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Asimismo, me permito señalar como constancias que deberán
integrar el presente medio de impugnación y remitirse al superior
todas las constancias del expediente 925/2018, por lo que
solicito desde este momento se integren en su momento procesal
oportuno al presente escrito.
AGRAVIOS
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Contrario a lo que el a quo manifiesta, de la sana interpretación del
artículo anterior se desprende que para inscribir bienes inmuebles
que consten en escrituras privadas fehacientes, deberá llevarse a
cabo un procedimiento judicial, en donde se tendrán que acreditar
los siguientes elementos:
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El Registro Público de la Propiedad no genera, por sí mismo, la
situación jurídica a la que da publicidad, esto es, no constituye la
causa jurídica de su nacimiento, ni tampoco es el título del derecho
inscrito, sino que se limita por regla general a declarar, a ser "un
reflejo" de un derecho nacido extra registralmente mediante un
acto jurídico que fue celebrado con anterioridad por las partes
contratantes, y la causa o título del derecho generado es lo que
realmente se inscribe o se asienta en la anotación relativa con la
finalidad de hacerlo del conocimiento de terceros, se declara así
para que sea conocido por quienes acudan a consultar sus folios y
adquieran certeza jurídica del estado que guardan los bienes sobre
los que muestran interés.
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A mayor abundamiento, el principio de tracto sucesivo, se refiere a
la cadena o secuencia ininterrumpida que debe existir entre cada
uno de los titulares de los derechos inscritos en el Registro Público
de la Propiedad, el cual requiere de proporcionar los antecedentes
registrales del inmueble que se pretende registrar, y tiene por
objeto asegurar que el comprador de un bien inmueble lo adquiera
de quien tiene el legítimo derecho, con la finalidad de que el asiento
registral se repute verdadero y sea oponible a terceros.
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definitiva de un inmueble como primer registro para generar
antecedente.
De lo anterior se advierte que claramente el legislador definió el
principio de tracto sucesivo como el antecedente netamente
registral que debe tener toda inscripción que sea sujeta a registro
en las oficinas registrales, aplicando únicamente dicho principio
para las inscripciones que cuenten con un antecedente registral, es
decir, que hayan sido previamente inscritas y que cuenten con una
inscripción, foja y tomo o en su defecto con un folio real donde
conste los actos previos a la solicitud de nueva inscripción.
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apartado, hace referencia al requisito que se pretende imponer a la
suscrita, por el contrario, abunda en lo aquí señalado en la medida
que hace alusión los diversos procedimientos al alcance los
gobernados, para la inscripción de escrituras privadas fehacientes,
señalando que por primera vez se van a incorporar al sistema
registral, lo cual sucede en el presente caso, puesto que al
haberse señalado que los dos primeros elementos de la acción
fueron colmados, es decir, es una escritura privada y fehaciente,
más nunca el criterio apuntado bajo la voz INSCRIPCION DE
INMUEBLES QUE CONSTEN EN ESCRITURAS PRIVADAS
FEHACIENTES, PROCEDIMIENTO PARA LA., jamás hace mención a
que deberá acreditarse un tracto sucesivo.
7
REGISTRO PÚBLICO DE LA PROPIEDAD. PRINCIPIOS
FUNDAMENTALES QUE LO RIGEN.
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Tesis: 1a. XI/2012 (9a.)
Página: 875
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que carece de antecedentes registrales al Registro Público de la
Propiedad.
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Así, para la procedencia de la acción de inscripción definitiva de una
escritura privada fehaciente no se exige demostrar el antecedente
del registro y mucho menos la carga excesiva de acreditar el tracto
sucesivo que ha tenido el inmueble, sino solo que la escritura
respectiva sea privada y fehaciente, calidades que deberá calificar
la autoridad judicial quien, atendiendo a los principios de certeza
jurídica y tracto sucesivo, resolverá si ordena o no su inscripción
definitiva en el Registro Público de la Propiedad.
Pues bien, como en el caso que nos ocupa, estos dos principios, tal
y como lo reconoce expresamente el Juez Natural, se encuentran
previamente acreditados toda vez que se trata de una escritura
privada y que por el acuerdo de voluntades celebrado entre
FAUSTINO SALAZAR FRAGA y MARIA DEL CARMEN SALAZAR
FRAGA, como vendedores y MARIA MERCEDES LOPEZ CHAVEZ,
como compradora, al formalizar el contrato de compraventa, que
además por haber sido ratificado y firmado ante la fe de Notario
Público (sic) numero 14 con ejercicio en esta Ciudad capital, se
considera fehaciente dicho contrato de compraventa.
