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Formación de maestros y maestras

Historias y trayectorias de maestras y


maestros indígenas en el Cauca:
¿la etnoeducación, posibilidad para Otras
educaciones?*
Elizabeth Castillo Guzmán**
Lilia Triviño Garzón***

Resumen
Historias y trayectorias de maestras y maestros indígenas en el Cauca:
¿la etnoeducación, posibilidad para Otras educaciones?
Stories and trajectories of indigenous teachers in the department of Cauca:
Ethnoeducation, a possibility for Other educations?

Este texto tiene como propósito comunicar algunos hallazgos producidos en el marco del estudio: "Identidades,
saberes y prácticas pedagógicas en maestros indígenas", adelantado con seis maestras y maestros indígenas, egresados
de la Licenciatura en Etnoeducación, de la Universidad del Cauca, en donde se indaga sobre cómo se construyen
históricamente las identidades pedagógicas, entendidas como los rasgos particulares que se expresan tanto en sus
relatos autobiográficos, como en sus repertorios docentes, los cuales están directamente relacionados con las diver-
sas manifestaciones del control cultural o estatal sobre sus prácticas pedagógicas.

Abstract

This paper intends to release several findings resulted from the study "Identities, types of knowledge and pedagogical
practices among indigenous teachers", which included the participation of six male and female teachers who graduated
with BA's in Ethnoeducation, from the University of Cauca. This study questions how pedagogical identities are
historically constructed. The concept of pedagogical identities are understood here as the particular traits that are
expressed both in their autobiographical narratives and in their approach to teaching, which are directly related to
the diverse manifestations of cultural or state controls on their pedagogical practices.

Résumé

Ce texte a comme but communiquer quelques découvertes produites dans le cadre de l'étude "Identités, connaissance
et pratiques pédagogiques chez les professeurs indigènes", faite avec six professeures et professeurs indigènes diplômés
de la licence en Ethno éducation, de l'Université du Cauca et où on fait des recherches sur la manière comme sont
construites historiquement les identités pédagogiques, celles-ci comprises comme les traits particuliers qui sont

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* Texto basado en los resultados de la investigación “Identidades, saberes y prácticas pedagógicas en maestros indí-
genas”, financiada por la Tercera Convocatoria de la Vicerrectoría de Investigaciones de la Universidad del Cauca,
noviembre de 2006, VRI 342. Se presentó como ponencia en el I Seminario Internacional y VI Nacional de Investi-
gación en Educación y Pedagogía, realizado por la Universidad Pedagógica Nacional, Bogotá, 29-31 de mayo de
2007.
** Profesora de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad del Cauca, Departamento de Estudios
Interculturales. Integrante del Grupo Educaciones y Culturas.
E-mail: elcastil@unicauca.edu.co
*** Profesora de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad del Cauca, Departamento de Lingüís-
tica: Integrante del Grupo: Estudios Interculturales.
E-mail: ltrivino@unicauca.edu.co

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exprimés aussi bien dans leurs histoires autobiographiques que dans leurs répertoires pédagogiques, lesquels sont
directement liés avec les diverses manifestations du contrôle culturel de l'état sur les pratiques pédagogiques.

Palabras clave

Maestras/os indígenas, etnoeducación, identidades pedagógicas, Otras educaciones, historia escolar


Indigenous teachers, ethnoeducation, pedagogical identities, Other educations, school history

Cuando yo traté de ingresar por primera vez a la escuela solamente la palabra escuela
me causaba miedo. Escuela, pensaba en un profesor muy bravo, por la historia de los
padres, que decían que en la escuela hay que hacer tales cosas porque de lo contrario lo
castigan; a uno los padres le comentaban lo horrible que eran los profesores, y lo otro,
era que al ir a la escuela, tenía que hablar el español y yo no sabía hablar el español; eso
era lo que más me daba miedo. Cuando decían, vea voy a matricularlo el lunes y a partir
de la otra semana tiene que ir a la escuela y que voy a comprar los cuadernos; yo sentía
un miedo y casi no podía dormir, pero pues llegó ese tiempo y tuve que enfrentar las
cosas y logré así medio aprender poco a poco el español.
Testimonio de Pablo Emilio Secué1

Marco introductorio

H
ablar de maestras y maestros indíge- tidades pedagógicas, entendidas como los rasgos
nas en Colombia es adentrarse en la particulares que se expresan tanto en sus rela-
historia de las propuestas educativas tos autobiográficos, como en sus repertorios
gestadas fundamentalmente desde el interior docentes, los cuales están directamente rela-
de los movimientos étnicos. Estas propuestas le cionados con las diversas manifestaciones del
plantearon al país, hace más de treinta años, control cultural o estatal sobre sus prácticas
una compleja relación entre las identidades pedagógicas. El proceso adelantado durante
culturales y las políticas educativas. El resul- casi cuatro años, representa una experiencia
tado, hoy en día, es la existencia de una nor- importante de investigación intercultural, en
mativa derivada de la Constitución de 1991, la que fuimos definitivos todas y todos los do-
que reconoce a los pueblos indígenas el dere- centes participantes, especialmente el equipo
cho a desarrollar una educación acorde con sus de maestras/os investigadoras/es, conformado
expectativas y planes de vida. por: Samuel Almendra, Bolívar Chocué, Au-
rora Hormiga, Pablo Emilio, Yimer Pavi y
Desde esta perspectiva, esta ponencia tiene Sandra Trochez, con quienes guardamos un
como propósito comunicar algunos hallazgos profundo agradecimiento, pues fueron sus
producidos en el marco de un estudio “Identi- vivencias y reflexiones la esencia de este
dades, saberes y prácticas pedagógicas en ma- trabajo.
estros indígenas”, adelantado con seis maes-
tras y maestros indígenas, egresados de la Por lo anterior, las concepciones, las valoracio-
Licenciatura en Etnoeducación, de la Univer- nes y las prácticas que portan las/os maestras/os
sidad del Cauca, en donde se indaga sobre en su ejercicio cotidiano de educar, enseñar,
cómo se construyen históricamente las iden- conocer y aprender, son parte central de este
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1 Pablo Emilio Secué es maestro bilingüe nasa. Este fragmento hace parte de su historia escolar, expresada en las
entrevistas realizadas en el resguardo de Toribío, en 2004.

