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Esta carta posee una forma propia particular, ya que ella misma encierra sus

preguntas y respuestas, con lo cual parece no necesitar de otra herramienta que ayude a su
comprensión. El tema central y único problema planteado es el del asunto del amor que
será estructurado por Descartes, respondiendo a tres preguntas en referencia a este. Este
asunto es el hilo que conduce entonces a que se intente desarrollar una respuesta
satisfactoria en referencia a tres preguntas que hace a Descartes el interlocutor de la carta,
Hector Pierre Chanut, éstas a saber son: 1. ¿Qué es el amor? 2. ¿Si la sola luz natural nos
enseña a dios? 3. ¿Cuál de los dos desarreglos y malos hábitos es peor, el amor o el odio?
La respuesta a estas preguntas es la carta misma, que como vemos entonces buscará la
naturaleza del amor, para ello se responderá en el orden en el que están planteadas las
preguntas; pero esto a su vez en el total de la carta genera varios momentos y definiciones
de amor, que al final pueden unirse o no. Desarrollaré estas soluciones y planteamientos en
torno al amor en el orden en el que se dan dichas respuestas, pero también iré aclarando
esos momentos y definiciones.

- Primera respuesta

Para dar una respuesta clara Descartes necesita desde el inicio empezar aclarando los tipos
de amor, esto lo hace de la siguiente manera:
“Para responder al primer punto distingo entre el amor que es puramente intelectual o razonable y el
que es una pasión.”1

A partir de aquí se desarrollará desde estos dos tipos y se explicará el proceder de


cada uno, es claro entonces que desde el primer momento hay dos tipos de amor. Al
primero aparece solo cuando nuestra alma percibe en contacto con algún bien, que puede
estar o no presente y que al juzgar que le es conveniente busca unirse a el por medio de la
voluntad, se considera con este bien como un todo del cual él es una parte y ella la otra 2.
Pero no solo se une por voluntad sino también por conocimiento de la conveniencia, sabe
que esto es un bien y se dirige a ello sabiéndolo, por lo cual se une con alegría a esto; más
si no puede estar unido a este bien se sentirá triste. Aquí ya empiezan a estar involucradas

1
AT, IV, 600. O. Z. p. 452
2
Op. cit. parágrafo 602. p. 452
otros elementos y por ello aclarará finalmente Descartes, que aquello que mueve a la
voluntad hacia el objeto bueno es el deseo. Pero de inmediato acota que si estos son
pensamientos razonables, no se necesitará de nuestra alma para buscar esas cosas buenas.
Con esto se empieza a dibujar el asunto de la unidad alma-cuerpo en el amor. Por ello luego
nos dirá Descartes:
Pero mientras nuestra alma se halla unida al cuerpo este amor razonable está ordinariamente

acompañado por el otro3.

Este amor pasional consistirá para este en que se da un pensamiento confuso en el


alma que es excitado por los nervios. Y nos da un ejemplo de que así como en la sed el
sentimiento que se tiene en la garganta es confuso y que dispone al deseo de beber pero no
este el deseo mismo. Con este ejemplo nos quiere decir que en este tipo de amor se sienten
calores en el corazón y una gran cantidad de sangre en los pulmones que hacen que se
abran los brazos deseando abrazar algo, pero el amor no son estos calores sino un
pensamiento confuso que se da en el alma. De la misma manera puede ocurrir que
conozcamos un objeto que valga mucho y nos unamos a el por voluntad, este amor será
intelectual ya que no hay deseo del cuerpo de unirse a este, con lo cual no hay pasión.
La unión entre estos dos amores se da porque cuando se juzga que un objeto es
bueno y digno de ellos, el corazón se dispone de inmediato a movimientos que excitan a la
pasión.
Procederá Descartes luego a hacer un análisis de estos movimientos del cuerpo que
acompañan al pensamiento del alma. Primero hace una distinción de lo primero que se
siente al unirse el cuerpo al alma, lo que se siente primero es alegría y luego de forma
inmediata amor, luego posiblemente odio y tristeza y que al causarse estas disposiciones en
el cuerpo inmediatamente, luego pasaran a acompañar al pensamiento. La primera pasión es
la alegría porque es lo que se produce al unirse el cuerpo al alma, ya que Descartes cree que
el cuerpo se une al alma por deseo de esta. Luego viene el amor ya que como la materia se
va de nuestro cuerpo como el agua de un río, entonces el cuerpo se dispondrá para que
venga otra materia a alimentarlo y una vez que esto suceda se sentirá amor. Luego la
tristeza y odio si faltara el alimento.

