismas. De igual manera, estos
movimientos han replanteado la visión homogenizante de lo local, al llamar la
atención sobre la diversidad étnica y cultural que cobija este término; sin embargo,
lo local se sigue usando comúnmente.

En general la participación de los pobladores locales en el manejo de fauna se


empieza a consolidar con especial fuerza desde la década de los años ochenta,
debido a diversas condiciones sociales e históricas (Tabla 1). Como resultado de
éstas, el manejo de la biodiversidad en general -y la fauna en particular- y su rela-
ción con lo local, surge respondiendo a diferentes intereses como son: involucrar a
la gente local para proteger la biodiversidad; promover la participación local para
que sean autores de su propio desarrollo y conservación; empoderar a la gente
local para que confronten los poderes nacionales y transnacionales; reconocer los
derechos, el conocimiento y la cultura de los pobladores locales; y capacitar a la
gente local pues su lógica no corresponde a los criterios de la conservación, entre
otros (Brosius et al. 1998).

3
Término con el que se empieza a englobar lo que antes se designaba recursos naturales o medio
ambiente (véase Escobar, 1999 para una discusión sobre el término biodiversidad).

30
Perspectivas y tendencias en torno al manejo de fauna participativo...
CLAUDIA CAMPOS-ROZO, ASTRID ULLOA

Desde el punto de vista de las ciencias occidentales, especialmente las disciplinas


biológicas que es en las que se ha desarrollado el tema del manejo de recursos, el
manejo de fauna ha pasado de conceptos puramente técnicos (relacionados con la
biología y ecología de las especies) a incorporar aspectos que lo contextualizan en
circunstancias sociales específicas y a considerar a los pobladores que hacen uso de
la fauna, como actores primordiales en las acciones de manejo.

Tabla 1. Condiciones históricas y sociales que han favorecido la participación local en


el manejo de fauna.

Algunas de las principales condiciones

• El surgimiento de movimientos sociales que reivindican el derecho de los


pueblos ancestrales al territorio y su autonomía dentro del mismo.
• El reconocimiento de territorios de pobladores locales como de gran
biodiversidad y en mejor estado de conservación que otras áreas.
• El cambio en los conceptos globales que incorporan el término de desarrollo
sostenible.
• El aumento de la pérdida de biodiversidad a pesar de las medidas de manejo
que sólo incorporan aspectos técnicos y también medidas de preservación.
• La interdisciplina como una manera diferente de abordar las situaciones e
interrelaciones entre sociedad y naturaleza.
• Las estrategias políticas de los pobladores locales.
• El reposicionamiento de las imágenes y representaciones sobre los poblado-
res locales, en los discursos y políticas ambientales.
• El reconocimiento de las prácticas locales dentro de los discursos ambienta-
les y de desarrollo sostenible.
• El cambio en los conceptos sobre la naturaleza (de lo prístino a paisajes
culturales, incluyendo los territorios sagrados) que se ha dado en las disci-
plinas naturales y sociales.
• La necesidad de construir un nuevo tipo de sociedad debido a la crisis del
desarrollo económico.
• El cambio de paradigma dentro de las ciencias sociales y naturales en rela-
ción con la naturaleza.
• La introducción de los territorios y recursos de los pobladores locales en los
nuevos circuitos comerciales.

31
FAUNA SOCIALIZADA
Introducción

Sin embargo, estas miradas del manejo de fauna que incluyen a los pobladores
locales, no han estado exentas de la continuidad del manejo en términos
netamente científicos que alimentan imaginarios y premisas tanto de opositores
como defensores del mismo. Es así, como el manejo de fauna con participación
local ha oscilado entre imágenes preconcebidas sobre los pobladores locales como
el noble salvaje (Redford, 1991 citado en Alvard, 1993) o el depredador ambien-
tal (Alvard, 1993, 1995). Estas posiciones han llevado a la propuesta de medi-
das de manejo o conservación en las que se aboga ya sea por la participación o
exclusión de los locales. Aún más, han llevado a considerar metas diferentes:
para algunos la conservación de los animales (o de la biodiversidad en general)
es una herramienta para asegurar la supervivencia de grupos humanos y sus
culturas, y, para otros, es el fin mismo (Campos-Rozo, 2002).

Los investigadores que consideran a la gente como elemento clave del manejo,
tienen igual varias tendencias. Algunos parten de la premisa de que la gente local
conoce más claramente su realidad y, por lo tanto, las acciones de manejo no
tienen viabilidad sino se incorporan en el proceso. En este caso, la ciencia brinda
elementos básicos para guiar la toma de decisiones en el ámbito local, sin que se
impongan los criterios técnicos. Otros, por el contrario, consideran que la gente
local debe participar porque “tiene” que aprender a manejar sus recursos de una
manera diferente si se quiere sostenibilidad a largo plazo; es decir, necesitan ser
entrenados y transformados por medio de intensos programas de educación
ambiental y disciplina científica.

La concepción de inclusión de la gente por necesidades técnicas, puede tener su


origen en diferentes causas. Una es la “herencia” de considerar el manejo de los
recursos naturales desde una perspectiva científica principalmente, cuyos refe-
rentes de objetivos y logros se miden a través de aspectos biológicos y eficiencia
técnica. Los investigadores que acompañan los procesos de manejo de fauna,
generalmente biólogos, han sido formados con la influencia de esta perspectiva.
De esta manera, los criterios considerados como indicadores de sostenibilidad
están relacionados con aspectos biológicos y por lo general no se consideran
aspectos políticos, sociales, culturales ni económicos. Adicionalmente, otro de
los motivos de incluir lo local como un “deber ser” se puede explicar por la poca
presencia de los investigadores con formación social en los procesos de manejo
de fauna involucrando a pobladores; esto seguramente ha incidido en el hecho
de que esa mirada quede relegada y no se hayan posicionado otras percepciones
sobre el papel de la gente local y de las metas sociales y culturales a las que
deben apuntar este tipo de procesos.

