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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

SEMINARIO TEOLÓGICO BAUTISTA DE VENEZUELA

EL MISTICISMO

UN TRABAJO PRESENTDO AL MAG. HECTOR NUÑEZ EN EL

CUMPLIMIENTO PARCIAL DE LOS REQUISITOS EXIGIDOS EN LA

MATERIA TEOLOGÍA CONTEMPORANÉA

INTEGRANTE

IVÁN MARTÍNEZ

LOS TEQUES, ESTADO MIRANDA


1. Definición del Misticismo

El misticismo se puede definir como el intento del hombre por medio de acciones y
prácticas religiosas y/o filosóficas de acercarse y unirse al Señor, empleando las emociones,
la hipnosis o auto hipnosis, doctrinas tipo lavado cerebral y otras diferentes
manipulaciones.

Uno de los padres del misticismo en el siglo V, Pseudo Dionisio el Areopagita, lo explicó
de esta manera: Debemos “dejar atrás los sentidos y la operación del intelecto a través de
una auto negación pura y total, para entrar en la radiante y súper esencial Tiniebla
Divina”

Y en otro lugar dice que cuando el espíritu se despoja de todo lo que ve y puede ser visto,
“Penetra en las misteriosas tinieblas del no saber. Allí, renunciando a todo lo que pueda
la mente concebir, abismado totalmente en lo que no percibe ni comprende, se abandona
por completo en aquel que está más allá de todo ser”.

Un místico más contemporáneo, Vladimir Lossky, quien murió en 1958, dice algo similar
en otras palabras: “Es necesario renunciar tanto a los sentidos como a toda labor de la
razón, todo aquello que pueda ser conocido por los sentidos del entendimiento… para
que podamos ser capaces de unirnos, en perfecta ignorancia, con Aquel que trasciende
todo ser y todo conocimiento”.

Estos dos místicos, uno del siglo V y otro del siglo XX, insisten en lo mismo: debemos
tratar de alcanzar una unión mística con Dios, dejando a un lado nuestro intelecto.

2. Señales del Misticismo


- Se le da más prioridad a lo sensual que a la Escritura.
- No hay culto en el que la gente no caiga en estados de éxtasis
- Se manifiesta la risa santa y la borrachera espiritual
- Algunas veces se pueden oír ruidos de animales en personas
- Existen cierto tipos de revelaciones o visiones en algunos de la congregación

3. Causas del Misticismo


- Descuido moral, social y espiritual: De nada servirá haber sido un buen cristiano
toda la vida y en estos últimos tiempos decidir vivir igual que los inconversos.
Muchos cristianos de hoy ya viven bajo esta manipulación tradicional
- Falta de Compromiso: Habrá inconstancia en seguir al Señor. No habrá firmeza
en muchos cristianos, y otros buscarán en diferentes lugares y movimientos
nuevos: sensaciones, avivamientos, emociones, revelaciones, sueños. Serán
completamente engañados, presas fáciles de mitos, fantasías y enredos teológicos.
- Fascinación por lo oculto y misterioso

4. ¿Qué dice la Biblia acerca del Misticismo?

La Biblia nos enseña claramente que ningún hombre puede acercarse a Dios de manera
directa o inmediata. Nosotros necesitamos un Mediador para acercarnos a Él, y ese
Mediador no es otro que Su propio Hijo, nuestro Señor Jesucristo (1Timoteo 2:5 – es
por eso que oramos en el nombre de Cristo).

Por otra parte, cuando Dios se comunica con nosotros hoy lo hace a través de Su
Palabra, no a través de una iluminación interior. Y una vez más, el Mediador de esa
Palabra sigue siendo nuestro Señor Jesucristo (Hebreos 1:1-2).

Ahora bien, si Dios se comunica con el hombre a través de una revelación escrita, la
Biblia, es obvio que nuestro intelecto juega un papel de suprema importancia en
nuestra relación con Él, ya que es por medio de la mente que nosotros podemos
entender Su Palabra (Mateo 22:34-37; Romanos 12:1-2; 2 Timoteo 2:7; Colosenses
1:9-10; Efesios 5:15-17).

Es imposible que podamos cultivar nuestra relación con Dios poniendo a un lado las
Escrituras y poniendo a un lado nuestro intelecto. Pero eso es exactamente lo que
propone el misticismo.

