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Inserción de guatemala

Positivo

La globalización es el fenómeno económico más importante del siglo XX, ya que la misma
tiene implicaciones no sólo económicas sino que también políticas y culturales. Los cambios
inducidos por la globalización son comparables por su magnitud a los producidos por la
revolución industrial, por lo que el análisis de este fenómeno reviste suma importancia para
los gestores de la política económica.

Las raíces de la globalización se encuentran en las innovaciones tecnológicas que han propiciado una
mayor interdependencia e interrelación entre los países, ya que dichas innovaciones han redundado en
menores costos de comunicación y de transporte. Además, el proceso descrito se ha visto reforzado por
la desreglamentación y apertura de la mayoría de economías del mundo. En tal sentido, se ha procedido
a reducir las barreras arancelarias y se han emprendido negociaciones bilaterales y multilaterales para la
adopción de tratados de libre comercio y las finanzas se han internacionalizado con la apertura, casi
generalizada, de la cuenta capital.

Cabe indicar que los factores descritos han generado un gran dinamismo en la inversión tanto directa
como de portafolio, lo que se observa fácilmente con la explosiva movilidad de capitales que fluyen, de un
país a otro, en periodos de tiempo extraordinariamente cortos.

Es importante mencionar que, la globalización, como cualquier fenómeno económico, no está exenta de
costos y vicisitudes, ya que los gobiernos no sólo pierden autonomía en la elaboración e implementación
de sus políticas económicas, sino que también deben estar dispuestos a enfrentar los efectos negativos
que conlleva, entre otros, la alta y volátil movilidad de capitales y la transmisión de shocks exógenos que
en un momento dado pueden amenazar los sistemas financieros domésticos. Es por esto que los
responsables de la política económica de cada país deben delinear cuidadosamente estrategias para
insertar a sus economías en el nuevo contexto internacional.

II. GLOBALIZACIÓN Y COMPETITIVIDAD

En términos generales, se puede decir que la inserción de las economías en el proceso de globalización
implica adaptarse y alcanzar una participación más dinámica a nivel internacional en los flujos de
comercio de bienes y servicios, en los movimientos de capital, en los avances tecnológicos y,
consecuentemente, en los beneficios asociados al crecimiento y desarrollo económico sostenido. En tal
sentido, se ha evidenciado que la base fundamental para lograr una inserción exitosa, en el proceso de
globalización es la generación sostenida de productividad que sustente la competitividad de la economía,
objetivo que para alcanzarse requiere no solamente de la eficiencia microeconómica, sino de la
combinación y armonización de una diversidad de medidas de política macroeconómica.

III. EL PROCESO DE GLOBALIZACIÓN Y LA POLÍTICA ECONÓMICA DE GUATEMALA

Como se mencionó, la globalización ha traído una mayor interrelación e interdependencia entre las
economías del orbe y esto, a su vez, implica una mayor competencia en los diversos mercados, por lo
que la productividad es la condición necesaria para poder penetrar con éxito los mercados internacionales
y, de esa manera, poder obtener los mayores beneficios posibles del nuevo escenario económico
internacional.

En virtud de lo anterior, Guatemala, al igual que la mayoría de países, ha emprendido una serie de
reformas estructurales que, basadas en esquemas de libre mercado, buscan obtener la mejor asignación
posible de los recursos económicos. En tal sentido, esta sección presenta el grado de avance que en
dicha materia se ha realizado en el país.

A. Reformas sectoriales

1. El Sector real

1.1 Liberación de los precios internos

Durante muchos años en Guatemala, al igual que en la mayoría de países que adoptaron el modelo de
sustitución de importaciones, se implementó un esquema de control selectivo, coercitivo y discrecional de
precios internos con el fin de mantener la canasta básica de bienes de consumo en un nivel asequible
para los estratos urbanos; sin embargo, este tipo de controles evita que los recursos económicos sean
asignados de acuerdo a su mejor costo de oportunidad.

Cabe indicar que, dentro del proceso de globalización, se debe ser competitivo y para alcanzar dicho
objetivo se deben adoptar políticas de libre mercado, para que sean los precios los encargados de asignar
los recursos eficientemente. En tal sentido, es imprescindible remover los controles de precios, para que
los mismos reflejen la productividad marginal.

En Guatemala, efectivamente, a partir de 1991 se han removido los controles de precios para permitir a
las fuerzas fundamentales del mercado —oferta y demanda— actuar para alcanzar el nivel óptimo de
consumo y producción en nuestra economía.

