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Universidad Tecnológica Nacional – Facultad Regional Tucumán

Departamento de Ingeniería Civil


Asignatura: Construcciones Metálicas y de Madera Docente: Ing. José Daniel Salazar

UNIDAD 4- SISTEMAS DE ALMA LLENA


Vigas: generalidades. Cálculo y ejecución del apoyo de vigas sobre muros. Apoyos articulados y
de deslizamiento. Apoyo de rodillos. Apoyo de neopreno.
Vigas laminadas: cálculo y ejecución de enlaces de vigas por medio de angulares con el alma de
las mismas. Enlaces de viga por soldadura. Cálculo y ejecución de empalmes en las vigas
laminadas. Empalmes remachados y soldados.
Vigas armadas remachadas: generalidades. Altura del alma. Espesor del alma.
Platabandas, su disposición. Esfuerzos en el alma y refuerzos verticales. Disposición constructiva.
Pandeo del cordón comprimido. Empalmes en las vigas armadas y del alma, su cálculo.
Empalmes de los cordones y de las platabandas.
Vigas soldadas: generalidades. Cálculo de las secciones, de los cordones longitudinales de
soldadura para la unión de alma y platabandas. Refuerzos verticales del alma. Empalmes en el
alma y en las platabandas.
Arcos y Pórticos de alma llena: generalidades.

1. VIGAS DE ALMA LLENA


1.1. Generalidades
Las vigas de alma llena son elementos constructivos sometidos en general a flexión simple, a
corte y en algunos casos también a esfuerzos de flexión compuesta.
La característica de estas vigas consiste en que sus partes integrantes superior e inferior,
llamadas cordones están unidas entre sí por una pared llena, designada con el nombre de alma,
pudiendo ser de dos clases: laminadas (sección simple o compuesta) o armadas (sección
compuesta). Entre las armadas podemos distinguir las armadas remachadas o atornilladas y las
armadas soldadas.
Las vigas laminadas, cuyas características hemos estudiado en la Unidad 1, pueden reforzarse
por medio de platabandas remachadas o soldadas.
Las vigas remachadas se componen de alma y cordones. Éstos están constituidos por hierros
angulares remachados al alma por uno de sus lados, y hierros planos, llamados platabandas,
remachados al otro lado de los angulares.
Las vigas de alma llena
soldadas se componen de alma
y platabandas directamente
soldadas por medio de costuras
de soldadura en ángulo. Se
prescinde en ellas de los hierros
angulares, ya que la misión de
estos, enlace de los elementos
alma y platabandas situados
normalmente entre sí, es
cumplida por los cordones de soldadura.
Siempre que las tensiones y flechas admisibles lo permitan, han de ser preferidas las vigas
laminadas a las remachadas o soldadas, ya que su precio es mucho más favorable. Si no bastan
los perfiles corrientes de ala estrecha, debe estudiarse, especialmente para alturas de
construcción limitadas, la aplicación de vigas de ala ancha.
Además de las tensiones máximas, es necesario comprobar la flecha o deformación vertical
máxima, que en cada tipo de construcción no debe pasar de un límite admisible fijado por los
reglamentos.
A continuación estudiamos detenidamente el cálculo y ejecución de los diversos detalles
constructivos que se presentan en la aplicación de las vigas de alma llena.

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1.2. Cálculo y ejecución del apoyo de vigas sobre muros

1.2.1. Asiento directo sobre el muro


El apoyo de las vigas sobre los muros se efectúa, cuando
las presiones que transmiten son pequeñas, por asiento
directo de la viga sobre fábrica. Si llamamos l la longitud
de apoyo de la viga en el muro, que en construcción se
designa con el nombre de "entrega"; b, al ancho de aleta,
y P, el valor de la carga que se transmite, tendremos que
el esfuerzo unitario de compresión en el muro será:
P
σc=
l⋅b
En el supuesto de un reparto uniforme de tensiones.
Para que se verifique la hipótesis del reparto uniforme, no
debe asignarse un valor excesivo a la entrega l. La dimensión generalmente aceptada para
cumplir esta condición viene expresada por la fórmula:
h
l=15+
2
En la que h representa la altura de la viga en centímetros.
El valor c ha de ser igual o menor que el coeficiente de trabajo admisible en el material que
constituye el muro. La Instrucción española para la redacción de proyectos y construcción de
estructuras metálicas de 17 de marzo de 1930 fija como coeficientes de trabajo admisibles,
respecto a presiones de apoyo en los diversos materiales, los siguientes valores:

Sillares de granito…………… 45 Kg/cm2


Sillares de caliza…………….. 30 "
Mampostería con cemento…... 28 "
Hormigón en masa de cemento. 18 "
Fábrica de ladrillo…………… 10 "

Estos valores, como los consignados en la mayoría de los Reglamentos de otros países son en
realidad demasiado bajos. En efecto: según la teoría de Prandtl, y los ensayos de Naday, puede
admitirse para la presión localizada en una reducida región del cuerpo que soporta el esfuerzo, en
este caso la superficie de asiento, un coeficiente de trabajo que vale por lo menos el doble de la
tensión admisible para la sección total del muro, que es la fijada en los citados Reglamentos.
En las Normas de la Dirección General de Arquitectura de 22 de julio de 1941 se considera el
efecto de las presiones localizadas en pequeñas superficies, en el apartado 17, que reproducimos
a continuación, y que se refiere al caso de macizos de hormigón:

Art 17. Cargas sobre macizos y fundaciones.

1°- Si la carga actúa sobre macizos de hormigón


solamente en su parte central (unión de soportes a
macizos de cimentación, articulación por
estrangulamiento de la sección, etc.), la carga por
centímetro cuadrado que puede soportar es:
S
P=σ adm⋅3
adm: tensión admisible en el macizo.
√ S1

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2°- Si la carga actúa sobre un macizo de hormigón, repartida en una faja


central de la superficie, se obtiene la fórmula:
b
P=σ adm⋅
adm: tensión admisible en el macizo.

3
a

3°- Las dimensiones mínimas de la sección de apoyo en cada sentido no


podrán bajar de 1/5 de la dimensión del macizo en este mismo sentido, ni
la carga P será superior a 120 Kg/cm2 para macizos de hormigón.

