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El lenguaje en la escuela

Seguro que más de alguna vez has oído decir la siguiente frase:
“Cuida tus palabras... Ellas tienen poder para dar vida o muerte.. Una vez que
las dices no puedes borrarlas”
Es tanto el impacto que puede tener nuestro lenguaje, ya sea positiva o
negativamente en una persona, especialmente en el aula, donde cobra una
relevancia mayúscula pues es desde esta función, donde emerge el proceso de
enseñanza aprendizaje.
La comunicación y el lenguaje son herramientas esenciales para la expresión
de las ideas, emociones, pensamientos y sentimientos. Dependiendo del
éxito en el proceso comunicativo, serán de igual manera exitosas las
relaciones que construimos y desarrollamos.
En nuestra realidad diaria como docentes, construimos también relaciones de
género dentro y fuera del aula, donde estamos expuestos a caer en el uso del
lenguaje sexista, el cual ha sido instalado en nuestras estructuras mentales
desde que nacemos, siendo reforzado por las normas sociales y culturales. Esta
forma de expresarnos, se encuentra tan arraigada en nosotros que el uso del
masculino genérico, pasa en muchas ocasiones inadvertido, ya que es
costumbre utilizarlo en singular o plural para hacer referencia a ambos sexos,
como ejemplo de ellos están algunas palabra que usamos para nombrar los
gentilicios, también lo hacemos al decir los jefes, en vez de decir la jefatura y así
se pueden encontrar una diversidad de expresiones que caen consciente e
inconsciente en el uso masculino genérico.
Es a esta realidad, que las y los docentes, cada día nos vemos enfrentado a este
desafío, el que sin duda hace imperativo realizar cambios trascendentales, no
sólo en nuestro lenguaje verbal, sino que también el lenguaje corporal, facial y
escrito.
Podemos comenzar con cambios tan sencillos como por ejemplo:
-Preferir sustantivos genéricos que reemplacen el uso masculino genérico
-Realizar metonímicas para designar (jefatura por los jefes)
-Formular perífrasis lo que quita el carácter masculino. (Director por
dirección/Tomar nombre del cargo para hacer referencia a quien lo desempeña)
- Desdoblar los sustantivos (las profesoras y los profesores)
-Evitar referirse al sujeto y usar el impersonal "se" ofrece otras alternativas
que pueden utilizarse. Veamos un ejemplo: en vez de “cuando el cliente exija
una factura…”, podríamos decir”cuando se exija una factura…”
- Omitir sustantivos, mediante la conjugación, los infinitivos y gerundios,
ejemplo: Es necesario que los maestros terminen el viernes, al sustituir
quedaría: es necesario concluir el viernes.

Es evidente que tenemos que echar mano a las herramientas de


transformación para que en el quehacer de la pedagogía, evitemos caer
también en el universal masculino (ejemplo: hombres, palabra que usamos
para nombrar a la humanidad), el uso de concordancia entre sustantivo y
adjetivo, La asimetría en las formas de tratamiento (ejemplo: señora de…),
los duales aparentes (hombre aventurero- mujer aventurera, para la mujer
ser llamada así, puede ser tomado como un trato despectivo)

Y podemos seguir buscando y encontrar, tantos errores que cometemos


desde bastantes años, las que se encuentran enraizadas en nuestra cultura,
en nuestra forma de relacionarnos y para lo cual se recomienda revisar de
forma crítica nuestra manera de hablar e intentar identificar las asociaciones
estereotipadas, evitando repetirlas y buscar una manera respetuosa de
expresarlas y así lograr sustituirlas, con un poco de voluntad, respeto y
tolerancia.

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