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SUPERIOR N° 4
“RAÚL SCALABRINI ORTIZ”
PROFESORADO DE INGLÉS
TRABAJO FINAL
“ETICA Y PROFESIÓN DOCENTE”
AÑO: 2018
INTRODUCCIÓN:
Acuña Iraima
Es en esta instancia donde nos preguntamos si se pueden enseñar las cuestiones morales
y éticas en la formación docente. Según Tarres, se reconoce que parte de la formación
de los valores fundamentales ocurre durante la infancia y al abrigo de la familia, pero
esta se prolonga a lo largo de toda la vida, de allí que en su formación juega un papel de
primera importancia la educación formal (Básica, Media Diversificada y profesional e
incluso más allá) y por consiguiente puede afirmarse que la adquisición de los valores es
un proceso que abarca una porción considerable de la vida de los individuos. Desde esta
visión, se puede afirmar que el actuar de un docente en el contexto escolar dependerá
también de su formación como individuo, de su trayectoria y su experiencia de vida.
Sin embargo, el aporte que realizan los centros formativos de docentes es muy
importante para lograr centrar la mirada del docente en el correcto accionar dentro de
una institución educativa. Rivas afirma que “la formación docente bajo la
responsabilidad de las Escuelas Universitarias de Educación, no pueden seguir
ignorando que a los planteles continúan llegando los problemas de la violencia, las
cuestiones asociadas al consumo de drogas, tabaquismo y alcohol, el narcotráfico, el
SIDA, el embarazo precoz, al aborto, etc. Como se puede observar, los males de la
sociedad han empezado a ser conceputalizados como carencias formativas a las que hay
que abordar y que la escuela debe suplir con un esfuerzo exclusivo y real”. Se debe
estudiar todas las problemáticas que atacan las escuelas y formar docentes desde esas
realidades, la formación de un docente debe estar contextualizada, se deben brindar
herramientas para combatir estas cuestiones que deberán enfrentar los docentes. Desde
ese punto de vista es donde la construcción de la ética docente asume un rol
fundamental; la de elegir el correcto accionar para una determinada situación a resolver.
Alliud define oficio como “la vocación entendida como una adhesión sacrificada hacia
valores universales. Un oficio que nos conecta con la posibilidad de formación/
transformación de las personas, con la transmisión de la cultura a las nuevas
generaciones”. Si somos conscientes de la forma en la que estamos enseñando los
saberes a nuestros alumnos, seremos capaces de transmitir esos valores que necesitan
para la vida en sociedad. Por ejemplo, el compromiso, el trabajo colaborativo o la
cooperación en la realización de alguna tarea son base para la construcción de un
alumno con valores.
En las escuelas se suelen ver situaciones de bullying entre alumnos. Un caso, sucedido
en Bs. As. relata una triste realidad donde una nena de 8 años sufría exclusión y acoso.
En un día de clases uno de sus compañeros la inmovilizó desde atrás, mientras otro, por
delante, la amenazaba con tirarle en la cara el contenido de una botella de gaseosa.
Cuando estaba a punto de hacerlo, ella intentó escapar y correr tan rápido como podía.
En la desesperación, chocó contra una columna, cayó y, por unos segundos, perdió el
conocimiento. Eso, recuerda, fue lo más grave que sufrió en términos físicos. Pero la
violencia verbal la acompañaría un par de años más. También la insultaron por su peso,
su condición social y su color de piel. No lo hicieron una sola vez, sino con la
insistencia suficiente como para que perdiera la cuenta.
Con respecto a los miedos de los profesores al ejercer la docencia, resulta interesante el
análisis de Álvaro Marchesi Ullastres y Tamara Díaz Fouz quienes, mediante
estadísticas determinan la mayor preocupación de los docentes. En sus conclusiones, se
observa un 35.6 % de miedo a no conseguiré mantener el orden en el aula. Esto
responde claramente a una falta de seguridad en el oficio que están desarrollando. A mi
entender, el docente debe ser una persona capacitada y preparada para resolver
conflictos que se puedan presentar en el aula, la característica de “inmediatez” y
“resolución de conflictos” son base para el ejercicio de esta profesión.
