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Este aviso fue puesto el 25 de diciembre de 2015.
Índice
1 Etimología
2 Historia
3 Los viñedos
3.1 Regiones vitivinícolas
3.2 Morfología
3.3 Cultivo
4 Producción
4.1 Prensado / aplastado
4.2 Fermentación
4.2.1 Fermentación maloláctica
4.2.2 Segunda fermentación
4.3 Maduración
4.4 Embotellado
5 Composición del vino y del mosto
5.1 Carbohidratos
5.2 Alcoholes
5.3 Ácidos
5.4 Ésteres
5.5 Compuestos nitrogenados
5.6 Compuestos fenólicos
5.7 Constituyentes inorgánicos
6 Propiedades organolépticas
6.1 Color
6.2 Sabor y aroma
6.3 Degustación y cata
7 Tipos de vinos
7.1 Contenido de dióxido de carbono
7.2 Contenido de alcohol
7.3 Funciones gastronómicas
7.4 Vinos aromáticos
7.5 Vinos jóvenes y añejos
8 Vinos del mundo
9 Producción mundial
10 Comercio exterior del vino
10.1 Evolución de los principales exportadores de vino en el mundo
10.2 Evolución de los principales importadores de vino en el mundo
11 Formas de servir el vino
12 Almacenamiento
13 Usos del vino
13.1 Culinarios
13.2 Bebida
13.3 Medicinales
13.4 Elaboración de otras bebidas
13.5 Religiosos
14 Vino y salud
14.1 Consumo perjudicial
14.2 Consumo beneficioso
15 Aspectos legales
16 Profesiones
17 Vino en la cultura
17.1 Sociología del vino
17.2 Vino en el cine y la televisión
17.3 Vino en la literatura
17.4 Vino en la red
17.5 Concursos y premios
18 Véase también
19 Referencias
20 Bibliografía
21 Enlaces externos
Etimología
La viticultura y la producción de vino se originó, según parece, en el Cáucaso (hoy
Georgia) y en el Asia Menor (hoy Turquía). Por lo tanto, como ocurre en tales
casos, la palabra debe proceder de alguna lengua de aquella zona, pero que no se
sabe con exactitud. Fuera de la familia indoeuropea, concretamente entre las
lenguas semitas, está el árabe y etíope wain, el asirio īnu y el hebreo yàyin una
forma proto-semítica *wainu. El término está igualmente en las lenguas kartvelianas
del Cáucaso (georgiano), las lenguas indoeuropeas de Asia Menor (hitita y luvita) y
del Cáucaso (armenio). La palabra, junto con la viticultura, viajó hacia el
Mediterráneo occidental, y se encuentra en griego οἶνος, el albanés vēnë y el latín
vinum (de donde viene el castellano vino). Del latín pasó al celta (irlandés
antiguo, fin; galo, gwin), al germánico (idioma gótico, wein; alemán, Wein; inglés,
wine) y al eslavo (eslavo antiguo y ruso, vino), y del eslavo pasó al lituano
výnas.[cita requerida]
Otra teoría considera que la raíz se encuentra próxima a la palabra sánscrita vana
(amor), que también dio origen a las palabras Venus y Venera. Tal relación
semántica estaría dada por la antigua creencia en los poderes afrodisíacos del
vino. 7
Historia
Artículo principal: Historia del vino
Los viñedos
Artículo principal: Vitis vinifera
Vitis vinifera.
La vid que desde la antigüedad se ha cultivado en Europa y la que desde Europa se
ha trasplantado a otros continentes para producir vino y uva de mesa es la Vitis
vinifera L. Tiene infinidad de variedades, que dejan de revestir interés botánico,
para pasar a tenerlo agrícola, estando bastante diferenciadas las vides que
producen uvas de mesa de las de vino. Se habla que existen unas cinco mil
variedades de V. vinifera en el mundo, cinco mil viduños.15 La Vitis vinifera en
estado silvestre es difícil de encontrar. Se creía incluso desaparecida.