Respecto a la tensión adm, admisible en los macizos, ya sean de hormigón o de fábrica, hemos de
señalar que debe fijarse en cada caso de acuerdo con las características del muro o pilar
considerado.
Así, en la fábrica de ladrillo, será muy distinto el valor de adm, según la clase de ladrillo y de
mortero, pero sobre todo es fundamental la consideración del fenómeno del pandeo, que influye
peligrosamente para aquellos pilares que presenten esbeltez superior a 10.
La esbeltez viene definida por la relación e/h del lado menor de la sección transversal a la altura.
Para evitar un perjudicial aplastamiento de la esquina del muro, conviene asentar la viga sobre
una capa de cemento, cuyo borde anterior quede separado 3 a 5cm de la citada esquina.
La longitud l de entrega no debe hacerse menor de 20cm. Si la tensión obtenida por la fórmula
P
σc=
l⋅bfuese mayor que el coeficiente de trabajo admisible, no es adecuado el apoyo directo
y habrá de ser ensanchada la superficie de asiento por medio de una placa plana, generalmente
de acero dulce, como veremos a continuación.
En el asiento directo no se establece diferencia entre el apoyo fijo y el apoyo móvil.

1.2.2. Apoyos por medio de placas de asiento planas.


La figura representa la disposición del apoyo con placa plana
de acero, que se remacha al cordón inferior de la viga. La
longitud se fijará, cono ya hemos dicho, por la fórmula
h P
l=15+ b=
2 , y el ancho de la placa, b, valdrá
l⋅σ cadm
En la que cadm representa el coeficiente de trabajo admisible
en el apoyo.
El grueso necesario para la chapa se determina como sigue:
designemos por x la dimensión transversal de placa que
quede fuera de la aleta inferior de la viga en centímetros;
, el espesor de la placa en centímetros;
M, el momento flexor provocado en la sección 1-1',
σ cadm⋅l⋅x2 1
M= ⋅l⋅δ 2
2 ; W el módulo resistente correspondiente a la sección 1-1', que vale 6
.
Se verificará
M =σfadm ⋅W , y si admitimos para la tensión de la chapa de acero dulce
fadm=1.200Kg/cm , tendremos:
2

σ cadm⋅x 2 δ2 σ
2
=1200⋅ ⇒δ =x⋅ cadm
6 400 √
Los anchos y espesores de aleta en las vigas normales de ala estrecha están en tal relación que
la tensión calculada en la sección 2-2' resulta inferior a la correspondiente a la 1-1'. Ésta es, por
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tanto, la más peligrosa, lo que justifica el proceso seguido para el cálculo del espesor. En este tipo
de asiento tampoco se establece diferencia entre el apoyo fijo y el móvil.

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1.2.3. Apoyos articulados y de deslizamiento


Antes de pasar al estudio de las disposiciones constructivas de articulación y deslizamiento,
estimamos conveniente hacer algunas observaciones sobre la aplicación adecuada de las
mismas.
En la teoría de la flexión de las vigas apoyadas se deducen todas las fórmulas que determinan los
elementos de cálculo (momentos flexores, esfuerzos normales y esfuerzos cortantes), en la
hipótesis de que las sustentaciones comprenden apoyos móviles y un apoyo fijo articulado.
En numerosos casos de la práctica no es preciso reproducir exactamente las condiciones teóricas
de los apoyos (caso general de las estructuras de edificación). Sin embargo, en otras ocasiones
es necesario utilizar dispositivos de apoyo que permitan garantizar la seguridad de que se
cumplan las hipótesis de cálculo a las que antes nos hemos referido. A continuación precisamos
cuándo se han de aplicar tales dispositivos.

1.2.3.1. Apoyos con articulación.


La articulación se debe emplear en aquellos casos en que por las características de la viga y de
las cargas a que está sometida, el ángulo de inclinación de la elástica en el apoyo deba adquirir
un valor considerable y sea preciso librar al elemento sustentante de los efectos desfavorables
que se originarían al no adoptar esta disposición.
Será tanto más acentuada esta necesidad cuanto mayor sea la flexibilidad de la viga y más
considerables las cargas a que está sometida, y cuanto más necesario sea proteger al elemento
sustentante de la viga de los efectos desfavorables que sobre él se producirían al no disponer
apoyo articulado.

1.2.3.2. Apoyos con deslizamiento.


Surge la necesidad de esta disposición para evitar los efectos perniciosos producidos al ser
impedidas las dilataciones térmicas o los desplazamientos horizontales, consecuencia de
deformaciones elásticas.
Si, por ejemplo, una viga recta tiende a dilatar como consecuencia de una elevación de la
temperatura a que esté sometida, y no puede hacerlo total o parcialmente en virtud de las
condiciones físicas del apoyo, se producirán efectos desfavorables que se repartirán entre viga y
apoyo.
Concretemos más el fenómeno con objeto de llegar a precisiones sobre la necesidad de utilizar el
apoyo con deslizamiento o rodadura.
Supongamos una viga de longitud l y sección S, que tenga asegurado, un apoyo fijo y que en el
otro extremo apoye libremente sobre un muro. Designemos con t el incremento de temperatura
que experimenta, y por  el coeficiente de dilatación lineal del hierro.
La viga, si pudiera deslizar libremente, experimentaría un aumento de longitud  = l x t x 
Llamemos ' <  al aumento de longitud que realmente experimenta la viga como consecuencia de
la acción de los apoyos, que no permiten la total deformación . Se producirá un esfuerzo de
compresión en la viga, que valdrá F = E x -’/l x S, y que será necesariamente igual a la reacción
horizontal en la coronación del muro-apoyo, el cual experimentará una deformación ' en la
coronación.
El valor ' se puede averiguar por medio de la relación E x -’/l x S =’/K, en la que K representa
la flexibilidad del muro-apoyo, o sea el coeficiente de proporcionalidad entre la deformación del
muro y el esfuerzo a él aplicado. El Valor máximo que pueden alcanzar los miembros de la
relación anterior es la fuerza de rozamiento, R, que puede existir entre viga y muro, ya que,
vencido el rozamiento, la viga desliza sobre el muro, sin deformar éste. Llamemos máx a la
deformación en la coronación del muro correspondiente al esfuerzo R, máxima deformación que el
muro puede experimentar como consecuencia del fenómeno que estudiamos, máx = R . K
Designemos asimismo por adm la mayor deformación que puede admitirse para el muro-apoyo.
Será condición necesaria para que la sustentación quede en buenas condiciones que ' < adm y
será condición suficiente que máx < adm. El valor máx se disminuirá reduciendo el valor de la fuerza

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R de rozamiento, lo que se consigue disponiendo placas de acero para el asiento sobre el muro o
utilizando apoyos de rodadura o bielas.
La fuerza R de rozamiento vale . N, siendo  el coeficiente de rozamiento y N la presión vertical
sobre el apoyo. El valor entre hierro y fábrica de ladrillo vale 0,5, y el correspondiente a hierro
sobre hierro es 0,15 aproximadamente.
Debemos hacer notar que en la práctica se adoptan a veces disposiciones superfluas de
deslizamiento; por ejemplo, placas para deslizamiento de hierro sobre hierro en casos en que se
verifica: ' < 0,15 N; no llegando, por tanto a producirse el deslizamiento.
En algunas ocasiones se disponen también aparatos de apoyo con rodadura que por falta de
cuidados llegan a ensuciarse, constituyendo un conjunto que no funciona, al rodamiento como
teóricamente estaba previsto.

