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Pólvora

sustancia deflagrante

Formas diferentes de los granos de pólvora, cada una


con su función.
La pólvora es una mezcla deflagrante
utilizada principalmente como propulsor
de proyectiles en las armas de fuego y,
con fines acústicos en los juegos
pirotécnicos. La palabra pólvora se refiere
concretamente a la denominada pólvora
negra. Está compuesta de determinadas
proporciones de carbón, azufre y nitrato de
potasio, pero con la aparición de los
propelentes nitrocelulósicos modernos,
dicha denominación se extendió a estos, a
pesar de ser productos químicamente
distintos.

La pólvora más popular tiene 75% de


nitrato de potasio, 15% de carbono y 10%
de azufre (porcentajes en masa).
Actualmente se utiliza en pirotecnia y
como propelente de proyectiles en armas
antiguas. Las modernas pólvoras sin
humo están basadas en materiales
energéticos, principalmente nitrocelulosa
(monobásicas) y nitrocelulosa más
nitroglicerina (bibásicas). Las ventajas de
las pólvoras modernas son su bajo nivel
de humo, bajo nivel de depósito de
productos de combustión en el arma y su
homogeneidad, lo que garantiza un
resultado consistente, con lo que aumenta
la precisión de los disparos.

Historia
El consenso entre las diferentes corrientes
de estudio es que la pólvora se inventó en
China, se distribuyó en el Medio Oriente y
este lo introdujo en Europa;[1] sin embargo
no hay consenso en cómo esta invención
militar china influyó en los avances
tecnológicos acerca de la pólvora en el
Medio Oriente y Europa.[2][3] La
distribución de la pólvora a lo largo de
Asia desde China se atribuye en gran parte
a los mongoles. Uno de los primeros
ejemplos de europeos enfrentándose
contra ejércitos con armas de fuego fue la
batalla de Mohi, en 1241. En esta batalla
los mongoles usaron pólvora tanto en
armas de fuego como también en
granadas.

China

La pólvora fue inventada en China cuando


los taoístas intentaban crear una poción
para la inmortalidad. Las fuerzas militares
chinas usaban armas basadas en pólvora
(cohetes, mosquetes, cañones) y
explosivos (granadas y diferentes tipos de
bombas) contra los mongoles cuando
estos intentaban entrar en sus tierras en la
frontera norte. Después de que los
mongoles conquistaran China y fundaran
la dinastía Yuan usaron la tecnología
militar china para su intento de invasión de
Japón, donde también utilizaron la pólvora
para propulsar sus cohetes.
Primeros cohetes chinos.

Armas de fuego con llave de mecha


originarias de Europa usadas durante la
Dinastía Ming.
Una bomba mongola arrojada contra un
Samurái en carga durante las Invasiones
mongolas a Japón después de fundar la
Dinastía Yuan, 1281.
Cañón de mano de bronce de la Dinastía
Yuan 1332; describe una mezcla de seis
partes de azufre y seis partes de salitre y
una parte de Aristolochia (de donde se
obtenía el carbón).[4]

Origen medicinal

El salitre era conocido para los chinos


desde antes del siglo I a. C. y hay
evidencia clara del uso del salitre y sulfuro
en muchas combinaciones médicas.[5] Un
texto alquimista chino, fechado en el
492 d. C., menciona salitre quemándose
con una llama púrpura, mostrándolo como
una forma práctica y fiable de distinguirlo
de otras sales inorgánicas, permitiendo de
esta manera a los alquimistas evaluar y
comparar técnicas de purificación. Los
registros más antiguos de purificación de
salitre se fechan antes del 1200 d. C.[6]

La primera referencia a las propiedades


incendiarias de dichas mezclas es el
pasaje de Zhenyuan miaodao yaolüe, un
texto taoísta datado a mediados del siglo
IX d. C.[6]
Algunos han calentado juntos
sulfuro, rejalgar, y salitre con miel;
se obtienen humo y llamas,
quemando sus manos y sus caras, e
incluso la casa entera en donde
estaban trabajando se quemó.[7]

La palabra china para "pólvora" es en


chino, 火药/火藥; pinyin, huŏ yào /xuou
yɑʊ/, la cual significa literalmente
"medicina de fuego".[8] Sin embargo, este
nombre solo se empezó a usar algunos
siglos después del descubrimiento de la
mezcla.[9] Durante el siglo IX d. C. monjes
taoístas o alquimistas chinos buscando el
elixir de la inmortalidad encontraron
accidentalmente la pólvora.[1][10]

