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Predica virtual 22 de marzo, 2020

Esperanza en medio de tanta desesperanza

Familia de la fe, reciban bendición, hoy estamos reunidos con el único propósito de proclamar,
anunciar y multiplicar el evangelio y de decirles que siempre hay esperanza. Cuando todo se ve
perdido, confuso y solo hay tristeza solo hay un camino y esperanza y es en cristo.
Vamos a abrir el servicio en oración y quiero leerles el pasaje de pablo en el libro (Romanos 5,5).
Hay que distinguir entre esperanzas, en plural, y esperanza, en singular. Las esperanzas son
circunstanciales y expresan la tendencia humana a conseguir una situación deseada, pero que
podrían no realizarse y transformarse en desilusión. Estas esperanzas, aun cuando se realizasen, no
colmarían totalmente los anhelos del hombre, que volvería a programar nuevos proyectos y a aspirar
nuevas cosas. En cambio, la esperanza absoluta indica la tendencia a conseguir no esto o lo otro,
sino el bien total, la plena realización del propio ser. A esta esperanza se refiere Pablo cuando
escribe: “la esperanza no defrauda, porque al darnos el Espíritu Santo, Dios ha derramado su amor
en nuestros corazones” Esta esperanza no defrauda porque no se basa en la debilidad humana ni
en la incertidumbre de los acontecimientos, sino que está garantizada por la acción de Dios. Por eso
no puede fallar. Colma plenamente los anhelos del corazón humano y es tan segura como Dios
mismo.

Señales del fin del mundo en la Biblia

Vivimos en un mundo finito. La Biblia habla sobre su fin y detalla las señales que lo precederán. Dios
nos exhorta en su palabra a estar alertas, a prepararnos. Entre las cosas que la Biblia menciona que
sucederán, se encuentra la segunda venida de Cristo, el momento en que Jesús vendrá a buscar a
su Iglesia y todos los que hemos puesto nuestra fe en él iremos a vivir con él por la eternidad.
La palabra también nos dice que en el final de los tiempos las naciones serán juzgadas y sucederán
muchas catástrofes, hambres, guerras., enfermedades y epidemias Los que hemos creído en Jesús
como Dios y Salvador no debemos temer. Tenemos la certeza de una eternidad con nuestro Padre
celestial disfrutando de la plenitud de su amor, adorándole por siempre. Pero es importante estar
preparados, reconocer los tiempos y exhortar a los que nos rodean a que se acerquen a Dios,
acepten su perdón y vivan con la certeza de la salvación.
Las señales del fin
Hay varios pasajes de la Biblia que nos hablan sobre las diferentes señales que veremos al final de
los tiempos. De hecho, hay un libro profético en la Biblia, el Apocalipsis, que habla con detalle sobre
este tema. En Mateo 24:1-14 Jesús está hablando con sus discípulos sobre las señales del fin y ahí
encontramos un buen resumen de aquello en lo que debemos fijarnos. Jesús menciona las diez
señales que vemos a continuación. Y de esto quiero hablarles hoy.