1.2.3.3. Placas de asiento de superficie combada.


Este tipo de placas proporciona realmente apoyo
fijo y móvil, permitiendo giros y deslizamientos.
Se construyen estas placas a base de fundición o
acero moldeado y su cara superior es convexa, con
un radio de curvatura de 2,5 a 3 metros.
Con esta disposición se distribuye más
uniformemente la presión sobre el muro que con las
placas planas anteriormente descritas; ya que la
presión de la viga actúa únicamente en el punto
más elevado de la superficie convexa, es decir, en
el punto medio del apoyo. Aplicando este tipo de
placas se pueden establecer, como hemos indicado, los dispositivos de articulación y
deslizamiento.
La figura muestra un método sencillo para diferenciar ambas clases de apoyo.
La trabazón de la viga y placa de asiento se consigue, tanto en los apoyos fijos
como en los móviles, por medio de espigas de acero de 20 a 30mm de
diámetro, empotradas en dichas placas, con salientes torneados en forma
cónica, que se introducen en orificios dispuestos al efecto en el asiento de las
vigas.
El asiento móvil se diferencia del fijo sólo por la disposición del agujero rasgado
en la superficie de asiento de la viga. El desplazamiento de la viga normalmente
a su plano queda impedido por las mismas espigas en los dos tipos de apoyo.
Para impedir el corrimiento de las placas de asiento sobre los muros de apoyo
se utilizan nervios dé 50 a 60 mm de altura, recibidos en el macizo y dispuestos,
sea transversalmente, sea en forma de cruz. El grueso de tales nervios varía entre 30 y 50 mm.

Para conseguir una distribución uniforme de la carga en la superficie de apoyo entre placa y
macizo se interpone una lechada de mortero de cemento.

La figura siguiente indica otra disposición. En este caso el


asiento fijo queda asegurado por medio de tacos “a”
fundidos en la placa de asiento. En el móvil no existen,
pudiendo verificarse, por tanto, el deslizamiento sin ningún
obstáculo. El desplazamiento de la viga en dirección normal
a su plano queda evitado por los resaltos laterales de las
placas.

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1.2.3.3.1. Cálculo de las Placas


El cálculo de la superficie de apoyo se efectuará como en las placas planas, determinándose la
longitud l, y el ancho b, de placa del modo indicado.
El espesor  de placa se calcula considerando que en la placa sometida a la carga P, cada una de
sus mitades representa una viga empotrada por un extremo y libre por el otro. El momento flexor
máximo se produce en la mitad de la placa. Llamando fadm al coeficiente de trabajo por flexión en
el material que constituye la placa; se verificará:
P l b⋅δ 2 3 P⋅l
⋅ =σ fadm⋅
2 4
En placas de fundición:
6
⇒δ= ⋅

4 b⋅σ fadm

P⋅l
σ fadm=300 kg/cm2 ⇒δ=0 . 05
En placas de acero moldeado:
√ b

P⋅l
σ fadm=1200 kg/cm 2 ⇒ δ=0 . 025
√ b
Las dimensiones corrientes de resaltos laterales, tacos
para los apoyos fijos y nervios para impedir el corrimiento
de las placas sobre los muros de apoyo, quedan indicadas
en la figura.

1.2.3.4. Apoyo sobre muro por intermedio de viguetas.


Si urge disponer los apoyos de la viga y no puede contarse rápidamente con las placas de
fundición o acero moldeado, es muy práctico sustituirlas con el tipo de asiento representado en la
figura, que determina un aumento del ancho de apoyo b. La pieza b' se remacha a la viga a’ con
remaches de cabeza inferior avellanada, y la presión P se transmite, centrada, a la vigueta c’. Por
último, la placa d' permite aumentar aún más la superficie de apoyo. La sujeción de la viga se
consigue por medio de los tornillos que enlazan a’ con c’, y si se desea que el apoyo sea móvil, se
hacen rasgados los taladros en la aleta inferior de la viga a’.
El cálculo de la vigueta c’ se efectúa por flexión, siendo el máximo momento flexor que ha de
P⋅b
M=
resistir, 8 ; y el
módulo resistente
P⋅b
W=
necesario,
8⋅σ fadm .
Además del cálculo por
flexión, la vigueta habrá de
ser comprobada al esfuerzo
cortante.
En la práctica se dispone,
frecuentemente, este apoyo
sin intercalar la pieza b' que
hemos señalado.

La figura siguiente representa otra disposición, en la que la transmisión del esfuerzo al muro se
verifica por intermedio de un par de viguetas.
Para lograr una distribución uniforme del esfuerzo normal P, es , preciso disponer centrada, como
indica la figura, la pieza b’. Si se prescindiera de dicha pieza y se apoyara directamente la viga
sobre el par de viguetas, al flexarse la viga quedaría sobrecargada la vigueta c'2, que soportaría
casi todo el esfuerzo P, distribuyéndose por tanto, el esfuerzo P sobre la superficie de apoyo de
modo muy desigual.

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Con esta disposición, cada una de las viguetas queda sometida a un esfuerzo P/2, y su cálculo se
efectuará del mismo modo que hemos visto en el caso de una sola vigueta.
La vigueta c’ se calculará
por flexión, como viga
apoyada sometida a la
carga P concentrada en su
punto medio, y su unión
con las otras se
determinará con arreglo al
estudio, que en la
presente, Unidad realiza-
remos para enlaces de
vigas.

