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Los primeros en definir esta corriente teológica fueron el sacerdote católico colombiano
Jorge Camilo Torres Restrepo, el educador y expastor presbiteriano brasileño Rubem Alves
y el sacerdote católico peruano Gustavo Gutiérrez Merino, cuyos primeros trabajos sobre el
tema datan respectivamente de 1968 y 1969.45678
Índice
1 Ideario
o 1.1 Principales ideas
o 1.2 La base teológica y conceptual
o 1.3 Planteamiento teológico
2 Antecedentes
o 2.1 Teología dialéctica
o 2.2 Francia
o 2.3 Concilio Vaticano II
o 2.4 Pacto de las Catacumbas
o 2.5 Brasil
o 2.6 Argentina
o 2.7 Movimientos sociales
o 2.8 Teoría de la dependencia y Pedagogía del oprimido
o 2.9 Colombia
3 Historia
o 3.1 De 1968 a 1971
o 3.2 De 1972 a 1979
o 3.3 De 1980 a 1991
o 3.4 De 1992 a 2004
o 3.5 2005 en adelante
4 Ramas y vertientes
o 4.1 Gustavo Gutiérrez
o 4.2 Rubem Alves y la rama protestante
o 4.3 Teología del pueblo
o 4.4 Leonardo Boff
o 4.5 Corrientes guerrilleras
o 4.6 Teología feminista de la liberación
o 4.7 Teología india
o 4.8 Otros exponentes
5 Posturas oficiales
o 5.1 Postura de la Iglesia católica
o 5.2 Decisiones sobre teólogos de la liberación católicos
o 5.3 Durante el papado de Francisco
6 Vínculos con la KGB
7 Representantes
8 Véase también
9 Notas
10 Referencias
11 Bibliografía
12 Enlaces externos
Ideario
Como dice el teólogo argentino Juan Carlos Scannone, «lo común a todas las distintas
ramas o corrientes de la teología de la liberación es que teologiza a partir de la opción
preferencial por los pobres y usa para pensar la realidad social e histórica de los pobres, no
solamente la mediación de la filosofía, como siempre utilizó la teología, sino también las
ciencias humanas y sociales».2
Principales ideas
Sin embargo, es capital destacar la apreciación que hace Gustavo Gutiérrez: al contrario
que otros postulados teológicos o filosóficos, la teología de la liberación es un «acto
segundo», es decir, emana de una experiencia de compromiso y trabajo con y por los
pobres, de horror ante la pobreza y la injusticia, y de apreciación de las posibilidades de las
personas oprimidas como creadores de su propia historia y superadores del sufrimiento.
Para Gutiérrez esto no es sólo una cuestión metodológica, sino un compromiso de vida, un
estilo de vivir, una forma de confesar la fe, es la espiritualidad.11