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Noviazgo

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«Novios» redirige aquí. Para la novela de Manzoni, véase Los novios.

«Novio» redirige aquí. Para el poeta latino, véase Quinto Novio.

La confesión, de Vicente Palmaroli, 1883.

Proposición de matrimonio en Helgoland, de Rudolf Jordan, 1834.

Pareja cortejándose y mujer con libro de canciones, de Cornelis van Haarlem, ca. 1594. La
«carabina» parece consentir el atrevimiento.

Postal alemana de 1908.

El noviazgo es la condición de los novios,1 es decir, una relación amorosa mantenida entre dos
personas con la posible intención de matrimonio,2 es un proceso por el cual dos personas
desarrollan una asociación íntima más allá de la amistad.

Los novios suelen utilizar para sí mismos distintos apelativos cariñosos, como «querido» o
«querida», «cariño», «amor» o «mi amor», «vida» o «mi vida», «prenda», «maga» o «maja»,
«reina» o «rey mío», muy a menudo en diminutivo o acompañados del posesivo.

Índice

1 Actividades y características antropológicas

2 Etimología

3 Noviazgo gitano
4 Noviazgo en Estados Unidos en el siglo XX, según Jason King

5 Violencia

6 Novia de guerra y matrimonios temporales en el yihadismo

7 Diccionario de cama

8 Novias por correo y por retrato

9 Los novios de El Mojón

10 Véase también

11 Bibliografía

11.1 Literatura clásica

11.2 Canción y zarzuela

11.3 Correspondencia

11.4 Filmografía

12 Notas

13 Enlaces externos

Actividades y características antropológicas

A su actividad se le puede denominar «salir» (frecuentar, por motivos amorosos o amistosos, el


trato de otra persona, fuera de su domicilio),3 «hablar» (tener relaciones amorosas con otra
persona),4 o «ligar» (entablar relaciones amorosas o sexuales pasajeras).5 En el contexto previo al
noviazgo se realiza el cortejo, la actividad denominada «tontear» (dar los primeros pasos en la
relación amorosa),6 coqueteo o flirteo (juego amoroso que no se formaliza, dar señales sin
comprometerse)7 y las citas («quedar»8 - dating en el uso anglosajón contemporáneo, en la
costumbre japonesa, 見合い miai-9), que son los encuentros con propósito de conocerse; en caso
de quedar conformes en entablar la relación,10 se considera que la pareja se ha «ennoviado»
(«echarse novio» o novia).11

Si las demostraciones afectivas de intimidad física (physical intimacy) entre los novios superan el
nivel de ir cogidos de la mano (holding hands), de las simples caricias, besos y abrazos, e incluso
del magreo («meter mano» o petting), y llegan al coito, la relación de noviazgo se denomina
prematrimonial (extramatrimonial si alguno de ellos está casado con otra persona) y
tradicionalmente concubinato, amancebamiento o barraganía (a tal clase de novios se les llamaba
«amantes»); aunque recientemente se han introducido nuevos conceptos con las denominaciones
amigos con derechos, amigovios o follamigos,12 en los que el requisito de la fidelidad no se da por
supuesto (relaciones abiertas). En la moral tradicional cualquiera de esos planteamientos se
consideran «proposiciones deshonestas».13

La formalización de la relación de noviazgo es el «compromiso» o petición de mano, una


ceremonia que,14 según distintas costumbres, debe hacer el novio ante la familia de la novia o
bien ante la propia novia (de forma tópica, hincando una rodilla, y ofreciéndole un anillo de pedida
o de compromiso). A partir de ese momento a los novios se les denomina «prometidos».
Entendido el compromiso como «desposorio» o «esponsales»,15 puede tener valor jurídico, pero
es únicamente un paso previo a la celebración de las nupcias (boda o casamiento), que es posible
romper (ruptura del compromiso) incluso unilateralmente o en el último momento («al pie del
altar»), dejando «plantado» a uno de los desposados («compuesto y sin novio» o novia).

Cada cultura y época tiene distintas características antropológicas que se expresan en el noviazgo;
particularmente el papel que se da a los propios novios, que en muchos casos no tienen ninguna
iniciativa en la relación, siendo resultado de negociaciones familiares, de los buenos oficios de un
casamentero o de estudios de compatibilidad astrológica (astrological compatibility, sinastria
-synastry-, sincronicidad, compatibilidad interpersonal -interpersonal compatibility-), que
conducen a un matrimonio concertado (no debe confundirse con un matrimonio forzado). En
cambio, los novios tienen todo el protagonismo en el ideal del amor romántico, en el que se
supone que hay una atracción inicial, «amor a primera vista» o «flechazo», o al menos una
búsqueda voluntaria de la pareja. En ciertas culturas hay rituales de rapto de la novia, de compra
de la novia o, por el contrario, el pago de una dote.