32
Perspectivas y tendencias en torno al manejo de fauna participativo...
CLAUDIA CAMPOS-ROZO, ASTRID ULLOA

Estos factores han llevado a que la participación de la población local se haya


incorporado dentro de los procesos de manejo de fauna desde diferentes pers-
pectivas. Para algunos investigadores es más una necesidad e imposición de las
políticas de participación y del reconocimiento de la diversidad cultural que sur-
ge del nuevo panorama ambiental, político, económico, social y democrático, tal
y como se menciona anteriormente, y no de un reconocimiento real del conoci-
miento de los pobladores locales y su aporte a los procesos.

Es así que a pesar del uso común de términos como “local”, “participativo”, “co-
munitario”, “con la gente”, “colaborativo”, entre otros, la inclusión de los pobla-
dores locales o la mirada que se tiene de los mismos dentro de los procesos de
manejo de fauna, no siempre es la misma. Esto se refleja en aspectos tales como
el papel de la gente con relación a los investigadores, a la toma de decisiones y al
proceso en general. De igual manera, hay otros aspectos (viabilidad cultural,
ambiental, política y económica, o relaciones locales, nacionales y globales) que
definen, según como se incorporen, una mirada más holística de los procesos de
manejo de fauna y que reflejan diferentes enfoques de lo que implica incorporar
a los locales y proyectar la viabilidad del proceso, no solo desde la perspectiva
técnica sino de la social, política y económica.

Tendencias latinoamericanas frente al manejo de fauna


con pobladores locales

Una revisión de los artículos publicados en los libros que recogen las experien-
cias de manejo de fauna en comunidades rurales de los “Congresos de Manejo y
Conservación de Fauna Silvestre en la Amazonía y Latinoamérica”4, que se vie-
nen desarrollando a partir de 1992, muestra las tendencias que estas experien-
cias han tenido a lo largo del tiempo en aspectos como: las disciplinas que inter-
vienen, el alcance de la investigación, el tipo de variables e indicadores usados

4
Para efectos de esta revisión se consideran primordialmente las experiencias presentadas en las memo-
rias de cuatro de los Congresos realizados hasta la fecha (Fang et al. 1997; Fang et al. 1999; Cabrera
et al. 2000; Polanco-Ochoa, 2003). Se consideraron principalmente los artículos reseñados en las
secciones de conservación, manejo y uso de fauna relacionadas con comunidades rurales y en otras
secciones que aunque están bajo denominaciones diferentes, incluyen procesos de estudios de fauna en
el que están vinculados pobladores locales. Muchas de estas experiencias son sobre la actividad de la
caza y su fauna relacionada. Hemos considerado estos cuatro libros dado que compilan la mayoría de
las experiencias desarrolladas en América Latina, sin desconocer que hay otras publicaciones anteriores,
paralelas y posteriores sobre el tema.

33
FAUNA SOCIALIZADA
Introducción

para analizar los procesos y, finalmente, las formas de participación tanto de las
comunidades locales como de otros actores sociales.

En general, se puede decir que en América Latina el tema de manejo de fauna


es de “dominio” de profesionales de las ciencias biológicas, quienes son los que
han desarrollado casi todas las experiencias publicadas. Probablemente esto
en gran medida ha determinado las diferentes características de las experien-
cias del manejo de fauna participativo. Es así como la mirada del manejo sigue
incorporando primordialmente criterios biológicos en los objetivos buscados
(sostenibilidad biológica de las poblaciones animales). Sin embargo, hay una
tendencia interesante de incorporar factores de análisis diferentes a los biológi-
cos, especialmente socio-culturales. Inclusive hay artículos5 que enfocan su aná-
lisis únicamente en estos últimos aspectos. En menor proporción se encuen-
tran los que integran aspectos biológicos, socio-culturales y económicos, y son
menos los que incorporan adicionalmente contextos institucionales y políti-
cos. A pesar de la mayor inclusión de factores nuevos, éstos, en gran parte de
los casos, se siguen definiendo acorde con los parámetros biológicos; es decir,
si afectan o no las poblaciones animales. La mayor parte de las experiencias
expuestas en los artículos revisados son diagnósticos, siendo interesante resal-
tar el hecho de que la mayoría de ellos se hacen con miras al desarrollo de un
plan de manejo, y algunos son sobre aspectos sociales y culturales exclusiva-
mente. Son menos las experiencias que han trascendido hacia el manejo prác-
tico y que consideran los intereses locales.

Por otro lado, la inclusión de los pobladores locales con los que se han desarro-
llado las experiencias de manejo de fauna se ha ido ampliando a lo largo del
tiempo. De ser procesos que se realizaban principalmente en áreas indígenas, se
han ido extendiendo a otros grupos étnicos, campesinos y urbanos. Este hecho
resalta el reconocimiento de la necesidad de un manejo con pobladores locales
que no son considerados “tradicionales” pero que su condición de locales les
otorga un rol dentro de esta nueva visión del manejo de fauna.

