Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Tutor:
Dr. DIEGO VIVAS TAFUR
ESAP- VIRTUAL.
Estudiantes:
SERGIO ANDRÉS GARCÍA OROZCO
DEISSY YAZMINA ROA OVALLE
DIANA MARCELA SÁNCHEZ MONCALEANO
GILBERT STEVEN URBANO GARCÍA
Así pues, se aterrizará la revisión y la discusión a tres elementos reales y actuales que
tienen especial incidencia no solo al entendimiento y orientación de la actuación del
Estado, sino que involucran a las personas e instituciones en su consecución final. En
primer lugar se revisará la Ley 1448 conocida como la Ley de Víctimas; seguido y
relacionándose con el anterior, los derechos y garantías de las personas privadas de la
libertad (Ley 1709); y finalmente revisando las recientes modificaciones en el tema de
regalías, Ley 1530.
Como punto de partida y para enunciar el primer ejemplo con el que se realizará una clara
vinculación de los principios y valores del derecho público en las actuaciones realizadas
por el gobierno nacional es la Ley 1448 de 2011 que se ubica como el resultado de un
hecho histórico y trascendente para Colombia como es el cese del conflicto armado, el
papel y el reconocimiento a las víctimas y finalmente el papel de la tierra y la restitución
vinculado a dicho proceso.
Como primer lugar y para dar un contexto adecuado es preciso señalar que la
mencionada ley fue fruto finalmente de un trabajo desarrollado conjuntamente por el
Gobierno Nacional, instancias internacionales y varios actores involucrados, siguiendo la
normatividad y los lineamientos existentes en la Constitución Política de 1991. Así pues,
aplicando el principio de supremacía de la norma constitucional se desarrolló a manera de
Ley, guardando plena armonía con la Carta Magna y finalmente reglamentándose y
complementándose con otras leyes y decretos nacionales.
El Decreto 4800 de 2011 que tiene como fin reglamentar la mayoría de medidas
establecidas en la Ley 1448 de 2011, recoge los aportes realizados por las víctimas1, la
sociedad civil y los entes territoriales, y establece los instrumentos normativos necesarios
para la efectiva materialización de los derechos de la víctimas. A su vez se involucra el
decreto 1725 de 2012 que adopta el Plan Nacional de Atención y Reparación Integral a
las Víctimas y compone el conjunto de políticas, lineamientos, normas, procesos, planes,
instituciones e instancias contenidas en los Decretos números 4800, 4829 de 2011, 0790
de 2012.
Por su parte la Ley 1753 de 2015 que adopta el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018
"Todos por un nuevo país" también entra a regir y modificar los artículos 47, 65 y 66 de la
Ley 1448 alegando al principio de supremacía y dando cuenta finalmente de la relación y
organización del llamado bloque de constitucionalidad. De igual forma debe recordarse
que al tratarse de Constitución, ley o Decreto reglamentario; por mandato involucra y deja
sujeto tanto a entidades, servidores públicos y particulares en su pleno cumplimiento y
reconocimiento; por lo que se puede dar fe de la aplicabilidad de este principio del
derecho público.
Uno de los ejes estructurantes y principio del derecho público: el Estado constitucional y
democrático de derecho, aparece como un rector y destino fundamental por la que se
encausan las leyes y normas promulgadas en Colombia; y así mismo puede verse
ejemplarmente expuesta en la Ley 1448 y sus decretos reglamentarios.
1
Se consideran víctimas, aquellas personas que individual o colectivamente hayan sufrido un daño
por hechos ocurridos a partir del 1º de enero de 1985, como consecuencia de infracciones al
Derecho Internacional Humanitario o de violaciones graves y manifiestas a las normas
internacionales de Derechos Humanos, ocurridas con ocasión del conflicto armado interno. (…)
También son víctimas el cónyuge, compañero o compañera permanente, parejas del mismo sexo y
familiar en primer grado de consanguinidad (Asesinado o desaparecido) (…) y las personas que
hayan sufrido un daño al intervenir para asistir a la víctima en peligro o para prevenir la
victimización.
En la parte dogmática y orgánica de la Constitución del 1991 se entiende la prevalencia y
la protección de las personas que integran el pueblo colombiano y aquellos residentes
permanentes o temporales que se encuentren al interior del territorio. Revisando
puntualmente la Ley puede efectivamente visualizarse el papel que pretende adoptar el
Estado hacia la implementación de las medidas judiciales, administrativas, sociales y
económicas (individuales y colectivas) destinadas a las víctimas del conflicto armado con
el fin de garantizar sus derechos, conocer la verdad, obtener justicia y hacer efectiva la
garantía de no repetición a las mismas.
Así es como puede enunciarse el Decreto 2460 de 2015 en la medida en que establece
unas reglas y unos instrumentos para la corresponsabilidad de la Nación, departamentos
y municipios en materia central de atención y reparación de víctimas. Por otro lado y como
pieza fundamental aparece el Sistema Nacional de Atención y Reparación integral a las
Víctimas [SNARIV] constituido no solo por las entidades públicas del nivel gubernamental
y estatal (en órdenes nacional y territoriales); sino que articula organizaciones públicas o
privadas con el fin de formular o ejecutar los planes, programas y proyectos orientadas a
la atención y reparación integral de las víctimas.