1.2 Liberalización y apertura externa

La revolución tecnológica en que se sustenta el proceso de globalización, ha generado una reducción


considerable de los costes de transporte, lo cual facilita el libre comercio. En tal sentido, los países
pueden extraer múltiples beneficios en términos de producción y consumo con la adopción de esquemas
de libre comercio.

La teoría económica indica que para una economía pequeña y abierta, como la guatemalteca, el libre
comercio deberá maximizar el bienestar de sus consumidores, ya que les permitirá accesar al consumo
de bienes no producidos domésticamente y a precios menores que los internos. Además, los productores
nacionales podrán adquirir insumos y bienes de capital que les permitan aumentar su productividad y ser
más competitivos.

La adopción de esquemas de libre comercio implica que los productores nacionales pueden comercializar
sus productos en el exterior, con lo cual se amplía el mercado para dichos entes productivos y les permite
desarrollar economías de escala.

Dadas las consideraciones anteriores, cabe puntualizar que Guatemala ha procedido a reducir los
aranceles a las importaciones y ha eliminado las restricciones cuantitativas a las mismas. Dentro de este
esquema merece especial mención la reducción de los aranceles a las importaciones de bienes de
capital, que actualmente se sitúan en 1%.

1.2.1 Tratados de libre comercio

En consonancia con los conceptos vertidos en el apartado previo, cabe indicar que Guatemala es
signataria, desde 1993, del Protocolo del Tratado de Integración Centroamericana, y con la República
Dominicana se firmó un tratado el 16 de abril de 1998. Además, se está negociando tratados de libre
comercio con México Panamá y Chile, lo que indica que nuestro país está dando los pasos necesarios
para insertarse adecuadamente en la economía global.

1.3 Inversión extranjera directa

La economía de Guatemala, al igual que en el resto de países en desarrollo, experimenta un considerable


rezago tecnológico con respecto a los países desarrollados, lo cual merma su competitividad. Ante tal
situación, se puede pensar que nuestro país debería invertir una gran parte de recursos en investigación;
sin embargo, el proceso de globalización pone a disposición de países pobres la tecnología necesaria
para iniciar el despegue en este campo y el motor de transferencia tecnológica es la inversión extranjera
directa.

Esta forma de adoptar tecnología ha sido implementada en países en desarrollo como México, Chile,
Argentina y, especialmente, en los llamados "tigres asiáticos". Ese tipo de inversión no sólo genera
empleo e impuestos, sino que produce externalidades positivas en materia de sistemas administrativos y
administración de recursos humanos.

Con el fin de extraer el máximo de beneficios que ofrece la inversión extranjera directa, en la legislación
del país se ha procedido a redactar una ley sobre la misma, para otorgarle al inversionista reglas claras y
precisas. En ese sentido, la Constitución de la República garantiza la propiedad, y la ley de inversión
extranjera promueve dicha actividad.
1.4 Desincorporación de activos del Estado

Como se mencionó, la condición sine que non para una adecuada inserción en el proceso de


globalización es la eficiencia; sin embargo, en los países que adoptaron el modelo de sustitución de
importaciones como estrategia de desarrollo, de la cual Guatemala no fue la excepción, el estado asumió
el papel de empresario mediante el establecimiento de empresas que proveyeran de los servicios
necesarios para la industria nacional.

Entre los sectores cubiertos bajo este concepto se pueden mencionar la generación de energía,
transporte marítimo y aéreo, telecomunicaciones y otros. Cabe indicar que las empresas creadas se
tornaron obsoletas y, paradójicamente, pasaron a ser no sólo obstáculos para el desarrollo económico y
social, sino una fuerte carga para el Estado mismo.

Es por esto que la solución obvia al problema mencionado consiste en la privatización de las mismas, con
lo cual se corrige el problema fiscal que esas empresas generan y, especialmente, se les moderniza al
someterlas a la competencia de mercado.

En materia de desincorporación de activos, el estado guatemalteco ha concluido con éxito la privatización


de la empresa nacional de aviación -AVIATECA-, la empresa de ferrocarriles de Guatemala -FEGUA-, la
empresa nacional de energía -EGSA-, la empresa nacional de telecomunicaciones -TELGUA- y el Instituto
Nacional de Electrificación -INDE.

