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Universidad Francisco José de Caldas 

Licenciatura en Educación Básica en Ciencias Sociales 


Facultad de Ciencias y Educación 
Nelson Jordy Rubio Bernal 
Código: 20111155067 
Profesor: Absalón Jiménez
Nación, ciudadanía y Estado en Colombia

Ensayo realizado en base a la indagación sobre las perspectivas de la nación


surgidas del deporte dentro del contexto colombiano.

Es placentero iniciar una indagación para desarrollar las categorías tan complejas
como lo es la nación, y más aún si le agregamos, un elemento como lo es el
deporte, que, en mi poca comprensión del hecho social, es un replicador del
nacionalismo efímero, al cual pertenezco cuando juega la selección Colombia; ya
que el deporte rey (el futbol) es el que genera más rating en los canales
nacionales, impulsa a personas como yo a comprar la camiseta de dicha selección
por 5000 pesos en la zona comercial de San Victorino en el centro de Bogotá; o
personas que tienen los recursos de conseguir en Adidas de cualquier centro
comercial y pagando 160.000 pesos aproximadamente, solo para reflejar que
pertenecemos o sentimos orgullo por ese equipo o expreso orgullo por esa nación,
en donde mueren niños de hambre o matan personas por x o y motivo en las
ciudades o en el campo.

Comienzo con el artículo de David Leonardo Quitián Roldán llamado Deporte y


modernidad: caso Colombia. Del deporte en sociedad a la deportivización de
la sociedad, de la Universidad Federal Fluminense de Brasil, en el año 2013, en
la revista colombiana de sociología; donde se describe como a sido el desarrollo
del deporte en Inglaterra y como productos como el futbol y el ciclismo, llegan a
nuestras latitudes para conformar las ideas de nación. Dentro de este texto tomo
dos apartados que coinciden con el tiempo de indagación pedido por el seminario
y esto son: el de consolidación del deporte en la imagen nacional desde 1951
hasta 1972; y el proceso de Florecimiento del deporte, periodo comprendido desde
1972 hasta 2001.

El periodo denominado por Quitían Roldan de consolidación del deporte, en el cual


el ciclismo a través de las cadenas principales de radio en el país, se impulsó el
patriotismo, es decir de sentimientos pasionales de patria y de valores morales
como el pundonor, la lealtad y el coraje mediante imágenes exageradas fruto de
relatos improvisados del esfuerzo de nuestros deportistas, ya que el Estado como
productor de discurso integradores, no realizaba esta acción. Explicando a su vez
que la vuelta a Colombia fue una invención de la élite burguesa dueña del
periódico El Tiempo, con poco mercadeo y una afición auténtica por este deporte,
replicando este evento de su superior europeo el tour de Francia; esta tuvo gran
acogida ya que se vendía la imagen del hombre-deportista, el cual vence la
naturaleza sobre un entrenamiento estricto por medio de una máquina llamada
bicicleta.

El autor resalta la criollización de la imagen del deportista colombiano, el cual


podía derrotar a sus semejantes europeos, por el hecho de que corría en
desventaja por el estado maltrecho de las vías de la época, y lo difícil de la
geografía, en cuanto al ascenso de las montañas; siendo estos preponderantes en
las carreras europeas como la vuelta a España o el giro de Italia, resultando en la
creación de los epítetos como el “escarabajo” o el “cafeterito”.

El autor menciona que para este mismo periodo el futbol tuvo una repercusión
nacional de iguales proporciones, por el hecho de que muchos jugadores
extranjeros llegaron al recién creado torneo colombiano en 1948, muchos de ellos
argentinos, brasileros, uruguayos y paraguayos, traídos por múltiples factores
como la huelga de jugadores en Argentina, la informalidad del negocio futbolístico
de este tiempo y la habilidad de los dirigentes de los equipos colombianos; esto
forjando un gran reconocimiento a nivel internacional, como también, lo generaron
los encuentros de futbol del club los millonarios en Europa, en contra del Real
Madrid.

