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Administración de Empresas
Bogotá, 2015
MÉTODO DE ESCENARIOS
Escenarios
El diseño de un escenario de futuro es una herramienta de previsión que está en sintonía con la
cada vez mayor incertidumbre que se percibe en el mundo actual. Su atracción y sus beneficios
residen en su naturaleza cualitativa. Aunque, durante las tres últimas décadas, se han presentado
muchos enfoques para la creación de situaciones de futuro, es posible crear un conjunto de
principios generalmente aceptados para diseñar dichos escenarios.
Los escenarios ofrecen una alternativa interesante a la escasa precisión de los pronósticos de
cálculo exacto. Es más interesante diseñar o imaginar una visión de futuro que calcularla
matemáticamente, dado que el carácter cualitativo de los escenarios se complementa perfectamente
con la cambiante realidad de estos tiempos.
El diseño de un escenario es una práctica con carácter propio. Para realizar el análisis de uno de
ellos, los expertos en estrategia pueden proponer diversos procedimientos, ya que no existe un
modelo estándar. Además, el carácter variable y, a veces, casi intuitivo de cada uno de los
escenarios dificulta la tarea de unificar el proceso de creación y desarrollo de una visión de futuro.
Se observa que, en muchos casos, las exposiciones están adornadas con un lenguaje retórico y
afirmaciones ambiguas que oscurecen su puesta práctica, sobre todo cuando se trata de casos
prácticos de negocios.
La suerte de la palabra “escenario” no deja de ser un peligro para la reflexión prospectiva; esta
corre el riesgo de ser arrastrada por la ola del éxito mediático con fundamentos científicos bien
frágiles. Este es el caso de la ola que provocó recientemente en Francia e lstorytelling(Salmon,
2007); existe sin duda un arte de contar historias, falta considerarlas como un medio de decisión
estratégica y no como un fin en sí mismas. ¿Acaso debemos creer que el simple hecho de llamar
“escenario” a cualquier combinación de hipótesis garantiza a un análisis, por tentador que sea, algo
de credibilidad prospectiva? ¡Por supuesto que no! En otras palabras, hay que hacerse las preguntas
correctas, formular las hipótesis realmente clave para el futuro y considerar la coherencia y la
verosimilitud de las combinaciones posibles. De lo contrario se corre el riesgo de dejar en
penumbras el 80 por ciento del campo de los probables. Con herramientas de cálculo probabilista,
tales como Smic-Prob-Expert, a un grupo de trabajo le toma muy poco tiempo aplicar este enfoque.
Entre 1990 y 1991, EDF y Usinor dedicaron varios meses de reflexión prospectiva a la siderurgia
en Francia para el año 2005 con el objetivo de construir seis escenarios pertinentes y coherentes
(E1 a E6) sobre la base de hipótesis planteadas en cuanto a tres variables (el crecimiento
económico, los problemas relacionados con el medio ambiente y la competencia que ofrecen
nuevos materiales): un bajo crecimiento económico asociado a una fuerte competencia de nuevos
materiales
A pesar de que en muchos casos los términos escenario y análisis de escenarios presentan
diferencias significativas, puede darse cierta afinidad entre ellos cuando se consideran desde un
punto de vista global. La mayoría de los enfoques del análisis de escenarios incorpora alguna de
las siguientes características:
· Son narraciones dinámicas. Generalmente, se diseñan con el fin de ofrecer una imagen viva y real
de una posible situación de futuro. Se enmarca en un contexto concreto, que, además, puede estar
basado en estimaciones estadísticas. Estas visiones presentan un argumento perfectamente
estructurado desde el inicio hasta el final de la situación que pretenden exponer.
· Carácter múltiple. Es frecuente que se generen diversas posibilidades de una misma situación y
la ventaja que esto ofrece es el contraste y la amplitud de visión ante una situación futura. El
enfoque estadístico y cuantitativo permite algo similar a través de los diferentes tipos de “análisis
de la sensibilidad”, que permiten calcular lo fluctuante que puede llegar a ser un resultado en
función de los cálculos de las variables; sin embargo, el análisis cualitativo de una visión de futuro
va más allá, debido a que no sólo tiene en cuenta la incertidumbre sobre el cálculo exacto, sino que
también ofrece diferentes alternativas.
· Presentan una progresión del presente al futuro. Los escenarios no sólo tratan de describir cómo
será el futuro, sino que además trazan el camino que tomará la situación presente hasta llegar a ese
estadio. Se trata de conectar una serie de acontecimientos interrelacionados que se desarrollan a
partir de una secuencia necesaria.