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definitiva del contrato de compraventa celebrado con fecha 3 de
febrero de 1999, que consta en el acta número Uno, del tomo
Octacentésimo Quincuagésimo Sexto, del protocolo del Licenciado
Pedro Vázquez Martínez, Notario Público adscrito a la Notaria
Publica número 14 con ejercicio en esta Ciudad, respecto del lote
de terreno con asiento de casa que se encuentra ubicado en el
Cuartel de Aguilares en la Delegación de Villa de Pozos, S.L.P., se
encuentran plenamente acreditados en autos con las probanzas y
documentos fundatorios que obran en los mismos, ya que de lo
contrario se estaría vulnerando los elementales derecho a la
propiedad y al debido proceso, por la simple razón de que por un
formalismo, que dicho sea de paso, no es un requisito obligatorio
para la procedencia de la acción intentada, no se brinde certeza
jurídica y no se pueda publicitar con el primer registro para que
surta efectos contra terceros los inmuebles de mi propiedad, lo que
va en contra de lo dispuesto por el tercer párrafo del artículo 17
Constitucional.
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base de la acción, en todo caso se solicitaría a través de una acción
pro forma o bien una prescripción positiva.
(…)
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“Tampoco es desapercibido para esta autoridad, que la accionante
ofreció como prueba documental superveniente, la copia
certificada por el secretario general de la Delegación de Villa de
Pozos, de:
AL NORTE MIDE-. 7 mts con 30 cms y linda con el señor Roberto Oliva
Cantú.
AL SUR MIDE-. 7 mts con 30 cms y linda con la Calle de Mezquitito
mismo que es su frente.
AL ORIENTE MIDE-. 62 mts con 25 cms y linda con Maria del Carmen
Salazar Fraga.
AL PONIENTE MIDE-. 62 mts con 25 cms y linda con el señor
Leopoldo Salazar Alvarado.
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Sin embargo, dichos documentos no pueden ser considerados
como supervenientes, toda vez que de los propios documentos
fundatorios de la acción, se desprende, como ya se puntualizó, que el
vendedor Faustino Salazar Fraga, señalo: “Que el inmueble antes
descrito lo adquirió por compra que hizo a el señor Leopoldo Salazar
Alvarado, mediante Escritura Privada de fecha dieciocho de enero de mil
novecientos ochenta y ocho…”, por tanto, dichos documentos no
son pruebas supervenientes, debido a que estas consisten en
documentos que fueron realizados en fecha posterior a la
presentación de la demanda y de los cuales no se tenía
conocimiento, lo que en el caso no acontece puesto que de la redacción
de los contratos de compraventa, se desprende su existencia, esto es,
los mismos vienen relatados en los contratos de compraventa motivo
del presente juicio, por lo que no es válido señalar que no se tenía
conocimiento de su existencia anterior a la presentación del escrito
inicial, por lo que carecen de calidad de prueba superveniente”
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nuevamente ante la mencionada Delegación información respecto al
inmueble ubicado en el “Cuartel del Aguilares”, y derivado de una
segunda búsqueda fue que se encontraron 2 documentos, ambos
consistentes en escrituras anteriores a la fecha en que adquirí el
predio, siendo así que se ofrecieron con el carácter de
superveniente, tal y como lo señala el artículo 93 fracción II, del
Código Procesal Civil del Estado, que a la letra dice:
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jamás impugnó la validez de dicha prueba, por el contrario se
corrobora con la documental consistente en el informe dado por
el Delegado Municipal de la Delegación de Villa de Pozos del
H. Ayuntamiento de San Luis Potosí, la cual no fue valorada por
el Juzgador, y por la que se desprende que no fue posible
localizar antecedente de traslado de dominio dado que los
predios no se encuentran registrados con clave catastral.
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Registro: 186880
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XV, Mayo de 2002
Materia(s): Civil
Tesis: I.8o.C.228 C
Página: 1266
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Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 10, Septiembre de 2014, Tomo III
Materia(s): Laboral
Tesis: XVI.1o.T.6 L (10a.)