Uso bélico

Los chinos tardaron poco tiempo en


utilizar la pólvora para usos bélicos y en
los siguientes siglos produjeron una gran
variedad de armas de fuego, incluyendo
lanzallamas, cohetes, bombas y minas
terrestres antes de inventar el arma de
fuego moderna, la cual utiliza un proyectil
metálico.[11] Evidencia arqueológica de un
cañón de mano datado a finales del siglo
XIII fue encontrada en Manchuria[12] y
bombas explosivas han sido descubiertas
en un naufragio en las costas de Japón,
datadas en el 1281, durante las invasiones
mongolas de Japón[13]

La obra china "Wu Ching Tsung Yao"


(Fundamentos Esenciales de la Milicia
Clásica), escrita por Tseng Kung-Liang
entre 1040-1044 d. C., provee referencias
enciclopédicas de una variedad de
mezclas que incluía petroquímicos —así
como miel y ajo. Una mecha de acción
lenta para mecanismos lanzallamas
usando el principio de sifón para cohetes y
fuegos artificiales aparece también
mencionada. Sin embargo, las recetas
para las mezclas de este libro no
contienen suficiente salitre para crear un
explosivo, siendo limitadas a un máximo
de 50 % de salitre solamente producen un
efecto incendiario.[14] Esta obra fue escrita
por un burócrata de la corte de la dinastía
Song, y se cree que hay poca evidencia del
impacto inmediato de esta obra en los
conflictos armados. No hay mención del
uso de pólvora en las crónicas de las
guerras contras los tanguts en el siglo
XI d. C., además de que China en esta
época se encontraba en una situación de
paz. La primera crónica del uso de "lanzas
de fuego" es en el sitio de De'an en
1132.[15]
Fórmula para pólvora en 1044 Wujing
zongyao parte I vol 12.

Instrucciones para una bomba de fuego en


Wujing zongyao.
Bomba de fuego.

Granada de fuego.
Proto-cañón del texto de la dinastía ming
Huolongjing.
Mina terrestre del texto de la dinastía ming
Huolongjing.
Lanza-cohetes "Flecha de fuego" del Wujing
zongyao.

Medio Oriente

El Cañón de los Dardanelos, un gran cañón de bronce


usado por el Imperio Otomano en la Caída de
Constantinopla en 1453.
Una imagen del siglo XV de un cañón granadí del libro
Al-izz wal rifa'a.

Los musulmanes adquirieron el


conocimiento de la pólvora entre 1240-
1280, cuando el sirio Hasan al-Rammah
había escrito en arábico, recetas para la
pólvora, instrucciones para la purificación
de salitre y descripciones de armas
incendiarias. La pólvora llegó al Medio
oriente posiblemente a través de la India y
esta de China. Esto se deduce de la forma
de llamar a la pólvora que al-Rammah
usaba, donde a el salitre lo llamaba "nieve
china" (en árabe, ‫ ﺛﻠﺞ اﻟﺼﻴﻦ‬thalj al-ṣīn), a los
fuegos artificiales como "flores chinas" y a
los cohetes como "flechas chinas".[16] Los
persas llamaban al salitre "sal
china"[17][18][19][20][21] o "sal de los pantanos
de sal chinos" (en persa: ‫ﻧﻤﮏ ﺷﻮره ﭼﻴﻨﻲ‬ 
namak shūra chīnī).[22][23]

Al-Hassan afirmó en la batalla de Ain Jalut


en 1260, que los Mamelucos usaron en "el
primer cañón de la historia" contra los
mongoles una mezcla de pólvora con una
composición casi idéntica a la pólvora
explosiva.[24] La evidencia documental
sobreviviente más antigua que se conoce
acerca del uso del cañón de mano,
considerada el tipo más antiguo de arma
de fuego, proviene de varios manuscritos
árabes que provienen del siglo XIV.[25] Al-
Hassan argumenta que estos están
basados en originales más antiguos y que
ellos reportan que los mamluks usaron
cañones de mano en la batalla de Ain
Jalut en 1260.[24]Hasan al-Rammah incluía
107 recetas para pólvora en su obra al-
Furusiyyah wa al-Manasib al-Harbiyya (El
libro de la caballería militar y dispositivos
ingeniosos de guerra) y 22 recetas para
cohetes, donde estas recetas tenían una
composición casi idéntica a la
composición moderna de la pólvora.[24]

Europa

La pólvora fue inventada en China para


hacer fuegos artificiales y armas,
aproximadamente en el siglo IX de nuestra
era, aunque no concibieron las armas de
fuego como nosotros las conocemos. Los
bizantinos y los árabes la introdujeron en
Europa alrededor del 1200. Es probable
que la pólvora se introdujera en Europa
procedente del Oriente Próximo. La
primera referencia a su fabricación en
Europa se encuentra en un documento de
Roger Bacon, la Epistola de secretis
operibus Artis et Naturae, et de nullitate
Magiae (ca. 1250). En este texto leemos:

Fórmula china de la pólvora, circa 1044.