1. Crear una lista de tendencias. El punto de partida se basa en identificar los aspectos
fundamentales que afectarán al desarrollo de la situación que se está tratando. Esta información
puede obtenerse mediante el asesoramiento de expertos en el tema o por medio de fuentes
publicadas que reflejen las tendencias clave. La mayoría de los análisis trata los factores del entorno
y las acciones estratégicas que las partes implicadas podrán llevar a cabo.
2. Combinar las variables en grupos. En un segundo paso, los procedimientos de diseño de un
escenario combinan los aspectos conductores identificados en grupos estructurados con el fin de
poder agrupar posteriormente las diferentes posibilidades de escenarios. Las clasificaciones pueden
ser variadas. Por ejemplo, algunos expertos simplemente buscan relaciones entre las tendencias y
las variables de forma subjetiva e intentan ver cuáles de ellas están vinculadas. Otros especialistas
son partidarios de un clasificación más sistemática. El esquema generalizado es aquél que clasifica
las variables identificadas de acuerdo con su impacto en el futuro y el grado de incertidumbre
inherente en ellas.
3. Diseño. El tercer paso es diseñar realmente los escenarios. Éste es el punto central y crítico de
todo el proceso. Aspectos como cuántas ideas se deben plantear o a qué temas hay que dar prioridad
son la base de la elaboración del proyecto.
4. Crear estrategias para escenarios. El análisis de un escenario de futuro se encuentra
estrechamente ligado a la planificación estratégica. Este paso consiste en crear una estrategia para
afrontar las posibles alternativas de futuro.
Uno de los temas más cuestionables en el diseño de un escenario futuro es el número de escenarios
que deben plantearse. En la mayoría de los casos se aconseja crear tres, aunque las tendencias más
recientes defienden que el margen justificable bajo pautas generalmente aceptadas se sitúa entre
dos y cinco.
Es importante saber reconocer los dos grandes tipos de escenarios. Los escenarios exploratorios
“describen, a partir de una situación presente y de las tendencias dominantes, una serie de hechos
que conducen de forma lógica (necesaria) a un futuro posible” (Datar, 1975). Un escenario
exploratorio puede ser tendencial, caso en el que parte de las inercias o las tendencias fuertes del
sistema estudiado. Un escenario exploratorio también puede basarse en cambios bruscos en
relación con el escenario tendencial, para explorar hipótesis contrastadas que se ubiquen en el
límite de lo posible.
Los escenarios exploratorios tienen como objetivo hacer un bosquejo exhaustivo de los futuros
posibles más verosímiles. Los escenarios normativos, o de anticipación, no parten de una situación
presente, sino de la imagen de un futuro deseable, descrita a partir de un determinado grupo de
objetivos, y describen un camino que enlaza el futuro con el presente. Los escenarios normativos
se establecen, por lo general, en relación con los escenarios exploratorios, escogiendo uno de ellos,
o elaborando una síntesis de todos.
Aplicaciones de los Escenarios
Responde a la pregunta posterior al diagnóstico, el “qué podría pasar”. Más allá del que podría
pasar después de un hecho, los escenarios prospectivos se preguntan ¿Qué vamos a hacer si pasa?.
Se trasladan a la acción. De ahí que se complete el proceso: diagnosis, planeación, estrategia y
acciones.
Un escenario no es la realidad futura, sino una manera de representársela para aclarar la acción
presente a la luz de los futuros posibles y deseables. La prueba de la realidad y el deseo de eficiencia
deben guiar la reflexión prospectiva para lograr un mayor control del presente. Por lo tanto, los
escenarios sólo son creíbles y útiles cuando cumplen cinco condiciones de rigor: pertinencia,
coherencia, verosimilitud, importancia y transparencia. Es curioso que algunos prospectivistas se
nieguen a someter su pensamiento a esas herramientas que permiten detectar las contradicciones y
reducir las incoherencias de razonamiento. Sin embargo, tienen razón al señalar que la
probabilización no debe conducir a descartar la reflexión sobre escenarios importantes por los
riesgos de cambios bruscos y de fuerte impacto que representan aunque sean muy poco probables.
Utilidad y límites
Los escenarios constituyen una guía indispensable para orientar las decisiones estratégicas. El
método de los escenarios ayuda a determinar la estrategia más adecuada para la realización del
proyecto deseado, pues permite poner de relieve los mayores retos organizativos. Sin embargo, si
se avanza de forma lógica - delimitación del sistema, análisis retrospectivo, estrategia de actores,
elaboración de escenarios - no es indispensable aplicarlo en su totalidad. Todo depende del grado
de conocimientos que tenga el usuario sobre el sistema estudiado y de los objetivos que persiga.