El fácil acceso al equipamiento, permitió que la mayoría de ciudades intermedias


del país, tuviera canchas y hasta pequeños estadios, teniendo así su
transformación de un juego de aficionados a llegar a nivel profesional. En el
artículo se menciona una posible hipótesis de la llegada del futbol a Colombia,
gracias a autores como Alberto Galvis Ramírez y Rafael Jaramillo Racines, era
que los ingenieros ingleses de ferrocarriles, trajeron este deporte al país; aunque
entre estos dos difieren si fueron primeros los rieles o el balón.

Cuando el profesor Quitian Roldan, habla dentro de su texto del florecimiento del
deporte, periodo comprendido desde 1972 hasta 2001, se alude a describir como
el asalto triunfador que cometió Antonio Cervantes “kid” Pambelé, fue utilizado
como trofeo político con fines electorales, de propaganda y hasta ideológicos.
Hasta ese momento la etnia afrodescendiente fue negada en la historia nacional
desde la época independista, ellos hasta ese momento fueron segregados y
discriminados de modo racista; precariamente con este acontecimiento deportivo,
el autor menciona que fue visibilizada este sector de la nación; pero la visión
negativa perduró hasta la conformación de la constitución política de 1991, donde
queda jurídicamente escrita su inscripción como ciudadanos y reconocimiento.

En estas décadas se manifiesta un mismo proceso, toda conquista deportiva tenía


origen en personajes de origen humilde, popular y marginado; y por ende, sus
éxitos son magnificados por el periodismo, ya que a pesar de la misma ausencia
de ayuda del Estado, han podido superar las adversidades y llegar a lo alto del
reconocimiento mundial; ya que Coldeportes como entidad enfocada en el
fortalecimiento de apoyo procesos deportivos de alto rendimiento, nunca cometió
este propósito; ya que no existían políticas públicas enfocadas en este sector de la
sociedad.

El artículo termina con la reflexión de que en nuestra nación se utilizaron


elementos discursivos para influenciar el deporte con ese sentimiento patriótico,
en ciertos momentos específicos o en eventos de poca trascendencia; pero que en
últimas no pudo consolidar una intervención efectiva del Estado para configurar
una sociedad involucrada de lleno con el deporte.

Otro artículo encontrado para la realización de este texto fue el escrito por Andrés
Dávila y Catalina Londoño, titulado La nación bajo un uniforme: fútbol e
identidad nacional en Colombia 1985-2000; escrito bajo la investigación
denominado “Iconos, ídolos y símbolos: tentativas en la construcción de la nación
en Colombia”, realizado para la convocatoria de proyectos interdisciplinarios de la
Facultas de Ciencias Sociales de la Universidad de los Andes. En este escrito
inicia desde la proposición de que Colombia es un país carente de elementos
simbólicos, iconográficos e instituciones que recogen las identidades colectivas
que sirven de base para la construcción de una nación.

En el artículo, los autores empiezan a desglosar el término juego y como el juego


del fútbol genera tantas pasiones y encierra a los jugadores y espectadores, como
demás participes en una realidad alterna que no busca una recompensa material
dentro de su despliegue; pero además fácilmente suceder y no afectar la realidad
cotidiana. Aunque al mismo tiempo; este juego representa muchos elementos de
la realidad social, como las actitudes altruistas o egoístas que se presentan en la
cancha por parte de los jugadores, y también las justicias o no que se puedan
presentar, similares a las que todos vivimos en nuestras vidas; y aseguran los
autores que es un juego literalmente, ya que el resultado es relevante, tanto como
la manera en que se obtuvo, por ello, genera tanta adscritos y hasta adictos; lo
cual es mi caso, ya que la emoción de ver el equipo nacional como lo es el
América de Cali en un campeonato internacional como lo es la copa libertadores y
obtener un buen resultado de visitante, en el partido disputado el día 10 de marzo
de 2020, ante la Universidad Católica de Chile.