Accipiatur igitur de ossibus Adae,


et de calce sub eodem pondere; et
sint sex ad lapidem Tagi, et quinque
ad lapidem unionis; et terantur
simul cum aqua vitae, cujus
proprium est dissolvere omnes res
alias, ita quod in ea dissolvantur et
assentur. Et iteretur multotiens
contrition et assatio, donecin
cerentur; hoc est ut uniantur
partes, sicut in cera. Et signum
incerationis est, quod medicina
liquescit super ferrum valde
ignitum; deinde ponatur in eadem
aqua in loco cálido et humido, aut
supendatur in vapore aquarum
valde calidarum; deinde
dissolvantur, et congelentur ad
solem. Dein accipies sal petrae, et
argentums vivum convertes in
plumbum, et iterum plumbum eo
lavabis et mundificabis, ut sit
próxima argento, et tunc operare
ut prius. Item pondus totum sit 30.
Sed tamen sal petrae LURU VOPO
VIR CAN VTRIET sulphuris; et sic
facies tonitruum et coruscationem,
si sias artificium - Cap. XI

Cañón francés del siglo XVIII.

Berthold Schwarz, un monje alemán, a


comienzos del siglo XIV, puede haber sido
el primero en emplear pólvora para
impulsar un proyectil, aunque parece ser
que por esa misma época los árabes ya la
habían usado con ese mismo fin en la
Península ibérica, según se desprende de
las crónicas del rey Alfonso XI de Castilla.
El siguiente párrafo, transcrito y adaptado
al castellano moderno, corresponde a la
crónica del rey Alfonso XI sobre el sitio de
Algeciras (1343), y es la primera referencia
escrita del empleo de la pólvora con fines
militares, si bien hay quien sostiene que
esa misma sustancia ya había sido
utilizada, también por los árabes, en la
defensa de la ciudad de Niebla (Huelva)
cuando fue sitiada por Alfonso X el Sabio,
casi un siglo antes.[26]

..tiraban [los árabes] muchas pellas


[bolas] de hierro que las lanzaban
con truenos, de los que los
cristianos sentían un gran espanto,
ya que cualquier miembro del
hombre que fuese alcanzado, era
cercenado como si lo cortasen con
un cuchillo; y como quisiera que el
hombre cayera herido moría
después, pues no había cirugía
alguna que lo pudiera curar, por un
lado porque venían [las pellas]
ardiendo como fuego, y por otro,
porque los polvos con que las
lanzaban eran de tal naturaleza
que cualquier llaga que hicieran
suponía la muerte del hombre. ..et
dieronle con una pella del trueno
en el brazo, et cortarongelo, et
murió luego otro día: et eso mismo
acesció a los que del trueno eran
feridos. Et aun la estoria va
contando de los fechos de la hueste.

Sean cuales fueren los datos precisos y


las identidades de sus descubridores y
primeros usuarios, lo cierto es que la
pólvora se fabricaba en Inglaterra en 1334
y que en 1340, en territorios hoy
pertenecientes a Alemania se contaba con
instalaciones para producirla. El primer
intento de emplear la pólvora para minar
los muros de las fortificaciones se lleva a
cabo durante el sitio de Pisa (Italia) en
1403. En la segunda mitad del siglo XVI, la
fabricación de pólvora era un monopolio
del Estado en la mayoría de los países.
Fue el único explosivo conocido hasta el
descubrimiento del denominado oro
fulminante, un poderoso explosivo
utilizado por primera vez en 1628 durante
las contiendas bélicas que se
desarrollaron en el continente europeo.

India
El emperador mogol Shah Jahan usando un mosquete
de cerrojo.