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trabajo. De igual manera, constituyen, estas cas convierten, a las/os maestras/os indígenas,
páginas, las narrativas sobre sus experiencias en sujetos sociales enfrentados a la tensión
personales, escolares y de formación profesio- entre lo tradicional y lo moderno, como asun-
nal, que ellas y ellos han enfrentado en su paso to central del acontecimiento escolar en terri-
por la familia, la comunidad, la escuela, la po- torios étnicos, tensión que se manifiesta en las
lítica, la universidad, el seminario, la normal y demandas y los roles asignados por la comu-
el Estado, a lo largo de sus vidas. De este modo, nidad y el Estado, y los roles y las funciones
un primer punto es el que refiere a que las/os asumidos desde sus propias trayectorias y con-
maestras/os indígenas no son individualidades cepciones sobre la educación.
que emergen sino, más bien, expresiones per-
sonales de procesos colectivos y comunitarios, En este trabajo, aceptamos el principio que
que marcan su doble condición identitaria: la permite reconocer y asumir a la maestra y al
de ser miembros de pueblos indígenas y ser maestro como sujetos productores de saber pe-
maestras/os en esos pueblos. dagógico,2 lo cual implica reconocer su aporte
intelectual en la investigación de sus prácti-
En este mismo sentido, podemos señalar que cas, en donde la noción de saber pedagógico re-
el desarrollo histórico de los procesos educati- sulta muy provechosa para analizar las prácti-
vos que actualmente reconocemos en Colom- cas y discursividades presentes en los modos
bia como educación indígena, educación de etnoeducación agenciados por las/os maes-
propia o etnoeducación, devienen de un com- tras/os indígenas. Desde esta perspectiva, asu-
plejo entramado político, cultural y epistemo- mimos el saber pedagógico como el ámbito de
lógico desde el cual se confrontaron, en el convergencia de conceptos, prácticas, repre-
siglo XX, las formas de escolarización que se im- sentaciones y modos de enunciación de la
pusieron e implantaron en el mundo de los etnoeducación, que convoca tanto espacios
pueblos indígenas desde el período colonial. escolarizados como no escolarizados, por su
La construcción del proyecto educativo de las carácter predominantemente comunitario.
organizaciones indígenas colombianas se
ha caracterizado, entre otros aspectos, por una Para el desarrollo de la temática propuesta,
amplia movilización social y una significativa partimos de la historia de Otras educaciones
transformación de las formas de participación en el Cauca, a fin de ubicar el contexto sociocul-
política en Colombia. Esto es lo que Escobar, tural y político en el cual se inscriben las expe-
Alvárez y Dagnino (2001) ha denominado las riencias de las/os maestras/os; en un segundo
políticas culturales provenientes de los movi- momento, nos detenemos en la historia esco-
mientos sociales. lar de los mismos, y luego pasamos a la inter-
pretación conceptual, que nos permitirá com-
De esta manera, es importante señalar que es- prender algunos aspectos centrales de la
tos procesos educativos encarnan un proyec- etnoeducación como alternativa que convoca
to político, en el cual la participación de las co- sujetos, experiencias y realidades educativas
munidades y su ejercicio de autonomía ocupan que buscan construir y posicionar esas Otras
lugar prioritario en los fines mismos de la con- educaciones que día a día se confrontan con
cepción educativa. Las anteriores característi- la educación oficial estatal.

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2 Esta noción de saber pedagógico se ubica en la tradición académica forjada por la historiadora Olga Lucía Zuluaga y
el Grupo de Historia de las Prácticas Pedagógicas, quienes desde la perspectiva foucultiana proponen y desarro-
llan esta categoría para abordar la historia de la pedagogía, en tanto y cuanto ésta representa la historia de una
saber disperso. De este modo, Zuluaga define el saber pedagógico como una “estrategia analítica que lee y ve los
discursos, las prácticas y las instituciones de la educación, para comprender que la significación se desprende de
sus unidades, conceptos y políticas” (1987: 17).

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La historia de Otras educaciones en el Autoridades Indígenas del Sur occidente Colom-


Cauca biano (AISO)3 (Rojas y Castillo, 2005). Estos mo-
vimientos retoman con vigor un planteamien-
Como resultado de las arduas luchas políticas to formulado en la plataforma de lucha del
de los movimientos indígenas en el Cauca, du- CRIC en 1975 respecto a la importante necesi-
rante las décadas del setenta y del ochenta del dad de formar maestras y maestros indígenas
siglo pasado, en la región se vivieron impor- para el trabajo en las comunidades, y desarro-
tantes transformaciones, fundamentalmente llan, en concertación con el Ministerio de Edu-
en lo referido a las maneras de asumir y repre- cación Nacional, las primeras experiencias de
sentar lo étnico. Este acontecimiento tuvo un profesionalización de maestras y maestros in-
correlato muy importante en el campo educa- dígenas en el país. El resultado de este proce-
tivo, en tanto suscitó a la par un movimiento so constituye el otorgamiento del título como
pedagógico étnico que dio lugar inicialmente bachilleres pedagógicos, a cerca de cuatrocien-
al concepto y al proyecto de educación indíge-
tos hombres y mujeres de los diferentes terri-
na, y posteriormente a la emergencia y consti-
torios indígenas.
tución de la etnoeducación c omo política edu-
cativa, como modelo educativo cultural y como
Estos procesos de profesionalización permitie-
enfoque pedagógico. A partir de este proceso
de movilización contrahegemónica, se confi- ron la incorporación de los indígenas a la la-
guró un nuevo discurso político y jurídico acer- bor educativa y pretendieron integrar a su
ca de la educación para la diferencia cultural particular saber cultural el conocimiento del
(Castillo, 2007). Este hecho dio paso a lo que modelo educativo nacional. Las pretensiones
hemos denominado las Otras educaciones, de estos procesos de profesionalización, así
entendido este fenómeno como la emergencia como la del proyecto de formación de las/os
de experiencias educadoras agenciadas como docentes indígenas, se resumen en la idea de
alternativa al dispositivo de escolarización ofi- formar un agente intercultural capaz de vincu-
cial. En ese sentido, las Otras educaciones ha- larse con las necesidades y las características
cen parte del conflicto histórico con el Estado de la educación propia a cada comunidad, a la
nacional, por el control cultural, comunitario, vez que dialoga e interactúa con modelos edu-
pedagógico y político de la escuela. cativos externos. Como lo plantean Triviño,
Cerón y Ramírez:
La lucha educativa y cultural, emprendida
por los movimientos indígenas en el Cauca en […] se persigue formar un docente
la década del setenta del siglo XX, dio lugar a la que, pensando la educación en su glo-
creación de un sistema escolar comunitario, balidad e integralidad, esté en capaci-
cuyos proyectos pedagógicos y educativos se dad de asumir la orientación de la
orientan en el marco de la participación co- etnoeducación como proceso de inves-
munitaria, y las políticas educativas de las tigación colectivo, en armonía con su
organizaciones indígenas, como el Consejo Re- cultura, aportando en la construcción
gional Indígena del Cauca (CRIC) y las de un proyecto etnoeducativo en-

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3 Las dos principales organizaciones indígenas en la región para este período histórico, y con fuerte influencia en el
conjunto de comunidades y resguardos indígenas. La estructura de los movimientos indígenas en Colombia y
particularmente del suroccidente del país, está conformada por una organización en diferentes niveles: nacional,
regional, zonal y por cabildos en los resguardos. En cada uno hay programas, comités o personas en el área educa-
tiva. Por ejemplo, el CRIC cuenta con el Programa de Educación Bilingüe e Intercultural y, el pueblo Guambiano,
con el Comité de Educación. A su vez, el Proyecto Nasa tiene, en su interior, un programa responsable del tema
educativo.

