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INSTITUTO DE EDUCACIÓN

SUPERIOR N° 4
“RAÚL SCALABRINI ORTIZ”

PROFESORADO DE INGLÉS

SEMINARIO: ETICA PROFESIONAL DOCENTE

TRABAJO FINAL
“ETICA Y PROFESIÓN DOCENTE”

RESPONSABLE: BRUNO GRANADO

AÑO: 2018
INTRODUCCIÓN:

El presente trabajo tiene como objetivo poner en análisis cuestiones relacionadas a la


ética y profesión docente. La escuela como ámbito decisivo de educación y de
socialización presente en la cotidianeidad de los estudiantes tiene un lugar privilegiado
para aportar a la sensibilización sobre las problemáticas que nos ocupa.

Se puede observar, en el contexto educativo actual, diversas problemáticas relacionadas


a la violencia escolar que abren un sinfín de debates sobre el correcto actuar de los
docentes en el contexto escolar. También nos invita a posicionar nuestras miradas desde
el lugar de los educandos y pensar sobre las posibles soluciones a estos conflictos que
cada vez van ocupando un gran terreno en los temas prioritarios de la agenda escolar en
Argentina.

Es de importancia conocer estas cuestiones y profundizar en su análisis para lograr una


correcta interpretación de los acontecimientos que se están desarrollando en la
actualidad. El aporte de los teóricos en materia de ética y docencia enriquece nuestra
visión con respecto a estos temas y nos permiten lograr un análisis más profundo sobre
las problemáticas educacionales que vivimos.
“La ética es el ideal de la conducta humana, orientando sobre lo que es
bueno y correcto y se consolida cuando se internalizan las normas sin que exista
presión exógena para su cumplimiento. La ética de un profesional se gesta desde la
formación del mismo, por ello el docente debe actuar en esta etapa. Para realizar esta
labor tiene que conocer los códigos éticos y plantearse cómo debe ser su
comportamiento como educador.”

Acuña Iraima

¿Qué es la ética docente?

Antes de comenzar el análisis sobre la violencia escolar y su mirada desde la ética


docente, es necesario aclarar desde que conceptos abordaremos esta problemática. La
ética es la disciplina que estudia las reglas morales como un medio para orientar las
acciones a través de la racionalidad de los individuos, es decir que a través de su estudio
las personas pueden aprender a guiar sus actos en función de valores, con esta visión se
intenta eludir la distinción entre la ética discursiva (puramente filosófica) y la ética
aplicada (Maliandi, 2002). La ética siempre llevo una noción práctica y es indispensable
incluirla en la formación docente pues dará a los maestros en formación pautas que
guiarán el ejercicio de su profesión. Es desde esta visión que entendemos a la ética
docente como una guía del correcto actuar de un docente en el ámbito escolar A partir
de sus valores, el docente comenzará estableciendo, en el tiempo de su clase, lo que
debe hacer el alumno y lo que no dentro como fuera del aula. Marcará pautas a seguir y
establecerá una especie de contrato implícito de comportamiento de los alumnos con el
docente y viceversa.

Es en esta instancia donde nos preguntamos si se pueden enseñar las cuestiones morales
y éticas en la formación docente. Según Tarres, se reconoce que parte de la formación
de los valores fundamentales ocurre durante la infancia y al abrigo de la familia, pero
esta se prolonga a lo largo de toda la vida, de allí que en su formación juega un papel de
primera importancia la educación formal (Básica, Media Diversificada y profesional e
incluso más allá) y por consiguiente puede afirmarse que la adquisición de los valores es
un proceso que abarca una porción considerable de la vida de los individuos. Desde esta
visión, se puede afirmar que el actuar de un docente en el contexto escolar dependerá
también de su formación como individuo, de su trayectoria y su experiencia de vida.