Puede notarse entonces como “la función administrativa está al servicio de los intereses
generales y se desarrolla con fundamento en los principios de igualdad, moralidad,
eficacia, economía, celeridad, imparcialidad y publicidad, mediante la descentralización, la
delegación y la desconcentración de funciones” (Artículo 209 C.P.) y
complementariamente, teniendo en cuenta que los servicios públicos son inherentes a la
finalidad social del Estado “podrán ser prestados por el Estado, directa o indirectamente,
por comunidades organizadas o particulares” (Artículo 365 C.P.).
Con el desarrollo de las acciones que se pretenden con la política y siguiendo el marco
establecido por las Leyes y Decretos mencionados más arriba, puede visualizarse la
aplicabilidad de otro de las principios, pues finalmente se produce una Integración de lo
social con lo jurídico que se traduce en la generación o alcance de un escenario deseado
en materia del postconflicto.
Como pieza central sobre la que gira la política y las acciones del Estado Social de
Derecho se pone a las personas (en este caso las víctimas) en primer lugar como punto
de partida en cuanto a un contexto y unas necesidades; y finalmente como los receptores
últimos de unos beneficios y productos que serán entregados por la misma.
En lo anterior, puede visualizarse como integrando los valores del derecho finalmente se
produce y se hace visible la supremacía existente de la norma, la orientación que se
realiza como Estado Constitucional y Estado de Derecho, la necesaria distribución y
articulación con los entes (y demás actores) territoriales y finalmente y como pieza clave
la integración social al producto jurídico.
En este sentido, (CIDH, 2011) se ha observado que los problemas más graves y
extendidos en la región son: a) el hacinamiento y la sobrepoblación, b) las deficientes
condiciones de reclusión tanto físicas, como relativas a la falta de provisión de servicios
básicos, c) los altos índices de violencia carcelaria y la falta de control efectivo de las
autoridades, d) el empleo de la tortura con fines de investigación criminal, e) el uso
excesivo de la fuerza por parte de los cuerpos de seguridad en los centros penales, f) el
uso excesivo de la detención preventiva lo cual repercute directamente en la
sobrepoblación carcelaria, g) la ausencia de medidas efectivas para la protección de
grupos vulnerables, h) la falta de programas laborales y educativos, y la ausencia de
transparencia en los mecanismos de acceso a estos programas y i) la corrupción y falta
de transparencia en la gestión penitenciaria.
Colombia no es ajena a la anterior situación, pues es evidente que existen una serie de
deficiencias de tipo estructural, que impiden en muchos casos poder garantizar el derecho
a la vida y la integridad física de quienes se encuentran privados de la libertad, situación
que nos aleja de cumplir con el objetivo de lograr un proceso de readaptación social de
quienes han sido condenados. (IEU, 2017) Pues según el Informe de Gestión del
Congreso y al Presidente de la República 2015-2016 de la Contraloría de la República:
“Mientras en 1995 el hacinamiento era del 10 por ciento, hoy las cárceles mantienen una
sobre población de más del 54 por ciento. El cupo actual es para 78.077 personas, unos
40.000 menos que el número real de presos”
Esta norma, trajo consigo cambios que buscaban mejorar las condiciones de los reclusos,
entre los que se encuentran, proporcionar opciones laborales y de resocialización de los
internos a través de la promoción de políticas por parte del Ministerio de trabajo
enfocadas a fomentar la participación y cooperación del sector privado y la sociedad civil
por medio de convenios, con el objetivo de generar una oferta laboral con todas sus
garantías, estrategia que fue acompañada de incentivos tributarios para las empresas
públicas, privadas o personas naturales en capacidad de vincular laboral o
educativamente a los internos. En esta instancia, vale la pena referirse a como (ESAP,
2008) el derecho público se muestra en constante dinamismo con la creación y
transformación normativa dependiendo su vinculación con lo político y lo social, para el
caso que nos ocupa la preservación de un nivel óptimo en la calidad de vida y las
condiciones de quienes se encuentran privados desde un entorno social a través de la
unión de esfuerzos entre el sector público y privado en favor de esta población.
Por otra parte, con el fin de minimizar las situaciones presentadas por los altos niveles de
hacinamiento, esta ley aborda la flexibilización de medidas privativas de la libertad en
situaciones como la eliminación en el pago de multas como obligación para acceder a la
libertad, los criterios en la aplicación de la prisión domiciliaria y las medidas
complementarias como las condiciones para acceder al uso del brazalete electrónico y la
aplicación de la libertad condicional. Así mimo, la Ley 1709/2014 implementó medidas
tendientes a incrementar los niveles de seguridad en los centros de reclusión apoyándose
en instituciones como la Policía Nacional con el fin de mitigar el déficit en la guardia, así
como el respaldo de la fuerza pública en cuestiones de urgencia con el fin de estar en
capacidad de contrarrestar posibles alteraciones de orden interno. De igual forma, con el
objetivo de proporcionar una cobertura adecuada en materia de atención sanitaria para
esta población la norma en estudio en su artículo 105 estableció el diseño de un modelo
de atención en salud especial, integral y con perspectiva de género dirigido tanto a
reclusos como a quienes sean sujetos de prisión domiciliaria, creando el Fondo Nacional
de Salud de las Personas Privadas de la Libertad encargado de la contratación de la
prestación de los servicios de salud en los centros de reclusión a nivel nacional.