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marcado en el proyecto de vida de su ciatura en etnoeducación, 4 con lo cual se


pueblo (2005: 15). inicia una nueva etapa en la historia de la for-
mación universitaria de educadoras/es.
Los programas de formación de docentes in-
dígenas, adelantados en el país, se ubican en
tres modalidades: de nivelación, de profesio- La historia escolar como historia cultural
nalización y de educación superior, que se
desarrollan en escuelas normales superiores y La perspectiva etnográfica sobre la historia
universidades. La nivelación tiene que ver con escolar de las maestras y las/os maestras/os
la capacitación para obtener los requisitos mí- ofrece la posibilidad de volver la mirada a los
nimos para ejercer la labor pedagógica, debi- procesos y los escenarios significativos para
do a las limitaciones que tienen muchos/as cada una/o de las/os participantes en este pro-
docentes indígenas para acceder a mayores yecto, y en la finalidad de reconocer las mar-
niveles de escolarización. La profesionalización cas de la socialización primaria en cuanto a
se plantea como la formación en pedagogía identidad étnica, uso de las lenguas indígenas,
para quienes no habían sido preparados/as modos de apropiación de tradiciones y valo-
específicamente para la labor docente y no res familiares, todos estos rasgos presentes en
eran bachilleres pedagógicos. sus relatos autobiográficos. Lo anterior reviste
importancia en la medida en que, como lo ha
A partir de 1991, el país experimenta cambios
señalado Goodson,
muy importantes en materia de orientaciones
y políticas educativas, como consecuencia de La socialización del profesorado, se
la promulgación que constitucionalmente se produce a través de la observación e
hace de la educación como un derecho de los interiorización de determinados mo-
grupos étnicos. Este planteamiento se retoma delos educativos, tal y como los expe-
para dar existencia a un capítulo en la Ley rimentó en su época como estudiante
General de Educación (Ley 115 de 1994), refe- (1992: 58).
rido a la etnoeducación como la modalidad
educativa para los grupos étnicos; y posterior- En este sentido, asumimos que muchos de los
mente, al Decreto 804 de 1995, herramienta con referentes de la memoria de la vida escolar
la cual se reconoce a la etnoeducación y a de las/os docentes, cumplen un lugar impor-
las/os etnoeducadoras/es en el sistema educa-
tante en las formas como se asumen en el pre-
tivo nacional. Por otra parte, la propia refor-
sente en sus repertorios y modos de pensar la
ma constitucional afectó de modo importante
educación, la niñez, la disciplina y el bilingüis-
el tema de la educación pública, dando lugar
al surgimiento, en 1992, de la Ley 30 sobre edu- mo, entre muchos otros asuntos.
cación superior, que posibilita a las universi-
dades: autonomía institucional, académica y En una dirección similar, pero con referencia
curricular, para ofertar programas con perti- teórica distinta, Hargreaves ha planteado, en
nencia y calidad. De este modo, surgen en el sus estudios sobre la cultura del profesorado,
país, a partir de 1995, los programas de licen- que las/os maestras/os

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4 En la actualidad existen ocho programas que adelantan las universidades del Cauca, Guajira, Tecnológica de Pereira,
Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD), Pontificia Bolivariana y Amazonía, los cuales se desarrollan
en varias regiones del país. Triviño, Cerón y Ramírez (2005) plantean cómo en el conjunto de programas curriculares
que desarrollan las universidades, existen unos componentes básicos comunes a todas las diferentes propuestas;
estos son: pedagogía, investigación, comunicación y lingüística, territorio, entorno ambiental, gestión comunitaria
y áreas sociales y humanísticas relacionadas con la cultura, la historia y la sociedad.

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[…] no sólo enseñan como lo hacen por medio de las cuales se construyeron valo-
gracias a las técnicas que hayan podi- res y pensamientos. Pero estos mismos relatos
do o no aprender. Su forma de ense- expresan, luego, la dramática situación que se
ñar se basa también en sus orígenes, les impone cuando ingresan a la escuela y de-
sus biografías, el tipo de maestro que ben renunciar al uso de su lengua materna
cada uno ha llegado a ser (1996: 19). para dar prioridad al castellano. Esto hace par-
te del complejo fenómeno de discriminación
Siendo así, los referentes morales, culturales y cultural y étnica, como un común denomina-
éticos que veremos a continuación, estarían dor en las escuelas oficiales de la época. Aún
haciendo parte activa del modo como enseñan cuando el/la profesor/a fuera indígena bilin-
estas/os docentes en la actualidad. En su rela- güe, las lenguas indígenas no se usaban en el
to personal, Samuel Almendra, un maestro aprendizaje escolar. Al respecto, Bolívar y
guambiano quien participio en el trabajo de Sandra, recuerdan:
investigación referido, expresa una idea impor-
tante respecto a la imposibilidad de pensar su Mi profesora era indígena, todavía si-
formación sin tener como punto de partida lo gue, es nativa pero enseñaba en espa-
sucedido en el seno familiar y comunitario, ñol, casi no hablaba nasa yuwe, habla-
espacios que él considera fueron su primera ba pero muy poco, tenía dificultad
escuela: cuando los estudiantes hablábamos.
Era muy brava, muy exigente, a los es-
Un indígena no puede hablar de su tudiantes que no hacían la tarea le
historia escolar, sin antes poner de pre- jalaba las orejas, le daba reglazos; a mí
sente su historia familiar, que nace del nunca me castigó porque yo era un
calor del vientre materno fortalecido poquito obediente, me gustaba la es-
con el calor familiar alrededor del cuela, por eso en un año aprendí a leer
fogón. con la profesora… De la escuela me
acuerdo que el primer día me enseña-
ron a hacer rayitas no más; que habla-
Este maestro, de origen guambiano, señala el
ban puro español, como en la casa
choque entre las experiencias formativas que
hablaban nasa yuwe fue difícil enten-
vivió en su mundo familiar, basadas en la tra- der el castellano (Bolívar).5
dición oral y las vividas en su paso por la es-
cuela estatal, donde no había espacio para los Lo bueno fue que aprendí muchas co-
saberes ancestrales. Estos procesos, a veces sas porque yo no podía hablar en es-
contradictorios, constituyen el núcleo de su pañol, todo hablaba en lengua, yo no
socialización primaria, y expresan las tensio- entendía casi y mamá dijo: “vamos a
nes vida familiar-mundo escolar; tradición- meter allá donde están las monjas para
modernidad. que aprenda a hablar el español”. Y
aprendí a hablar (Sandra).6
Un aspecto que aparece de manera recurren-
te en los testimonios de quienes son maestras/os El conjunto de relatos sobre la historia escolar
bilingües, es la valoración altamente positiva de estas maestras y estos maestros indígenas
sobre el lugar de las lenguas indígenas en sus expresa el carácter autoritario que caracterizó
experiencias familiares de primera infancia, las prácticas en la escuela colombiana hasta

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5 Bolivar Chocué es maestro bilingüe nasa. Este fragmento hace parte de su historia escolar, expresada en las entre-
vistas realizadas en el Resguardo de Pueblo Nuevo, en 2004.
6 Sandra Tróchez es maestra bilingüe guambiana. Este fragmento hace parte de su historia escolar, expresada en las
entrevistas realizadas en el Resguardo de Quizgo, en 2004.