En los ambientes sociales más puritanos (los propios de la denominada moral victoriana), a los
novios no se les consentía estar juntos a solas, debiéndose acompañar de una «carabina» o
chaperón. En los años del nacionalcatolicismo en España (los cuarenta y cincuenta del siglo xx)
provocaba escándalo el «baile agarrado».16 En una fecha tan tardía como 1975, el estudio
sociológio FOESSA obtenía rechazos de un 27% a que una pareja de novios paseara por un sitio
solitario, de un 64% a que se besara en público, un 68% a que hiciera el amor (incluso si unos
«novios van en serio»), un 51% a que un chico no llegue virgen al matrimonio y un 80% a que una
chica no llegue virgen al matrimonio.17

Algunas relaciones afectivas se plantean como platónicas, al menos en teoría, como fue el amor
cortés de los trovadores medievales (chevalier servant) y el chichisbeo o «cortejo» del siglo xviii.18
El retraso de la edad del matrimonio y, como consecuencia, los noviazgos prolongados, han sido
calificados como «la verdadera arma anticonceptiva de la Europa clásica». Frente a la costumbre
tradicional de matrimonios en torno a los 17 años, en el siglo xvii la edad del matrimonio en
Europa noroccidental se situó en torno a los 20 años; al mismo tiempo, se observan
comportamientos nupciales distintos según la riqueza: el matrimonio tardío es más propio de las
clases populares que de las clases altas.19

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Watching the sunset together at James River State Park Tye River Overlook Virginia
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Etimología

Mientras que para «noviazgo» el DRAE no indica etimología, para novio/novia indica que viene de
latín novius, y este de novus («nuevo»). No obstante, su posible relación con una palabra muy
próxima: «nupcias» (del latín nuptiae), no está muy claramente definida; siendo según algunas
fuentes derivada de nubus, el velo («nube») de la novia, y ésta compartiría el origen por asociación
(nova nupta). Más propiamente parece que el latín nupta sea el participio pasado femenino de
nubere (casarse, tomar marido), verbo derivado del preindoeuropeo *sneubh- («casarse»), que
origina también vocablos en otros idiomas indoeuropeos: el griego nymphe («novia»), el eslavo
eclesiástico snubiti («amar», «cortejar»), el checo snoubiti («buscar marido») y el eslovaco
zasnubit («prometerse en matrimonio»).20 Del mismo origen son las palabras latinas connubium
(«matrimonio») y nubilis («núbil», la edad a la que puede contraerse matrimonio -marriageable
age, nubilité, majorité matrimoniale, ehemündigkeit, en cambio, el término italiano nubilato se
aplica al celibato femenino-, véase también edad de consentimiento sexual), mientras que
connubialis, conubialis o coniugalis («conyugal») viene de iungo («juntar»).21

Noviazgo gitano
En la cultura gitana tradicional, el matrimonio se concierta por las familias de los novios
(llegamiento) y se hace público con una fiesta (pedimento), muy a menudo en edad infantil,
aunque no se consume hasta llegar a una edad que se considera apropiada para comenzar la
convivencia matrimonial, tras otra fiesta a la que se convoca a toda la familia extensa (boda
gitana). No son infrecuentes las relaciones que no se ajustan a este modelo, considerándose que la
pareja se ha «escapado» para vivir juntos, lo que da o no lugar a conflictos según pueda o no ser
admitido por las familias. El cortejo gitano se denomina «roneo».22

Banquete de una boda gitana, de Alessandro Magnasco, ca. 1730-1735

Regalo de bodas a una chica gitana, Inglaterra, 1885

Boda gitana, Bulgaria, 1936

Noviazgo en Estados Unidos en el siglo XX, según Jason King

En la «guía católica práctica»23 que Jason King, un sacerdote estadounidense, hace del noviazgo
(dating —«citas»— en el título inglés original), se indica que este concepto, tal como se entiende
en el contexto cultural del público al que se dirige, no existió hasta el siglo xx; no había ningún
estado de «transición» entre la soltería y el matrimonio. Se llamaba novio/a al recién casado24 y
por extensión al participante de la ceremonia de casamiento, incluso antes de concluida la
ceremonia.25

