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Hola a todos.

La pregunta que nos hacíamos el martes pasado al final de la clase, era sobre una diferencia en
modos de abstracción que propone Tomás de Aquino.

En su comentario al libro primero de la Física de Aristóteles (In I Physic., lect. 1, n. 3) el Angélico


dice:

“Hay ciertas esencias que no pueden darse en la realidad sin la materia, ni tampoco definirse sin
ella. Hay otras que, si bien no pueden existir sin la materia sensible, no incluyen sin embargo a
dicha materia en su definición (…) Hay otras, por fin, que no dependen de la materia ni en su
realidad ni en su definición, bien porque nunca existen en la materia, como Dios y las sustancias
espirituales, bien porque no se realizan universalmente en la materia, como la sustancia, la
potencia y el acto y el mismo ente. Pues bien, acerca de estas últimas versa la Metafísica. Acerca
de aquellas que dependen de la materia sensible según el ser, pero no según la definición, se
ocupan las Matemáticas. Y, por último, acerca de aquellas que dependen de la materia no sólo
según el ser, sino también según la definición, trata la Ciencia Natural o Física”.

Como pueden ver, aquí Tomás habla del tipo de conocimiento de cada ciencia desde el punto de
vista de su objeto. En todos los casos se trata de entes reales, unos materiales y otros
inmateriales. Pero, dependiendo del punto de vista desde el cual se les trate, ese punto de vista se
convierte en objeto propio de una ciencia.

----En primer lugar, cuando pensamos a una silla como objeto de la Matemática tomaremos de
ésta su aspecto geométrico y numérico, prescindiendo de la materia de la cual está hecha, o sea,
abstraeremos únicamente una forma accidental: la cantidad (por supuesto, ya sabemos que
Aristóteles jamás de los jamases llamaría ‘forma’ a un accidente, pero, en fin). Por supuesto que
un objeto que estudia la matemática para existir necesita de la materia sensible, es decir, un
triángulo en sí mismo (como forma geométrica pura), por ejemplo, no existe, tiene que encarnar
(por así decir) en una materia para ser un triángulo real particular, existente en acto, hecho de
plástico y pintado de rojo, que sirve como señal para detener el tráfico. Así que este objeto, el
triángulo, ‘es’ en la materia pero no precisa de ella para ser pensado. Por la parte del sujeto,
entonces, tenemos un tipo de abstracción que quita la forma de la materia. Es la que procede
quitando una parte al todo. El resultado es un ente de razón que expresa un aspecto formal de un
objeto material, pero no todo el ente. Obvio que no es imaginario, su fundamento está in res, en la
cosa. Las matemáticas no son ficción para el aquinate.

----En segundo lugar, la misma silla se puede convertir en objeto de estudio de la Física. En este
caso, el Angélico considera que el ente real particular que es esta silla, si ha de ser objeto de
estudio de la Física entonces tiene que ser tomado como un todo; es decir, su estudio para lograr
un concepto que sea expresión adecuada de su esencia, desde este punto de vista, tiene que
incluir tanto la forma como la materia. La forma substancial en los seres finitos, compuestos, no
basta para expresar su esencia, tiene que incluir la materia prima. No es posible definir a un ente
corpóreo sin su corporeidad, es decir, su materia prima. Y todos los entes finitos son corpóreos por
esencia. Lo que no entra en la definición de la esencia es la materia signata quantitate que
corresponde sólo al individuo. Pues bien, los objetos de la Física ‘son’ en la materia y tienen que
ser pensados con ella. Tomás considera que esta debe ser la mejor manera de estudiar los entes
materiales, de dar cuenta de su esencia y obtener un conocimiento adecuado de ellos. Hasta aquí
lo que tiene que ver con el objeto. En cuanto al sujeto y su modo de conocer mediante la ciencia
Física, su modo de abstracción es el que abstrae el todo de sus partes, es decir, la esencia
compuesta: forma substancial más materia prima, y sólo quita las determinaciones individuantes
propias del ente particular, individual. Desde este punto de vista, ante una silla particular, si lo que
queremos es una definición de su esencia aplicable al conjunto de todas las sillas, tendremos que
pensar en el todo sin ocuparnos de lo que es únicamente particular de esta silla. Diríamos que es
un objeto creado por el hombre con tal o cual propósito (se trata de esto, no de un objeto natural)
con una forma que permita colocar nuestras posaderas, jejejejeje, a una distancia entre tal y tal
del suelo para poner los pies, y realizada con un material que le dé una cierta solidez capaz de
sostener el peso de un humano (groso modo) Pero la naturaleza del material es imprescindible,
imaginen una silla de hidrógeno líquido, jajajaja, o de papel bond.