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hace muy poco tiempo,7 y cuya mayor expre- En segundo me tocó con el profesor
sión se localiza en el castigo físico como forma Diego. Me gustaba ir a la escuela, pero
de disciplinamiento, cuyos correlatos de temor con él me fue mal porque yo no en-
y angustia quedaron en los corazones de tendía las clases, tenía como miedo con
las/os maestras/os como una huella imborra- ese profesor; las divisiones fue lo que
ble. Ser sujeto de la educación mediada por el más me costó, en la lectura era muy
castigo y el disciplinamiento físico en la escuela rápido, dictaba y yo me quedaba mu-
cho; él no repetía, siempre hablaba
es una experiencia que se tramitó de maneras
puro español, cuando uno hablaba na-
distintas por quienes, en la actualidad, como
sa yuwe, él como que no tenía idea de
maestras y maestros, recuerdan este tipo de
eso. Perdí el año por matemáticas, yo
episodios. Para algunas/os, presenciar estos no podía [con] las divisiones. Nos de-
castigos se convirtió en una razón para obe- jaba como hasta las dos de la tarde; a
decer y asumir la autoridad escolar y, por tan- la hora, él se aburría, se iba y nos deja-
to, esconder aspectos de diferenciación indi- ba haciendo aseo, como a cuatro niños
vidual y desacuerdo personal con ese tipo de que éramos los últimos. Casi terminan-
regulaciones. Aunque las formas de disci- do el año, mejor me retiré, no me gus-
plinamiento escolar operaban de distintas tó. Me retiré porque no podía hacer las
maneras, su efecto era el mismo, expresado en divisiones y me tocaba casi todos los
el miedo hacia la autoridad. Esto no sólo se ha- días hacer el aseo. No podía y me cas-
cía a través de los castigos físicos que recibían tigaban haciendo el aseo, eso no me
las/os niñas/os, sino que también operaba a gustó. No quise ir, “no, yo no voy”, dije,
través de las formas de comunicación ame- me regañaban, pero andaba ayudan-
nazantes: do a trabajar, haciendo mandados.
Volví otra vez, entré en la misma es-
En el primer año de escuela la profe- cuela porque no había más, siempre
sora le decía a uno cosas que le metían era esa. Hice tres veces el segundo
miedos a uno. Decía que uno tenía que año […].
ir por ejemplo, bien aseado, que no
debía estarse en los caminos… le da- Otro aspecto significativo en la historia esco-
ban a uno toda esa orientación, pero lar de las/os maestras/os lo constituye la
era más que todo con miedos; por influencia religiosa impartida por las/os misio-
ejemplo, le decían a uno: “usted pue- neros/as de diferentes congregaciones, quie-
de hacer esto, pero si se desvía de eso nes hasta hace algunos pocos años tenían la
le pasa tal cosa […]“. Nosotros creía- educación pública en zonas indígenas bajo su
mos en eso tanto, que algunas niñitas administración plena, a través de la Educación
decían que sí, que se les aparecían es- Contratada.8 La religión convertida en doctri-
pantos o les quitaban las cosas. na del mundo escolar colombiano afectó de
manera estructural el orden ideológico y sim-
Del mismo modo, el maestro Bolívar recuerda bólico de sus actores. Por una parte, se institu-
que vivió una escolarización basada en la au- yó en un campo de conocimiento escolar
toridad y el castigo: obligatorio, y por otra, en una practica cotidia-

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7 Los estudios realizados en las décadas del ochenta y del noventa por autores como Rodrigo Parra Sandoval y
Francisco Cajiao, en relación con la escuela colombiana, reflejan de forma clara y detallada esta problemática del
autoritarismo.
8 Rojas y Castillo (2004: 63) han denominado este fenómeno como el de la Iglesia docente, caracterizado por la auto-
nomía que el Estado colombiano otorgó, durante casi dos siglos, a las congregaciones religiosas para orientar,
definir y administrar las formas de escolarización implantadas en los territorios ocupados por personas indígenas.

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na del espacio y el tiempo escolar, como lo ex- En la Campana comencé la educación.


presa el testimonio de la maestra Sandra: Mire que la educación no era sólo la
escuela, también aprendí qué era el
Todas las mañanas había una hora para cabildo, y el cabildo mayor. Entonces
rezar; rece y rece apenas llegábamos, todas esas realidades fueron, digamos,
lo mismo a la salida, faltando media impactando la vida de la escuela, por-
hora, a rezar… A uno le inculcaban la que mi vida de escuela no fue de sólo
religión, en la escuela la parte religiosa la escuela, sino que iba paralelo la casa
era primordial. En las clases de religión y la escuela, así nos educó mi papá.
nos colocaban a memorizar planas y a Entonces nosotros estuvimos total-
escribir, a cada grado nos tocaba ir mente en la casa. Yo no conocí Silvia
a misa un día en la semana, a rezar en hasta que bajé a estudiar el bachillera-
la capilla, todo era canto religioso, no to. Entonces, mi papá insistía que no-
era otro canto; eso nos enseñaron, a ser sotros estuviéramos en la escuela y en
buen cristiano, ir a misa. la casa. Uno iba paralelamente apren-
diendo las dos formas de la educación.
En la historia escolar del maestro bilingüe Bo-
lívar también se expresan rasgos de este tipo Mi educación primaria fue casi en las
de orientación, instaurados en las rutinas es- tres escuelas, y lo de la escuela que más
colares propias de misiones católicas en zonas me impacta, como digo: el cristianis-
mo y la forma de dividir; no sé si es
indígenas:
negativo para mí que la escuela divi-
da tanto, nos da por pedacitos. Uno
Me tocó con diferentes monjas. Cuan-
dice que ciencia, lenguaje, matemáti-
do tocaba religión, ellas más que todo
cas; entonces uno ya le tiene miedo a
enseñaban a rezar, a cantar; ellas en-
una determinada área, eso me ha
señaban todas las materias matemáti-
impactado en la escuela.
cas, ciencias, sociales, todo. Tuvimos
profesores que eran de la zona, los pri-
meros que terminaron el bachillerato,
y a las monjas que más inculcaban la Hacerse maestra/o
parte religiosa. Hasta cuarto fue puras
monjas, ya en quinto estaban los pro- Un rasgo común que aparece en la historia de
fesores con las monjas. las/os seis maestras/os, es que ninguna/o tuvo
una formación previa que la/o preparara para
Podemos reconocer, en estos fragmentos de el ejercicio de la docencia. Sin embargo, las
historia escolar de seis maestras y maestros personas o instancias que los convocan para
indígenas, las tensiones que viven los sujetos formar parte de ese gremio, reconocen en ellas/os
al enfrentarse a diferentes formas educadoras, unas potencialidades que acreditan, de cierta
cada una de las cuales suscita diversos apren- manera, unos saberes previos que llenan las
dizajes. Es por esto que la escuela se recuerda, expectativas de las/os oferentes: pertenecer al
en la mayoría de los casos, como una experien- mismo grupo sociocultural; ser bachilleres o
cia que separa, confronta, descalifica y desco- tener parte de ese ciclo de formación y estar
noce las trayectorias previas que las/os niñas/os dispuestas/os a trabajar en la zona que les in-
portan en tanto sujetos de culturas vigentes diquen, así sea una región muy apartada.
en la vida familiar y comunitaria. El maestro Como se puede apreciar, en esos saberes pre-
Samuel nos ofrece una reflexión muy intere- vios no está el ser normalista o haber tenido
sante sobre la educación, como un proceso experiencia en el campo de la docencia. Todo
complejo del cual la escolarización sólo es una parece indicar que el factor político-reivindi-
parte: cativo prevalece sobre el de formación peda-