5. ¿Misticismo en la Obra Bautista Venezolana?

A pesar de las serias advertencias de la Biblia, el misticismo sigue siendo una plaga, aún en
muchas iglesias evangélicas en el día de hoy. Preocupa enormemente ver cómo muchos que
profesan ser cristianos están practicando una especie de misticismo evangélico sin darse
cuenta. Y es que en la misma medida en que el estudio de la Palabra de Dios decae en las
iglesias, y la manipulación emocional aumenta, en esa misma medida los creyentes
comienzan a sustituir la verdadera comunión con Dios por una experiencia mística que
embota entendimiento y produce la sensación engañosa de haber estado en contacto con el
Dios de los cielos.

El Señor Jesucristo dijo claramente, en Juan 4, que los verdaderos adoradores adoran a
Dios “En espíritu y en verdad”. Donde el espíritu no está involucrado, tampoco existe la
verdadera adoración. Pero lo mismo podemos decir cuando la verdad no ocupa un lugar
central. Pensemos por un momento en el tipo de alabanza que se usa en muchas iglesias
bautistas hoy día. Y Dios sabe que no digo esto por el simple hecho de criticar lo que otros
hacen, si no por dar una voz de alerta sobre una práctica que creo está haciendo un daño
enorme en ciertos contextos eclesiásticos.

Pablo dice en su carta a los Colosenses 3:16 que los himnos y cánticos espirituales que
cantamos en la congregación deben ser un vehículo para que la Palabra de Cristo more en
abundancia en nosotros. Pero muchas congregaciones han desechado casi por completo los
himnos con un serio y profundo contenido bíblico, y lo han sustituido por breves coros de 4
o 5 líneas, de contenido muy vago y superficial, que se repiten una y otra vez, una y otra
vez, una y otra vez.

¿Acaso no tendrán el mismo efecto que los mantras en el Yoga y en las religiones
orientales? Y si a todo eso le sumamos una música, también repetitiva, el efecto es todavía
mayor y más peligroso.

Como dice un autor cristiano, aún una frase extraída de las Escrituras, como: “Jesús ten
misericordia de mí, que soy pecador”, cuando se repite un montón de veces, no es otra cosa
que una vana repetición, y por lo tanto, una violación del tercer mandamiento: “No tomarás
el nombre del Señor en vano”.

La Biblia prohíbe el uso de “mantras” en nuestras oraciones: “Y orando, no uséis vanas


repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos”. Esas vanas
repeticiones no solamente son vanas, sino peligrosas, porque a la larga pueden embotar el
entendimiento y producir personas incapaces de digerir la enseñanza doctrinal de las
Escrituras, e incluso indisponerlas contra ella.

Pero no solamente eso. Ese tipo de arrebato emocional que se suele producir en ese tipo de
culto, es altamente adictivo. Hace que las personas vayan a la iglesia, no para ser instruidos
por esa Palabra de Dios, que es viva y eficaz y a través de la cual tenemos verdadera
comunión con Cristo, sino para volver a estimular las emociones.

¿Estoy diciendo con esto que en nuestra comunión con Dios las emociones no juegan
ningún papel? ¡Por supuesto que no! Solo basta con leer los salmos para convencernos de
que la relación del creyente con Dios puede llegar a alcanzar intensos niveles emocionales.

Pero esas emociones son producidas por el entendimiento de quién es Dios y de lo que Él
ha hecho por nosotros en Cristo, no porque se ha preparado un ambiente propicio para que
se produzca ese tipo de respuesta emocional.

Lo opuesto al misticismo no es la frialdad cerebral, sino una verdadera, deleitosa y


profunda comunión con Cristo. Es precisamente por eso que el misticismo es tan dañino y
peligroso, porque impide el desarrollo de ese tipo de comunión con nuestro Salvador, a la
vez que produce la engañosa sensación de intimidad con Él. Que el Señor nos ayude a
empaparnos cada vez más de Su Palabra, pero no como un mero ejercicio intelectual, sino
como un medio para permanecer en Cristo, descansando conscientemente en Su obra de
salvación y procurando conscientemente hacer Su voluntad, para poder disfrutar de la vida
abundante que Él compró para nosotros en la cruz del calvario.

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