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Riego.

Cuánto y Cómo

Escrito por J.J.M.A.

¿CUANTO RIEGO?

Vamos a diferenciar entre los dos tipos de sustratos, los arcillosos, compactos y duros, y los
“orgánicos” blandos y esponjosos. Los primeros generalmente están compuestos de tierra de
campo, y podemos encontrarnos dentro de todo, desde conchas de moluscos, piedras, y vete
tú a saber que otras cosillas. Mi recomendación para un sustrato normal sería regar mediante
una regadera o cualquier apaño que nos fabriquemos (hay muy buenos post en la web
Portalbonsai.com sobre alternativas a las regaderas) desde el exterior del sustrato, evitando la
inmersión y utilizándola esta en casos muy puntuales. Pero con los sustratos que nos ocupan,
decantarme por uno u otro método se me hace difícil. Vamos a ver porque.

Riego con regadera de un sustrato arcilloso.

Este sustrato es difícil de regar. Si lo haces por encima, es habitual que el agua patine,
escurriéndose por los bordes de la maceta, o deslizándose entre el cepellón y las paredes de la
maceta. Al deslizarse por el exterior del cepellón enseguida sale el agua por los agujeros de
drenaje, y nos puede dar la impresión de que ya está el sustrato saturado, dejando de regar.
Nada mas lejos de la realidad. Al ser tan compacto, al agua no le da tiempo a filtrarse en
el interior del cepellón, y lo más seguro es que solo reciban agua las capas exteriores a éste.
Hay que insistir mucho y desperdiciar mucha agua, para tener unas mínimas garantías (y digo
mínimas) de que el agua ha llegado al interior del cepellón. La verdad es que con este tipo de
sustratos, regar con regadera no es muy aconsejable.

Riego por inmersión de un sustrato arcilloso.

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Escrito por J.J.M.A.

Si regamos por inmersión, y mantenemos la maceta el suficiente tiempo dentro del agua,
favorecemos la absorción del agua en todo el cepellón y ahorramos agua. ¿Cuánto tiempo?.
Pues dependerá del tamaño de la maceta y de lo compacto que esté el sustrato, pero por regla
general cinco minutos NO serán suficientes. Suelen venir tan compactos, que su porosidad es
casi nula. Cuando intentéis deshacer el cepellón para trasplantarlo, veréis lo que hay en el
interior y lo que cuesta meter los palillos.

Mi consejo tanto para ambos sustratos es sumergir la maceta hasta la mitad de su altura más o
menos, pero no cubrir por completo el sustrato. ¿Porque?. Si sumergimos la maceta hasta
media altura, la superficie del sustrato nos indicará cuando está completamente regado, ya que
la capacidad de absorción de agua tanto hacia el interior del cepellón como hacia la superficie
serán similares, así que podemos pensar que si la superficie del sustrato se ha humedecido, la
parte central también lo habrá hecho. Si por el contrario introducimos la maceta por completo
en el agua, la superficie del sustrato no nos sirve de referente, y no podremos saber si el
tiempo que lo tenemos sumergido es poco o mucho para un riego correcto.

Y la misma dificultad que tiene para humedecerse el interior del sustrato, es proporcional a la
hora de secarse. Podemos tener el exterior de la tierra seca y el interior muy húmedo, y si
volvemos a regar fijándonos en el exterior, no hacemos mas que mantener las raíces
constantemente mojadas. Por esto doy mi consejo de observar tanto las hojas como el
sustrato. La verdad es que hasta para una persona con experiencia le resulta difícil regar
correctamente árboles plantados en estos sustratos, pero vamos a intentar minimizar los
problemas.

Riego de un sustrato orgánico.