3
Ibíd. parágrafo 603. p. 453
En este análisis es claro lo que quiere mostrar Descartes y este mismo lo dice luego.
Las pasiones que se dan en el cuerpo, en el primer momento de unirse el cuerpo y el alma
se constituirán luego en pensamientos del alma. Estos pensamientos son profundamente
confusos porque al ser el primer momento de unidad entre el cuerpo y el alma, el alma
estaba completamente entregada a las diversas impresiones que le llegaban al cuerpo. Todo
amor intelectual que podrá haber y hubo siempre estará acompañado de estos primeros
sentimientos que se tuvieron. A lo cual se agrega después que si el amor que se sintió antes
de nacer estaba acompañado siempre de un calor en el corazón en el pulmón, por estar
ligado a la alimentación, estos movimientos siempre acompañaran al amor del hombre. Lo
problemático de trabajar el asunto del amor nos dice Descartes, es que está ligado siempre a
estos sentimientos confusos de la infancia, además de otras muchas pasiones como la
tristeza, alegría, deseo, temor etc. Esta respuesta la termina Descartes haciendo de nuevo
una aclaración sobre tipos de amor uno que es benevolente y otro que es concupiscente, y
que en el primero el deseo no aparece tanto y el segundo se dan arrebatos incontrolables.

-Segunda Respuesta.
Descartes inicia dudando fuertemente que se pueda amar a dios solamente a partir
de la luz natural, para ello da dos razones. La primera es que los atributos de Dios estan
muy por encima de nosotros que no podemos percibir la manera en la que nos puedan
convenir, y no podemos amarlo entonces por voluntad. La segunda es que de dios no hay
nada que sea imaginable, por lo cual si tuviéramos con el un amor intelectual no hay
posibilidad de que se pueda tener uno sensitivo. A lo cual Descartes acota que no es extraño
que las religiones nos digan que la forma de amarlo es comprendiendo el sacrificio de su
hijo, pero que de esto no puede haber conocimiento. Aquellos que creen haber sentido
pasión por alguna divinidad, lo han hecho de de ídolos mas no de Dios 4. Luego nos dice
que cree que se puede amar verdaderamente a Dios por la fuerza de nuestra naturaleza y
que esta es la pasión más arrebatadora y más útil que podemos sentir; incluso la más
fuerte.5

4
Argumento planteado en el parágrafo 608. p. 457
5
AT, IV, 600. O. Z. p. 457. parágrafo 608
A partir de aquí se elaborará como es posible que se ame a Dios, para ello es
necesario que se considere a este como un espíritu o una cosa que piensa, para que
pensemos que nuestra inteligencia es una emanación de su soberana inteligencia, y nuestro
conocimiento al extenderse hasta el infinito, se extiende entonces hasta Él. Entonces
habiéndose hecho todas las cosas en extensión a el, y viviendo en un mundo que es infinito
porque se remite a el, nos sentiremos profundamente agradecidos con este ya que nos ha
dado la oportunidad de conocer este mundo y de tener el conocimiento infinito; de esta
manera el hombre no deseará ser Dios, más bien se sentirá satisfecho aquí y querrá que se
cumpla la voluntad de este, amándolo profundamente y perfectamente. Si satisfacción con
la vida hace que sea un hombre que viva la voluntad de Dios con felicidad profunda y
perfecta, ya que no teme a la muerte, ni a los dolores, ni desgracias, ya que sabe que lo que
le ocurre es la voluntad divina y el en su amor sabe que esta es justa. En este sentido nos
advierte Descartes que aunque para poder sentir este amor ha de separarse mucho el alma
de los sentidos, para que este amor no se convierta en pasión; pero esto no sucede porque el
hombre aunque no imagina nada de Dios, si puede imaginar su amor por Él.

Más adelante Descartes nos dirá una definición de la naturaleza del amor que parece
apropiada mostrar:
Pues la naturaleza del amor consiste en hacer que nos consideremos con el objeto amado como un
todo del que sólo somos una parte y que se transfieran a tal grado los cuidados que solemos tener con
nosotros mismos a la conservación de este todo6.

De este modo se analiza un aspecto importante del amor, lo que sucede cuando se
ama, se ama y se arriesga todo por lo amado, aún la vida misma. Pero esto se hará teniendo
pleno conocimiento del valor de lo amado, esto es tomado muy en cuenta por Descartes ya
que en relación a Dios, entonces daremos todo lo que tenemos por Él.

Con ello también establece la relación de amor entre los tipos de cosas, ya que nos dice que
si bien el amor que se siente por Dios no es menor ni mayor en tamaño; si lo es en
perfección ya que suscita el sacrificio. De esta manera el amor no se mide en tamaño sino
en el sacrificio o el deseo de este que se da por este objeto.

6
Ibíd. para. 612. p. 460
- Tercera respuesta.

En este punto de la carta ya hay algunas nociones articuladas y Descartes va a dar


las pinceladas finales determinando la diferencia entre el amor y el odio, en el sentido de
cual de las dos es peor. Para ello dividirá el asunto en dos partes, en la primera se referirá a
cual de las dos nos hace menos virtuoso y la otra en referencia a cual nos llevará a mas
excesos y a hacer daño a otros hombres.

