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INAH SEP
DIVISIÓN DE POSGRADOS
POSGRADO EN ANTROPOLOGÍA FÍSICA
ENAH
TESIS
QUE COMO PARTE DE LOS REQUISITOS
PARA OBTENER EL GRADO DE
MAESTRA EN ANTROPOLOGÍA FÍSICA
P R E S E N T A
MILENA MARCELA SALAZAR CAMACHO
DIRECTORA DE TESIS:
DRA. LOURDES MÁRQUEZ MORFÍN
Esta tesis corresponde a los estudios realizados con una beca de excelencia
A la Dra. Margarita Meza (Asesora), por las observaciones efectuadas a este trabajo.
A la Dra. Patricia Hernández y a la Dra. Juana Trejos, por la revisión del documento y
análisis osteológico, así como por el asesoramiento y los consejos brindados durante
él. A las asistentes, Adriana Zamora y Daniela Somohano, por la ayuda ofrecida
Al Jefe del Posgrado en Antropología Física, Dr. Héctor Martínez, por su apoyo
análisis osteológico. De forma muy especial, deseo agradecer a las compañeras Laura
deseos.
A los colegas, M.Sc. Yahaira Núñez y M.Sc. Gerardo Alarcón, por la ayuda,
5
5.2. ANÁLISIS OSTEOLÓGICO ........................................................................................ 84
5.2.1. ESTIMACIÓN DEL SEXO .................................................................................... 84
5.2.2. ESTIMACIÓN DE LA EDAD................................................................................. 87
5.2.3. ESTIMACIÓN DE LA ESTATURA ....................................................................... 89
5.2.4. IDENTIFICACIÓN DE INDICADORES DE ESTRÉS ............................................ 89
5.3. ANÁLISIS DEL CONTEXTO FUNERARIO ................................................................. 94
5.4. ANÁLISIS DE LA DISTRIBUCIÓN DE INDICADORES DE ESTRÉS SEGÚN LAS
DESIGUALDADES SOCIALES ......................................................................................... 98
CAPÍTULO VI: RESULTADOS Y DISCUSIÓN.................................................................... 100
6.1. ANALÍSIS OSTEOLÓGICO ...................................................................................... 100
6.1.1. DISTRIBUCIÓN POR SEXO Y EDAD A LA MUERTE ....................................... 100
6.1.2. ESTIMACIÓN DE LA ESTATURA ..................................................................... 103
6.1.3. IDENTIFICACIÓN DE INDICADORES DE ESTRÉS .......................................... 104
6.1.4. LESIONES PARTICULARES ............................................................................. 158
6.1.5. MODIFICACIONES CULTURALES ................................................................... 163
6.2. ANÁLISIS DE CONTEXTOS FUNERARIOS ............................................................ 165
6.2.1. TIPO Y UBICACIÓN DE LOS ENTIERROS ....................................................... 165
6.2.2. ARTEFACTOS OFRENDADOS ......................................................................... 166
6.3. DESIGUALDAD SOCIAL E INDICADORES DE ESTRÉS ........................................ 182
CAPÍTULO VII: CONSIDERACIONES FINALES ................................................................ 186
7.1. SOBRE LAS CONDICIONES DE SALUD Y NUTRICIÓN ........................................ 186
7.2. SOBRE LAS DESIGUALDADES SOCIALES Y LAS CONDICIONES DE SALUD .... 191
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................... 196
ANEXOS............................................................................................................................. 225
ANEXO 1. FORMULARIO ESQUELÉTICO DE SUBADULTO......................................... 225
ANEXO 1 (continuación). FORMULARIO ESQUELÉTICO DE SUBADULTO. ................ 226
ANEXO 2. FORMULARIO ESQUELÉTICO DE ADULTO. ............................................... 227
ANEXO 2 (continuación). FORMULARIO ESQUELÉTICO DE ADULTO. ........................ 228
ANEXO 3. CÉDULA DE SALUD Y NUTRICIÓN. ............................................................. 229
6
ÍNDICE DE CUADROS
Pág.
Cuadro 1. Síntesis de estudios bioarqueológicos realizados en Colima del
2000 al 2010 38
Cuadro 2. Distribución de los entierros analizados según la temporada de
campo y el contexto arqueológico. 83
Cuadro 3. Ecuaciones de regresión propuesta por Genovés (1967). 89
Cuadro 4. Codificación de indicadores de estrés. 92
Cuadro 5. Distribución por sexo y edad de los 21 individuos con información
contextual. 95
Cuadro 6. Distribución por sexo y edad de la serie de estudio. 102
Cuadro 7. Estimación de la estatura a un individuo femenino adulto (Ent. 2,
U.E.3). 104
Cuadro 8. Comparación de estaturas reportadas en tres sitios arqueológicos
de Colima. 104
Cuadro 9. Distribución absoluta de la frecuencia de caries según el sexo y la
edad de los 25 individuos, cuyas piezas dentales fueron examinadas. 106
Cuadro 10. Distribución absoluta de la frecuencia de abscesos según el
sexo y la edad de los 17 individuos, cuyos alveolos fueron examinados. 110
Cuadro 11. Distribución de abscesos y caries según el sexo y la edad de los
nueve individuos. 112
Cuadro 12. Distribución absoluta de la frecuencia de periodontitis según el
sexo y la edad de los 11 individuos, cuyos huesos alveolares fueron
examinados. 114
Cuadro 13. Distribución de periodontitis, desgaste y cálculos según el sexo y
la edad de los individuos. 115
Cuadro 14. Distribución absoluta de la frecuencia de pérdidas antemortem
según el sexo y la edad de los 12 individuos, cuyos huesos alveolares fueron
examinados. 117
Cuadro 15. Distribución de pérdidas antemortem, caries y periodontitis según
el sexo y la edad de los individuos. 118
Cuadro 16. Distribución absoluta de la frecuencia de cálculos según el sexo y
la edad de los 25 individuos, cuyas piezas dentales fueron examinadas. 119
Cuadro 17. Distribución absoluta de la frecuencia de hipoplasia del esmalte
según el sexo y la edad de los 20 individuos, cuyos caninos e incisivos
fueron examinados. 123
Cuadro 18. Distribución de hipoplasia del esmalte, periostosis y criba orbitaria
según la edad y el sexo de los individuos. 124
7
Cuadro 19. Distribución absoluta de la frecuencia de hipercementosis según
el sexo y la edad de los 25 individuos, cuyas piezas dentales fueron
examinadas. 127
Cuadro 20. Distribución de hipercementosis, caries, abscesos, hipoplasia del
esmalte, periodontitis y desgaste. 128
Cuadro 21. Distribución absoluta de los grados de desgaste según el sexo de
los 25 individuos, cuyas piezas dentales fueron examinadas. 131
Cuadro 22. Distribución absoluta de los grados de desgaste según la edad de
los 25 individuos, cuyas piezas dentales fueron examinadas. 131
Cuadro 23. Distribución absoluta de la frecuencia de exostosis auditiva según
el sexo y la edad de los 13 individuos, cuyos canales auditivos fueron
examinados. 136
Cuadro 24. Distribución absoluta de la frecuencia de reacciones periostales
según el sexo y la edad de los 15 individuos, cuyos huesos largos fueron
examinados. 139
Cuadro 25. Distribución absoluta de la frecuencia de reacciones periostales
en tibia según el sexo y la edad de los 15 individuos. 140
Cuadro 26. Distribución absoluta de la frecuencia de reacciones periostales
sistémicas según el sexo y la edad de los 15 individuos. 141
Cuadro 27. Distribución absoluta de la frecuencia de periostosis, hipoplasia
del esmalte y criba orbitaria según la edad y el sexo de los individuos. 141
Cuadro 28. Distribución de osteofitos en las articulaciones de los tres
individuos, según su sexo y edad. 150
Cuadro 29. Distribución de cambios en las entesis según la edad y el sexo de
los 17 individuos. 155
Cuadro 30. Distribución absoluta de las marcas de robustez en cada hueso
largo según el sexo de los 17 individuos. 155
Cuadro 31. Distribución absoluta de modificaciones culturales según el sexo
y la edad de los cinco individuos. 163
Cuadro 32. Distribución absoluta de la cantidad de artefactos ofrendados a
individuos femeninos subadultos y adultos. 167
Cuadro 33. Distribución absoluta de la cantidad de artefactos ofrendados a
individuos adultos de sexo no identificado. 168
Cuadro 34. Distribución absoluta de la cantidad de artefactos ofrendados
individuos masculinos adultos. 168
Cuadro 35. Distribución absoluta de los artefactos cerámicos, líticos y de
fauna ofrendados a individuos femeninos adultos y subadultos. 171
Cuadro 36. Distribución absoluta de los artefactos cerámicos y líticos
ofrendados a individuos adultos de sexo no identificado. 172
8
Cuadro 37. Distribución absoluta de los artefactos cerámicos ofrendados a
individuos adultos masculinos. 172
Cuadro 38. Distribución absoluta de la calidad de los artefactos ofrendados a
individuos femeninos adultos y subadultos. 177
Cuadro 39. Distribución absoluta de la calidad de los artefactos ofrendados a
individuos adultos de sexo no identificado. 177
Cuadro 40. Distribución absoluta de la calidad de los artefactos ofrendados a
individuos masculinos adultos. 178
9
ÍNDICE DE FIGURAS
Pág.
Figura 1. División municipal del estado de Colima 23
Figura 2. Etapas de construcción del proyecto urbanístico 24
Figura 3. Distribución porcentual de la frecuencia de huellas de estrés
óseo y patologías en cada sitio arqueológico. 40
Figura 4. Distribución porcentual en cada sitio arqueológico de la
frecuencia de desgaste y patologías dentales. 41
Figura 5. Cronología y secuencia cutural propuesta para Collima 52
Figura 6. Dibujo de planta de la unidad habitacional y ubicación de los
entierros 1 y 2 54
Figura 7. Dibujo de planta y de perfil del entierro 7 precedido por
agrupamientos de rocas 56
Figura 8. Entierro 7 con alineamiento de rocas al lado oeste del individuo 58
Figura 9. Modelo integrativo biocultural 65
Figura 10. Modelo biocultural de estrés utilizado en poblaciones
esqueléticas 67
Figura 11. Variables nominales vinculadas con la persona social. 73
Figura 12. Primer molar superior izquierdo (Femenino de 7 ± 2 años. Ent.1,
U.E.3). 107
Figura 13. Primer molar inferior izquierdo (Adulto masculino. Ent.6, U.E.3). 108
Figura 14. Primer molar inferior derecho (Adulto femenino. Ent.9, U.E.3 108
Figura 15. Absceso en segundo molar inferior derecho (Femenino de 7 ± 2
años. Ent.1, U.E.3). 111
Figura 16. Absceso en primer molar inferior derecho (Adulto masculino.
Ent.6, U.E.3). 111
Figura 17. Reabsorción alveolar en el segundo premolar y primer molar
inferior derecho (Masculino de 30-35 años. Ent. 9b, U.E.3). 114
Figura 18. Reabsorción alveolar en el canino y premolares superiores
derechos (Adulto femenino. Ent.5, U.E.3). 115
Figura 19. Pérdida antemortem de piezas dentales inferiores (Adulto
masculino. Ent.9, U.E.7). 117
Figura 20. Cálculos subgingivales en las raíces de los incisivos inferiores
derechos (Adulto femenino. Ent.5, U.E.7). 120
Figura 21. Cálculos supragingivales en molares inferiores izquierdos
(Femenino de 5 + 1,5 años. Ent. 8, U.E.3). F 121
Figura 22. Hipoplasia en caninos superiores (Individuo de 20-24 años sexo
no identificado. Ent.4, U.E.7). 123
Figura 23. Hipoplasia en canino inferior izquierdo (Adulto femenino. Ent.3,
U.E.3). 124
10
Figura 24. Hipercementosis en piezas dentales inferiores (Adulto
femenino. Ent.7, U.E.3). 127
Figura 25. Hipercementosis en piezas dentales inferiores (Adulto
femenino. Ent.9, U.E.7). 128
Figura 26. Desgaste ligero en dientes superiores (Femenino de 7 ± 2 años.
Ent.8, U.E.3). 132
Figura 27. Desgaste moderado en dientes superiores (Femenino de 38-43
años. Ent.10, U.E.3). 132
Figura 28. Desgaste severo en dientes superiores (Adulto femenino. Ent.2,
U.E.2). 133
Figura 29. Exostosis auditiva en ambos oídos (Adulto masculino. Ent.4,
U.E.3). 136
Figura 30. Exostosis auditiva en oído derecho (Femenino de 38-43 años.
