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CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES

SANTISIMOS

ESTATUTOS Y REGLAMENTO DEL MOVIMENTO DE LAICOS OBLATOS


MATOVELLANOS

MOLOMA
… Los fieles laicos son llamados personalmente por el Señor, de
quien reciben una misión en favor de la Iglesia y del mundo…” (Cfl
No 9)

Testigos de la
Misericordia de
Dios

QUITO, OCTUBRE DE 2015


CAPITULO PRIMERO

CONSTITUCIÓN, NATURALEZA, DOMICILIO Y DURACIÓN

ARTÍCULO 1. FUNDAMENTACIÓN.- Los textos bíblicos y en concreto el


Evangelio de Mateo, asemeja el Reino de los Cielos a un “propietario, que salió
a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña. Habiéndose
ajustado con los obreros en un denario al día, los envió a su viña " (Mt 20, 1- 2).
La parábola revela la inmensidad de la viña y la multitud de personas, hombres
y mujeres que son llamados y enviados por el Señor a trabajar en ella, hasta la
venida definitiva del Reino de los Cielo. Este llamado y misión siempre ha
resonado en todo bautizado, ya lo decía San Gregorio Magno: “Fijaos en
vuestro modo de vivir, queridísimos hermanos y comprobad si ya sois obreros
del Señor. Examine cada uno lo que hace y considere si trabaja en la viña del
Señor.”

El Padre Matovelle guiado por el Evangelio y por los textos patrísticos, en su


vida de laico, buscó siempre la Voluntad del Señor y con su profesión y
apostolado, extendió el Reino de Dios entre los pobres y humildes; para él el
laico no puede quedarse con el “título honroso de hijo amante de la patria, sino
ofrece todo el contingente de sus fuerzas físicas, morales y religiosas a la
gloriosísima empresa del Reinado Social del Sagrado Corazón.” (P. Matovelle)

Por su parte el Concilio Vaticano II en su rica doctrina y espiritualidad,


contenida en el decreto Apostolicam actuositatem, invita a todos los laicos a
responder a la llamada del Señor con “ánimo generoso, prontitud de corazón,
entusiasmo y magnanimidad, para que se unan cada día más íntimamente y se
asocien a su misión salvadora en las ciudades y lugares a donde Él está por
venir.” (AA 33)

En el momento actual, la nueva evangelización debe implicar un nuevo


protagonismo de cada uno de los bautizados. Nadie debe postergar este
compromiso con la evangelización, con excusas de imperfección; la misión es
estímulo a salir de la mediocridad, causa de relativismo cultural y pobreza
social. (Const Art 129)

ARTÍCULO 2.- CONSTITUCIÓN. Entre los discípulos de Cristo, hay hombres y


mujeres, que sintiendo la llamada del Señor, viven su identidad bautismal en el
mundo participando y desarrollando la misión Real, Sacerdotal y Profética de
Nuestro Señor Jesucristo; dimensiones propias de todo bautizado, que le
comprometen a ser luz del mundo y a llevar con su estilo propio de vida, el
mensaje divino de la salvación a la familia, al trabajo y a todos los escenarios
donde trascurre la vida, social, cultural, económica y política del mundo.
El Movimiento de Laicos Oblatos Matovellanos, cuya sigla es MOLOMA, se
constituye como una entidad laical, sin ánimo de lucro, que identificado con el
Carisma Oblato y la Espiritualidad Matovellana, se agrupa y asocia para llevar
adelante la misión de la Iglesia y desarrollar su vocación bautismal en las obras
y campos pastorales que lideran los Misioneros Oblatos. Su único interés es
vivenciar la Espiritualidad Matovellana y cooperar en la obra apostólica de la
Congregación.

ARTICULO 3.- El MOLOMA está conformado por hombres y mujeres, que


movidos por el Espíritu Santo, han descubierto en la Espiritualidad Matovellana
un camino de santidad e identificándose con ella, optan libre, espontánea y
voluntariamente por asumirla y vivenciarla en su vida cotidiana en los diferentes
campos de acción pastoral de la Congregación en la Iglesia, por la Iglesia y
para la Iglesia.

Los laicos que integran el MOLOMA, podrán asociarse a un proyecto u obra


evangelizadora oblata, de manera personal, en pareja, como familia o
constituyendo un equipo laico misionero. Antes de emprender cualquier obra,
proyecto o misión, deben seguir un proceso de formación que les ayude a
desarrollar su identidad matovellana.