El comprensible modo de entender las reglas del fútbol hace que la gente se
adhiera de manera rápida y accesible a todas las personas que tengan contacto
con este deporte. Los autores también destacan como el practicarse en un campo
tan rustico y campestre como lo es el pasto, genera esa conexión de alejamiento
de lo urbano y nuestro siempre lazo con lo natural. Hasta aseguran que este
deporte es una manifestación estética, por el hecho del uso de las manos, la
cuales han forjado las expresiones técnicas y artesanales, esta casi totalmente
prohibida a excepción de los arqueros. Todas estas descripciones son realizadas
con el ánimo de explicitar el factor identitario producido por el fútbol.

Resulta interesante la relación entre fútbol y violencia dentro de un contexto tan


álgido como lo es el colombiano, menciona Dávila y Londoño, que la misma
dinámica del balón pie es el fútbol es:
un lugar privilegiado para la mimicry. Contiene este elemento en diferentes dimensiones y
todas ellas hacen de este juego algo en lo cual el ser humano se identifica: hay una
representación de una batalla en la cual el fracaso o la victoria tienen valor simbólico.
(2003, p. 128)

Por ello, estos autores destacan el fútbol como una alternativa para el
relacionamiento de las disputas o conflictos, por ser un escenario regulado, pero
no controlado en su totalidad, en él se puede como participante desplegar las
emociones más exacerbadas, tanto en la guerra y el deporte, como lo mencionaba
Norbert Elias:

Además, ambos pueden despertar emociones placenteras tanto como dolorosas y conllevan
una compleja y variable mezcla de comportamientos racionales e irracionales. Asimismo, la
existencia de ideologías diametralmente opuestas que resaltan, por un lado, que el deporte
podría ser un sustituto de la guerra. (1986, p.10)

También mediante la expansión del fútbol a nivel nacional en 1948, se pudo ver
que este deporte no se concentró en Bogotá, sino fue acogido en las diversas
regiones de Colombia; y en mi opinión es la reproducción más tangible de las
diferencias y rivalidades de los territorios, los cuales se recogieron bajo la misma
nacionalidad colombiana después de la conformación de la república; por este
deporte de aliento y banderas, las personas del interior se acercaron a conocer y
reconocer esas otras formas de cultura y costumbres, como fue mi caso. Los
autores resaltan que muchos factores sociales como lo étnico, las clases sociales,
lo urbano o rural o cualquier otro elemento diferenciador, nada tuvieron que ver en
la construcción de grupos de hinchas de los equipos.

Los autores subrayan que antes 1985 no existía una identidad futbolística dentro
de los equipos locales o en la selección nacional, es decir un estilo de juego que
ayudara a encantar a la sociedad colombiana en general; solo se habían
conseguido triunfos esporádicos, un ambiente de ilegalidad en la contratación de
jugadores extranjeros e injerencia del narcotráfico en el fútbol; pero todo esto
cambia con el campeonato juvenil de Paraguay 1985, donde una selección tímida
y con dudas empezó a avanzar en el torneo y llego a conquistar el tercer puesto,
logrando con ello la clasificación al mundial sub 20 efectuado en la Unión
Soviética; este grupo de muchachos mostró técnica y desenvoltura en el modo de
jugar, aunque sin olvidar la seriedad o diversión dependiendo del partido.

Pero luego de la caída en la segunda ronda del torneo ante Brasil, no mostrando
el tan esperado estilo de juego mostrado en el suramericano, se puede decir que
este fue el despertar de la identidad nacional, denominado en el argot deportivo
como el “proceso”. El ser campeón del suramericano sub20 hecho en nuestro país
y con este la clasificación al mundial de esta misma categoría a realizarse en Chile
1987, mostro la calidad de los jugadores a pesar de los resultados, estos
comandados por el técnico Francisco Maturana; que tiempo después sería el
técnico de la selección de mayores, que participaría en la copa América de
Argentina 1987, donde fue la consolidación del “proceso”.