Construcción de escenarios
Definición
Construir la base
El análisis de antiguas tendencias revela la dinámica evolutiva del sistema y el papel de freno o de
motor que pueden desempeñar algunos actores. Además, cada actor debe se definido en función de
sus objetivos, problemas y medios de acción. Es necesario analizar la posición que asumen los
actores entre sí. Para ello es posible elaborar una tabla sobre la estrategia de los actores. Para
analizar el juego de actores se podrá utilizar el método Mactor.
Después de identificar las variables clave y analizar los juegos de actores, se pueden señalar los
futuros posibles a partir de una lista de hipótesis que refleje, por ejemplo, el mantenimiento o el fin
de una tendencia. El análisis morfológico que permite analizar el sistema estudiado por
dimensiones esenciales y estudiar sus posibles combinaciones, que constituyen la cantidad de
imágenes posibles del futuro. Los métodos de expertos tales como Delphi, ábaco de Régnier o
Smic-Prob-Expert que permiten reducir la incertidumbre estimando las probabilidades subjetivas
de las diferentes combinaciones, o de los diferentes acontecimientos clave para el futuro.
Paso 2: Elaborar los escenarios
En esta fase los escenarios están todavía en estado embrionario, ya que se limitan a juegos de
hipótesis materializadas o no. Corresponde entonces describir el camino que lleva desde la
situación actual hasta las imágenes finales. A esta parte del trabajo se le llama “fase diacrónica”.
Determinadas partes de la evolución del sistema pueden dar lugar a la puesta apunto de modelos
parciales y ser sometidas a procesamiento informático. Pero las cifras así obtenidas solo tendrán
un valor indicativo, pues ilustran la evolución del sistema y permiten verificar en cierta medida su
coherencia.
Tipos de escenarios
Escenarios Tendenciales
Son simplemente los que surgen de las herramientas de predicción matemática o a partir de la
experiencia. Los escenarios tendenciales responden a la pregunta ¿Cómo se presenta el futuro si el
medio ambiente no cambiará radicalmente, y seguimos haciendo las cosas como hasta ahora? Son
útiles, entonces, cuando el entorno o medio ambiente de nuestra empresa permanecerá en las
mismas condiciones o su cambio será muy lento. En el ejemplo del director de empresa, éste tenía
inicialmente un escenario tendencial de su actividad, en el pasado su venta exporta-dora había sido
excelente y él suponía que las condiciones del tipo de cambio entre otros aspectos, seguirían
iguales, de donde la tendencia o escenario tendencial hacia el futuro era muy prometedor.
Son aquellos que pueden ser considerados que sucedan en el futuro. Los escenarios factibles o
posibles están determinados por ciertas restricciones que el grupo o las personas que los desarrollan
se auto-imponen de acuerdo a su experiencia, por ejemplo, que las empresas líderes no se van a
retirar del mercado, que el producto interno bruto del país no puede triplicarse de un año para otro,
que la empresa no puede cambiar de giro en menos de tres años, que nadie nos quiere, que tienes
mala suerte en la vida, etcétera. Godet (1993).
Escenarios Probables
Son aquellos que consideramos tienen gran probabilidad de suceder en el futuro de acuerdo a
ciertas hipótesis formuladas; el escenario probable toma la forma: si... entonces es probable que...,
y son los que nos van a permitir visualizar una amplia gama de futuros posibles. Por último,
paralelamente a las probabilidades de que algo su-ceda, está aquello que queremos que suceda, esto
se formula en los escenarios deseables.
Escenarios Deseables
Los escenarios deseables surgen de la idea de que nosotros podemos formar parte activa en la
construcción de los escenarios futuros. En cierta medida, intentamos que el futuro sea diseñado y
construido por nosotros a través de acciones en el presente. A partir de un escenario deseable e
hipótesis sobre los escenarios probables del futuro, se realizan decisiones de manera anticipada,
que es precisamente el proceso de planeación. (Ackoff, 1970).
Como ya se comentó, los escenarios probables son parte de los escenarios posibles. Los escenarios
deseables pueden formar parte de los escenarios posibles o incluso de los escenarios probables, o
no incluirse en ninguno de ellos.