Página: 2530
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Así las cosas, en estricto apego al principio de legalidad, tal y como
ha quedado plasmado en líneas que anteceden, la corte ha
manifestado que el Juzgador en lo que respecta a una prueba
superveniente, de la que se tuvo conocimiento de su existencia o
bien, que se obtuvo posteriormente de presentada la demanda y/o
de la etapa de recepción y desahogo de pruebas, debe de tomarse
en cuenta para dirimir la controversia y conocer la verdad, en
concordancia con lo que disponen los numéricos 270 y 271 de Ley
Procesal Civil de nuestro Estado, se desglosa la facultad con la que
están embestidos los Tribunales para la obtención de la verdad,
incluidos los documentos que se encuentren en posesión de
terceros, como en su momento aconteció, siendo así que el
documento superveniente, del cual se tuvo conocimiento póstumo a
la recepción de pruebas se ofreció en estricto apego a las
disposiciones normativas vigentes en su momento, manifestando la
fecha de su obtención y el motivo por el cual, la ahora apelante,
desconocía que en los registros que se encuentran en la Delegación
de Villa de Pozos, se encontraba el de mérito.
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sin lesionar el derecho de las partes oyéndolas y procurando en
todo su igualdad.
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hecho negativo, como lo es el conocimiento previo de la existencia
de dicho documento.
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admitirse, salvo los solicitados previamente pero remitidos después. La primera
lectura de las dos disposiciones, hace pensar en la existencia de un conflicto
entre ellas, porque literalmente ambas exigen a las partes la presentación de
todos los documentos que pretendan aportar en el momento procesal
correspondiente, uno con la presentación de la demanda o la contestación,
respectivamente, y el otro al momento del ofrecimiento de las pruebas, y como
en ambos supuestos normativos se sanciona con inadmisibilidad la presentación
posterior, conduce a su aparente oposición. Sin embargo, existe una
interpretación para superar la aparente antinomia, con la cual ambos preceptos
surten efectos sin confrontación, y por tanto, no se requiere llegar a la expulsión
de alguna de ellas del sistema jurídico de su pertenencia, consistente en
distinguir los momentos de aplicación de una y otra en el proceso, con lo cual el
artículo 95 resulta aplicable únicamente a los documentos tenidos a disposición o
pronto acceso de las partes, en la fecha de presentación de demanda o
contestación, y el 294 sólo para los documentos obtenidos con posterioridad a la
presentación de las promociones iniciales citadas, o bien, respecto de aquellos
derivados de hechos integrados ulteriormente a la litis hasta el momento del
ofrecimiento de pruebas en el juicio, de modo que sólo debe operar la
preclusión respecto de los documentos tenidos a disposición y no
presentados con la demanda y la contestación, así como de los obtenidos
posteriormente, pero antes del ofrecimiento de pruebas y no
presentados en este último momento procesal.
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PRUEBA DOCUMENTAL SUPERVENIENTE. ALCANCE DEL ARTÍCULO 99 DEL
CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES PARA EL DISTRITO FEDERAL.
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supervenientes y si se alega que un testamento público abierto debió haberse
presentado con la demanda o bien ofrecerse como prueba dentro del término
respectivo, esto no es correcto en virtud de que en autos no quedó acreditado
que el oferente de tal prueba hubiera conocido con antelación la existencia del
expresado testamento, a fin de que hubiera estado en condiciones de ofrecerlo y
de presentarlo oportunamente y por ello la responsable estuvo en lo justo al
admitirlo como prueba superveniente, máxime si se toma en consideración que
las normas procesales relativas a la prueba han perdido su rigorismo y lo que se
refiere únicamente es que el juzgador conozca la verdad de los puntos
controvertidos en el proceso.
Aparte de que los tribunales tienen el deber de allegarse todos los elementos de
convicción que estimen necesarios para conocer más exacta y completamente la
verdad acerca de los puntos discutidos (artículos 99, segundo párrafo, 278 y 279
del Código de Procedimientos Civiles), si el actor exhibió el documento,
protestando que antes no había tenido noticia de su existencia, debía legalmente
admitirse la prueba ofrecida, puesto que el caso está comprendido dentro de la
segunda hipótesis de las previstas por el artículo 98 del código procesal citado,
dado que si el hecho que consta en el documento no era superveniente, en
cambio, el conocimiento que el presentante tuvo del mencionado documento u
oficio, sí fue posterior a los escritos que fijaron la litis.
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Amparo civil directo 7198/39. Vertti Suárez Ignacio. 23 de junio de 1953.
Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Mariano Azuela. La publicación no
menciona el nombre del ponente.
Por lo expuesto;
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enero del año en curso, misma que me fue notificada de manera
personal el día 17 del mismo mes y año.
PROTESTO LO NECESARIO.
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