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gógica, debido a que las personas que los con- dentro de la escuela con un modelo de
vocan pertenecen a una instancia de poder lengua escrita tal como el español, con
dentro de la comunidad: bien sea como auto- lo cual los niños entienden menos la
ridades de gobierno, líderes o miembros de las utilidad de su estudio dada la esque-
juntas de acción comunal. matización y estatismo a la que se ve
sometida (2005: 7).
La otra situación que se presenta dentro de la
historia profesional es la vinculación para ha- En ese sentido, la formación del/de la docente
cer un reemplazo de un/a familiar, práctica debe dotarlos pedagógicamente de herramien-
hegemónica que se ejerce con frecuencia en el tas que, en esencia, las/os conviertan en agentes
ámbito profesoral y a la cual se recurre en los eficaces dentro de un modelo de educación
contextos rurales. La vinculación por este me- propia, que les permita ser capaces de com-
dio, también articula los otros rasgos descritos prender su verdadero propósito y de encon-
anteriormente. trar la forma apropiada de enseñar, dentro de
una interacción de su saber cultural y el cono-
Para las/os maestras/os, el haber abordado este cimiento externo.
reto implicó recurrir inicialmente a concepcio-
nes y prácticas con las cuales fueron forma- Sobre las concepciones que tienen las/os maes-
das/os, en unos casos para reafirmarlas y, en tras/os acerca de cómo y dónde se aprende el
otros, para no repetir su historia escolar. Al oficio, Dietz (1999: 260) ha señalado la impor-
estar inmersos en esa labor que les tocó asu- tancia que desempeñan las/os maestras/os in-
mir, nace en ellas/os el deseo de aprender a ser dígenas dentro y fuera de sus comunidades,
maestras/os, por una parte, basándose en su en tanto se convierten en una especie de tra-
historia escolar como lo anotamos anterior- ductoras/es culturales, descolonizadas/os, que
mente y, por otra, vinculándose a procesos de ahora se encuentran más allá de los objetivos
formación comunitarios o formales. Lo que de la educación indígena gubernamental. Este
inicialmente se presentó como ocasional, ter- planteamiento es afín a la reflexión de la maes-
minó siendo su proyecto de vida. De ahí que tra Sandra:
la decisión de formarse como etnoeducadoras/es
contribuye en la consolidación de su identi- Aquí el trabajo cada día ha ido mejo-
dad profesional. rando. Uno no nace aprendiendo a ser
profesora, porque uno aprende ha-
Sin embargo, es necesario advertir que no basta ciéndolo. Uno puede leer mucho, pero
si no practica, se queda en lo mismo.
con que la/el maestra/o conozca su cultura,
Yo aquí he leído, he preguntado a los
domine la lengua y tenga una buena forma-
mayores, a los adultos y aquí el com-
ción para que sea posible un verdadero pro-
pañero profesor me ha ayudado
ceso de educación propia. Es también funda- mucho para mejorar mi práctica. A me-
mental la presencia de una concepción de dida que van los días o las fechas im-
procesos pedagógicos efectivos que la posibi- portantes, ahí es que uno aprende con
liten. En este caso es importante destacar lo los mayores, porque tal día hace esto
anotado por Triviño, Cerón y Ramírez respec- con la comunidad, uno participa y
to, por ejemplo, a la forma en que se desarro- aprende y los niños están acostumbra-
lla la enseñanza de la lengua materna, en dos así. Por ejemplo, hay una minga,
donde se resalta el hecho de que: hay un velorio y vamos a colaborar en
algo. Lo mismo con las otras escuelas,
[…] los docentes pueden hablar su nos hemos relacionado muy bien, se
lengua dentro de sus actividades so- ha representado al Resguardo porque
ciofamiliares pero deben formalizarla es la única escuela que siempre ha

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Historias y trayectorias de maestras y maestros indígenas en el Cauca...

mostrado con los estudiantes la parte rrarme; el profesor tampoco me indi-


cultural; en las presentaciones y los tra- có bien claro en qué temas iban, nada
bajos siempre sobresale la escuela del de eso… Entonces, llegué a apoyarme
Manzanal, por ser bilingüe. en cuadernos viejos que yo tenía por
ahí guardados y terminé el año en junio.
En su relato, Aurora resalta que no había pen-
sado en dedicarse a la docencia, pese a haber Este conflicto, que viven la maestra y el maes-
estado en contacto con esta labor desde el co- tro indígenas, entre su condición de docentes
legio, y a su inclinación por el trabajo social y su ser indígena, dentro de una posición de
que desarrollo en su época de estudiante, el intermediario cultural, además de ser un con-
cual la llevó a coordinar, en grado once, el tra- flicto de identidades, es también un conflicto
bajo de alfabetización con adultos. de lealtades: por un lado, su propia cultura,
sus propios valores culturales y, por otro, el
Yo aprendí a ser maestra en el trans- mundo exterior, que ya conoció, que lo formó
currir del tiempo […] Me vinculé como para integrar a sus comunidades, que es dife-
profesora en el año 1994, en la escuela rente y llamativo. En este sentido, es muy pro-
la Floresta. bable que la/el maestra/o, al verse en medio
de esta situación, asuma categóricamente
El primer día ni siquiera me presenta-
una de dos condiciones: la de docente o la de
ron, me dijeron: “aquí están los estu-
diantes” y ya, “éste es el segundo y el indígena, o que las unifique y se convierta, así,
grado quinto…”. Los primeros días, los en un/a mediador/a cultural.
niños están calladitos, y uno ahí, le re-
sulta bien, porque pues uno sabe que
les va cogiendo la confianza, uno va Control cultural y prácticas pedagógicas
analizando qué clase de niños son… en la configuración de las maestras y
El profesor que estaba en la escuela
los maestros indígenas como sujetos
nunca me dijo: “los niños son de esta
forma”, sino que me dijo: “son unos históricos
niños chéveres” y nada más, y así me
correspondió trabajar. Las historias escolares de las/os maestras/os
indígenas participantes en este trabajo; el aná-
Bolívar, un maestro bilingüe de la comunidad lisis de sus trabajos de grado en etnoeducación,
de Pueblo Nuevo, permite ver en sus relatos y la observación de su práctica docente y su
la génesis de su trayectoria docente: contexto comunitario son, en esencia, los insu-
mos que en su conjunto permiten compren-
Madrugué, llegué como a las nueve; der algunos rasgos centrales de lo que hoy re-
ningún padre de familia, sólo los mu- conocemos en Colombia como etnoeducación o
chachos fueron llegando, cinco padres educación indígena / educación propia.9 En primer
de familia llegaron y se reunieron, esta- lugar, asumidas estas otras formas educado-
ban contentos, querían que trabajara. ras10 como proyecto político y pedagógico de
los pueblos indígenas, su nivel de concreción
Me preocupé porque yo nunca había y progresión dependen, en gran medida, de
sido maestro y no sabía de dónde aga- las condiciones de autonomía y autoridad

__________________________________________________
9 Para efectos del acercamiento conceptual, aquí proponemos asumir la noción de etnoeducación de manera más
amplia, de tal modo que permita implicar las denominaciones referidas a los proyectos educativos del movimiento
indígena, como es el caso de educación propia o educación indígena.
10 En el sentido de los procesos que residen en las redes sociales y culturales que históricamente han sido escenarios
de socialización de los sujetos.