1.2.3.5. Apoyo por intermedio de un asiento de piedra natural o artificial.


Si el muro de apoyo es de ladrillo corriente, como ocurre en general, en la construcción de
edificios, y el esfuerzo vertical P es muy grande, puede resultar antieconómica la utilización
exclusiva de placas de asiento para la
transmisión del esfuerzo al muro, ya que
sus dimensiones resultarían excesivas.
Un método muy adecuado para
solucionar el apoyo, consiste en disponer
en la parte superior del muro unas
hiladas de ladrillo de mejor calidad o un
suplemento de piedra. La sección
transversal del suplemento es la misma
que corresponde al muro de la parte
inferior, calculada con arreglo al
coeficiente de compresión kc2 del material
de calidad corriente que lo forma.
La altura de dicho suplemento se deducirá de la hipótesis admitida para la transmisión de
presiones, que se supone verificada según una línea recta inclinada  = 60° respecto a la
horizontal. Con arreglo a esta hipótesis, tendremos:
l −l
tg 60 0⋅ 2 1 =h ⇒h=0 . 866 ( l 2−l 1 ) ó h=0 . 866 ( b 2−b1 )
2
adoptándose el valor que resulte mayor, de ambos.

1.2.3.6. Anclaje de las vigas en los macizos.


Cuando las vigas sufren esfuerzos longitudinales (por ejemplo: en los
pisos de talleres, por efecto de choques y vibraciones de la
maquinaria, vigas-carriles de los puentes grúa al funcionar los frenos,
etc.), es necesario sujetarlas a los muros por medio de anclajes
horizontales.
La figura siguiente representa la disposición de anclaje por medio de
tirante de llanta con
pasador.
En las figuras
siguientes se
representan otros
tipos de anclaje
horizontal, de gran
sencillez, cuyas características quedan
claramente indicadas.

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1.2.4. Apoyos empotrados


1.2.4.1. Apoyo empotrado de las vigas en los muros, por asiento directo.
El apoyo empotrado puede hacerse asentando la viga
directamente sobre el muro, o por intermedio de placas.
Supongamos primeramente que la viga apoya directamente, por
sus caras superior e inferior, en el muro. Designemos por M el
momento que las fuerzas exteriores determinan en la sección 1-2
de la viga, y sea C el esfuerzo cortante correspondiente a dicha
sección; es decir, la resultante de todas las cargas que actúan a su
izquierda. Introduzcamos en la sección 1'-2', correspondiente a la
mitad de la distancia d, dos fuerzas iguales y contrarias, C;
tendremos, por consiguiente, que en 1'-2' actuará un momento
C⋅d
M + m=M +
2 ; y una fuerza vertical, C.
C⋅d
M+
El momento 2 , que tiende a hacer girar la viga, es
equilibrado por el momento que desarrollan las tensiones
engendradas en el muro. La ecuación de equilibrio será, llamando
f máx la mayor tensión flexora originada:
1 d 4d C⋅d C⋅d 6
2
σ fmáx⋅ ⋅b
2 6
=M +
2
⇒ σ fmáx = M +
2( ⋅
b⋅d
2 )
El esfuerzo C determina las tensiones, de compresión c
distribuidas uniformemente sobre la superficie b d. Efectuando la
suma de las tensiones debidas a la flexión y a la compresión, se
obtiene como tensión máxima la correspondiente al borde interior
del muro  máx, cuyo valor es:
C 6 d
σ máx = +
b⋅d b⋅d 2 ( 2 )
⋅ M +C⋅ ≤σ cadm
Conocida la longitud de empotramiento d, queda determinada la tensión  máx que experimenta el
borde interior del muro.
Fijada la tensión admisible de compresión cadm, se determinará la longitud d por medio de la
fórmula:

d=
2⋅C
b⋅σ cadm [ √ 3 M
⋅ 1+ 1+ ⋅b⋅σ cadm⋅ 2
2 C ]
Como puede apreciarse, no es posible evitar, en el empotramiento con asiento directo, que el
borde interior del muro quede sobrecargado, siendo de temer deterioros en el mismo cuando se
trate de grandes esfuerzos.

1.2.4.2. Apoyo empotrado por intermedio de placas.


En el caso de grandes esfuerzos es muy conveniente, la ejecución del
apoyo empotrado con dos placas de asiento, obteniéndose una
distribución uniforme de las tensiones sobre las correspondientes
zonas de muro. Hay que observar que el empotramiento se verifica
entonces no en el borde interior del muro, como viene expresado, en
general, en muchos libros de construcción, sino en el punto medio de
la placa inferior.
La distancia d entre los puntos medios de ambas placas, que se
disponen teniendo en cuenta el espesor del muro y la magnitud
resultante necesaria para las placas, debe fijarse previamente o
calcularse por tanteo.

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Si el muro no es muy fuerte, deben sustituirse las placas de


asiento por apoyos de la forma indicada en la figura siguiente,
que amplían lateralmente la superficie de reparto de tensiones.
El cálculo y ejecución de las placas de asiento se verifica como
ya hemos indicado.
Es preciso tener en cuenta, en la disposición de apoyos
empotrados, que el esfuerzo dirigido hacia arriba, de valor Ri,
debe ser contrarrestado por una reacción Rs con el sentido
indicado en la figura, y que, desde el punto de vista de la
seguridad, el contrapeso determinado por el muro debe tener
un valor dos o tres veces superior a Rs.

Puede ocurrir que el peso de muro situado encima de la


viga no alcance el valor preciso para producir esta situación
de equilibrio, en cuyo caso es necesario disponer un anclaje
vertical, que hace participar en el contrarresto del esfuerzo
Ri dirigido hacia arriba al peso del muro que gravita sobre el
ancla, aparte del peso de muro situado encima de la viga.
La longitud del anclaje vertical se determinará teniendo en
cuenta que la suma de ambos pesos debe ser igual a dos o
tres veces el esfuerzo Rs.

1.2.5. Apoyos de rodillos

Los aparatos de apoyo de rodillos son de poco uso en las construcciones metálicas de edificación.
Puede, sin embargo, presentarse la necesidad de utilizar apoyos de este tipo, cuyas
características generales estudiamos a continuación.
Los apoyos de rodillos se componen de una o varias piezas de sección circular situadas entre dos
placas que transmiten la presión de la viga a la superficie de asiento en el firme. Para conseguir
una distribución uniforme de la carga en dicha superficie, se utilizan espesores de cemento de 10
a 20 mm de grueso.
En la figura queda representada la disposición general de este tipo de apoyos.
La disposición de las placas permite cierta carrera a los rodillos en el plano de la viga e impide su
traslación en el plano perpendicular a la misma. La seguridad contra desplazamientos laterales se
consigue por medio de los resaltos de que van provistos los rodillos en sus extremos.

