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Zoila S. Mendoza
INTRODUCCION
La danza " Los Avelinos" es una <le las más populares del Valle del
Mantaro (departamento de Junín , Perú) y entre los migrantes de esa región
en Lima . Ella está conformada por un grupo de varones, por lo general de
diez a quince, vestidos con ropas hechas de tiras y sombreros rotosos, con los
rostros cubiertos ya sea con pasamontañas o con máscaras barbudas de tela o
badana y armas guerreras en las manos. El gmpo, encabezado por un líder o
" presidente" , recorre las calles del pueblo a paso de trote formando tres o
cuatro filas paralelas. Esto lo hacen en diferentes momentos desde la víspera
de la fiesta hasta que ésta acaba. Cuando se encuentran en las plazas públicas,
y a veces también cuando avanzan por las calles, se esparcen en forma desor-
denada acercándose al público y bromeando en falsete con él. Su música tra-
dicional es tocada con wakr'apuku y tinya, aunque esto varía según el grupo
o el pueblo en que se interpreta la danza.
Esta danza, además de ser presentada como comparsa en las fiestas
patronales de los pueblos, honrando así a la imagen celebrada, es bailada
también en actos oficiales que conmemoran , en Lima o en la región misma ,
acciones patrióticas de los pueblos de la sierra central durante la guerra del
vas en el Valle del Mantaro. Estas representaban entonces una fuerza que el
Estado había controlado y usado durante la lucha contra los chilenos, pero
que tuvo que ser reprimida cuando la guerra terminó.
EL AMBITO RITUAL
Avelinos. Más aún, es posible que la pobreza en sí haya sido tomada como
una imagen que, como las de los guerrilleros y San Roque (considerado en el
pueblo como el santo pobre o de los pobres), resalta la ambigüedad de una
fuerza que si bien puede contribuir a mantener el orden reinante, también lo
puede subvertir. Esta idea liga directamente a Los Avelinos con el rol que los
"ukukus" tienen durante las fiestas religiosas en muchos otros lugares de la
sierra. Los "ukukus" son personajes que deben cuidar que los rituales se lle-
ven a cabo en cierto orden, por ejemplo controlando que los danzantes ten-
gan suficiente lugar para sus ejecuciones, castigando a borrachos que rompen
ciertas reglas, abriendo paso a la procesión , etc. , pero, a la vez , ellos mismos
son los bufones que hablando en falsete, burlándose, satirizando e incluso
insultando a los presentes, subvierten el orden. La apariencia de estos perso-
najes también es similar a la de Los Avelinos, ya que el disfraz da la idea de
un ser pobre y marginal con ropas raídas.
Uno de los cinco primeros miembros de la primera "pandilla" de Los
Avelinos era sastre. Este propuso que para elaborar los disfraces se utilizaran
ternos viejos, se los cortaran en pequeñas tiras y se cosieran estas tiras, una
por una , sobre otro temo viejo. Es particularmente interesante observar que,
en el texto en que nos basamos para reconstruir este momento, la descripción
de esta actividad material artística es muy detallada(9). Esto da la impresión
de que el cortar piezas de unos ternos para ponerlas luego sobre otro fuera la
contraparte material de lo que Los Avelinos estaban haciendo a otro nivel :
crear algo nuevo con elementos que ya existían en distintos ám hitos de la
experiencia de los pobladores.
Para cubrir sus rostros, los primeros Avelinos utilizaron máscaras bar-
budas hechas de badana, las cuales recordaban a la vez la cara del general
Cáceres y el rostro barbudo del chuto. También cubrieron sus cabezas con
sombreros rotosos. Cabe anotar que uno de los elementos que más ha cam-
biado en la danza es justamente la máscara. En San Jerónimo de Tunán, la
cara barbuda de badana se emplea cada vez menos y en otros pueblos no se
usa en absoluto . La máscara ha sido reemplazada por "pasamontañas" con la
adhesión de una larga nariz de tela que, según alarde de los mismos Avelinos,
representa al órgano sexual masculino. El uso de pasamontañas vuelve a Los
Avelinos aún más parecidos a los ukukus. Sin embargo, siempre se conserva
por lo menos un personaje dentro de la comparsa que hace alusión a un líder
guerrillero o revolucionario históricamente reconocido. Entre éstos hemos
podido apreciar, en fotos o personalmente, la representación de Cáceres,
Mao, Fidel Castro y el "Che" Guevara.
La pandilla salió por primera vez un dieciséis de agosto, día central
de las festividades de San Roque. Siguiendo la tradición de otros grupos de
baile, eligieron un líder a quien apodaron Tito Avelino tomando el segundo
nombre del general Cáceres. Así a todos los m.iembros del grupo se les co-
menzó a llamar Los Avelinos. En su primera salida,el líder llevó consigo a un
perro, como San Roque en la iconografía religiosa. Los otros miembros del
su perro siempre aparece donde se necesita que alguien sea curado, ha contri-
buido a la popularidad de esta imagen. También debemos mencionar que el
tema del humilde pordiosero que luego se convierte en un ser poderoso esta-
ba presente en la mitología andina pre-hispánica( I 0).