El Sistema Penitenciario y Carcelario del país ha sido sujeto de declaratoria del ECI, en
dos oportunidades a través de las Sentencias T-153 de 1998 y T-388 de 2013 y fue
reiterado por la Sentencia T-762 de 2015. La primera declaratoria del ECI en los
establecimientos penitenciarios del país, se fundamentó en las graves condiciones de
hacinamiento que impedían proporcionar de un modo adecuado los procesos de
resocialización a los reclusos, así como gozar de unas mínimas condiciones para llevar
una vida digna en las prisiones. En el caso de la Sentencia T-153 de 1998, se hace
referencia a la vulneración de los derechos tutelados por un recluso en la Cárcel Nacional
de Bellavista en la ciudad de Medellín en la cual relata la difícil situación atravesada por
los internos respecto a las precarias condiciones de vida ofrecidas por el establecimiento
carcelario cuya capacidad sobrepaso sus niveles máximos. Por su parte esta Sentencia,
instó al cierre de una serie de establecimientos penitenciarios o a la declaratoria de
libertad debido a condiciones de reclusión en contravía a la dignidad humana en que se
fundamenta el Estado Social de Derecho.
Desde un punto de vista económico, las regalías son el precio de los RNNR en el
subsuelo y por lo tanto no pueden interpretarse como un tributo para quienes explotan
esos bienes. Esa distinción es muy importante porque el uso de las regalías debe
enfocarse a reponerle al patrimonio estatal el valor del bien que se vende y no a reparar
las externalidades negativas que su explotación supone, las cuales deben ser
subsanadas por quienes explotan los RNNR con cargo a sus costos corrientes de
explotación. La Constitución de 1991 no se ocupó de la fijación del canon de regalías,
2
El artículo 332 preservó, sin embargo, los derechos adquiridos y perfeccionados por particulares con
arreglo a las leyes preexistentes. De allí que en algunos casos las regalías sean percibidas por
particulares
pues en su artículo 360 se consagró que la ley determinaría las condiciones para la
explotación de los RNNR.
Como se establece la nueva estructura de SGR una característica general de los dineros
percibidos a través del Sistema es que no pueden ser ejecutados hasta que los Entes
Territoriales encargados, formulen un proyecto que mejore las condiciones de vida y que
esté coordinado con los planes de desarrollo territoriales.
El presupuesto público, amerita una amplia responsabilidad por su vital función dentro del
Estado que no solo asegura su funcionamiento, sino que a la vez es fundamental para
asegurar su existencia; es importante denotar que fue fundado a partir de lógicas
proteccionistas o denominado en otros ámbitos como Estado de bienestar, desde donde
se direcciona la prestación de servicios que contribuyan a la dignidad de sus asociados y
especialmente como garantía a la vida, de suerte que respetar y ejecutar bajo las
directrices los recursos del Estado y para el Estado es una tarea que aún bajo múltiples
controles financieros, sigue desgastando sus arcas.
Las regalías están siendo usadas por las Entidades Territoriales como complemento de
los recursos del Sistema General de Participaciones (SGP), lo cual, aunque mejora el
bienestar de la población, no crea bases infraestructurales productivas ni tecnológicas
para impulsar el desarrollo de los municipios y departamentos, al menos de la forma que
se esperaba al hacer los cambios de fondo en la arquitectura de este sistema de
financiamiento territorial.
La Constitución Política ha definido que los recursos públicos se deben invertir con
pertinencia y complementariedad, es por esto que los proyectos financiados con recursos
provenientes de las regalías, se deben armonizar a los proyectos financiados con
recursos de los municipios y los recursos del Presupuesto General de la Nación, como
son los provenientes del Sistema General de Participación, los cuales tienen unos rubros
específicos a financiar, para que no se presenten inversiones sin planeación y
coordinación.
Ley 1448 de 2011. “Por la cual se dictan medidas de atención, asistencia y reparación
integral a las víctimas del conflicto armado interno y se dictan otras disposiciones”
Colombia.
Decreto 4800 de 2011. “Por el cual se reglamenta la Ley 1448 de 2011 y se dictan otras
disposiciones”. Colombia.
Decreto 3011 de 2013. “Por el cual se reglamentan las Leyes 975 de 2005, 1448 de
2011 y 1592 de 2012”. Colombia.
TAFUR D. (2018). SCORM: “El Universo del Derecho Positivo”. Escuela Superior de
Administración Pública ESAP.
CIDH. (2011). Informe sobre los derechos humanos de las personas privadas de la
libertad en las Américas.
ESAP. (2008). Principios del nuevo derecho público. Bogotá: Equipo Universidad Virtual
ESAP.