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El diámetro necesario para los rodillos se determina por medio de la fórmula de Hertz:
0 , 358⋅E⋅A
d=
σ 2c⋅l⋅n
en la que A representa la fuerza total que se ejerce sobre el apoyo, en toneladas; l la longitud de
los rodillos, en centímetros; n, el número de rodillos; c, la tensión admisible por compresión en los
rodillos (Tn/cm2), y E, el módulo de elasticidad, en Tn/cm2, tanto del material que constituye el
rodillo como del correspondiente a las placas, que suponemos es el mismo.
Los valores admisibles para c en Tn/cm2, son los siguientes:
CONSIDERANDO SOLAMENTE LAS CARGAS VERTICALES

CONSIDERANDO CARGAS VERTICALES Y HORIZONTALES

El cálculo de las placas se efectúa con arreglo a las indicaciones anteriormente hechas y según
los detalles que se expresan a continuación:

Placa superior. — La tensión admisible por flexión en el material que la constituye, fadm ha de
M1
σ fadm≤
cumplir la siguiente condición: W1
El momento flexor M1 presenta los siguientes valores:
A⋅a
Para los apoyos con un solo rodillo M 1=
8
A⋅e
Para los apoyos con dos rodillos M 1=
4
A⋅e
Para los apoyos con tres rodillos M 1=
3
l⋅δ 21
W 1=
El módulo resistente W1 vale: 6

M2
σ fadm≤
Placa inferior: De igual modo se ha de verificar W2
El momento flexor M2 vale:
A⋅l 2
Para los apoyos con un solo rodillo M 2=
8
A l2
Para los apoyos con dos rodillos M 2=
4 ( )
2
−e

A 3⋅l 2
Para los apoyos con tres rodillos M 2=
3 ( 8
−e )
l⋅δ 22
W 2=
El módulo resistente W2 vale: 6
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1.2.6. Apoyos de Neopreno


Están constituidos en esencia por un bloque de elastómero que lleva intercaladas en su masa y
vulcanizadas con la goma, y por tanto firmemente adheridas a ella, unas chapas de acero. La
palabra elastómero es un término genérico para los materiales sintéticos similares al caucho
natural. Lo normal es utilizar cauchos sintéticos de los
cuales el más común es el neopreno cuya denominación
química es “poli-2-clorobutadieno”.
Responden en esencia al esquema de la figura en que se
aprecia que las chapas o zunchos de acero quedan
completamente embebidas en el bloque de elastómero lo
que sirve para protegerlas de la corrosión.
Habitualmente se designa por a al lado menor del apoyo
y por b al mayor. Se distingue asimismo la altura neta de
la goma del apoyo T de la altura total del apoyo (suma del
espesor de las láminas o zunchos de acero y de la altura
neta de goma).

1.2.6.1. Esquema de funcionamiento


Frente a las cargas verticales transmitidas por el tablero los apoyos son deformables, es decir,
sufren acortamientos según el sentido del eje z,
aunque en general esta flexibilidad vertical no
se suele tener en cuenta en el diseño del
tablero.
Un dato de gran importancia para el diseño de
los aparatos de apoyo de neopreno zunchado
es el módulo de elasticidad transversal de la
goma o elastómero (G) que, de acuerdo con el
esquema de la figura, relaciona las fuerzas
horizontales aplicadas al apoyo con los
movimientos horizontales del mismo, según los
conceptos clásicos de Resistencia de
Materiales. El valor de G para acciones lentas
(deformaciones termohigrométricas) suele
estar comprendido entre 8 y 12 kp/cm2. Para
acciones instantáneas (frenado, viento, etc.) el
valor de G es del orden del doble.

Con respecto a los giros, los apoyos de neopreno zunchado, gracias a su deformabilidad,
permiten los giros relativos entre el tablero y la subestructura (giros cuyo eje esté contenido en el
plano xy) sin apenas ejercer coacción a los mismos.
Con respecto a los movimientos horizontales, estos apoyos gracias a su deformabilidad en el
plano xy, y de acuerdo con el esquema de la figura, permiten los movimientos relativos
horizontales entre el tablero y la subestructura.
En base al esquema de la citada figura, la vinculación que establecen los apoyos de neopreno
zunchado entre la subestructura (cabeza de las pilas o coronación de los estribos) y el tablero es
de tipo elástico ya que permiten los movimientos relativos mediante su propia deformación siendo
la relación entre la fuerza transmitida al apoyo (H) y el citado movimiento relativo (u) de tipo
elástico lineal (F = K·u) donde K (rigidez del aparato de apoyo) viene dada por:

Para que este esquema de funcionamiento no se desvirtúe en ninguna circunstancia, no se debe


producir el deslizamiento del tablero sobre el apoyo o el de éste sobre la cabeza de la
subestructura arrastrado por aquél. Es, por lo tanto, un requisito de diseño importante el que en
cualquier hipótesis de carga se verifique siempre que la acción horizontal transmitida al apoyo sea
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menor que el producto del coeficiente de rozamiento entre el apoyo y el hormigón por la reacción
vertical concomitante con la fuerza horizontal.

1.2.6.2. Rango de utilización


Los apoyos de neopreno zunchado son los más usados en los puentes de tipo medio.

- Limitación de la distorsión admisible bajo acciones lentas


De acuerdo con el esquema de la figura anterior, se ha de verificar:

siendo u el movimiento relativo entre el tablero y la subestructura debido a las deformaciones


termohigrométricas (acciones lentas).

- Limitación de la distorsión admisible total


Se ha de verificar que:

siendo u el movimiento relativo entre el tablero y la subestructura debido tanto a acciones lentas
como a acciones instantáneas (frenado, viento, etc). En situaciones con sismo la limitación
anterior será:

- Limitación de la presión vertical máxima


Las tensiones verticales máximas para las que se dimensionan estos apoyos deben cumplir:

donde Nmáx=R (Reacción vertical máxima).

- Condición de no deslizamiento
Ya comentada anteriormente y que exige que en cualquier hipótesis de carga se cumpla que:
H < f x N (f : coeficiente de rozamiento)
para asegurar que no se desvirtúa el funcionamiento del apoyo de neopreno zunchado como tal
(vinculación elástica en cuanto a movimientos horizontales entre el tablero y la subestructura).

- Condición de estabilidad
La dimensión mínima en planta a del apoyo de neopreno zunchado debe ser tal que se verifique
que:
a/10 ≤ T ≤ a/5
donde, como se ha dicho, T es la altura neta de elastómero del apoyo.

- Giro admisible
El giro admisible de estos apoyos depende de la carga vertical (tensión media) que soporta el
apoyo ya que la condición que se impone es que en ninguna hipótesis de carga se pueda producir
en parte del apoyo descompresión del mismo quedando sólo parte de él cargado. Con el esquema
de la figura se aclara lo acabado de
exponer, ya que al exigir e>e’ se asegura
la condición anterior.
Es decir, cuanto mayor es la carga
vertical que soporta el apoyo, mayor es
su capacidad de absorción de giro.
En este sentido, la capacidad de absorción de giro de estos apoyos con tensiones de trabajo
reducidas puede resultar muy baja.