El técnico Maturana no cayó en el egoísmo o el orgullo, este llevo a todos los


jugadores que los hinchas y el periodismo creían que merecían ir a disputar este
torneo. El éxito de este “proceso” y, por ende, ícono de la identidad nacional,
constituía de 3 componentes; primero, la conformación como un grupo de
jugadores sólido, basado por el compañerismo, la amistad y la personalidad. El
segundo, fue el estilo de juego, se superó la idea defensiva, y primó el toque toque
de los volantes con posesión de balón, con defensa zonal en línea con una
formación de 4-4-2, con arquero libero. Generando con esto el tercer componente,
que era el reconocimiento de los hinchas nacionales, la prensa internacional y los
hinchas argentinos.

Para finalizar este ensayo quiero poner a disposición del lector algo de mi
memoria, en cuanto a otro referente de identidad nacional llevado por el deporte; y
que a mi parecer es distinto de los anteriormente mencionados, este es el
reconocimiento como ídolo nacional de Juan Pablo Montoya en un deporte tan
individual y difícil como lo es la Formula 1. El hecho de que mi infancia, me sintiera
orgulloso de un piloto salido del kartismo, un deporte para nada cercano a lo
popular y a las masas, verlo triunfar en pistas internacionales, obviamente
teniendo en claro que fue el periodismo como en otras épocas, fue el impulsor de
estos fanatismos nacionales, hace que uno mismo como sujeto evalué este tipo de
procesos colectivos. Ese sentimiento de admiración y reconocimiento en mi caso
como ciudadano colombiano

El aprender de escuderías, autos, aerodinámica, otros pilotos, pistas,


señalizaciones en pista, y estar absorto frente a un televisor los fines de semana
por alrededor de hora y media para ver como personas dentro de vehículos
prototipo, superan velocidades de 200 a 300 kilómetros por hora, llevan su
adrenalina al límite; porque a diferencia de otros deportes, el honor y la patria no
solo están en juego, sino también la vida misma. Esto se me manifestó más
claramente, viendo el mismo proceso de identidad nacional sucedido en Brasil, a
finales de la década de los 80’s y principios de los 90’s con el tres veces campeón
mundial de formula 1 Ayrton Senna, fallecido en el premio de San Marino el
primero de mayo de 1994. En estos personajes se encierra la ayuda hacia su
comunidad, creando fundaciones y reuniendo miles de individuos bajo el manto de
la patria, por el esfuerzo de sus triunfos, llevando el nombre de sus países, a
lugares tan lejanos como Alemania, Francia, Italia y hasta Japón.

También quiero concluir este ensayo con una idea que tengo clara en mi mente,
pero que no he indagado a profundidad, y es como se generan (y lo digo en mis
palabras) esas identidades nacionales externas, y más en un mundo actual
globalizado y conectado por los medios de comunicación masivos; para poder
aclarar esta hipótesis, doy un ejemplo a continuación.
Desde tempranos años de mi vida, he reconocido en mi personalidad una
identidad hacia una nación muy lejana de la colombiana, recuerdo que inició con
un documental en el cual, se hablaba de las teteras de hierro y las espadas de
origen japonés, luego fue conociendo las series animadas conocidas como anime,
luego parte de sus historietas conocidas como manga, y por último su literatura,
historia y hasta la selección de fútbol, pasando por la música, su industria
automotriz y su cinematografía. Deseo en un punto de mi vida, conocer sus
templos, zonas urbanas y rurales, de todo su conglomerado de islas, sus
diferentes formas de ver el mundo y la realidad, para comprobar con mis propios
pensamientos, si esas emociones que me embargan son similares a las personas
en su cotidianidad, se reconocen como colombianos.

Bibliografía

 Dávila, A. y Londoño, C. (2003). La nación bajo el uniforme: fútbol e


identidad nacional en Colombia, 1985-2000. en Iconos, ídolos y símbolos:
tentativas en la construcción de la nación en Colombia. Buenos Aires.
CLACSO.

 Quitián, D. (2013). Deporte y modernidad: caso Colombia. Del deporte en


sociedad a la deportivización de la sociedad. Revista Colombiana de
Sociología, Bogotá.

 Dunning, E. y Elias, N. (1991). Deporte y ocio en el proceso de la


civilización. Fondo de Cultura Económica. México.

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