Es importante señalar que aunque algunos autores destacan el papel que cumple
la gente local como el principal factor de presión sobre las poblaciones animales
–muchas veces explicado desde el punto de vista de cambios en las dinámicas
sociales y culturales–, una alta proporción de ellos expresa, de manera explícita,

5
Nueve artículos de un total de 36.

34
Perspectivas y tendencias en torno al manejo de fauna participativo...
CLAUDIA CAMPOS-ROZO, ASTRID ULLOA

la importancia de la participación de los pobladores locales en los procesos de


manejo. A pesar de este reconocimiento, en la mayoría de las experiencias el rol
de los pobladores locales es de informantes o ayudantes de labores específicas y
son pocas en las que son investigadores o participan activamente en la toma de
decisiones. Esta situación indudablemente está relacionada con lo que se men-
cionó en párrafos anteriores sobre la percepción que se tiene de la participación
y de los pobladores locales, y del perfil de los profesionales que están a cargo de
las mismas, principalmente biólogos. Como otro factor no menos importante, es
muy probable que el grado de participación de los locales esté relacionado con el
alcance de cada una de las experiencias. El carácter de estudios de diagnósticos y
de corta duración, como son la mayoría de las experiencias, no permite que se
establezcan procesos de participación profundos y continuos.

Finalmente, la mayoría de las experiencias son desarrolladas por organizaciones


no gubernamentales o institutos académicos (en menor proporción), algunos
asociados con organizaciones de base. Es notoria la ausencia de entidades guber-
namentales como gestores o participantes de los procesos. De igual manera, en
muchos de estos procesos no se involucra a otros actores que pueden llegar a ser
fundamentales para generar dinámicas viables y continuas a través del tiempo,
como son las organizaciones de base e instituciones gubernamentales.

De esta revisión, resaltamos las siguientes tendencias en los procesos de manejo


de fauna6 involucrando a pobladores locales en América Latina, a saber:

• Ampliación de los procesos de manejo de fauna de grupos étnicos conside-


rados “tradicionales”, a grupos campesinos y urbanos.
• Incorporación de variables de índole social y cultural principalmente, y eco-
nómica en menor escala, dentro del análisis de la situación de la fauna y las
perspectivas de manejo de la misma.
• Cambio hacia una percepción más integradora de las causas y soluciones a
la escasez de fauna que tienden a incluir contextos ambientales, sociales,
económicos y culturales.
• Cambio en la percepción de los investigadores con relación a los pobladores
locales; actualmente se tiende a considerar que son una oportunidad para el
manejo de la fauna y su participación es fundamental.

6
Con estas tendencias deseamos resaltar aspectos indicativos que, aunque no necesariamente son los que
predominan en todas las experiencias, señalan cambios significativos en el abordaje del manejo de fauna.

35
FAUNA SOCIALIZADA
Introducción

• Inicio de procesos de manejo de fauna que obedecen también a intereses de


los pobladores locales. Es el caso en que el manejo de fauna sirve para la
planificación de un territorio, para la demanda de más tierra, para asegurar
una fuente de alimento, y para la permanencia de relaciones culturales y
sociales, entre otros.
• Interés cada vez mayor de las ONGs por generar procesos participativos de
manejo de fauna.
• Sensibilización de los investigadores que trabajan con fauna de cacería a los
procesos y necesidades culturales de los grupos humanos locales.
• Inicio de la participación de profesionales de disciplinas sociales, especial-
mente de la antropología.

Limitaciones en la participación local en manejo de fauna7

A pesar de que el manejo de fauna está presentando las tendencias descritas


anteriormente, hay ciertas situaciones o condiciones que se constituyen en
limitantes a superar o a considerar dentro de un panorama general de manejo de
fauna en América Latina. A continuación se desarrollan algunas de estas situacio-
nes que se consideran importantes, organizadas en cuatro temáticas diferentes.
A pesar de esta clasificación por separado, se reconoce una interrelación entre
ellas.

Limitaciones relacionadas con políticas públicas

Aunque en algunos países ha habido avances significativos en la consideración


del uso y manejo de la fauna como una opción de conservación, el abordaje de
las políticas públicas sigue basándose en la prohibición. De igual manera, son
políticas en las que el recurso fauna no se contextualiza de acuerdo con las con-
diciones sociales y culturales de las regiones. Esta contradicción lleva a que sea
muy difícil, desde lo gubernamental, implementar programas que se basen en el
uso y manejo de la fauna en contextos locales, y que superen el esquema de los
zoocriaderos, en el que se han concentrado muchos de los esfuerzos.

7
El propósito de esta sección es hacer énfasis en las limitaciones y problemas de desarrollar un manejo de
fauna participativo, sin que eso implique generalizar ni desconocer todos los procesos de manejo de
fauna que han superado gran parte de estos aspectos. Igualmente, no ignora las tendencias que se
señalan anteriormente.

36
Perspectivas y tendencias en torno al manejo de fauna participativo...
CLAUDIA CAMPOS-ROZO, ASTRID ULLOA

La prohibición del uso de ciertas especies versus los derechos de los pobladores
locales, ha generado conflictos que trascienden el ámbito netamente específico
del manejo de fauna para dimensionarlo en un contexto más amplio donde fac-
tores sociales, culturales, económicos, legales y políticos, deben ser tenidos en
cuenta para la toma de decisiones. Estos conflictos nacen en parte por las premisas
de las políticas con referencia a la propiedad de la fauna y a la determinación de
su uso. En Colombia, por ejemplo, se reconoce la propiedad de la fauna a la
Nación, exceptuando los individuos de zoocriaderos y de cotos de caza de pro-
piedad particular8, y es competencia gubernamental definir los lineamientos de
manejo, uso y aprovechamiento sostenible del recurso. El primer aspecto privile-
gia la propiedad y manejo de la misma a los particulares solamente en ciertas
situaciones donde el manejo se hace con fines comerciales, y excluye de este
derecho a pobladores locales que hacen un manejo dentro de un contexto dife-
rente al netamente comercial. El segundo aspecto excluye, de igual manera, la
visión local.

