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Consciente.

De vez en cuando, todo ser humano se pregunta a manera profunda, si


algo de lo que hace tendrá algún motivo de ser, en otras palabras nos
hacemos la pregunta ¿de dónde venimos y hacia dónde vamos?; digo de
vez en cuando, ya que no siempre nos lo preguntamos con la seriedad
suficiente para considerarse algo importante en la percepción de
nuestra realidad.
Muchas personas, consideran que nuestro origen está escrito en la
biblia, sin embargo, el cristianismo no es la única religión existente en
nuestro mundo, por lo tanto, es tan válido decir que una persona
considera que su origen está escrito en el Corán, como que otra
considera su origen en la cientologia; muchas religiones, muchas
procedencias, muchos futuros inciertos, y pocas cosas comprobadas.
Eso es algo que la ciencia real, taja de un solo golpe, las dudas del
incierto no existen en los hechos científicamente comprobados. Existen
cosas que consideramos inexplicables, sin embargo, al hablar de ellas
siempre está implicada la palabra “aun” en ello. Cierto que existen
cosas que la ciencia aun no puede comprobar. Y eso es lo que en
realidad las personas deberían creer, ¿cierto?
A lo largo de nuestra historia como humanos, hemos visto, muchas
cosas que las religiones pueden hacer. A veces pueden ser cosas
buenas, o simplemente convertirse en una masacre digna de la
hipocresía que a veces profesan algunos de sus miembros. Nuestra
consciencia se da cuenta que no todo lo que creemos es correcto, y peor
aún no todo lo que creemos es provechoso. Esa simple idea, en una
mente humana es una bomba de tiempo de todo creyente. Ver las cosas
y ser consciente de ellas es quizás lo más humano que podríamos tener,
más sin embargo, a veces nuestra consciencia se nubla con la ilustre
ilusión de que la verdad se encuentra en ese lugar al que solemos ir y al
que nos dicen que pertenecemos, una iglesia.
No puedo decir a certeza alguna, que en tantos años de pertenecer a
una iglesia, he tenido una experiencia genuina, según lo llaman en este
lugar. Cada vez que hablaban de esto mi escepticismo, circundaba en
una mar de ideas de distintos puntos de vista, que convergían en un
simple hecho indudable: “nada de esto, es capaz de darme respuestas,
solo distrae de la realidad”.
Nos distrae de la realidad al hacernos acudir a lo desconocido en forma
de esperanza y sentimiento de completitud. Pero tengo el firme
pensamiento de que el ser humano solo estará completo cuando tenga
la verdad en sus manos y puede verla como algo comprobable con sus
ojos y pueda medirlo. No me abstengo de afirma que hay personas que
repudian este pensamiento, la completitud del ser humano se puede
alcanzar de muchas maneras en diferentes religiones, y a pesar de no
saber mucho de tanta otras religiones que existen en nuestra realidad,
en mi caso, esa completitud es alcanzada al ser llenos del a vida del que
murió por nosotros en una cruz al lado de dos pobres vagos que en sus
últimas instancias saborearon el horror de la realidad de la muerte y se
entregaron a la dulce ilusión de que algo más grande les salvaría,
aunque corrijo, creo que solo fue uno el que si se hizo creyente.

¿De dónde venimos y hacia dónde vamos? Sin duda es una pregunta
más compleja de lo que parece, sin embargo, nuestras creencias se
encargan de dar una respuesta más simple que nuestro cerebro
recepciona como algo dulce, fácil y sencillo a lo que acudir cuando en
aprietos nos encontramos. He visto a muchas personas convertirse, unas
en condiciones más peculiares que otras, pero el creer, quizás si es una
elección al final de cuentas. Incluso aunque la biblia nos dice que fuimos
escogidos, la realidad es otra para el ser humano. Se nos lleva a
escoger, entre si creer o no. y esto con lleva al sentimiento de duda más
destructivo que puede ocupar la mente de un ser humano.
A fin de cuentas somos moldeables al pensamiento colectivo de nuestra
especie y en muchos casos se nos lleva al punto de tragarnos nuestras
palabras solo por seguir el camino que marca una creencia. Nuestra
destrucción como seres conscientes se acaba en ese preciso instante en
donde callamos nuestros pensamientos y seguimos una ruta definida
que nos dictamina como ser. Esto no quiere decir que debemos ser todo
lo contrario a lo que se nos enseña, si en dado caso han pertenecido a
una iglesia. Existe mucho conocimiento en estas organizaciones, tomar
provecho de ello también nos hace humanos.
Pero perdernos en la ilusión dinamizada de la verdad escrita por un libro,
hace que perdamos la verdadera consciencia, la consciencia que nos
hace seres humanos, simplemente humanos. Humanos capaces de
hacer nuestro camino, y hallar las respuestas que necesitamos por
nuestra cuenta, humanos que sobrepasan sus límites y humanos que
son según su dictamen, lo que deberían ser.

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