EL SENTIDO DE MI NARRACIÒN COMO ARQUITECTO.

Esta oportunidad de acortar cualquier distancia temporal para mí como arquitecto es infinita, pues
convierte a la Arquitectura en un relato que tiene en cuenta una carga histórica contextual, dejando
ver como plantea Paul Ricouer1 “la naturaleza de la Arquitectura comparándola con la
narratividad”, siendo “la Arquitectura para el espacio lo que el relato es para el tiempo” 2; espacio-
tiempo, arquitectura y narratividad, se cruzan cuando el acto de construir y narrar se materializan.

No se trata de hacer una analogía entre el tiempo narrado y el espacio construido como propone
Ricouer, sino una mimesis más cercana, más literal, de ese cruce entre “el espacio y el tiempo a
través de los actos de construir y narrar*.

Este proyecto se convierte entonces en un vehículo de dialogo para aproximarnos a la cultura,

retomando las configuraciones espaciales que tuvieron lugar en el pasado; con lo cual cobra sentido
<< hacer presente lo ausente>>, en este proyecto como producto de la experiencia o imaginario de
mi ser y mi formación como arquitecto, junto con lo << ausente que ha sido>> a través del estudio
de este con la memoria no palpable tanto del espacio como del lugar.

Este comportamiento narrativo, se configura en un acto mnemotécnico cuyas características están

inscritas en su función social, dado que ofrece la comunicación de una información hechas por
otros*. Siendo este proyecto lo que para Ricouer correspondería a la fase de prefiguración hecha por
el arquitecto; viniendo después la configuración (como su realización en un espacio determinado
del territorio) y posteriormente su refiguracion (su uso social) siendo estas dos últimas la disolución
del relato en la vida real.

La responsabilidad del profesional en Arquitectura (arquitecto) de predecir algo que quizás no ha de

vivir o de construirse lo compromete a un estudio profundo del espacio y el lugar en el que va a
intervenir, para así garantizar una mejor inserción de su obra en el contexto. Un contexto que no
solo le pertenece al presente, sino que ha de respetar y dignificar el pasado para las generaciones
venideras.

EL ESPACIO EDUCATIVO

El espacio escolar o educativo tiene una gran importancia, en la medida que el desarrollo del
aprendizaje humano se basa en la interacción del individuo con el ambiente que le rodea. Sin
embargo, las dificultades o las pocas posibilidades de cambio que el espacio permite, lleva al
profesorado a aceptar la configuración del espacio como algo inalterable o de muy difícil
transformación. Si la reflexión sobre la práctica es uno de los elementos claves del desarrollo de la
profesionalidad docente, ésta debe analizar también la influencia del espacio en la actividad
educativa para ver cómo los elementos que están a nuestro alcance, condicionan los mecanismos de

1
Ricouer, P. Arquitectura y Narratividad, en Arquitectonics, Mind, Land & Society (Arquitectura y Hermenéutica), No 4, Barcelona, Ed.
UPC, 2002:10

2
aprendizaje. Pero pueden ser modificados en alguna medida, pues el modo en que se configura el
espacio educativo responde a una determinada concepción de la enseñanza y la realidad es que el
espacio puede condicionar los procesos de aprendizaje y determinadas concreciones del espacio
educativo tienen como consecuencia el trabajo rutinario dirigido a un grupo de alumnos.

El arte de la distribución del espacio escolar o educativo ha sido considerado, a lo largo de la

historia, un procedimiento de la tecnopolítica disciplinaria de las organizaciones modernas. En toda
planificación taylorista del espacio educativo subyace una estrategia de política social que controla
los movimientos y las costumbres. La "especialización" disciplinaria es una característica que forma
parte de la arquitectura escolar y se observa tanto en la separación de las aulas en grados, sexos,
características de los alumnos, como en la disposición regular de los pupitres, hechos que facilitan
la rutinización didáctica de las tareas y una cierta economía del tiempo académico (Escolano, 2000).
Esta especialización hace que la escuela sea un efectivo "contenedor de poder" y, como
consecuencia, podemos entender, que en nuestro Sistema Educativo, los diseños arquitectónicos
hayan respondido siempre a planteamientos concretos de la Política y Administración Educativa.