Por otro lado, no todos los países admiten como categoría de caza lo que se ha
denominado de subsistencia y los que la consideran en la normatividad, la rela-
cionan con el concepto que tienen sobre lo que es el poblador “tradicional”. Es
así como ser “tradicional” se equipara a ejercer la caza exclusivamente como
fuente de alimento. Sin embargo, debido a las nuevas condiciones en que están
inmersos los pobladores locales (mercado laboral, educación formal, asenta-
mientos sedentarios, intercambio comercial, dependencia de artículos externos,
entre otras), la venta de carne de monte contribuye a suplir necesidades básicas
dentro de este panorama. Esto, dentro de cierta normatividad, podría ser consi-
derado cacería comercial y conllevar a que las acciones decretadas para el control
de las demandas comerciales tiendan a afectar las demandas de subsistencia que
tienen los pobladores locales. Es decir, las políticas no están acordes a las diná-
micas sociales y culturales que, en su mayoría, responden a otras políticas guber-
namentales.

Así mismo, el reconocimiento creciente en las últimas décadas de los derechos


de los pueblos indígenas9 y las políticas explícitas sobre autonomía de estos
pueblos y su derecho a participar y decidir sobre el manejo de su territorio y
recursos (como es el caso colombiano), no se han podido articular de manera

8
Artículos 42 y 248 del Decreto Ley 2811 de 1974.
9
Varios países en América Latina han ratificado la Convención 169 de la OIT del año 1989 sobre los
pueblos indígenas.

37
FAUNA SOCIALIZADA
Introducción

práctica y efectiva en procesos de manejo de recursos, entrando muchas veces en


contradicción los intereses transnacionales y nacionales con los locales. Igual-
mente, existen contradicciones entre las políticas de desarrollo con las ambien-
tales y culturales. Esto conlleva a la desarticulación entre las acciones que se
implementan, lo que en algunos casos resulta en que los esfuerzos de conserva-
ción, incluidos los de manejo de fauna con participación local, sean afectados
por políticas gubernamentales o, en algunos casos, que se implementen progra-
mas contradictorios.

De otra parte, el énfasis de algunas políticas ambientales en ciertas especies


–tanto por su vulnerabilidad, sensibilidad o importancia comercial–, hace que se
concentren esfuerzos en torno a las mismas y que, en algunos casos, desconoz-
can los procesos ecológicos y culturales que trascienden una especie en particu-
lar. A su vez, estas políticas pueden omitir problemas con especies que no tienen
la carga emocional, importancia ecosistémica, el estatus ambiental o la potencia-
lidad económica, pero que pueden ser de importancia para los pobladores loca-
les, ya sea desde la perspectiva cultural y/o económica.

Por otro lado, las políticas estatales son ideales y a veces no se implementan
pues se sustentan en programas importados o en datos biológicos que no siem-
pre son susceptibles de reunir en corto tiempo, lo que se contrapone al manejo
como una decisión social.

Otra de las situaciones que afectan los procesos de manejo en América Latina es
la falta de implementación, seguimiento y continuidad de políticas públicas y de
funcionarios, debido a las cambiantes condiciones políticas y sociales, que hacen
que los programas de manejo no tengan la continuidad ni el éxito deseado. A su
vez, las políticas deben ser replanteadas dados los actuales escenarios de conflic-
tos sociales (narcotráfico, violencia, crisis económica), que cuestionan la
gobernabilidad de los Estados, dado que se dan procesos paralelos que confron-
tan dichas políticas.

Las situaciones expuestas reflejan, en general, las dificultades que tiene el desa-
rrollo de programas continuos de manejo de fauna con participación local desde
lo gubernamental. En parte estas circunstancias han motivado que sean las orga-
nizaciones no gubernamentales (algunas de ellas de origen extranjero) y la aca-
demia, las que estén asumiendo la búsqueda de alternativas a la disminución de
la fauna en contextos locales y regionales.

38
Perspectivas y tendencias en torno al manejo de fauna participativo...
CLAUDIA CAMPOS-ROZO, ASTRID ULLOA

Limitaciones relacionadas con la visión disciplinaria del manejo

En los procesos de manejo de fauna, la sostenibilidad aún se relaciona casi exclu-


sivamente con aspectos biológicos para medirla y evaluarla. Por lo general no se
incluyen criterios integradores en los que se busque mantener o lograr una deter-
minada interrelación entre lo humano y natural, que trascienda la meta de la
cosecha sostenible. Es así como en muchos procesos de manejo, los factores
sociales que afectan la sostenibilidad son definidos acordes con los parámetros
biológicos, es decir, si afectan o no las poblaciones animales (Campos-Rozo,
2002; Polanco-Ochoa, 2003). En algunas experiencias los criterios biológicos
pueden ser suficientes pero en otras los contextos culturales son definitivos para
el éxito de las acciones de manejo.

Muchos de los criterios científicos responden a categorías conceptuales de


ecosistemas ideales, por lo que se plantean estrategias de manejo de fauna sin
considerar paisajes transformados o con potencialidad de transformación por
diversos factores internos y externos. De esta manera, los indicadores de sosteni-
bilidad están pensados para escenarios en los cuales se considera una naturaleza
prístina, y factores como el conflicto y las dinámicas sociales (desplazamiento,
guerra o auge de cultivos específicos) no son tenidas en cuenta, lo que conlleva
en la práctica a que dichos indicadores no puedan ser desarrollados en su pleni-
tud. Esto está ligado al desarrollo de estudios poblacionales como si las especies
fueran externas y no en relación al uso dado por los humanos. Un ejemplo de
esto es que la mayoría de trabajos biológicos que miden la sostenibilidad, que en
palabras de Polanco-Ochoa (comunicación personal) debería llamarse sólo “ca-
pacidad biológica de mantenimiento de una población bajo presión de caza”, se
basan en comparación de áreas con y sin caza, sin considerar factores diferentes.