Sin embargo, el aporte que realizan los centros formativos de docentes es muy
importante para lograr centrar la mirada del docente en el correcto accionar dentro de
una institución educativa. Rivas afirma que “la formación docente bajo la
responsabilidad de las Escuelas Universitarias de Educación, no pueden seguir
ignorando que a los planteles continúan llegando los problemas de la violencia, las
cuestiones asociadas al consumo de drogas, tabaquismo y alcohol, el narcotráfico, el
SIDA, el embarazo precoz, al aborto, etc. Como se puede observar, los males de la
sociedad han empezado a ser conceputalizados como carencias formativas a las que hay
que abordar y que la escuela debe suplir con un esfuerzo exclusivo y real”. Se debe
estudiar todas las problemáticas que atacan las escuelas y formar docentes desde esas
realidades, la formación de un docente debe estar contextualizada, se deben brindar
herramientas para combatir estas cuestiones que deberán enfrentar los docentes. Desde
ese punto de vista es donde la construcción de la ética docente asume un rol
fundamental; la de elegir el correcto accionar para una determinada situación a resolver.

Violencia escolar, ética y profesión docente

En la educación actual, encontramos situaciones relacionadas a la violencia desde


diferentes posicionamientos; verbal, físico, psicológico. Según Alliud “Hoy enseñar se
complica, a todos se nos complica, entre otras cosas porque esos otros que son niños y
jóvenes, suelen resistir a la intervención adulta y también muchas veces a la escuela;
una escuela cuya forma predominante no condice con los modos de comunicación y
socialización predominantes fuera de ella” Entender el comportamiento de los alumnos
es complicado, teniendo en consideración las diversas identidades que habitan dentro de
una institución. Si bien, la tarea docente no solo se limita a enseñar un conocimiento
específico, sino también educar en valores, el oficio de ser docente significa ir más alla
de una visión de entrega de saberes al alumno.

Alliud define oficio como “la vocación entendida como una adhesión sacrificada hacia
valores universales. Un oficio que nos conecta con la posibilidad de formación/
transformación de las personas, con la transmisión de la cultura a las nuevas
generaciones”. Si somos conscientes de la forma en la que estamos enseñando los
saberes a nuestros alumnos, seremos capaces de transmitir esos valores que necesitan
para la vida en sociedad. Por ejemplo, el compromiso, el trabajo colaborativo o la
cooperación en la realización de alguna tarea son base para la construcción de un
alumno con valores.

En las escuelas se suelen ver situaciones de bullying entre alumnos. Un caso, sucedido
en Bs. As. relata una triste realidad donde una nena de 8 años sufría exclusión y acoso.
En un día de clases uno de sus compañeros la inmovilizó desde atrás, mientras otro, por
delante, la amenazaba con tirarle en la cara el contenido de una botella de gaseosa.
Cuando estaba a punto de hacerlo, ella intentó escapar y correr tan rápido como podía.
En la desesperación, chocó contra una columna, cayó y, por unos segundos, perdió el
conocimiento. Eso, recuerda, fue lo más grave que sufrió en términos físicos. Pero la
violencia verbal la acompañaría un par de años más. También la insultaron por su peso,
su condición social y su color de piel. No lo hicieron una sola vez, sino con la
insistencia suficiente como para que perdiera la cuenta.

En el caso anterior vemos como se manifiesta la falta de valores para la construcción de


una sociedad inclusoria, valores que deben fomentar los docentes. Es importante
destacar que cada docente tiene una trayectoria de vida particular que lo distingue del
resto, priorizando valores sobre otros, valores que él cree pertinentes para el desarrollo
de sus clases. Según Sachs “en el caso de los profesores (la identidad profesional) es
medida por su propia experiencia, fuera y dentro de la escuela, y por sus propios valores
y creencias sobre lo que significa ser profesor y sobre el tipo de profesor que aspiran
llegar a ser”. Esta afirmación refiere a la subjetividad de cada profesor, a su actuar
dentro del aula. En el ejemplo anterior se puede observar una falta de control por parte
de docentes sobre la situación manifestada o tal vez docentes desinteresados por
resolver este tipo de conflictos.

Según el informe “Posicionamiento sobre adolescencia”, elaborado por Unicef, con


datos de la Unesco, la Argentina lidera los rankings de bullying en América latina. Para
la organización, cuatro de cada 10 estudiantes secundarios admiten haber sufrido acoso
escolar y uno de cada cinco dice haber sido objeto de burlas de manera habitual. Carlos
Marcelo en su libro “El profesorado principiante” afirma “Si queremos en las escuelas
profesores que reflexionen sobre sus prácticas (y sobre los propósitos y valores que a
ellas subyacen), entonces la formación (inicial, y también continua, incluyendo el
periodo de inserción) tendrá que ser organizada en función de este propósito. Una
enseñanza de calidad exige profesores de calidad”. Esto alude a las capacitaciones y el
interés de profesores por estar en la vanguardia de los últimos métodos de enseñanza y
resoluciones de problemáticas en el aula. Es interesante analizar el crecimiento de
capacitaciones sobre violencia escolar y bullying que el ministerio de educación brinda
para lograr un mejor actuar de los profesionales de la educción en estas problemáticas.

