LOS BENEFICIOS DE UN CEREBRO AGRADECIDO

Un artículo del doctor en Neurociencias Alex Korb, publicado en Psychology Today

Según este experto dar las gracias, practicar la gratitud con frecuencia mantiene a
las personas felices y saludables. El experto refiere un estudio realizado por una
pareja de investigadores estadounidenses (Emmons y McCullough, 2003) que
formaron dos grupos: a uno le dieron una libreta para anotar las cosas por las que
deberían estar agradecidos a diario, y al otro, se les pidió que escribieran las
cosas que les molestaban y las razones por las que eran mejores que otros.
El análisis empezó a mostrar resultados claros: el primer grupo mostró un
incrementó en su determinación, atención, entusiasmo y energía en comparación
con el otro grupo.
“Agradecer no es compararse con otros que están en una situación más difícil,
sino que requiere apreciar los aspectos positivos de la situación que tiene
actualmente”, dice el doctor Korb, quien recomienda, incluso, llevar un ‘diario de
gratitud semanal’, porque eso nos brindará mayor energía, actitud positiva.
Incluso, el estudio referido mostró que algunas dolencias físicas desaparecían
cuando las personas mantienen esta actitud.
También, el artículo resalta un estudio realizado por expertos chinos (2012), en el
que se determinó que ser agradecido y, además, tener buena higiene del sueño
disminuye las sensaciones de ansiedad y depresión. Sin embargo, tener
problemas de insomnio, pero ser gratos ayuda a tener mejores condiciones para
descansar bien.
Y, finalmente, el experto nombra una observación hecha por el Instituto Nacional
de Salud de Estados Unidos, en la que se analizaron las funciones cerebrales,
mientras se experimentaban sentimientos de gratitud: los sujetos más agradecidos
tienen mayor actividad física del hipotálamo, que controla funciones como comer,
beber, dormir, incluso, influye en el metabolismo y en los niveles de estrés. Eso
quiere decir, que dar las gracias por todo lo que tenemos influye positivamente las
molestias físicas, dolores y disminuye la sensación de depresión.
Dice Korbs que el cerebro es como un niño pequeño porque “se distrae con
facilidad”; entonces, si se es alguien agradecido no tendrá tiempo para pensar en
sensaciones negativas y crea un “círculo virtuoso” en el que si empieza a dar las
gracias, seguirá buscando cosas para agradecer. Como el cerebro humano es tan
adaptable, darle cosas para agradecer todo el tiempo, hará que esto se convierta
rápidamente en una buena costumbre. Por eso, agradezcamos la tradición de los
estadounidenses que nos permite ser conscientes de lo bueno que es dar las
gracias.