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Las trayectorias académicas desde su concepción institucional

La institución educativa es el contexto organizativo donde esta trayectoria tiene


lugar. Sea el lugar de formación una sala de jardín, un salón en la escuela primaria o
incluso un aula universitaria, este espacio imprime una condición de institución universal
donde los principios de educación y formación tienen lugar (Enriquez, 2002). El autor
plantea la imposibilidad de definir la institución en relación al proceso formativo de una
persona desde una sola teoría. Cada análisis da lugar a diferentes concepciones que pueden
justificar las acciones y decisiones internas como así objetar el funcionamiento desde
distintas posiciones que pueden abalar una norma colectiva como así velar por las
individualidades de cada organización.

Esta característica esta dada principalmente por las particularidades de cada


individuo y la misma cultura institucional. Existe un sinfín de factores alojados en el
edificio que pueden generar alianzas o brechas en la persona. Por un lado, el sujeto tiene su
propia biografía y su trayecto transitado y por otro lado están las singularidades de la
institución como ser la historia, la cultura y los componentes de la vida cotidiana que
pueden o no coincidir con las del individuo pero generan indefectiblemente, cierto tipo de
influencia o postura. Es decir que en cada organización educativa cada uno se verá
atravesado y entramado en su propia biografía, (…) que hace que la expresión de ese
hecho educativo asuma distintos rasgos y también se presenten algunas regularidades
según las organizaciones y las personas a las que nos estemos refiriendo.1

Siguiendo con esta línea, la institución desde su pluralidad tratará de albergar a


todas aquellas personas que compartan rasgos, principios y concepciones subyacentes a
esta. La institución universal es la encargada de impartir estas concepciones y regulaciones
que se imprimen en la cotidianeidad institucional así como también dibujar ese matriz
sagrada (Nicastro-Greco (2009) que trazará aquellos aspectos ideales para su normal
desenvolvimiento.

Sin embargo, esta idealización entra en crisis cuando los actores entran en el
escenario. Estos rasgos tan particulares se ven afectados por en el tejido de relaciones que
1
Nicastro,S. y Greco,M. “Entre trayectorias. Escenas y pensamientos en espacios de formación”. Homo Sapiens. Sta Fe.
2009
se crea dentro de la organización que imprime particularidades distintas a las planteadas en
su matriz y que forman parte de la cultura cotidiana. Conceptos como transmisión, fracaso,
éxito aprendizaje, enseñanza, etc., sufren modificaciones constantes desde su concepción
dada la vulnerabilidad del mismo contexto.

Es la misma sociedad desde sus constantes fluctuaciones la que fomenta estas


fragmentaciones entre lo impuesto desde el idealismo y la realidad que debe enfrentar la
institución a diario, siendo el principal protagonista el sujeto que está caminando en ella.
Son esas rupturas que aparecen a diario las que se repiten en la organización, los distintos
puntos de vista, el trabajo en equipo, el trabajo aislado, la cooperación, la discriminación,
etc. La fragmentación hace que por momentos nos sintamos como habitando islas en el
marco de la misma organización, los de una carrera y los de otra, los de un área y lo de
otra, los de un turno y los de otro, etc2.

Las trayectorias desde su mirada institucional pueden ser concebidas desde dos
puntos teóricos. Por un lado, las podemos considerar como parte de la estructura
organizativa de la institución y por otro lado, las podemos ubicar como resultados, como la
producción de la misma institución.

Si los analizamos desde el punto de vista de un mero componente, la trayectoria


ocuparía el mismo lugar de análisis que ocupan el tiempo, los recursos, los propósitos, las
tareas etc. Sin embargo, si lo consideramos como una producción, debemos analizar la
institución en su conjunto con las características, las modalidades, los entramados y las
condiciones antes mencionadas que condicionarían los resultados que se alcanzan en
términos de trayectorias. Es un llamado a analizar el contexto donde el individuo transita
para determinar todas esas implicancias desde una perspectiva histórica así como también
desde su relación con los otros para ver cuáles son las que generan mayor afectación y que
implican un proceso de alteridad en la persona misma dando como resultado directo esa
trayectoria (Ardoino, J.1997).3

2
Ibídem 1
3
Ardoino, Jacques. (1997) Complejidad y Formación. Pensar la Educación desde una mirada epistemológica.
Bs. As. Ediciones Novedades Educativas. Universidad de Buenos Aires.
Desde esta perspectiva consideramos a la institución como un componente más
del proceso de formación del alumno, no como responsable absoluto sino como un factor
más que puede condicionar el trayecto. Al analizar esta perspectiva, llegamos a un punto
donde se genera cierta tensión entre la trayectoria ideal y la trayectoria real y sin detrimento
ni juicios, da lugar a tratar de entender cuáles son los rasgos que coartan las diferencias
entre una trayectoria que fue pensada para todos pero se hace real sólo en algunos. Esto nos
invita a una reflexión que gira en torno a la relación de la institución y su proyecto
formativo, atravesada por distintas variables que merecen especial atención y a su vez, al
análisis de aquellos recursos que funcionan como andamiaje para acompañar las posibles
fragmentaciones que se generan en dicho proyecto.

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