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Todo lo que la Biblia nos dice

sobre la oración
Como cristianos debe ser una prioridad cultivar nuestra relación
con Dios, y una de las mejores maneras para crecer en nuestro
andar con Jesús es la oración. Ahora bien, ¿qué es orar? ¿Cómo
oramos?

¿Qué es orar?
A través de la Biblia vemos claramente que orar es hablar con
Dios. Cuando oramos abrimos nuestro corazón a Dios para
contarle cómo nos sentimos. En Mateo 6:5-8, Jesús habla sobre
la oración y dice:

Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie
en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les
aseguro que ya han obtenido toda su recompensa. Pero tú, cuando te pongas a
orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto.
Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará. Y al orar, no
hablen solo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que
serán escuchados por sus muchas palabras. No sean como ellos, porque su
Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan.

Aquí vemos que la oración es entre nosotros y Dios, no para


impresionar a los demás. Nuestro corazón no tiene la actitud
correcta si lo que buscamos es que los demás nos vean y
admiren nuestras palabras. Al orar, nuestro deseo más grande
debe ser pasar tiempo con Dios y hablarle desde lo más
profundo de nuestro corazón.

Es cierto que nuestro Padre sabe de antemano lo que


necesitamos, pero como a todo buen padre, a él le encanta
escuchar la voz de sus hijos. Vemos así que el énfasis de la
oración debe ser fortalecer nuestra relación con Dios,
acercarnos a él, pasar tiempo en su presencia y compartir con
él lo que ocupa nuestro corazón. Oramos porque nuestra
relación con Dios es importante y vital.

¿Cómo oramos?
Puede que entendamos la importancia de la oración, pero
muchas veces no tenemos claro cómo debemos orar. La Biblia
nos da ejemplos y ayuda. En el mismo capítulo del evangelio de
Mateo mencionado anteriormente (Mateo 6) encontramos "el
Padre nuestro", conocido como la oración modelo de Jesús.
Mateo 6:9-13 dice:

Si tomamos esta oración como ejemplo, vemos que hay algunos


elementos importantes que deben formar parte de nuestra
oración.

1. Comenzamos con una actitud de alabanza, adoración y


humildad
Inicialmente debemos mostrar nuestra alabanza y adoración,
reconocer la grandeza de Dios y su santidad. Nuestra actitud
debe ser humilde.

2. Expresamos nuestra confianza en Dios


Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. (v.10)

Luego nos sometemos a su voluntad y afirmamos que lo mejor


que nos puede pasar es que su reino se manifieste en nuestras
vidas. Declaramos confianza total de que su reino y su voluntad
son lo mejor para nosotros porque donde se manifiesta el reino
de Dios suceden grandes cosas.

3. Presentamos nuestras peticiones


Pasamos a presentar nuestras peticiones, a pedir la provisión
de Dios para el día. Él sabe que durante el transcurso del día
tendremos necesidades físicas y desea suplirlas.

4. Reconocemos la importancia del perdón


Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a
nuestros deudores. (v.12)

Reconocemos nuestra necesidad de su perdón y su gracia. A la


misma vez examinamos nuestro corazón para saber si hemos
estado dispuestos a perdonar y a ofrecer gracia a los que nos
han ofendido. Es momento de examinarnos. Sabemos que
estamos agradecidos por el perdón de Dios a nuestras vidas.
¿Está nuestro corazón suficientemente transformado como para
ofrecer el perdón a los que nos han ofendido?

5. Pedimos victoria sobre la tentación y el mal


Pedimos su ayuda y protección ante las tentaciones para que
permanezcamos firmes en él y no cedamos. Sabemos que él es
el único que nos puede proteger y librar de las tentaciones y de
todos los ataques del maligno.

6. Volvemos a alabarle

Algunas versiones incluyen:

Porque tuyos son el reino y el poder y la gloria para siempre. Amén.

Finalizamos con alabanza y adoración a Dios, reconociendo que


solo él merece toda la gloria y toda la honra, que la eternidad
está en sus manos.

Aprende más sobre la oración del Padre nuestro.

¿Por qué debemos orar?


La oración nos acerca al Padre. Nos da la maravillosa
oportunidad de abrir nuestros corazones a él, contarle lo que
ocupa nuestras mentes, pedirle su ayuda y su sabiduría.
Santiago 4:8 dice: "Acérquense a Dios, y él se acercará a
ustedes." ¡Y esto es lo que hacemos cuando oramos! Nos
acercamos al Padre; sacamos tiempo para hablarle y
escucharle, para disfrutar de su presencia y compañía. Esta es
la razón principal por la que oramos. Hay otras razones por las
que debemos orar, mira algunas de ellas a continuación.

1. Para que Dios sea glorificado

Dios espera que pidamos y que lo hagamos en el nombre de


Jesús. No es pedir todo lo que se nos antoje, sino pedir de
acuerdo con su deseo para nosotros y para que él sea
glorificado en nuestras vidas.

2. Porque si pedimos, recibimos


Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque
todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.
¿Quién de ustedes, si su hijo le pide pan, le da una piedra?
(Mateo 7:7-9)

Aquí vemos el corazón paternal de Dios. Él desea dar cosas


buenas a sus hijos, pero debemos pedir, buscar, llamar, cultivar
nuestra relación con nuestro Padre y expresarle nuestros
anhelos.
3. Porque Jesús dio ejemplo

Vemos que Jesús, aun siendo Dios hombre, cultivó una vida de
oración y clamor, pero también tuvo "reverente sumisión".
¡Cuánto más debemos nosotros mostrar ese corazón reverente y
sumiso a través de nuestras oraciones y de nuestras
conversaciones con el Padre!

Aprende a orar e interceder con el ejemplo de Jesús

4. Para recibir su paz


No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego,
presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa
todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
(Filipenses 4:6-7)

¡Son tantas nuestras preocupaciones diarias! Podemos llevarlas


ante Dios, entregárselas y darle gracias porque no tenemos que
enfrentar solos los problemas de la vida. Es en esa actitud de
total confianza en él que recibimos su paz, una paz
incomprensible que muestra el cuidado de nuestro Dios.

5. Para recibir sanidad física y espiritual


Podemos llevar ante Dios todo tipo de peticiones, incluidas las
peticiones por salud y por el perdón de pecados. Dios anhela
tocarnos con sanidad física y sanidad espiritual. Somos justos
gracias a Jesús (2 Corintios 5:21) y por eso nuestra oración es
eficaz y tiene poder.

Lo que la Biblia dice sobre la sanidad y el orar por los enfermos

6. Porque expresa confianza en la gracia y misericordia


de Dios
Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir
misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la
necesitemos.
(Hebreos 4:16)

Mientras más cultivemos nuestra relación con Dios más fácil


será acercarnos a él con toda confianza para hablarle y
presentarle nuestras necesidades. También será cada vez más
fácil escucharle y recibir su misericordia, su gracia, su paz.

Debemos perseverar en la oración


Podemos orar en todo momento por todas las situaciones o
personas que vengan a nuestra mente. También debemos
interceder por nuestros hermanos en la fe. Es importante pedir
al Espíritu Santo las palabras precisas para orar con sabiduría,
de acuerdo con el corazón de Dios.

No dudes en acercarte al Padre celestial con tus oraciones.


Verás el gozo enorme que sentirá tu corazón al fortalecer tu
relación con él a través de la oración.
¿Es necesario orar cada día?
Podemos pensar que somos capaces de enfrentar los retos
diarios con nuestras propias fuerzas. Creemos en el poder de la
oración, pero muchas veces recurrimos a ella solo cuando es
absolutamente necesario. Sin embargo, la realidad es que orar
es vital para nosotros, para nuestro crecimiento espiritual y
para nuestra relación con Dios. ¡Sí! Necesitamos hablar con
Dios cada día para adorarle, pedir su ayuda, su dirección y
tomar decisiones sabias acordes con su voluntad. ¿Cuál es la
mejor forma de hacerlo? ¿Cómo deben ser nuestras oraciones?