2. El Sector monetario

2.1 Efectos de la globalización sobre los procedimientos operativos de la


política monetaria: el problema del ancla nominal.

El ancla nominal es una variable a la cual el banco central exógenamente le fija un valor y deja que el
resto de variables de la economía se ajusten espontáneamente a la variable que la autoridad monetaria
ha elegido. Las variables que tradicionalmente han sido utilizadas como anclas nominales son: la tasa de
interés, la oferta monetaria o el tipo de cambio.

El análisis macroeconómico convencional establece que, cuando una economía está sujeta a shocks en
el mercado de bienes, la autoridad monetaria deberá tomar como ancla nominal la oferta monetaria y, por
el contrario, cuando los shocks provienen del mercado de dinero, la tasa de interés deberá ser el ancla
sobre la cual se implemente la política monetaria.

En caso de que la tasa de interés sea elegida como ancla nominal, si la economía es pequeña y abierta,
como lo es la economía guatemalteca, la globalización entraña serios peligros para tal elección, ya que
debido a la creciente integración e interdependencia de los mercados financieros internacionales, y al ser
nuestra economía tomadora de precios, se espera que la tasa doméstica de interés tienda a ser igual a la
tasa internacional, lo que implica que la autoridad monetaria perdería el ancla nominal.

La elección alternativa es la adopción de la oferta monetaria como ancla nominal, pero este caso tampoco
está exento de problemas, ya que la alta movilidad de capitales y la innovación financiera que
continuamente lanza al mercado nuevos productos financieros que pueden cumplir el papel del dinero,
obliga a los bancos centrales a redefinir el agregado monetario que utilicen para manipular la oferta de
dinero. Es decir que, si por ejemplo, el banco central esté utilizando determinada definición de M2 para el
control monetario, puede ser que dicha definición sea completamente obsoleta y lo que realmente esté
pasando es que se haya perdido el ancla nominal.

Otra variable que ha sido utilizada como ancla nominal es el tipo de cambio. En este caso el banco central
fija una paridad y la oferta de dinero se torna en una variable endógena. El principal problema con la
elección del tipo de cambio como ancla nominal es que con la alta movilidad de capitales que existe
actualmente, la oferta monetaria se tornaría altamente volátil y produciría una gran variabilidad tanto en la
producción como en el empleo internos.

Debido a las consideraciones anteriores, la mayoría de bancos centrales en los países en desarrollo, y
muchos en los países desarrollados, han decidido utilizar la inflación como ancla nominal (Inflation
Targeting). Este tipo de estrategia es utilizado actualmente en Guatemala, para aumentar la credibilidad
del banco central y minimizar los problemas inherentes al resto de variables.

2.2 Autonomía del banco central


Los cambios en los procedimientos operativos para la elaboración e implementación de la política
monetaria, que conlleva la adopción de la tasa de inflación como variable-objetivo de dicha política,
implica que el escenario institucional debe, a su vez, ser modificado para que el banco central pueda
cumplir a cabalidad su función. En tal sentido, el banco central debe estar libre de presiones políticas, no
sólo para elegir la tasa de inflación sino que, especialmente, para ejecutar la política monetaria sin
desviaciones considerables del objetivo propuesto.

Lo anterior implica que el banco central debe contar con plena autonomía, tanto jurídica como en la
práctica. En Guatemala se ha avanzado considerablemente en esta materia, debido a que entre las
reformas constitucionales de 1995 se prohibe al Banco de Guatemala otorgar crédito al gobierno y, por
otra parte, la Autoridad Monetaria ha realizado estudios a fin de proponer un proyecto de ley al Congreso
de la República para reestructurar la Junta Monetaria y, de esta forma, reforzar la autonomía de la entidad
monetaria.

2.3 Globalización y tasa de inflación

Es necesario puntualizar que sin competitividad es imposible insertarse en el proceso de globalización,


por lo que la reducción de la tasa de inflación es un factor imprescindible para evitar la apreciación del tipo
de cambio real. Es por esto que el banco central debe estar libre de cualquier compromiso político que le
implique desviarse de la meta elegida.

En Guatemala, desde inicios de la presente década, el banco central ha logrado abatir la tasa de inflación
y en 1998 la misma se situó en %, lo cual sustenta la estabilidad macroeconómica del país y coadyuva a
la promoción de las exportaciones, que son el motor de crecimiento y desarrollo económico del país.

