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Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas

Teoría de la Literatura VI
Dr. Manuel Segundo Garrido Valenzuela
Alumna: Pamela Adriana González Muñoz
Turno matutino

Comentario a la novela La insoportable levedad del ser de Milan Kundera

¿Cómo vivir en el instante y sobrevivir al olvido? ¿Cómo soportar la levedad sin que su
verdadero peso oculto nos hunda en un abismo vertiginoso? ¿Cómo viajar ligero a la
velocidad del presente sin perdernos en la insignificancia? Esta es una serie de preguntas
que me he hecho a mí misma después de leer a Octavio Paz para la clase y ahora, al leer a
Kundera, no pude evitar pensar en ellas de nuevo.
Aquella levedad insoportable de la que habla Kundera se ha convertido en un
símbolo de las nuevas generaciones, al escribir esto recuerdo el capítulo diez de la tercera
parte. Sabina se encuentra reflexionando en París, cuatro años después de traicionar a
Franz, que lo único que ha hecho en su vida ha sido traicionar todo hasta el punto de no
tener nada más que traicionar. En ese momento, cuando siente el vacío que la rodea y que
ha ido tejido con cada una de sus decisiones y acciones, Kundera nos da una de las mayores
lecciones que podemos extraer de su novela: tanto la levedad del ser es insoportable como
su exceso de peso.
Creo que, en este sentido, todos los personajes de la novela sufren el vacío. Tomás
con su lujuria y su infidelidad sin remedio, Teresa resignada y acostumbrada a las
infidelidades de Tomás, Sabina con su insatisfacción y su liviandad, Franz con su debilidad
emocional. La insoportable levedad del ser es la historia de los hombres del presente, de
los que se pierden en el instante, de los hombres sin futuro, de los eternamente
insatisfechos.
El retrato que nos ofrece Kundera es el de la generación en crisis en todos los
sentidos. Nos encontramos con personajes que no le dan mayor importancia al futuro y a la
esperanza tampoco apelan. En resumidas cuentas, los personajes se convierten en el
prototipo, el modelo de fábrica, con el que se produce la juventud después de la generación
de los años sesenta. Al fracasar ésta en su intento por recuperar la esencia de la vanguardia,
lo que viene después es la línea de modelos Teresa-Tomás y Sabina-Franz con la que, a
partir de dicha crisis, se producirá en serie a la juventud de la posmodernidad hasta la
actualidad.
Sin embargo no todo está perdido. El autor nos da una salida, un mensaje que pasa
casi desapercibido si uno no mira con atención. Y es el siguiente: “el amor es nuestra
libertad”. Tal vez no sea una verdad inquebrantable, pero creo que al menos, para mí,
podría ser la respuesta a mis preguntas planteadas al principio. Puede que no sea la solución
universal, pero creo que funciona de forma individual. Creo que en el amor convergen
todos los tiempos: pasado, presente y futuro; el amor convierte el instante efímero en
eterno; el amor nos hace ligeros y densos a la ve; el amor nos hacer pervivir en el recuerdo;
el amor nos hace significar; sobrevivir.
Todos los personajes de La insoportable levedad del ser experimentaron el amor
por lo menos un instante. Creo que eso hace que no todo esté perdido. Tal vez todavía
queda esperanza, aunque ya no sea la misma muchacha.

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