En el Salmo 63 el salmista David nos da una clave para nuestra


vida de oración:

Nuestras oraciones deben mostrar un anhelo intenso de


conocer a Dios, de recibir su amor y su poder en nuestras vidas.
A la misma vez deben expresar nuestra decisión de depender de
él porque sin él nuestras vidas no tienen propósito. La oración
no debe ser algo automático o rutinario sino que debe surgir de
lo más íntimo y profundo de nuestro ser.

Veamos algunas de las razones que tenemos para orar a diario y


analicemos nuestra vida de oración. Pidamos a Dios que nos dé
más sed de él y un fuerte deseo de buscar su rostro cada día.

Algunas razones para orar cada día:


1. Conocer mejor a Dios

Sabemos que para llegar a conocer una persona es necesario


pasar tiempo con ella. ¡Lo mismo sucede con Dios! Si queremos
crecer en nuestro andar con él necesitamos pasar tiempo con
Dios para así conocerle mejor.

No hay voz más preciosa que la voz de la persona amada y no


hay nadie que nos ame más que nuestro Padre celestial.
Necesitamos aprender a escuchar y discernir su voz. Dios
anhela que le busquemos, que apartemos tiempo para disfrutar
de su presencia y para escucharle hablar. ¡Aparta tiempo para
él, comienza una amistad profunda con tu Señor y Creador!
2. Fortalecer el espíritu

¿Quieres disfrutar de la presencia del Señor, ser fuerte


espiritualmente y alcanzar a otros para Jesús? Agárrate de él,
busca su rostro cada día y pasa tiempo con él. No podemos dar
lo que no tenemos. Si deseas crecer espiritualmente e impactar
a tu familia y a los que te rodean con el amor y la presencia de
Dios, pasa tiempo con él y fortalece tu espíritu. Alimenta tu vida
espiritual y verás grandes avances en tu vida y en la de los que
te rodean.

3. Entregarle las cargas


Todos pasamos por momentos difíciles en la vida y necesitamos
alguien con quien compartir lo que nos preocupa. La oración
nos da la oportunidad de llevar nuestros problemas y
preocupaciones ante Dios en plena confianza de que él obrará
con su poder y su amor. Al llevar nuestras cargas y pruebas
ante Dios aprendemos a descansar en él y nuestra fe se
fortalece al ver la mano de Dios obrar.

Aprende a orar e interceder con la oración de Jesús en Juan 17

4. Ver milagros
¿Quieres experimentar el poder de Dios en tu vida? ¿Quieres ver
tus circunstancias transformadas? ¡Ora! Pídele a Dios que obre
y hazlo con fe, confiando en que él sabe lo que es mejor para ti
y para la situación que estás viviendo. Preséntale al Padre tus
problemas y dale espacio para obrar. No intentes resolver todo
por tus propias fuerzas. Haz la parte que te corresponde, pero
cubre todos tus esfuerzos con oración. Deja que Dios obre en
los imposibles de tu vida, está atento hasta ver su poder
milagroso en acción.

5. Recibir su paz
¿Quieres tener verdadera paz en tu corazón? ¡Pasa tiempo con
Dios! La paz que él da es completa y no depende de las
circunstancias del momento. Es una paz que sobrepasa todo
entendimiento (Filipenses 4:7) y a veces no parece muy lógica.
Su paz echa fuera la ansiedad, nos llena y nos ayuda a crecer
con valor y con la confianza de que lo que Dios permite en
nuestras vidas tendrá como resultado nuestro bien espiritual y
nos acercará a él.

6. Confesar los errores


El tiempo de oración nos da también la oportunidad de confesar
nuestros pecados ante Dios y recibir su perdón. Dios no rechaza
jamás a quien se acerca a él con un corazón contrito y
humillado (Salmo 51:17). ¡Todo lo contrario! Él está siempre
dispuesto a escucharnos y a perdonarnos. Necesitamos
aprender a reconocer nuestros errores y confesarlos ante Dios
pidiéndole perdón. Debemos llenarnos de su Espíritu Santo para
mantenernos firmes en él y vivir vidas que le glorifiquen.

7. Adorarle y reconocer su señorío


Durante nuestro tiempo de oración debemos exaltar a Dios,
alabarle reconociendo su grandeza y señorío. Esa adoración
debe incluir todo nuestro ser. Nuestro cuerpo de rodillas
expresa humildad ante la grandeza de Dios. Él nos hizo y a
diario experimentamos sus bondades, su cuidado y su amor en
nuestras vidas. Es importante reconocer todo esto ante él.
Nuestro Dios es el único merecedor de nuestra adoración y
nuestra alabanza.

Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder, la gloria, la victoria y la majestad. Tuyo


es todo cuanto hay en el cielo y en la tierra. Tuyo también es el reino, y tú estás
por encima de todo.
(1 Crónicas 29:11)

¡Pasa tiempo con Dios! ¡Habla con tu Padre celestial! Reconoce


cada día su grandeza y su amor. Tu vida experimentará un gran
cambio y crecimiento espiritual.
Todo lo que la Biblia nos dice
sobre la oración
Como cristianos debe ser una prioridad cultivar nuestra relación
con Dios, y una de las mejores maneras para crecer en nuestro
andar con Jesús es la oración. Ahora bien, ¿qué es orar? ¿Cómo
oramos?

¿Qué es orar?
A través de la Biblia vemos claramente que orar es hablar con
Dios. Cuando oramos abrimos nuestro corazón a Dios para
contarle cómo nos sentimos. En Mateo 6:5-8, Jesús habla sobre
la oración y dice:

Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie
en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les
aseguro que ya han obtenido toda su recompensa. Pero tú, cuando te pongas a
orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto.
Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará. Y al orar, no
hablen solo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que
serán escuchados por sus muchas palabras. No sean como ellos, porque su
Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan.

Aquí vemos que la oración es entre nosotros y Dios, no para


impresionar a los demás. Nuestro corazón no tiene la actitud
correcta si lo que buscamos es que los demás nos vean y
admiren nuestras palabras. Al orar, nuestro deseo más grande
debe ser pasar tiempo con Dios y hablarle desde lo más
profundo de nuestro corazón.

Es cierto que nuestro Padre sabe de antemano lo que


necesitamos, pero como a todo buen padre, a él le encanta
escuchar la voz de sus hijos. Vemos así que el énfasis de la
oración debe ser fortalecer nuestra relación con Dios,
acercarnos a él, pasar tiempo en su presencia y compartir con
él lo que ocupa nuestro corazón. Oramos porque nuestra
relación con Dios es importante y vital.
¿Cómo oramos?
Puede que entendamos la importancia de la oración, pero
muchas veces no tenemos claro cómo debemos orar. La Biblia
nos da ejemplos y ayuda. En el mismo capítulo del evangelio de
Mateo mencionado anteriormente (Mateo 6) encontramos "el
Padre nuestro", conocido como la oración modelo de Jesús.
Mateo 6:9-13 dice:

Si tomamos esta oración como ejemplo, vemos que hay algunos


elementos importantes que deben formar parte de nuestra
oración.

1. Comenzamos con una actitud de alabanza, adoración y


humildad
Inicialmente debemos mostrar nuestra alabanza y adoración,
reconocer la grandeza de Dios y su santidad. Nuestra actitud
debe ser humilde.