ARTÍCULO 4.- NATURALEZA E IDENTIDAD. El MOLOMA es una entidad


laical que se fundamenta en las enseñanzas del Evangelio, el Magisterio de la
Iglesia Católica y las enseñanzas y espiritualidad del Padre Matovelle y del
Carisma Oblato; responde al espíritu y disposiciones de las Constituciones y
Directorio de la Congregación de Misioneros Oblatos de los Corazones
Santísimos en los artículos 128 y 129 parágrafos 1 al 3; y al Decreto Capitular
No 4 de 2008.

ARTÍCULO 5.-CARÁCTER ESPECÍFICO DEL MOLOMA. Los miembros se


caracterizan por vivir su vocación y misión desde la espiritualidad de la
Congregación de Misioneros Oblatos, según su carisma de “Imitar, la vida de
hostia e inmolación que llevó Nuestro Señor Jesucristo desde su encarnación
hasta su asunción triunfante y que continúa aún en la tierra, en el adorable
Sacramento del Altar y en el cielo a la diestra del Eterno Padre.” (Const Art 1),
por su consagración bautismal. La espiritualidad de oblación, tiene como
núcleos esenciales: la Eucaristía, la meditación de la Pasión de Nuestro Señor
Jesucristo, la devoción a los Corazones Santísimos de Jesús y María, el amor y
la confianza absoluta al Espíritu Santo, y la devoción de los santos patronos de
la Congregación.

Además desarrollarán y orientarán su vida bajo el proyecto de vida personal y


trabajarán incansablemente por extender el Reinado Social del Sagrado
Corazón de Jesús, (Const Art 4), lo mismo que la devoción al Padre Matovelle,
en la familia, lugar de trabajo, vecindario, parroquia, ciudad y sociedad.

ARTÍCULO 6.- DOMICILIO. EL MOLOMA tendrá su sede de dirección y


coordinación en la ciudad de Quito, en la casa General Virgilio Maldonado, en
la calle Venezuela N11-263 y Matovelle. Su misión se llevará a cabo en los
diversos campos de apostolado que la Congregación tiene en los países en
donde ella se encuentra.

ARTÍCULO 7.- DURACIÓN. El MOLOMA se constituye por un tiempo indefinido


y sólo podrá disolverse por las causas establecidas en los presentes estatutos
y/o por motivos legales.

CAPÍTULO SEGUNDO
DEL OBJETIVOS PRINCIPAL Y ESPECÍFICOS

ARTICULO 8.- OBJETIVO PRINCIPAL. El MOLOMA se organiza y estructura


para promover y desarrollar la identidad, espiritualidad, vocación y misión de
los laicos desde el carisma y espiritualidad Matovellanos; para que apoyen y
asuman la pastoral oblata, como un espacio que les permita ejercer su
compromiso bautismal en busca de su santificación.
Respondiendo a los retos de la Iglesia actual, el MOLOMA sale a las periferias
a develar el Reinado Social del Sagrado Corazón de Jesús y a hacer conocer a
Matovelle, apóstol de los Sagrados Corazones de Jesús y de María en la urbe
y en los campos, respondiendo al mandato del Señor. “Id a todo el mundo y
predicad el Evangelio” (Mt 16,15); para esto realizará un proceso de formación,
el cual será definido por el EFO y la COM.

ARTÍCULO 9.- OBJETIVOS ESPECIFICOS. Para alcanzar el objetivo principal


los Laicos Oblatos Matovellanos se establecen los siguientes:

a. Lograr una respuesta afectiva y efectiva a la llamada del Señor como


bautizado, para la vivencia de la triple misión de la cual Jesús le ha
hecho partícipe.
b. Obtener la afinidad de la espiritualidad propia como laico bautizado con
la espiritualidad específica de la Congregación de Misioneros Oblatos.
c. Alcanzar el compromiso de vivir, compartir, extender e inculturizar el
Carisma Oblato, en la familia, trabajo, Iglesia y sociedad, buscando la
instauración de la justicia social, la equidad y el desarrollo como
manifestación del Reinado Social de Jesucristo.
d. Identificar el carisma y la espiritualidad matovellanos como un itinerario
de santificación personal y familiar.
e. Adquirir una madurez en la fe que permita entrar en diálogo ecuménico
con quienes no están en plena comunión con la Iglesia o con quienes la
abandonaron o se muestran indiferentes frente a Dios o frente a ella.

CAPITULO TERCERO
DE LA VIDA ESPIRITUAL, FRATERNA Y APOSTÓLICA
ARTÍCULO 10.- LA VIDA ESPIRITUAL. El Laico Oblato conociendo la
espiritualidad matovellana la incorporará en su vida como paradigma de la
vivencia y desarrollo de su vocación y misión en la Iglesia.

ARTICULO 11.- La espiritualidad matovellana es una forma de orientar la vida y


desarrollarse como persona, en las relaciones fraternas con la familia y en la
responsabilidad como bautizado y como ciudadano.