Con respecto a los miedos de los profesores al ejercer la docencia, resulta interesante el
análisis de Álvaro Marchesi Ullastres y Tamara Díaz Fouz quienes, mediante
estadísticas determinan la mayor preocupación de los docentes. En sus conclusiones, se
observa un 35.6 % de miedo a no conseguiré mantener el orden en el aula. Esto
responde claramente a una falta de seguridad en el oficio que están desarrollando. A mi
entender, el docente debe ser una persona capacitada y preparada para resolver
conflictos que se puedan presentar en el aula, la característica de “inmediatez” y
“resolución de conflictos” son base para el ejercicio de esta profesión.

Otro análisis estadísticos de Marchesi Ullastres y Tamara Díaz Fouz con respecto al
“buen profesor enseñando valores que el mismo comporta” se nota una mayoría en
acuerdo sobre esta premisa. Esto podemos observar en la diversidad de trayectorias que
comportan los docentes y que forman su actuar en el aula. Vemos una coherencia en su
forma de ser y enseñar, aunque se pueden encontrar excepciones donde docentes
fomentan valores que ellos no cumplen, por ejemplo el docente que intenta fomentar la
responsabilidad y puntualidad en clases y llega tarde a su trabajo o el profesor que habla
sobre el cuidado de la salud y luego se lo encuentra fumando en el pasillo. Creo que el
ejemplo del docente es una buena forma, también, de enseñar valores a los alumnos.

En el libro “La ética docente en la escuela violenta”, Susana Podesta, realiza un análisis
sobre el trabajo docente y su condición, destacando la situación sobre la salud
ocupacional del docente en una primera instancia. Se afirma que los docentes son
efectivamente un grupo en riesgo con daños evidentes en su salud. La autora introduce
el concepto de “ETICA DE LA PREVENCIÓN” que en salud mental, refiere a la
elaboración e implementación de una serie de medidas que preserven de disfunciones
que pudieran plantearse durante la práctica profesional. Vemos muchos docentes a
travesado por situaciones que exceden a sus tareas y no logran encontrar soluciones. Es
muy recurrente encontrar profesores estresados, deprimidos o superados por las
múltiples tareas que deben realizar y es por eso que la autora apela a los espacios de
reflexión grupal como un método para combatir estos problemas.

Susana Podesta afirma que “Trabajar colectivamente sobre nuestra vida en las escuelas,
nos ayudará a aceptar y tolerar cierta ansiedad en el ejercicio profesional, provocada por
la ruptura de estereotipias. Será también un espacio de contención donde podremos
poner en palabras nuestro “malestar”, descubrir que no estamos solos, que otros
comparten idénticas vivencias, que no somos una “anomalía”. De lo vivencial podremos
remontarnos a la teoría.” Aquí se plantea la soledad que implica la tarea docente, el
resolver conflictos en el aula depende de uno mismo pero al compartir nuestros
problemas con otros colegas podemos encontrar formas de resoluciones a conflictos
mediante las experiencias de otros docentes.

En el siguiente apartado, la autora afirma que la violencia comienza cuando se acaban


las palabras. Los hechos puestos en el tapete por los medios de comunicación sobre
casos de violencia en distintas escuelas del país, y la propia experiencia de trabajo en
escuelas de nivel medio, nos impulsa a investigar sobre la problemática de la violencia
escolar. Tomando las definiciones que propone Susana Podesta, sobre violencia, se
puede comprender que la violencia es una sociopatía, indicador de la crisis social que
refiere a una problemática donde falla la ley. Es una forma de ejercicio del poder
mediante el empleo de la fuerza (ya sea física, psicológica, económica, política...)”.
“Los hechos violentos de los que hablamos recorren una gama que va desde el grito, el
insulto, la mirada, el acoso, la matonería, el hostigamiento, la exclusión, la invisibilidad
y, en definitiva, la negación de los derechos de las personas.” Bajo esta definición
podemos decir que es un ámbito muy difícil de erradicar pero en el libro se proponen
algunas armas para combatirlas.