La palabra griega “ampelos” significa vid en castellano. Según Gonzalo del Cerro
Calderón, “Ampelografía es el estudio descriptivo de la vid, y la ampelología se
ocupa de su cultivo”19 “Ampelología, según el diccionario de la Real Academia
Española, significa “descripción de las variedades de la vid y conocimiento de los
modos de cultivarlas”. No acoge la voz "ampelografía". Según Alexis Lichine
ampelografía tiene dos acepciones: “1. Estudio descriptivo, identificación y
clasificación de las vides. 2. Libro o documento que describe las características
estructurales de las vides. Además de la información escrita se ilustra con láminas
detalladas o fotografías de las hojas de cada planta que se trata en el libro”20
Según la enciclopedia “Conocer y escoger el vino” la ampelología es la “ciencia que
estudia la planta de la vid con sus diferentes variedades” y la ampelografía es la
“ciencia que describe las diferentes variedades de vides, atendiendo al tamaño de
la cepa, al sexo de la flor, la forma de los sarmientos, la textura y el dentado de
las hojas, el color de las bayas, etc.”21
La voz ampelografía fue usada por vez primera en 1661 por F. J. Sachs.22
Ampelografía es un nombre mal puesto. Al respecto, hay que tener en cuenta que
antes que "enología" se utilizó la expresión "enografía", que ya se ha
abandonado.23 No se habla de "filolografía" como algo distinto de la "filología";
ni de musicografía, sino de musicología, etc. Parece que debe decirse
“ampelología”, y no tiene sentido distinguir entre "ampelología" y "ampelografía".
Los diccionarios ya no recogen ambas expresiones, sino solamente "ampelología".
El libro Grape varieties and Rootstock Varieties escrito por Pierre Galet, director
del Departamento de Viticultura de Montpellier, es considerado el iniciador, en
1940, de la “ampelología” moderna, entendida como la ciencia y el arte de describir
e identificar los diversos viduños, hace frente a la confusión reinante derivada
tanto de utilizar nombres distintos para referirse a unas mismas variedades como de
designar diversas variedades con el mismo nombre. El sistema de Galet se basa
principalmente en medir los ángulos que forman las venas de las hojas de la vid, de
tal manera que cada variedad pueda ser identificada numéricamente, por la medición
de esos ángulos. El sistema distingue las variedades, pero falla en las
subvariedades y parece estar llamado a ser complementado o incluso sustituido por
la identificación del DNA o por otros criterios bioquímicos no basados
exclusivamente en observar las hojas, que es el principal objeto de atracción de
los ampelólogos tradicionales, incluido Galet.
Respecto a la vid como objeto de estudio, hay que distinguir dos ciencias: la
botánica y la ampelología. La botánica se ocupa de la clasificación de las plantas
conforme a unos criterios muy rigurosos que básicamente fueron establecidos por
Linneo. Ello lleva a distinguir entre la Vitis vinifera y otras vides distintas de
la V. vinifera, como la V. rupestris Lot., V. riparia Michx., V. berlandieri
Planch., etc.
Avanzaron muchos los estudios de botánica, pero no hasta al punto en que se pueda
hablar de una rama de la botánica que se ocupa de la vid, otra que se ocupa del
tomate, otra de la pera, etc. La botánica suele detenerse en los umbrales de los
llamados “cultivares”, consistentes en variedades que son ya de creación agrícola
del hombre. En el caso de la Vitis vinifera L. cabe distinguir hasta unas cinco mil
variedades. La ampelología se ocupa del estudio e identificación de esos
cultivares. Dibujar las vides, fotografiarlas, resaltando sus caracteres
taxonómicos definitorios, el dentado de las hojas, etc. es una actividad que puede
ser realizada y utilizada tanto por el botánico como por el ampelólogo. El
ampelólogo se interesa casi exclusivamente por el cultivo de la Vitis vinifera. Las
demás especies interesan sobre todo como portainjertos. No cabe separar el estudio
de las diversas variedades de Vitis vinifera de su cultivo, pues esas variedades
provienen de su manipulación agrícola.