ARTICULO 12.- Los pilares de la espiritualidad oblata son:


12.1 Santísima Trinidad: El laico oblato adorará al augusto misterio de la
Trinidad como modelo excelso de familia, comunión, misión y caridad, virtud
ésta que une al Padre y al Hijo por la acción del Espíritu Santo.

12.2 La Eucaristía. El laico oblato debe celebrar la Eucaristía en lo posible


diariamente y vivenciarla en todos los ámbitos y escenarios donde desarrolle su
trabajo, en sus cuatro fines: reparación, acción de gracias, súplica y
holocausto, adorando el “sublime misterio del Santísimo Sacramento como
Padre y Superior del MOLOMA, a quien hay que recurrir con la más tierna
confianza, como el único y eficaz remedio de todas las necesidades”. (Cons.
Art 10)

12.3 Sagrado Corazón de Jesús: Es la expresión de Jesús y de su divina


misericordia. Ella debe ser la fuente de nuestro amor y misericordia al prójimo,
liberando el corazón de todo resentimiento y haciéndolo generoso en el perdón.

12.4 Virgen María. Teniendo la Virgen María un puesto esencial en la vida del
cristiano y específicamente en la vida del Laico Oblato Matovellano, debe ser
considerada como su Madre, protectora y confidente, y por ello, manifestará un
gran amor y devoción a la Santísima Virgen, honrándola bajo los títulos de su
Inmaculado Corazón y la Dolorosa; procurando celebrar con toda solemnidad
las festividades marianas que la Iglesia propone a lo largo del año litúrgico.

12.5. Santos Patronos. Los Laicos Oblatos Matovellanos venerarán a los


Santos Patronos de la Congregación como modelos a seguir y como
intercesores en su camino de santificación: San José, San Miguel Arcángel,
San Juan Evangelista, San Felipe Neri, San Francisco de Sales, Santa Mariana
de Jesús, Santa María Magdalena y Santa Margarita María de Alacoque.

ARTÍCULO 11.- VIDA FRATERNA. El Laico Oblato Matovellano se esforzará


por vivir en su familia y comunidad social y parroquial, una auténtica vida de
comunión fraterna según la imagen de la familia de Nazareth y el espíritu de las
bienaventuranzas y de los valores Matovellanos, expresados en gestos de
misericordia, justicia, buen trato, capacidad de autodominio, amor y
compromiso con los pobres.
La vida fraterna es un proceso de realización continua que parte de la
autoimagen y autoconcepto que cada laico tiene de sí, para desde allí
estructurar cualquier tipo de relación interpersonal, en la cual nace y se
fortalece la convivencia armónica y, desde la experiencia de fe se constituye en
una fraternidad, preanuncio de la vida plena en el Reino de Dios.

Como Laico Oblato Matovellano deberá desarrollar su identidad como


bautizado, a partir de los valores propios del Carisma y Espiritualidad
Matovellanos. caridad y sacrificio, renuncia de sí mismo e inmolación,
sencillez de vida, acogida, tolerancia, limpieza de corazón, silencio interior para
propiciar la escucha del Señor, dialogo transparente, capacidad de perdón y
conversión continua, buscando siempre la mayor gloria de Dios y el
establecimiento de la justicia y la dignidad de las personas.

La familia, los jóvenes y los pobres, son los escenarios privilegiados para
testimoniar el proceso de conversión, al haberse dejado encontrar por el Señor
a través de la espiritualidad Matovellana. En estos y en todos los campos de la
vida social, cultural y religiosa, el Laico Oblato Matovellano debe tener apertura
a la verdad, al dialogo, al perdón, a las diferencias y a la tolerancia.

La familia. siendo la cuna y la escuela de la persona; debe ser el primer campo


en donde el Laico Oblato Matovellano, viva su vocación y su misión como laico
comprometido esforzándose en cultivar en ella los valores matovellanos. El
Laico Oblato debe saber que el primer campo a evangelizar es su propia
familia, después de ella. otras.

ARTÍCULO 13.- LA VIDA APOSTÓLICA. Los Laicos Oblatos Matovellanos


llamados a ser discípulos, misioneros testigos creíbles de Dios en el mundo,
participarán del apostolado oblato, ejerciendo y desarrollando su vocación,
misión e identidad como bautizados. El Laico Oblato Matovellano debe saber
que la eficacia de la pastoral no está en la retórica de la doctrina, sino en el
testimonio de vida y en la riqueza espiritual que diariamente debe cultivar con
su familia y en su trabajo, nutriéndose siempre de Jesucristo, Camino, Verdad y
Vida, expresado genuinamente en el Santísimo Sacramento y en el Sagrado
Corazón de Jesús. Esta misión no se entiende sino desde los presupuesto de
una Iglesia en salida, con un nuevo ardor, nuevos métodos y nuevas
expresiones, en consonancia con las líneas de acción del Plan Global
Congregacional.

