La investigación tuvo como objetivo determinar la transferencia de energía en los
humedales de Villa María. Del mismo modo se busca determinar la relación existente entre las diferentes especies que habitan el lugar. El mayor impedimento durante esta práctica es el desarrollo de los esquemas de transformación, conservación, transferencia y degradación de la energía ya que no se tiene los conocimientos previos para realizar la variación de energía interna de los organismos o la interacción entre los cuerpos. Los resultados obtenidos para determinar la energía brindada por los diferentes organismos y la relación que existe solo pudieron ser obtenidos parcialmente mediante el flujo de energía que se da entre los diferentes niveles en la cadena trófica y así como la energía se pierde y se gana en forma de calor y respiración. Los organismos que integran este ecosistema captan y transforman la energía incidente. Estos organismos están organizados en niveles tróficos, vale decir en un conjunto de poblaciones que captan y transforman la energía de manera similar. Dentro de cada nivel trófico y entre niveles, las distintas poblaciones específicas interactúan entre sí. En los humedales de Villa María se pudo reconocer diferentes especies que pertenecen a los niveles tróficos, entre ellos a los productores (ricino, grama salada, común, etc.), consumidores primarios (saltamontes, abejas, mosquito común), consumidores secundarios (gaviota andina, garza bueyera, cigüeña) y consumidores terciarios (gallinazos). En estos niveles ocurre el flujo de materia y energía gracias a los ciclos biogeoquímicos que se manifiestan en el ecosistema del humedal, guardando relación con las cadenas y redes tróficas que se establecen en cada uno de los sistemas del humedal. Según los estudios realizado por Paruelo, J (1999) Todos los niveles tróficos en su conjunto constituyen la biomasa y contribuyen a un recipiente adicional en donde se acumulan los desechos y partes muertas de los organismos, la necromasa. Los recipientes representan las variables de estado del modelo del flujo de energía en el ecosistema. Estas variables permitirán tener una descripción del estado del sistema en cada momento. Sin embargo, el sistema es dinámico y el contenido de estos recipientes cambia de manera continua. El volumen contenido en cada recipiente representa la cantidad de energía acumulada en la biomasa del nivel trófico correspondiente o en la necromasa y puede ser expresada en unidades de energía o masa por unidad de superficie (Mj.m-2 o g. m-2). Las unidades de masa y energía son convertibles. Todos los cambios en la cantidad de energía acumulada dependen de las entradas y salidas. Las entradas y las salidas se miden en unidades de flujo que incorporan la dimensión tiempo, por ejemplo MJ.m-2 .día-1 o g. m-2.año-1 Ahora, si comparamos los resultados obtenidos con la correlación de los estudios previos realizados por Paruelo podemos afirmar que no se ha priorizado delimitar el rol del humedal en el flujo de materia y energía para con los seres humanos y las especies de animales y plantas que lo habitan, así como el impacto de la contaminación y la sobrepoblación en estos flujos. Esto se debe a la dificultad de analizar la entrada y salida de energía de los organismos que componen los niveles tróficos por diferentes motivos entre los cuales tenemos: la confusión entre trabajo y esfuerzo, considerar sólo uno de los factores que intervienen en el trabajo olvidando el otro, asignar un cierto carácter material a la energía, al movimiento, la actividad o a los procesos, considerar que la energía puede gastarse o almacenarse, entre otras. Referencias Bibliográficas: -Paruelo,J (1999). El flujo de energía en los ecosistemas.(Buenos Aires, Argentina). Recuperado de https://www.agro.uba.ar/users/batista/EE/papers/paruelo.pdf fig. 1 Figura 1. Diagrama del flujo de energía en un ecosistema