2. Expresamos nuestra confianza en Dios


Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. (v.10)

Luego nos sometemos a su voluntad y afirmamos que lo mejor


que nos puede pasar es que su reino se manifieste en nuestras
vidas. Declaramos confianza total de que su reino y su voluntad
son lo mejor para nosotros porque donde se manifiesta el reino
de Dios suceden grandes cosas.

3. Presentamos nuestras peticiones


Pasamos a presentar nuestras peticiones, a pedir la provisión
de Dios para el día. Él sabe que durante el transcurso del día
tendremos necesidades físicas y desea suplirlas.

4. Reconocemos la importancia del perdón


Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a
nuestros deudores. (v.12)

Reconocemos nuestra necesidad de su perdón y su gracia. A la


misma vez examinamos nuestro corazón para saber si hemos
estado dispuestos a perdonar y a ofrecer gracia a los que nos
han ofendido. Es momento de examinarnos. Sabemos que
estamos agradecidos por el perdón de Dios a nuestras vidas.
¿Está nuestro corazón suficientemente transformado como para
ofrecer el perdón a los que nos han ofendido?

5. Pedimos victoria sobre la tentación y el mal


Pedimos su ayuda y protección ante las tentaciones para que
permanezcamos firmes en él y no cedamos. Sabemos que él es
el único que nos puede proteger y librar de las tentaciones y de
todos los ataques del maligno.

6. Volvemos a alabarle

Algunas versiones incluyen:

Porque tuyos son el reino y el poder y la gloria para siempre. Amén.

Finalizamos con alabanza y adoración a Dios, reconociendo que


solo él merece toda la gloria y toda la honra, que la eternidad
está en sus manos.

Aprende más sobre la oración del Padre nuestro.

¿Por qué debemos orar?


La oración nos acerca al Padre. Nos da la maravillosa
oportunidad de abrir nuestros corazones a él, contarle lo que
ocupa nuestras mentes, pedirle su ayuda y su sabiduría.
Santiago 4:8 dice: "Acérquense a Dios, y él se acercará a
ustedes." ¡Y esto es lo que hacemos cuando oramos! Nos
acercamos al Padre; sacamos tiempo para hablarle y
escucharle, para disfrutar de su presencia y compañía. Esta es
la razón principal por la que oramos. Hay otras razones por las
que debemos orar, mira algunas de ellas a continuación.

1. Para que Dios sea glorificado

Dios espera que pidamos y que lo hagamos en el nombre de


Jesús. No es pedir todo lo que se nos antoje, sino pedir de
acuerdo con su deseo para nosotros y para que él sea
glorificado en nuestras vidas.

2. Porque si pedimos, recibimos


Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque
todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.
¿Quién de ustedes, si su hijo le pide pan, le da una piedra?
(Mateo 7:7-9)

Aquí vemos el corazón paternal de Dios. Él desea dar cosas


buenas a sus hijos, pero debemos pedir, buscar, llamar, cultivar
nuestra relación con nuestro Padre y expresarle nuestros
anhelos.
3. Porque Jesús dio ejemplo

Vemos que Jesús, aun siendo Dios hombre, cultivó una vida de
oración y clamor, pero también tuvo "reverente sumisión".
¡Cuánto más debemos nosotros mostrar ese corazón reverente y
sumiso a través de nuestras oraciones y de nuestras
conversaciones con el Padre!

Aprende a orar e interceder con el ejemplo de Jesús

4. Para recibir su paz


No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego,
presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa
todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
(Filipenses 4:6-7)

¡Son tantas nuestras preocupaciones diarias! Podemos llevarlas


ante Dios, entregárselas y darle gracias porque no tenemos que
enfrentar solos los problemas de la vida. Es en esa actitud de
total confianza en él que recibimos su paz, una paz
incomprensible que muestra el cuidado de nuestro Dios.

5. Para recibir sanidad física y espiritual


Podemos llevar ante Dios todo tipo de peticiones, incluidas las
peticiones por salud y por el perdón de pecados. Dios anhela
tocarnos con sanidad física y sanidad espiritual. Somos justos
gracias a Jesús (2 Corintios 5:21) y por eso nuestra oración es
eficaz y tiene poder.

Lo que la Biblia dice sobre la sanidad y el orar por los enfermos

6. Porque expresa confianza en la gracia y misericordia


de Dios
Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir
misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la
necesitemos.
(Hebreos 4:16)

Mientras más cultivemos nuestra relación con Dios más fácil


será acercarnos a él con toda confianza para hablarle y
presentarle nuestras necesidades. También será cada vez más
fácil escucharle y recibir su misericordia, su gracia, su paz.

Debemos perseverar en la oración


Podemos orar en todo momento por todas las situaciones o
personas que vengan a nuestra mente. También debemos
interceder por nuestros hermanos en la fe. Es importante pedir
al Espíritu Santo las palabras precisas para orar con sabiduría,
de acuerdo con el corazón de Dios.

No dudes en acercarte al Padre celestial con tus oraciones.


Verás el gozo enorme que sentirá tu corazón al fortalecer tu
relación con él a través de la oración.
LA HUMILDAD EN LA ORACION
Bienaventurado el que tu escogieres y atrajeres a ti, para que habite en tus atrios,
SEREMOS SACIADOS DEL BIEN DE TU CASA Y DE TU SANTO TEMPLO. Con
tremendas cosas nos responderás tú en tú justicia oh Dios de nuestra
Salvación. Salmo 65:4-5.

¿QUE ES LA ORACIÓN?

La oración es la manifestación de un corazón humilde. La humildad


asegura la gracia de Dios y nuestra victoria. El corazón humilde no es una
opción; es una necesidad. E. M.

Bounds, quien entendía muy bien la vida de oración, dijo: "Dios le concede


un gran valor a la humildad ... Aquello que lleva al alma que ora cerca de
Dios es la humildad del corazón. Aquello que le da alas a la oración es la
humildad de mente. Esto es lo que da acceso a Dios cuando otras
cualidades fallan."

E. M. Bounds describe este principio al afirmar: "La humildad es un


requisito indispensable de la verdadera oración. Debe ser un atributo, o
característica de la oración. La humildad se tiene que encontrar en el
carácter del que ora como se encuentra la luz en el sol. La oración no tiene
principio, no tiene fin, ni existencia, sin la humildad. Como el barco está
hecho para el mar, así la oración está hecha para la humildad, y la
humildad para la oración."

LA ORACION ES EL UNICO MEDIO Y LENGUAJE UNIVERSAL PARA


COMUNICARNOS CON NUESTRO CREADOR

- LA ORACIÓN  es  elevar un ardiente clamor a Dios por alguna cosa
específica, juntamente con la cual vendrán muchos otros dones y gracias.
Como portadores de ellos llegaran a nuestra vida  la Fortaleza, Paz y
Quietud.

- ORAR Y ORAR verdaderamente es la Fuente de toda renovación,


restauración, y santificacion del corazon humano.

- EL NO ORAR es rechazar a Cristo y abandonar los cielos. Nunca podremos


estar más cerca del Cielo, de Dios y en más profunda comunión verdadera
con el Señor Jesucristo, que cuando oramos.

- Una promesa de la palabra del Señor es una semilla sin sembrar, tiene el
germen de la vida en su interior, pero el terreno de preparación de LA
ORACIÓN es necesario para poder germinar y hacer crecer esa semilla.

- Las posibilidades de LA ORACIÓN cubren todos los propósitos de Dios a


través de Cristo. Dios condiciona todos los dones en todas las
dispensaciones a su Hijo en ORACIÓN. ¿No dice la escritura que Dios el
padre todo lo sujeto a sus pies? Y todo sometió bajo sus pies, y a El lo dio por
cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel
que lo llena todo en todo. Efes.1:22-23

- LA ORACIÓN CONTESTADA, es la Credencial de nuestra relación como Sus


Representantes aquí en la Tierra.