Por otro lado, la predominancia de biólogos (de lo cual aún este libro es mues-
tra) y la poca participación de profesionales de otras disciplinas, ha conllevado
a una producción con sesgos temáticos, o a enfoques que tienden a ser
integradores pero que convierten, por ejemplo, a los biólogos (as) en antro-
pólogos (as) o viceversa, de una manera un tanto rápida y sin la dimensiones
metodológicas y conceptuales que requieren esas dos disciplinas. Esta situación
limita un enfoque realmente interdisciplinario, en donde deben integrarse de
manera amplia las diversas miradas (disciplinarias y culturales) y no tratar de
articularlas esquemáticamente. Sin embargo, la formación que imparten nuevas
disciplinas (biología de la conservación, ecología, antropología del medio am-

39
FAUNA SOCIALIZADA
Introducción

biente, entre otras) tiende a plantear estos puentes y a formar profesionales con
un perfil más integral.

Esta conexión se refleja en el incremento de diagnósticos que incluyen además


de los aspectos biológicos, aspectos culturales para explicar el estado de la fau-
na. Sin embargo, en general, se tiende a considerar diagnósticos realizados en
comunidades locales como experiencias de manejo de fauna, por incluir algunos
aspectos sociales y culturales. Los diagnósticos presentan un panorama general
del uso que las poblaciones humanas hacen de ciertos recursos, pero no necesa-
riamente plantean un manejo ni desde lo local ni desde lo externo. Esta confu-
sión ha llevado a que se consideren como experiencias de manejo de fauna con
participación local, la caracterización de actividades relacionadas con la fauna
(por ejemplo la cacería), que generan panoramas, algunas veces muy completos,
sobre la actividad en sí y su impacto, pero que no plantean un manejo. Partir de
los diagnósticos es básico para poder generar acciones de manejo, pero por sí
solos no son suficientes para implementarlas. Como se mencionó anteriormen-
te, la corta temporalidad de los estudios, debido a múltiples razones, hace que la
mayoría no trasciendan el estado de diagnósticos de uso de fauna.

Finalmente, los criterios científicos y técnicos al centrarse demasiado en las es-


pecies animales, por lo general no dimensionan otras oportunidades del manejo
de fauna que trascienden el recurso mismo, para redimensionar otras opciones
culturales y económicas que brinden una solución integral a la conservación y
necesidades humanas.

Limitaciones relacionadas con condiciones sociales y culturales

Uno de los principales problemas del manejo de fauna participativo en cualquie-


ra de sus modalidades (a partir de lo local, con comunidades rurales, co-manejo,
adaptativo y colaborativo, entre otros) es la definición y el alcance de lo que se
denomina participación (asistencia, acompañamiento, co-investigación, etcéte-
ra), con su concomitante proceso de toma de decisiones, planificación, control y
proyección a largo plazo del mismo.

Hay varias tipificaciones y clasificaciones de los niveles de participación de acuer-


do con prioridades de cada gobierno, organización o enfoque social. En estas
clasificaciones el papel de los locales gradualmente se torna más activo y autóno-
mo. Por ejemplo, Pimbert & Pretty (2000) hacen una tipología de la participación
dividiéndola en: (1) pasiva, (2) informantes, (3) por consulta, (4) por incentivos

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Perspectivas y tendencias en torno al manejo de fauna participativo...
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materiales, (5) la participación funcional (la gente se organiza para cumplir obje-
tivos que están pre-determinados), (6) la interactiva (hay análisis conjuntos que
conllevan a planes de acción y a fortalecimiento local; implica metodologías
interdisciplinarias, y los pobladores locales asumen dichos enfoques), y por últi-
mo, (7) la automovilización (los pobladores toman iniciativas independiente-
mente de la presencia de actores externos). La mayoría de experiencias de mane-
jo de fauna participativo en América Latina aún abordan la participación dentro
de las primeras cinco categorías y pocas son las que las han trascendido.

En la diversidad de acepciones del término participación, ésta se considera desde


la sola presencia hasta la verdadera acción de los pobladores. Estos diversos
grados de participación han conllevado a que los programas de manejo de fauna
tengan, de igual manera, diversos alcances. En algunos contextos, por ejemplo,
la solo presencia física de los pobladores locales tiende a llamarse “participa-
ción” y a justificar políticas participativas. En otras situaciones, la participación
consiste en el entrenamiento de los pobladores locales en técnicas científicas, lo
que genera inclusión más no participación, dado que la toma de decisiones sobre
el quehacer no responde a los intereses, derechos, concepciones, prácticas o de-
mandas de los pobladores locales. La diversidad de concepciones en la participa-
ción ha traído muchos problemas (de representatividad y reconocimiento de las
autoridades locales, entre otros), en el desarrollo de las experiencias de manejo
de fauna y ha generado un escenario para la redefinición de las mismas. Sin
embargo, existen experiencias donde los pobladores locales son investigadores
en igualdad de condiciones políticas y su participación se da tanto en el diseño
de las propuestas como en la puesta en marcha de las mismas.

Paralelo a las concepciones de participación, se da la limitante conceptual sobre


los aspectos sociales y culturales que se involucran en una experiencia de manejo
de fauna, dado que éstos muchas veces tienden a concentrarse en denominacio-
nes locales o en recuentos de uso, y no en una discusión sobre las dimensiones
culturales que tienen para los pobladores, una especie determinada, la fauna o la
naturaleza en general. Estas limitaciones en los enfoques en muchos casos se
deben a que los profesionales que actúan en el manejo, como se planteó ante-
riormente, por su sesgo disciplinario no incluyen todas las dimensiones sociales
ni culturales. Lo anterior conlleva a que la concepción de naturaleza y de fauna
que impera en muchos procesos de manejo de fauna sea la científica, olvidando
que hay diversas concepciones culturales que no hacen la distinción conceptual
entre naturaleza y cultura, o que no tienen la categoría de lo animal como algo
independiente de la flora o de lo social (véase Ulloa, 2002a). Por lo tanto, se dan

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FAUNA SOCIALIZADA
Introducción

confrontaciones simbólicas y prácticas entre visiones de naturaleza que respon-


den a procesos conceptuales e históricos particulares.