A principios del siglo xx, era el varón quien tomaba la decisión de conocer a una mujer soltera, la
cual típicamente vivía en su casa paterna. El interesado se presentaba frente a los padres y, si
estos lo autorizaban, podía conversar con la joven. Esta visita consistía en una charla a cierta
distancia bajo supervisión de los padres y en casa de estos. De la continuidad y exclusividad de las
visitas se entendía la cercanía del matrimonio.26

Según la misma fuente, el noviazgo, como una relación con una duración considerable, aparece en
los años 1920 y 1930, y durante la primera mitad del siglo xx, estaba fuertemente vinculado al
matrimonio.27 En esta época, el novio/a tiene las características de «prometido/a». Con el acceso
al automóvil por parte de las nuevas clases medias de esos países, el noviazgo pasó de tener lugar
en la casa y de ser supervisada por la familia de la mujer, a tener lugar en el auto del varón y a
centrarse en actividades (bailar, ir al cine, etc) pagadas con el dinero del varón ya que no era usual
que las mujeres trabajaran.28

En los años 60, de la mano de la revolución sexual, especialmente con la difusión de los métodos
anticonceptivos, se difumina la relación entre noviazgo y matrimonio.29

Violencia

Artículo principal: Violencia en el noviazgo

The Black Brunswicker, de John Everett Millais.

Novia de guerra y matrimonios temporales en el yihadismo

El concepto de «novia de guerra» se utilizó ampliamente en los países anglosajones durante las
dos guerras mundiales del siglo xx, aunque responde a un arquetipo universal, el de los novios
que, antes de que él deba partir por largo tiempo, se casan fugazmente, o en secreto, o se
conceden una noche de despedida.

... Le pregunta el capitán / ¿por qué tienes tanta pena? / ¿es por padre, o es por madre, / o es por
alguien de tu tierra? /.../ es que me he casado ayer / y hoy me traen para la guerra

Romance del quintado, popular, tiene distintas versiones.30

El yihadismo ha utilizado tradiciones islámicas de «matrimonio temporal» (Mut'ah, en el


sunnismo, y Nikah Misyar, en el chiísmo) para justificar la explotación sexual de jóvenes a las que
se podría considerar cautivas o captadas.[cita requerida]
Diccionario de cama

La ocupación de los países colonizados daba la oportunidad a los colonizadores de entablar


relaciones con jóvenes indígenas, que además del vínculo afectivo servían como un puente
cultural, aunque no era habitual que llegaran a convertirse en un matrimonio formal. Es
paradigmática la relación entre Hernán Cortés y Malinche (quien, además de cónyuge informal y
consejera, ejercía de «lengua», es decir traductora). Para referirse a estas mujeres (ningún tipo de
relación entre una «mujer blanca» y un indígena varón era concebible socialmente), en la
colonización británica se utilizó la denominación eufemística «diccionario de cama» (bed
dictionary).31

La ocupación alemana de Francia durante la Segunda Guerra Mundial también originó muchas
relaciones entre soldados alemanes y jóvenes francesas. Tras la derrota alemana, fueron
consideradas «colaboracionistas» y sometidas a todo tipo de humillaciones.

Cortés y Malinche en el lienzo de Tlaxcala.

Mujeres francesas acusadas de «confraternizar» con los alemanes son humilladas públicamente.
París, verano de 1944.

Novias por correo y por retrato

En algunas circunstancias, especialmente con la colonización y emigración europea a otros


continentes (emigración a América, a Australia, etc.), o con la emigración asiática (china, japonesa,
coreana); se realizaban noviazgos a distancia sin contacto entre los futuros esposos, conociéndose
la costumbre como novia por correo y novia por retrato. Ya en época más reciente se producen
ofertas de novias procedentes de países menos desarrollados, con la condición de exóticas, bellas
o sumisas, para novios de países más ricos que las prefieren a las que podrían encontrar en su
entorno. Se suele considerar una forma de explotación sexual, trata de personas o esclavismo
moderno; y en otros casos, un fraude romántico.323334

En ocasiones, las casas reales europeas enviaban un retrato pictórico del novio o de la novia con
motivo de las negociaciones matrimoniales.
Retrato de Felipe II, de Tiziano.

Retrato de María Tudor, de Antonio Moro.

Los novios de El Mojón

La alfarería en El Mojón (Teguise, isla de Lanzarote) produce tradicionalmente unas figurillas de


barro cocido con el nombre de «los novios», que representan una pareja desnuda con los órganos
sexuales exagerados, que se han relacionado con esculturas semejantes encontradas en
yacimientos arqueológicos.

