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TRABAJO DE SEGUIMIENTO – GÉNESIS Y ÉXODO

Introducción al Antiguo Testamento

Jorge Luis Medina Montes

Director
Pbro. Jairo Muñoz Muñoz

SEMINARIO CONCILIAR MARIA INMACULADA


II DE FILOSOFÍA
GARZÓN – HUILA
ABRIL, 2020
GÉNESIS
Características:
El Génesis fue quizá el primer libro escrito de las Sagradas Escrituras, en él se registra el
comienzo de la historia humana, del pueblo hebreo y la redención. Es uno de los libros más
extensos dentro de la Sagrada Escritura, y dentro de él comprende un periodo muy extenso,
desde Adán y Eva hasta los patriarcas.
El Génesis sostiene la creación del mundo material y toda la vida que existe en la tierra,
dando a conocer a Dios como origen de esa obra, Dios como Creador. En él se relatan los
primeros sucesos dentro de la vida del hombre, desde el primer pecado hasta la primera
promesa de redención; una promesa que inicia con el pacto entre Dios y Abraham. Y
finalmente en él se presenta el origen de las 12 tribus y documenta lo que viene a
continuación, preparando la escena del Éxodo.
Formas literarias:
El libro del Génesis en su mayoría es prosa narrativa, interrumpida en algunos momentos
por poemas algo breves como la bendición de Jacob. En la mayoría de esa prosa narrativa
se ve una calidad lírica y en la mayoría de sus relatos usa un sentido figurado y lleva un
juego de palabras complejo, para dar a entender lo que en él se narra.
Claves teológicas:
En este libro se aclaran cuestiones como el origen del mundo, el pecado original del
hombre, la imagen de Dios, la progresiva depravación del género humano y la promesa de
la victoria final de la simiente de la mujer. Describe no solamente la necesidad de la
salvación de la humanidad, sino también su realización en los comienzos. Funde la historia
general de la humanidad con la de los patriarcas. La historia de Abraham subraya
especialmente la fe en la promesa; la de Jacob y Esaú, la elección divina; la de José, la
providencia divina.
ÉXODO
Características:
Dentro del libro de Éxodo podemos encontrar la historia del pueblo de Israel desde su
estadía en Egipto hasta su salida. Proporciona detalles de la crianza de Moisés y su
llamamiento como profeta, el establecimiento de la pascua, la alianza de Dios con Israel.
En el Éxodo aparecen varios acontecimientos que hacen parte de la identidad histórica de
Israel, que son citados por Jesús y sus profetas para enseñar diversos principios del
Evangelio.
Formas literarias:
Dentro del Éxodo se pueden encontrar dos formas literarias predominantes dentro de todo
el texto; la más predominante en todo el texto es la narrativa histórica y otra muy
predominante también es la legal, con el decálogo como el centro del libro del Éxodo.
Claves teológicas:
Los sucesos que se pusieron por escrito en el Éxodo, que no se centra simplemente en
enseñar un curso de historia o de geografía, sino para hablarnos de Dios. A través de estos
relatos, aparece el rostro de un Dios liberador, que quiere un pueblo de hombres libres, que
le sirvan libremente viviendo su existencia en la alianza con él. Esto es lo esencial y lo que
movió toda la vida de Israel, y luego la de los cristianos.
Esta experiencia fundamental permitirá algún día descubrir que no es solamente a un
pueblo al que Dios quiere liberar, sino al hombre, se podrán escribir entonces los relatos de
la creación que extienden a la humanidad entera ese don de la vida y de la libertad.
Contexto Histórico: Igual en los dos libros
Ha quedado ya apuntado que en el s. X a. C., particularmente en el reinado de Salomón,
cuando el territorio está en paz y la monarquía hebrea ha llegado a su esplendor, se
establece, a imitación de otras cortes, un grupo de escribas o sabios, uno de cuyos
cometidos será el redactar la historia' de Israel: historia de los acontecimientos en curso,
pero también de los sucesos pasados: ¿quiénes somos como pueblo? ¿Quiénes han sido
nuestros antepasados? ¿De dónde procedían? ¿Por qué caminos hemos llegado hasta la
situación actual?
De cara al presente y al futuro la tarea que realicen estos ‘investigadores' sin duda que
podrá recibir en muchos casos el calificativo de crónica o de relato histórico; pero, de cara
al pasado, la tarea resulta más difícil: no hay documentos escritos, tan sólo tradiciones
orales que se han ido transmitiendo de padres a hijos, con las desfiguraciones que eso lleva
consigo, junto con el afán inherente a toda colectividad de magnificar los propios orígenes,
acudiendo al recurso de lo sobrenatural y a la exageración a la hora de exaltar las hazañas
de sus héroes; todo ello muy de acuerdo con lo que podían observar en los pueblos
circundantes; intentando a la vez dar una explicación a la situación actual a través de
conjeturas o causalidades, lo que hemos designado con el nombre de `etiología'. Todo esto
nos hace pensar que los relatos bíblicos, al referirse a esos tiempos antiguos, han de tener
más de legendario o de épico que de histórico.
Mirando hacia el pasado, nuestros sabios han podido remontarse hasta la persona de
Abraham, al que consideran como fundador de la estirpe y primer depositario de una
promesa. Esto nos sitúa en torno al s. XIX a. C.; desde entonces hasta el momento en que
ellos se ponen a escribir, han pasado cerca de mil años. Naturalmente, todo este tiempo no
podrá tener un tratamiento uniforme: a más distancia más inseguridad. Por eso podemos
distinguir varios períodos:
1. Tiempo fundacional o de los patriarcas, entre los siglos XIX y XIV a.C. Sobre este
período nos habla el libro del Génesis, a partir del capítulo 12 hasta el final.
2. Éxodo y desierto; siglo XIII; de ello nos habla el resto de los libros del Pentateuco,
particularmente el libro del Éxodo.
3. Asentamiento en Palestina; tiene lugar entre los siglos XIII y XI; sobre ello nos informan
los libros de Josué y de los Jueces.

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