El ya mencionado conflicto entre los ayllus Huando y Tuna, que jugó
un rol importante en el surgimiento y propagación de un culto alternativo al
del antiguo santo patrón, fue también un elemento al cual Los Avelinos pare-
cen haber hecho alusión. El mismo historiador local que da extensas referen-
cias sobre la batalla legal librada por los dos ·ayllus, dice explícitamente, es-
cribiendo en la década del 40, que Los Avelinos (aparte de recordar a los gue-
rrilleros) también "pueden recordar a un ayllu pobre dominado por otro más
poderoso" (Sanabria 1943: 183 ). Es posible que al hacer este comentario el
autor, oriundo del lugar, haya tenido en mente el mencionado conflicto en-
tre los dos ayllus al cual se había referido extensamente en páginas previas.
Como mencionamos anteriormente, el culto a San Roque y la danza de Los
Avelinos comenzaron y se mantuvieron exclusivamente por un tiempo sólo
entre los miembros del barrio o ayllu Huando. Estos guardaban un serio re-
sentimiento en contra del barrio Tuna, que gracias a su poder había ganado
la lucha legal.
LA INSTITUCIONALIZACION DE LA DANZA
Zoila S. Mendoza
Apartado 477
Cusco, Perú
ECUADOR
CENTROS
LIMA
(ciudad) ..__,..\
SAN JERONIMO
DE TUNAN
A velino
NOTAS
( 1) Gran parte de la información de campo para el presente artículo fue recogida duran-
te los períodos de julio a diciembre de 1984 y julio a setiembre de 1986 y 1987.
( 2) Utilizando la noción de bricolage desarrollada por Levi-Strauss (l 966: 21-22), con-
sideraremos a los creadores de la danza de Los Avelinos como los bricoleurs, quie-
nes tomando elementos de su historia y de su realidad sociocultural contemporánea
construyeron una nueva y significativa estructura. También considerando que esta
danza tiene algunas de las características esenciales de lo que Dick Hebdige ( 1979)
ha llamado "subculturas", propondremos algunas interpretaciones del fenómeno si-
guiendo los lineamientos señalados por este autor.
(3) Esto ha sido demostrado también por Terence Ranger en el caso de los Beni
Ngomas, grupos de baile que surgieron en el contexto colonial en el Este de Africa
(Ranger 197 5: pássim. ). De acuerdo a este au tóf, en las sociedades donde surgieron
estos grupos de baile, existieron ciertos ingredientes que permitieron y estimularon
su formación. Lo que resulta interesante es que ingredientes similares parecen tam-
bién haber sido relevantes en el caso que aquí nos ocupa.
( 4) De bid o a decretos sobre la administración de la iglesia promulgados por el gobierno
republicano en la década de 1840, las cofradías de la sierra central se vieron obliga-
das a vender o esconder sus propiedades. Esta situación produjo conflictos no sólo
entre administración pública e Iglesia, sino también entre esta última y grupos loca-
les. Muchas de las propiedades de las cofradías fueron vendidas por las iglesias loca-
les, favoreciendo principalmente a quienes poseían mayores recursos e incrementan-
do así la diferenciación in tema en los pueblos. Los conflictos creados por esta nue-
va desigual distribución de los recursos se reflejaron en los largos juicios en los cua-
les las comunidades demandaban la posesión de Jo que consideraban suyo. Estos
conflictos continuaron hasta el siglo XX. Para mayor detalle consultar Celestino y
Meyers 1981.
(5) San Jerónimo, al ser considerado como letrado Doctor de la iglesia con un lugar
muy alto en la jerarquía de los santos, estaba muy lejos de ser una imagen represen-
tativa de las mayorías campesinas y más bien encarnaba características de las élites
gobernantes.
(6) Tomando de Víctor Turner la noción de condensation symbolism (el poder de con-
densar significados que tienen los símbolos) y de Talcott Parsons la noción de gene-
ralized symbolic media of interaction (una forma simbólica generalizada para la
interacción), Nancy Munn ( 1974) ha desarrollado un modelo útil para analizar el
simbolismo ritual. Aquí hemos tomado algunos aspectos de este modelo.
(7) Comaroff 1985 : 78. Esta autora retoma elementos analíticos elaborados por Munn
1974.
( 8) Para reconstruir los temas y significados relevantes en la creación de la danza hemos
contado con un texto que fue dictado por don Eusebio Rodrlguez Meza, hoy de 98
años de edad, quien fue integrante de uno de los primeros grupos de Avelinos y
desde entonces miembro de la "Sociedad Auxilios Mutuos San Roque". Una copia
de este testimonio nos fue entregada por uno de sus nietos en 1985. En 1986 tuvi-
mos la oportunidad de entrevistar personalmente al señor Rodríguez y a otros po-
bladores ancianos de San Jerónimo. Otras entrevistas a varios pobladores de San
Jerónimo pertenecientes a otras generaciones, algunos de ellos migran tes permanen-
tes en Lima, así como fuentes bibliográficas, han servido también para esta tarea.
(9) Nos referimos al mencionado texto del señor Eusebio Rodríguez Meza.
( 1O) Nos referimos específicamente al llamado "Manuscrito de Huarochiri" (Urioste
1983). Para análisis de este tema en la mitología andina ver también Ortiz R. 1973.
Finalmente debemos anotar que Levi-Strauss ha sugerido que éste puede ser un
patrón pan-americano (Levi-Strauss 1976: 256-268).
( 11) En varias partes del Africa se han hecho importantes estudios sobre la negociación
de nuevas identidades a través de la creación de danzas en el contexto de migración
y de cambios socioculturales radicales. Ver, por ejemplo, Mitchell 1956; Fernández
1964; Ranger 1975.
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