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TAMBIÉN ME TRAICIONÓ
Bueno, eso no es del todo justo. White llegó a ser agente
libre en 1993 en la National Football League (NFL),
teniendo la posibilidad de firmar con cualquier equipo que
quisiera. Más de dos mil aficionados de los Eagles se
aglomeraron en la Plaza JFK —en el centro de Filadelfia—
y trataron de presio- nar a los dueños de los Eagles para
volver a contratar al este- lar jugador. Pero White
finalmente firmaría por una enorme cantidad de dinero con
los Green Bay Packers sin ni siquie- ra recibir una oferta de
contrato de los Eagles.
Un observador objetivo —que no soy— diría que White
¿Soy realmente cristiano?
“Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados
hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le
cono- ció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha
mani- festado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se
mani- fieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como
él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí
mismo, así como él es puro. Todo aquel que comete pecado,
infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. Y
sabéis que él apare- ció para quitar nuestros pecados, y no hay
pecado en él. Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel
que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. Hijitos, nadie os
engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que
practica el pecado es del diablo; por- que el diablo peca desde el
principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las
obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el
pecado, porque la simiente de Dios perma-
¿Soy realmente cristiano?
Repugnancia
El cambio del hijo comenzó cuando vio la realidad de su
pecado con claridad. Se dio cuenta de lo tonto que había
sido, de lo ofensivo de su comportamiento y actitudes, y
cuán repulsivos eran los placeres del pecado en
comparación con las alegrías de la casa de su padre. En las
palabras de Jesús, volvió en sí.
Puesto que un cristiano está muerto al pecado y vivo para
Cristo, cuando peca, se da cuenta de que algo no
encaja. No puede sentirse cómodo viviendo en el
pecado. Aunque el pecado puede proporcionarle un
momento de placer y dis- frute, después se
encuentra plagado de sentimientos de arre-
pentimiento, decepción y vergüenza. Si un verdadero
segui-
No eres cristiano si disfrutas de pecar
Arrepentimiento
Cuando el hijo volvió en sí, dejó su insensatez y regresó a
casa. ¡Qué imagen tan maravillosa de arrepentimiento! El
arrepentimiento genuino es más que sentirse mal o admitir
que estábamos equivocados. Incluso, es más que confesar
nuestra culpa. Se trata de darle la espalda al pecado y
volver- nos a Jesús en fe con la determinación de
obedecerle. Los cristianos debemos renunciar y condenar
nuestros compor- tamientos pecaminosos y
comprometemos a obedecer a Jesús de todo corazón.
Reprensión
Ningún cristiano verdadero puede terminar prosperando en
el pecado. El Padre celestial, con gran bondad, se niega a
dejar que ninguno de sus hijos se sienta cómodo en su rebe-
lión. Así como el hambre ayudó al hijo pródigo a tocar fondo
y volver en sí, así el Señor amorosamente enviará
circuns- tancias, oportunidades, dificultades y
corrección para ayu- dar a sus hijos a arrepentirse
y abandonar su pecado.
El libro de Hebreos nos dice que esta disciplina es una de
las maneras por las que podemos saber que somos hijos de
Dios:
UN GRAN SALVADOR
En este capítulo caminamos por una línea muy fina. Debe-
mos mantener el equilibrio bíblico entre la realidad de la
gran santidad de Dios y su increíble misericordia. Así que,
por un lado, temo por aquellos que no son cristianos genui-
nos y que están autoengañados, sin ver lo que sus estilos de
vida pecaminosos dicen acerca de sus profesiones de fe. Si es
tu caso, espero que este capítulo te haya incomodado mucho.
Por otro lado, me preocupan los cristianos genuinos que
luchan contra el pecado, pero que son tentados a pensar que
Dios es tan severo que está listo para saltar sobre ellos cada
vez que fallen. Si este es tu caso, recuerda la bondad que
¿Soy realmente cristiano?
CÓMO RESPONDER
Reflexiona:
Arrepiéntete:
v Pide a Dios que te perdone por tus pecados, especial- mente por aquellos
pecados que has practicado duran- te mucho tiempo. Piensa en algún paso
concreto que podrías dar para cambiar tu comportamiento.
Recuerda:
v Lee Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a
su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga
vida eter- na”.
v Alaba a Dios porque da vida eterna a todo aquel que cree en Jesús. No puedes
ganarte la salvación viviendo una vida santa; solo puedes ser salvado
acudiendo a Cristo, confiando en lo que él ha hecho por ti.
Informa:
v Habla con un líder o amigo de tu iglesia y dile acerca de tu lucha con el pecado.
Pide a esa persona que te ayude a crecer y a mantenerte con la responsabilidad
de rendir cuentas en un vínculo de confianza entre hermanos.