Cuando los vikingos llegaron a la América continental denominaron a las tierras por
ellos descubiertas Vinland («tierra de vino»), ante la abundancia de vides que allí
encontraron. Pero ninguna era la Vitis vinifera L. Se intentó sin resultados
satisfactorios obtener vino de ellas. Los españoles llevaron ya desde comienzos del
XVI la Vitis vinifera a América, pero no tanto con la finalidad de lograr unos
vinos que pudiesen competir con los europeos, sino con la finalidad simplemente de
obtener vino para celebrar la misa. Esas clases o clase de viduño es llamada
“criolla” en Suramérica y “mission” —cepa de misión— en California. El interés por
los buenos vinos, en competencia con los europeos, se despierta en América a
comienzos del siglo XIX.
Cuando desde 1850 hasta 1870 la filoxera y otras enfermedades asolaron los viñedos
de Europa, se puso como remedio injertar las variedades existentes en pies de cepas
americanas, llamados portainjertos por ser usados como tales; y así se lograron
unas plantas más resistentes a la plaga. Las Islas Canarias y Chile se precian de
poseer viñedos a la antigua, que nunca fueron atacados por la filoxera y por ello
pueden cultivarse a pie franco, es decir, sin el acostumbrado portainjerto. También
reclaman ese privilegio algunos viñedos de Portugal y ciertos viduños jerezanos:
Palomino de Jerez, Palomino fino y Pedro Ximénez. Esa resistencia deriva de las
cepas que penetran muy profundamente en la tierra.
Con la finalidad de lograr vides que gozasen simultáneamente de las ventajas de las
vides europeas y americanas se produjeron algunos híbridos. Esos experimentos se
llevaron a cabo sobre todo en Francia. Tales nombres son conocidos por el nombre
del inventor, seguido de un número. Por ejemplo, Seibel 5455. Tales híbridos no han
tenido mucho éxito. Tanto los poderes públicos, que regulan minuciosamente los
portainjertos, como los cultivadores muestran desconfianza a ese respecto.
Según las cualidades del clima y terreno unos viduños son más aptos que otros para
producir vino o aguardiente. En general los más aptos suelen ser los tradicionales
en cada país. Al menos eso es lo que recomienda la Unión Europea. El Real Decreto
1195/85 de 5 de junio, con mucha legislación complementaria,24 reguló para España
las variedades de vid recomendando o autorizando su uso, en razón de las diversas
regiones españolas. Esta materia también fue regulada por el reglamento 418/86 de
la Comunidad Europea, que ya no está en vigor, pues tenía carácter transitorio. Las
denominaciones de origen de los vinos se basan no solo en el origen geográfico,
sino también en la variedad de las vides, de tal modo que a cada región se les
asignan unos viduños como más adecuados o incluso obligatorios. Desoír esos
consejos o preceptos en la Europa comunitaria está penalizado con no poder utilizar
comercialmente la denominación de origen, ni informar acerca de la clase de uvas
con que el vino está elaborado, además de dejar de percibir ayudas agrícolas. El
Real Decreto 1472/2000 de 4 de agosto en su anexo V proporciona por comunidades
autónomas la lista completa de variedades recomendadas y autorizadas. También
enumera las variedades recomendadas como portainjertos. En este caso no se da
cabida a otras simplemente autorizadas. Es decir, los portainjertos recomendados
son obligatorios.
Las uvas son el elemento esencial con el cual se elabora finalmente el vino. La uva
que produce el vino pertenece a la familia biológica conocida como vitaceae, que
son una clasificación de plantas con tendencia a trepar por las superficies fijas.