Ent.10, U.E.3). 137
Figura 31. Reacción periostal inactiva en tibia derecha (Femenino de 5
±1,5 años. Ent.8, U.E.3). 140
Figura 32. Reacción periostal inactiva en (a.) tibia derecha y (b.) fémur
derecho. (Femenino de 30-40 años. Ent.5, U.E.3). 142
Figura 33. Criba orbitaria en (a.) lado derecho y (b.) izquierdo (Subadulto
de 9 meses ± 3 meses. Elemento 9, U.E.3). 146
Figura 34. Criba orbitaria en la orbitaria izquierda (Femenino de 24-30
años. Ent.9a, U.E.3). 147
Figura 35. Tercera costilla izquierda con osteofitos en la carilla articular
(Femenino de 35-39 años. Ent.2, U.E.3). 150
Figura 36. Ostefitos en los cuerpos de la (a.) sexta vértebra cervical, (b.)
octava vértebra torácica y (c.) quinta vértebra lumbar (Femenino de 35-39
años. Ent.2, U.E.3). 151
Figura 37. Osteofitos en el margen interno del acetábulo izquierdo
(Femenino de 35-39 años. Ent.2, U.E.3). 152
Figura 38. Marca de robustez en húmero izquierdo (Femenino de 30-40
años. Ent.5, U.E.3). 156
Figura 39. Marca de robustez en el fémur derecho (Masculino de 30-35
años. Ent.9b, U.E.3). 156
Figura 40. Proyecciones de hueso el borde de la cara anterosuperior de la
rótula derecha (Femenino 35-39 años. Ent.2, U.E.3). 157
Figura 41. Espolón en calcáneo izquierdo (Femenino 35-39 años. Ent.2,
U.E.3). 157
Figura 42. Lesión suprainiana (Adulto femenino. Ent.9, U.E.7). 159
Figura 43. Cigomático izquierdo con porosidad y una pequeña formación
de hueso con apariencia redondeada (Adulto masculino. Ent.4, U.E.3). 161
11
Figura 44. (a.) Acortamiento del cuarto metacarpo y (b.) comparación con
el tamaño del segundo, tercero y quinto metacarpo (Femenino de 38-43
años. Ent.10, U.E.2). 162
Figura 45. Deformación craneal tipo tabular erecta plano lámbdico
(Femenino de 7 ± 2 años. Ent. 1, U.E.2). 164
Figura 46. Deformación craneal tipo tabular erecta plano lámbdico
(Femenino de 35-39 años. Ent. 2, U.E.2). 164
Figura 47. Mutilación dental en incisivos superiores (Adulto de sexo
indeterminado. Ent. 11, U.E.7) 165
Figura 48. Vasija de silueta compuesta (Ent.3, U.E.7, adaptado de Olay y
López 2008). 169
Figura 49. Metate apodo y mano de moler (Ent.7, U.E.3, adaptado de Olay
y López 2008). 170
Figura 50. Fragmento de hueso de fauna (Ent.2, U.E.2). 170
Figura 51. Vasija globular con decoración sencilla de banda roja sobre el
borde (Ent.7, U.E.3, adaptado de Olay y López 2008). 174
Figura 52. Cajetes con decoraciones complejas en pintura: (a.) caracoles y
(b.) espirales (Ent.9, U.E.7, adaptado de Olay y López 2008). 174
Figura 53. Vasija con representaciones de agave. Tipo cerámico Colima rojo
sobre crema (Ent.8, U.E.3, adaptado de Olay y López 2008: Figura 184-
185). 175
Figura 54. Cajetes con diseños esgrafiados: (a.) líneas horizontales,
punteados y xonecuillis y (b.) grecas (Ent.3, U.E.7, adaptado de Olay y
López 2008). 175
Figura 55. Figurillas estilo Mazapa (U.E.2, adaptado de Olay y López: Figura
301). 177
Figura 56. Vasija con ahumado en la base (Ent.4, U.E.7, adaptado de Olay
y López 2008). 179
Figura 57. Fragmentos cerámicos con hollín (Ent. 10*, U.E.3). 180
Figura 58. Molcajetes (Ent.5, U.E.7 adaptado de Olay y López 2008: Figura
65). 180
Figura 59. Cajetes “encontrados” con ahumado (Ent.5, U.E.3, adaptado de
Olay y López 2008). 182
Figura 60. Influencia de factores ambientales y socioculturales en las
condiciones de salud y nutrición de los individuos estudiados. 186
Figura 61. Distribución absoluta de los indicadores de estrés con base en el
total de individuos (n=29). 188
12
INTRODUCCIÓN
biológica más cercana de estas poblaciones está representada por los restos óseos
humanos. Por medio de las series esqueléticas y de sus contextos funerarios, se han
movilidad, la dieta, las prácticas funerarias, la organización social, entre otros. Muchas
de las investigaciones se han interesado por el tema de las condiciones de salud que
estudiaron los contextos funerarios para determinar desigualdades sociales entre los
13
variedad, la procedencia y la calidad de los artefactos. Posteriormente, se evaluó la
establecidas.
principalmente por patologías dentales, como las caries, los abscesos y la pérdida de
agricultura y los cambios en la alimentación que esta provocó. Por otro lado, el estudio
de los contextos funerarios permitió proponer dos rangos sociales entre los individuos
inhumados: uno bajo y otro alto. Debido al limitado estado de conservación que
esta situación, fue posible observar que, de manera general, las patologías dentales y
fuentes hídricas.
14
Colima, principalmente. Asimismo, se realiza una síntesis sobre los aspectos
encontrados en él.
contextos funerarios.
edad y la estatura de los individuos, así como los indiciadores de estrés seleccionados
para identificar las lesiones óseas y dentales. Además, se establecen las categorías
sociocultural del sitio arqueológico y los datos biológicos de los individuos analizados.
15
CAPÍTULO I: DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
El periodo Clásico Tardío se extiende desde el 650/800 hasta el 900/1000 d.C. Durante
pues entre los años 650 y 750 d.C., Teotihuacan, la destacada metrópoli del Clásico,
pierde el poder político y económico que había tenido durante cinco siglos. El colapso
ruptura de las tradiciones culturales propias del periodo Clásico. Por consiguiente, para
cultural, una inestabilidad política y una revisión de las doctrinas religiosas (López y
2014:186). Así, cerca del 600 d.C., finaliza una manifestación cultural de considerable
originalidad, como fue la utilización y la construcción de tumbas de tiro. Entre los años
los sitios, como sucedió con el sitio de estudio, Los Limones. En este se identificó una
posible área habitacional, compuesta por varios alineamientos de piedra, así como
cuales son asociados a la fase Armería (600-1000 d.C.) (Olay y López 2008:24-103).
16
Entre los años 750 y 1100 d.C., en el valle de Colima se presentó una
proliferación de aldeas agrícolas y el sitio Los Limones pudo haber sido una de ellas
alimentación; las cuales afectaron las condiciones de vida y salud de las poblaciones
la caza y a la recolección (Márquez et al. 2002; Márquez 2006a; Storey et al. 2002).
Por consiguiente, considerando que los individuos recuperados en el sitio Los Limones
Con respecto a la distribución por sexo y edad, ¿cuál fue el perfil biológico de
17
1.2. JUSTIFICACIÓN
medio del registro arqueológico. Así, a partir de los restos óseos es posible estudiar la
2009:8). Por consiguiente, el contexto dentro del cual fueron hallados los restos óseos
es tan importante como los huesos mismos, ya que la información que brinda el
contexto debe ser integrada para producir una interpretación que vaya más allá de la
los datos reportados sobre ellos constituyen tan sólo un anexo básico y descriptivo del
serie esquelética con aquellos que comprenden el contexto funerario, para realizar
ocasiones, esta carencia de análisis es producto del interés especial que los
cerámicos y líticos, dejando de lado los restos óseos humanos. En este sentido,
Jácome y Flores (2011:4) indican que para junio del 2011, en el Centro INAH de Colima
1
En el informe sólo se adjunta el análisis de los individuos hallados en la segunda temporada de campo,
el cual fue realizado por el antropólogo físico Juan José Zaldívar Guerrero. No obstante, en la presente
investigación se estudia el total de individuos recuperados en ambas temporadas de campo.
18
se habían registrado aproximadamente 87 colecciones osteológicas de diferentes
presente investigación fue contribuir con información sobre las condiciones generales
humanos.
1.3. OBJETIVOS
los entierros de la fase Armería (600-1000 d.C.) del sitio arqueológico Los Limones,
19
Analizar la distribución de los indicadores de estrés con base en el sexo y la
funerarios.
Al considerar que los individuos de estudio formaban parte de una sociedad agrícola,
este modo de subsistencia. Por lo tanto, entre los problemas de salud que aquejaron
a los individuos se esperaba encontrar una alta incidencia de caries (Larsen 1984),
que se asociara con una dieta basada en productos agrícolas ricos en carbohidratos.
recursos de agua dulce, pues el municipio de Villa de Álvarez, donde se ubica el sitio
Los Limones, cuenta con varios ríos, entre ellos el Armería y el Colima, así como con
Municipal 2016). Por consiguiente, era factible identificar lesiones relacionadas con
actividades acuáticas, como la exostosis auditiva (Kennedy 1986; Kroon et al. 2002;
20
hipotéticos para identificar las diferencias sociales entre los individuos. El primero
correspondía a los individuos con menor prestigio o rango social bajo, que usualmente
simples. El otro escenario hacía referencia a los individuos con un rango social alto,
depositar una mayor cantidad de objetos con decoraciones más elaboradas 2, incluso
2
En el apartado sobre los enterramientos de la fase Armería (600-1000 d.C.) del Capítulo III, se explica
con mayor detalle las diferencias y características de los enterramientos simples y complejos.
21
CAPÍTULO II: EL VALLE DE COLIMA Y EL SITIO ARQUEOLÓGICO
LOS LIMONES
El valle de Colima se ubica en la pendiente norte-sur que conforma la falda sureña del
irregular y flora y fauna que corresponden a bosques fríos y secos, así como al trópico
húmedo y seco. Según las investigaciones arqueológicas, se considera que este valle
ha sido un lugar propicio para el desarrollo de la vida humana, pues las barrancas y
surcadas por corrientes de agua que no son permanentes en todos los casos, pero sí
cuentan con escurrimientos y manantiales que proveen de este líquido durante todo el
22
recuperados en la primera y en la segunda etapas3 (Figura 2). En cuanto a sus límites,
el sitio colinda al norte con el fraccionamiento Puertas de Rolón y con la carretera que
con el fraccionamiento Las Flores y al noroeste con el predio Las Higueras (Olay y
López 2008:4)4.
3
Las etapas de trabajo se planearon llevar a cabo entre los años 2007 y 2012, abarcando cada una de
ellas fracciones de un poco más de 6 ha. No obstante, Olay y López (2008:4) mencionan que en el
informe técnico sólo se presentan los datos y resultados de los rescates arqueológicos realizados en
las fracciones 1 y 2, correspondientes con la primera y segunda etapas de construcción.
4
En el informe técnico no se indica el límite sur del predio Los Limones.
23
Figura 2. Etapas de construcción del proyecto urbanístico (Olay y López 2008: Figura
5).
se sitúa sobre el margen izquierdo del arroyo Los Limones, del cual ha tomado su
nombre. Su área pertenece al plano inclinado que constituye la parte baja del valle de
Colima, en la cercanía del cauce del río Armería. Este terreno forma parte de las
mejores tierras agrícolas del suroeste del valle. Durante siglos, estos suelos fueron
receptores de los escurrimientos anuales de agua que venían desde las zonas altas
localizadas sobre las faldas del volcán de Fuego. A la vez, estos deslizamientos
24
depositaron una importante cantidad de sedimentos que generaron un suelo rico en
del terreno) así como el constante registro de vestigios culturales en zonas cercanas
afluentes son los ríos Picachos, Comala y San Antonio. Además, se encuentran
lagunas como La Grande, Pastores, las Cuatas y el Pozo, y algunos arroyos como el
Tecomala, El Seco, Del Diablo, entre otros (Instituto Nacional para el Federalismo y
abejas, avispas, truchas, langostinos, tilapias, ranas, sapos, torturas, entre muchos
25
CAPÍTULO III: ANTECEDENTES DE INVESTIGACIÓN
funerarios hallados.
PREHISPÁNICAS
(Goodman et al. 1984; Goodman y Martin 2002) para estudiar las condiciones de salud
26
de poblaciones pretéritas, por medio del registro de los indicadores de estrés y su
clasificatorio, para orientar las investigaciones hacia un análisis social del ser humano.
Así, se dejaron de lado las investigaciones descriptivas sobre las características físicas
Márquez (2006b), han sido aplicados desde 1996 en diferentes investigaciones para
(Bernal 2001; González y Huicochea 1996; Meza 2001; Molina 1999; Morales 2011).
nutrición de los individuos de un grupo social (Favila 2004; Gómez 1999; Huicochea y
Márquez 2006; Márquez y González 2006; Márquez y Hernández 2006a; Murillo 2001).
27
3.1.1. POBLACIONES PREHISPÁNICAS COSTERAS
dulce. Es probable que los antiguos habitantes de Colima obtuvieran estos recursos
de la costa pacífica del estado, así como de las lagunas y ríos cercanos al sitio Los
Limones. Por lo tanto, en esta sección se recopilan algunas investigaciones sobre las
se cuenta con valiosa información sobre las condiciones generales de vida y salud que
hacen referencia a su medio ambiente y a su dieta. Jaina es una isla artificial ubicada
esencialmente de los recursos que su entorno físico les proveía. Dicha dependencia
estado de Quintana Roo, Márquez et al. (1982) registran una alimentación rica en
28
generales de salud, pero notaron problemas nutricionales relacionados con la correcta
no fueron tan severos, pues permitieron que los individuos alcanzaran edades adultas.
los altos porcentajes de caries y abscesos. Por consiguiente, se deduce que las
29
mujeres y se relacionaron con enfermedades de origen anémico5. A los individuos
femeninos se les estimó una estatura entre 150, 33 cm y 151, 17 cm, mientras que a
los hombres se les calculó una estatura entre 161, 72 cm y 162,03 cm, siendo estas
tallas más altas en comparación con otras poblaciones de la cuenca de México y del
área maya para el periodo Clásico. De esta manera, tanto las afecciones anémicas
como las enfermedades infecciosas, junto con la estatura máxima calculada, reflejan
humanos recuperados en dos sitios arqueológicos: San Juan y Chac Balam. Los
análisis indican que los mayas de Ambergris gozaron de buena salud y de una dieta
caries y abscesos, así como en la escasa atrición en los molares. Por el contrario, los
mayas que vivían tierra adentro tenían una dieta basada fundamentalmente en
población. La autora estudió una serie osteológica pequeña formada por 36 individuos
5
Actualmente, se señala que tanto la criba orbitaria como la espongio hiperostosis son lesiones
causadas por una gran variedad de factores, entre ellos la anemia megaloblástica. Dichos factores serán
abordados con mayor detalle en el Capítulo IV.