 
- LA ORACIÓN es la que libera el gran poder de la FE. Es la llave que abre
los grandes depósitos del cielo. El poder para hacer grandes obras radica
en la FE  que puede asirse del nombre de Jesucristo, por medio de la
ORACIÓN verdadera.

- El Testimonio de nuestra relación como hijos, claro e indudable, es


asegurado por medio de LA ORACIÓN. Cuando se debilita o se corta el
testimonio de LA ORACIÓN, el testimonio de nuestra relación de Hijos se
vuelve deslucido y apagado.

- LA ORACIÓN es el todo para el hombre Es manantial de Poder a través del


cual el Padre Celestial alimenta a sus hijos escogidos.

- LA ORACIÓN llena el vacío del hombre con la Plenitud de Dios. Suple la


pobreza del Hombre con la abundancia de las riquezas divinas. Sustituye la
debilidad Humana por la potencia de Dios.

- LA ORACIÓN es el medio que Dios ha dispuesto para suplir de un modo


total y completo las necesidades del Hombre en cada instante de su vida.

- LA ORACIÓN ennoblece el carácter del hombre y hace que su razón


resplandezca otorgándole abundante sabiduría.

- LA ORACIÓN es la condición señalada para conseguir la ayuda de Dios.


Esta ayuda es tan múltiple e ilimitada como el mismo poder de Dios.

- LA ORACIÓN  no es el producto de la imaginación o del ingenio humano.


Estas cosas no pertenecen a su carácter. Tampoco es poesía o música. Su
inspiración y melodía provienen desde el cielo, pues pertenece al Espíritu,
del cual hace surgir  de ÉL propósitos Santos y Elevados.

- LA ORACIÓN es un privilegio sagrado. Es un deber, una obligación para


cada creyente, el NO ORAR es perder el goce de un Alto privilegio. El
secreto de la falta de operación del Espíritu Santo en todo SU PODER radica
en Oraciones débiles o en la falta total de las mismas.

- LA ORACIÓN es un medio para detener la ira de Dios, es la forma en que


la misericordia de Dios se manifiesta contra el juicio.
 

- LA ORACIÓN es la condición por la cual el evangelio avanza victorioso y


todos lo enemigos son vencidos de manera que sea posible tomar posesión
de la herencia legítima de los hijos de Dios.

- El trabajo que Dios nos encomienda no puede llevarse a cabo SIN


ORACIÓN. Es LA ORACIÓN que compromete los más altos intereses
espirituales y asegura la más elevada Gloria a Dios.

- El Espíritu Santo, en todos sus oficios pertenecientes a la vida espiritual y


la experiencia religiosa, se asegura por LA ORACIÓN Ferviente, definida,
constante. Cuanto más oramos, más nos ayuda el Espíritu Santo a orar, y
más se da en su plenitud para con nosotros.

- SI, ORACIÓN, MUCHA ORACIÓN es el precio de la Unción en la


Predicación. SIN ORACIÓN incesante, la Unción nunca viene al predicador.
Sin perseverancia EN LA ORACIÓN, la Unción, semejante al maná
guardado, cría gusanos.

- ORAR es la cosa más grande que podemos hacer y para hacerla bien,
debe haber quietud, tiempo, dedicación, de otra manera se degrada al nivel
de las cosas pequeñas e insignificantes.

- Nadie, si no los líderes de ORACIÓN podrán, en efecto, tener seguidores


de ORACIÓN. Los apóstoles de ORACIÓN engendrarán santos de Oración, y
un pulpito DE ORACIÓN engendrará sillas de cristianos EN ORACIÓN.

- LA ORACIÓN da entrada, cuerpo y peso a la Palabra. Las Predicaciones


concebidas y saturadas por medio de LA ORACIÓN, son Predicaciones llena
de Poder.

- LA ORACION ES LA MÁS DIVINA DE TODAS LAS LABORES Y EL MÁS


IMPORTANTE DE TODOS LOS MINISTERIOS. Quien ORA mejor no es aquel
que tiene más fluidez o una imaginación más brillante o los dones más
ricos, SI NO EL QUE ESTA MÁS INUNDADO DEL ESPÍRITU DE CRISTO.

UN TESTIMONIO DE ORACIÓN
Este comentario fue hecho por Finney en relación con su cuenta del
Avivamiento en Troy, que se inició en 1826 en su "Memorias" (Londres,
1876, páginas 104-5)
Sostuvimos una reunión de oración de casa en casa diariamente a las once
en punto.
 
Recuerdo que en una de estas reuniones estuvo presente un señor de
apellido Stowe, quien era cajero de un banco de la ciudad, y que este
hombre estaba tan presionado por el Espíritu de oración, que cuando
terminó la reunión no le era posible levantarse de sus rodillas.
 
Permaneció arrodillado gimiendo y retorciéndose en agonía y decía: "por
favor, ore por…" dando el nombre de quien era el presidente del banco en
el cual trabajaba. Este presidente era un hombre rico, pero inconverso.
 
Cuando se vio que el alma del señor Stowe estaba en gran angustia por
causa de aquel hombre, la gente de oración se arrodilló y juntos lucharon
en oración por su conversión. Tan pronto la mente del cajero quedó
aliviada de tal modo que pudo marcharse a casa, todos nos retiramos; poco
después de esto el presidente del banco por quien habíamos orado
manifestó esperanza en Cristo. Me parece que antes de aquella oración el
hombre no había asistido a ninguna de nuestras reuniones, y tampoco se
conocía que tuviera interés en la salvación de su alma.
 
Sin embargo, la oración prevaleció y pronto Dios se hizo cargo de su causa.
ANHELA...  EL ESPIRITU DE ORACIÓN...

Los predicadores antiguos de avivamiento hablaban de tener el "espíritu de


oración".
 
Ellos hablaban de llorar, agonizar, clamar, luchar, "tener dolores" en
oración. La razón por qué estos predicadores de avivamientos eran tan
ungidos y saturados con la presencia de Dios, fue que ellos habían realmente
llegado de frente a Su trono en la oración, y que habían pasado mucho
tiempo teniendo comunión con El allí. Este tipo de oración siempre ha sido
una de las claves más importantes para un verdadero avivamiento.
Charles Finney dijo: "Mientras yo no tenía el espíritu de oración, no podía
hacer nada ... Me encontraba incapaz de predicar con poder y eficacia, o de
ganar almas..."
George Whitefield dijo: "Días y SEMANAS enteras pasé postrado en el
suelo en oración silenciosa o a voz alta..."
Frank Bartleman escribió: "De noche casi no podía dormir por el espíritu de
oración... La oración literalmente me consumía."
Y D.M.Intyre escribió: "Antes que el gran avivamiento en Gallneukirchen
empezara, Martín Boos pasaba horas y días y a menudo noches en agonías
solitarias de intercesión. Después, cuando él predicaba, sus palabras eran
como una llama de fuego, y los corazones de la gente como pasto."
 
Como demuestra la historia, la iglesia puede esperar un avivamiento
verdadero solamente cuando un remanente del pueblo de Dios esta
desesperado por el estado decaído de la iglesia,

1. desesperado por la tibieza dentro de ellos y en todos los que los rodean,
2. desesperados por el pecado y los falsos compromisos,
3. desesperados por el hecho de que Dios no está siendo GLORIFICADO, que El no es
realmente SEÑOR de Su iglesia, que un mundo moribundo se burla de Sus palabras y
las considera irrelevantes.
4. El avivamiento vendrá cuando el pueblo de Dios se humilla verdaderamente, cuando
ellos remplazan su "imagen positiva" con la realidad del lamento de Santiago:
"Afligíos y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en
tristeza. Humillaos delante del Señor, y él os exaltará." (Stgo.4:9-10)

Como se decía de Evan Roberts: "El se quebrantaba, llorando


amargamente ante Dios para que El les doblegue ante El, en una agonía
de oración, con lágrimas corriendo por sus mejillas, con todo su cuerpo
encorvándose de dolor."
¿Cuando esperar un despertar del Espíritu?
Charles Finney escribio. Un avivamiento puede esperarse cuando los cristianos
tienen un espíritu de oración por él. Esto es, cuando oran como si sus corazones
estuvieran prestos para un avivamiento. A veces los cristianos no se ocupan de la
oración por un avivamiento, ni siquiera cuando están animados en la oración.
 