Esta familia posee once géneros diferentes, pero tan solo la Vitis es interesante
como fruta vitivinícola. Dentro del género Vitis existen 60 especies, pero tan solo
la vinífera es la que proporciona vino (de origen indoeuropeo).25 Entre las otras
sesenta especies de Vitis, también están, por ejemplo: la norteamericana
V.labrusca, la V. riparia, la V. aestivalis, la v. rotundifolia, etc. De todas
ellas, tan solo la Vitis vinífera es la que proporciona vino con un sabor aceptado
por la mayor parte de las culturas de la tierra.26
A veces las vides se someten a trabajos de injerto con el objeto de obtener nuevas
plantas más resistentes al ataque de plagas. Una de las más terribles acaeció a
mediados del siglo XIX, en 1863, cuando se transportaron variedades americanas a
Europa, lo que causó que se propagara la mosca áfida denominada Phylloxera
vastratix por todos los viñedos (las especies europeas no eran resistentes al
ataque de esta mosca).27 La Vitis vinífera es acosada por otras plagas que se
combaten de formas diferentes.
Regiones vitivinícolas
La producción vitivinícola está restringida a ciertas latitudes geográficas, por
regla general está asociada a isotermas climáticas anuales que poseen de media
temperaturas entre los 10º y 20.ª.1 Por regla general el cultivo de la vid se ha
asociado a los lugares que poseen ciertas similitudes con el clima mediterráneo. Se
puede dar igualmente en climas subtropicales con las técnicas correctas. A veces
microclimas locales permiten el cultivo de la vid en zonas tan dispares como las
Islas Canarias o Canadá.
En la Unión Europea la organización común del mercado vitivinícola tiene como norma
básica el Reglamento 1493/ 1999 de 17 de mayo, que ha sido parcialmente modificado
en muchas ocasiones, especialmente por el Reglamento 479/2008 de 29 de abril. En su
Anexo III estableció tres grandes zonas —A, B y C—, cada una de ellas con múltiples
subdivisiones. Esas zonas y subzonas son mucho más sutiles y matizadas que dividir
los países europeos en norteños y sureños, sino que una determinada zona o subzona
comprende parte Francia, parte de Alemania, parte de Hungría, etc. Esas
subdivisiones tienen gran minuciosidad. Vgr. “En Chipre, la zona vitícola C III a)
comprende las superficies plantadas de vid situadas en cotas que superen los 600 m
de altitud”. Lo propio hace del Anexo IX del Reglamento 479/2008 de 29 de abril que
retoca esas grandes o pequeñas zonas.
Fuera de Europa han surgido potentes productores de vino en África del Sur,
Australia y Nueva Zelanda. Se han basado en estudios serios, que han revolucionado
la viticultura, tanto por lo que se refiere a la recolección como a la disposición
de los viñedos. No se presentan como vinos geográficos sino como varietales.
Carecen de pagos con nombres rimbombantes. Esos vinos se han comenzado a imponer en
Inglaterra, que aunque produce vino blanco de buena calidad, no se autoabastece ni
mucho menos.
En América Latina sobresalen Argentina, Chile y Uruguay entre los países que
exportan vino a precios muy competitivos y de una alta calidad.31
Morfología
Primera zona - En el interior las semillas se encuentran rodeadas de una muy alta
concentración de azúcares (la mayor zona de concentración se encuentra rodeando las
semillas), en esta zona hay azúcares y ácido málico (a veces este ácido se
convierte en un azúcar mediante gluconeogénesis). Esta zona suele tener unas
ligeras tonalidades verdes.
Segunda zona - En la siguiente zona, concéntrica a la anterior, la concentración de
azúcares disminuye progresivamente y aumenta la presencia de ácido tartárico. El
segundo componente químico en la uva, tras los azúcares, es la presencia de estos
dos ácidos: a. málico y a. tartárico. Ambos ácidos juegan un papel importante en la
elaboración de los vinos y los vinicultores son los que deciden modificar la
presencia de cualquiera de ellos en el producto final.
Tercera zona - En ella se encuentran las sales minerales, principalmente potasio.
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