1. Falsos maestros, falsos Cristos Mateo 24:5

habla de algunos que anunciarán ser el Cristo y lograrán engañar a muchas personas. Por eso es
importante saber que cuando Cristo regrese todo ojo le verá y será algo repentino.
2. Guerras y amenazas de guerra mateo 4:6
Habrá muchas guerras, más que lo que hemos visto jamás. Será difícil que las naciones mantengan
la paz y lleguen a acuerdos.
3. Hambre y terremotos Gen 12:10
Se extenderá por todas partes el hambre debido a las guerras, al aumento de los desastres
naturales (terremotos, huracanes) y a los efectos del maltrato de la naturaleza.
4. Persecución y odio contra los cristianos 2 tim 3:12
Muchos perderán la vida solo porque aman y sirven a Jesús. Aumentará el odio contra la Iglesia y
será muy visible en todas las esferas de la sociedad.
5. Muchos abandonarán la fe 1tim 4:1
Habrá personas que no soportarán el rechazo y odio contra ellos así que preferirán seguir otras
doctrinas o corrientes más aceptadas por la sociedad.
6. Traición y odio salm 41:9
No habrá lealtad, cada uno buscará su propio bienestar y su protección, aunque el precio sea
traicionar a los más cercanos. El odio será más que evidente.
7. Falsos profetas que engañarán a muchos mat. 24:24
Surgirán todo tipo de doctrinas que apelarán a la gente y muchos las aceptarán y seguirán.
8. Gran maldad mat. 24: 12-14
Las acciones malignas e injustas se extenderán. Habrá gran cantidad de personas sin escrúpulos ni
remordimiento que les impidan causar daño a otras personas.
9. Poco amor Dan. 8:23
Los corazones se endurecerán, disminuirá el amor y el deseo de ayudar o cuidar de los demás.
10. enfermedades y epidemias luc. 21:11
habrá grandes terremotos en muchos lugares. En otras partes, la gente no tendrá nada para comer,
y muchos sufrirán de enfermedades terribles. En el cielo aparecerán cosas muy extrañas, que los
harán temblar de miedo
11. Expansión del evangelio por todo el mundo mat. 28: 18,19
Se predicará el evangelio en cada rincón del mundo. Las buenas nuevas del evangelio se
anunciarán a todos los grupos étnicos que hay alrededor del mundo; y entonces vendrá el fin (Mateo
24:14).
¿Cómo será la segunda venida de Jesús?
La señal del hijo del hombre aparecerá en el cielo, y se angustiaran todas las razas de la tierra.
Verán al hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria mateo 24:30
Todo el mundo verá cuando Cristo regrese victorioso a buscar a su Iglesia. Al sonido de la trompeta
los muertos en Cristo resucitarán, y los vivos serán arrebatados.
El Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de
Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego los que estemos vivos, los que hayamos
quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el
aire. Y así estaremos con el Señor para siempre.
(1 Tesalonicenses 4:16-17)
Nadie sabe la fecha exacta en que esto sucederá, solo Dios Padre sabe el día y la hora (Mateo
24:36). La venida de Cristo será totalmente repentina, «como el relámpago que sale del oriente se
ve hasta en el occidente» (Mateo 24:27). Por eso es tan importante que tengamos la certeza de que
Cristo es nuestro Señor y Salvador, que hayamos rendido nuestras vidas ante él. De esa forma,
esperaremos su segunda venida con gozo y no con temor.
¿Cómo me preparo?
Si confesamos nuestros pecados, Dios que es fiel y justo, nos los perdonara y nos limpiara de toda
maldad. 1juan 1:9
Si no tienes certeza de salvación ahora es un buen momento para acercarte a Dios y pedir que
perdone tus pecados. Él está esperando como Padre amoroso que es y que anhela la reconciliación
con sus hijos. Pon tu fe en él, acepta su perdón y comienza a vivir una vida de obediencia y servicio
a Dios.
Cuando tenemos nuestra fe puesta en Jesús no hay razón por la que debamos temer al futuro. Pase
lo que pase sabemos que estamos a salvo en los brazos fuertes y amorosos de nuestro Padre. Nada
ni nadie nos arrebatará de él, estamos seguros. Enfoquémonos en vivir de acuerdo con su voluntad,
en obediencia y en confianza mientras esperamos su regreso.
Abraham, modelo de esperanza. El modelo de la esperanza es Abraham, que “creyó, esperando
contra toda esperanza” (Romanos 4,18). La expresión “esperar contra toda esperanza” es
contradictoria, pues no se puede esperar en modo sensato cuando no hay razones suficientes para
hacerlo. Abraham logra esperar porque cree. La relación entre creer y esperar es muy estrecha. No
se trata de dos actitudes separadas, sino de una sola, de una fe que espera y de una esperanza que
cree. La fe se vive como esperanza, la esperanza es confianza ilimitada.
Pablo describe la fe de Abraham con estas palabras: “No vaciló en su fe al considerar su cuerpo ya
sin vigor (nenekroménon) —tenía unos cien años— y el seno de Sara estéril (nekrósis). Por el
contrario, ante la promesa divina, no cedió a la duda con incredulidad; más bien, fortalecido en su fe,
dio gloria a Dios, con el pleno convencimiento de que poderoso es Dios para cumplir lo prometido”
(Romanos 4,19-21). Para describir el cuerpo del anciano patriarca, Pablo utiliza la forma verbal
griega nenekroménon, que indica la descomposición de un cuerpo humano sin vida; para indicar el
vientre estéril de Sara, usa el sustantivo nekrósis, que es la degeneración de un tejido por la muerte
de sus células. En ambos casos se quiere poner de manifiesto el límite que impone la muerte a la
existencia humana.
El cristiano se siente orgulloso de la esperanza que brota de su fe en Cristo y vive la experiencia del
mal no como obstáculo fatal que lo destruye y lo hace infeliz, sino como ocasión para vivir más
intensamente el amor y la fuerza de Dios en Cristo. Lo que podría ser fuente de fracaso y de muerte,
se vive como ocasión de crecimiento humano y de fe: “Hasta de los sufrimientos nos sentimos
orgullosos, sabiendo que los sufrimientos producen paciencia; la paciencia produce virtud sólida, y la
virtud sólida, esperanza” (Romanos 5,3-4). Las dificultades de la vida hacen madurar al creyente, no
lo derrumban, le dan la oportunidad de perseverar con fidelidad. El fruto de la esperanza no se
recoge cuando el aprieto ya ha sido superado, sino cuando logramos descubrir a Dios allí donde
todo parece negar su presencia.

La esperanza cristiana no es espera pasiva del futuro, ni resignación conformista, ni tampoco se


reduce a un ingenuo optimismo. Nuestra esperanza brota de la confianza que ponemos en Dios que
nos ha amado en Cristo, con la cual afrontamos la realidad serenamente, sin dejar que el peso de
las dificultades nos aplaste e intentando cambiar lo que se puede cambiar. Nuestra esperanza se
sostiene con la certeza que “si Dios está por nosotros, ¿quién podrá estar contra nosotros?”
(Romanos 8,31) y de que “ni lo presente, ni lo futuro… ni ninguna otra criatura podrá separarnos del
amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro” (Romanos 8,39). Bien mis hermanos de
esto quería hablarles hoy que siempre habrá esperanza y como siempre digo por más oscura que
sea la noche pronto amanecerá.

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