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- Limitación de la tensión tangencial total en el contacto goma-zunchos de acero


Se limita dicha tensión tangencial total debida a:
- Cargas verticales (N)
- Giros a absorber ()
- Distorsión del aparato de apoyo (H)
al valor de 5G donde G, como se indicó, es el módulo de elasticidad transversal del aparato de
apoyo.

- Espesor mínimo de los zunchos de acero


El espesor mínimo de los zunchos de acero aumenta al aumentar la tensión vertical a que va a
estar sometido el aparato de apoyo. En cualquier caso, el espesor de las chapas no debe ser
menor de 2 mm.

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2. VIGAS LAMINADAS.
2.1. Cálculo y ejecución de enlaces de vigas por medio de angulares con el alma de las
mismas
Para el enlace cómodo y fácil de las vigas entre sí o con las caras de los soportes a que han de
unirse se utilizan hierros angulares remachados al alma de la viga. La longitud de estos angulares
se fija acoplándolos a la parte plana del alma.

2.1.1. Unión en el alma de la viga


Consideremos la unión de
una viga laminada a la
cara de un soporte,
indicada en la figura.
Los ángulos de unión
constituyen, en cierto
modo, una prolongación
de la viga; tienen, por
tanto, que soportar no sólo
el esfuerzo cortante que
actúa en la unión, cuyo
valor es precisamente la
reacción de la viga, sino
también el momento flexor
correspondiente. Este
momento vale M1= A.a1,
siendo A la reacción de la viga y a1 la distancia que media entre su línea de acción y el centro de
gravedad del grupo de remaches que unen el ángulo con el alma.
Los hierros angulares utilizados en la práctica en estas uniones tienen, en la mayoría de los
casos, sección suficiente para soportar tal momento y esfuerzo cortante, siendo únicamente
necesario comprobar los remaches que los unen con el alma de la viga.
Si designamos por n1 el número de estos remaches que trabajan por doble sección, cada uno
A
V=
soportará un esfuerzo vertical:
n1
A causa del momento, flexor M1 citado, actúan sobre los remaches fuerzas horizontales H, cuyos
valores varían proporcionalmente a sus distancias al eje neutro, siendo el valor del esfuerzo
e máx
H máx=M 1 2
correspondiente al remache más alejado: Σe

El esfuerzo máximo total correspondiente al remache más alejado será:


Rmáx =√V 2 +H 2máx
R máx
τ=
2⋅π⋅d 21
La tensión de corte en el remache más cargado será, pues: 4
R máx
σl=
y la de compresión contra las paredes del taladro: δ 1⋅d 1

2.1.2. Unión en la pieza con la que enlaza la viga.


Si la unión de los angulares con el alma de la viga se efectúa con arreglo al criterio que acabamos
de señalar, soportando el momento A.a1, pueden considerarse los angulares como una
prolongación de la viga, en cuyo caso el verdadero apoyo de ésta se verifica en la unión con la
cara del soporte o alma de la viga principal a que se une.

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Como demostraremos en el párrafo siguiente conviene efectuar esta unión por medio de tornillos.
Si llamamos n2 al número de tornillos de unión, que trabajan por simple cortadura, cada uno
A
V=
soportará una carga vertical:
n2
A
M 2= ⋅a 2
Por la acción de las fuerzas descentradas A/2 actúa, además, un momento flexor 2 ,
de modo que los tornillos de enlace soportan esfuerzos horizontales. Los tornillos más alejados
del eje neutro soportan los mayores esfuerzos, cuyo valor vendrá expresado por:
e máx A emáx
H máx=M 2 2
= ⋅a2⋅ 2
Σe 2 Σe

El esfuerzo máximo total que experimenta el tornillo más cargado será:


Rmáx =√V 2 +H 2máx
Rmáx
τ=
π⋅d 22
la máxima tensión de corte correspondiente: 4
R máx
σl=
y la mayor compresión contra las paredes del taladro: δ min⋅d 2

En los enlaces dobles que se producen al unir dos vigas al alma de una viga principal es preciso
comprobar en cada unión los tornillos correspondientes a simple cortadura. Además hay que
calcular a compresión contra las paredes del taladro en el alma de la viga principal, los tornillos
que trabajan en dos secciones.
Sea:
ni el número total de tornillos en la unión de la izquierda.
nd el número total de tornillos en la -unión de la derecha.
n el número de tornillos que trabajan en dos secciones.
Ai la reacción de la viga situada a la izquierda.
Ad la reacción de la viga situada a la derecha.
2 el espesor del alma de la viga principal.
d2 el diámetro del núcleo de los tornillos.

Para el tornillo designado en la figura con t’ el esfuerzo vertical que soporta será:
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Ai Ad
V t ' =V it ' +V dt ' = +
n i nd
y el horizontal:
Ai et' Ad e
H t ' =H it ' + H dt ' = ⋅a2⋅ + ⋅a2⋅ t '2
2 Σe 2i 2 Σe d

El esfuerzo máximo total será en dicho tornillo:


Rt ' máx =√V 2t' +H 2t '
Rmáx
σl=
La presión contra las paredes del taladro en el alma de la viga principal valdrá: δ 2⋅d 2

2.1.3. Observaciones sobre el comportamiento mecánico de este tipo de uniones.


Constituye un problema indeterminado la valoración exacta de las fuerzas
que se desarrollan en el tipo de uniones estudiado.
Sin embargo, calculando, como acabarnos de decir, los tornillos que
enlazan los hierros angulares con la pieza a la que se une la viga, es decir
A
⋅a
teniendo en cuenta el momento 2 2 , puede considerarse como
cierta la suposición de que los hierros angulares forman una prolongación
de la viga.
Es preciso, de todos modos, considerar otros aspectos del problema que
nos ocupa. En realidad, al flexar la viga, tenderá a deformarse como indica
la figura, originando tensiones de tracción en los tornillos, t, y comprimiendo en el punto
A que constituye punto de giro. Parece a primera vista, que se transmitirán importantes
momentos de empotramiento al soporte o viga principal a que se halla ligada la viga
considerada, y que, por tanto, los tornillos, t, sufrirán esfuerzos de tracción consi-
derables.
Pero los ensayos y la práctica confirman que en los casos corrientes, de enlaces de este
tipo los esfuerzos que soportan los tornillos son muy pequeños y, por consiguiente, muy
reducidos los momentos de empotramiento que aparecen.
La causa determinante de este resultado consiste en que, al tender la viga a
deformarse, se produce deslizamiento de los remaches en el alma de la misma, permitiéndole
girar. Asimismo la elasticidad del acero dulce, que producirá deformación en la aleta de los
angulares remachada al alma de la viga, contribuye a permitir el giro.