90 Revista Educación y Pedagogía, vol. XX, núm. 50, Enero - Abril de 2008
Formación de maestros y maestras

(empoderamiento) que logren las comunidades y zación como el CRIC, que ha asumido esto
sus organizaciones indígenas, para orientar como un proceso formativo conducente, a lar-
y definir la educación escolarizada en sus pro- go plazo, a la revalorización y recuperación de
pios territorios. Este aspecto define, de entra- las culturas indígenas. Con el tiempo, este en-
da, el principio del control cultural sobre la foque se ha ido moviendo hacia una perspec-
escuela, la/el maestra/o y el currículo, como tiva más intercultural, en la que se asume el
rasgo constitutivo de la etnoeducación. Por lo sentido político que implica el diálogo entre
anterior, las prácticas agenciadas por las/os culturas distintas.
maestras/os indígenas en el terreno de la etno-
educación dependen mucho del nivel de afec- En el terreno de las dinámicas escolares que
tación que los procesos organizativos y políti- viven los pueblos indígenas del Cauca, se pue-
cos de las comunidades indígenas tengan den distinguir, por lo menos, tres tipos de pro-
sobre la vida cotidiana de las escuelas, y la ad- cesos: 1) aquellos que reconocemos como
ministración de sus recursos y enfoques. De escolarización estatal, comúnmente denomi-
esta manera, la dimensión política de la etno- nados como educación oficial, cuyo rasgo pre-
educación se expresa en el grado de control dominante es su localización en el sistema edu-
cultural sobre los procesos pedagógicos pro- cativo estatal; 2) procesos de escolarización
piamente dichos. En ese sentido, la etnoedu- estatal, que han sido apropiados parcialmen-
cación propone la idea de autonomía educati- te a través de la lucha política y la demanda
va, lo que deriva en prácticas de una pedagogía jurídica de las comunidades indígenas y sus
del control cultural, que se expresa en saberes y organizaciones, y 3) las experiencias de escola-
prácticas que las/os maestras/os asumen por rización comunitaria, agenciadas por las comu-
efecto de la regulación que las comunidades, nidades y sus organizaciones, cuyo rasgo dis-
sus cabildos y sus autoridades tradicionales, tintivo es el de contar con autonomía y control
tienen sobre el proyecto educativo escolar, y sobre el sistema escolar.
sobre su quehacer.
Concomitante a esta caracterización, la conso-
Esta noción de pedagogía del control cultural es lidación de los Proyectos Educativos Comuni-
posible plantearla en relación con una orien- tarios (PEC) es también gradual al posicio-
tación que históricamente ha guiado los proce- namiento logrado. Sin embargo, se vislumbra,
sos políticos del movimiento indígena colom- en las diversas experiencias, que éstos consti-
biano y sus organizaciones, y es el referido al tuyen un espacio con mucho potencial para el
ejercicio de la autodeterminación o derecho de ejercicio de la etnoeducación, en la medida en
los pueblos. Por esta razón, en el terreno que ya se tiene claridad sobre el porqué y el
de las políticas educativas que se han venido para qué de la misma, pero hace falta desarro-
configurando desde el movimiento indígena, llar ampliamente el cómo. En este sentido, la
se ha planteado claramente el papel de la edu- gestión etnoeducativa estaría determinada, en
cación escolarizada y el desempeño de las/os gran medida, por lo enunciado en los PEC.
maestras/os, para el logro de reafirmaciones
étnicas y culturales de las comunidades. Esto Los anteriores planteamientos nos permiten
se explica, por ejemplo, en la traspolación de proponer tres tipologías para comprender la
principios de la acción política al terreno pe- incidencia que los procesos comunitarios y
dagógico, cuando se propone que sea la escue- políticos tienen en la constitución de las iden-
la comunitaria la responsable de socializar a tidades de los establecimientos escolares en
niñas y niños en el ideario y la práctica políti- relación con los roles de las/os maestras/os in-
ca y organizativa, por ejemplo, en una organi- dígenas (véase tabla 1).

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Historias y trayectorias de maestras y maestros indígenas en el Cauca...

Tabla 1. El rol de las/os maestras/os indígenas

Tipología Tipo de institución educativa Rol docente


Maestras/os Escuelas oficiales desarticuladas de los proce- Oficializadas/os: limita-
indígenas sos comunitarios-organizativos das/os en su rol en la par-
ticipación comunitaria

Indígenas maes- Escuelas oficiales parcialmente articuladas a su Oficializadas/os: con sen-


tras/os y gesto- comunidad local y sus organizaciones tido de pertenencia y ac-
ras/es de política ción comunitaria
educativa indí-
gena

Maestras/os co- Escuela comunitarias totalmente articuladas a Comunitaria/os: líderes


munitarias/os y procesos comunitarios culturales y políticos
comunera/os
indígenas

En estos escenarios, la localización del/de la interés por el aprendizaje de nociones que


maestro/a en uno u otro tipo de modelo de afianzan la identificación con la comuni-
escolarización, le otorga unas posibilidades dad indígena de pertenencia. Por ello, se
determinadas en materia identitaria, pedagó- trabajan contenidos etnohistóricos y lin-
gica y política. Igualmente, influye de modo güísticos; igualmente, se aborda la produc-
significativo en sus prácticas y en las culturas ción cultura material (tejidos, técnicas de
pedagógicas que desarrollan. En este panora- siembras y de elaboración de la vivienda).
ma de diversidad en la escolarización presen-
te en las comunidades indígenas del Cauca, el — Las prácticas pedagógicas observadas tien-
estudio desarrollado nos permite identificar
den, en términos generales, a suplantar los
rasgos comunes en los modos de producción,
métodos memorísticos, por formas de
distribución y circulación de saberes:
aprendizaje colectivo y basado en la reali-
zación de acciones tendientes a la indaga-
— Hay una tendencia importante en las
prácticas de las/os maestras/os a trabajar ción, la observación y la conversación
contenidos, que explícita y claramente se grupal. Existe una tendencia a favorecer
relacionan con aspectos de afirmación po- procesos de aprendizaje colaborativo.11
sitiva de la identidad indígena, y en los
cuales se comprometen formas y modos — Los aspectos propios de la comunitariedad
de representación y enunciación de la his- ocupan un lugar central en las prácticas de
toria y la cultura indígenas, que muestran cultura escolar y pedagógica que estas
su riqueza e importancia. Por otra parte, maestras y estos maestros agencian a dia-
en las entrevistas sobre su quehacer y en rio. Por una parte, la/el maestra/o no
las observaciones de aula se destaca un está circunscrita/o de forma exclusiva al

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11 Esta mención es descriptiva y se refiere al modo como se organiza en el proceso de aprendizaje de las/os niñas/os
en el tiempo de aula.

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Formación de maestros y maestras