30
procedentes de contextos ceremoniales y habitacionales, los cuales están fechados
entre el periodo Formativo y el Posclásico (600 a.C.-900 d.C.). Los habitantes de esta
del medio ambiente, así como de los malos hábitos de higiene y del consumo de agua
contaminada. Estos individuos tuvieron una dieta rica y variada que incluyó el consumo
las huellas de actividad presentes en los huesos hacen referencia a las diversas
labores practicadas tanto por hombres, mujeres e infantes, entre ellas: la elaboración
con diferentes economías y temporalidades. Tlatilco era una de las aldeas del periodo
Formativo Medio (1400-900 a.C.), localizada en las laderas del río de Los Remedios,
31
en el valle del río Hondo, cuyos habitantes tenían un modo de vida basado en la
horticultura. El asentamiento presentaba una gran riqueza natural, de manera que los
pobladores aprovecharon tanto los recursos del lago Texcoco como los de la tierra,
obteniendo así una dieta balanceada. Por su parte, Cuicuilco representó el primer
centro ceremonial del periodo Formativo Tardío (600-150 a.C.), ubicado en el extremo
sur del Altiplano Central, en una zona con abundantes recursos naturales y tierras
aptas para el cultivo. Fue un cacicazgo complejo con estratificación social marcada y
De esta manera, se observó que los tlatilquenses tuvieron una estatura mayor, lo cual
potencial genético y alcanzar una estatura óptima. No obstante, tanto los hombres
como las mujeres de este sitio presentaron altos índices de exostosis auditiva,
padecimiento que se vincula con el buceo en agua fría. En los pobladores de Cuicuilco
se registró una mayor incidencia de caries, las cuales se relacionan con una dieta rica
hiperostosis porótica y criba orbitaria, que podrían corresponder con el cambio a una
Por su parte, Cohen y Armelagos (1984) han señalado que los cambios en las
uno basado en la agricultura. Siguiendo este planteamiento, Larsen (1984) lleva a cabo
aumento de reacciones periostales y caries dentales. Este grupo también presenta una
33
disminución en la frecuencia de las enfermedades degenerativas en las articulaciones,
como resultado de una menor demanda funcional del esqueleto postcranial, así como
relaciona con la agricultura del maíz, ya que este producto tiene un alto contenido de
mayor medida a las mujeres, lo cual demuestra diferencias entre ambos sexos en
cuanto a la dieta y a los roles. Se cree que las mujeres desempeñaron tareas
propone que las mujeres al realizar más actividades dentro de las aldeas, estuvieron
a.C. y el 1940 d.C., también sugieren que la salud muestra un deterioro paralelo al
34
los factores que influyen en el quebranto de la salud varían entre culturas y ambientes.
prehistóricas se tiene que los grupos que vivían en tierras altas tenían una mejor salud
que aquellos que vivían en la costa. No obstante, los factores que causan una salud
frágil entre los grupos agrícolas de la costa difieren. En la costa norte, las poblaciones
poseían una mayor estatura, una buena salud dental y no mostraban evidencias de
anemia, pero sufrían un mayor grado de enfermedades infecciosas. Mientras tanto, las
se pueden relacionar con una importante dependencia del cultivo del maíz. Sin
lo cual se puede vincular con el ambiente semiárido en el que vivían. Por consiguiente,
los autores apuntan que los factores climáticos podrían jugar un papel más significativo
asentamiento.
esta investigación son destacables, pues ninguno de los marcadores osteológicos que
mostró tal tendencia cuando la ocupación temprana y tardía fue comparada. Los
35
momentos específicos del periodo precerámico, algunos grupos dependieron
Las líneas de hipoplasia en el esmalte muestran una incidencia muy similar entre
durante el periodo en que surgió la cerámica, lo cual indica que los individuos del
Rose 2002).
La antropóloga física Rosa María Flores (2011:2) reporta que para el año 2010 se
realizadas en Colima. Un año más tarde, el Centro INAH Colima contaba con 84
colecciones osteológicas, de las cuales 35 han sido analizadas y sólo 15 de ellas tienen
un informe antropofísico.
presencia de huellas de estrés en los restos óseos, como, por ejemplo, hiperostosis
6Gran parte de la información fue compilada de los informes de análisis antropofísico y las colecciones
osteológicas se encuentran resguardas en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, la Dirección
de Salvamento Arqueológico y en el Centro INAH Colima (Flores 2011:3).
36
osteomielitis y yaws. También indica la presencia de patologías dentales como caries,
estimaciones sobre la estatura7 de los individuos, entre ellas 152 cm para individuos
femeninos del sitio Cajita de Agua, y 156, 66 cm para mujeres y 156,10 cm para
hombres del sitio Gasolinera Kiosko. Estos datos se presentan con mayor detalle en
el Cuadro 1.
7 En el balance realizado por Flores (2011), no se indica cuál fue la metodología empleada para estimar
las estaturas, solo se reportan los resultados obtenidos.
37
Cuadro 1. Síntesis de estudios bioarqueológicos realizados en Colima del 2000 al 2010.
38
Hacienda Bertha Flores 2009 Hiperostosis porótica, Sarro, caries, Taurodontismo, Deformación
Santa Bárbara osteoartritis, periostosis y desgaste e hipoplasia perlas de esmalte, craneal tabular
osteomielitis del esmalte anodontia, agujero erecta y pigmentos
parietal y en dientes.
supraorbitario y
huesos wornianos
Real Bertha Flores 2009 Hiperostosis porótica, Caries, desgaste, Sin dato Sin dato
Hacienda periostosis y osteomielitis periodontitis e
hipoplasia del esmalte
El Manchon- Bertha Flores 2009 Hiperostosis porótica y criba Caries, desgaste, Anodontina, perlas Deformación
La Albarradita orbitaria periodontitis, pérdida de esmalte, craneal tabular
antemortem e taurodontismo y erecta y oblicua.
hipoplasia del esmalte apertura septal en
húmero
Las Rosas Bertha Flores 2009 Hiperostosis porótica, criba Caries, desgaste, Sin dato Deformación
orbitaria, periodontitisy pérdida craneal tabular
espóndiloartropatía, antemortem erecta
osteofitos, periostosis,
traumatismos y miosistis
El Volantín Bertha Flores 2009 Hiperostosis porótica, Caries, sarro, Perlas de esmalte Deformación
osteoartritis, periostosis y desgaste, hipoplasia y anisodontia craneal tabular
osteomielitis del esmalte, erecta y limado
periodontitis y pérdida dental
antemortem
Gasolinera Rosa Flores 2009 Hiperostosis porótica, criba Sarro, caries, Sin dato Deformación
Kiosko orbitaria, periostosis, periodontitis y craneal tabular
osteomielitis, traumatismos, abscesos erecta
Yaws artritis reumatoide,
osteartritis, paquimeningitis,
exostosis auditiva, osteoma
y entesopatías
El Haya II Rosa Flores 2009 Traumatismos, osteoporosis Sarro, caries, Sin dato Deformación
y exostosis auditiva abscesos y desgaste craneal tabular
erecta y limado
dental
Cementerio Rosa Flores 2010 Hiperostosis porótica, criba Sarro, desgaste e Sin dato Sin dato
Municipal orbitaria, periostosis, hipoplasia del esmalte
osteomielitis, entesopatías,
meningioma y traumatismos
39
Se observa que la mayoría de las huellas óseas de estrés encontradas en los
87,5%
90%
75,0%
80%
70% 62,5%
60% 50,0%
50% 37,5%
40% 31,2%
30% 18,7%
12,5% 12,5% 12,5%
20%
6,2% 6,2% 6,2% 6,2% 6,2% 6,2% 6,2% 6,2%
10%
0%
40
Con respecto a las patologías dentales, las caries, el sarro y la hipoplasia del
esmalte fueron las más frecuentes, mientras que la periodontitis, las pérdidas
presentó una alta frecuencia y se puede deber al uso de los dientes como
100% 93,7%
90% 81,2%
80% 75,0%
70% 62,5%
56,2%
60%
50% 43,7%
40%
30% 18,7%
20%
10%
0%
9 Al igual que en la Figura 3, los porcentajes (cálculos propios) representan la frecuencia de las
patologías dentales y el desgaste de las piezas con base en el total de los sitios arqueológicos (n=16).
41
En el año 2008, se desarrolló un estudio sobre la variabilidad morfológica dental
dentales: rotación de los incisivos, forma de pala, doble pala, cúspide 5, hipocono,
de diferencia, pero la diferencia global fue menor entre estos grupos que en otras
manera, las poblaciones más tempranas son las más diferenciadas, mientras que en
etapas posteriores al periodo Clásico las diferencias genéticas entre estas dos áreas
42
alimenticios según sexo y edad. Así, se observó que las mujeres presentaron altos
comparación con los hombres. Los individuos entre los 0 y los 2 años tuvieron niveles
más altos de Nitrógeno y Carbono que los demás individuos estudiados, lo cual se
relaciona con la alimentación materna que reciben los infantes durante ese periodo.
identificaron varias patologías óseas y dentales, entre ellas: caries, sarro, desgaste
individuo llevó a cabo actividades físicas que implican esfuerzo, pues se reportaron
desgaste en las carillas articulares de las vértebras derechas. Además, entre las
Alcántara 2012).
43
entre los 40 y los 50 años, caracterizado porque tenía una punta de proyectil sobre las
costillas del lado derecho. Entre las patologías y huellas de estrés óseo se le
craneal del tipo tabular erecta. El análisis del contexto funerario reveló que este
individuo fue colocado como punto central y estaba rodeado por otros seis individuos
(A9, A10, A12, A14, A15 y A16). Estos últimos eran de ambos sexos y tenían edades
entre los 40 y los 50 años. Presentaron patologías e indicadores de estrés óseo como
dentro del grupo social, ya que contaba con un objeto especial dentro de sus ofrendas
presentaron deformación craneal tipo tabular erecta. Los autores concluyeron con
44
base en las patologías y huellas de estrés óseo que estos individuos tuvieron
la realización del análisis y, por lo tanto, sólo fue posible evaluar su salud dental. Entre
las patologías dentales, Hernández (2012) identificó cálculos, desgaste, hipoplasia del
mutilación dental. El autor menciona que los antiguos pobladores de la costa de Colima
máximo los recursos que tenían a su disposición. No obstante, el hecho de que las
caries presentaran una mayor frecuencia en las poblaciones tardías, hace suponer que
comparación con las poblaciones tempranas. Además, se plantea que los individuos
arqueológicos Los Triángulos, Los Aguacates, Peralta, Villa Álvarez, El Cortijo II,
45
Tapatía V y Real de Centenario. La cronología de estos sitios abarca desde el periodo
Preclásico hasta el Posclásico, pero con una mayor prevalencia del periodo Clásico.
Como criterio de selección para el análisis, los autores incluyeron sólo individuos
adultos que tuvieran mínimo dos piezas totales. En total, se estudiaron 64 individuos
identificó tanto en individuos masculinos como femeninos y tuvo una mayor incidencia
en las piezas dentales del maxilar. Además, se presentó junto con otras patologías
En algunos casos, dicha información se puede consultar por medio de los informes
escenarios los datos no pasan de formar parte de los apuntes personales del
oficial. En los informes técnicos disponibles, los datos sobre el análisis osteológico
suelen ser bastante escuetos e incluso pueden representar sólo un anexo del
el momento en que se desarrolló este proyecto final de graduación. Por las razones
46
3.2. ASPECTOS GENERALES DE LA ARQUEOLOGÍA EN LA REGIÓN DE
OCCIDENTE
de Mesoamérica10. Desde una visión muy centralista del pasado, el Occidente ha sido
definido a partir de sus carencias o por sus diferencias con respecto al centro del país
áreas, hizo de Occidente una región marginal, ya que los investigadores estaban
El Occidente es una de las áreas culturales más grandes en las que fue dividida
10El término Mesoamérica fue definido en 1943 por Paul Kirchoff (citado en Olay 1997:3), con base en
datos lingüísticos, etnográficos y arqueológicos. Este concepto presenta una serie de inconvenientes.
A pesar de ellos, es empleado como una táctica para organizar la gran complejidad de las poblaciones
antiguas de México (Almendros y González 2009:137-138).
47
Con la intención de explicar el peculiar desarrollo de la región, Otto Schöndube
(1973) propuso una secuencia cultural para Occidente, la cual consta de dos etapas
etapa IA (2400-1500 a.C.) y IB (500 a.C.-600 d.C.). A la vez, la Etapa II (600 d.C.-
conquista española) fue dividida en IIA (600-900/1000 d.C.) y IIB (900/1000 d.C. a la
conquista).
e incluso pudo ser bastante escasa. Otro rasgo que destaca en esta etapa es el patrón
funerario de tumbas de tiro, el cual se desarrolló entre el inicio de nuestra era y el 500
para acceder a la o las recámaras donde se depositaban los individuos junto con sus
ofrendas. Por otro lado, esta etapa también se caracteriza por una supuesta ausencia
2009:138).
los periodos Formativo y Clásico. A partir del año 600 d.C. comienza el periodo
Tula. Estos acontecimientos corresponden con la Etapa II, en la cual se observa que
Occidente se mesoamericaniza. Así, durante este periodo se rompe con las tradiciones
48
organización social más complejas (Almendros y González 2009:138-139; Hernández
La secuencia cultural de Colima, propuesta en 1980 por Isabel Kelly, está basada
Esta secuencia inicia aproximadamente en el año 1500 a.C. con la fase Capacha 11 y
de Tumbas de Tiro, la cual alcanza su desarrollo en la fase Comala, entre los años
143).
colocaban en una sola cámara pequeña. Existe evidencia de que en esta fase hubo
sitios planificados, tales como pequeñas plazas y montículos de poca altura. Además,
11La cronología de esta primera fase genera ciertas incertidumbres, pues su fechamiento se obtuvo
con base en una sola muestra de carbón (Almendros y González 2009:142).
49
2004: 286-287; Olay et al. 2013:135). Por lo tanto, las principales particularidades de
monumental, áreas habitacionales complejas y un tipo cerámico con engobe rojo sobre
secuencia es muy similar a la propuesta por Kelly (1980); sin embargo, una de las
generó porque la diferencia entre las fases Chanal y Periquillo se basaba únicamente
50
Periquillo, pero posteriormente también se encontraron en contextos de la fase Chanal
(2014:114) señalan que casi todas las fases se traslapan con la anterior, pues aún no
ha finalizado una fase cuando está iniciando otra. Por ahora, no se han podido precisar
fase a otra. Además, las únicas que parecen no tener continuidad en la secuencia son
Formativo hasta el Postclásico (Murillo y Macín 2007:250). Así, bajo este contexto e
Villacruz S.A., se llevó a cabo el rescate arqueológico en el sitio Los Limones durante
dos temporadas de campo (Olay y López 2008:1,14). Los hallazgos realizados en cada
51
Figura 5. Cronología y secuencia cutural propuesta para Collima (adaptada de Cuevas y Platas 2011).
52
3.3.1. PRIMERA ETAPA
Los trabajos de campo de esta primera etapa se llevaron a cabo entre julio y setiembre
Armería y Chanal (600-1500 d.C.), consistía en que los individuos fueran enterrados
costillas y vértebras. El individuo del entierro 2 se halló al sur del mismo alineamiento,
que posiblemente fue amortajado con un petate (Figura 6). Ambos entierros
presentaron una buena cantidad de materiales cerámicos, entre los que destacan
2008:30,33).
Ent. 1
Ent. 2
distribuidos en la capa II y la capa III. Esta última fue la que presentó el mayor número
de entierros15. Esta zona funeraria se ubicó en el extremo norte del arroyo Los
rocas pequeñas denominados “marcadores” (ver Figura 7), los cuales son
sobre un lecho arenoso de color gris, en los espacios que había entre las grandes
Con respecto a los objetos asociados, estos fueron colocados sobre el cráneo
o el tronco del individuo. Gran parte de ellos eran vasijas cerámicas de tipo doméstico
y sólo en pocos casos se ofrendaron artefactos líticos. Por lo general, los objetos
cerámicos se adscriben a la fase Armería (600-1000 d.C.), pero cabe destacar que
algunos parecen pertenecer a una etapa de transición entre las fases Comala (0-500
d.C.) y Colima (400-600 d.C.), como fue el caso del entierro 8 y del entierro 3,
15 Para esta primera etapa de trabajo de campo, el informe no indica la profundidad de cada capa de
excavación. Asimismo, se menciona que, durante esta temporada, los datos de excavación con respecto
a la numeración de entierros y ofrendas asociados, no se registraron de manera correcta.