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Los ensayos de Alfred Gregor efectuados con,


vigas sometidas a una carga, P, concentrada
en un punto medio y unidas por enlaces del tipo
estudiado a vigas principales, dieron los
resultados que indica la figura. El momento
l
P⋅
máximo, 4 , correspondiente al caso de
viga apoyada en sus extremos se reduce a
33
P⋅l
160 y los momento de empotramiento
7
− P⋅l
valen: 160
En la práctica, en el cálculo de estructuras metálicas, las vigas transversales unidas a vigas
principales y las vigas principales enlazadas a soportes por este tipo de unión sencilla se calculan
como simplemente apoyadas, no teniéndose en cuenta la existencia de los momentos de
empotramiento.
Sin embargo, a nuestro parecer, no puede procederse igualmente en todos los casos,
despreciando los momentos de empotramiento transmitidos. En efecto, supongamos el caso de
una viga de gran rigidez unida a soportes muy flexibles.
La viga, al deformarse, arrastrará al soporte, deformándolo a su vez antes de entrar en juego las
deformaciones y deslizamientos a que nos hemos referido; es decir, el enlace funcionará como un
nudo rígido, y el conjunto, que
constituye un pórtico, se
deformará como indica la figura.
Claro es que los momentos de
empotramiento transmitidos
serán pequeños al ser muy
flexibles los soportes, pero
habrán de ser tenidos en cuenta
en el cálculo de éstos,
precisamente por su falta de
rigidez.

2.1.4. Cálculo y ejecución de enlaces de vigas con desmembrado de las mismas.


Las uniones que acabamos de estudiar son del tipo
indicado en la figura, a; es decir, unión sencilla por medio
de angulares, Pero son muy frecuentes en la práctica los
casos de las figuras, b y c, en que las vigas transversales
deben enrasar con la principal, ya en su caja superior o en
la inferior, siendo preciso efectuar en ellas un
desmembrado. Si las vigas transversales son de la misma
altura que la principal y están situabas al mismo nivel, es
preciso efectuar para su enlace desmembrados en sus
dos alas (fig. d). También es muy frecuente el caso de
apoyo de una viga transversal sobre una viga principal, no
coincidiendo el nivel superior de la principal con el nivel
inferior de la secundaria (fig. e), efectuándose el
desmembrado indicado.
Con objeto de prevenir la formación de grietas, deben
redondearse las esquinas originadas en el desmembrado.
La más pequeña grieta en la esquina peligrosa acelera el
posible desgarramiento del alma de la viga.

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En la sección - actúa el esfuerzo cortante Q = A y el momento flexor M = A . a. Si el


desmembrado es pequeño, puede la sección debilitada soportarlos; pero si es grande debe
reforzarse dicha sección.
Así, por ejemplo, la figura e, representa un apoyo en que por ser pequeño el desmembrado no ha
precisado ningún refuerzo. Los ángulos de asiento se han cosido con el número de remaches
necesario para soportar la reacción A.

La figura siguiente representa un caso en el que ha sido


necesario disponer un refuerzo. Cuando se trata de grandes
desmembrados, es adecuado reforzar el alma por angulares que
recorren la parte inferior del alma desmembrada.
Si la altura de la viga principal a la que se une la viga
considerada es grande, puede efectuarse la disposición de la
figura inferior, apoyando la viga sobre una placa remachada.

2.2. Enlaces de viga por soldadura


Las sencillas uniones de vigas a vigas principales o soportes que hayan de soportar simplemente
esfuerzos verticales no son en realidad adecuadas para ser ejecutadas directamente, por
soldadura. Por efecto de la íntima unión que se
establece en el enlace soldado se constituye una
estructura única, de modo que la unión rígida soporta
no sólo esfuerzos verticales, sino también horizontales.
La viga funciona con un cierto grado de empotramiento.
Si está prevista la unión soldada únicamente para la
absorción de esfuerzos verticales y se disponen, en
consecuencia, cordones soldados al alma únicamente,
pueden originarse peligrosas tensiones suplementarias.
En el punto m existe el peligro de rotura.

Si, por el contrario, la unión soldada es completa,


entonces el soporte recibe tensiones flexoras, debiendo
calcularse como estructura hiperestática la constituida a
base de este tipo de uniones. Al aplicar a entramados
metálicos de edificación las uniones rígidas, resultan, en
general, estructuras menos económicas que las
organizadas a base de enlaces isostáticos.

Las uniones sencillas previstas para absorber esfuerzos


verticales simplemente se pueden constituir como indica
la figura siguiente. Se ha dispuesto en este caso una placa en el extremo de la viga y soldada a
ella, placa que se atornilla en obra al soporte o viga principal a que va unida la viga. La placa
mencionada sustituye a los angulares remachados al alma de la viga, que hemos visto en los
enlaces estudiados anteriormente.

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El estudio de la unión se hace sencillamente


calculando al corte los cordones soldados y
considerando que el esfuerzo vertical total se
reparte uniformemente entre los tornillos, los
cuales no reciben acciones horizontales.

2.3. Cálculo y ejecución de empalmes en las vigas laminadas.


2.3.1. Empalmes remachados
No suele ser muy frecuente en las construcciones metálicas la necesidad de empalmar vigas
laminadas, ya que se dispone de las mismas en longitudes de 12 a 14 m. y no son, en general,
muy grandes los tramos a cubrir.
Sin embargo, se presenta en algunas ocasiones este problema. La disposición más frecuente de
empalme se halla indicada en la figura.
Suele hacerse el empalme, en general, no con arreglo al momento flexor que actúa en la sección
de empalme, sino referido al máximo
momento que soporta la viga; es decir,
con el criterio de constituir en la junta
empalmada una sección con un
módulo resistente, por lo menos, igual
al de la viga.