Sus mentes están en algo más; están orando por algo más--la salvación de los
impíos o algo parecido--y no por un avivamiento entre ellos, pero cuando sienten la
falta de un avivamiento, oran por él; sienten por sus familias y por donde viven,
oran por ellos como si no pudieran negárseles.
 
¿Qué constituye un espíritu de oración? ¿Es acaso palabras cálidas y muchas
oraciones? No. La oración es el estado del corazón. El espíritu de oración es un
estado de deseo y ansiedad continuos de la mente por la salvación de los
pecadores. Es algo que los aflige.
 
Es lo mismo, en cuanto a la filosofía de la mente se refiere, como cuando un
hombre está ansioso por algún interés mundano. Un cristiano que tiene un espíritu
de oración se siente ansioso por las almas. Es el tema de sus pensamientos todo el
tiempo, y lo hace ver y actuar como si tuviera una carga en su mente. Piensa en
ellos de día, y sueña con ellos de noche. Esto es propiamente orar sin cesar. Las
oraciones del hombre parecen fluir desde su corazón como agua--"Oh Jehová, aviva
tu obra".
¿PORQUE MUCHOS FALLAN EN EL PROPÓSITO DE LA
ORACION?
A menudo muchos han errado del propósito y la esencia de la oración. La
oración no es un tiempo cuando venimos para recibir algo de Dios. La
oración es un encuentro con un Dios santo. Es entrar a su presencia, es
entrar a una comunión y una relación con él. Es el medio por el cual lo
venimos a conocer. De este conocimiento íntimo y personal de Dios brota
la victoria del Señor Jesús a través de nosotros y hacia el mundo que nos
rodea.

Cada nueva generación necesita hombres y mujeres que oran. El recurso


más poderoso de la iglesia es una vida transformada. No son los edificios
hermosos los que atraen al mundo hacia Cristo, pero son los hombres y las
mujeres que llevan en su interior la marca de Dios.

La oración es el instrumento ardiente de Dios que marca a los hombres. No


vamos a impactar al mundo hasta que hayamos sido marcados por el
Maestro. La marca de Dios en nuestro hombre interior nos dará la victoria
en nuestras iglesias, comunidades, y naciones.

EL ABANDONO DE LA ORACION HA PERMITIDO QUE LA


FRIALDAD Y EL MUNDO ENTREN EN ELLA.

En esta generación ha habido una plaga de manipuladores religiosos. La


iglesia evangélica se ha acostumbrado a que los predicadores de "fe"
mendiguen por el dinero en lugar de confiar en Dios. Se ha convertido en la
norma en lugar de la excepción.

 
Hablamos del éxito y de la prosperidad en vez de la victoria de la cruz.
Hemos producido una generación de cristianos que creen que los
diamantes y los carros de lujo son la prueba de una vida cristiana de éxito.
Nos hemos olvidado que fuimos llamados a ser como Jesús. Y Jesús no
pensaba en términos de un éxito externo; Él vivía solamente con el
pensamiento de la obediencia. Su gozo era hacer la voluntad del Padre. El
un dia dijo: Mat 8:20 "Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo
nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza". 

1. La primera señal de que el escándalo ha brotado en el cielo es la


falta de oración - cuando la dulce fragancia de las oraciones de los
hijos de Dios dejan de ascender hasta Su trono. La iglesia comienza
a depender de la tecnología y el talento, sustituyendo el poder de
Dios por el ingenio del hombre.
2. La iglesia empieza a caminar en base a la burocracia en lugar de las
rodillas postradas. La iglesia empieza a ser entrenenida con chistes,
obras de teatro y conciertos en lugar de llevarla al trono de la gracia.

JESUS DIJO: Y entró Jesús en el templo y echó fuera a todos los que
compraban y vendían en el templo, y volcó las mesas de los cambistas y
los asientos de los que vendían las palomas. Y les dijo: Escrito está: ``MI
CASA SERA LLAMADA CASA DE ORACION, pero vosotros la estáis haciendo
CUEVA DE LADRONES. Y en el templo se acercaron a El los ciegos y los
cojos, y los sanó.… Mat-21:12-14

Cuando es reemplazada la oración con la forma y la función, la iglesia se


vuelve espiritualmente anémica. Dijo Andrew Murray: "La oración es el
pulso de la vida; por medio de ella el doctor puede diagnosticar la
condición del corazón. El pecado de la falta de la oración es la prueba para
el cristiano o el ministro ordinario de que la vida de Dios en el alma está
mortalmente enferma y débil."

AMADOS: Nosotros tenemos que reconocer la necesidad de la oración. Los


corazones de los hombres y de las mujeres se tienen que derramar ante
Dios, Y antes que haya un derramamiento del Espíritu de Dios sobre los
hombres y las mujeres. Tiene que haber un avivamiento de oración antes
que se siegue la cosecha.

Si vamos a hablar poderosamente por Dios, tendremos que caminar


humildemente con Dios. El denuedo para Cristo es el resultado directo de
la seguridad en Cristo. La oración intensifica nuestro compañerismo con
Dios. Es en ese compañerismo que el creyente vive en experiencia propia la
profundidad y la anchura y la altura del amor de Dios. El cristiano le puede
hacer frente a las puertas del infierno si ha estado ante el trono de Dios.
Huye el temor cuando nos hemos acobijado en el perfecto amor de Dios.

LOS FUNDAMENTOS DE LA ORACION


“La cenicienta de la iglesia es la oración. Esta criada del Señor es
despreciada y desechada porque no se adorna con las joyas del
intelectualismo, ni las brillantes sedas de la filosofía, ni con la
impresionante tiara de la psicología. Lleva los delantales de honesta
sinceridad y humildad. No teme arrodillarse”. Esto dijo Leonardo Ravenhill

“Nuestra oración, sin embargo, necesita ser engendrada y perseguida con


una energía incansable, una persistencia imperturbable y un valor que
nunca desfallezca”.  E. M. Bounds

La oración tiene que ver con el hombre entero, la oración abarca todo su
ser del hombre, mente, alma y cuerpo. Es necesario que sea el hombre
entero que ora. Así como la naturaleza entera del hombre entra en la
oración de la misma manera su ser entero se beneficia de la oración. Todos
los hombres se benefician de la oración. El hombre entero debe ser
ofrecido a Dios al orar. Los mayores resultados los obtienen los que se
entregan a Dios con todo su ser, con toda su alma y cuerpo postrado ante
la presencia del Señor, esta es la condición de la oración triunfante. La
clase de oración que rinde frutos copiosos.

Los hombres de otros tiempos que obtenían mayores resultados de la


oración, que lograban realizar cosas de gran importancia a través de Dios,
eran aquellos que se habían dado íntegramente a Dios en su oración. Dios
quiere y necesita todo lo que hay en el hombre para poder contestar sus
oraciones. Dios debe tener un hombre abierto y Sincero a través del cual
ejecutar sus propósitos y planes para bendecir al mismo hombre. Dios no
acepta hombres de doble ánimo. Ni los pusilánimes y vacilantes. No
pueden hacer el tipo de oración que es necesaria aquellos hombres cuya
lealtad oscila entre Dios y el mundo.