2.4 Liberalización de la tasa de interés

La promoción del ahorro interno y la correcta asignación del mismo están influenciadas por la tasa de
interés. En el pasado era el Banco de Guatemala quien fijaba dicho precio.

Este esquema quedó completamente obsoleto cuando se observaron los bajos niveles de crecimiento
económico, que resultaron de bajos niveles de ahorro y de la pobre asignación que se hacía del mismo.

Ante tal situación y para apuntalar el aumento del ahorro, así como el uso eficiente del mismo, la
autoridad monetaria decidió liberar la tasa de interés, Resolución JM-140-89, para que el escaso ahorro
interno sea utilizado eficientemente y, de esta forma, promover la competitividad de la economía nacional.

Negativo

Las disfunciones sociales en Guatemala: pobreza, analfabetismo y


precariedad laboral. 
 

Se ha de partir de la identificación de algunos caracteres que definen a la


sociedad guatemalteca. Se ha optado por extraer aquellos que justificarán las
inadecuaciones sociales, en razón de los efectos mundializadores negativos
que se pretenden mostrar.

Es uno de los dos países más pobres de la región iberoamericana,


mayoritariamente rural (más de tres cuartas partes de la población), con una
tremenda disfunción en el reparto de la tierra (un 2% por ciento de los
propietarios concentran el 65% del suelo), y con un 62% de la población rural
que vive en condiciones de extrema pobreza(1). Junto a esas abismales
diferencias, en los últimos años crecen los niveles de pobreza por razones
estructurales:
- Alza de los productos básicos (en 1990 llegaron a alcanzar el 67 por ciento).

- Injusta distribución del ingreso nacional, con aberrante acaparamiento de la


décima parte de la población, que acumula el 45 por ciento.

- En el primer quinquenio de los noventa el desempleo afecta al 40 por ciento


de la población económicamente activa.

- Más de la tercera parte de la población económicamente activa no solo


padece falta de cualificación laboral, sino que es analfabeta.

- Los salarios reales se han reducido en un tercio, hasta hacer crecer los
niveles de pobreza a un ritmo del 3 por ciento anual.

- La cuarta parte de los profesionales y patronos se acercan a los niveles de


pobreza.

- La sociedad se encuentra estigmatizada por profundas desigualdades y


crecimiento de los grupos marginados, con un auge social concentrador y
excluyente(2).

- La tercera parte de la población del área metropolitana (800.000 personas) se


emplaza en asentamientos marginales, con tres cuartas partes de
desempleados(3).

- Las coberturas de educación primaria (44 por ciento de media) y el


insignificante valor alcanzado por la secundaria (1,5 por ciento) afecta más al
campo que a las urbes, y es nefasto según étnias y sexos (superior en ladinos
que mayas y en varones que mujeres).

- Tres cuartas partes de la población padece la necesidad básica insatisfecha


de la comida, hasta haberse impuesto la cultura del hambre.

- Los mismos pobres indican que los bajos salarios, la carencia de tierra, la
falta de comida, y la escasez de vivienda son los problemas sociales graves.

Se detecta que la problemática, al margen de multitud de causas, desde


históricas hasta políticas, es una espiral. Pero conviene proceder por partes
para comprobar la incidencia de los bajos niveles formativos en la situación
general del país.

Los pobres rurales se dedican al jornaleo agrario, y en las ciudades los pobres
urbanos al comercio. Pero, en cualquier caso, la colaboración infantil se
considera esencial. Los hijos son fuerza de trabajo necesaria, y el sistema
educativo (como en otros países, y al margen de lo que indiquen unas
Constituciones típicamente testimoniales) no es ni realmente obligatorio ni
gratuito. La conclusión es que ni los hijos rinden ni se invierte en formación
para el futuro. La espiral del desdesarrollo no es que se haya creado, es que es
la misma de siempre, la heredada, pero hoy agudizada.

En las urbes la población desempeña varias tareas al mismo tiempo, lo que se


traduce en subocupación. La falta de cualificación laboral impide la
rentabilidad, y la de dedicación a una tarea fija el que se adquieran las
destrezas y habilidades necesarias y básicas para el desempeño útil y rentable
de la misma. Luego, añadánse técnicas ineficientes y salen las cuentas de la
irracionalidad rentual (necesaria, por otra parte). No hay cualificación porque
no ha habido formación, y ésta no ha existido porque los activos
subempleados han sido hijos utilizados por sus padres, y esa secuencia
antropológica es la que mantienen con sus hijos.