Futuros Deseables Contra Probables
Nos encontramos ahora en nuestro proceso con un número determinado de futuros probables y de
futuros posibles y probables; en nuestro ejemplo, hemos obtenido tres escenarios probables y tres
escenarios deseables. La pregunta es ahora, ¿cuáles escenarios son a la vez posibles y deseables?.
Ellos serán, entonces, los futuros que contenga nuestra planeación estratégica. Son los futuros hacia
los cuales debemos orientar nuestros objetivos, metas y acciones. Pero ¿qué sucede si los escenarios
posibles y deseables son ajenos, es decir, no tienen futuros, ni valores en común? Podemos, en este
caso, considerar dos acciones. La primera de ellas es mantener nuestros escenarios deseables y
revisar si hay alguna posibilidad de reconsiderar algo posible como probable, a través de algunas
acciones o eventos que no habíamos considerado. Este proceso puede ser alimento de nuevas y
creativas ideas, el replantearnos nuestras hipótesis sobre el futuro puede ser productivo. Si estamos
seguros de que no es posible replantearnos los futuros probables, desgraciadamente habrá que
replantear los futuros deseables para acercarlos a lo probable. Pero finalmente, tendrá que haber
coincidencias entre los dos para realizar adecuadamente un plan de trabajo.
Los análisis prospectivos toman finalmente la forma de un sólido plan donde hay claridad en los
deseos, los futuros posibles y las acciones por considerar. Tres son los puntos críticos o saltos
mortales en la construcción de escenarios:
Realizar una visión prospectiva sin variables estructuradoras resulta en una serie de futuros
desvinculados y sobre los cuales difícilmente se podrán vislumbrar escenarios; si éstas no han sido
cuidadosamente seleccionadas, entonces los escenarios obtenidos pueden resultar demasiado
triviales o, por el contrario, imposible de realizar mediciones sobre ellos. La determinación de
cuáles escenarios son probables requiere profundos conocimientos del tema, para ello se pueden
consultar expertos, echar mano de las personas más experimentadas de la em- presa, aplicar o
desarrollar algún modelo cuantitativo o de simulación, para fundamentar sólidamente este punto.
Si no se cuida adecuadamente este punto, el resultado final de los escenarios serán sólo una lista
de deseos por lograr, sin mayor sustento.
Paso 3: Construcción del Escenario Óptimo (ideal lógico): La pregunta orientadora que nos
formulamos es: ¿Cuál sería el Estado de Futuro Óptimo, independientemente que sea factible?;
de esta manera, construiremos un futuro óptimo, que no ha sido analizado en términos de
factibilidad, pero que servirá para que toda vez que debamos comparar un escenario determinado
(la evolución histórica del tema, su estado actual, el escenario tendencial o el escenario apuesta,
por ejemplo) lo hagamos en relación a este “ideal lógico” que servirá como matriz de calidad
para las comparaciones y evaluaciones.
4.1. Se parte de los diagnósticos de evolución histórica y de situación actual de cada variable e
indicador seleccionado.
4.2. Se generan las tendencias de cada variable e indicador, hasta el horizonte de tiempo
seleccionado, en base a los datos relevados. Se aplicara una de las dos herramientas ya
mencionadas: proyección o pronóstico.
4.3. Para cada variable e indicador considerado, esa tendencia descrita es sometida a un análisis
sobre qué efectos (positivos y negativos, podría tener la misma sobre nuestro tema de estudio y en
el periodo de tiempo considerado. Para ello, utilizamos nuevamente la técnica Ishikawa, pero con
sentido contrario, ya que no vamos a las causas (pasado) sino a los efectos (futuro)
4.4. Una vez obtenida una lista total de efectos positivos y negativos de todas las variables, dichos
efectos son evaluados a través de una Matriz de Impactos Cruzados, mediante la que se realizan
tres evaluaciones del criterio de influencia (de un efecto sobre cada uno de los demás): magnitud
de la influencia, sentido de la influencia y resultado estratégico de la interacción.
4.5. De dichos análisis obtenemos la información para elaborar los mapas de riesgos y
oportunidades, agrupados por prioridades para su atención, de este escenario tendencial. Vemos
aquí las primeras bases para lo que conocemos como la Gestión de Riesgos.
Realizado por la docente Marilu Avendaño Avendaño, en Diciembre de 2015 tomado de:
Godet, M. (2009). La Prospectiva Estratégica para las empresas y los territorios. Recuperado 21 de
Diciembre de 2015 de: http://es.scribd.com/doc/49593974/25/%C2%BFPara-que-sirve-un-
escenario