La ética y la moral, ya definidos en apartados anteriores, son dos conceptos muy


importantes en el quehacer docente y nos marcan el camino para la resolución de
conflictos sobre violencia. Lo establecido como correcto por la sociedad y lo que uno
debe hacer para lograr una sana convivencia son base en cuestiones de enseñanza en la
escuela. Para ello el docente debe gozar de buena salud ocupacional, y como afirma
Susana Podesta, “Superar el aislamiento para resistir la fragmentación, para
mantenernos enteras” es la premisa en cuestión “Las relaciones sociales reparadoras,
superadoras del aislamiento, son el elemento más importante a tener en cuenta ante el
sufrimiento en el trabajo, cualquiera sea éste. Las personas más aisladas son las más
vulnerables, y lo mismo ocurre con los grupos. Es necesaria la construcción colectiva de
una escuela cimentada en buenos valores para erradicar la violencia, para ello
deberíamos también solidificar la cultura institucional en la escuela, que el proyecto de
mejoramiento sea acompañada por todos los integrantes de la institución.
CONCLUSION

Los casos como el de la nena de Bs. As. que padeció bullying en su escuela es solo uno
de muchos relatos que existen en la realidad actual de Argentina. Poner en debate este
tipo de noticias nos invita a reflexionar sobre las problemáticas que debemos resolver en
las escuelas. Desde el aporte de los teóricos en materia de ética y educación pude
comprender la importancia de la formación ética de los docentes, que resulta un arma
importante para combatir estos flagelos por los que atraviesa la educación.

Comprender que no solo existe la violencia entre alumnos sino también entre docentes y
directivos, supone un análisis mucho más profundo pero que nos lleva a realizar un
análisis del estado de la salud ocupacional del docente. A veces el docente también
suele ser generadora de violencia con actitudes discriminatorias dentro del aula. El no
comprender la forma de vestirse de un alumno o la forma de actuar y pensar nos supone
encasillarlo en un tipo de alumno, estereotiparlo y separarlo del resto.

Considero que como futuro docente debemos erradicar todo tipo de estereotipos creados
por la sociedad y enfocarnos en las cualidades y actitudes que poseen los alumnos y no
en su forma de vestir, pensar o actuar ya que cada uno tiene distintas competencias que
el docente debe potenciar para lograr la realización plena del alumno. Las diferencias
sociales que puedan aparecer en el ámbito escolar, no deben ser un impedimento de
ningún tipo para que el docente llegue a su meta, la de educar con principios fundados
en la democracia, el respeto y la libertad de expresión.

Fomentar un clima de aceptación del otro diferente, supone superar esa barrera de
discriminación, hostigamiento que son base para construir una mejor sociedad. Como
afirma Susana Podesta, “La violencia comienza cuando se acaban las palabras” es
precisamente esto lo que debemos trabajar, el dialogo democrático, la libre expresión, el
respeto a escucharnos entre todos y entender que entre la diferencia podemos construir
una sociedad colaborativa donde los aportes de todos sean significativo.
BIBLIOGRAFIA

*Alliud, Andrea (2014). El Campo de la Práctica como instancia privilegiada para la


transmisión del oficio de enseñar. Ministerio de Educación. Buenos Aires.

*Marcelo, Carlos (2008). El profesorado principiante. Inserción a la docencia. Buenos


Aires. Octaedro

*Ullastres, Álvaro Marchesi y Fouz, Tamara Díaz (2008). Las emociones y los valores
del profesorado.Madrid Cuadernos fundación SM N°5

*Podesta, Susana (2001). La ética docente en la escuela violenta. Poner el hombro y


cuidarse las espaldas. Córdoba.

*Diario La Nación. Sección opinión. Recuperado de


https://www.lanacion.com.ar/2075930-construirse-desde-la-destruccion-la-lucha-de-
una-adolescente-contra-el-bullying

*UNICEF. Posicionamiento sobre adolescencia en Argentina. Recuperado de


https://www.unicef.org.ar/adolescentes/

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