Y más implicaciones sociales de las carencias formativas. Al margen de las


consecuencias innatas que conlleva un conflicto armado (en este caso, además
de civil, muy prolongado), los mecanismos de sobrevivencia se encuentran
estandarizados. Alcoholismo, robo, delincuencia de estorsión, abandono del
hogar y violaciones son consecuencia de la pobreza. Un solo dato es buen
indicativo del atraso cultural: se prefiere ocultar la violación femenina antes
que mancillar la reputación de la mujer afectada.

Puede afirmarse que la desorganización social es la pauta, y que la falta de


organización conlleva el atraso. Pero resulta conveniente desentramar más
datos, los que realmente van a confirmar el tremendo alejamiento de los
postulados globalizadores, los que confirman los futuros padecimientos del
proceso mundializador. Desde los seis hasta los nueve años los niños padecen
desnutrición (un 37 por ciento), y en once departamentos es incluso severa. La
tercera parte de los niños presentan déficit de peso, mientras la dieta
alimentaria se ha reducido en variedad, cantidad y calidad (en la última
década el precio de los alimentos básicos subió un 157 por ciento). Algunas
fuentes afirman que tres cuartas partes de los menores de cinco años corren
alto riesgo de desnutrición. En suma, que aún existiendo la hipotética
posibilidad de escolarización generalizada tampoco los logros conseguidos
serían muchos.

Como resultante, el país ocupa el segundo lugar iberoamericano por mayores


índices de analfabetismo, con tres cuartas partes de la población rural y la
tercera parte de la urbana, rasgos agudizados (como se indicó) entre la
población indígena y femenina. Las causas son estructurales, si bien deja su
impronta la escasa asignación del PIB a educación (1,2 por ciento), y con la
casi totalidad destinada a satisfacer salarios docentes, con el consecuente
estancamiento de las inversiones para hacer frente a unas necesidades
crecientes, derivadas del fuerte crecimiento demográfico y juventud de la
población. Así se explican las realidades presentes: el nivel preprimario cubre
un exiguo 17 por ciento de necesidades; entre los 5 y 6 años menos de la
tercera parte; el primario (7 a 12 años) el 68 por ciento (unos 450.000 no
asistieron nunca a la escuela); y la educación básica un escaso 18 por ciento.

La esencial es la educación primaria, que presenta disparidades de cobertura


muy notables en el país; así, en la región metropolitana es del 91 por ciento,
mientras en otros sectores no alcanza la mitad. En el campo la dotación de
maestros es la mitad que en las áreas urbanas, cuando en él se encuentra el 80
por ciento de las escuelas de este nivel. A la infradotación se adiciona la
cuestión indígena, ya que la cuarta parte de los alumnos inscritos en primaria
pertenece a etnias, que registran los mayores índices de repetición (tres cuartas
partes). Pero, del resto, el nivel de suspensos alcanza el cincuenta por ciento.
Además, solo un 43 por ciento de todas las mujeres han asistido a la escuela
primaria, con las secuelas derivadas sobre la vida social y hábitos, que
encuentran su reflejo en otras facetas esenciales (alimentación, higiene.).

El panorama nacional no es alentador desde una perspectiva educacional ya


que la mitad de los mayores de 15 años son analfabetos, valor que sube a tres
cuartas partes en las regiones indígenas y rurales. Y, encima, a la población en
estado de pobreza la definen tres rasgos negativos. El primero, un nivel de
analfabetismo que alcanza el 50 por ciento, con la diferencia de mayores
valores en el interior y muy inferiores en la región metropolitana, si bien la
porción femenina presenta altos índices en cualquiera de las situaciones. Otro
de escolaridad que afecta a la octava parte de la población pobre rural, y que
baja solo a la sexta parte en el área metropolitana. Finalmente, en ambas
situaciones, el nivel de acceso a la escolaridad media es casi nulo.

Junto a las reiteradas razones estructurales, también persisten factores


negativos para explicar situaciones concernientes a la población pobre, como
su valoración pésima del sistema educativo, la urgencia de otras prioridades, y
las barreras lingüísticas. Así, el trabajo es considerado más urgente que la
educación (un menor de siete años recibe un salario de unas 80 pts/día en las
plantaciones). Luego, se van añadiendo otras circunstancias, como el
incumplimiento laboral de los maestros, que además no suelen hablar el
idioma indígena de la comunidad receptora.