De una vez Descartes declara encontrar dudoso el primer asunto, pero aún así se
dispone a revisarlo. Primero nos dice que si el amor que se da hacia un objeto que no lo
merece esto producirá mas daño, que un odio que nos aleje de algún objeto que merece
nuestro amor; ya que es peor estar unido a una cosa que es mala y ser transformado por
ella, que el estar separado de una buena. Pero este al revisar los hábitos que se producen de
estas pasiones cambia, ya que nos dice que el amor por desordenado que sea, siempre tiene
como objeto el bien7; con lo cual no se corrompen las costumbres de la forma en la que si lo
hace el odio. De esta manera se puede ver con claridad que los hombres buenos se
trasformas cuando se ven obligados a odiar, acostumbrándose poco a poco a la maldad. Al
contrario los que se dedican a amar se vuelven cada día más honrados y virtuosos. De
nuevo en referencia al segundo asunto nos dirá que el odio al estar acompañado de tristeza
y pesar aquel que lo disfruta y lo encuentra placentero se parecerá a los demonios en querer
hacer daño. Mientras que el que ama no lo hiciera si esto fuera doloroso o dañino.

Luego al trabajar la diferencia en cuanto a cual nos lleva a más excesos y nos hace
capaces de ser más dañinos este revisa otros aspectos. Es el amor el que genera más
excesos y puede ser más dañino, esto se debe a su origen ya que si el amor nace de el
alimento que se daba al cuerpo y este hacía al corazón más fuerte, y el odio al contrario
hacia al hombre débil por falta de alimento; y después todo sentimiento de amor será
acompañado por esta fuerza de corazón y de cuerpo, entonces el amor producirá mas fuerza
y coraje, mientras que el odio debilidad y amargura. Entonces el amor nos hace capaces de
hacer mas daño en tanto nos hace más fuertes. Por otro lado sucede que mientras que el

7
Ibíd. Parágrafo 614. p.462
odio se mantiene restringido a su objeto, el amor es más grande y se puede expandir a otros
objetos, ya que si del amor también sale el odio por otro otra cosa, ya que si se ama, algo se
odia. Entonces el amor será culpable del odio por otros objetos.

Así termina esta carta tan interesante y profunda, ya que más que una leve respuesta
o ligero planteamiento de un asunto, parece el desarrollo completo de un problema. Por lo
cual si se presentara sin los datos iniciales podría pensarse que es parte de un tratado, aún
cuando el propio Descartes acote que de trabajar completamente el asunto requeriría de
escribir todo un largo libro. Para la fecha de esta carta febrero de 1647 sólo faltan dos años
para la publicación del tratado de las pasiones del alma en 1649. En este sentido creo que
esta carta puede haber significado la necesidad de Descartes de escribir dicho tratado, y que
o para ese momento ya lo estaba escribiendo, o empezó luego por inspiración de los asuntos
desarrollados ahí.

Queda claro que el amor es un asunto demás de complejo, ya que si bien al


comienzo de la carta parece clara la diferencia entre el amor intelectual y el guiado por las
pasiones, esta se desdibuja lentamente con el paso de las páginas. Luego es claro entonces
que para poder Descartes llegar a conclusiones más concretas, este debe hacer un trabajo
completo sobre todas las pasiones, ya que son estas las que en relación con el amor, hacen
que sea tan difícil hablar de este.

En este sentido trabaje toda la carta sin recurrir a otro texto ya que creo esta misma
puede ser comprendida por sí sola, y a esta le pertenece un trabajo completo y
aparentemente nuevo para el momento de la obra de su autor. Si bien hay diversas nociones
que van apareciendo, estas son estrictamente usadas para la explicación del amor y
dependen (al menos en esta carta) de esta.

Manuel Azuaje.
19.204.281
República Bolivariana de Venezuela
Caracas, 30 de enero de 2009
Universidad Central de Venezuela
Facultad de Humanidades y Educación
Escuela de Filosofía
Seminario: Correspondencia Cartesiana
Prof. Miguel Vásquez

El amor en René Descartes

Resumen
Este trabajo se desplaza desde una inicial aclaración sobre la naturaleza del
amor, hasta complejos problemas sobre este. El amor se divide en uno intelectual y en uno
que podríamos decir es propiamente pasional; pero esta división se complejiza cuando
hemos de notar que siempre, en todo amor aún en el intelectual estará presente alguna
pasión, especialmente el deseo. Esto tiene que ver con la propia naturaleza del origen del
amor. Luego veremos que características se producen en el hombre que ama, especialmente
en su amor hacia dios, el amor se convierte en sacrificio, en deseo de hacer todo por el
amado; y en este sentido por dios se da hasta la vida. Es así que el amor no se mide por
tamaño sino por lo que se hace frente al peligro que sufre el objeto amado, se mide en lo
que se arriesga. El amor nos hace mejores, más honestos y virtuosos; pero también nos
lleva inevitablemente a convertirnos en un peligro para los otros hombres, ya que nos hace
más fuertes porque que fortalece al corazón. Nos ha de llevar a excesos en tanto que del
amor puede surgir odio hacia otros objetos. Desde luego es necesario que para comprender
el amor se tomen en cuenta factores mucho más complejos, y finalmente se ahonde en el
estudio de las pasiones.

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