16 En el informe no se indica sí el individuo fue colocado hacia el lado derecho o izquierdo, a excepción
del entierro 4, en el cual se menciona que el individuo se encontraba en posición flexionada lateral
izquierda.
55
ubicación no queda clara17, pone en evidencia la utilización de los espacios de
17 En el informe se menciona que las vasijas de la ofrenda 2 se localizaron en la capa II de la cala norte
de la unidad de exploración 7. No obstante, en el mapa de ubicación de los pozos y calas no se observa
la cala norte ni la unidad de exploración 7 (Olay y López 2008:23,60).
56
3.3.2. SEGUNDA ETAPA
del 2007. Se identificaron dos lomas de 2.5 m de altura con materiales culturales, las
Debido al poco tiempo con el que se contaba para llevar a cabo los trabajos, se optó
por excavar sólo la loma situada al suroeste del predio, denominada como unidad de
72).
loma ameritó la delimitación de la unidad de exploración 3 (U.E.3). Entre las capas III
y IV18 se registró un total de 12 entierros de la fase Armería (600-1000 d.C.), los cuales
18La capa III presentó un espesor entre los 50 y 60 cm. En cuanto a la capa IV, esta registró un espesor
de 70 cm aproximadamente (Olay y López 2008:80,83).
57
ocasiones se depositaron artefactos líticos. El material cerámico pertenece a la fase
Armería (600-1000 d.C.), a excepción del objeto ofrendado en el entierro 4 que posee
reportó un canal de desagüe pluvial, el cual pudo ser utilizado para redireccionar las
corrientes de agua y formar sistemas de riego, ya que el área está irrigada por
cultural propuesta para Colima (Kelly 1980; Cuevas y Platas 2011:22), lo cual sugiere
una ocupación progresiva desde el año 1500 a.C. hasta el 1500 d.C. De los
a.C.), Ortices (500 a.C.-100 d.C.) y Comala (0-500 d.C.) se tienen algunas evidencias
materiales. Sin embargo, la mayoría de la cerámica pertenece a las fases Colima (400-
600 d.C.) y Armería (600-1000 d.C.), y con menor frecuencia se hallaron evidencias
de la fase Chanal (1000-1500 d.C.) (Olay y López 2008:215). Por lo tanto, con base
en los datos anteriores, se podría proponer que el sitio Los Limones alcanzó su mayor
ocupación durante las fases Colima (400-600 d.C.) y Armería (600-1000 d.C.).
anterior: Colima. Con base en un fechamiento de carbono, la autora ubica esta fase
en el 690 d.C. y dentro de los límites temporales del periodo Clásico Mesoamericano.
No obstante, la autora considera que la fase Armería pudo abarcar periodos más
59
La cerámica Armería presenta una pasta bastante fina. Puede tener un baño
total o parcial de color crema o naranja e incluso delicados diseños de color negro.
florero es otra forma particular y se trata de un plato abierto en la parte superior, con
una base alta como de pedestal. Técnicamente, muchos floreros eran utilizados como
molcajetes, pues sus fondos eran ásperos y con cortes estriados. Por otra parte, en
abundante, similar a la reportada en otros sitios del periodo Clásico final y Epiclásico,
ubicados en el Bajío (Olay et al. 2013:135). Por otra parte, Kelly (1980:10) señala que
durante esta etapa se dio una relación con otras regiones de Mesoamérica. Este
centro de Mesoamérica.
19En esta sección se mencionan las características que presenta la cerámica de la fase Armería (600-
1100 d.C.), puesto que como parte del análisis del contexto funerario, se toman en cuenta las
decoraciones, tamaño y forma de los artefactos cerámicos ofrendados para determinar diferencias
sociales entre los individuos inhumados.
60
3.4.1.1. Enterramientos de la fase Armería
como las formas de enterramiento, fueron muy variadas. Algunos individuos eran
correspondían con el tamaño del fallecido. Los individuos también podrían ser situados
adobes, algunas veces tapadas con lajas. Estos contextos funerarios han sido
de Colima y Villa de Álvarez. Con base en estos trabajos, el arqueólogo Saúl Alcántara
planteó que el patrón de enterramiento de esta fase constaba de seis tipos distintos
61
5. Extendido sobre el tepetate
constructivas, Olay (2012: II: 59) ha distinguido dos tipos de entierros para esta fase:
los complejos y los sencillos. Los entierros complejos incluyen marcadores, los cuales
flexionada con ofrendas colocadas a un lado del cuerpo. También pueden presentar
dos o tres niveles de deposición de elementos, pues una vez que el individuo era
cubierto con tierra, se continuaban colocando ofrendas. Por otra parte, en los
flexionada, pero están enterrados con marcadores poco elaborados. Además, sólo
Para el caso del sitio Los Limones, los contextos funerarios registrados en él
los individuos puede ser directa o indirecta. El marcador directo es aquel que se
encuentra a un lado del individuo o sobre él. Mientras que el marcador indirecto fue
colocado en capas anteriores, pero mantiene una alineación vertical con el individuo
(López 2011:116-117).
62
CAPÍTULO IV. REFERENTES TEÓRICOS
contextos funerarios.
1998:5-6).
de analizar. Además, las divisiones que se han dado entre el enfoque biológico y
sociocultural pueden generar un puente que conecte la parte social con la biológica,
63
en lugar de separarlas, y así alcanzar una mejor compresión de los individuos y sus
biológica y ambiental (Figura 9). De esta manera, los estudios bioculturales permiten
analizar la conexión entre los factores biológicos y culturales que afectan el bienestar
Zvelebil 1991:6).
dar respuestas a preguntas sobre las condiciones generales de salud de los individuos
estudiados, por medio del análisis de características específicas que presentan los
huesos y las piezas dentales. El organismo humano y sus restos óseos son entendidos
64
Figura 9. Modelo integrativo biocultural (adaptado de McElroy 1990: Figura 1).
en restos óseos y piezas dentales. Este modelo adopta la teoría de estrés planteada
por Hans Seyle (1950, 1957, 1973 citado en Bush 1991:12). Según Seyle, el estrés es
Según este modelo, una situación de estrés está determinada por tres factores
recursos básicos para la subsistencia, como agua y alimentos, pero al mismo tiempo
provee agresores que pueden afectar las condiciones de salud de la población, como
es el caso de los climas extremos, los parásitos y los depredadores (Goodman y Martin
2002:16).
interviene en la forma en que los individuos aprovechan los recursos naturales. Por lo
2002:17).
66
Restricciones Sistema Resistencia del Perturbación Impacto del
ambientales cultural individuo fisiológica estrés en la
(estrés) población
Estresores Estresores Disminución en
inducidos Indicadores la salud
Recursos culturalmente esqueléticos
limitados de estrés Disminución
en la
Alteración en capacidad de
el crecimiento trabajo
Enfermedad
Muerte Disminución
en la
capacidad
reproductiva
Alteración
socio-cultural
Cuando los agresores no son mitigados por el sistema cultural, estos afectan a
los individuos. Por lo tanto, la adaptación depende del nivel de resistencia del individuo
(Goodman y Martin 2002:17), ya que tanto la salud como la enfermedad son productos
presiones selectivas impuestas por el entorno social y natural (Bush y Zvelebil 1991:6).
67
2013: 11-12). Mientras que algunos estresores no dejan ninguna evidencia de una
respuesta por parte del tejido óseo, muchos estresores sí dejan marca o huellas en
ciertas partes del esqueleto. De tal manera, es posible identificar en huesos y dientes
evidencias de que hubo un esfuerzo por adaptarse, pero no es posible identificar cuál
impacto de la muerte entre los miembros de las sociedades. Este enfoque produjo un
cambio drástico en los paradigmas que habían tratado esta temática, ya que hasta ese
datos mortuorios (Chapman y Randsborg 1981:2). Una práctica funeraria no sólo hace
referencia al proceso por medio del cual se le brinda un lugar a un difunto, sino que
prácticas mortuorias constituyen un ritual de paso que ofrece información sobre las
68
En la mayoría de casos etnográficos conocidos, una cultura o sociedad no se
caracteriza por un sólo tipo de enterramiento. Por el contrario, una sociedad podría
distinciones también se observan en los diferentes lugares elegidos para llevar a cabo
del cuerpo; la ubicación del entierro, y la cantidad y la calidad de los objetos asociados
comunidad determinada.
20 Monumento construido en memoria de una o varias personas, cuyos restos fueron depositados en
otro lugar.
69
Para realizar inferencias sociales a partir de los datos mortuorios, en esta
(Tainter 1978:106), entendido como un aspecto propio del individuo, que marca la
distribuyen con respecto a los demás (Goodenough 1965:3). Una persona posee cierto
estudiante, esposo, madre, hijo, etc.; por lo tanto, los derechos y las obligaciones que
puede obtener una gran cantidad de información sobre las identidades sociales de
identidades adecuadas para relacionarse con otro individuo. Para cualquier identidad
asumida por un individuo, hay un número limitado de identidades posibles que el otro
obligaciones que tienen las personas con él, de acuerdo con sus relaciones de
social del fallecido, constituida por el conjunto de identidades sociales que tuvo el
individuo mientras vivía, las cuales son consideras para ser honradas cuando muere
organizacionales de una sociedad. Por ejemplo, en una sociedad igualitaria, los niños
tienen pocas identidades sociales, mientras que los ancianos poseen muchas. Sin
embargo, sí un infante es enterrado de manera tal que evidencia una persona social
más significativa que la que presentan algunos adultos, es probable que se esté
indicando un principio de rango social por nacimiento (Saxe 1970:7-8). Los principales
amplia unidad social. Por otro lado, el segundo elemento es la composición y el tamaño
de la unidad social, que reconoce las responsabilidades de estatus para con el difunto,
usualmente, varían a partir del número de relaciones de obligación que existen entre
71
el fallecido y los miembros de la comunidad. Con base en este argumento, se propone
que en sociedades igualitarias los individuos muy jóvenes poseen un rango bajo y, por
(Binford 1971:21).
otras tres categorías, las cuales son explicadas con mayor detalle en la Figura 11.
72
• Preparación del cuerpo: aseo y/o exhibición del
cuerpo antes de realizar los ritos funerarios.
• Tratamiento del cuerpo: momificación, mutilación o
1. Tratamiento del cuerpo cremación.
• Colocación del cuerpo: ubicación del cadáver en
una tumba, andamio, río, entre otros.
Figura 11. Variables nominales vinculadas con la persona social. Elaboración propia.
recolectores había desigualdad social (Cashdan 1980; Collier y Rosaldo 1981 citados
era de suma importancia, pues distinguía al grupo dominante del resto de la población
que estaba determinada con base en un sistema social más complejo y estable,
dividido en estratos sociales o clases. De tal manera, durante los periodos Formativo
durante los últimos 5000 años aproximadamente. Se manifiesta por medio del acceso
desigualdad. Una variedad de condiciones humanas, como por ejemplo edad, género
74
empleados para organizar estos aspectos dentro de un todo coherente y funcional. Por
vinculados con distinciones sociales de dos tipos: horizontal (estatus) y vertical (rango).
75
De manera general, las diferencias de rango pueden ser expresadas por medio de
se pueden representar por medio de canales de valor “neutral”, como por ejemplo la
un medio para que los arqueólogos evalúen la interacción social a partir de los
estatus ostentan gran variabilidad. Las personas con estatus alto pueden ser
con una gran cantidad de ofrendas. En el caso de personas con estatus bajo,
76
1. Los principios de organización de la sociedad se reflejan por medio del grado
especiales pueden ser evidenciados con la relación espacial entre cado uno
dedicados a la regulación de bienes. Saxe (1970:119) plantea como hipótesis que los
grupos corporativos con derecho a controlar recursos limitados y cruciales, realizan los
Saxe comprueba dicho planteamiento puesto que, en las tres sociedades, los
Asimismo, los cementerios Moss y Schild, localizados en la parte baja del Valle del río
acceso a los recursos esenciales (Goldstein 1981:62). Por su parte, Binford (1971:22)
sugiere que los diversos grupos de pertenencia (clanes, linajes, etc.) que tiene una
sociedad, pueden contar con un lugar definido para enterrar o depositar a sus
77
4.2.1.2. División social vertical: rango social
La distinción social vertical, también conocida como rango social, hace referencia a las
sobre otros. (O'Shea 1981:41). En una organización social piramidal, el rango más alto
está integrado por pocos personajes, mientras que el rango más bajo está formado por
con menor frecuencia podría evidenciar los rangos más elevados, mientras que
rangos más bajos (Tainter 1973:6). De esta forma, se puede mencionar que no existe
(O'Shea 1981: 50). Al respecto, Tainter (1973:6, 1978:125) menciona que la cantidad
elaborado. Por el contrario, al morir un individuo de rango social bajo habría una
78
disminución en la participación colectiva y en la interrupción de actividades y, además,
personaje (Brown 1981:28). Por ejemplo, en el sitio Spiro, las ofrendas funerarias
de la distancia recorrida para trasladarlas hasta el sitio. De tal manera, los artefactos
social más elevado, mientras que aquellos materiales disponibles en lugares cercanos
al sitio ocupan el último puesto en valor (Brown 1971:101). Con base en estas
premisas, Brown (1981:29) infiere que en sociedades con una jerarquía mínima, las
distinciones son expresadas con poca riqueza y se basan en la edad, el sexo, las
desarrollarse las jerarquías dentro de una sociedad, los tratamientos mortuorios varían
79
CAPÍTULO V: ESTRATEGIA METODOLÓGICA
En esta investigación se plantearon tres objetivos específicos y cada uno de ellos fue
Se analizó una serie esquelética compuesta por 29 individuos recuperados durante las
existe una incongruencia entre los datos registrados en campo y los presentados en el
80
2008:34-35). Al efectuar el análisis de los individuos, se corroboró la existencia de 15
el mapa de planta de cada entierro y los huesos que presentaban los individuos, se
que se menciona en el informe. Con los entierros 8 y 8A sucedió algo similar, pues el
número 10. Uno de ellos sí corresponde con el individuo descrito en el informe, pero
el otro no es mencionado y tampoco coincide con otro entierro 21. Por consiguiente,
respetando el número con el cual fue registrado, este individuo fue denominado como
10*. En segundo lugar, los restos óseos de un individuo subadulto asociados al entierro
asignó un número de entierro, sino que fueron etiquetados como elemento 9. Sin
embargo, al examinar los restos se determinó que eran de un ser humano. Por otra
21 Esto se podría atribuir a un error en el registro del número y cantidad de los entierros, ya que ambos
individuos pertenecen a diferentes cuadros de excavación. Además, es necesario señalar que en el
informe arqueológico no se adjuntó el mapa planta de los entierros de la segunda temporada, pues en
su lugar se incluyó el mapa de la primera temporada.