El problema pendiente es la insuficiencia, cuando no inexistencia, de


infraestructura educacional. Se demanda la construcción de escuelas en el
interior del país, porque buena parte de las aldeas y caseríos carecen de
educación primaria completa. Sin embargo, se ha de partir de otra premisa
oficialmente reconocida, la ineficacia del modelo educativo, reflejada en
actitudes de recelo a la alfabetización, como ocurre con las comunidades
mayas de los quichés y cakchiqueles. Ello explica sus altas tasas medias de
analfabetismo (41 por ciento); los valores son muy inferiores (14 por ciento)
en la región que engloba al área metropolitana, mientras en los departamentos
de las Verapaces se registran los más altos índices (65 por ciento), debido a la
alta proporción indigenísta. Esta circunstancia vuelve a mostrar los fuertes
desequilibrios nacionales constatados en otros parámetros.

En educación primaria un 17 por ciento de la escolarización está en manos no


oficiales, aunque ello resulta indiferente para la escasa retención de niños en
las aulas en áreas rurales, para una tasa neta de escolaridad muy alejada de la
deseable (en algunos departamentos, como las Verapaces, es justo la mitad
que la media nacional). De nuevo se vuelve a constatar la estrecha relación
entre pobreza, indigenismo y analfabetismo.

Y en esas deficiencias infraestructurales el 38 por ciento de las escuelas


primarias rurales sólo ofrecen una educación primaria incompleta, al margen
de que el respeto a las particularidades indígenas no se cumple ya que el
bilingüismo sólo está establecido en el 5 por ciento de las escuelas existentes,
una cifra absolutamente testimonial teniendo en cuenta la relevancia del
componente indígena en el país (el más alto de toda Iberoamérica).

En lo que afecta al emplazamiento de centros de formación técnica oficial los


desequilibrios territoriales son más agudos, porque más del 90 por ciento de
los alumnos pertenecen a áreas urbanas, como acontece con otro tercio de los
institutos de extensión y mejoramiento de la educación media. Además, un
escaso porcentaje de población estudiante continúa sus estudios hasta el ciclo
diversificado.

Así pues, el sistema educativo se caracteriza por necesidades continuadas de


inversiones, debido tanto a carencias arrastradas como al desorbitado
crecimiento demográfico. Lo más urgente es cubrir la escasez de maestros, e
incluso solventar el problema de la escolarización parcial (un maestro atiende
al mismo tiempo a dos escuelas distantes, reduciendo los períodos lectivos a la
mitad del tiempo requerido). Las deficiencias más claras se cuantifican del
siguiente modo:

- El nivel primario presenta altos índices de deserción y repetición, de tal


modo que en las áreas rurales sólo el 15 por ciento de los alumnos terminan el
ciclo y en las urbanas el doble.

- Los gastos estatales se concentran en aumentos salariales, mientras que la


cobertura requerida queda desatendida(4). 
 

El insalvable paso desde la desorganización a la globalización. 


 
Queda por comprobar el resultado de ese panorama. La globalización es un
fenómeno de hondo calado social, y con dimensiones notables. Entre ellas, el
desarrollo intensivo sustentado en vinculaciones económicas internacionales,
la expansión del volumen del comercio de mercancías (superior en dos veces
y media al del producto), el crecimiento de los intercambios financieros (que
supera al del comercio internacional), la deslocalización de las actividades
productivas (con desplazamiento de la industria hacia zonas de menores costes
laborales), los marcos reguladores consensuados multilateralmente
(liberalización del mercado de bienes, y de servicios y factores productivos en
los acuerdos de la Ronda Uruguay y la Organización Mundial del Comercio),
las transformaciones del mercado de trabajo y de las estructuras laborales, la
imposición de nuevos modelos educativos y modernas necesidades
formativas, el trabajo colaborativo internacional (sin mayor restricción que la
disponibilidad de tecnologías), la transnacionalización de las actividades de
ocio y cultura(5).

Se consolida, sobre estas bases, un mundo globalizado, interdependiente y


desigualitario, dominado por los países que ven crecer continuamente sus
economías y elevar el nivel de vida de sus sociedades, y con una
interdependencia forjada sobre gigantes financieros que colocan a lo
económico por delante de lo social y político. El problema no es que el
desarrollo actúe con la multiplicación de bienes (el subdesarrollo será la
carencia de los mismos), sino que lo hace a través de la interdependencia
selectiva. Puede decirse, por tanto, que la mundialización hace efectiva la
interdependencia, aunque no deje de ser una globalización parcial por su
desigualitarismo.