CAPITULO CUARTO
DE LAS MODALIDADES DE LOS LAICOS OBLATOS
MATOVELLANOS
ARTÍCULO 17.- LOS MIEMBROS. Son hombres y mujeres, mayores de edad,
con el deseo de crecer y madurar en la fe, desde el carisma y espiritualidad
Matovellanos. Pueden participar en el laicado oblato Matovellano como
persona, como pareja o como familia de manera libre y voluntaria.

ARTÍCULO 18.- MODALIDADES. Una persona, puede ser Laico Oblato


Matovellano en tres modalidades: voluntarios, asociados, agregados.

ARTÍCULO 19.- VOLUNTARIO. Es la persona que de manera libre, altruista y


solidaria opta a partir de un compromiso serio con Jesucristo e identificado con
el Carisma y la Espiritualidad Matovellanos, por apoyar y efectivizar el plan
pastoral de la Congregación de Misioneros Oblatos en determinado campo,
dedicando su tiempo completo, capacidades y recursos en la tarea
evangelizadora. Son los que viven en casas de la Comunidad por un periodo
de 1 hasta 2 años.

ARTÍCULO 20.- EL VOLUNTARIADO OBLATO. Es la experiencia que la


Congregación de Misioneros Oblatos tiene para ofrecer a los laicos quienes
después de un periodo de formación en el Carisma y la Espiritualidad
Matovellanos, desean apoyar y trabajar en una obra o proyecto pastoral
oblato.

ARTÍCULO 21.- CAMPOS DEL VOLUNTARIADO OBLATO. Un laico puede


participar como voluntario dedicando su tiempo, capacidades y recursos para
trabajar en el proyecto educativo oblato; pastoral parroquial oblata; pastoral de
la comunicación oblata; en la Fundaciones oblatas; una experiencia de misión
en los tiempos litúrgicos fuertes; o ser enviado a una misión no oblata.

ARTÍCULO 22. EL TIEMPO DE VOLUNTARIO. El laico que desea ser


voluntario oblato, debe dedicar un tiempo mínimo de un año y hasta dos; estar
disponible a ir donde el padre responsable de laicos oblatos lo designe,
teniendo en cuenta las capacidades, conocimientos y necesidades pastorales.
Por este tiempo y por el trabajo no recibirá ninguna remuneración laboral, pero
el sustento durante ese periodo, lo asumirá la Congregación.

ARTÍCULO 23.- FRATERNIDAD Y OBEDIENCIA. El laico que decida ser


voluntario oblato, debe insertarse en la comunidad religiosa a donde lo hayan
designado y estar bajo la obediencia y coordinación del superior local, con
quien trazarán un plan de trabajo conjunto, con indicadores claros de
resultados, con seguimiento continuo, fechas de evaluación y
retroalimentación, por el tiempo que esté definido para la experiencia.

ARTÍCULO 24.- FIN DE LA EXPERIENCIA. Terminada la experiencia, el


Superior Local o encargado de obra, enviará un informe objetivo y detallado de
la vivencia, trabajo y espiritualidad del voluntario oblato, al padre encargado de
los laicos. Ahora bien, el laico voluntario oblato terminada su experiencia puede
solicitar profundizar en la misma o pasar a otra etapa o también cambiar de
campo de apostolado.

ARTÍCULO 25. EL AGREGADO. Es la persona que manifiesta adhesión a la


Congregación y por lo tanto a la Iglesia como expresión de su vocación
bautismal, y quiere ayudar al proyecto oblato o a una obra en particular, con
recursos económicos, materiales o profesionales; ya que su situación de vida
no le permite dar tiempo a la obra, entonces coopera de esa manera.

Un Laico Agregado Oblato se identifica con el carisma y Espiritualidad


Matovellanas y recibe su formación, aunque no de una manera regular y
sistemática, sino a través de encuentros que no se extiendan más allá de una
jornada; su proceso de crecimiento espiritual está en desarrollar y fortalecer
una espiritualidad de familia desde los elementos claves de la Espiritualidad
Matovellana.

El Laico Agregado Oblato, con sus potencialidades y formación específica,


puede cooperar con el proyecto pastoral oblato, profesional o económicamente
y aún con su tiempo en alguna obra específica.