La pólvora y las armas de fuego fueron


traídas a la India a través de las invasiones
mongolas a la India.[27] El almirante
Otomano Seydi Ali Reis introdujo las
primeras versiones de armas de fuego con
llave de mecha, la cual los otomanos
utilizaron contra los portugueses en el
Sitio de Diu (1531). Después de eso se
presentaron muchas variedades de armas
de fuego en Tanjore, Dacca, Bijaour y
Murshidabad.[28]

Batallón británico derrotado durante la batalla de


Guntur.

El Imperio Mogol produjo masivamente


armas de fuego de llave de mecha para su
ejército. El Imperio Mogol fue el primero
en desarrollar cohetes de bambú,
principalmente para señalizaciones y para
el uso de los zapadores. El emperador
mogol se enfrentó a los británicos y otros
europeos en la provincia de Gujarat, de
donde los europeos extraían salitre para la
fabricación de su pólvora durante el siglo
XVII.[29]

En el año 1780 los británicos empezaron a


anexarse los territorios del sultanado de
Mysore, durante la Segunda guerra anglo-
mysore. El batallón británico fue derrotado
durante la batalla de Guntur, por las
fuerzas de Hyder Ali, quien usó de manera
efectiva los cohetes Mysore y artillería de
cohetes contra las tropas británicas cuyas
filas estaban muy apretadas. Esta
tecnología fue copiada y utilizada en las
guerras napoleónicas en Europa.[30]

Indonesia

Evidencia documental y arqueológica


indica que comerciantes árabes o indios
introdujeron la pólvora, mosquetes y
cañones en Indonesia alrededor del siglo
XIV.[31] Los invasores portugueses y
españoles se enfrentaban con estas
armas de fuego y generalmente eran
superados.[32] El imperio Singhasari tenía
armas de fuego y cañones.[33] Los
pobladores de Java tenían cañones de
bronce, usados ampliamente por la
armada de los Majapahit así como por
piratas.

América

La pólvora fue introducida en América por


los conquistadores españoles y
portugueses los cuales la utilizaron en
contra de los aztecas, mayas, incas, etc.
En varias regiones de México se podían
encontrar fácilmente yacimientos de
salitre y azufre, por lo que las fuerzas de
los conquistadores pudieron reponer la
pólvora que utilizaban sus armas de
fuego.
Y para la munición no menos
proveyó Dios, que hallamos tanto
salitre y tan bueno que podríamos
proveer para otras necesidades,
teniendo aparejo de calderas en
que cocerlo, aunque se gasta acá
harto en las muchas entradas que
se hacen. Y para el azufre ya a
Vuestra Sacra Majestad he fecho
mención de una sierra que está en
esta proviencia que sale mucho
humo, y de allí, entrando un
español setenta u ochenta brazas
atado a la boca abajo se ha sacado,
con que hasta agora nos habemos
sostenido.
Hernán Cortés, Cartas de
Relación[34]

Popularmente se cree que las armas de


fuego fueron un factor determinante en la
derrota de las civilizaciones locales, sin
embargo la evidencia arqueológica y
documental muestra que las armas de
fuego que portaban los europeos no eran
aún tan efectivas y tenían poca ventaja
táctica, tampoco causaban pánico en los
habitantes locales como popularmente se
cree, ya que las fuerzas locales se
acostumbraron rápidamente a su uso.
Inclusive aprendieron cómo funcionaban
los mosquetes y cañones, evitando ser
alcanzados por ellos.
Los españoles que iban en los
bergantines tornábanlos, la
artillería hacia donde estaban más
espesas las canoas...Visto esto, los
mexicanos comenzaron a
apartarse y guardarse del
artillería, yendo culebreando con
las canoas; y también cuando vian
algún tiro que soltaban,
agazapábanse en las canoas.

Bernardino de Sahagún Historia


General de las cosas de Nueva
España Capítulo XXX: De cómo los
bergantines que hicieron los
españoles en Tetzcuco vinieron
sobre México.[35]
Pero los mexicanos cuando vieron,
cuando se dieron cuenta de que los
tiros de cañón o de arcabuz iban
derecho, ya no caminaban en línea
recta, sino que iban de un rumbo a
otro haciendo zigzag; se hacían a
un lado y a otro, huían del frente. Y
cuando veían que iba a dispararse
un cañón, se echaban por tierra, se
tendían, se apretaban a la tierra.

Miguel León Portilla, La visión de


los vencidos Capítulo 11: La
reacción defensiva de los
mexicas[36]
La lucha de Custer (La batalla de Little Big Horn), de
Charles Marion Russell.