La razón es que los países desarrollados han pasado por una fase de
acumulación, caraterizada por la sucesión de inversión, ahorro y educación; y
por otra de asignación de la población activa y distribución de la renta. Han
maniobrado haciendo interdependientes a sus sectores económicos e
impulsando las innovaciones tecnológicas. Todo conjuntado ha permitido el
auge de la productividad del trabajo. Y con el tiempo a la iniciativa privada le
ha posibilitado la irradiación del desarrollo tecnológico y de los avances
científicos. De ahí que la globalización venga definida también por la inmensa
movilidad de los flujos inmateriales (telecomunicaciones, informática,
servicios).

Fruto de esa secuencia, al resto de sociedades no avanzadas solo les queda la


supeditación a los dictámenes procedentes desde las más desarrolladas, y al
pensamiento económico único que estas imponen, al denominado sistema PPII
(planetario, permanente, inmediato e inmaterial), que hace uso de
intercambios de información, comunicación, con el modelo central en los
mercados financieros, en gigantes económicos que se sobreimponen a los
Estados, pero bajo fórmulas nuevas y con el beneficio como lema. De ahí que
no resulten extrañas las pautas que se imponen, la absorción en vez de la
alianza, la de unas comunicaciones que han mutado su papel cultural por el de
inundador de las vidas social, económica.

Puestas así las cosas, cada vez resulta menos utópico comprobar que el mayor
peligro del futuro está no en el progreso, sino en el retroceso de determinadas
áreas y regiones del mundo, porque mientras la técnica se dispara también lo
hace la pobreza. El globalismo transfiere errores, y la salida es compleja;
probablemente una mayor cooperación internacional deba conllevar una
reorientación de las fórmulas existentes. La política internacional
desreguladora favorece a quienes desregulan, porque además su actuación es
egoista, con sus redes globales apoyadas en políticas internacionalizadas que
perjudican claramente a las sociedades peor preparadas, que no se insertan
sino que son insertadas en el proceso globalizador, y sujetándose a las
condiciones y parámetros que marca quien controla el proceso.

Los poderosos del mundo no han caído en la cuenta de que el desarrollo es un


proceso, y los países dependientes y desfasados han seguido un camino
erróneo para alcanzarlo. En las economías desarrolladas el avance solo se ha
logrado a partir de la estabilidad política, de la participación de los ciudadanos
en la política, y de una economía que ha encontrado el apoyo en un nivel de
educación cada vez más aceptable. Así la estabilidad política ha
proporcionado la seguridad en el proceso económico, pero con la base en el
incremento de los niveles educativos. En los países nuevos la inestabilidad
política no ha permitido desarrollo sostenido, entre otras razones porque han
dispuesto de habitantes y no de ciudadanos.

No hay país desarrollado en el que el nivel formativo medio o alto de sus


poblaciones no se haya traducido en otros de bienestar aceptables o elevados.
Y a la inversa, poblaciones con niveles formativos bajos padecen otros de vida
mediocre y de desarrollo nacional escaso y dependiente del exterior. La
educación es el sustrato del desarrollo económico, y por ello se requiere
conseguir poblaciones laborales aptas, las encargadas de solventar las
adversidades inherentes al progreso económico.

La formación técnica es un segundo paso, el siguiente al necesario cultural,


porque solo sobre esta base se apoya la cualificación laboral, el logro de la
ciudadanía, la estabilidad política, y el progreso económico. Todo es tan
simple (y tan complejo a la vez) como lo siguiente: una educación libre,
gratuita y obligatoria se interrelaciona con un modelo democrático, lo que
facilita la tarea de gobierno y el progreso económico. Solo una educación
general abre las puertas al progreso, y este a la inserción favorable en el
proceso globalizador. Y si esa es la línea a seguir, es también la que
torticeramente han aplicado las potencias económicas en el mundo de los
desfases, y la que este ha querido aplicar sin conseguirlo.
Diferencia entre un país y Guatemala

Guatemala ve positivas las relaciones con EE. UU. pese a diferencias

Pese a las diferencias que surgieron por las presiones de EE. UU. para que se recompense a
cientos de familias desplazadas hace tres décadas por la construcción de una hidroeléctrica,
Guatemala califica de “positivas” las relaciones con ese país y exhorta al Senado a no dejarse
influir por malas asesorías.

