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Sanidad Interior – La Falta de Perdón

Hoy día, uno de los mayores problemas del cuerpo de Cristo, es la falta de
perdón. Esto trae, como consecuencia, que los creyentes heridos, a Su vez,
hieran a otros. La falta de perdón es una puerta abierta al enemigo para
destruir nuestra vida espiritual, emocional y física.

¿Qué es Perdonar?

Perdonar es liberar o dejar ir a una persona que nos ha ofendido. Es


soltar a la persona que nos causó daño, es cancelar una deuda pendiente que
alguien tiene con uno; es tomar la decisión de perdonar como un acto de
voluntad y no basado en emociones.

“Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo


corazón cada uno a su hermano sus ofensas”. Mateo 18.35

¿Qué No Es Perdonar?

Esforzarse por olvidar lo que pasó, negar la ofensa recibida, pretender que el
tiempo borre lo ocurrido, Ignorar lo que pasó y tratar de olvidar, o simplemente
disculpando al ofensor. No perdonar es decir: «te perdono», pero sin
haber perdonado de todo corazón.

El perdonar no es una alternativa, sino un mandato del Señor. «Porque si


perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro
Padre celestial» (Mateo 6.14).

La falta de perdón es una carnada del enemigo (Mateo 18.6-7).

Jesucristo habló de que era necesario que las ofensas vinieran. La palabra
ofensa es una palabra muy especial y proviene del griego “skándalon” que
significa trampa o carnada. Esta palabra fue utilizada en la antigüedad para
describir lo que era un vástago curvado, una vara flexible con una carnada que
se usaba para cazar animales.
En otras palabras, cada vez que alguien le ofende o le hiere, le está tendiendo
una trampa o una carnada del enemigo para que se amargue y pierda
su bendición. Nosotros los creyentes debemos aprender a cubrir las ofensas, y
esto se logra, por medio del amor. El amor cubre multitud de pecados.
Recuerde que, cuando se siente ofendido, no necesariamente el problema es la
otra persona, sino usted mismo.

¿Cuál es la raíz de la ofensa? La inseguridad y la inmadurez. Esto causa que los


individuos se ofendan fácilmente y todo lo tomen   de forma personal.

Las Consecuencias de No Perdonar

A. Es desobediencia a Dios.

El perdón es un acto de nuestra voluntad. Decidimos perdonar porque es un


mandato de Dios. Si no perdonamos, no seremos perdonados (Colosenses 2.13-
14).

B. El Enemigo Toma Ventaja en nuestra vida.

La falta de perdón es una puerta abierta al enemigo, que destruye nuestro


hogar, nuestras finanzas, nuestra salud y otros.

«…ni deis lugar al diablo» (Efesios 4.27).

«Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros


deudores» (Mateo 6.12)

Muchas personas no saben perdonar porque ellos mismos no han perdonado su


pasado. Por eso, es necesario entender que Dios perdona al que se arrepiente.

C. Nuestras oraciones son estorbadas.

La falta de perdón corta la comunión con Dios y su presencia no fluye en


nosotros.
«Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno para que
también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras
ofensas» (Marcos 11.25).

Jesús nos exhorta a dejar lo que hacemos para arreglar primero nuestras
cuentas pendientes con la persona que nos ofendió.

D. Dios no recibe nuestras ofrendas.

Toda ofrenda a Dios es un sacrificio vivo, y Dios no puede recibir un sacrificio


que viene de un corazón con falta de perdón. Esto viene a ser abominable
delante de sus ojos. Algunos creyentes se preguntan por qué no prosperan si
siempre diezman y ofrendan. Analice su vida y verifique si hay falta de
perdón en contra de alguien (Mateo 5.23).

E. Dios nos entregará a los verdugos (demonios).

La falta de perdón es uno de los mayores atrayentes para los demonios. Cada
vez que los demonios le recuerden lo que la persona ofensora le hizo, lo harán
para torturar su mente.

En el idioma griego, la palabra verdugos significa «atormentadores», que no son


otra cosa que los demonios. Si Dios le entrega a ellos, Él es el único que puede
librarle. No se deje torturar más, ahora que usted conoce el plan del enemigo,
sencillamente, no lo acepte, use su autoridad en Cristo Jesús.