ARTÍCULO 26.- LAICO ASOCIADO OBLATO. Es la persona que se identifica


con el carisma y la espiritualidad Matovellanos, trabaja en las obras de la
Congregación con una remuneración, pero que asumiendo la mística oblata,
dedica tiempo y entrega a la obra, proyecto o misión que la Congregación le
haya encargado.

CAPITULO QUINTO
LA FORMACIÓN DE LOS LAICOS OBLATOS MATOVELLANOS

ARTÍCULO 28.- LA FORMACIÓN del Laico Oblato Matovellano es un proceso


orientado a desarrollar la conciencia de su ser como bautizado para descubrir y
vivenciar su vocación laical, con miras a la realización de su misión en la Iglesia
y en la sociedad, producto de un acompañamiento muy cercano y de una eficaz
capacitación en la Sagrada Escritura, el Magisterio de la Iglesia y la
Espiritualidad Matovellana.
ARTÍCULO 29.- NÚCLEOS DEL PROCESO FORMATIVO. El proceso de
formación del Laico Oblato Matovellano consta de 6 núcleos esenciales:
1) El encuentro personal con Jesucristo vivo: en la escucha y el
discernimiento de la llamada a vivir el bautismo como un proyecto radical
de vida.
2) La conversión: como respuesta dada a la llamada del Señor, en un
proceso permanente de cambio de mentalidad y de corazón para una
vivencia auténtica del bautismo en la Iglesia y en la sociedad.
3) La oblatividad: como nota esencial y distintiva del ser y del que hacer del
laico Oblato Matovellano, se constituye en el espíritu y en la mística para
vivir su vocación en la Iglesia y en la sociedad.
4) La comunión: es la expresión del testimonio de que la vida cristiana se
inicia en la familia como sacramento de vida y se trabaja por la unidad
eclesial, la justicia, la paz, la solidaridad y el cuidado y protección del
medio ambiente, como la casa de todos los hijos de Dios
5) El discipulado: es el caminar continuo de una persona madura en la fe
que sigue fascinada con Jesús, su palabra y su obra, y que contagia a
los otros en los diversos escenarios de la vida social, cultural, económica
y política donde se mueve el laico Oblato.
6) La misión: como capacidad de compartir con otros la alegre experiencia
del encuentro con Jesús y que lo motiva a anunciar el Evangelio en las
diversas periferias donde la dignidad del ser humano está siendo
profanada.

ARTÍCULO 31.- OBJETIVO GENERAL DEL PROCESO FORMATIVO. Formar


adultos en la fe, para que a través de un proceso de un acompañamiento en la
espiritualidad matovellana, descubran su identidad, vocación y misión como
bautizados y se comprometan en anunciar el Reinado Social del Corazón de
Jesús en la sociedad y en la cultura actual, con la mística de la oblatividad.

ARTÍCULO 32.- OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

1. Acompañar desde la espiritualidad Matovellana a los laicos que


libremente han decidido iniciar un proceso de discernimiento sobre su
compromiso bautismal y definición de su vocación, identidad y misión en
la iglesia, para favorecer un encuentro personal con Jesucristo.
2. Promover el autoconocimiento de la persona para una mejor apertura a
Dios y a los demás, alcanzando la metanoia querida por el Señor.
3. Vivenciar la espiritualidad matovellana en la familia y en la sociedad y a
la vez descubrir en el Carisma Oblato un camino de realización humana
que le permite vivir en armonía con Dios, los hombres y el planeta.
4. Desarrollar el liderazgo de los laicos oblatos para que desde la
espiritualidad Matovellana evangelicen la familia y los diferentes
escenarios de la vida social y cultural, favoreciendo los valores de la
caridad y la unidad
5. Configurar a los Laicos Oblatos Matovellanos con Jesucristo Maestro,
para que con su coherencia de vida puedan ser luz entre los hombres y
fermento de santidad en el mundo.
6. Inculturar la Espiritualidad Oblata como medio de santificación y de
compromiso con la justicia, la paz, la libertad, defensa y promoción de la
dignidad humana, mostrando de esta manera el rostro misericordioso del
Señor.

ARTÍCULO 33.- FUENTES PRINCIPALES DE LA FORMACIÓN DEL LAICO


OBLATO MATOVELLANO. Seis son las fuentes principales que alimentan todo
el proceso formativo del oblato laico Matovellano:

a. La Sagrada Escritura.
b. Reflexión teológica y pastoral. (Sacramentologìa)
c. El Carisma Oblato
d. El Magisterio
e. Cristología y Mariología.
f. Misionología

ARTÍCULO 34.- VIRTUDES DEL MOLOMA: Las virtudes por las cuales debe
esforzarse por conseguir un Laico Oblato Matovellano son: La caridad y el
sacrificio. Estas virtudes esenciales se deben desarrollar y potenciar para que
los Laicos Oblatos Matovellanos vivan en la cotidianidad la triple dimensión del
bautismo y la espiritualidad oblata como un camino de santificación en el
mundo y para el mundo, desde el Ob Amorem Dei.