81
parte, los individuos correspondientes a los entierros 11 y 12 no se encontraron dentro
se analizaron 13 individuos.
82
Cuadro 2. Distribución de los entierros analizados según la temporada de campo y el
contexto arqueológico.
83
5.2. ANÁLISIS OSTEOLÓGICO
esqueleto, en el cual se indicaron los huesos y las piezas dentales que cada individuo
En términos generales, los huesos del esqueleto femenino se caracterizan por ser más
pequeños y ligeros, mientras que los huesos masculinos son más grandes, robustos y
pesados. Sin embargo, se pueden encontrar variaciones en los individuos, puesto que
algunos hombres pueden ser pequeños y gráciles y algunas mujeres pueden ser
que existen entre individuos masculinos y femeninos. En los seres humanos, un cuerpo
Asimismo, a los hombres se les vincula con labores cotidianas que requieren un gran
estructuras óseas más grandes e inserciones musculares más marcadas que en las
acentuando hasta que llega a ser evidente en la adolescencia (entre los 16 y 18 años),
84
cuando los rasgos de diferenciación sexual en los restos óseos se vuelven más
La pelvis y el cráneo son considerados como las dos estructuras anatómicas más
que los otros huesos poseen niveles menores de variación sexual (Sanabria
2008:272).
La pelvis es la región del esqueleto que proporciona los rasgos más evidentes
se caracteriza por ser más robusta y pesada, mientras que la de la mujer es más ancha
y baja (Lagunas y Hernández 2002:34). Por lo tanto, se estimó el sexo de los individuos
85
pesado, tiene huellas de inserción muscular pronunciadas, apófisis mastoideas más
el cráneo de las mujeres es más pequeño y ligero, tiene inserciones musculares menos
Para la estimación del sexo en individuos menores a 15 años, se utilizaron los huesos
Asimismo, la curvatura del iliaco visto de perfil permitió estimar el sexo, pues el ilion
masculino presenta una forma de “S” itálica marcada, mientras que en las mujeres la
cresta iliaca posee una ondulación con forma de “S” más suave (Hernández y Peña
2010: 49,52).
tanto, una mandíbula infantil con mentón cuadrado y con protusión (proyectada hacia
86
También se usó el tamaño de las apófisis mastoides para estimar el sexo de los
mientras que en los niños es más fácil identificarla y presenta una ranura en la base
en individuos mayores de cuatro años fue posible evaluar dos criterios más: la eversión
del gonion y la forma del borde superior de las órbitas. Con respecto al primero, un
superior de las órbitas, a partir de los cuatro años se pueden percibir diferencias
sexuales en dicho borde. De tal manera, los individuos masculinos tienen un borde
desarrollo de las piezas dientes. Esta técnica es la más utilizada, pues los dientes son
formación y desarrollo de los dientes compilada por Ubelaker (1978:47), la cual cuenta
87
La medición de huesos craneales y postcraneales fue otro método aplicado para
petrosa del temporal haciendo uso de los estándares desarrollados por Fazekas y
longitud de la clavícula y se relacionaron con los rangos de edad propuestos por Black
y Scheuer (1996:427).
faceta del tubérculo de la primera costilla (DiGangi et al. 2002:171-175), así como el
22Teniendo presente que tanto el método de Passalacqua (2009) y el de İşcan et al. (1984,1985) son
aplicados principalmente en casos forenses, en esta investigación se emplearon de manera
complementaria con otros criterios para estimar la edad.
88
largos fueron los únicos elementos disponibles para establecer sí el individuo era
adulto o subadulto.
Mujeres
Fémur Tibia
Estatura= 2,59 × Fémur + 49,742 ± Estatura= 2,72 × Tibia + 63,781 ±
3,816 cm 3,513 cm
Hombre
Fémur Tibia
Estatura= 2,26 × Fémur + 66,379 Estatura = 1,96 × Tibia + 93,752 ±
±3,417 cm 2,812 cm
Elaboración propia.
densidad, el tamaño y la forma del hueso. Cada una de estas expresiones puede
presentarse como la única señal de una enfermedad, o puede combinarse con una o
89
En el caso de los dientes, estos representan las estructuras más mineralizadas
del cuerpo y en ocasiones son los únicos restos humanos que se conservan, ya que
información sobre la salud y la dieta de los individuos, las cuales están estrechamente
individuos sufrieron en vida y dejaron huellas en los restos óseos y piezas dentales,
fueron estudiados por medio de los indicadores de estrés propuestos por Goodman y
sobrevivencia.
2. Crecimiento subadulto.
7. Traumatismos.
salud de poblaciones antiguas con distintos modos y estilos de vida, al ser analizados
90
de manera integral desde un enfoque biocultural que contempla aspectos culturales,
Debido a que la serie de estudio está formada por pocos individuos que se encuentran
puesto que fueron recurrentes entre los individuos estudiados y también brindan
poblacional.
Cada una de estas patologías se registró en la cédula correspondiente (ver Anexo 3).
Para ello se utilizó la codificación numérica propuesta por Márquez y Jaén (1997:56),
4. Además, a los indicadores que no tenían un código, como fue el caso de los cálculos
91
Cuadro 4. Codificación de indicadores de estrés.
92
Indicador de estrés Codificación
demás huesos del 2= Reacción periostal escasa, incluye menos de ¼ de la tibia
esqueleto. 3= Reacción periostal moderada, incluye menos de la mitad de la
tibia
4= Reacción periostal severa, incluye más de la mitad de la tibia
Demás partes del esqueleto (sistémica):
0= No se presenta en otro hueso
1= Reacción periostal en otro hueso
2= Infección sistémica en cualquier hueso (incluida la tibia)
Enfermedades Hombro y codo:
degenerativas en las 0= No hay articulaciones
articulaciones 1= Articulaciones sin enfermedad degenerativa
2= Osteofitos iniciales o deterioro de la superficie de la
articulación
3= Formación mayor de osteofitos o destrucción de la superficie
de la articulación
4= Inmovilización de la articulación
5= Enfermedad degenerativa sistémica
Cadera y rodilla:
0= No hay articulaciones
1= Articulaciones sin enfermedad degenerativa
2= Osteofitos iniciales o deterioro de la superficie de la
articulación
3= Formación mayor de osteofitos o destrucción de la superficie
de la articulación
4= Inmovilización de la articulación
5= Enfermedad degenerativa sistémica
Vértebras cervicales:
0= No observable
1= No hay lesiones en al menos dos de las cervicales
observables
2= Formación inicial de osteofitos en los bordes del cuerpo de la
vértebra
3= Extensión de la formación de osteofitos en el cuerpo de la
vértebra
4= Dos o más vértebras fusionadas
Vértebras torácicas:
0= No observable
1= No hay lesiones en al menos cuatro de las torácicas
observables
2= Formación inicial de osteofitos en los bordes del cuerpo de la
vértebra
93
Indicador de estrés Codificación
3= Extensión de la formación de osteofitos en el cuerpo de la
vértebra
4= Dos o más vértebras fusionadas
Vértebras lumbares:
0= No observable
1= No hay lesiones en al menos dos de las lumbares observables
2= Formación inicial de osteofitos en los bordes del cuerpo de la
vértebra
3= Extensión de la formación de osteofitos en el cuerpo de la
vértebra
4= Dos o más vértebras fusionadas
Articulación temporomandibular:
0= No observable
1= No hay deterioro
2= Articulación con deterioro
Muñeca:
0= No observable
1= No hay enfermedad degenerativa
2= Presencia de enfermedad degenerativa
Huesos de la mano:
0= No observable
1= No hay enfermedad degenerativa
2= Presencia de enfermedad degenerativa
Elaboración propia, con base en la codificación planteada por Márquez y Jaén (1997:56),
Steckel et al. (2002:87-91) y Márquez (2006:50-51).
Del total de individuos analizados (n=29), solo se tuvo información del contexto
94
Cuadro 5. Distribución por sexo y edad de los 21 individuos con información
contextual.
sociales entre los individuos inhumados. Para esto, los datos mortuorios se clasificaron
con la intención de establecer conjuntos o patrones similares entre ellos, los cuales
De tal manera, se tomaron en cuenta las categorías y variables propuestas por Binford
95
(1971:21) y González (2012:90-95), eligiendo solo aquellas que se ajustaron a las
características del sitio y de los contextos funerarios de estudio, las cuales se detallan
a continuación:
a. Simples
b. Complejos
individuos depositados:
3. Artefactos ofrendados:
i. Cerámica
96
ii. Lítica
i. Regional
ii. Foráneo
decoraciones:
del mismo.
23 En esta investigación no se tuvo acceso a los objetos ofrendados, solo a las descripciones reportadas
en el informe de Olay y López (2008) y en la tesis de licenciatura de López (2011).
24 Una técnica decorativa hace referencia al procedimiento que se utilizó para elaborar un diseño
Por otra parte, la utilidad de los restos de fauna se determinó por medio
morfológicas.
DESIGUALDADES SOCIALES
Una vez establecidas las desigualdades sociales entre los 21 individuos que contaron
salud y nutrición con base en los indicadores de estrés que se seleccionaron. Para
98
de los individuos, con el fin de determinar la existencia de diferencias o similitudes con
99
CAPÍTULO VI: RESULTADOS Y DISCUSIÓN
los análisis efectuados. Primero se presentan los resultados del análisis osteológico
con respecto a la distribución por sexo y edad de la serie esquelética estudiada, los
obtenidos a partir del estudio de los contextos funerarios en cuanto al tipo y ubicación
artefactos ofrendados. Por último, se proponen las desigualdades sociales entre los
sociales.
la proporción igualitaria entre ambos sexos (un hombre por cada mujer) que propone
Weiss (1973) para 13 poblaciones pre-industriales. Por lo tanto, esta situación pudo
sectores sociales de la población que habitó el sitio Los Limones, entre los años
600-1000 d.C.
información.
años y el individuo más longevo podría haber tenido más de 40 años al morir. En
101
algunos casos, el estado de conservación de los restos óseos no permitió ubicar a los
edad fluctúa entre el 30% y el 40% (Livi-Bacci 2002 citado en Márquez y Hernández
con causas exógenas y se relaciona de manera directa con las condiciones y estilos
de vida. Por lo tanto, las principales causas de muerte durante estos meses son las
tal manera, la poca presencia de individuos menores de un año, así como de otros
son excavados.
2. Los huesos de estos individuos son mucho más frágiles que los de un adulto y
Del total de la serie esquelética, solo fue factible estimar la estatura de un individuo
femenino entre los 35 y 39 años. Para esto, se calculó la longitud máxima del fémur y
la tibia izquierda, empleando una tabla osteométrica. Luego de obtener dicha longitud,
se aplicaron las ecuaciones propuestas por Genovés (1967). Los resultados indicaron
que el individuo tuvo una estatura aproximada entre 152,82 cm y 154,63 cm (Cuadro
7). Además, se apreciaron coincidencias entre la estatura estimada para este individuo
103
y las estaturas reportadas para individuos de otros sitios arqueológicos de Colima,
Estatura
Sitio arqueológico
Femenino Masculino
Los Limones 152,82-154,63 cm Sin dato
Cajita de Agua 152 cm Sin dato
Gasolinera Kiosko 156, 66 cm 156,10 cm
Elaboración propia.
los individuos, tiene una fuerte predisposición a mostrar una mayor frecuencia en las
mujeres. Sin embargo, esta tendencia no indica que las mujeres tuvieron condiciones
de salud más desfavorables en comparación con los hombres, sino que más bien
se indicó anteriormente.
104
6.1.3.1. Caries
seres humanos desde casi el inicio de sus días, pero su localización ha variado en
las caries tendían a desarrollarse en la unión entre el esmalte y el cemento del diente.
(Waldron 2009:236).
principales bacterias que habitan en los dientes son Streptococcus y Lactobacillus, las
cuales están contenidas en una matriz orgánica denominada película biológica (placa
hasta alcanzar los niveles necesarios para desmineralizar los tejidos del diente
(Waldron 2009:237).
105
formar una cavidad. Las lesiones pueden variar, afectando tanto piezas deciduas como
descalcificación progresiva que genera esta lesión puede suceder en cualquier lugar
donde se acumule la placa. Usualmente ocurre en las fisuras de la corona de las piezas
Además, este padecimiento afectó tanto a mujeres como a hombres (Cuadro 9).
106
En algunos individuos, la caries llegó a lesionar el tejido pulpar, como se
severos, la caries destruyó los tejidos y solo quedaron restos de las raíces (Figura 13-
14).
Figura 12. Primer molar superior izquierdo (Femenino de 7 ± 2 años. Ent.1, U.E.3).
Fotografía propia.
Figura 14. Primer molar inferior derecho (Adulto femenino. Ent.9, U.E.3). Fotografía
propia.
dentales como las caries. Dichas cavidades son reconocidas porque la pared alveolar
anterior ha sido destruida, dejando expuesta una cavidad. Es usual que estas
108
cavidades sean descritas como abscesos, pero existen tres tipos de lesiones
periapicales: quistes, granulomas y abscesos. Todos son provocados por una infección
desplaza a lo largo del canal de la raíz y a través del foramen apical, donde se produce
un granuloma, el cual puede desarrollar una cavidad de paredes lisas que presenta un
diámetro menor a 3 mm. Por lo general, los granulomas se convierten en quistes, pero
estos son más grandes que los primeros (> 3 mm). Posteriormente, un absceso se
242).
6.1.3.2.1. Abscesos
Los abscesos son procesos infecciosos en la cámara pulpar que producen una
acumulación de pus en el ápice de la raíz, la cual invade los espacios dentro del hueso
(Ortner 2003:590).
109
En la serie de estudio, se analizaron los alveolos de 17 individuos. Nueve de
ellos (52,9%) presentaron abscesos. Los individuos más afectados fueron los adultos
femeninos (5/17). Los demás individuos afectados son tres masculinos adultos y un
individuos, los abscesos hayan sido ocasionados por caries, pues la mayoría de ellos
110
Figura 15. Absceso en segundo molar inferior derecho (Femenino de 7 ± 2 años.
Ent.1, U.E.3). Fotografía propia.