Las armas de fuego basadas en pólvora


se empezaron a usar ya sea por los
locales o las expediciones europeas,
enfrentándose desde el siglo XV hasta
principios del siglo XX, ya que la pólvora y
las armas de fuego fueron
comercializadas a los nativos
americanos,[37] principalmente por los
franceses y portugueses, intentando
debilitar la influencia de sus rivales
europeos (ingleses y españoles). A finales
del siglo XIX en enfrentamientos entre
fuerzas nativas americanas contra fuerzas
de los EE. UU. las armas de fuego no
traían un gran beneficio estratégico,
permitiendo a los locales ganar batallas
como la de Little Big Horn, donde los
lakotas, los cheyennes y los arapahoes
derrotaron al 7.º Regimiento de Caballería.
Su derrota se atribuye en parte a la
negativa de usar ametralladoras
Gatling.[38]

Las armas de fuego basadas en pólvora


empezaron a tener una ventaja militar
considerable hasta la introducción de las
armas de fuego de repetición,
desarrolladas a finales del siglo XIX, las
cuales fueron un factor determinante en la
culminación de las largas guerras contra
los nativos americanos. Esta arma se
utilizó contras estas poblaciones
principalmente en EE. UU., México[39] y
Argentina entre otros.

Cada país desarrollo su propia pólvora


variando las proporciones de la mezcla, la
siguiente tabla indica algunas las
proporciones adoptadas por diferentes
naciones. Tabla 1
Tabla de proporciones de componentes de la pólvora de cada nacionalidad que la producía

Naciones Salitre (KNO3) Azufre (S) Carbón (C)

España 75% 12.5% 12.5%

Francia 75% 10% 15%

Prusia 71% 11% 16%

Sajonia 71% 10% 16%

Inglaterra 75% 10% 15%

Rusia 75% 10% 15%

Suecia 75% 10% 15%

Austria 75.5% 10% 11.5%

Bélgica 75% 12.5% 12.5%

Holanda 70% 11% 16%

Suiza 76% 10% 11%

Portugal 75.7% 10.7% 13.6%

Italia 75% 10% 15%

Turquía 75% 10% 15%

Estados Unidos 76% 10% 14%

Persia 75% 12.5% 12.5%

China 61.5% 15.5% 23%

Tabla 1 Tabla de proporciones de


componentes de la pólvora por
nacionalidad que la producía.[40]

Datos científicos
Ingredientes principales de la pólvora

Azufre

Salitre
Carbón vegetal

Químicamente, el carbón y el azufre arden


gracias al nitrato potásico, que es el
comburente, pues suministra el oxígeno
para la combustión. Se puede emplear
nitrato de sodio, pero es higroscópico
(condensa sobre sí la humedad del
ambiente). También hay otra pólvora
comúnmente usada en el pasado, que en
vez de nitrato potásico, lleva clorato de
potasio (KClO3), cuyo uso era común en
pirotecnia, pero su uso fue abandonado
gradualmente por su alta sensibilidad a
temperatura, fricción y golpes en favor del
más estable oxidante perclorato de
potasio .

El clorato de potasio no es higroscópico y


funciona mejor que el nitrato de potasio,
pero la combustión junto al carbón y al
azufre se hace mucho más rápidamente,
siendo casi explosiva; por ello se usa en
pirotecnia. Las cantidades de cada
componente son: 50% KClO3, 35% carbón
y 15% azufre. El azufre ayuda en la
combustión, porque cuando se quema, se
produce dióxido y trióxido de azufre, SO2 y
SO3, y al juntarse con moléculas de agua
procedentes, no de la combustión, sino de
la humedad, se producen ácido sulfúrico
(H2SO4) y sulfuroso (H2SO3), que
reaccionan violentamente con el clorato
de potasio, haciendo que se descomponga
muy rápidamente.

Aunque aún se pueda encontrar este tipo


de pólvora para los fines descritos
anteriormente, ésta fue desplazada por la
pólvora nitrocelulósica o sin humo en la
última década del siglo XIX,
substituyéndola totalmente por las
notables ventajas que tenía sobre la otra.