F. La Fe es Anulada.

Es imposible creer a Dios cuando estamos heridos. De una sola fuente no puede
fluir fe y resentimiento al mismo tiempo. Por mucho que se esfuerce, crea la
Palabra o la confiese, su corazón no puede actuar en fe. La falta de perdón
bloquea su corazón y no le deja creer.

 
G. El Amor Será Anulado.

La falta de perdón corta el fluir del amor de Dios en nosotros; no se puede amar
y odiar al mismo tiempo. Por eso, en una relación, si no se sanan las heridas,
no fluirá el amor de Dios en su plenitud. Algunas veces, usted escucha decir a
ciertos cónyuges: “ya no le amo más”, y no es que no le ama, sino que le ha
herido tanto que esa falta de perdón cubre el amor que le pueda tener. La per-
sona que no perdona siempre será un perdedor, y las mayores heridas no
se las causará a otras personas sino a sí mismo.

H. Dios no Nos Perdona.

Si no perdonamos a aquellos que nos ofenden, tampoco Dios nos perdonará. El


Señor nos lleva contra la pared a tal grado que si no perdonamos, Él tampoco
nos perdona. Dios nos puede pasar algunas faltas, especialmente cuando
somos inmaduros, pero Él nunca nos deja pasar la falta de perdón (Mt.6:14-
15).

La falta de perdón nos lleva al resentimiento. Éste, a su vez, nos lleva a


las raíces de amargura y al odio, produciendo una cauterización de la
conciencia.

¿Cómo Perdonar y Olvidar?

Dios perdona y olvida. Dios tiene la capacidad de poder borrar de su memoria


las cosas del pasado, pero nosotros los humanos no tenemos esa capacidad;
por esa razón, Dios tiene que lidiar con nuestro corazón. Sí, podemos recordar
lo que nos han hecho, pero si hemos perdonado de verdad, ya no nos causará
dolor. Olvidar para nosotros significa no dar importancia a lo sucedido.

Pasos Para Perdonar.

1. Tome una Decisión de Perdonar con Todo su Corazón.


Recuerde que si usted espera sentir algo para perdonar, nunca lo va sentir. El
perdón no se basa en sentimientos, sino en un compromiso de obedecer a Dios
y a su Palabra (Mateo 18.35).

2. Haga una Lista de Personas que lo han Herido Durante Toda su Vida.

3. Arrepiéntase por Guardar esta Falta de Perdón en su Corazón.

La palabra de Dios nos ordena desechar todo resentimiento, amargura, odio y


reconocer la falta de perdón hacia otros.

4. Exprese su Perdón en Forma Verbal.

«Confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos por otros, para que seáis
sanados. La oración eficaz del justo puede mucho» (Santiago 5.16).

5. Renuncie a Todo Espíritu de Resentimiento, Amargura, Odio y Falta


de Perdón.

Confiese su perdón a cada una de las personas, especificando las razones por
las cuales tiene que perdonarlos.

Usted puede y debe perdonar. Hágalo repitiendo en voz alta y con todo su


corazón:

«Señor: Yo perdono a (nombre de la persona). Le perdono por: (nombre aquí


detalladamente todas las heridas y el dolor que le causaron y cómo le hicieron
sentirse)».

Después de haber perdonado a cada persona, por cada recuerdo doloroso, por
cada herida recibida, entonces termine con esto:

«Señor: Yo te entrego a todas estas personas y mi derecho a buscar venganza


contra ellos. Opto por no aferrarme a mi amargura ni a mi enojo. Te pido,
Espíritu Santo, que sanes mis emociones dañadas. Te lo pido en el nombre de
Jesús. ¡Amén!»

Algunas Preguntas Acerca del Perdón.

1. ¿Cómo saber si hemos perdonado?

Cuando al recordar lo que nos hicieron, ya no nos duele


más. Recordamos, pero ya no hay dolor en nosotros.

2. ¿Qué hay que hacer con aquellos que no aceptan nuestro perdón?

Una vez que le hayamos pedido perdón, de ahí en adelante, si la persona no


quiere perdonar, ya es problema entre ella y Dios. Lo único que se puede hacer
es orar.

3. ¿Qué hacer con aquellos que nos ofenden constantemente?

Perdonarlos todas las veces que sea necesario. Jesús dijo: «70 veces
siete». Pero no permitirles más el abuso, la violencia o las humillaciones.

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