El sustrato orgánico está compuesto por turba y/o mantillo y probablemente con adicción de
arena fina. Es menos difícil de regar aunque también tiene sus pegas. Veréis que es capaz de

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retener agua entre cinco y diez veces su peso, y eso es mucha agua. Pensemos entonces que
un árbol plantado en ese sustrato, una vez completamente regado y saturado, va a disponer de
agua durante un periodo de tiempo muy prolongado. La evaporación y consumo dependerá del
árbol y las condiciones climatológicas, pero dentro de casa no variará mucho respecto a un
sustrato arcilloso. Se producirá un desecamiento de las capas exteriores, pero mantendrá
mucha humedad en las zonas interiores.

¿COMO RIEGO?

Riego con regadera de un sustrato orgánico.

Si lo dejamos secar lo suficiente como para que la parte interior del cepellón también se seque,
cosa que seria lo ideal (siempre observando la reacción de las hojas), tiene la mala costumbre
de reducir también el volumen, separándose de las paredes de la maceta. A pesar de ser un
sustrato que permite mejor que el arcilloso el paso del agua a través de él, no nos podemos
tampoco fiar de regar por encima hasta que el agua escurra por los agujeros de drenaje. La
mayor parte de esta agua de riego se escapara entre las paredes de la maceta y el cepellón.
Es un buen método hacer un primer riego más o menos intenso para que el sustrato comience
a absorber agua para, pasados unos minutos, volver a regar nuevamente con más intensidad.
Pasa algo parecido a cuando se riega una maceta con musgo en la superficie, en la primera
regada la mayor parte del agua surfea por el musgo y se va por los bordes de la maceta, y es
en la segunda cuando realmente se ve que el agua pasa a través del musgo, regando el
sustrato. Si es necesario hacerlo en tres veces, pues se hace.

Riego por inmersión de un sustrato orgánico.

No difieren respecto a lo dicho sobre los sustratos arcillosos, así que lo dicho anteriormente, es
válido para estos. Simplemente indicar que sí que será necesario bastante menos tiempo para
que el sustrato se sature. Respecto a la frecuencia de riego, es decir, cuando está seco el
sustrato, de nuevo los consejos anteriores son válidos.

CONSEJOS ADICIONALES PARA AMBOS SUSTRATOS 

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Eliminar cualquier elemento que pueda dificultar el paso de agua a través de los agujeros de
drenaje, sea este obstáculo el famoso fieltro, tierra o barro, raíces, o cualquier otra cosa. Eso
nos evitará acumulaciones de agua en el fondo de las macetas además de facilitar el riego si lo
hacemos por inmersión. Bueno, lo de evitar acumulaciones es muy relativo, porque depende de
cómo haya sido moldeada (o mejor dicho, desmoldada) la maceta, pero por algo se empieza,
ya tendremos tiempo de cambiarla.

Una vez que terminemos de regar, cualquiera que sea el método elegido, inclinar la maceta
entre treinta y cuarenta y cinco grados, o lo que podáis sin que se caiga el sustrato,  para
escurrir el sobrante de agua, primero en un sentido, y cuando deje de escurrir, inclinadla en el
sentido contrario.

Y lo más importante. Tanto si mantenemos con un exceso de humedad el interior del sustrato,
como si este queda seco por un defecto en el riego, tendremos problemas. Si el interior del
sustrato está permanentemente húmedo, lo más probable es que se produzca una
podredumbre en las raíces situadas en esa zona, provocando la muerte de ramas de una forma
aleatoria en el árbol, generalmente las interiores, o una zona concreta del mismo, justo las
ramas que eran alimentadas por dichas raíces.

Si por el contrario es falta de humedad, el resultado es el mismo, muerte de raíces y ramas


secas.A veces una zona del árbol da señales de enfermedad, mientras que otra parece sana.
Está puede ser una de las causas. Por regla general (apréciese el matiz), un amarillamiento de
las hojas, suele ser debido a falta de riego. También se puede apreciar en que los brotes
nuevos nacen lacios y terminan muriendo sin llegar a desarrollarse.Por el contrario, el exceso
de riego suele presentar síntomas de ennegrecimiento de las hojas, y también de los brotes
nuevos.

Artículo escrito originalmente por J.J.M.A. para la web Portalbonsai y publicado en su foro con
el título "cuando el diablo se aburre" . 

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