Deflagración de la pólvora

Deflagración de pólvora dentro de la vaina al disparar


un arma de fuego
Aún cuando este fenómeno parece
efectuarse instantáneamente, es un hecho
comprobado que se verifica de una
manera progresiva y empleándose un
tiempo más o menos largo, el necesario,
no tan solo para que la inflamación se
propague a toda la masa de pólvora que
constituye una carga, sino también para la
combustión total de cada grano. Para
calcular la cantidad de pólvora quemada
en un tiempo dado, deduciendo de ella la
de los gases producidos se hace preciso
tener en cuenta la mayor o menor rapidez,
o sea la velocidad de cada uno de los dos
fenómenos que constituyen el de la
deflagración, que son: la inflamación y la
combustión, entendiéndose por
inflamación la propagación del calor a
toda la carga, por efecto de la fuerza
expansiva de los gases a la alta
temperatura con que se producen desde el
primer instante, y por combustión las
combinaciones que tienen lugar entre los
elementos de cada grano o de todos los
que forman la carga.[40]

La inflamación puede producirse por el


choque de hierro sobre hierro, hierro sobre
latón y latón sobre latón, es menos fácil
chocando hierro sobre cobre y cobre sobre
cobre; se produce además, por el de
bronce sobre cobre, hierro sobre mármol,
cuarzo sobre cuarzo, plomo sobre plomo,
plomo sobre madera, muy raramente por
el de cobre sobre madera y nunca por el
de madera sobre madera, observándose
que la interposición de una hoja de papel
entre los cuerpos que chocan, hace que la
inflamación se favorezca. Se produce
también la inflamación de la pólvora por la
elevación de temperatura. Según las
experiencias de Piobert comprobadas por
Horsley es preciso para esto, que la
temperatura llegue a ser de 300° a 315° y
según Leygue y Champion basta sea 283°
para la pólvora de caza y 293º para la de
guerra. Cuando la temperatura se eleva de
una manera gradual, se funde el azufre
antes de llegar a los 300° unen los granos
formando una pasta: si continúa
elevándose la temperatura, puede
vaporizarse el azufre y arrastrar en parte al
carbón, llegando a descomponerse la
pólvora sin deflagrar, siempre que no se
llegue a la temperatura de ebullición del
primero. Para la determinación de la
temperatura de inflamación de la pólvora,
emplearon Leygue y Champion una barra
de cobre que calentaban por sus
extremidades, aislando el foco de calor
por medio de una pantalla para impedir la
radiación: observaban la temperatura en
diferentes puntos de la barra que distaban
entre sí una magnitud fija, para lo que se
valían de termómetros colocados en unas
cavidades abiertas en ella y llenas de
aceite. Cuando permanecía constante la
temperatura marcada en los termómetros,
colocaban en la extremidad más fría de la
barra la pólvora sometida a la experiencia,
aproximándola al otro extremo hasta tanto
que se verificaba la inflamación o
descomposición.[40]

Las cifras expresadas no deben ser


tomadas como precisas, sin embargo si
considerarlas, como indicando
invariablemente la temperatura de
inflamación de la pólvora; sirven tan solo
para marcar un punto alrededor del cual
oscilan las diversas clases de pólvora. La
divergencia que se nota en ellas debe
principalmente atribuirse, al estado de
trituración de los ingredientes, siendo
tanto mayor la temperatura necesaria para
la inflamación cuanto más perfecta sea
aquella.[40]

El contacto de cuerpos inflamados es


también causa de que la pólvora deflagre,
siendo en este caso necesario que la
temperatura sea muy elevada, habiéndose
observado que una llama puede estar
algunos segundos tocando a la pólvora sin
que tal fenómeno se produzca.[41]
El mejor medio y más seguro para producir
la inflamación de la pólvora es por el
contacto de cuerpos en ignición.[41]

Diversas son las causas que pueden


favorecer o retardar la inflamación.
Estando húmeda la pólvora, se retarda, lo
que es debido a la pérdida de calórico para
evaporar el agua, pudiendo suceder que si
la humedad es grande, no deflagre y solo
se produzca una combustión lenta: las
pólvoras angulosas son más fácilmente
inflamables que las redondas y más
también las no pavonadas que las que lo
están.[41]
Un ejemplo más claro de la deflagración
de la pólvora es en el disparo de una bala
mediante un arma de fuego.