 
La santidad es su totalidad, y por tanto Dios necesita hombres santos,
hombres abiertos, transparentes y verdaderos para su servicio y para la
obra de oración. “y el Dios de paz os santifique enteramente; y ruego a
Dios que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo sean preservado sin tacha
para la venida de nuestro señor Jesucristo”. Estos son los hombres que
Dios quiere como caudillos para las huestes de su iglesia.

El hombre es trino y uno, y, sin embargo, no es una trinidad ni una


dualidad cuando ora, sino una unidad. El hombre es uno en todo lo
fundamental, alma espíritu y cuerpo, cuando el hombre integro se postra y
se rinde en oración. El hombre entero debe orar. El hombre entero, vida,
corazón, temperamento, mente. Cada uno y todos se juntan en el ejercicio
de la oración. La duda, la doblez de ánimo, la división de las afecciones,
todas ellas son ajenas a la verdadera comunión de la oración. La integridad
moral y espiritual, así como el carácter y la conducta sin mancha más
blancos que la nieve y la lana, son potencias poderosas sin estorbo en la
vida del hombre, y son lo más hermoso para la hora y las luchas de la
oración.

¿Por qué a muchos se les dificulta orar? Al analizar este razonamiento nos
encontramos que pueden ser varios los obstáculos que puede tener una
persona para no hacerlo pero el principal de ellos es La falta de disciplina.
En la vida nada se consigue ni se tiene éxito si no se tiene una disciplina
constante, la oración de la misma manera requiere de una constancia y
entrega total.

El avance en el mundo de alguien que trabaja y lucha es evidente cuando


este tiene un progreso en las cosas que realiza, tanto en lo material como
en lo espiritual. La lectura de la biblia, la asistencia a la iglesia o la
participación en algún ministerio no hace al hombre espiritual, donde se
ganan o se pierden las batallas es en la oración. Muchos hombres pueden
tener fama y ser reconocidos en el mundo pero no en el infierno. Un
hombre espiritual es temido por Satanás porque que sabe que con el
siempre lleva las de perder.

Entonces se necesita al hombre entero para orar, hasta que todas las
tormentas que agitan nuestra alma son acalladas hasta conseguir la calma,
hasta que los vientos y las olas cesan bajo la benéfica mano de Dios. Se
necesita todo el hombre para orar hasta que la opresión del mismo infierno
sea quebrantada y nuestros enemigos destruidos, hasta que los tiranos
crueles y los gobiernos injustos cambien su naturaleza y sus vidas, así;
como su forma de gobernar o dejen de gobernar.

 
Se necesitan hombres espirituales con celo de Dios y amantes de las cosas
santas y de la santidad de Dios. Los hombres espirituales producen gente
espiritual, se necesita hombres piadosos para que se entreguen
enteramente a la oración con tal intensidad y profundidad que sientan que
en ello se les va la vida. La oración llega muy lejos en su influencia y en los
efectos de su gracia. Es un asunto profundo que se refiere a Dios y a sus
planes y propósitos porque está en juego el destino eterno de la
humanidad.

La biblia dice; “Y Cristo en los días de su carne, habiendo ofrecido ruegos y


suplicas, con gran clamor y lagrimas al que le podía librar de la muerte, fue
oído a causa de su piedad” (Hebreos 5:7) David brainerd escribió en su
diario “Dios me permitió agonizar en oración hasta que estaba sudando,
aunque estaba a la sombre y en un lugar fresco” El hijo de Dios en
Getsemaní estaba agonizando en oración, que puso en acción todo su ser,
“cuando llego a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación. Y él
se aparto de ellos a una distancia como de un tiro de piedra; y puesto de
rodilla, oraba diciendo: padre, si quieres aparta de mí esta copa; pero no se
haga mi voluntad, sino la tuya. Y se le apareció un ángel del cielo para
fortalecerle. Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor
como grandes gotas de sangre engrumecidas que caían sobre la tierra” 
(Lucas 22:40-44).

Para ti; ¿qué tan importante es la oración?, la intensidad con que lo hagas
determinara tu entrega y vida espiritual, hoy puedes tener un cambio de
perspectiva, Dios está buscando hombres y mujeres dispuestos a una
entrega total, tal vez nunca sabremos el alcance de nuestra oración hasta
aquel día cuando el Señor nos muestre sus efectos alcanzados.

Pero así como naaman, impresionante general leproso se tuvo que bajar
del caballo y despojarse de sus ropas, humillarse y entrar al rio para poder
ser limpio de su lepra, es lo mismo que el Señor espera de hombres que
estén dispuestos a descubrirse delante de su presencia para ser limpiados
y santificados, para que así, podamos llevar a cabo sus propósitos.    Que
Dios te bendiga.

ESTUDIOS QUE ESTAN EN LA RED


                    COMO ORABAN
            Las oraciones de ministros

Capítulo 1 El punto de la avanzadilla


Capítulo 2 Gánese la madrugada
Capítulo 3 El completo reposo de la mañana
Capítulo 4 Predicadores ingleses
Capítulo 5 Más predicadores ingleses
Capítulo 6 Predicadores escoceses
Capítulo 7 Más predicadores escoceses
Capítulo 8 Predicadores galeses
Capítulo 9 Predicadores americanos
Capítulo 10 Más predicadores americanos
Capítulo 11 Predicadores alemanes
Capítulo 12 Más predicadores alemanes
¿QUE HA PASADO EN LAS REUNIONES DE ORACION?

«Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye Mi voz y abre la puerta, entraré,
y cenaré con él, y él conmigo» (Ap. 3:20).

¡Imagínese a Cristo Mismo fuera de la puerta del corazón de Su iglesia, preguntando que si
puede entrar para poder cenar con esos por los que murió! ¿Qué tanto significado tiene este
predicación, enseñanza y estudio bíblico si no da a las iglesias un deseo y apetito por el
Mismo Dios? ¿De que sirve tener al evangelista y al maestro que visiten la iglesia, si cuando
ellos se marchan, la iglesia está todavía en bancarrota en cuanto a la oración?

Jesucristo no es una verdad, una fórmula doctrinal o un sermón para que nuestras mentes
puedan analizarlo y disfrutarlo. El Señor es la Persona Divina quien llama vez tras vez, y aun
ruega para que los hombres no sólo oigan acerca de Él, sino aún más importante, que
vengan a Él.

Recientemente yo discutía con un pastor la necesidad de nuestras iglesias de regresar a la


simple oración. El era dirigente de una iglesia grande en un área del país donde «súper»
iglesias abundan. El me dijo que en su área entera las juntas de oración se habían extinguido
casi por completo, y que solamente se hablaba del poder de la oración.

Esto fue una descripción terriblemente correcta, aún entre iglesias que se consideraban
modelos de «éxito» en su denominación por sus grandes membresías y los muchos
programas. El confesó honestamente que se tomaba tiempo para predicadores visitantes que
les ayudaran a «madurar,» conciertos evangélicos, noches para los jóvenes, noches de
compañerismo, etc., pero que no había un lugar prominente para que la iglesia se reuniera a
buscar a Dios de todo corazón.

Con mucha perspicacia y vergüenza admitió la razón principal por la cual la mayoría de las
iglesias (incluyendo la suya) no tenían en el horario, ni anunciaban, un verdadero culto de
oración. ¿Por qué? Porque nunca se reuniría gente, y la asistencia sería muy poca.