ARTÍCULO 35.- PRINCIPIOS Y VALORES DE LA FORMACIÓN DE LOS


LAICOS OBLATOS MATOVELLANOS. El Laico Oblato es la persona que ha
sentido la llamada del Señor a vivir su vocación bautismal como laico en el
contexto del proyecto Oblato, el cual debe incorporar a su vida y estructurar su
praxis desde los principios y valores de la oblatividad, para así ser signo de
comunión y apóstol del Reinado Social del Corazón de Jesús en su contexto
familia, social y eclesial.

ARTÍCULO 36.- PRINCIPIOS. El Laico Oblato Matovellano deberá formarse e


incorporar en su vida los siguientes principios:

1. En las relaciones interpersonales y compromisos apostólicos, debe


relucir siempre la verdad y la transparencia. (Jn 17,17)
2. En su apertura con los demás deben ser siempre manifiestas la
amabilidad y la alegría. (EG No 5)
3. Para llegar a ser verdadero discípulo misioneros del Reinado Social de
Jesucristo se requiere la permanente conversión. (Fil 3,12-15)
4. La sacramentalidad eucarística como fuente de donde brota la entrega
por el Reino de Dios. (Const Art 11)
5. El espíritu eclesial debe ser el que anime siempre la acción misionera,
reconociendo que es en la riqueza de la diversidad donde se construye
la unidad. (1Cor 12,12)
6. El amor y la esperanza, de las cuales es portador el discípulo misionero,
debe ser expresión genuina de la Oblatividad. (Const No 85)

ARTÍCULO 37.- VALORES. Los valores que deben esforzarse por cultivar y
desarrollar los Laicos Oblatos en su quehacer cotidiano son:

a. Testimonio de fe
b. Sensibilidad social
c. Liderazgo propositivo y transformador
d. Generosidad y entrega incondicionales
e. Compromiso con la vida y la verdad.
f. Apertura y diálogo frente a las diferencias

ARTÍCULO 38. LINEAS FUNDAMENTALES QUE REGULAN EL PROCESO


FORMATIVO DEL LAICO OBLATO MATOVELLANO. La formación comporta
para la persona un crecimiento progresivo y sistemático, integrando todas las
dimensiones de la persona acordes vocación. Entre los elementos que forman
parte de este camino destacamos:
1) La dinamicidad adaptada a la realidad y a los ritmos propios de las
personas que han iniciado este camino.
2) El acompañamiento sistemático en las dimensiones espiritual, humano –
cristiana, familiar – comunitaria, académica y pastoral, con miras a una
madurez en su respuesta efectiva frente a las situaciones y retos que se
le presentan al laico en formación.
3) El conocimiento del ámbito laboral y familiar en el que el Laico Oblato
debe crecer madura y responsablemente para una efectiva realización
de la misión encomendada.
4) La conjugación de su realidad de fe y el proceso de conversión con la
procesual asimilación de la oblatividad.

ARTÍCULO 40.- FASES DEL PROCESO FORMATIVO DEL LAICO OBLATO


MATOVELLANO.

1. Inicial: participan en ella todos los laicos, que atraídos por un oblato o
por las obras de los oblatos, desean iniciar un proceso de formación y
acompañamiento, conocer, apoyar o colaborar con una obra en
particular o con el proyecto oblato en general. El periodo de esta etapa
es de 1 año, cuyo objetivo es conocer de manera general el carisma, la
espiritualidad de los Oblatos y desarrollar su misión en la Iglesia con sus
dones y carismas. En esta etapa el acompañamiento lo hace el superior
local de cada casa de los oblatos o director de obra, de acuerdo a las
directrices institucionales a través de encuentros semanales, cuidando
que observen y colaboren con diligencia en la misión pastoral de cada
apostolado. Terminada esta etapa, el superior junto con los miembros de
la comunidad local elaborarán un informe sobre el laico, teniendo en
cuenta 5 aspectos fundamentales: 1.- La asimilación del carisma oblato
como un proyecto de vida personal. 2.- Adhesión y compromiso con la
Iglesia, la Congregación y a la obra a la que pertenece. 3.- Su
constancia manifestada en la responsabilidad con su proceso formativo.
4.- Su capacidad para trabajar en equipo aceptando la diversidad como
una riqueza. 5.- Rectitud de intención en su motivación y
manifestaciones externas.