Otro análisis estadísticos de Marchesi Ullastres y Tamara Díaz Fouz con respecto al
“buen profesor enseñando valores que el mismo comporta” se nota una mayoría en
acuerdo sobre esta premisa. Esto podemos observar en la diversidad de trayectorias que
comportan los docentes y que forman su actuar en el aula. Vemos una coherencia en su
forma de ser y enseñar, aunque se pueden encontrar excepciones donde docentes
fomentan valores que ellos no cumplen, por ejemplo el docente que intenta fomentar la
responsabilidad y puntualidad en clases y llega tarde a su trabajo o el profesor que habla
sobre el cuidado de la salud y luego se lo encuentra fumando en el pasillo. Creo que el
ejemplo del docente es una buena forma, también, de enseñar valores a los alumnos.
En el libro “La ética docente en la escuela violenta”, Susana Podesta, realiza un análisis
sobre el trabajo docente y su condición, destacando la situación sobre la salud
ocupacional del docente en una primera instancia. Se afirma que los docentes son
efectivamente un grupo en riesgo con daños evidentes en su salud. La autora introduce
el concepto de “ETICA DE LA PREVENCIÓN” que en salud mental, refiere a la
elaboración e implementación de una serie de medidas que preserven de disfunciones
que pudieran plantearse durante la práctica profesional. Vemos muchos docentes a
travesado por situaciones que exceden a sus tareas y no logran encontrar soluciones. Es
muy recurrente encontrar profesores estresados, deprimidos o superados por las
múltiples tareas que deben realizar y es por eso que la autora apela a los espacios de
reflexión grupal como un método para combatir estos problemas.
Susana Podesta afirma que “Trabajar colectivamente sobre nuestra vida en las escuelas,
nos ayudará a aceptar y tolerar cierta ansiedad en el ejercicio profesional, provocada por
la ruptura de estereotipias. Será también un espacio de contención donde podremos
poner en palabras nuestro “malestar”, descubrir que no estamos solos, que otros
comparten idénticas vivencias, que no somos una “anomalía”. De lo vivencial podremos
remontarnos a la teoría.” Aquí se plantea la soledad que implica la tarea docente, el
resolver conflictos en el aula depende de uno mismo pero al compartir nuestros
problemas con otros colegas podemos encontrar formas de resoluciones a conflictos
mediante las experiencias de otros docentes.
Los casos como el de la nena de Bs. As. que padeció bullying en su escuela es solo uno
de muchos relatos que existen en la realidad actual de Argentina. Poner en debate este
tipo de noticias nos invita a reflexionar sobre las problemáticas que debemos resolver en
las escuelas. Desde el aporte de los teóricos en materia de ética y educación pude
comprender la importancia de la formación ética de los docentes, que resulta un arma
importante para combatir estos flagelos por los que atraviesa la educación.
Comprender que no solo existe la violencia entre alumnos sino también entre docentes y
directivos, supone un análisis mucho más profundo pero que nos lleva a realizar un
análisis del estado de la salud ocupacional del docente. A veces el docente también
suele ser generadora de violencia con actitudes discriminatorias dentro del aula. El no
comprender la forma de vestirse de un alumno o la forma de actuar y pensar nos supone
encasillarlo en un tipo de alumno, estereotiparlo y separarlo del resto.
Considero que como futuro docente debemos erradicar todo tipo de estereotipos creados
por la sociedad y enfocarnos en las cualidades y actitudes que poseen los alumnos y no
en su forma de vestir, pensar o actuar ya que cada uno tiene distintas competencias que
el docente debe potenciar para lograr la realización plena del alumno. Las diferencias
sociales que puedan aparecer en el ámbito escolar, no deben ser un impedimento de
ningún tipo para que el docente llegue a su meta, la de educar con principios fundados
en la democracia, el respeto y la libertad de expresión.
Fomentar un clima de aceptación del otro diferente, supone superar esa barrera de
discriminación, hostigamiento que son base para construir una mejor sociedad. Como
afirma Susana Podesta, “La violencia comienza cuando se acaban las palabras” es
precisamente esto lo que debemos trabajar, el dialogo democrático, la libre expresión, el
respeto a escucharnos entre todos y entender que entre la diferencia podemos construir
una sociedad colaborativa donde los aportes de todos sean significativo.
BIBLIOGRAFIA
*Ullastres, Álvaro Marchesi y Fouz, Tamara Díaz (2008). Las emociones y los valores
del profesorado.Madrid Cuadernos fundación SM N°5