¿Cómo explicarían todos esos pastores llenos de vergüenza, lo vacío de sus grandes
auditorios en días de oración mientras un mero puñado de gente hambrienta esperaba en
Dios – cuando la noche anterior cientos habían asistido a un concierto evangélico o
escucharon a un famoso predicador cristiano? Imagínese esto, si puede – ¡Dios no puede
«atraer» multitudes por Sí sólo! ¡Tienen que haber pláticas, diversión, o actividad humana de
alguna clase; de otra manera la congregación regularmente no se interesa!

Muchos otros hombres respetables que conozco, confirman la triste verdad

– las iglesias desean enseñanzas acerca de Dios, música acerca de Dios, doctrinas correctas
acerca de Dios – ¡pero el contacto espiritual prolongado y la comunión con el verdadero Dios
del universo, no son populares en la propia iglesia de Cristo! Hemos logrado cumplir la
misma Escritura de la cual muchos están negando que se puede aplicar a esta era de la
iglesia cuando estamos experimentando tanto «éxito,» una supuesta madurez, y grandes
números de gente:

«Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye Mi voz y abre la puerta, entraré,
y cenaré con él, y él conmigo» (Ap. 3:20).

¡Imagínese a Cristo Mismo fuera de la puerta del corazón de Su iglesia, preguntando que si
puede entrar para poder cenar con esos por los que murió! ¿Qué tanto significado tiene este
predicación, enseñanza y estudio bíblico si no da a las iglesias un deseo y apetito por el
Mismo Dios? ¿De que sirve tener al evangelista y al maestro que visiten la iglesia, si cuando
ellos se marchan, la iglesia está todavía en bancarrota en cuanto a la oración?

El ministerio en cualquier forma, que se convierte en el punto principal y no meramente una


guía de comunión actual con el Salvador que cambia la vida, no es nada más que una forma
sutil de idolatría espiritual.

Nos hemos dedicado por completo a palabras acerca de Dios, junto con una gran adulación
de hombres y mujeres que el Señor usa, pero Dios Mismo está siendo olvidado. El ministerio
de cualquier hombre, no importa que tan ungido esté por Dios, solamente puede crear
hambre y alborotar el corazón. Dios nunca ha renunciado Su lugar, y desea ser el gran
Compañero y Fortaleza de nuestras almas.

El ministerio que no nos guía directamente a Cristo en nuevas profundidades de oración y


revelaciones del Señor en el corazón, no es solamente una falla, sino también es
extremadamente peligroso. Multitudes viajan grandes distancias, o aún pagan dinero, para
oír «ministerios cristianos,» pero no cruzan las calles para esperar unas pocas horas en la
Presencia de Él que tiene la respuesta a todas nuestras necesidades.

Lo más pronto posible, debemos ser librados del engaño que alguien siempre tiene que estar
hablando, enseñando, «compartiendo» o cantando; que para tener a la gente interesada,
tenemos que tener cosas «moviéndose» a menos que haya una tregua cuando Dios pueda
atraernos fuera de nosotros mismo hasta una comunión espiritual. Jesucristo no es una
verdad, una fórmula doctrinal o un sermón para que nuestras mentes puedan analizarlo y
disfrutarlo. El Señor es la Persona Divina quien llama vez tras vez, y aun ruega para que los
hombres no sólo oigan acerca de Él, sino aún más importante, que vengan a Él.

La religión falsa de Sus días en la tierra, está reviviéndose otra vez hoy en día en el mismo
disfraz de ser «doctrina pura» – «Ustedes estudian con diligencia las Escrituras porque
piensan que en ellas hallan la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio en Mi favor!
Sin embargo, ustedes no quieren venir a Mí para tener esa vida» (Juan 5:39-40). ¡Hombres
estudian diligentemente Su Palabra, y sin embargo de alguna manera nunca llegan a
conocerlo personalmente en una unión espiritual vital!

Hagamos evaluación de las perspectivas reales para un renacimiento de los cultos de


oración. De acuerdo a Pablo, es posible llevar otra vez a la iglesia a las prioridades de Dios.
«Así que recomiendo, ante todo, que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y
acciones de gracias por todos» (1 Tim. 2:1).

¡Avivamiento real significa orar primero!

Ya sea en preparación para un poderoso movimiento del Espíritu Santo o como una señal de
un continuo avivamiento del Espíritu Santo – el culto de oración será de mayor importancia
en la vida de la iglesia. Hombres hambrientos y sinceros buscarán a Dios, derramando los
deseos de sus corazones a Dios en una oración colectiva. La adoración y la alabanza
ascenderán espontáneamente de los espíritus de hombres y mujeres quienes han visto a Él
quien es invisible.

«Si Mi pueblo, que lleva Mi nombre, se humilla y ora...» (2 Cr. 7:14), junto con muchas otras
Escrituras, demuestra lo que ya sabemos por instinto espiritual – que la oración por un
avivamiento ¡debe preceder el mismo avivamiento! Ese factor es elemental y así debe ser
por la misma naturaleza de Dios y Su Palabra. ¿Investirá Dios con poder a las iglesias que
están tan despreocupadas y carnales que ni siquiera se reúnen para orar? En efecto Él ha
prometido privar de lo mejor de Sus bendiciones y de Su gracia a la gente que le es
indiferente en su orgullo y autosuficiencia. «Pedid, buscad, y llamad» (Mt. 7:7), son los
únicos terrenos bíblicos en los cuales una iglesia puede permanecer si espera que Dios obre
esas maravillas las cuales traerán gloria a Su Nombre.

Durante el curso de un continuo y presente avivamiento, la vida de oración de la iglesia se


intensificará y será liberado por Dios dentro de áreas – aún más profundas – de intercesión
por hombres sin Cristo. Profundidades nuevas de la alabanza espiritual que el Padre busca,
serán encendidas por el fuego del Espíritu Santo. La Biblia claramente demuestra, y toda la
historia de la iglesia lo confirma, que una iglesia avivada y «ardiente» arderá intensamente
en oración y súplica.

¿Puede una iglesia sin oración clamar por un gran «renovamiento» o avivamiento por parte
del Espíritu Santo?

Cada cristiano sincero sabe que la marca de gracia del Espíritu de Dios en nosotros es ese
hermoso espíritu de oración que Él concede para que podamos tener impacto en situaciones
y en almas por medio de asirnos poderosamente de Dios en nuestra fe.

Dios visita a la iglesia que ora

¡La historia de la iglesia en el libro de los Hechos, demuestra que el secreto del poder
dinámico, el testimonio glorioso y la exacta dirección de eventos importantes de la iglesia,
todos vinieron de Dios como respuesta a un pueblo que oró y esperó en Su Presencia!

Sectas como los mormones y los testigos de Jehová pueden experimentar solamente
estudios intelectuales, pero la iglesia del Señor Cristo Jesús puede hacer contacto con la
gloria, y esperar que Dios intervenga en su favor.

¿Cuándo Dios le ha fallado a una iglesia que en verdad ora?

¿Entendemos completamente las implicaciones y el procesamiento que este mandamiento de


Dios hace?

¡La iglesia de Cristo no nació en un seminario de enseñanzas o en un evento evangelístico,


sino en un simple culto de oración! El poder divino que más tarde sacudió el reino de las
tinieblas, no fue concedido durante un estudio intelectual de doctrinas importantes, sino que
mientras hombres y mujeres hambrientos esperaron con corazones abiertos hasta que Dios
vino en todo su esplendor. La verdadera fe cristiana no es esencialmente o primariamente
una «enseñanza» religiosa, aunque no negamos que el estudio e instrucción son factores
importantes del que camina espiritualmente.

La lista de prioridades de Dios ha quedado sin cambio a pesar de lo último o del énfasis que
pueda haber en los círculos religiosos. Nosotros podemos inventar cualquier fórmula que
queramos para lo que llamamos «éxito,» pero el corazón de Dios llora y manda ecos a través
de todas; las épocas: «Quiero, pues, que en todas partes los hombres levanten las
manos al cielo con pureza de corazón, sin enojos ni contiendas» (1 Tim. 2:8).