Al finalizar esta experiencia, el laico solicita por escrito al Presidente de


la COM y su Consejo Directivo, ser admitido al MOLOMA, oído el
parecer del superior local o director de obra a través de su informe
respectivo.
Una vez recibida la aprobación, el laico oblato vivirá un retiro de
encuentro personal con Dios y consigo mismo de tres días, con un fuerte
acento en la espiritualidad eucarística por el camino de la conversión.

2. Intermedia: tiene como objetivo profundizar en la vocación e identidad


del laico en la Iglesia y en la Congregación, a la vez que continúan su
experiencia pastoral en los ámbitos y proyectos de la Congregación. El
tiempo de esta fase estará delimitada por el ritmo de asimilación del
grupo, que concluirá con tres días de retiros ignacianos. En esta fase los
laicos renovarán cada año el día del misionero oblato su compromiso
laical oblato el 6 de octubre.

3. Permanente: participan en esta fase los laicos que desde una madurez
en su fe y sentido eclesial viven su vocación y misión de laicos oblatos
Matovellanos liderando una obra o proyecto oblato a partir de la
profundización y actualización de los contenidos asimilados en las
anteriores fases. El objetivo de esta etapa es generar un mayor
compromiso en el discipulado y misión al servicio del anuncio del Reino,
nutriendo su proyecto de vida personal con experiencias significativas de
oración y misión.

ARTÍCULO 41.- LOS CONTENIDOS DE LA FORMACIÓN.


Los contenidos formativos es responsabilidad de la COM (Const Art 129) quien
orientado con los criterios del Equipo de Formación Oblata (EFO), diseñará los
planes y organizará los tiempos de una manera dinámica, sistemática y
progresiva.
Las tres grandes áreas a las que hay que responder son: formación como laicos,
(Sagrada Escritura y reflexión teológica y pastoral – sacramentología), como
laicos oblatos, (El Carisma Oblato y el Magisterio) y como discípulos y
misioneros oblatos, (Cristología, Mariología y Misionología).

En cada àrea, la persona ha de crecer integralmente en todas las dimensiones,


equilibrando una formación teórica y una dimensión práctica o existencial; ambas
han de ir a la par, pues el fin de la formación es la vida, pero al mismo tiempo la
teoría capacita para poder dar razón de la vocación que se vive.

ARTICULO 42.- DEL FORMADOR Y DEL DIRECTOR DEL MOLOMA

Los superiores locales, los párrocos y directores de obra harán las veces de
formadores, teniendo en cuenta las directrices institucionales que se
concretarán a través de proyectos locales de formación y de pastoral y
contando con la guía del Director del Laicado Oblato.
ARTICULO 43.- El director del MOLOMA, será un sacerdote designado por el
Superior General por un periodo de 3 años.
Su misión principal es animar, coordinar, programar y vigilar la formación y la
praxis pastoral de los proyectos general y local de los laicos oblatos
Matovellanos con el aval de la COM, en coordinación con los superiores
locales, párrocos y directores de obra, quienes son los principales promotores y
formadores de los laicos en sus comunidades locales y jurisdiccionales.
El director del MOLOMA participará en la asamblea bienal organizada por la
COM (Const. Art 129.3) y cada año en la sesión de diciembre presentará al
Consejero General, el informe de MOLOMA correspondiente al año en curso y
éste a su vez lo presentará al H. Consejo General.

CAPITULO SEXTO
DE LA ADMISIÓN AL MOVIMIENTO LAICAL OBLATO

ARTÍCULO 44.- La persona que desea ser admitido Laico Oblato Matovellano,
debe presentar la solicitud respectiva al padre director del Moloma o al superior
local o al director de obra en la que expondrá sus motivaciones para iniciar un
proceso de formación y de prácticas pastorales en nuestra Congregación.
ARTICULO 45.- El director o el Superior local a través de la entrevista personal,
discernirá sobre la validez de sus motivaciones y le ilustrará sobre la
naturaleza, objetivos y razón del Moloma y si estima conveniente lo aceptará a
vivir esta experiencia a través de un oficio.

ARTÍCULO 45.- Una vez admitidos a esta experiencia, iniciarán su proceso


formativo y el 6 de octubre, fecha aniversaria de la fundación de la
Congregación, formalizarán su ingreso al MOLOMA mediante un rito de
iniciación.

ARTICULO 46.- Los laicos oblatos portarán una medalla de los Sagrados
Corazones y se les entregará la Palabra de Dios.