Así mismo, en muchos proyectos y programas se reproducen preconcepciones


que ligan a los hombres con la fauna y dejan de lado la participación de las
mujeres, lo que desconoce dinámicas sociales y relaciones con la fauna de acuer-
do con categorías locales de género.

De la misma manera, al no considerarse de manera amplia ni particular las con-


cepciones culturales y las dinámicas sociales, se tiende a la imposición de catego-
rías generales de manejo por encima de ellas. Dentro de la investigación es más
fácil considerar la diversidad cultural dentro de ciertos modelos o categorías para
poder realizar comparaciones, mediciones y réplicas exitosas. Esto, en últimas,
continúa reproduciendo los estándares científicos, dado que impera una genera-
lización de los conceptos como naturaleza, comunidad, territorio, género y dere-
chos, en donde las comunidades están atadas a los territorios sin contextualizar
procesos dinámicos de interrelación, o procesos históricos de flujos y demandas
de ciertos recursos a través del tiempo. Situación que ha conllevado, en algunos
casos, a un esencialismo de las categorías, en las que, por ejemplo, las comunida-
des son miradas como “estáticas” o cristalizadas en el tiempo, lo que implica una
generalización de modelos a replicar. Así mismo, estas nociones esencializadas
alimentan la estandarización del manejo como una política global. Claro está
que también se dan excepciones en donde dichas comunidades son consideradas
de acuerdo a sus procesos históricos y dinámicas sociales específicas.

La uniformidad de las tendencias de manejo de fauna tiene efectos contradicto-


rios en los escenarios locales y nacionales, dado que implica ideas específicas
sobre aspectos como: (1) el poblador local muchas veces enmarcado como el
buen salvaje o el depredador social; (2) el tipo de manejo territorial y por espe-
cies desde la perspectiva biológica; (3) la participación; y (4) los prototipos de
líderes locales a acompañar el proceso, que pueden no ser representativos de los
pobladores locales pero que encajan perfectamente con las expectativas
transnacionales de manejo comunitario, entre otros. Así, las características de
las tendencias globales y estandarizadas de manejo de fauna construyen una
imagen de uniformidad, necesidades y acciones que los pobladores tienen que
seguir para resolver sus problemas.

La aceptación de estrategias globales que conllevan a la estandarización de las


acciones de manejo de fauna implica, por otro lado, que las organizaciones de

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CLAUDIA CAMPOS-ROZO, ASTRID ULLOA

base deben enmarcar sus propuestas, proyectos y demandas bajo este modelo si
buscan financiación internacional. Estas estandarizaciones ideales están
enmarcadas, a su vez, bajo los discursos ambientales que introducen esquemas
de inclusión o exclusión de los pobladores dentro de la planeación y la elabora-
ción de programas de manejo de los recursos naturales, sin partir de propuestas
o necesidades locales. Circunstancias que han ayudado a crear una eco-burocra-
cia para coordinar el trabajo de los pobladores locales bajo los estándares de
cierto tipo de organización, participación o programas. Por ejemplo, en el caso
de los pueblos indígenas organizados (con modelos ideales de organizaciones
de base) reciben más financiación en la medida que se proyectan como “tradicio-
nales” y “ecológicos”. Estos ideales reafirman y esencializan las representaciones
sobre los pobladores locales y, a su vez, excluye a otros grupos porque no corres-
ponden a esos estereotipos, o porque no han tenido cercanía y por lo tanto no
están familiarizados con las lógicas científicas de manejo.

En los procesos locales, cada vez más, las organizaciones no gubernamentales


cumplen un papel de gestores de los procesos de manejo de fauna. Independien-
temente de la buena voluntad, el enfoque conceptual o la fuente de financiación
de dichas organizaciones, es importante analizar el papel que cumplen, pues hay
variedad de ONGs y no todas tienen intereses altruistas. Así mismo, en diferen-
tes partes, los pobladores locales han cuestionado a dichas ONGs dado que se
vuelven mediadores con los procesos externos y las fuentes de financiación, con-
frontando el proceso local de la toma de decisiones o imponiendo modelos idea-
les de gestión. En algunos casos los procesos de mediación liderados por organi-
zaciones gubernamentales o no gubernamentales, propician o confrontan las ins-
tancias de autoridad local al seleccionar o legitimar ciertas personas que muchas
veces no son representativas de la autoridad local, pero que si manejan los pro-
yectos o tienen un liderazgo para implementarlos. De igual manera, desconocen
los cambios en las dinámicas políticas locales. Sin embargo, vale la pena desta-
car que también hay varias ONGs que, por el contrario, cuestionan esos procesos
de mediación y plantean el “empoderamiento” de la gente local para que los
procesos de manejo sean liderados por ellos mismos.

Otra limitación que ha primado en el manejo de los recursos en general, y que


tiende a cambiar entre ciertos sectores de profesionales, es la predominancia de
los criterios científicos que respaldan las observaciones, acciones y conocimiento
sobre la fauna, y que muchas veces son inadecuados para describir las experien-
cias, percepciones y conocimiento de la gente local, a la vez que los desconocen.
Algunos de los profesionales que trabajan manejo participativo de la fauna, reco-

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Introducción

nocen una valoración igual del conocimiento local y científico, sin que uno domi-
ne al otro (Pimbert & Pretty, 2000; Colchester, 2000; Campos-Rozo, 2002). Sin
embargo, este reconocimiento requiere de mayor alcance dado que son pocas las
experiencias que han logrado incorporar e integrar ambos saberes.

