Constantemente el rol docente es cuestionado ¿qué funciones debería desempeñar un
docente? ¿Cuál es el papel del docente en la academia? ¿Qué posición debe tomar un docente en la actualidad?, estas son preguntas frecuentes y aún más en la actualidad, y es que a través del tiempo las opiniones se modifican y el pensamiento colectivo de lo que se espera de un docente en el aula de clase, en la academia e incluso frente a la sociedad, Y es que al igual que las percepciones cabían con respecto al tiempo cambian con respecto a los contextos, es decir que la percepción del rol es tan diversificada como lo es la humanidad. Este es el caso de lo que a continuación pretendo abordar, donde expresare el rol docente desde cuatro posturas diferentes una en mis primeros años académicos el rol docente según mi postura desde la escuela, dos desde una opinión como estudiante de pregrado, tres desde la opinión como profesional y cuarta desde mi experiencia como estudiante de posgrado. El rol docente al igual que la cultura cambia en el tiempo este es el caso de mi percepción frente al rol del docente y pretender que estas opiniones no cambien es obtuso y un poco crédulo, en mi infancia en algún lugar de Bogotá en los años 98, en mi mente se estructuraba la percepción de lo que consideraba el rol docente, en ese momento sin una palabra en mi joven mente que definiera el rol escasamente dirigía mis pensamiento a lo que debía hacer un docente y el papel que jugaba en mi educación. Con miedo asumía la postura de algunos docentes de manera policiva intransigentes esa persona que por su conocimiento tenía el poder y controlaba en una jornada de tiempo, realmente para este momento para mí el docente no era más si no que una figura de autoridad que decía que aspectos del conocimiento debía aprender para ser “alguien en la vida” este término maldito puesto aun hoy en esta época se piensa erradamente que se estudia para ser alguien en la vida y ¿qué es ser alguien en la vida?, aun esta pregunta carece de sentido y de respuesta en mi mente, con esto solo quiero hacer énfasis en algo importante en este discurso, y es que para ese momento y para mi mente joven el estudiar solo servía para ganar dinero y trabaja, una asociación vaga de lo que podía concebir de ser alguien en la vida, y es que de fondo lo anterior carecía de motivación, pese a que el no morir de hambre como coloquialmente se habla es un atenuante y un coaccionado muy fuerte. Es que no se tiene motivación más grande que las ganas de vivir y de huir de la muerte o del castigo en este caso, y es que para ese entonces el rol del docente era de juez y verdugo y carecía de motivación alguna, quizás hoy por hoy me encuentro en este punto intentando describir un fenómeno de manera tan orgánica y desordenada, pero creo firmemente que esa época fue el detonante para que en mi adultez eligiera el camino de la academia como mi proyecto de vida. De esa etapa de infancia ya pocos recuerdos quedan y no porque fuesen buenos o malos solo porque mi mente para este discurso quiere hacer énfasis en esos aspectos ya mencionados y dar paso al segundo momento de mi juvenil mente. Al igual que muchos jóvenes adolescentes en Colombia que finalizan el periodo académico de bachillerato somos escupidos al sistema en ocasiones sin noción alguna de lo que continua para nosotros, por un lado algunos abandonan el sendero de la academia y se dedican a la labor fabril y por otro lado impulsados por mejorar la calidad de vida deciden estudiar alguna profesión en particular y si se tiene una habilidad en matemáticas siempre son elegidas las profesiones de las ramas de ingeniería y financieras, esto porque todas las profesiones del orden cuantitativo en la opinión colectiva genera buenos ingresos. Siendo así elegí la ingeniería industrial como la profesión con la que me ganaría la vida, decisión que aparentemente me aleja del área educativa, lleno de expectativas por estudiar una carrera que en ese momento no consideraba mi pasión inicie a estudiar en la universidad y es ahí donde la ruptura de pensamiento se gesta, y es que mi opinión del rol docente cambia completamente al punto de odiar y vanagloriar algunas de las practicas docentes y es que ya no predominaba ese aspecto arcaico de la educación donde el docente dictaba como un buen dictador el conocimiento si no que en ocasiones un alma caritativa y motivada se salía de la camisa de fuerza y enseñaba con motivación. En esta etapa hay dos aspectos primordiales que resaltare uno y el más importante la motivación y dos el desprecio y la repulsión por esos docentes ingenieros que dañan la profesión docente por sus malas prácticas en el aula, tal vez porque no asumen un rol docente si no que impulsados por el egocentrismo y la petulancia de la profesión solo pretenden de mala gana como si se tratase de una opción mas el comunicar el conocimiento, es que desde mi punto de vista no hay peor mal en la educación que educar sin pasión el pretender educar a una generación viciado de malas prácticas, y contribuyendo al desánimo por una educación como si el fin ultimo de enseñar fuera el graduar profesionales en lo que a mi respecta en esta etapa reluce la deshumanización de la práctica docente. Sin embargo no todos los aspectos de esta etapa eran negativos, es en este momento en que gracias al rol docente de grandes personas en la formación logran una motivación y una mediación entre el conocimiento, los valores, la motivación y la humanización de la práctica profesional, sin duda alguna es este momento donde impulsado por estos aspectos positivos decido tomar un camino por la academia con el fin de fomentar esas buenas practicas docentes y alejar al gremio que enseñando le hace un mal a la profesión y a la enseñanza, de esta menara finaliza una etapa d aprendizaje e inicia la etapa tan anhelada como profesional en donde algunos aspectos sobre el rol docente se reforzaron y sin duda evidencia a mayor escala el daño causado por ese puñado de malos docentes que no enseñaron a pensar críticamente si no que solo dictaban una materia. Desde mi opinión como profesional sin duda el rol docente debe estar enfocado a ser un mediador motivador y sobre todo apasionado por el conocimiento que más allá de comunicar el conocimiento que se espera adquirir en el área especifica de estudio sea el impulsador para que el estudiante en constante dialogo se plantee retos, preguntas he investigaciones puesto creo firmemente que el conocimiento se crea desde la mayéutica y el empirismo y que en todas las profesiones no hay verdades absolutas. Como ya había mencionado antes una de mis inquietudes era la educación es así que el posgrado planteaba unos nuevos retos y sin duda una nueva visión del rol docente, es aquí en este momento donde reafirmo que el rol docente esta dado por la motivación y la pasión el arte de enseñar el de comunicar el conocimiento pero aún hay más allá de esta banal opinión del rol docente actual puesto que ahora concibo el rol docente como una multivariada de componentes y constructos tanto de las posiciones escolásticas tradicionales como de las posiciones actuales y es que el concebir un rol docente actual sin tener en cuenta el trasegar del tiempo la historia y todos aquellos fundamentos y buenas practicas que los diferentes ´precursores de la historia nos han trasmitido es iluso en lo que a mí respecta. Es así como finalizo mi discurso desde la posición motivacional apasionada por este arte del servicio a la enseñanza y aprendizaje.