Figura 16. Absceso en primer molar inferior derecho (Adulto masculino. Ent.6,
U.E.3).Fotografía propia.
111
Cuadro 11. Distribución de abscesos y caries según el sexo y la edad de los nueve
individuos.
6.1.3.3. Periodontitis
involucrar tanto a los tejidos blandos como al mismo hueso (White y Folkens
2005:330). Son varios los factores implicados en el desarrollo de esta afección, entre
los que destacan la falta de higiene bucal, la irritación producida por los depósitos de
la infección que afecta al hueso alveolar y a los tejidos adyacentes. Se produce una
del proceso alveolar. Esto da paso a la exposición de la raíz del diente y, por
112
evidencia de inflamación, remodelación del hueso y porosidad (El-Najjar y McWilliams
caracteriza por la reducción horizontal de la altura del hueso alveolar. Mientras que la
pieza dental específica y produciendo defectos verticales entre la raíz del diente y el
sexos fueron los más afectados por este padecimiento, pero también se presentó en
dos subadultos femeninos (Cuadro 12 y Figuras 17-18). Cabe destacar que estos
individuos también estuvieron afectados por cálculos y desgate dental, por lo cual la
(Cuadro 13).
113
Cuadro 12. Distribución absoluta de la frecuencia de periodontitis según el sexo y la
edad de los 11 individuos, cuyos huesos alveolares fueron examinados.
114
Figura 18. Reabsorción alveolar en el canino y premolares superiores derechos
(Adulto femenino. Ent.5, U.E.3). Fotografía propia.
115
6.1.3.4. Pérdida antemortem
Las caries y la periodontitis son los principales factores que producen la pérdida de
dientes durante la vida (antemortem). La caída de las piezas antes del fallecimiento se
evidencia con la reabsorción total del hueso alveolar. Este proceso demuestra que
tanto el hueso como los tejidos periapicales tuvieron el tiempo suficiente para
cicatrizar. No obstante, cuando el alveolo está presente indica que la pieza dental se
En la serie esquelética del sitio Los Limones se analizaron los huesos alveolares
problema de salud bucal afectó a individuos adultos de ambos sexos, así como a un
individuo al cual no fue posible identificarle el sexo (Cuadro 14 y Figura 19). La mayoría
de ellos también presentó caries y con menor frecuencia periodontitis. Esta situación
(Cuadro 15).
116
Cuadro 14. Distribución absoluta de la frecuencia de pérdidas antemortem según el
sexo y la edad de los 12 individuos, cuyos huesos alveolares fueron examinados.
No
Femenino Masculino Total
Rango de edad identificado
N N N N
30-35 años 0/13 1/13 0/13 1/13
35-39 años 1/13 0/13 0/13 1/13
38-43 años 1/13 0/13 0/13 1/13
30-40 años 1/13 0/13 0/13 1/13
+ 40 años 1/13 0/13 0/13 1/13
Adultos 4/13 2/13 1/13 7/13
Total 8/13 3/14 1/13 12/13
Elaboración propia.
117
Cuadro 15. Distribución de pérdidas antemortem, caries y periodontitis según el sexo
y la edad de los individuos.
Nº Pérdida
U.E. Sexo Edad Caries Periodontitis
ent. antemortem
2 2 Femenino Adulto x x
2 7 No ident. Adulto x x
5 7 Femenino Adulto x x
9 7 Femenino Adulto x x x
2 3 Femenino 35-39 años x x
3 3 Femenino Adulto x x x
4 3 Masculino Adulto x x
5 3 Femenino 30-40 años x x x
6 3 Masculino Adulto x x x
7 3 Femenino + 40 años x x
9b 3 Masculino 30-35 años x x x
10 3 Femenino 38-43 años x x x
Abreviaturas: Nº ent.= número de entierro, U.E.= unidad de exploración, No ident.= no
identificado. Elaboración propia.
6.1.3.5. Cálculos
Los cálculos dentales están compuestos por una placa mineralizada, cuyo componente
los cálculos supragingivales. Estos pueden ser tan grandes que sobresalen de la encía
presentándose como una capa fina y menos evidente que cubre la superficie de las
118
raíces, las cuales quedan expuestas por encima del borde de las encías (Hillson 2008:
312).
Su presencia se vincula con una deficiente higiene bucal y tienden a desarrollarse con
proporciona al individuo una cierta protección contra las caries, pero puede ocasionar
119
Los cálculos de tipo supragingival fueron los más recurrentes, afectando a 10
de los individuos (40%). En los otros tres individuos (12%) se identificaron cálculos
subgingivales, demostrando que las raíces de los dientes estaban expuestas producto
(Figuras 20-21). De este modo, en ambos casos la presencia de cálculos pudo tener
Figura 20. Cálculos subgingivales en las raíces de los incisivos inferiores derechos
(Adulto femenino. Ent.5, U.E.7). Fotografía propia.
120
Figura 21. Cálculos supragingivales en molares inferiores izquierdos (Femenino de 5
+ 1,5 años. Ent. 8, U.E.3). Fotografía propia.
Entre las enfermedades dentales vinculadas con el desarrollo del ser humano, se
encuentran aquellas que dañan el esmalte del diente. Este último representa una parte
importante del tejido dental y es la estructura con mayor dureza que posee el cuerpo
1978:52).
121
Una afectación sistémica en cualquier momento del periodo de desarrollo dental
y duración del factor que perturba al diente (Mahmoud et al. 1978 citado en Fröhlich y
individuos adultos de ambos sexos, así como a individuos a los cuales no fue factible
estos ocho individuos, la formación de las líneas de hipoplasia fue provocada por una
122
Cuadro 17. Distribución absoluta de la frecuencia de hipoplasia del esmalte según el
sexo y la edad de los 20 individuos, cuyos caninos e incisivos fueron examinados.
No
Femenino Masculino Total
Rango de edad identificado
N N N N
7 ± 2 años 1/20 0/20 0/20 1/20
20-24 años 0/20 0/20 1/20 1/20
24-30 años 1/20 0/20 0/20 1/20
30-40 años 0/20 1/20 0/20 1/20
Adultos 1/20 1/20 2/20 4/20
Total 3/20 2/20 3/20 8/20
Elaboración propia.
123
Figura 23. Hipoplasia en canino inferior izquierdo (Adulto femenino. Ent.3, U.E.3).
Fotografía propia.
Cuadro 18. Distribución de hipoplasia del esmalte, periostosis y criba orbitaria según
la edad y el sexo de los individuos.
Hipoplasia
Criba
Nº ent. U.E. Sexo Edad del Periostosis
orbitaria
esmalte
4 7 No ident 20-24 años x x
11 7 No ident. Adulto x
12 7 No ident. Adulto x
1 3 Femenino 7 ± 2 años x
3 3 Femenino Adulto x
6 3 Masculino Adulto x x
9a 3 Femenino 24-30 años x x x
10* 3 Masculino 30-40 años x x
Abreviaturas: Nº ent.= número de entierro, U.E.= unidad de exploración, No ident.= no
identificado. Elaboración propia.
124
6.1.3.7. Hipercementosis
El cemento es un tejido mineralizado que cubre la raíz del diente con una capa
cemento, que da como resultado un gran aumento en el tamaño de las raíces dentales
engrosamiento anómalo del ápice, el cual toma una forma redondeada y puede llegar
2015:178).
factores locales incluyen estrés funcional debido a tensión ejercida durante la oclusión
En colecciones óseas, son pocas las referencias que se tienen sobre este
125
nutricional, los cuales fomentaron la reparación del cemento y generaron
hipercementosis.
analizados, a los cuales también se les identificó caries, cálculos y abscesos. La autora
señala que no es clara la asociación entre la hipercementosis con estas otras lesiones,
presentaron otros problemas de salud bucal, como caries, abscesos, hipoplasia del
126
hipercementosis se podría atribuir a problemas nutricionales, desgaste dental y
Ortega et al. (2013) y Negrete (2016), pero haciendo la salvedad de que en estos
128
6.1.3.8. Desgaste dental
duro. Por lo general, está asociado con el envejecimiento del individuo y representa un
(Langsjoen 1998:398).
medida, de la masticación y del tipo de alimentos que se ingieren; por ejemplo, los
alimentos fibrosos y poco procesados son más abrasivos que la comida hervida. Los
alimentos sólidos son más abrasivos que los líquidos, ya que requieren ser
desgaste, como lo son el ablandamiento del cuero, el hábito de fumar pipa y el limado
desgaste dental. Entre estos individuos se identificaron adultos de ambos sexos, así
(1971 citado en Chi 2011:155-156) sobre los grados de desgaste dental, en estos
en los subadultos. En estos dos individuos, las facetas de uso de los dientes
129
empezaban a marcarse, y el desgaste afectó, principalmente, las cúspides, pero la
dentina aún no se observaba (Figura 26). El desgaste moderado fue el más recurrente
(13/22), mostrando parches de dentina y hasta dentina secundaria (Figura 27). Por
para elaborar bienes materiales, entre ellos, cestas para almacenar diferentes
productos, así como cuerdas y redes para la pesca (Minozzi et al.2003; Waters-Rist et
al. 2010). La manufactura de estos últimos artículos tiene mucho sentido, pues la
130
Cuadro 21. Distribución absoluta de los grados de desgaste según el sexo de los 25
individuos, cuyas piezas dentales fueron examinadas.
Cuadro 22. Distribución absoluta de los grados de desgaste según la edad de los 25
individuos, cuyas piezas dentales fueron examinadas.
131
Figura 26. Desgaste ligero en dientes superiores (Femenino de 7 ± 2 años. Ent.8,
U.E.3). Fotografía propia.
parcial o total el extremo lateral del meato auditivo externo (Ortner 2003:516). Es el
tumor benigno más común del canal auditivo externo y, usualmente, se presenta de
manera bilateral, simétrica y por lo general es asintomático, pero puede causar una
esta patología puede mostrar otras complicaciones o molestias, entre ellas, otitis
133
La etiología de la exostosis auditiva se ha asociado con factores genéticos y
con la prevalencia de este padecimiento (Kroon et al. 2002:503). Por otra parte,
temperatura atmosférica y la presencia de vientos fríos, junto con la acción del agua
Asimismo, mencionan que la presencia de redes y anzuelos, como parte del registro
superficie, pero que, aun así, el canal auditivo pudo haber tenido contacto con el agua,
haber tenido una mayor propensión a padecer exostosis, debido a que constantemente
la formación de esta patología (Pezo et al. 2009:4). Además, con base en datos
agua fría y las altas frecuencias de exostosis auditiva (Kennedy 1986:412). Kroon et
al. (2002:504) reportan una alta presencia de exostosis entre surfistas y señalan que
134
el agua fría es la causa principal de esta enfermedad. En este sentido, los mismos
surfistas han sugerido que el efecto del viento en el oído húmedo podría ser una causa
acuáticas. Por consiguiente, una baja frecuencia de exostosis auditiva podría sugerir
que otros factores, además del agua, podrían influir en la causa de este padecimiento.
ambos canales auditivos, mientras que en los otros dos individuos masculinos sólo se
Los Limones, se propone que la exostosis auditiva estuvo relacionada con la humedad
del clima y con el contacto al agua propiciado por la práctica de actividades acuáticas,
135
las cuales quizás no requirieron inmersión. Además, la presencia de este padecimiento
no estuvo determinada por roles de género. Esta misma situación fue reportada por
exostosis auditiva.
Figura 29. Exostosis auditiva en ambos oídos (Adulto masculino. Ent.4, U.E.3).
Fotografía propia.
136
Figura 30. Exostosis auditiva en oído derecho (Femenino de 38-43 años. Ent.10,
U.E.3). Fotografía propia.
La formación periostal de hueso nuevo es una de las lesiones patologías más comunes
entre los restos óseos humanos de poblaciones antiguas. Esta reacción periostal
puede afectar cualquier hueso del esqueleto, pero en la mayoría de los casos se
137
Weston 2012: 493) propone utilizar el término “periostosis”, que significa hueso nuevo
producido por el periostio. Esta es una definición más precisa que no implica un
resultado de una infección no específica. Por consiguiente, queda implícito que una
puesto que el análisis de sólo unos huesos puede generar una interpretación errónea
individuos. Solo nueve de ellos (60%) presentaron este indicador de estrés. En todos
los casos observados, las reacciones periostales presentaron un grado ligero, pues
encontraban inactivas, es decir, estaban sanadas. Esta lesión es muy frecuente en las
2006a:185).
138
La mayoría de los individuos con periostosis fueron adultos de ambos sexos,
femenino (Cuadro 24). Tres de estos individuos tuvieron lesiones sólo en la tibia,
estos individuos también tuvieron hipoplasia del esmalte y a uno de ellos se le identificó
criba orbitaria (Cuadro 27). Por lo tanto, estos indicadores podrían ser síntomas de un
139
Cuadro 25. Distribución absoluta de la frecuencia de reacciones periostales en tibia
según el sexo y la edad de los 15 individuos.
Figura 31. Reacción periostal inactiva en tibia derecha (Femenino de 5 ±1,5 años.
Ent.8, U.E.3). Fotografía propia.
140
Cuadro 26. Distribución absoluta de la frecuencia de reacciones periostales
sistémicas según el sexo y la edad de los 15 individuos.
141
a.
b.
Figura 32. Reacción periostal inactiva en (a.) tibia derecha y (b.) fémur derecho.
(Femenino de 30-40 años. Ent.5, U.E.3). Fotografía propia.
142
6.1.3.11. Hiperostosis porótica y criba orbitaria
hueso frontal, los parietales y con menor frecuencia en el occipital, las cuales
circunscritas que presentan, a manera de tamiz, poros pequeños (0,5 mm) y grandes
(2,0 mm) en la superficie externa de los huesos craneales (Mann y Hunt 2005: 19;
el caso de la criba, los poros con apariencia de tamiz se localizan en el techo de las
prehistóricas han sido asociados con un conjunto de factores, entre ellos problemas
propone que ambas son consecuencia de un mismo problema sistémico (Walker et al.
2009:114-115).