POR AGENCIA EFE

15 de Febrero de 2014 a las 08:45h

CIUDAD DE GUATEMALA.- Los desacuerdos surgieron a raíz de la Ley de Asignaciones


Consolidada 2014 sancionada el 17 de enero pasado por el presidente Barack Obama, en la
que el Congreso ordena al Departamento de Estado suspender la ayuda militar a Guatemala
hasta que se cumpla con el plan de reparación a esas familias.

El presidente Otto Pérez Molina advirtió a Estados Unidos la semana pasada, cuando se hizo
público esa condición, que Guatemala “es un país pequeño, pero soberano” y que no aceptará
“imposiciones” .

“A nosotros no nos va a legislar otro país. Podremos ser un país


pequeño, pero somos un país soberano, independiente, y tenemos
nuestras propias leyes, así que yo no me voy a dejar que me vengan
a imponer cosas, menos de otro Congreso, y menos de otro país” ,
dijo el mandatario.

AUDIO: "Yo no me voy a dejar que me vengan a imponer cosas"

El pasado martes, en su programa denominado “De Frente con el


Presidente” , Pérez Molina y su canciller, Fernando
Carrera, calificaron de “positivas”  las relaciones con EE. UU.,
el principal socio comercial del país centroamericano.

De hecho, en su visita esta semana el subsecretario de Estado de


Antinaróticos y Seguridad, William Brownfield aseguró que Estados
Unidos es un “socio”  de Guatemala y prometió más ayuda en
materia de seguridad para combatir al narcotráfico.

Según Carrera, entre Guatemala y el Departamento de Estado y el de


Seguridad ha habido mucho diálogo y que durante los últimos años la
cooperación ha venido de menos a más.

El año pasado EE. UU. donó seis helicópteros como parte de la


cooperaciónpara combatir el tráfico de drogas en el país, que es
utilizado como puente por los carteles internacionales para trasegar
la droga de Sudamérica al país del norte.

También donó varios vehículos blindados para la Fuerza de


Tarea Tecún Umán, conformada por militares y policías, instalada
en el departamento suroccidental de San Marcos, fronterizo con
México, para luchar contra el narcotráfico y el contrabando.

Pero la inclusión de Guatemala en la Ley de Asignaciones no le cayó


en gracia al Gobierno, quien señaló a Tim Rieser, miembro del Comité
de Apropiaciones del Senado, de haber dado información sin
objetividad.

En un mensaje enviado al Congreso estadounidense, Carrera


manifestó que Rieser no conoce la realidad del país centroamericano,
el que ni siquiera ha visitado en los últimos años, y ha dado mala
información al Senado.

“La reacción desmedida y no proporcional expresada en las


provisiones de la Ley de Asignaciones y Compensaciones deja en
claro que el señor Rieser, con base en su escaso y desactualizado
conocimiento de la realidad guatemalteca, ha mal aconsejado y mal
orientado a los Honorables Senadores y Congresistas” , dice el
mensaje.

Sostiene que la inclusión en esa normativa pone en evidencia que


“hay personas y organizaciones interesadas en asegurar el
estrangulamiento financiero, no del Ejército, sino de Guatemala
entera, al pretender obligar a los delegados de Estados Unidos a votar
en contra de los créditos para Guatemala en el BID y el Banco
Mundial” .

El gobierno de Pérez Molina reconoce que Estados Unidos “ha


jugado un papel importante en apoyar la consolidación de la
Democracia y del Estado de Derecho en Guatemala y lo debe
seguir jugando” .

“Para ello, deberá respaldar a las instituciones democráticas y a los


gobiernos electos libremente, en vez de socavar la base financiera de
los mismos, siguiendo los malos consejos de organizaciones y
profesionales que erosionan nuestros tradicionales lazos de amistad y
de cooperación” , expresa el texto enviado al Senado.

Además, destaca que en Guatemala “hemos sido y seguimos siendo


un país amigo de los Estados Unidos”  con el que también son aliados
en la defensa de los derechos humanos.

Inserción

http://www.banguat.gob.gt/inveco/notas/articulos/envolver.asp?karchivo=501&kdisc=si

http://www.ub.edu/geocrit/sn-45-10.htm

gautemala con otros países


http://www.prensalibre.com/noticias/politica/Guatemala-ve-positivas-
relaciones-EE-_UU_0_1085291543.html

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