Finalmente, la limitante más grande en los procesos sociales es el alcance tem-


poral de las experiencias de manejo, pues no todas tienen proyectada una conti-
nuidad o no consideran factores que afectan dicha continuidad (políticos, econó-
mico e intereses de la gente, entre otros), lo que conlleva a proyectos puntuales
generadores de expectativas, pero sin ninguna solución o aporte real. Esta situa-
ción produce que las esperanzas sobre los resultados de las experiencias, entre
los pobladores y los que apoyan o promueven los procesos desde afuera no siem-
pre coincidan (Lichtenstein, 2000). De igual manera, la visión de corto o largo
alcance de los proyectos puede ser confrontada por las concepciones locales,
como por ejemplo, aquellas relacionadas sobre los recursos como infinitos, es-
condidos o móviles, que afectan las propuestas de manejo proyectadas a largo
plazo.

Limitaciones relacionadas con aspectos económicos

Las limitaciones económicas pueden analizarse desde diversas perspectivas. La


primera, relacionada con lo referente a la financiación misma de los proyectos o
experiencias de manejo de fauna. Los mecanismos de búsqueda de recursos para
proyectos, restringe la participación de los pobladores locales pues obedecen a
lógicas ajenas y se basan en unos referentes (en presentación del proyecto, requi-
sitos, desarrollo y evaluación de la experiencia), que no corresponden a la reali-
dad de las comunidades. Esto lleva a que los proyectos sobre manejo por lo
general se diseñen bajo lógicas diferentes, generalmente por profesionales, que
en ciertos casos tratan de interpretar y expresar los deseos de las comunidades
locales.

Paralelo a estos procesos, están las contradicciones que se generan entre las ex-
pectativas de inversión en tiempo y recursos económicos por parte de los finan-
ciadores versus las dinámicas locales, sus relaciones y actividades con respecto a
nociones temporales. De igual manera, los intereses cambiantes de los
financiadores tanto en áreas geográficas como temáticas (género, comunidades
indígenas, especies en peligro, corredores biológicos, entre otros) y sus perspec-
tivas de conservación, llevan a que se acomoden los proyectos a esos intereses
más que a los de las comunidades y sus necesidades.

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Por otro lado, el modelo de realizar acciones a través de proyectos, ha llevado a


que se imponga la mentalidad entre algunos pobladores locales sobre la necesi-
dad de contar con financiación para poder desarrollar acciones de manejo de los
recursos en su territorio. Esto ha creado una dependencia de recursos económi-
cos y de la presencia de profesionales, ligado a lo que se mencionaba anterior-
mente como “ecoburocracia”. A veces, inclusive, ha conducido a una desarticula-
ción en el seno de las mismas comunidades y ha llevado, en parte, al desconoci-
miento de estrategias de manejo propias.

Los mecanismos de financiación también definen la temporalidad de las expe-


riencias, normalmente supeditada al tiempo de financiación y dependiente de la
presencia de personas externas a la comunidad, que no pueden permanecer una
vez acabado el dinero que los apoya. Este ciclo lleva a que muchos de los estu-
dios no pasen de diagnósticos, no se puedan proyectar a través del tiempo y no
se consoliden como experiencias de manejo permanentes en el tiempo.

Otra perspectiva de lo económico tiene que ver con la nueva visión de los bene-
ficios y costos económicos de la disminución y manejo de la biodiversidad. Esto
conlleva la incorporación de los incentivos económicos para la conservación de
la biodiversidad, los cuales pueden ser favorables en ciertos contextos, pero en
otros pueden generar pérdidas de vínculos tradicionales, incorporación de ele-
mentos nuevos en la cultura, o representar la inclusión de un pueblo, de su
territorio o recursos, en circuitos económicos que no responden a su lógica de
producción; circunstancia que puede resultar difícil de regular en el ámbito local
y desventajoso para los pobladores.

Sin embargo, en ciertos contextos se plantea como necesario incorporar la bús-


queda de beneficios económicos en las experiencias de manejo de fauna para
suplir las necesidades de los locales, y garantizar un uso de los recursos que
conlleve a su conservación a través del tiempo. De hecho, han aumentado las
experiencias de manejo de fauna que empiezan a incorporar esta visión, muchas
veces como el elemento clave que asegura la viabilidad de los procesos a nivel
local. Estas experiencias en muchos casos tropiezan con las dificultades propias
del mercado y, en algunos países, con la legislación que limita el uso y la
comercialización de ciertas especies.

De manera similar, hay proyectos de manejo que se implementan de manera


exitosa, pero que han sido subsidiados por organizaciones internacionales, las
cuales asumen los gastos y no permiten vislumbrar los verdaderos costos de un

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FAUNA SOCIALIZADA
Introducción

manejo local. Por el contrario, también se dan casos en donde se plantean estra-
tegias de manejo que implican cambios y gastos a los pobladores, en sus prácti-
cas o consumos, que no son considerados en los proyectos y que los pobladores
deben asumir.

Reflexiones finales: factores a tener en cuenta en las tendencias


de un manejo de fauna con comunidades

El manejo de fauna con participación local en América Latina necesita de un


diagnóstico general que evalúe los resultados y limitaciones que presentan este
tipo de experiencias hasta el momento. Sin embargo, al igual que para otras
acciones, no hay recetas mágicas ni propuestas únicas, pero consideramos que
hay ciertos factores a tener en cuenta para que el manejo responda de manera
integral a las necesidades de los pobladores locales. Plantear esa integralidad
implica responder a diversas preguntas antes de iniciar un proyecto de manejo, a
saber: ¿Cuál el papel de los diversos actores locales, nacionales o internaciona-
les? ¿Cómo se establece el derecho a decidir y cómo se integran las diferentes
perspectivas? ¿Quiénes deben definir lo que es sostenibilidad? ¿Cuál debe ser el
papel de las ciencias? ¿Cuáles son las categorías de naturaleza y desarrollo que
sustentan los programas de manejo de fauna?, entre otras.