currículo formalizado, sino que su rol for- algunas metodologías que permiten el acceso
mativo aborda las situaciones de contex- a los contenidos en mención. Estas transfor-
to, el diálogo permanente de comunidad maciones de la enseñanza en los contextos de
y autoridades, y la interacción con los pro- diversidad étnica del Cauca son producto de
cesos propios de la cotidianidad comuni- las transformaciones en las relaciones de po-
taria. A pesar de las fronteras que toda der que se abanderan en la otredad y que inci-
escuela demarca física y simbólicamente den en lo educativo y lo pedagógico.
con el mundo que la rodea, en el caso de
estas experiencias la maestra y el maestro El Cabildo y, en general, la organización indí-
tienden puentes concretos para hacer po- gena, tratan de mantener un nivel de regula-
sible la integración de ellas. En la observa- ción sobre las prácticas de enseñanza, a través
ción de campo se pudo apreciar cómo de la evaluación y el apoyo a las/os docentes
maestras/os y niñas/os se articulan a prác- que trabajan con el cabildo. En el caso de la
ticas comunitarias, como: asambleas, evaluación, el CRIC negocia con el Estado que
mingas y fiestas tradicionales. Estos espa- las/os docentes pagadas/os por los convenios
cios también son compartidos por maes- conseguidos por ellas/os, como es el caso aho-
tras/os no indígenas, con sentido de perte- ra de la maestra guambiana, le deben entre-
nencia a las comunidades en donde prestan gar informe pedagógico y de actividades, con
sus servicios. lo cual se da el paz y salvo para el pago sala-
rial. El Cabildo, por su parte, participa en la
— El rol de maestra/o también se replantea y elaboración del PEC y en la evaluación del
en las experiencias comunitarias escolares proceso, y promueve a la comunidad para rea-
(Quizgó y Sesteadero) es más de compa- lizar la evaluación de sus maestras/os:
ñera/o-maestra/o, limando, de cierta mane-
ra, la tensión que vivieron las/os docentes El cabildo ha delegado y ha capacita-
en sus historias en cuanto a la comunica- do a los padres de familia, haciendo
ción intercultural. que ellos caigan en cuenta de que la
educación no es sólo aprender a leer y
— En los diferentes planes de estudio que de- escribir, es mucho más allá; se debe es-
tudiar, pero para que se contribuya al
sarrollan las/os maestras/os, en unos casos,
autosostenimiento y convivencia. Por
de manera explícita, en otros, más desde
eso, el Cabildo está controlando y se
la individualidad y autonomía del/de la
hacen reuniones con los docentes. Una
maestro/a en el aula, está la reafirmación tarea que se dejó es que se investigará,
de valores culturales como eje de la ense- en cada centro, cuál es la problemáti-
ñanza: “hay que partir de lo propio, de lo ca; en el Manzanal era que la mayor
de adentro, hacia fuera”. La nueva escuela parte de la población dependía del la-
está siendo resignificada y apropiada al drillo y de ahí se analizo qué va a pa-
servicio de la reproducción de las culturas sar al excavar tanto la tierra. Hoy, las
locales, en diálogo con la cultura englobante escuelas tienen un diagnóstico y un
nacional. planeamiento conjunto del Resguar-
do. Lo difícil es controlar la participa-
El sendero recorrido hasta el momento mues- ción activa (Laurentino Tunubala).
tra que se vienen presentando algunos cam-
bios en las concepciones y prácticas de ense- En otras palabras, la lucha política ha modifi-
ñanza, especialmente en la relación maestra/o cado el campo pedagógico, dando posibilidad
-estudiante, el uso y enseñanza de la lengua a la emergencia de un nuevo sujeto educador,
indígena, la implementación de contenidos y inscrito en tradiciones de saber distintas a las
experiencias a partir de la cultura local y de que hegemónicamente han determinado la

Revista Educación y Pedagogía, vol. XX, núm. 50, Enero - Abril de 2008 93
Historias y trayectorias de maestras y maestros indígenas en el Cauca...

formación del/de la maestro/a. Igualmente, cio concreto y cotidiano, se desenvuelvan co-


este proceso ha dado lugar a la emergencia de mo líderes comunitarias/os, como gestoras/es
un sujeto, un saber y una institución escolar, educativas/os, como investigadoras/es, y como
cuyas pretensiones estarían cercanas a un pro- sujetos interculturales. Desde otra óptica, el
ceso de descolonización de la educación y la estudio realizado por Castillo, Hernández y
asunción de la autonomía educativa como Rojas sobre los programas curriculares para la
derecho cultural. Este fenómeno, de orden formación de etnoeducadoras/es, muestra
estructural, afecta de manera concreta los cómo
modos como se construye la condición de
maestra o maestro indígena. Esta reconfigu- […] el conjunto de programas perfila
ración es posible, en buena medida, por la pre- un “nuevo tipo de educador/a”, quien
sión ejercida por los organismos internaciona- se desenvuelve en una perspectiva
les, las luchas de los movimientos indígenas y comunitarista, favoreciendo la inci-
la coyuntura de los países latinoamericanos dencia de la cultura y la organización
que, frente a la globalización, tratan de tejer local en las decisiones sobre la escuela
nuevas formas de articulación con la sociedad, (Castillo, Hernández y Rojas, 2005: 50).
para restaurar la gobernabilidad y la legitimi-
dad (Gros, 2003). En el mismo sentido, Díaz (1999) propone en-
tender “el maestro” como una categoría orgá-
nica de la sociedad, que ocupa una posición
Más que maestras y maestros, etnoedu- en la división social del trabajo, cuya acción
cadoras/es educativa se relaciona con los procesos de
conocimiento y con los procesos sociales de po-
Uno de los reconocimientos centrales en este sición de grupos o individuos en una cultura
trabajo es la transformación que sufren las for- determinada. De ahí que la formación de
mas de representación e identificación que las/os docentes sea el medio por el cual se le
históricamente se han construido del/de la asigna, al/a la futuro/a profesional, una “con-
maestro/a, a partir de la visibilización de este ciencia especializada”, como sujeto de la en-
otro modo de ser docente, que es el de las/os señanza y sujeto del saber pedagógico.
maestras/os indígenas.12
Estos elementos nos permiten desarrollar un
Independientemente del lugar en el que se
planteamiento importante para los estudios en
localice su práctica, hemos podido reconocer
educación, y es el referido a los cambios de
que la condición de identificación étnica y po-
horizonte de sentido que implican estas nue-
lítica se constituye en eje de este proceso com-
plejo y mutante de autorrepresentación que vas realidades hasta ahora extrañas a la inves-
construyen las maestras y las/os maestras/os tigación sobre el profesorado indígena. Si bien
de su rol en la comunidad. Como lo han seña- hemos abierto un camino importante en lo
lado Triviño y Palechor (2006: 159-160), existe referido a las historias y las culturas profeso-
una serie de rasgos comunes entre este modo rales, el caso en concreto de las maestras y
de ser maestras/os, que hace que, en su ejerci- las/os maestras/os indígenas del Cauca nos

__________________________________________________
12 Al respecto, véanse los estudios desarrollados por Martínez Boom, en los cuales se indaga por el surgimiento del/
de la maestro/a en Colombia desde la época de la Colonia. Sus trabajos señalan que la construcción de la identidad
del/de la maestro/a ha pasado por unos momentos históricos que caracterizan su manera de ser y que se definen
fundamentalmente a partir de movimientos o transformaciones en las relaciones de saber y poder frente a las
cuales se ha reconocido o frente a las cuales se ha resistido.

