El 15 de Junio del 2017 empezó una huelga de maestros en la ciudad de
Cusco que se prolongó por aproximadamente más 2 meses, y que se extendió por todo el país, situación que afectaba en este caso a los escolares de todo el País y las mismos profesores. Ricardo Cuenca, Director e Investigador del Instituto de Estudios Peruanos, sostiene que la huelga se debe a estos 2 factores: Al debilitamiento del gremio de los maestros principal, que era el Sindicato Unitario de Trabajadores de la Educación del Perú (SUTEP) y a la falta de liderazgo de ese entonces la ex ministra de Educación Marilú Martens después de la salida de Jaime Saavedra de ese cargo. Entre los principales reclamos de los maestros estuvieron el aumento de remuneraciones, el pago de la deuda social, la derogatoria de la Ley de la Carrera Pública Magisterial y el incremento del presupuesto en el sector Educación. Los maestros desconfían sobre la evaluación de desempeño, porque en los últimos años se han despedido a miles de docentes debido a la falta de alumnado en los colegios públicos en ese entonces, se les ha bajado del nivel a todos los docentes, y considerando que la evaluación de desempeño es un criterio subjetivo, es posible que se preste a manipulación, además considerando el nivel de corrupción dentro del MINEDU, los profesores tienen una total desconfianza de este mecanismo y por eso reclaman contra la evaluación de desempeño docente. Cientos de profesores marcharon por las calles del centro de Lima, al igual que la semanas anteriores en estado de huelga, y se acercaron al Congreso, área que la policía resguarda como zona rígida. Pese a la presencia de congresistas que intercedían para que algunos líderes gremiales entraran a la sesión de la Comisión de Educación, la policía golpeó a decenas de maestros y a un congresista y lanzó chorros de agua para reprimirlos. Uno de los lemas que más repiten en sus movilizaciones es: "Somos maestros, no somos terroristas". Durante la huelga que se prolongó por más de dos meses se suscitaron hechos como el maltrato físico hacia los docentes en incluso la muerte de 3 de ellos. Lo más grave aquí es que el estado ha iniciado un proceso de privatización de la educación pública a espaldas del país, engañando a toda la población con una serie de maniobras para evitar el conflicto social que se podría generar si toda la población llegara a ser consciente de esta maniobra. En consecuencia, los estudiantes de todo el país fueron los más afectados, tras estos más de dos meses de pérdidas en las labores escolares, cada institución educativa pública tenía la obligación de regularizar y recuperar las horas de clases perdidas, y un acuerdo por parte del Ministerio de Educación de cubrir los principales requerimientos de los docentes con el aumento del piso salarial a S/2 mil y el pago de la deuda social, por lo que era evidente que la huelga no debía seguir.