El reconocimiento de la diferencia cultural, social, económica, política y ecológica


permite un punto de encuentro y de riqueza de visiones y concepciones que
pueden hacer viables las decisiones en torno al manejo de fauna. Así mismo, tal
y como lo enuncia Rozzi (2001) esta comprensión promueve variadas prácticas
y valores ambientales esenciales para mantener viva la diversidad biocultural de
Latinoamérica. La visión misma de lo que se constituye en el problema a resolver,
implica perspectivas diversas desde cada uno de los actores y no se puede asumir
que hay un entendimiento único excluyente de otros. Esta premisa conlleva a
que la participación debe partir del la comprensión de la perspectiva del otro
sobre las situaciones y problemas que los afectan y la forma de solucionarlos,
pues esto a su vez posibilita un consenso sobre los objetivos y el desarrollo del
proceso en sí (Pimbert & Pretty, 2000).

Por otro lado, reconocer los derechos de los pobladores locales a decidir y sobre
los recursos, independientemente de las concepciones preconcebidas que se tie-
nen de ellos, permite que la generación de procesos de manejo surja desde lo
local. De igual manera, este reconocimiento permite a su vez que se tengan en

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cuenta que en los procesos hay aciertos y fracasos que hacen repensar sus desa-
rrollos y flexibilizarlos para que sean acordes a las dinámicas locales.

Se plantea como básico realizar ciertas acciones como: historizar y contextualizar


las situaciones sociales y culturales en que están inmersos los pobladores locales
y confrontarlas con los parámetros de la sostenibilidad de conservación estable-
cidos por los profesionales; analizar las implicaciones políticas que un manejo
propuesto traiga para las comunidades locales y la manera como políticamente
las pueden usar; establecer de dónde surge la iniciativa para hacer un análisis de
las implicaciones que tiene; definir y confrontar las prioridades del investigador y
de la comunidad; considerar el holismo no sólo en el ámbito de disciplinas sino
en la integración de diversas perspectivas del mundo; y partir de la participación
local de una manera más activa y propositiva dentro de los proyectos y las accio-
nes de manejo.

De igual manera, hay una serie de factores que se deben considerar en el manejo
y que son externos aún a los mismos pobladores locales, como los procesos de
globalización y los problemas ambientales, lo que debe conllevar a un mayor
interés de instituciones gubernamentales y cambios en la aplicación de las polí-
ticas ambientales. La participación no solo debe tender a la inclusión de los
pobladores locales sino de los diferentes actores sociales involucrados en la toma
de decisiones (instituciones gubernamentales y no gubernamentales, investiga-
dores o comunidades científicas-epistémicas, entre otros). Así mismo, es impor-
tante definir las prioridades dado que no siempre lo que es importante para el
investigador (conservación, uso sostenible), lo es para la comunidad, haciendo
que el nivel de participación no sea el “adecuado”.

Por otro lado, considerar las concepciones locales sobre la naturaleza y el desa-
rrollo, y sus interrelaciones con los diversos actores y las políticas ambientales
tanto locales, regionales, nacionales como globales, permite establecer las diver-
sas formas de relación entre los humanos y la naturaleza. El papel de la ciencia y
de los conceptos asociados con el manejo, como el de sostenibilidad, son una
más de las visiones sin volverse la verdad para decidir ni imponer. Dentro de este
contexto, la sostenibilidad como meta a lograr en los procesos de manejo de
fauna participativo, debe reconocer las interrelaciones sociedad/naturaleza, cul-
tura/sociedad, e individuo/sociedad. Estas interrelaciones abren paso a la cons-
trucción de un concepto de sostenibilidad dinámico, que puede variar de acuer-
do a los actores y a las condiciones sociales, políticas, económicas, culturales e
históricas particulares. Por ende, la sostenibilidad ambiental debe ser un concep-

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FAUNA SOCIALIZADA
Introducción

to que se ajuste a las circunstancias, que facilite la intervención de los actores,


que no solamente cuente con perspectivas científicas, y que sea abierto a modifi-
caciones y retroalimentación. Esto implica que las metas a alcanzar a través del
manejo de fauna, no son estáticas ni universales. Los índices para medirlas, defi-
nidos por los actores en cada caso, no necesariamente deben ser cuantificables y
ajustarse a la lógica científica. Por el contrario, deben tenerse en cuenta aspectos
básicos como: la autonomía, la gobernabilidad y autodeterminación, las expec-
tativas culturales, sociales, económicas y políticas, las demandas territoriales, y
la seguridad alimentaria, entre otras. La inclusión de estos aspectos generan
indicadores con mayor posibilidad de integrar las expectativas locales con las
expectativas de conservación, teniendo en cuenta los procesos de articulación
entre lo local, nacional y global, y contextualizando de manera histórica las si-
tuaciones particulares en las que están inmersos los pobladores locales.

A pesar de todas las limitaciones y las dificultades a las que se ven avocadas las
experiencias de manejo de fauna con participación local, en los últimos años se
ha presentado un desarrollo del proceso hacia la búsqueda de hacer realidad la
participación. Las tendencias que a este nivel se están presentando en América
Latina, de las cuales son ejemplo las experiencias presentadas en este libro, refle-
jan la dinámica que este tema está tomando y que apunta a intentar como nueva
estrategia de conservación la participación activa de los pobladores que usan la
fauna. Las tendencias que tienden a afianzarse en el manejo de fauna brindan un
panorama alentador hacia la consolidación de un manejo en el que se consideren
los pobladores locales, sus dinámicas políticas, culturales, necesidades económi-
cas, estrategias de manejo y relaciones con la naturaleza.

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