143
Walker y colaboradores (2009:114,119) mencionan que una hipertrofia de la
Nuevo Mundo. Las principales causas de esta anemia son la deficiencia de vitamina
B12 (cobalamina) y B9 (ácido fólico). Este tipo de anemia puede ser adquirida por
de vitamina C.
como la criba orbitaria no son características de una enfermedad específica, sino que
(2014:177) plantea que la hiperostosis porótica debe ser interpretada como una lesión
anémico y con otros padecimientos, pues forma parte de un cuadro clínico más
complejo.
individuos que conservaron el cráneo. De estos últimos, solo dos estaban completos y
144
presente en dos individuos (15,4%): uno era un subadulto de 9 meses ± 3 meses que
tenía las orbitas incompletas y la criba se observó de manera bilateral (Figura 33). El
otro individuo era una mujer entre 24 y 30 años, cuyas órbitas estaban incompletas y
este indicador de estrés solo se identificó en el lado izquierdo (Figuras 34). Además,
este individuo también presentó hipoplasia del esmalte y reacciones periostales. Esta
huellas de este indicador. Por consiguiente, la baja frecuencia de criba orbitaria, así
tan frecuentes entre estos individuos y solo afectaron a los individuos más
vulnerables.
145
a.
b.
Figura 33. Criba orbitaria en (a.) lado derecho y (b.) izquierdo (Subadulto de 9 meses
± 3 meses. Elemento 9, U.E.3). Fotografía propia.
146
Figura 34. Criba orbitaria en la orbitaria izquierda (Femenino de 24-30 años. Ent.9a,
U.E.3). Fotografía propia.
lesiones por el contacto directo entre los huesos de las articulaciones sinoviales o
1. Pérdida del cartílago que cubre la parte final de las articulaciones sinoviales y
articulación.
causa de este padecimiento aún no se conoce con certeza, pero sí se han establecido
varios factores que influyen en su desarrollo, entre ellos, el sexo, la edad, la genética,
desconocen, podrían interactuar para dar paso a la cadena de eventos que dañan la
con más frecuencia (Ortner 2003:547). Las articulaciones más afectadas son la rodilla,
148
la cadera, las manos, la acromioclavicular y las facetas articulares de las vértebras.
desarrollar osteoartritis, como es el caso del codo y del tobillo, pues ambos raramente
bordes. Empero, cabe destacar que esta condición no debe ser determinada utilizando
En 10 individuos del sitio Los Limones, fue posible examinar las costillas, las
osteofitos en los márgenes de las articulaciones de tres individuos adultos (30%): dos
femeninos y uno al que no se le pudo identificar el sexo. Las carillas articulares de las
rodilla tuvieron una afectación menor (1/10). Solo una mujer presentó osteofitos en
todas las articulaciones mencionadas, por lo que la presencia de ellos se podría atribuir
149
Cuadro 28. Distribución de osteofitos en las articulaciones de los tres individuos,
según su sexo y edad.
Costilla x x
Vértebras cervicales x
Vértebras torácicas x x
Vértebras lumbares x x
Hombro-codo x
Cadera-rodilla x
Elaboración propia.
Figura 35. Tercera costilla izquierda con osteofitos en la carilla articular (Femenino de
35-39 años. Ent.2, U.E.3). Fotografía propia.
150
a. b.
c.
Figura 36. Ostefitos en los cuerpos de la (a.) sexta vértebra cervical, (b.) octava
vértebra torácica y (c.) quinta vértebra lumbar (Femenino de 35-39 años. Ent.2,
U.E.3). Fotografía propia.
151
Figura 37. Osteofitos en el margen interno del acetábulo izquierdo (Femenino de 35-
39 años. Ent.2, U.E.3). Fotografía propia.
Las entesis son las áreas donde los tendones, los ligamentos y las capsulas articulares
se sujetan al hueso. Existen dos tipos de entesis: las fibrocartilaginosas y las fibrosas.
largos, en los huesos cortos de las manos y de los pies y en varios ligamentos de las
vértebras. Por otra parte, las entesis fibrosas son características de los tendones que
2001:503-504).
152
1. Las áreas en las cuales los tendones y los ligamentos se sujetan, usualmente,
3. Como las entesis están regularmente sometidas a una fuerte tensión durante
mayores y en individuos con una enfermedad sistémica o local causada por un trauma.
En muchas ocasiones, gran parte de los cambios en las entesis no está relacionada
de forma directa con actividad física ni tampoco con micro-traumas en las entesis.
Además, parece que los cambios en las entesis fibrocartilaginosas están más
asociados con actividad, en contraste con aquellas modificaciones que muestran las
representan las mejores muestras para identificar los procesos que produjeron
alteraciones en las entesis, debido a las dificultades para estimar la edad de los
153
ocupación de los individuos. Asimismo, la incorporación de estudios clínicos es de gran
utilizaron dos criterios propuestos por Hawkey y Merbs (1995) para reportar la
en las entesis en ocho adultos (47%) de ambos sexos (Cuadro 29). Las marcas de
28 En su trabajo sobre marcas de estrés musculoesqueléticas, Hawkey y Merbs (1995) proponen una
metodología que consta de tres categorías: marcas de robustez, lesión de estrés y exostosis óseas.
Cada una de estas categoría tiene una codificación compuesta por cuatro grados (0-3). Debido a que
en la investigación aquí desarrollada no se observaron casos con lesiones de estrés, sólo se emplearon
las marcas de robustez y las exostosis óseas, registrando únicamente su presencia o ausencia, sin
utilizar la codificación elaborada por Hawkey y Merbs (1995).
154
Cuadro 29. Distribución de cambios en las entesis según la edad y el sexo de
los 17 individuos.
Cuadro 30. Distribución absoluta de las marcas de robustez en cada hueso largo
según el sexo de los 17 individuos.
155
Figura 38. Marca de robustez en húmero izquierdo (Femenino de 30-40 años. Ent.5,
U.E.3). Fotografía propia.
Figura 39. Marca de robustez en el fémur derecho (Masculino de 30-35 años. Ent.9b,
U.E.3). Fotografía propia.
156
Figura 40. Proyecciones de hueso el borde de la cara anterosuperior de la rótula
derecha (Femenino 35-39 años. Ent.2, U.E.3). Fotografía propia.
Figura 41. Espolón en calcáneo izquierdo (Femenino 35-39 años. Ent.2, U.E.3).
Fotografía propia.
157
6.1.4. LESIONES PARTICULARES
La lesión suprainiana es una depresión ubicada en el occipital, arriba del inión, la cual
presenta reacción periostal (Serrano y Ramos 1984:46). Tiesler (1998:91) propone que
esta lesión tiene causas culturales vinculadas con la deformación craneal y que es un
pero muy arriba del inión y se observó reacción periostal (Figura 42).
158
Figura 42. Lesión suprainiana (Adulto femenino. Ent.9, U.E.7). Fotografía propia.
(Leung y Katial 2008:12). Estos últimos son espacios llenos de aire en los huesos de
la cara y el cráneo, los cuales se comunican con la cavidad nasal a través de aberturas
maxilar, ubicado en el cuerpo del hueso maxilar a ambos lados de la nariz (Roberts
2007:794).
159
este padecimiento genera cambios en la superficie del hueso, similares a los
ocasionados por un agente infeccioso en cualquier parte del cuerpo, como, por
Estados Unidos, Inglaterra y Nubia, Roberts (2007) identifica las mismas reacciones
periostales en los individuos con sinusitis maxilar. Además, considera que este
160
Figura 43. Cigomático izquierdo con porosidad y una pequeña formación de hueso
con apariencia redondeada (Adulto masculino. Ent.4, U.E.3). Fotografía propia.
El acortamiento del cuarto metacarpo ha sido reportado dentro de los signos clínicos
la presencia de un solo cromosoma X y que afecta solo a mujeres (Román et al. 2002;
Entre los individuos analizados, una mujer adulta presentó esta peculiaridad,
y medial (Figura 44). Esta mujer también presentó exostosis auditiva en ambos oídos,
161
osteofitos en vértebras, caries, pérdida de piezas antemortem, cálculos, abscesos y
periodontitis, pero ninguna de estas lesiones parece tener un vínculo directo con el
tamaño anómalo del cuarto metacarpo. Tampoco se podría afirmar que dicho
a. b.
Figura 44. (a.) Acortamiento del cuarto metacarpo y (b.) comparación con el
tamaño del segundo, tercero y quinto metacarpo (Femenino de 38-43 años. Ent.10,
U.E.2). Fotografía propia.
162
6.1.5. MODIFICACIONES CULTURALES
presentaron. Además, de los 25 individuos que conservaron piezas dentales, solo uno
craneal propuesta por Tiesler (2012), estos individuos muestran una deformación del
tipo tabular erecta plano lámbdico (Figuras 45-46). Por otra parte, las piezas dentales
por Romero (1958,1986), las formas culturales de los dientes son similares al tipo C6,
163
Figura 45. Deformación craneal tipo tabular erecta plano lámbdico (Femenino de 7 ±
2 años. Ent. 1, U.E.2). Fotografía propia.
Figura 46. Deformación craneal tipo tabular erecta plano lámbdico (Femenino de 35-
39 años. Ent. 2, U.E.2). Fotografía propia.
164
Figura 47. Mutilación dental en incisivos superiores (Adulto de sexo indeterminado.
Ent. 11, U.E.7). Fotografía propia.
Con respecto al tipo de entierro, ocho de ellos son sencillos y 13 son complejos.
Se observó que en los entierros sencillos solo se inhumaron adultos, entre ellos dos
mujeres, dos hombres y cuatro individuos a los que no se les identificó el sexo. Por
otra parte, en los entierros complejos se hallaron dos subadultos y nueve adultos, de
entierros individuales, mientras que los dos restantes son múltiples (entierros 3 y 4 de
la U.E. 3). En estos contextos funerarios se podría sugerir que hubo un individuo
principal, representado por aquel que conserva una posición anatómica. Los demás
los cuales fueron desplazados para dar paso a un nuevo individuo. Los individuos
principales fueron dos adultos masculinos y uno femenino, a los cuales se les
6.2.2.1. Cantidad
en cada uno de los entierros fue muy variable. A la mayoría de los entierros, se le
colocó entre uno y cuatro artefactos, siendo estas cantidades las más frecuentes. En
los dos entierros con la mayor cantidad de objetos se contabilizó un total de siete, los
166
Al relacionar el número de objetos ofrendados con el sexo y la edad de los
sexo o rango de edad. De esta manera, se observó que a las mujeres, tanto adultas
como subadultas, se les depositó un número de artefactos que varió desde uno a siete,
pero una de ellas no presentó ofrendas (Cuadro 32). En los individuos adultos de sexo
no identificado se notó una situación similar, pues se les ofrendó entre uno y siete
167
Cuadro 33. Distribución absoluta de la cantidad de artefactos ofrendados a individuos
adultos de sexo no identificado.
Nº Cantidad total
U.E. Sexo Edad
ent. de artefactos
1 2 No ident. Adulto 1
2 7 No ident. Adulto 2
1 7 No ident. Adulto 3
3 7 No ident. 30-40 años 5
4 7 No ident. 20-24 años 5
8 7 No ident. 24-30 años 7
Total 23
Abreviaturas: Nº ent.= número de entierro, U.E.= unidad de exploración, No ident.= no
identificado. Elaboración propia.
Cantidad total de
Nº ent. U.E. Sexo Edad
artefactos
4 3 Masculino Adulto 1
6 3 Masculino Adulto 0
9b 3 Masculino 30-35 años 0
Total 1
Abreviaturas: Nº ent.= número de entierro, U.E.= unidad de exploración. Elaboración propia.
de estudio, pues solo los fragmentos cerámicos estilo Mazapa, hallados en los
168
Según la materia prima de los objetos ofrendados, 55 de ellos son cerámicos,
cinco son líticos y uno corresponde a un fragmento de hueso de fauna. Entre los
simple y compuesta, vasos y cántaros (Figura 48). Los objetos líticos estuvieron
representados por metates y manos de moler (Figura 49). En cuanto al hueso de fauna,
este presentó evidencia de haber sido expuesto al calor, pero debido a su tamaño y
(Figura 50).
169
Figura 49. Metate apodo y mano de moler (Ent.7, U.E.3, adaptado de Olay y
López 2008).
subadultos como adultos. Sin embargo, con los cinco artefactos líticos se notó una
Objetos asociados
Nº ent. U.E. Sexo Edad Total
Cerámica Lítica Fauna
9a 3 Fem. 24-30 años 0 0 0 0
10 3 Fem. 38-43 años 1 0 0 1
3 3 Fem. Adulto 1 0 0 1
2 2 Fem. Adulto 1 0 1 2
5 3 Fem. 30-40 años 2 0 0 2
9 7 Fem. Adulto 3 0 0 3
1 3 Fem. 7 ± 2 años 4 0 0 4
2 3 Fem. 35-39 años 3 1 0 4
5 7 Fem. Adulto 4 0 0 4
7 3 Fem. + 40 años 2 2 0 4
7 7 Fem. 20-30 años 5 0 0 5
8 3 Fem. 5 ± 1,5 años 7 0 0 7
Total 33 3 1 37
Abreviaturas: Nº ent.= número de entierro, U.E.= unidad de exploración, Fem.= femenino.
Elaboración propia.
171
Cuadro 36. Distribución absoluta de los artefactos cerámicos y líticos ofrendados a
individuos adultos de sexo no identificado.
Nº Objetos asociados
U.E. Sexo Edad Total
ent. Cerámica
6 3 Masculino Adulto 0 0
9b 3 Masculino 30-35 años 0 0
4 3 Masculino Adulto 1 1
Total 1 1
Abreviaturas: Nº ent= número de entierro, U.E.= unidad de exploración. Elaboración propia.
6.2.2.3. Calidad
utilización de una o varias de estas técnicas dio lugar a las decoraciones sencillas y
complejas. Los artefactos con decoraciones sencillas tuvieron solo una línea de pintura
172
los objetos con decoraciones complejas exhibieron motivos decorativos 29 llevados a
cabo principalmente con pintura, entre ellos destacan los caracoles, las espirales, los
vasijas, que corresponden con el tipo cerámico Colima rojo sobre crema30 (Figuras 52-
53). Dos vasijas también tuvieron motivos esgrafiados compuestos por grecas, líneas
mujeres, tanto adultas como subadultas, así como tres individuos adultos de sexo no
complejas. Por otro lado, a siete individuos adultos de ambos sexos solo se les
29 Los motivos decorativos son combinaciones de elementos usados para formar grandes componentes
dentro de una decoración. Usualmente, son lo suficientemente complejos como para abarcar las
mayores proporciones del espacio de un diseño y, por lo general, se presentan en grupos (Rice 2005:
248).
30 Parece que estas vasijas corresponden a la transición entre las fases Comala y Colima y pertenecen
a. b.
Figura 52. Cajetes con decoraciones complejas en pintura: (a.) caracoles y (b.)
espirales (Ent.9, U.E.7, adaptado de Olay y López 2008).
174
Figura 53. Vasija con representaciones de agave. Tipo cerámico Colima rojo sobre
crema (Ent.8, U.E.3, adaptado de Olay y López 2008: Figura 184-185).
a. b.