Los novios de El Mojón.

Véase también

La novia (desambiguación)

apareamiento

atracción interpersonal

atracción física

carta de amor

codependencia

cónyuge

despedida de soltero

infatuación

limerencia

pareja de hecho
relación social

religión y sexualidad

soltería

traje de novio

vestido de novia

Obras pictóricas o literarias

Retrato de Giovanni Arnolfini y su esposa, cuadro de Van Eyck, 1434 (se especula sobre el si
representa el momento del matrimonio, que podría haberse efectuado años después)

La novia judía, cuadro de Rembrandt, 1666

Los novios, novela de Manzoni, 1842

La novia de Frankenstein, película de 1931

El novio de la muerte, himno de la Legión Española

Novia que te vea

Somos novios, canción de Armando Manzanero, 1968

Los novios, pintura de Antonio López García, 195535

Los amantes, pintura de Pablo Picasso, 192336

Topónimos de nombre similar

Novío, población del municipio A Fonsagrada, provincia de Lugo (España)

Noviales, población del municipio de Montejo de Tiermes, provincia de Soria (España)

Bibliografía

Avas, María Noel y Bidegain, Nicole. Formas de estar juntos/juntas. Explorando la vida en pareja
de las personas jóvenes, desde una perspectiva de género y de diversidad sexual En Mirada Joven
– revista de divulgación científica. n.º 1 – 2011. Ministerio de Desarrollo social. Instituto Nacional
de la Juventud – Uruguay. Pág. 21-40

Zaffaroni, Adriana y otros. Nuevas formas de amar y desear, nuevas concepciones acerca del amor
en mujeres jóvenes del NOA argentino. VIII Reunión de Antropología del MERCOSUR (RAM) – 2009
«Diversidad y poder en América Latina»
Adam, Barry. Cuidados intimidad y relaciones entre los sexos iguales en el siglo XXI Departamento
de Sociología y Antropología, Universidad de Windsor, Ontario, Canadá

Ruiz BecerriL, Diego. Relaciones de pareja. En Revista de Educación. n.º 325 (mayo-agosto 2001)
pp 49-55 Vista previa disponible en Google Books

Hernández González, Joaquín. Las relaciones afectivas en el bachillerato como parte de la


identidad estudiantil. (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial y la última
versión). En comie.org.mx

Regueillet, Anne-Gaelle. Norma sexual y comportamientos cotidianos en los diez primeros años
del franquismo: noviazgo y sexualidad Hispania, LXIV/3, num. 218 (2004)

Bibliografía de orientación cristiana

King, Jason E. Op. Cit.

Fenoy, Eugenio y Abad, Javier. Amor y matrimonio. Palabra, 2001 – 347 páginas. Vista prievia
disponible en Google Books

Morrow, T.G. Noviazgo cristiano en un mundo super-sexualizado Ediciones Rialp, 2008 – 224
páginas Vista previa disponible en Google Books

Fuidio Choca, Walter Relaciones prematrimoniales. ¿Expresión de amor o pérdida de sentido? en


es.catholic.net

Vico, José. Preparando el amor en pareja: El noviazgo en Liberación sexual y ética cristiana, c.5, Ed.
San Pablo, Madrid, 1999, 195-226.

Literatura clásica

Los géneros clásicos de la novela bizantina y la novela pastoril (novelas griegas como Quéreas y
Calírroe, Habrócomes y Antía, Leucipa y Clitofonte, Teágenes y Cariclea, Dafnis y Cloe; y sus
imitadores modernos), así como el de la novela rosa (un género posterior, de consideración
peyorativa) desarrollan el tema literario del amor imposible que, tras superar dificultades,
separaciones y esperas, finalmente es alcanzado gracias a la abnegación de los amantes y a la
justicia poética (omnia vincit Amor). El tema no se limita a estos géneros, y aparece profusamente
en todo tipo de producciones literarias y en relación con los distintos planteamientos literarios de
la relación amorosa: el amor a primera vista, la atracción, la seducción (La Regenta, Clarín, 1884-
1885), el amor correspondido o no correspondido (Werther, de Goethe, 1774), el fin del amor —la
ruptura, el abandono (Ne me quitte pas, Jacques Brel, 1959), el desengaño—, el triángulo amoroso
(Fortunata y Jacinta, Galdós, 1887), los celos (Otelo, Shakespeare, A secreto agravio, secreta
venganza y otros «dramas de honor» de Calderón), el amor adulterino (Madame Bovary, Flaubert,
1856), el amor furtivo, el amor prohibido (Romeo y Julieta, Shakespeare, 1597), el amor ilícito
(Lolita, Nabokov, 1955), etc.37
Otras parejas tópicas

Jacob y Raquel.