----Por último, aunque no lo puso Tomás en este orden, la ciencia que se ocupa de entes
inmateriales, que jamás existen en la materia y, por lo tanto, que no dependen de la materia ni en
su realidad ni en su definición, es la Metafísica. En este grupo de objetos de estudio se encuentra
Dios, las sustancias espirituales, las nociones comunes a todos los seres en sí mismas, es decir que
la Metafísica aclarará qué es una esencia, en general, una substancia, la causa, la potencialidad,
etc. A esta ciencia corresponde un tercer grado de abstracción por el lado del sujeto, que
prescinde ya de todo tipo de materia.

Después de estos comentarios míos (que espero que les sirvan) y para concluir, les copio el otro
texto de Tomás que trata de las tres formas de abstracción y los tipos de materia (que creo que
era otro tema considerado en la clase). Hablar de abstracción en el ‘orden del ser’, me parece que
debe ser más propiamente la que corresponde a la Física, si nos referimos al ente finito. No sé qué
piensen ustedes.

El siguiente texto del Aquinate es Suma Teológica I, 85, 1, ad. 2:

“Hay que distinguir dos clases de materia, a saber, la común y la individual. Es materia común, por
ejemplo, la carne y los huesos; e individual, esta carne y estos huesos. Pues bien, el entendimiento
abstrae la esencia, de la materia sensible individual, no de la materia sensible o común. Así abstrae
la esencia de hombre, de esta carne y de estos huesos, que no pertenecen a la esencia específica,
sino que son partes del individuo, no entrando, por lo mismo, en su noción esencial. No puede el
entendimiento, en cambio, abstraer la esencia de hombre, de la carne y de los huesos (primer
grado de abstracción). Sin embargo, el entendimiento puede abstraer las esencias matemáticas no
sólo de la materia individual, sino también de la sensible común, aunque no de la materia
inteligible común, sino solamente de la individual. Se llama, en efecto, materia sensible a la
materia corporal en cuanto sujeto de cualidades sensibles, como el calor, el frío, la dureza, la
blancura, etc., y materia inteligible a la sustancia en cuanto sujeto de la cantidad. Ahora bien, no
cabe duda de que la cantidad sobreviene a la sustancia antes que las cualidades sensibles. Por eso,
las cantidades, como los números, las dimensiones y las figuras que son sus límites, pueden ser
consideradas sin las cualidades sensibles, lo cual es abstraerlas de la materia sensible; más no
pueden concebirse sin la referencia a la sustancia sujeto de la cantidad, lo cual sería abstraerlas de
la materia inteligible común. Sin embargo, no es precisa la referencia a ésta o aquella sustancia, lo
que equivale a abstraerlas de la materia inteligible individual (segundo grado de abstracción) Por
último, hay esencias que pueden ser abstraídas hasta de la materia inteligible común, como son el
ente, la unidad, la potencia y el acto, y otras similares que también pueden existir sin materia
alguna, como sucede en las sustancias inmateriales (tercer grado de abstracción).

Para más información recomiendo el libro de Jesús García López, Metafísica tomista, de EUNSA.
Seguramente ya lo tienen, pero si alguno lo quiere en pdf., se lo puedo enviar.

Lupe.

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