Figura 54. Cajetes con diseños esgrafiados: (a.) líneas horizontales, punteados y
xonecuillis y (b.) grecas (Ent.3, U.E.7, adaptado de Olay y López 2008).
175
Figura 55. Figurillas estilo Mazapa (U.E.2, adaptado de Olay y López: Figura
301).
1,5 años, exhibieron decoraciones complejas. Caso contrario se observó en tres de las
artefactos, está relacionada con la edad, pues fue a la mayoría de los individuos
adultos que se les ofrendó un mayor número de objetos con decoraciones complejas.
176
Cuadro 38. Distribución absoluta de la calidad de los artefactos ofrendados a
individuos femeninos adultos y subadultos.
Calidad
Nº
U.E. Sexo Edad Compleja Sencilla Total
ent.
N N
9a 3 Femenino 24-30 años 0 0 0
2 2 Femenino Adulto 1 0 1
3 3 Femenino Adulto 1 0 1
10 3 Femenino 38-43 años 0 1 1
5 3 Femenino 30-40 años 1 1 2
7 3 Femenino + 40 años 1 1 2
9 7 Femenino Adulto 3 0 3
2 3 Femenino 35-39 años 2 1 3
5 7 Femenino Adulto 2 2 4
1 3 Femenino 7 ± 2 años 3 1 4
7 7 Femenino 20-30 años 3 2 5
8 3 Femenino 5 ± 1,5 años 2 5 7
Total 19 14 33
Abreviaturas: Nº ent.= número de entierro, U.E.= unidad de exploración. Elaboración propia.
Calidad
Nº
U.E. Sexo Edad Compleja Sencilla Total
ent.
N N
1 2 No ident. Adulto 1 0 1
2 7 No ident. Adulto 2 0 2
1 7 No ident. Adulto 1 2 3
3 7 No ident. 30-40 años 5 0 5
4 7 No ident. 20-24 años 3 2 5
8 7 No ident. 24-30 años 4 1 5
Total 16 5 21
Abreviaturas: Nº ent.= número de entierro, U.E.= unidad de exploración, No ident.= no
identificado. Elaboración propia.
177
Cuadro 40. Distribución absoluta de la calidad de los artefactos ofrendados a
individuos masculinos adultos.
Calidad
Nº
U.E. Sexo Edad Compleja Sencilla Total
ent.
N N
4 3 Masculino Adulto 1 0 1
6 3 Masculino Adulto 0 0 0
9b 3 Masculino 30-35 años 0 0 0
Total 1 0 1
Abreviaturas: Nº ent.= número de entierro, U.E.= unidad de exploración. Elaboración propia.
las vasijas no siempre cumplen las funciones más adecuadas según sus
actividades para las cuales fueron diseñadas. De ahí, que las huellas de uso
como en la base de las vasijas, son indicadores claros de que estos artefactos fueron
empleados para cocinar alimentos u otro tipo de sustancias, o bien fueron utilizados
Por otra parte, siete cajetes presentaron punzonado en el centro del fondo y tres
de ellos también tuvieron ahumado (Figura 58). Cuatro de estas piezas se ofrendaron
femenino. Dichos cajetes han sido atribuidos al tipo cerámico Bugambilias rojo sobre
crema y son considerados como molcajetes (Olay et al. 2013:138). Por consiguiente,
tanto estas piezas como los metates y las manos de moler pudieron haber tenido un
Figura 56. Vasija con ahumado en la base (Ent.4, U.E.7, adaptado de Olay y
López 2008).
179
Figura 57. Fragmentos cerámicos con hollín (Ent. 10*, U.E.3). Fotografía
propia.
Figura 58. Molcajetes (Ent.5, U.E.7 adaptado de Olay y López 2008: Figura
65).
180
Otro aspecto importante es la presencia de seis cajetes “encontrados”,
colocados uno sobre otro de manera que el borde de cada uno coincidiera (Figura 59).
por estas piezas, entre ellas la de contener algún tipo de sustancia perecedera (Olay
y López 2008:88).
según su función: los utilitarios, los ceremoniales y los suntuarios. La mayoría de los
Estos objetos también pudieron haber tenido un uso doméstico, pero su colocación
parte del ritual funerario, así como el fragmento de hueso de fauna termoalterado. Por
último, los fragmentos cerámicos estilo Mazapa, al ser procedentes de otra región
181
Figura 59. Cajetes “encontrados” con ahumado (Ent.5, U.E.3, adaptado de Olay y
López 2008).
Al evaluar las categorías de análisis del contexto funerario, tanto de manera individual
como en relación con las demás, fue posible apreciar desigualdades sociales a nivel
casos se observaron diferencias sociales a partir del tipo de entierro, según sus
de los artefactos. De esta manera, se logró determinar que al menos entre estos
182
pues se inhumaron en una zona específica y diferente en comparación con los demás
individuo femenino parece que fue amortajado con un petate (Olay y López 2008:30).
El rango social bajo estuvo constituido por los individuos hallados en los
región. Gran parte de ellos, según su función, son objetos utilitarios y la mayoría mostró
una calidad compleja. Sin embargo, entre estos individuos se notaron ciertas
De tal manera, destacan los dos individuos a los cuales se les depositó la mayor
cerámicas y todas exhibieron una calidad compleja. Otro aspecto que reflejó
183
tres pares de cajetes encontrados, los cuales se asociaron a tres individuos femeninos,
manera similar por los mismos padecimientos. Las patologías dentales fueron las más
principalmente.
esmalte y criba orbitaria solo se reportaron en seis individuos de rango social bajo.
y fue el indicador de estrés óseo más frecuente, el cual afectó a un subadulto femenino
y a nueve adultos, entre ellos, cinco femeninos, tres masculinos y un individuo de sexo
indeterminado.
184
esmalte y la criba orbitaria no pudieron ser observadas. A este último individuo se le
ambos rangos sociales. Este hecho está vinculado con dos factores principales: el
185
CAPÍTULO VII: CONSIDERACIONES FINALES
de estrés (Goodman et al. 1984), en esta investigación fue posible determinar cómo la
salud y la nutrición de los antiguos habitantes del sitio Los Limones, estuvo
influenciada por los aspectos medioambientales del valle Colima, así como por la
organización social que tuvo el sitio entre los años 600 y 1000 d.C. La relación de estos
• Sedentarismo • Reacciones
• Hacinamiento periostales
• Sistemas de riego
186
Los factores ambientales, como la presencia de tierras fértiles, ríos y lagunas,
patologías dentales fueron las más frecuentes, principalmente las caries y, además,
los abscesos y la pérdida de piezas antemortem, los cuales son causados por caries
en sus grados más severos (Figura 61). La presencia de metates, manos de moler y
cierta dureza, como es el caso del maíz y otros granos. Estos padecimientos de salud
bucal también presentaron una alta frecuencia en los individuos de otros sitios
Chanal, Tabachines, Terminal de Gas Natural Licuado, El Tropel y Las Fuentes (Flores
2011; Flores y Alcántara 2012; Flores y Cabrera 2012; Hernández 2012; Jacome 2012;
187
Román et al. 2012). Esas patologías también han sido reportadas en diferentes
Cuicuilco, Chac Mool, Xico y La Peña (Cucina y Tiesler 2003; Márquez 2006a;
25 21
20 16
13 12
15 11
9 8 8 9
10
4 3
5 2
0
Figura 61. Distribución absoluta de los indicadores de estrés con base en el total de
individuos (n=29).
la periostosis fue el que tuvo más alta frecuencia (Figura 60). Asimismo, en los
2011; Flores y Alcántara 2012; Flores y Cabrera 2012), la periostosis ha sido muy
188
otros sitios arqueológicos de Mesoamérica, como Cuicuilco, Chac Mool, Jaina y La
Peña (Márquez 2006a; Márquez y Hernández 2006b, 2007; Murillo 2006b). Las
pudo haber presentado en el sitio Los Limones, pues en sus alrededores se encontró
un canal de desagüe empleado para formar sistemas de riego. Estos pudieron haber
La alimentación está determinada por una serie de factores, entre ellos los
esmalte y la criba orbitaria, tuvo una baja frecuencia entre los individuos estudiados.
Tomando en cuenta la abundante flora y fauna del valle de Colima, se infiere que sus
esta situación fue la que perjudicó a un adulto femenino, afectado tanto por criba
orbitaria como por hipoplasia del esmalte y reacciones periostales sistémicas. Este
caso es particular, pues el hecho de que mostrara estas tres lesiones de manera
causaron una deficiencia nutricional y uno de los síntomas que presentó fue la criba
ausencia de hiperostosis porótica en la serie esquelética del sitio Los Limones, podría
deberse al limitado estado de conservación que esta tuvo, pues dichos padecimientos
Cuicuilco, Chac Mool, Jaina, Xico y La Peña (Márquez 2006a; Márquez y Hernández
190
Por otra parte, los ríos y lagunas en las cercanías del sitio, así como la presencia
las cuales han sido señaladas como las causantes de la exostosis auditiva (Kennedy
investigación y también ha sido registrada en otros sitios de Colima, como Loma Santa
en el sitio Tlatilco (Márquez 2006a). Por consiguiente, los antiguos habitantes del sitio
Los Limones pudieron haber complementado su modo de vida agrícola con otras
agua dulce.
Las condiciones de salud y nutrición, reportadas en los individuos del sitio Los
que los individuos del sitio Los Limones integraron una sociedad cacical con una
importante, pues el rango social de los individuos estuvo determinado por su vínculo
191
utilización de categorías y variables arqueológicas, se identificaron dos rangos sociales
dentro del segmento poblacional analizado: uno alto y otro bajo. La ubicación de los
El rango social alto estuvo representado por dos individuos adultos, cuyos
entierros fueron los únicos ubicados dentro de una unidad habitacional de la unidad de
zona definida y específica, demuestra que estos adultos tuvieron una posición
distinguida en comparación con los demás. Asimismo, uno de ellos, el adulto femenino,
parece que fue amortajado con un petate (Olay y López 2008:30), y esto también
ostentaron un cargo relevante relacionado con la toma de decisiones, pero los datos
arqueológicos del sitio no permiten aseverar que ellos fueran parte de la élite de la
sociedad. En Colima, son pocos los contextos funerarios de la fase Armería (600-1000
d.C.) que podrían ser considerados como de élite. Uno de ellos podría ser la tumba de
caja rectangular hallada en el sitio El Centenario, la cual fue elaborada con sillares de
verde, depositadas junto al individuo. Esta tumba fue antecedida por tres niveles de
192
dichos objetos corresponden a figurillas cerámicas del Altiplano Central de México. El
valor de estos artefactos está dado por la distancia que fue recorrida para trasladarlos
hasta el sitio Los Limones, lo cual evidenció la importancia de la persona social de los
El rango social bajo estuvo integrado por los individuos adultos y subadultos de
ambos sexos inhumados en las zonas funerarias (U.E. 7 y 3). Es probable que estos
Estas familias pudieron haber contado con un lugar específico para enterrar a sus
parientes (Binford 1971:22) que, en este caso, serían las zonas funerarias de las
podría sugerir que dichas familias reutilizaron los entierros durante varias
193
señalar que dentro de este rango se notaron algunas desigualdades. Así, destacan
artefactos cerámicos que exhibieron una calidad compleja. Además, a dos adultos y a
“encontrados”. Estos individuos pudieron haber tenido una posición distinguida dentro
del grupo y, por tal motivo, se les colocaron ofrendas particulares. En el caso de los
mientras que en los adultos, se pudo haber establecido a partir de alguna habilidad
personal para efectuar una actividad específica, o bien pudo estar relacionada con las
al limitado estado de conservación que esta serie presentó, el cual impidió que los
sociales. La criba orbitaria, las reacciones periostales y la hipoplasia del esmalte solo
se identificaron en individuos de rango social bajo. Sin embargo, debido a que solo dos
194
que dichas lesiones no se presentaron en este rango social y que, por lo tanto, solo
realizado fue posible incluir los factores ambientales del valle de Colima, el tipo de
entre la salud que tenían los individuos y los rangos sociales a los que pertenecían.
Estos datos dan respuesta a los objetivos y a la hipótesis de este estudio. Por lo tanto,
de Mesoamérica.
195
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224
ANEXOS
Dentición
Maxila I M3 M2 M1 P4 P3 C I2 I1 I1 I2 C P3 P4 M1 M2 M3 D
CM2 CM1 CC CI2 CI1 CI1 CI2 CC CM1 CM2
Mandíbula I M3 M2 M1 P4 P3 C I2 I1 I1 I2 C P3 P4 M1 M2 M3 D
CM2 CM1 CC CI2 CI1 CI1 CI2 CC CM1 CM2
Sexo F M NI Edad
Comentarios
Simbología
225
ANEXO 1 (continuación). FORMULARIO ESQUELÉTICO DE SUBADULTO.
226
ANEXO 2. FORMULARIO ESQUELÉTICO DE ADULTO.
Lumbares Fémur
Sacro Patela
Coxis Tibia
Esternón Frag Fíbula
Manubrio Tarsos
Cuerpo Metatarsos
Proceso xifoides Falanges
Costillas D I Frag
Dentición
Maxila I M3 M2 M1 P4 P3 C I2 I1 I1 I2 C P3 P4 M1 M2 M3 D
Mandíbula I M3 M2 M1 P4 P3 C I2 I1 I1 I2 C P3 P4 M1 M2 M3 D
Sexo F M NI Edad
Comentarios
Simbología
0: Huesos completos X: Huesos incompletos D: derecho I: Izquierdo Frag: fragmentos F: femenino
M: masculino NI: no identificado
227
ANEXO 2 (continuación). FORMULARIO ESQUELÉTICO DE ADULTO.
228
ANEXO 3. CÉDULA DE SALUD Y NUTRICIÓN.
Sitio:
Temporada:
Entierro:
Individuo:
Indicadores de estrés
Líneas de hipoplasia
Dentición decidua
Incisivo central maxilar
Canino
Dentición permanente
Incisivo central maxilar
Canino
Caries
Nº dientes permanentes observados
Nº dientes perdidos antemortem
Nº dientes con lesiones
Abscesos
Nº alveolos
Nº abscesos
Hipercementosis
Criba orbitaria
Hiperostosis porótica
Exostosis auditiva
Infecciones y reacciones periostales
Tibia
Resto del esqueleto
Enfermedades degenerativas
Hombro y codo
Cadera y rodilla
Vértebras cervicales
Vértebras torácicas
Vértebras lumbares
Temporomandibular
Muñeca
Huesos de la mano
Registrado por:
Fecha:
229