Tristán e Isolda.

Abelardo y Eloisa.

Fausto y Margarita.

Paolo y Francesca.

Angélica y Medoro.
Romeo y Julieta.

Don Quijote de la Mancha, de Cervantes, 1605 y 1615 (no tanto la relación deseada del
protagonista con Dulcinea, sino las historias secundarias intercaladas)

Es este Basilio un zagal vecino del mesmo lugar de Quiteria, el cual tenía su casa pared y medio de
la de los padres de Quiteria, de donde tomó ocasión el amor de renovar al mundo los ya olvidados
amores de Píramo y Tisbe; porque Basilio se enamoró de Quiteria desde sus tiernos y primeros
años, y ella fue correspondiendo a su deseo con mil honestos favores, tanto, que se contaban por
entretenimiento en el pueblo los amores de los dos niños Basilio y Quiteria. Fue creciendo la edad,
y acordó el padre de Quiteria de estorbar a Basilio la ordinaria entrada que en su casa tenía; y por
quitarse de andar receloso y lleno de sospechas, ordenó de casar a su hija con el rico Camacho, no
pareciéndole ser bien casarla con Basilio, que no tenía tantos bienes de fortuna como de
naturaleza.

Segunda parte, capítulo XIX38

El Cid, de Corneille, 1636

Julia, o la nueva Eloísa, de Rousseau, 1761

El sí de las niñas, de Moratín, 1806

... Cuéntale los novios que dejaste en Madrid cuando tenías doce años, y los que has adquirido en
el convento al lado de aquella santa mujer. Díselo para que se tranquilice... [el sentido es irónico,
ha de entenderse que ambas cosas son imposibles]

Escena V39

Sentido y sensibilidad, Jane Austen, 1811

Los amantes de Teruel (varias versiones, la más famosa, de Hartzenbusch, 1837)

... lo que sé de buena tinta / y sobre ello á hablaros vengo, / es que con la vecindad / los niños se
conocieron, / que Diego quiere á Isabel / y que Isabel quiere á Diego. / Vos lo sabeis, yo lo sé, / y
pues los dos lo sabemos, / cásense si estais conforme, / y en paz y todos contentos.

Versión musical, del Maestro Arrieta, con letra de Eugenio Blasco, 186740

Los novios, de Manzoni, 1842

Historia de dos ciudades (novela), de Dickens, 1859

Cyrano de Bergerac (teatro), de Rostand, 1897


Ventana con reja en un pueblo andaluz.

Doña Luz, de Juan Valera, 187941

En los lugares andaluces, nada hay que pasme tanto como una boda repentina. Por allí todo suele
hacerse con mucha pausa. ... donde más se extrema en Andalucía el hacer tiempo es en los
noviazgos. Contribuye a esto, por un lado, la prudencia, que, reconociendo lo grave y
trascendental del matrimonio, nos aconseja de continuo: antes que te cases, mira lo que haces. Y
contribuye mucho más, por otro lado, que este mirar lo que se hace es sumamente divertido; es el
mejor modo de matar o de hacer tiempo; es una grata ocupación, que se proporciona quien no
tiene ninguna, y que no bien se casa se queda sin ella.

De aquí, sin duda, los interminables noviazgos de mi tierra, en los cuales además se dan los más
bellos ejemplos de firme constancia que pueden registrar las historias de amor. Noviazgos hay que
empiezan cuando el novio está con el dómine aprendiendo latín, pasas a través de las
humanidades, de las leyes o de la medicina, y no terminan en boda hasta que el novio es juez de
primera instancia o médico titular. Durante todo este tiempo, los novios se escriben cuando están
ausentes; y cuando están en el mismo pueblo, se ven en misa por la mañana, se vuelven a ver dos
o tres veces más durante el día, suelen pelar la pava42 durante la siesta, vuelven a verse por la
tarde en el paseo, van a la misma tertulia desde las ocho a las once de la noche, y ya, después de
cenar, reinciden en verse y en hablarse por la reja, y hay noches en que se quedan pelando la pava
otra vez, y mascando hierro, hasta que despunta en Oriente la aurora de los dedos de rosa.

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