La Ley Federal para la Prevención e Identificación de Recursos de Procedencia
Ilícita, conocida comúnmente como ley antilavado, tiene como finalidad proteger el sistema financiero y a economía nacional. La autoridad competente para aplicar la ley antilavado es la SHCP, siendo el SAT la autoridad supervisora y de recepción de avisos de la división de Actividades Vulnerables, la expedición de esta ley se debe a la problemática derivada del narcotráfico y el crimen organizado, otorgando herramientas jurídicas preventivas para la comisión de delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita. El antecedente más antiguo se remonta a la edad media cuando la usura fue declarada delito, los mercaderes y prestamistas entonces burlaban las leyes simulando nuevos contratos, en el año 67 A.C. con el apogeo de la piratería, y el encubrimiento de estos por el gobierno británico, francés y neerlandés, que sus guaridas eran ocupadas para blanquear el dinero que obtenían de asaltos a puertos y barcos españoles. La expresión de lavado de dinero comenzó a utilizarse desde el siglo XX para denominar a todas aquellas operaciones que de alguna manera intentaban dar carácter legal a los fondos que son producto de operaciones ilícitas. En 1986 surgió en los Estados Unidos y se extendió rápidamente por todo el mundo, la tendencia de criminalizar el acto mismo de blanquear el dinero y establecer que ese nuevo delito, por ser complemento independiente del delito subyacente, constituye motivo suficiente para el decomiso de bienes. En nuestro país, en el año de 1990 es tipificado como delito fiscal según el artículo 115-bis del Código Fiscal de la Federación; y en 1995, se reforman varias leyes para facultar a la SHCP en la prevención y detección de éste delito; posteriormente en 1996, se promulga la ley contra la delincuencia Organizada. En 1997, se reforman varias leyes creando la “obligatoriedad” del reporte si el cliente realiza operaciones por arriba de un límite legal. La ley antilavado llegó para quedarse en la economía mexicana y casi se volvió obligatoria para nuestro país, impulsada por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), el cual es un organismo intergubernamental cuyos objetivos consisten en establecer normas y promover la aplicación efectiva de las medidas legales, reglamentarias y operativas para combatir el lavado de dinero, el financiamiento al terrorismo, la proliferación de armas de destrucción masiva y otras amenazas relacionadas con la integridad del sistema financiero internacional. LEY FEDERAL PARA LA PREVENCIÓN E IDENTIFICACIÓN DE OPERACIONES CON RECURSOS DE PROCEDENCIA ILÍCITA Capítulo I En el primer capítulo es donde hablamos de las generalidades de esta ley, como lo son el que será de interés general y de vigilancia en toda la nación, plantea de igual forma el objetivo de la ley, el cual fue mencionado en la introducción siendo este; el proteger el sistema financiero y la economía nacional, es en este capítulo donde se nos menciona también cuáles leyes poseen un carácter supletorio siendo estas El Código de Comercio, El Código Civil Federal, La Ley Federal de Procedimiento Administrativo, La Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, y La Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de Particulares. Capítulo II Es aquí donde se comienzan a otorgar las facultades a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para cumplir con la “Ley Antilavado”, destacándose la facultad de coordinación que posee con autoridades de seguridad pública tanto nacionales como extranjeras para vigilar todas aquellas actividades vulnerables. Es en este mismo capítulo donde se nos habla de la Unidad Especializada en Análisis Financiero de la Procuraduría la cual es “el cabecilla de las investigaciones” ya que es esta unidad quien puede solicitar a la secretaría toda la información que considere pertinente para el ejercicio de sus facultades, podrá solicitar también información, documentos y opiniones a las dependencias y entidades de administración pública en cualquiera de sus tres niveles, así como también podrá tener convenios con las entidades federativas para acceder a sus Registros Públicos de la Propiedad.