Métodos de identificación de
pólvora en las manos del
tirador

Residuos de pólvora en manos

Existen varios métodos para la


determinación de restos de pólvora en las
manos del tirador, que lo que hacen es
utilizar reactivos más eficaces que la
difenilamina, pero que no pueden
solucionar los problemas de los falsos
negativos, ya que siempre dependen que
el disparo deje o no restos de pólvora en
las manos del tirador. Lo que si se hace es
utilizar otros componentes de las pólvoras
para obtener el positivo, que no sean esos
elementos, tan generalizados, en el medio
ambiente, lo cual puede determinar con
absoluta certeza que efectivamente se
haya producido el disparo, ya que ello
constituiría un falso positivo. No se
conoce aún el método que puede
determinar la existencia de la pólvora en
general y no de algunos de sus
componentes, como sucede en cualquier
método químico o físico.[42]

El método de Maloney se utiliza para la


determinación de componentes de la
pólvora la brusina, o sea la
dimetoxiestricnina, en medio sulfúrico, que
es más eficaz que la difenilamina.[42]

Igualmente se emplean métodos que


sirven al mismo tiempo para determinar la
existencia de restos de pólvoras en otros
elementos, como ropa, piel en orificios de
entradas (tatuajes y/o ahumamientos), u
otros elementos en donde exista un
impacto de proyectil de arma de fuego a
cortas distancias.[42]

El realizado con microscopio de barrido


electrónico es un método muy moderno,
que analiza los elementos químicos que
contiene el soporte que se requiere
analizar, dando cantidad y calidad al
mismo tiempo, es decir cuales elementos
químicos contiene y cuantos. Es un
método aconsejable, con el que se pueden
analizar los residuos extraídos con los
elementos señalados, o el taco de piel en
la zona que se quiere analizar. Debemos
aclarar que si bien es mucho más exacto
que los métodos anteriores, también
analiza algunos componentes de las
pólvoras, pero no la pólvora en su
conjunto. Lo interesante del tema, es que
si conocemos cuales son los
componentes de la pólvora que se desean
analizar, se puede saber con más
exactitud si es pólvora y de que marca.[42]

El simple contacto con un arma de fuego


deja residuos en sus manos, que pueden
ser detectados con los métodos de
análisis de laboratorio. Los resultados
positivos, no indican incondicionalmente
que una persona haya disparado un arma
de fuego.[42]
Los controles de contaminación de
residuos metálicos de los materiales
usados en los laboratorios fueron
procesados por varias pruebas, y
comprobando que existe la posibilidad de
que en ciertos materiales, como el agua,
ácido nítrico, recipiente de plástico,
vidrios, etc., puedan contribuir para dar
falso positivo, así mismo se debe
mantener un constante control de fuentes
que promueven una contaminación que no
sea de laboratorios solamente).[42]

La identificación de rastros de pólvora


puede llevarse a cabo mediante tres tipos
de investigaciones:
Química, Electrónica y Microscópica