94 Revista Educación y Pedagogía, vol. XX, núm. 50, Enero - Abril de 2008
Formación de maestros y maestras

estaría evidenciando la génesis y emergencia Ideas para concluir


de un nuevo sujeto de saber, y de un nuevo
tipo de práctica pedagógica, en el marco de En este ambiente, la pregunta: ¿la etnoedu-
las luchas sociales y políticas por el control cación, posibilidad para Otras educaciones?,
cultural de la escuela como espacio emancipa- nos acerca a una alternativa educativa en cons-
dor. En este sentido, la noción de etnoeducador/ trucción, que aunque en sus orígenes fue plan-
a, si bien novedosa en el campo, permite acu- teada sólo para indígenas, en la actualidad, des-
ñar, de manera más adecuada, la enunciación pués de más de dos décadas, convoca a esas
de este fenómeno escolar y cultural que devie- otras formas contrahegemónicas que luchan
por visibilizar la diferencia cultural y por
ne de tres décadas de política y pensamiento
posicionar Otras maneras de educar. Así, en la
educativo de los pueblos y las organizaciones
actualidad, la etnoeducación cuenta con una
indígenas. trayectoria entre grupos y organizaciones
afrodescendientes, y en comunidades urbano-
No obstante, las/os etnoeducadoras/es también marginales. En el caso de la Universidad del
están expuestas/os a las contradicciones que Cauca, la apertura del programa de Licencia-
se dan cuando se trata de poner en práctica tura en Etnoeducación, en 1995, convocó ex-
los saberes en las propias vivencias y cotidia- plícitamente a grupos socioculturales que poco
nidad. En el caso del trabajo que estamos pre- acceso habían tenido a los programas de for-
sentando, ellas/os, además de ser maestras/os, mación existentes, debido en parte a los requi-
son personas con una adscripción étnica, son sitos de ingreso y modalidad presencial. De
madres y padres de familia, son comuneras/os, igual forma, implicó la construcción de un
líderes y, en la mayoría de los casos, también enfoque curricular menos centrado en las dis-
son agricultores. Cada una de esas facetas re- ciplinas y más pensado en ejes temáticos, las
cuales casi siempre se articulan desde la inter-
quiere de unas competencias y comportamien-
disciplinariedad. El componente investigativo
tos que son visibles a los ojos de los demás y
como eje transversal es otro elemento relevan-
no siempre son acordes a los ideales de la
te para dar pertinencia a las necesidades de
comunidad. las comunidades, al mismo tiempo que la
descentralización del programa realizada a cuatro
Ellas/os, al ser personas públicas, están suje- regiones del Departamento: Silvia, al nororien-
tas/os a muchas tensiones y exigencias, que no te; Toribío y Santander, al norte, y La Sierra, al
siempre pueden cumplir; también son vícti- sur, además de las salidas de intercambio aca-
mas de los mismos retos y dilemas de la socie- démico a diferentes experiencias educativas y
dad actual. Por ejemplo, ausencia de un cues- comunitarias de la región.
tionamiento serio frente a algunas prácticas
culturales propias o apropiadas, que van en Algunos aportes y valoraciones sobre el
detrimento de las condiciones de vida de los proceso universitario que vivieron las/os maes-
pueblos. Igual sucede con un desarrollo cohe- tras/os desde la Licenciatura en Etnoeduca-
rente entre lo que se desea fortalecer en la ción, permiten ver los aspectos señalados an-
teriormente:
escuela y lo que se hace desde el hogar, en
casos como: uso de la lengua ancestral, uso del
Yo, personalmente, me había matricu-
vestido tradicional, alimentación, etc. Lo an- lado en varias carreras y no había
terior implica que la congruencia entre el ejer- terminado ninguna; pero esta vez sí
cicio profesional y el ejercicio de la vida diaria logré terminar, porque yo creo que
no necesariamente siempre es armónica. De apunta a lo que los pueblos indígenas
ahí la tensión entre ser maestra/o indígena o quieren: que la educación siempre par-
indígena maestra/o. ta de la realidad de los pueblos. Perso-

Revista Educación y Pedagogía, vol. XX, núm. 50, Enero - Abril de 2008 95
Historias y trayectorias de maestras y maestros indígenas en el Cauca...

nalmente, a mí me gustó esta carrera que históricamente se ha situado la pregunta


y lo que he aprendido y la experiencia por la pedagogía y la/el maestra/o, y nos lleva
de estos cinco años. Estoy tratando de a reconocer nuevas formas de ser escuela y ser
ponerla en la práctica y no sólo en el maestra/o, incluso en su propio modo de cons-
salón, sino en la comunidad, como lo titución en la historia cultural de la nación. Nos
plantean los taitas… implica pensar las pedagogías, en tanto acon-
tecimiento epistémico y político; por la colonia-
Entre las cosas buenas, me parece que
lidad del saber que caracteriza a la escuela
los cuatro ejes que tiene la Licenciatu-
desde sus orígenes en América. Se trata, en-
ra son los cuatro pilares en el desarro-
tonces, de abrir la historia de la educación y la
llo de una cultura, porque siempre que
se habla de territorio, se habla de la na- pedagogía a estos fenómenos resultantes de
turaleza y cuando hablamos del amor la tensión histórica entre diferencia y hegemo-
a la naturaleza, del respeto, de decir que nía cultural. Por todo lo anterior, este trabajo
yo soy parte de la naturaleza, no es que yo es una oportunidad excepcional para mostrar,
domine la naturaleza, sino que soy el desde las experiencias y las voces de las/os
que estoy ahí, tratando de transformar maestras/os, nuevas maneras de enunciación
la naturaleza, sin herirla; ahí me estoy del saber pedagógico:
metiendo en la parte de la salud, en
guambiano es pishint? waramik Uno se ha capacitado en la parte
—salud, tranquilidad, armonía con el intercultural, en la parte de la educa-
pishí misak—. Y cuando se habla de ción indígena. A uno le ha marcado
cómo manejar la naturaleza, de nues- mucho lo que le pasó en la infancia;
tra salud, pues ahí aparece la economía, uno no quiere que pase lo mismo a los
que es como lo que la tierra me brin- muchachos, uno trata de cambiar, de
da… pero yo también le tengo que mejorar, no hacer lo que le hicieron a
aportar a ella para que la naturaleza uno. La educación de antes era muy
no merme, no se sienta como estafada, radical. El cambio fue por la capacita-
robada; entonces, ahí aparece la eco- ción de haber valorado que hay una
nomía nuestra, el trueque, el intercam- cultura, unos principios, unos saberes.
bio, sin dejar de lado el factor pesos, La educación debe ser de acuerdo a su
que también hace falta, pero no de cultura y que sirva a la comunidad. El
manera exagerada… sino una econo- Cabildo ha sido parte de ese cambio
mía sustentable y cómo ligar nuestro que nosotros hemos tenido, porque
pensamiento, nuestro lenguaje, nues- ahora plantea que la educación debe
tra visión. Entonces, las cuatro líneas ser de esta manera, para seguir per-
son importantes (Samuel). viviendo como indígenas (Sandra).

Por último, es necesario anotar que la reflexión Eso de etnoeducación, yo diría que es
en torno a la etnoeducación y las Otras educa- un espacio que nos permite reflexio-
ciones ocupa un lugar importante en la pre- nar en el medio social en el que noso-
gunta por las pedagogías en Colombia. En ese tros vivimos… que lleva a pensar más
sentido, este ámbito de investigación y forma- en la diversidad y no centrarnos en un
ción en el que nos movemos, pretender abrir solo grupo étnico… que permite inves-
un debate en torno a la génesis de saberes y tigar más la comunidad, lo que es
prácticas pedagógicas, emergente en los már- nuestro, y construir procesos de for-
genes de la escuela oficial. mación […] la etnoeducación nos per-
mite trabajar de otra manera, la
Asumir la perspectiva de las Otras educacio- etnoeducación es algo alternativo (Pa-
nes nos desplaza del centro de la reflexión en blo Emilio).

96 Revista Educación y Pedagogía, vol. XX, núm. 50, Enero - Abril de 2008
Formación de maestros y maestras

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Referencia
Castillo Guzmán, Elizabeth y Lilia Triviño Garzón, “Historias y trayecto-
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Medellín, Universidad de Antioquia, Facultad de Educación, vol. XX, núm.
50, (enero-abril), 2008, pp. 81-97.
Original recibido: marzo 2007
Aceptado: noviembre 2007
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los autores.

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