Tiempo para Dios

Estoy preguntando – ¿Cuántas iglesias conoce usted donde se toma tiempo, mucho tiempo,
para esperar en Dios, derramando delante de Él los deseos más profundos y las peticiones
de su corazón? Considere, por ejemplo, su propia ciudad o pueblo. ¿Cuántas iglesias
evangélicas, fundamentalistas, carismáticas u otras iglesias tienen una noche dedicada
especialmente a la oración?

Todos nosotros decimos creer en la Biblia. Muchos argumentan con vehemencia que su
iglesia es la verdadera «iglesia del Nuevo Testamento» con nada más que una doctrina sana
y ortodoxa. Otros señalan a manifestaciones carismáticas, «profunda» enseñanza, o grandes
membresías como la señal de que todo marcha bien. Pero, ¿cómo puede una iglesia ser
verdaderamente una «iglesia del Nuevo Testamento,» o incluso cristiana verdadera, cuando
con intención ha omitido la primera de todas las prioridades de Dios?

Nosotros impartimos clases acerca de la oración; vendemos libros sobre la oración; y


ministros engrandecen el «poder de la oración.» Tenemos conferencias y congresos donde
discutimos la oración, un muy bien publicado «Día nacional de oración,» y aún manuales
sobre la oración con todas las Escrituras relevantes claramente explicadas. ¡Pero el factor
triste es que en «súper» iglesias e iglesias chicas igualmente, el culto de oración casi se ha
acabado! ¡Nos juntamos para muchas cosas menos orar!

La iglesia cristiana que nació con poder en un simple tiempo de esperar en Dios, ha olvidado
su verdadero origen y poder de vida. ¿Por qué no se dedican tardes completas para hablar
con Dios y esperar Él cumpla las muchas promesas que Él nos ha dado? ¿De qué sirve tener
doctrinas ortodoxas cuando Dios Mismo ha venido a ser tan impopular que nuestras iglesias
no toman tiempo para conversar con Él y recibir de Él?

¿Qué de la iglesia a la que usted asiste?

Una pregunta simple pero importante: ¿Tienen un culto regular de oración? ¿Hay en verdad
una noche importante cada semana cuando toda la iglesia se reúne para practicar el
mandamiento más elemental: «Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas,
oraciones . . .»?

El Señor no dijo, «Ante todo, enseñen,» o «Ante todo, estudien» – sino «Ante todo oren,»
para que todos nuestros estudios, enseñanzas y actividades sean bendecidos y ungidos por
la Gloria.

Si Dios es tan grande como decimos, ¿por qué no lo demostramos haciendo tiempo con Él
nuestra primera prioridad en la iglesia? Nosotros nos engañamos a nosotros mismos cuando
nuestros servicios tienen que parecerse a «una reunión hiperdinámica» con algo siempre en
movimiento para hacer de los cultos frívolos algo «interesante.» Para tener comunión con
Cristo, tiene que haber algo más que meras excursiones intelectuales dentro del significado
de palabras y frases.

Es absurdo tratar de persuadir por meras palabras que estamos experimentando un


avivamiento, o clamar algo grandemente espiritual cuando el latido del pulso del poder del
Espíritu Santo en nosotros no lo hay en nuestras iglesias. Es también pura fantasía cuando
clamamos que queremos que Dios haga nuevas y grandes cosas entre nosotros cuando ni
siquiera hablamos con Él. Si el Apóstol Pablo pastoreara una iglesia en nuestra ciudad o
pueblo, saben qué clase de cultos él sugeriría, «primero que todo.» ¿Por qué otros no
piensan o sienten igual hoy en día? ¿Es que nadie quiera a Dios por Sí Mismo?

Nuestras iglesias tienen noches para dar enseñanzas en cómo crecer en el Señor, conciertos
espirituales, y reuniones sociales de toda estas cosas tienen sus respectivo lugares – ¿pero
dónde están las prioridades «antes que todo» de Dios? Casi todas nuestras enseñanzas y
predicaciones terminan con mero conocimiento acerca de Dios, ¡pero muy pocos quieren
proseguir para conocer al Señor (Os. 6:3), en una comunión real y actual con Él que vive!
Los calendarios en las iglesias están llenos con todo, menos con un horario para dedicar un
tiempo a solas con Dios para aquietar sus espíritus en Su Presencia y esperar un fresco
ungimiento de poder y amor.

Vuelta a casa

No importa cuántas fantasías tengamos de las cuales necesitamos despertarnos,


seguramente vale la pena para que nuestras iglesias puedan convertirse en vibrantes «casas
de oración» en las cuales Dios será glorificado. El culto de oración es el barómetro de la
iglesia, e indica exactamente dónde están nuestras congregaciones con Dios. Debemos
encarar eso, aunque nos guíe a una profunda humildad y confesión de pecado y falla.

¿Qué clase o marca de cristiano estamos produciendo si hay muy poquito o nada de hambre
por Dios? Piense en el poder divino de Dios, disponible y aún prometido a nosotros si
oráramos juntos a Dios. Si solamente un pequeño porcentaje realmente quiere buscar a
Dios, entonces debemos admitir que algo malo sucedió en algún lugar.

No importa cuál sea la asistencia en los servicios dominicales, una iglesia fría y sin oración,
no puede ser lo que Cristo pensaba para Su Novia. Él nos ha llamado a Sí Mismo, y no
solamente a asistir a reuniones controladas por humanos los cuales raramente nos permiten
llegar al mero corazón del problema. La mayor parte de nuestras mentes están ya saturadas
con «enseñanzas verdaderas» acerca de Dios, ¡pero tan lejos que nuestros corazones se
quedan en semejanza a Cristo y en poder! La necesidad de la hora es para que la iglesia ore.

Nadie sabe orar. Todos tenemos luchas y titubeamos, ya que la oración es tanto la más alta
como la más difícil de todas las prácticas espirituales. Pero Dios nos va a ayudar si
solamente le damos una oportunidad. «Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a
ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con
gemidos que no pueden expresarse con palabras» (Rom. 8:26).

Esa clase de culto de oración puede ser arriesgada. Satanás será incitado a oponerse a
nosotros en muchas formas cuando nosotros el pueblo de Dios realmente oramos. Pero no
hay otro remedio. Tenemos que llegar al punto que hemos resuelto tener a Dios y la oración
sincera... ¿o de qué sirve el continuar?

«Acérquense a Dios, y Él se acercará a ustedes» (St. 4:8).

El Espíritu Santo puede y guiará toda la congregación en esferas de la oración intercesora,


junto con una adoración profunda del corazón hacia el «Alto y Sublime» (Is. 57:15).
El Espíritu Santo puede y hará más transformación de vidas en cinco minutos mientras que
Su pueblo rodea la gloria, que lo que hiciera 50 pequeños cultos programados de oración, los
cuales nunca se profundizan dentro del corazón humano. «Cuando lo oyeron, alzaron
unánimes la voz en oración a Dios...después de haber orado, tembló el lugar en que estaban
reunidos; todos fueron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban la palabra de Dios sin temor
alguno» (Hch. 4:24, 31).

No es demasiado tarde para cualquier iglesia. ¡Todavía podemos tener a Dios Mismo como
nuestra Porción! Él es el que corteja y nos lleva a Sí Mismo, y a experiencias en oración que
van más allá de todo lo que podamos imaginar. Mire si Dios no va a honrar a esos que
claman a Él. Regresemos «primero que todo» a nuestro lugar propio de privilegio y poder en
la Presencia del Señor.

Fuente: Heraldo de su venida

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