Determinación química. Reacción de la


brucina: se prepara la solución en el
momento de su empleo: 1 cm de ácido
sulfúrico puro (H2SO4) y unas gotas de
solución de brucina (C23H26N2O4) al 1
por ciento, frente al material
sospechado, dará coloración roja o
anaranjada en caso positivo.
Reacción de Wallenstein y Kober (1911)
emplea el reactivo de Guthman, que es
una solución de sulfato de difelinamina
(C12H11N) al uno o do por ciento, con
ácido sulfúrico concentrado, que en
caso positivo determina una coloración
azul obscuro, que determina la
presencia de nitritos o nitratos.
Reacción del corbozol o difenilamina
(C12H11N): en un frasco colocan 1 o 2
gramos de defenilamina y 50cm de
agua destilada. Se agita bien y luego se
agregan lentamente 50cm de ácido
sulfúrico concentrado. Si en un tubo de
ensayo se introducen algunas gotas de
este reactivo y una gota de este reactivo
y una gota de la solución a examinar, y
luego un centímetro cúbico de ácido
sulfúrico concentrado se obtendrá una
coloración verde, si existen nitritos y
nitratos.
Reacción de Kunkel-Wetzel. Es un
método que se puede aplicar cuando
existe sangre en lugar donde e desea si
existen restos de deflagración de
pólvora, ya sea en las manos o
directamente en el orificio de entrada de
un proyectil de arma de fuego, en el
cuerpo de la víctima: se emplea una
solución acuosa de tanino al tres por
ciento filtrada. Si la sangre no se halla
contaminada se produce una coloración
marrón obscuro, en cambio, si existen
rastros de carboxihemoglobina,
producto de la deflagración de la
pólvora, se nota un color rojo vivo.
Reacción de Friess. Destinada a poner
un manifiesto de lo nitritos: se disuelven
0,50 centigramos de ácido sulfanílico
(C6H7NO3S) en 150 centímetros cúbicos
de ácido acético (CH3COOH) al décimo
(solución a); se hacen hervir 10
centigramos de anaftilamina sólida de
20 centímetros cúbicos de agua; e
separa la solución incolora del residuo,
que presenta una coloración azul violeta
y se agregan 150 centímetros cúbicos
de ácido acético al décimo (solución b).
En el momento de su empleo, se agrega
al líquido a investigar una pequeña
cantidad de la solución a, se calienta a
70-80°. Y se agrega luego una cantidad
de la solución b. Basta que la solución
contenga el milésimo de nitratos para
que al minuto aparezca una coloración
rojiza.
Reacción de Peccini y Debassys:
Emplea sulfato ferroso (FeSO4) en
medio sulfúrico. Cuando existen
productos nitratados en la solución a
examinar, aparece una coloración
rosada.
Reacción del ácido sulfanílico
(C6H7NO3S) y del alfa-naftol-amico-
acético; o reacción del F.B.I.: Se utiliza
papel fotográfico desensibilizado por
remoción de la película sensible,
quedando únicamente la capa de la
gelatina. El papel es tratado con una
solución al medio por ciento de ácido
sulfanílico de agua destilada y se
procede a secar. Luego de actuar sobre
el mismo papel una solución al medio
por ciento de alfanaftolamina de alcohol
metílico y se vuelve a secar. Se procede
a aplicar entonces el tejido sospechoso,
contra el papel así tratado. Los nitritos
provenientes de la pólvora son
transferidos al papel mediante la
presión efectuada sobre el tejido con
una plancha de hierro caliente
humedecida en una solución al 25% de
ácido acético en agua destilada
La espectrofotometría de absorción
atómica, que hace posible identificar y
cuantificar las cantidades de bario y
antimonio, se califica como de una
elevada probabilidad. Con palabras de
Richard Saferstein; “La demostración de
altos niveles de bario y antimonio en las
manos del sospechoso, es una fuerte
presunción que la persona disparó o
tuvo en sus manos el arma utilizada.
La microscopía electrónica de barrido
acoplada a una analizador de rayos X,
es apreciada como de certeza, ya que
identifica los residuos del disparo por su
morfología y composición.[42][43]
Véase también
Pólvora sin humo
Propelente de proyectiles

Referencias
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century AD origins in China, the
knowledge of gunpowder emerged
from the search by alchemists for the
secrets of life, to filter through the
channels of Middle Eastern culture,
and take root in Europe with
consequences that form the context
of the studies in this volume."
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Bombards, and Pyrotechnics: The
History of the Explosive that Changed
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10. Needham, 1986, p. 7 "Without doubt it
was in the previous century, around
+850, that the early alchemical
experiments on the constituents of
gunpowder, with its self-contained
oxygen, reached their climax in the
appearance of the mixture itself."
11. Chase (2003, p. 1) "The earliest known
formula for gunpowder can be found
in a Chinese work dating probably
from the 800s. The Chinese wasted
little time in applying it to warfare, and
they produced a variety of gunpowder
weapons, including flamethrowers,
rockets, bombs, and land mines,
before inventing firearms."
12. Chase (2003, p. 1)
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16. Kelly (2004, p. 22) 'Around year 1240,
Arabs acquired knowledge of saltpeter
("Chinese snow") from the East,
perhaps through India. They knew of
gunpowder soon afterward. They also
learned about fireworks ("Chinese
flowers") and rockets ("Chinese
arrows"). Arab warriors had acquired
fire lances before year 1280. Around
that same year, a Syrian named Hasan
al-Rammah wrote a book that, as he
put it, "treats of machines of fire to be
used for amusement or for useful
purposes." He talked of rockets,
fireworks, fire lances, and other
incendiaries, using terms that
suggested he derived his knowledge
from Chinese sources. He gave
instructions for the purification of
saltpeter and recipes for making
different types of gunpowder.'
17. Peter Watson (2006). Ideas: A History
of Thought and Invention, from Fire to
Freud . HarperCollins. p. 304.
ISBN 978-0-06-093564-1. «The first
use of a metal tube in this context
was made around 1280 in the wars
between the Song and the Mongols,
where a new term, chong, was
invented to describe the new
horror...Like paper, it reached the West
via the Muslims, in this case the
writings of the Andalusian botanist
Ibn al-Baytar, who died in Damascus in
1248. The Arabic term for saltpetre is
'Chinese snow' while the Persian
usage is 'Chinese salt'.28».
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Chinese were certainly acquainted
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Snow and employed it early in the
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the essential ingredient of gunpowder.
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and Ballistic, WILLEY (2008)

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