CAPITULO SÉPTIMO
REQUISITOS PARA SER LAICO OBLATO MATOVELLANO

ARTÍCULO 47.- Para ser admitido como Laico Oblato Matovellano debe ser
mayor de 18 años debiendo cumplir con los siguientes requisitos.
1. Partida de bautismo
2. Fotocopia de cédula a color
3. Certificado médico
4. 4 fotos tamaño carnet con fondo azul.
5. Fotocopias de cursos o estudios que haya realizado.
6. Diligenciamiento de la ficha de inscripción

CAPITULO OCTAVO
ORGANIZACIÓN Y GOBIERNO DE LOS LAICOS OBLATOS
MATOVELLANOS
ARTÍCULO 48.- MOLOMA tendrá como máxima autoridad al Superior General
de la Congregación, el responsable inmediato es el director de los laicos; en
cada casa u obra, el superior local o el director de la misma, quien hace las
veces de animador y formador.
MOLOMA funcionará a través de dos organismos: La Asamblea General y el
Consejo Directivo, cuyo presidente es el Director.

ARTÍCULO 49.- La Asamblea General, es el órgano que agrupa a los delegados


del MOLOMA de las distintas casas en donde se encuentre y será convocado
ordinariamente cada dos años y extraordinariamente cuando las necesidades lo
requieran por el Director y presidida por el Consejero General, presidente de la
COM.
Entre las funciones de la asamblea está elegir el Consejo directivo ELcual estará
conformada por un Presidente que es sido nombrado por el Padre Superior
General por tres años, por un Vicepresidente, Moderador y Tesorero elegidos
por la asamblea por dos años, y por un Secretario elegido por el Director.
ART 50. Elaborará el plan general del MOLOMA compuesto por la planificación y
programación, de acuerdo a las directrices institucionales y retos pastorales
ARTÍCULO 50.- El consejo directivo trabajará por animar, motivar, extender e
inculturar el carisma Oblato en los diversos países donde esté la Comunidad,
ejecutando el plan trazado por la asamblea general y haciendo uso adecuado de
los medios actuales de comunicación entre ellos las redes sociales, medio que
también hay que evangelizar.

ARTÍCULO 51.- En cada obra apostólica se creará un consejo local conformado


por el superior local o responsable de la obra como coordinador, se nombrará un
vicecoordinador, un tesorero, un secretario y un vocal para un periodo de dos
años.

ARTÍCULO 52. LA ECONOMIA DE LOS LAICOS OBLATOS. Toda organización


para alcanzar sus objetivos y crecer, necesitan fuera de la gracia de Dios y de la
responsabilidad de cada uno, la economía y las finanzas. Para lo cual deben
crear un fondo económico que les permita financiar la formación y adelantar el
apostolado; para eso, cada consejo local realizará actividades tendientes a
generar recursos para el logro de los objetivos. Los bienes adquiridos con esos
fondos serán de propiedad del MOLOMA, si llegara a desaparecer como
organización, dichos bienes y recursos pasarán en su totalidad a las obras
sociales de la Congregación de Oblatos.
ARTICULO 53.- La caja común del MOLOMA estará alimentada por el producto
total de una actividad que se debe realizar en el mes de octubre por parte de los
Consejos Locales, también por las donaciones, testamentos y títulos valores más
el aporte anual que le debe hacer la COE de acuerdo a lo estipulado por el
reglamento
ARTÍCULO 54.- RENDICIÓN DE CUENTAS Y CONTABILIDAD. El tesorero del
MOLOMA y de los consejos locales está obligado a rendir cuentas
semestralmente a sus respectivas autoridades, darlas a conocer a sus
cohermanos laicos oblatos y presentarlas al tesorero de la COM para ser
socializadas en la Asamblea del MOLOMA y entregadas al H. Consejo General.

CAPITULO NOVENO
DE LA SEPARACIÓN DE UN MIEMBRO LAICO Y DE LA TERMINACIÓN DEL
MOLOMA

ARTÍCULO 55.- Serán causales para la separación del MOLOMA:


1.- Cuando el Laico Oblato solicite libremente su retiro;
2.- Cuando haya cometido actos de deshonestidad grave en la familia, trabajo y
sociedad o también en el ministerio que el MOLOMA le confió
3.- Cuando sea causa de división entre los laicos oblatos y se le dificulte el
trabajo en equipo o busque beneficiar a su familia o amigos.
4.- Cuando por su comportamiento pone en riesgo la unidad familiar.
5.- Por falta de testimonio
6.- Cuando haga parte de negocios ilícitos
7.- Por difamación de la Iglesia, de la Congregación o de algún miembro del
MOLOMA
ARTÍCULO 56.- Será causal única de disolución del MOLOMA la pérdida de la
finalidad para la cual fue creado y el consiguiente alejamiento de los principios
de la espiritualidad Matovellana. En este caso el Superior General con el voto del
Consejo General lo disolverá y todos los bienes pasarán a las obras sociales de
la Congregación de Oblatos.

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