2.3.1.1. Cubrejuntas de las alas


Llamemos Su a la sección útil correspondiente a cada ala de la viga que, como sabemos, soportan
solamente esfuerzos normales. La sección útil, S'u, correspondiente a cada cubrejunta superior o
'
inferior, habrá de cumplir la condición S u ≥S u . El esfuerzo transmitido por cada ala al

cubrejunta correspondiente es
σ⋅S
u , en que σ representa la máxima tensión flexora
soportada por la viga.
El número de remaches necesarios para la unión que habrán de ser dispuestos a cada lado de la
Su⋅σ
n=
sección empalmada será, pues: R ;fórmula en la que R representa el esfuerzo máximo
que puede soportar cada remache por simple cortadura o por compresión con las paredes del
taladro, según se trate de cubrejunta simple o doble.

2.3.1.2. Cubrejuntas del alma


El cálculo del espesor de los cubrejuntas del alma se efectuará de modo que se cumpla la
condición de que el momento de inercia correspondiente al alma (previamente descontados los
agujeros de los remaches) sea igual al momento de inercia de los cubrejuntas, también con
descuento de los agujeros de remaches.
Los remaches que sujetan los cubrejuntas del alma han de estar en condiciones de soportar todo
el esfuerzo cortante que actúe en la sección empalmada y la parte de momento flexor máximo, M,
que corresponde absorber al alma de la viga, fracción que designaremos por Ma.
La determinación del valor Ma es muy sencilla; del mismo modo que se cumple la relación
M =W x⋅σ
en la que Wx representa el módulo resistente de la viga, se verificará que:
M a =W a⋅σ
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siendo Wa el módulo resistente que corresponde al alma de la viga, y que valdrá:


Ia 2⋅I a
W a= =
h h
2
Por tanto:
2⋅I a
M a= ⋅σ
h
Puede también ponerse el valor de Ma en función del momento M por medio de la fórmula
I
M a =M⋅ a
I ,
que se obtiene sencillamente dividiendo las relaciones anteriores.
Una vez determinados Ma y el esfuerzo cortante Q que corresponde a la sección empalmada, se
calculan los remaches que sujetan los cubrejuntas del alma.
Estos remaches trabajan a dos secciones, puesto que los cubrejuntas del alma son siempre
dobles, y, por tanto, será preciso comprobarlos en la mayoría de los casos a compresión contra
las paredes del taladro. Con objeto de simplificar el trabajo y no tener que efectuar en cada caso
particular estos minuciosos cálculos, se pueden utilizar tablas que representan los empalmes
normales para vigas laminadas.
Los remaches correspondientes a los cubrejuntas del alma se han calculado con la suficiente
holgura para poder resistir el esfuerzo cortante en aquellos casos en que coinciden el momento
flexor máximo y el esfuerzo cortante máximo.
En estos casos la tensión máxima flexora, , y la tensión tangencial máxima, , han de estar
ligados por la fórmula:
0 , 35⋅σ +0 ,65 √ σ 2 +4⋅τ 2≤1200 kg /cm2
2.3.1.3. Comprobación del perfil de las vigas
Es muy interesante comprobar si las vigas, después de descontados los agujeros de remache,
poseen el módulo resistente necesario para soportar las cargas datos del problema. La
comprobación ha de hacerse, aun en el caso en que el empalme se verifique en sección de la viga
no sometía al momento flexor máximo.
El módulo resistente de una viga disminuye en un 15% a un 30% por el hecho de descontar los
agujeros de remachado.
Es conveniente insistir en este punto, ya que en la práctica constructiva se procede en ocasiones
a empalmar dos trozos existentes de un determinado perfil, sin considerar que la sección de la
viga queda debilitada y puede ser insuficiente para soportar en buenas condiciones las cargas que
determinaron el perfil elegido.

2.3.2. Empalmes soldados


Señalamos en la figura siguiente diversas disposiciones de empalme soldado, en las que se
consigue una junta de menos resistencia que la sección de la viga empalmada. En caso de
adoptar estas disposiciones, deberá efectuarse la unión en una zona de la viga en que el
momento flexor allí existente pueda ser absorbido por la junta soldada.

En la figura, a, se indica una junta en que se ha efectuado simplemente una soldadura a tope de
los trozos de viga a empalmar. Según la antigua Norma DIN, la tensión admisible en este tipo de
juntas soldadas a tope es 9 Kg/mm2 en la zona de tracción y 11 Kg/mm2 en la de compresión. Sin
embargo, teniendo en cuenta que, en general, en la sección a empalmar existe esfuerzo cortante
además del momento flexor, no debe admitirse más de 7,5 Kg/mm2.

La figura, b, indica un empalme en que, además de la soldadura a tope total se disponen


cubrejuntas de ala soldados por medio de cordones en ángulo (filete).

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La figura, c, indica un empalme en que se consigue una mayor resistencia. Se dispone en este
caso una cartela, a la que se sueldan los dos trozos de viga por medio de cordones en ángulo.
El espesor de los citados cordones es limitado, ya que ha de ser inferior a 0,7 veces el espesor del
alma de la viga o de la cartela de enlace, por lo que no puede conseguirse una resistencia
análoga a la de la sección de la viga, teniendo en cuenta los valores admisibles para los cordones
soldados.

En la figura siguiente se representa un empalme a base de cubrejuntas de


alma y de alas, soldados por medio de cordones en ángulo aparte de estar
soldada a tope la junta, pudiendo conseguirse una resistencia análoga a la de
la viga.

2.4. Acoplamiento de vigas laminadas


Para resolver los huecos de ventanas y puertas en las edificaciones, suele,
ser necesario disponer dos vigas laminadas acopladas para soportar el peso
del muro que gravita sobre el hueco, así como las cargas que proceden de
las viguetas del piso situado superiormente.
El par de viguetas laminadas colocado en el hueco que en construcción recibe
el nombre de "dintel" suele acoplarse por medio de tornillos pasantes, alojados
en tubos de gas, que sirven para fijar la distancia entre ambas viguetas.

En otras ocasiones las cargas que reciben las viguetas colocadas en estos
huecos son diferentes. Así, en el caso de la figura siguiente, la vigueta situada
a la derecha ha de soportar la carga de muro y la transmitida por las viguetas
del piso superior, mientras que la situada hacia el exterior resiste solamente
paso de muro.

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Lo mismo ocurre en el caso de esta otra figura, en el que las viguetas de piso
se unen en el dintel, disposición que se utiliza algunas veces en la
construcción para ganar altura de huecos.

Cuando las cargas se reparten igualmente entre ambas vigas y se


trata de fuerzas importantes, el acoplamiento se efectúa por medio de
casquillos de perfiles normales “C”, con los correspondientes tornillos
pasantes. La distancia entre los casquillos de acoplamiento varía de
1,5 a 2m, y deben disponerse, desde luego, en los apoyos y secciones
en que se apliquen cargas aisladas.

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